jueves, 19 de julio de 2012

Vendras a mi. Especial "Recuerdos"


Cinco años atrás se encontraba un chico de 11 años en la banca del parque central de la ciudad
 — ¿Te vas a quedar allí sentado todo el día? Tienes clases ahora, por eso eres un inútil, nunca estudias —  le gritaba una mujer de unos treinta y cuatro años muy parecida al chico – el chico ni siquiera se inmuto, solo estaba mirando a la nada – ¿No vendrás?! Pues entonces me voy, regresa cuando te dé la gana, y si no regresas mejor aún, me ahorro lo que gasto en ti – sin más, la mujer subió al auto y se fue
El chico se limitó a suspirar, estaba acostumbrado a los gritos de su madre y a que lo dejara tirado como si nada, igual siempre le daba dinero para regresar a casa.
 — ¿Porque un niño tan lindo está solo? – eso voz hizo reaccionar al chico de sus pensamientos
 —  ¿Eh..? – preguntó confundido mirando a otro chico de al parecer su misma edad frente a él con una gran sonrisa.
 —  ¿No hay nadie que venga contigo? – preguntó de nuevo aquel chico
 —  Pues… si pero no, mi mamá se acaba de ir y me dejo –
 —  ¿Eh? ¿Te dejó? ¿Solo?¿ Por qué? – el chico tenía cara de confusión
 —  Porque ella es así siempre, como soy un inútil, no le importo en lo más mínimo – respondió agachando la cabeza
 —  Que mal, pero no creo que seas un inútil, no lo veo así –
 —  PUES LO SOY!, SI NO LO FUERA, NO ME HUBIERA DEJADO AQUÍ SOLO! – respondió furioso, cuando le empezaban a rodar lagrimas por las mejillas
El otro chico abrió los ojos como platos, se apresuró a tomarlo de la mano y correr con él hasta llegar a un lugar donde no había nadie, detrás de unos matorrales
 — ¿Vuelvo ahora de acuerdo?, no te muevas de aquí – le dijo en el oído al chico que seguía llorando
Después de unos momentos volvió con dos conos de helados en la mano
 — ¿Cual prefieres? ¿Vainilla o Chocolate? – el otro solo levanto la mirada, aun con el rostro empapado en lágrimas – mi mamá dice que un helado siempre alivia las penas en el peor momento – le dijo sonriendo – apropósito me llamo Yun… quiero decir Yinnul – mintió dando una sonrisa, pues sus padres le habían dicho que no debía decir su verdadero nombre ya que corrían el riesgo de ser víctimas de un secuestro por la posición de su padre en una famosa empresa.
 —  Gr — gracias…  —  tomo el helado de vainilla lentamente
 —  ¿Cómo te llamas? – preguntó sentándose a un lado
 —  Jaejoong —  miraba el helado con tristeza
 —  Jaejoong… Sabía que debías tener un hermoso nombre como lo eres tú – miro fijamente a Jaejoong, a lo que este se sonrojaba – Sabes… no creo que seas un inútil, nadie lo es. Tal vez tu madre te haya dicho eso, pero cada persona cumple un trabajo, por más pequeño que sea ese trabajo, es importante en la sociedad, nosotros aún no es mucho lo que podamos hacer, pero algún día haremos cosas grandiosas. ¿No lo crees? – el otro asintió levemente
 —  Creo que sí... tienes razón – respondió con una leve sonrisa mientras comía el helado
 —  ¿Quieres jugar? ¿O te tienes que ir? – preguntó Yunho tendiéndole la mano a Jaejoong, cuando habían acabado el helado
 —  Claro, vamos  —   tomó la mano del moreno y se fueron juntos hacia la zona de juegos de aquel parque.
Se pasaron toda la tarde jugando hasta más no poder aunque no fueran niños pequeños disfrutaban la compañía del otro, hasta que dieron las cuatro y media de la tarde.
 — Bueno pues… es hora de irme, prometí regresar a las cinco en punto, sino mi mamá se enojara – le dijo de manera triste
 —  ¿Puedo… puedo ir contigo a tu casa? – preguntó Jaejoong, esperando un no por respuesta
 —  Por supuesto que sí, ¿pero y tus padres no te dirán nada? – alzo las cejas en modo de sorpresa
 —  No, solo los tengo que llamar para avisarles – respondió con una sonrisa
 —  Bueno pues, entonces vamos – lo tomo de la mano, a lo que Jaejoong se sonrojó, Yunho solo daba una pequeña sonrisa por esto
Caminaron hasta llegar a la casa del más alto, vivía a muy poca distancia del parque, así que no demoraron mucho en llegar. La casa era algo lujosa, al entrar, una mujer los recibió.
 — Ah! Mamá, mira él es un amigo, se llama Jaejoong, para ver si se puede quedar hoy a dormir –
 —  No hay problema, ¿pero tus padres saben jovencito? – pregunto la señora al más bajo
 —  Ellos me dijeron que los llamara, ¿me permite el teléfono un momento? –
 —  Claro, está en la esquina de la sala – le respondió la mamá del moreno
 —  Gracias – soltó la mano de Yunho y se fue corriendo hasta el teléfono.
Cuando se fue, Yunho se acercó a su madre – Mamá, él no sabe que mi verdadero nombre, le dije que me llamaba Yinnul– le dijo mirando hacia Jaejoong
 — Es lo mejor por ahora, después le podrás decir lo que sucede – la señora le palmeo el hombro al chico, viendo como Jaejoong regresaba
 —  ¿Que te dijeron tus padres? – pregunto la madre del chico
 —  Dijeron que estaba bien si me quedaba, pero que mañana debía regresar – la  verdad era que a sus padres ni siquiera les importaba si no volvía.
 —  Bueno, te acomodare una cama en el cuarto de Yun… digo de Yinnul – se fue la señora subiendo las escalera del segundo piso.
 —  Ven, te enseño la casa – Yunho tomó a Jaejoong de la mano y le enseñó la casa entera.
Cuando volvieron del patio, la señora les dio de cenar para luego dejarlos viendo televisión en la sala mientras, acabaron de ver una película y subieron para dormir
 — Mamá! Parece que tenemos un problema – gritó Yunho desde su cuarto
 —  ¿Que sucede? – la señora se asomó por la puerta del cuarto
 —  Jaejoong no trajo ropa para dormir, y nada mío le queda – miro con preocupación a su madre
 —  Ohhh! Esta es una buena oportunidad para que alguien use la pijama que tú nunca usaste porque dijiste que no te gustaba – la señora se fue corriendo hasta su cuarto para buscar la pijama
 —  No puede ser que aun tenga ese pijama – decía el más alto con cara de espanto
 —  ¿Que paso? ¿Que tiene la pijama? – pregunto Jaejoong, esperando una respuesta, pero antes de que Yunho respondiera, la señora había vuelto al cuarto
 —  Jaejoong ¿porque no te bañas? Te dejare el pijama afuera para que te cambies en el baño – la mamá de Yunho tenía una gran sonrisa
 —  Esta bien señora – se fue directo al baño en lo que la señora dejaba el pijama a un lado
Cuando Jaejoong salió, llevaba puesto un pijama de un hámster completo, incluso incluía las orejas
 — Lo sabía! Sabía que te quedaría a la perfección– la señora se acercó rápidamente hacia Jaejoong para abrazarlo y luego se separó – bueno, los dejo, tengo que llamar a mi esposo – y se fue hacia el primer piso.
 —  Boo…  —  fue lo único que salió de la boca de Yinnul por la impresión
 —  ¿Qué dijiste? – pregunto Jaejoong acercándose
 —  Boo, ese sobrenombre te queda perfecto – tomó una mano de Jaejoong – te ves muy lindo – sonrió ampliamente a lo que el otro se sonrojaba – ve a mi cuarto, yo iré al baño primero para cambiarme – soltó la mano del más bajo y se fue.
A la hora de dormir Yunho sintió como alguien lo movía lentamente intentando despertarlo, se tallo un poco los ojos para ver que era Jaejoong a un lado de la cama.
 — ¿Puedo dormir contigo? Es que las noches en que llueve me dan miedo – dijo  Jaejoong
 —  Llovien... – Yunho miro hacia la ventana de la habitación para percatarse de que era cierto – por supuesto, ven – le abrió espacio a un lado de la cama, para después cubrirlos con la sábana.
Jaejoong sonrió ampliamente mientras se acomodaba, normalmente en su casa esperaría que una sirvienta estuviera allí en días como esos.
 — Tengo frío – pronunció Jaejoong, a lo que sintió un abrazo por parte del más alto
 —  No te preocupes, mi mama dice que en casos así, las personas deben recibir un abrazo – hablo bajo, ya que estaba quedándose dormido
 —  Gra…gracias –Jaejoong ya se había puesto rojo por la impresión, no había sentido ese calor por parte de otra persona antes, cuando sintió que el otro se había quedado dormido, decidió disfrutar esa sensación y dormir.
A la mañana siguiente el más bajo abrió los ojos lentamente notando que seguía abrazado por el otro, se separó lentamente para verlo fijamente, le encantaba la sensación de que alguien se preocupara por él, entonces el otro chico abrió los ojos, topándose ambos frente a frente.
 — De verdad que eres bonito Boo – dijo Yunho despacio
 —  los niños no somos bonitos – Jaejoong hizo un puchero con los labios
El moreno soltó una pequeña sonrisita – Pero tú eres una excepción a esa regla – dijo mientras que el mencionado se sonrojaba
 — Me voy a bañar – se fue rápidamente debido a que sentía su cara arder – Por cierto… ¿tienes ropa que me prestes? – preguntó desde el marco de la puerta
 —  Déjame ver – rebusco en algunos cajones – Sí, tengo algunas ropas que te pueden quedar – saco un pantalón y una camisa para luego pasárselas – espero te quede – le dijo para luego ver como Jaejoong se iba directo al baño.
Luego de haberse cambiado y desayunado, Jaejoong decidió que era hora de irse.
 — Bueno, me voy, gracias por todo señora, Yinnul – gritó un poco debido a que la madre del moreno estaba ocupada dentro de la casa.
 —  ¿En el parque mañana? – le preguntó Yunho
 —  Por supuesto, allí estaré – y sin más, se fue directo a un taxi, dándole la dirección al conductor. Yunho se limitó a verlo desde la entrada de su casa agitando su mano en modo de despedida.
Y así paso un año, ambos chicos se comunicaban a diario, se comentaban de todo lo que les sucediera, tanto de la escuela como de la casa, los fines de semana Jaejoong se quedaba a dormir en la casa del otro, era tan normal, inclusive la madre de Yunho lo veía como si fuera otro hijo. Jaejoong sonreía cada día que pasaba fuera de su casa, prefería olvidarse de los problemas y estar con el otro chico hablando, jugando videojuegos, haciendo bromas… lo que fuera con tal de disfrutar su compañía y sentir ese calor por dentro que lo llenaba completamente.
Aquel día, jueves en la tarde, a las entradas de un centro comercial, Yunho y Jaejoong habían pasado el día entero paseando, viendo las tiendas, comprando, riendo, como siempre lo hacían, pero para Jaejoong ese día, la actitud de Yinnul le parecía un poco diferente, un poco triste… así que decidió preguntar.
 — Yinnul… ¿Sucede algo? Te veo algo triste – pregunto preocupada tomándole una mano al otro chico
 —  No es nada Boo, es solo que espero que sea mañana para que juguemos el nuevo juego que compre – sonrió pesadamente
 —  Aishh! Eres demasiado… ¿vas a estar triste por eso? – le tomo la mano al otro  —  si pasare el fin de semana en tu casa como siempre, ya no te preocupes, mañana la pasaremos genial – sonrió ampliamente
 —  En verdad me encanta tu sonrisa – le dijo – ven – lo jaló hasta llegar al parque – recuerdas que aquí te conocí hace un año, en esta banca – se sentaron juntos, el parque estaba casi vacío, estaba anocheciendo.
 —  ¿Cómo olvidarlo? Ese día cambiaste mi vida por una mejor y alegre – Jaejoong le sonrió recordando aquel momento.
 —  Si, fue maravilloso – bajo un poco la cabeza – Boo, yo…  —  a Yunho le costaba decirlo.
 —  ¿Qué pasa? – estaba preocupándose
 —  Boo, yo te amo – lo soltó de un solo trazo – te he querido desde que nos conocimos – hizo una pausa ante la evidente sorpresa del otro – si no me correspondes, lo entenderé no te preocupes, yo puedo hace como si nada hubier…  —  no termino de hablar porque fue interrumpido
 —  Yo también te amo – su cara estaba completamente roja – somos aun pequeños pero estar contigo es lo que más disfruto de mi vida, y espero seguir así por siempre – fue lo último que dijo antes de que Yunho juntara sus labios en un roce
 —  Me haces muy feliz mi Boo – sonrió a más no poder – prometo no dejarte nunca, siempre estaremos juntos  —  Jaejoong sintió que su cara se ponía más roja aun (si es que era posible) – Ven, te llevo hasta el taxi, se está haciendo tarde, y es peligroso que andes solo – jaló al más bajo hasta encontrar un taxi vacío – Bueno, te espero mañana en mi casa a la misma hora de siempre, será un fin de semana increíble – le dijo en frente del automóvil
 —  S —  sí, será increíble – sonrió aun sonrojado
 —  Te quiero Boo – junto sus labios fugazmente para luego meter al otro dentro del auto – Hasta mañana – e hizo un gesto con las manos.
 —  Hasta mañana – Jaejoong se despidió felizmente, por fin pudo saber que sus sentimientos eran correspondidos y esperaba ansiosamente que fuera viernes poder estar con su Yinnul de manera diferente.
Como había prometido Jaejoong se encontraba a las diez de la mañana fuera de la casa de Yunho, tocó la puerta pero nadie respondía, se separó un poco y miro hacia el segundo piso pero parecía no haber nadie. Decidió preguntarle a la vecina para ver si sabía algo, así que se acercó a la casa de un lado.
 — Disculpe señora – llamó a una señora de no más de cuarenta años – sabe a dónde fueron las personas que viven aquí – señalo la casa de Yunho.
 —  Pues sabrás chico, que ellos se fueron anoche muy tarde como a eso de las once, y según lo que me dijo Seosun, no volverían, porque su esposo esta en otro país, así que no volverían –
 —  ¿Está segura de lo que dice? – preguntó Jaejoong desconcertado
 —  Si jovencito, estoy segura, porque yo misma le pregunta, ya que se me hacía raro que se fuera tan tarde –
 —  ¿Y no dejó dicho a dónde iba? – volvió a preguntar
 —  Pues no, no me dijo nada de eso, tampoco dejo número de teléfono y yo que quería hablarle sobre lo que paso en frente con la nueva vecina…  —  la señora se fue alejando poco a poco, hasta que dejó a Jaejoong solo
 —  No puede ser posibles – el chico estaba confundido – Yinnul no se pudo haber ido sin haberme dicho nada – lagrimas comenzaron a surcar su rostro, y camino en dirección a aquel parque que tanto conocía, hasta que sentó en la banca donde habían estado juntos el día anterior.
 —  Prometiste no dejarme nunca, PORQUE NO CUMPLES TU PROMESA?! – estaba alterado y no le importó que las personas que pasaban lo escucharan, solo se quedó sentado en aquella banca, llorando el día entero, volvía a estar solo como hace un año, cuando fue de noche decidió tomar un taxi e irse a su casa.
Los siguientes tres meses los paso encerrado en su habitación, solo salía a comer muy pocas veces y al colegio casi ni iba. No quería saber de nadie, estaba herido y sus padres no le eran de ayuda recriminándole de todo que pudieron. Su madre estaba teniendo un problema de alcoholismo aun leve y su padre no permanecía mucho en casa
 — Niñato estúpido, esta noche tenemos una fiesta en el club, así que te pones la mejor ropa que tengas, no quiero que me hagas pasar más vergüenzas, que ya bastante tengo con que hayas nacido tarado – gritó afuera de la puerta de la habitación de Jaejoong – tu padre ira con nosotros, así que no le digas nada de que yo tomo, ¿entendiste? Y te comportas bien – y sin más se fue
Aquella noche Jaejoong hizo lo que le pidió su madre, no quería tener más problemas, solo quería ahogarse en sus pensamientos, su familia pretendía ser una de las mejores ante los ojos de la sociedad, pero en realidad su familia ante sus ojos estaba – podrida – fue lo que pronuncio antes de entrar al auto
Su padre comenzó a discutir con su madre mientras conducía, así que no vio una señal de alto y a causa de esto, sufrieron un accidente.
Cuando Jaejoong abrió los ojos se encontraba en la camilla de un hospital con vendas en los brazos y en la cabeza.
 — ¿Dónde estoy? – fue lo primero que se le vino a la mente
 —  Despertaste!, mira soy el doctor Park, yo te atendí, desde el día del accidente, ¿te duele algo? – pregunto el señor mientras lo examinaba
 —  Me siento algo confundido y me duele un poco la cabeza –
 —  Es natural, debido al golpe que sufriste, ¿recuerdas? –
 —  Sí, ¿tengo algo grave? – pregunto, esperando que no fuera nada malo
 —  Por suerte, no fue nada grave, solo algunas lesiones pero estarás bien, no te preocupes, mande a llamar a tu padre, no debe tardar –
 —  De acuerdo – hablo bajito
A la media hora el padre de Jaejoong entró directo hacia él.
 — Los doctores dicen que no tienes nada grave, así que saldrás en una o dos semanas – le dijo su padre
 —  Sí, ya el señor Park me dijo –
 —  Jaejoong, tu madre murió en el accidente, el funeral será en tres días, ya que estuviste inconsciente por una semana – fue lo que dijo fríamente
El chico no dijo nada, de todas maneras a su madre no a veía como tal, solo la veía como otra de aquellas señoras ridículas de la clase alta.
 — Hay otra cosa que debes saber, ya que tu madre está muerta, vendí la casa en la que vivías, te compre otra, estarás bien, te pondré una sirvienta que te cuidará – hablo mirando hacia la ventana
 —  ¿Y usted? – preguntó curioso conociendo la respuesta
 —  Supongo que ya te habías dado cuenta de que tengo otra familia ¿no? – Jaejoong asintió, eso era un tema que ya conocía – Bueno, viviré con ellos, tampoco te pienso decir quiénes son, te darás cuenta con el tiempo, como sea, te girare dinero más que suficiente cada semana en tu cuenta bancaria, para ti y tus gastos, así vivirás bien – iba saliendo de la habitación cuando se devolvió – Ah! Cuando salgas de aquí, un chofer te llevara a tu nueva casa, ya tus cosas fueron traspasadas a la otra casa – y sin más salió de allí.
Jaejoong se quedó pensativo, ahora si estaba más que solo, pero una voz se le venía a la mente “Te amo Boo” recordó por unos instantes, mas no recordaba el rostro de quien lo decía “Prometo no dejarte nunca, siempre estaremos juntos” seguía recordando aquella voz, se sentía feliz pero a la vez dolido. “¿Cómo es que aquella voz no estaba allí?” se preguntó al pasar de las semanas en su nueva casa,  — “Te abandono como todos” —  era lo que una vocecita en su cabeza le repetía, hasta que decidió guardar todos esos pensamientos en lo más profundo de su cabeza, después de tres semanas decidió cambiar,  su mirada se llenó de rencor contra el mundo, decidió no dejar fluir sus sentimientos, decidió arrancar todo rastro de felicidad en su corazón, porque no iba a sufrir por estar solo, todo lo que necesitaría sería de sí mismo, de nadie más, igual todos lo habían dejado solo y nadie se preocupaba por él.
 — ¿Quién necesita de amor si se tiene a sí mismo? – fueron las últimas palabras, antes de que aquel chico de doce años que responde al nombre de Kim Jaejoong saliera por la puerta principal de su casa decidido y con una manera de pensar totalmente diferente.

2 comentarios :

  1. Ayyy noooo ayyy nooo por favooor que no pase lo que estoy pensando con referencia a la otra familia del papa de Jae!!!!!!!!

    Espero que no!!

    Y gracias por este capo, espero pronto el actua. ^^

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  2. Asì que así fue que se separarón... Es muy triste la manera en la que Jae fue tratado. Yunho trajo felicidad a su vida y quiero pensar que su tristeza ers por temor a no ser correspondido ennsu amor por Jae y no por que sabía que se iría y no fue capaz de decirselo. Por otro lado...la sitación del padre de Jae y la ausencia del de Yunho me da que pensar...

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