domingo, 29 de julio de 2012

Especial 2. Juntos… ¿Al fin? Parte 2. El YunJae


  — Mi Boo… My Sexy Boo… — sintió su cálido aliento rozando su oído cuando murmuró aquellas palabras que le causaron un escalofrío que le recorrió desde la punta del cabello hasta la punta de los pies.
Se aferró con fuerza a la fuerte espalda del moreno que deslizaba ya sus labios a lo largo de su cuello, dejando a su paso un rastro con su caliente saliva, mientras esas manos traviesas se encargaban de deshacerse de la camisa que cubría su torso e impedía que sintiera el calor que manaba del cuerpo del más alto.
  —  Yun...Ho…  —  su nombre escapó en un gemido cuando los labios del moreno llegaron a ese punto que le estremeció y sintió su sangre arder ante las caricias que dejaba por su piel.
Los dedos de Yunho atraparon una de sus tetillas y no la dejó en paz hasta conseguir que endureciera, causando que el castaño jadeara de placer. Yunho dejó en paz el cuello de Jaejoong para deslizar sus labios con rumbo a ese pequeño montículo, el cual no dudó en morder suavemente, a la vez que su lengua no dejaba de acariciarlo. El mayor se aferró a las sábanas, pues el placer que su Dongsaeng despertaba en su cuerpo era demasiado.
No se había percatado de su desnudez, hasta que sintió la mano del moreno tomando su miembro despierto para empezar a masturbarlo.
  —  Yun… Yunnie… ah…  —  quería detenerlo, quería decirle cuánto lo amaba, cuánto lo había extrañado todo aquel tiempo, pero esas caricias lo llevaban cada vez más cerca del cielo, que casi podía rozarlo con la punta de sus dedos. Pero a pesar de todo, lo que tal vez más necesitaba era un beso suyo, probar sus labios y parecía que Yunho leyó su mente, porque dejó su pecho para mirarlo a los ojos e inclinarse sobre sus labios lentamente.
  —  Jaejoong ah…  —  murmuró sobre ellos, bañándolos con su aliento, pero el sonido de su voz se le hizo extraño, algo a lo que no le tomó importancia debido a su estado de excitación.
  —  Yunnie ah…
  —  Jaejoong…  —  le escuchó elevar su tono de voz, pero lo único que quería era que por fin uniera sus labios a los suyos, que dejara de llamarlo, para únicamente besarlo.  —  ¡JAEJOONG!

El grito que escuchó le hizo abrir los ojos desmesuradamente, la luz de la habitación le cegó, haciéndole girar bruscamente, olvidando que estaba en la orilla de la cama, por lo que cayó de trasero en el duro suelo de la habitación de su hermano.
  —  Nunca vuelvas a soñar algo semejante estando durmiendo conmigo en la misma cama, ¿Escuchaste, hermano?  —  le reclamó JaeSoong, respirando con dificultad, mientras sus mejillas se teñían de carmesí.
El gemelo había sentido ese calor, esas sensaciones tan intensas, ahí fue cuando despertó y escuchó a su hermano GEMIR, literalmente, el nombre de su  cuñado  en sueños.
  —  ¿Fue sólo un sueño?  —  se preguntó en un murmullo, aún no entendía cómo aquellas sensaciones pudieron haber sido recreadas tan plenamente por su mente.
  —  ¿Chicos, están bien?  —  la voz de Yunho en la puerta abierta de la habitación les hizo voltear a mirar, pero el moreno no estaba solo, junto a él se hallaban Changmin y Junsu.  —  escuchamos el grito y pensamos que algo les había ocurrido.
  —  Nada, no pasó nada… sólo que este pervertido estaba soñando que Yunho se lo estaba foagsdehs…  —  Jaejoong regresó a tiempo a la cama para impedir que su   lindo  hermanito soltara la sopa.
  —  JaeSoong tuvo una pesadilla.  —  corrigió ¿a tiempo? Su Dongsaeng le miró con cara de pocos amigos mientras seguía con la mano de Jaejoong sobre su boca.  —  ¿Cierto, hermanito?  —  le devolvió la mirada, de esas que podrían dejar congelado a un esquimal.
Al gemelo menor no le quedó de otra más que asentir con un movimiento de cabeza, fue entonces que Jaejoong le soltó.
  —  ¿Tan fuerte grité como para levantarles a todos?  —  preguntó el pelinegro con una sonrisa algo incómoda. Había estado a punto de irse de lengua larga con lo sucedido con su hermano.  —  lo lamento.
  —  ¿A todos? En realidad no todos estamos aquí. Si tomas en cuenta que Yoochun duerme como oso en hibernación y nada lo levanta… ni siquiera una amenaza de bomba atómica.  —  dijo Changmin con su clásico tono irónico.
  —  No estés tan seguro…  —  dijo Junsu con una sonrisa para que justo en ese momento un adormilado Yoochun se hiciera presente en la puerta de la habitación.
  —  Su ¿Por qué estás despierto?  —  dijo a la vez que hacía un ligero puchero y se frotaba los ojos cual niño pequeño que recién se despertaba buscando sus padres.
  —  Te lo dije…  —  advirtió a Changmin con una sonrisa.  —  bueno, chicos, si no ha sido nada, me voy a dormir… que descansen.  —  dijo al tiempo que tomaba a Yoochun de la mano y lo guiaba de regreso a su habitación.
  —  ¿Qué ha pasado, Su?  —  preguntó con algo de curiosidad el ratón, pero no pudieron escuchar la respuesta debido a que la puerta se cerró tras ellos.
Changmin se estiró mientras bostezaba.
  —  Son las tres de la mañana, si no ha pasado nada relevante, entonces voy a seguir durmiendo… Buenas noches, chicos, perdón, buenos días…  —  les dijo a los gemelos con ojos adormilados.  —  ¿Vienes, Hyung?  —  le preguntó a Yunho a la vez que daba la vuelta para ir de regreso a la habitación que compartían.
  —  Mmm…  —  respondió del moreno a la vez que asentía con la cabeza, pues no dejaba de mirar a Jaejoong en ningún momento. Sólo quería un momento con él a solas, sólo un par de minutos, pero parecía que el mayor no estaba dispuesto a dárselos.  —  Buenas noches, Jaejoong… Soongie. Que descansen.  —  deseó el moreno antes de desviar su mirada y cerrar la puerta de la habitación.
  —  Buenas noches…  —  respondió JaeSoong adormilado, volviendo a acomodarse en la cama para dormir.
Jaejoong hizo un gesto con la nariz mientras su hermano cerraba los ojos, dispuesto a que Morpheo lo regresara al mundo de los sueños… del cual no debió salir. Jaejoong apagó la luz, dejando encendida únicamente la lámpara de la mesita junto a él. Los acontecimientos del día regresaron a su mente uno por uno. Desde su encuentro con Yunho y Changmin en el aeropuerto, hasta ese sueño que sintió tan real.
Y ahí estaba de nuevo ese apodo, el cual se había repetido varias veces a lo largo del día. Se sentó con la espalda apoyada en la cabecera de la cama. Suspiró, pues no sabía qué pensar de aquello, hasta que por fin se decidió a preguntarle a su hermano.
  —  JaeSoong…  —   le llamó suavemente.  —  Andreé…  —  su gemelo le contestó con un suave gruñido.  —  ¿Te has dormido?
  —  Se suponía…  —  contestó con tono adormilado.
  —  ¿Desde cuándo Yunho te llama  Soongie?  —  preguntó directamente, a lo que su hermano le contestó con un bufido.  —   está bien si no quieres contestar.  —  añadió con tono indignado.
  —  Algo me dice que si no te contesto, me mantendrás despierto todo lo que resta de la noche.  —  el gemelo se sentó en la cama y se le quedó mirando a su hermano.  —  ¿Cierto?
  —  Soy tu hermano…  —  le dijo Jaejoong con tono indignado.
  —  Y un novio celoso también, por lo que veo…  —  le respondió con ironía.  —  ¿Te recuerdo quién se empeñó en dormir conmigo? Bien pudiste haber compartido la habitación con él… y el sueñito de hace un rato pudo haberse hecho realidad.
Jaejoong no respondió, pero su gemelo supo que sus mejillas se habían teñido de carmesí. Suspiró con algo de pesadez antes de sentarse en la cama y mirar a su gemelo.
  —  La verdad… no recuerdo cuándo comenzó a llamarme así. Me imagino que Yunho es de los que se guían por la ley de  El que calla otorga, así que como no me oyó quejarme habrá decidido que no me molesta.  —  dijo el gemelo con una sonrisa.  —  pero como a ti te incomoda, mañana mismo le diré que no vuelva a hacerlo ¿De acuerdo?  —  le preguntó a su hermano. Sabía que le debía algo por la manera en la que él había regresado a Yunho a su vida, un encuentro totalmente inesperado para el mayor, quien aún no acababa de superar lo de la demanda y lo que sucedió un año atrás.
  — No, no… yo…  —  pero se vio interrumpido por su hermano.
  —  Jaejoong, basta… debes pensar en cómo hablar con él. En dejar las cosas en el pasado y retomar lo que has dejado pendiente con respecto a Yunho.  —  le pidió su gemelo con tono de voz serio.
  —  No es tan fácil como crees.  —  Jaejoong estaba muy avergonzado.
  —  Entonces empieza a dejar de tener celos de todo aquel a quien trata con cariño…  —  le recriminó su gemelo.  —  tú bien sabes lo que siento tanto por Yunho como por… como por Changmin.  —  titubeó por un momento.  —  y creo que he dejado más que aclaradas las situaciones con respecto a ambos.
  —  ¿Entonces lo de Changmin… es serio?  —  preguntó mirando a su hermano con tristeza, porque sabía que era muy difícil poder aceptar lo que tu corazón sentía por otro chico.
  —  No sé si es en serio o no, Jaejoong, pero no he podido dejar de sentir esto por él, a pesar de que llevo un año prácticamente sin verlo, más que nuestras conversaciones por Messenger, por teléfono o por medio de mensajes al celular… aún así… jamás podré saberlo. Changmin… Changmin es una persona inalcanzable para mí…
  —  Eso no es verdad, es decir, él no ha…
  —  JJ… tu  hijo menor  está enamorado de alguien más.  —  le reveló tratando de hacer parecer la noticia lo más normal posible.  —  Él ya tiene a alguien en su corazón y yo… yo salgo sobrando.  —  miró a su hermano con seriedad. Jaejoong podía sentir la tristeza en su hermano.  —  sé que aún tienes remordimientos, pero quiero que tomes mi ejemplo… ahora tienes la oportunidad de estar con él, de decirle lo que sientes. Sólo hazlo y si las cosas no funcionan, entonces… sólo sabrás que al menos lo intentaste y que por ti no quedó en nada.  Sé que tal vez es egoísta de mi parte pedirte esto, hermano, porque esto de alguna forma nos beneficia a los dos… pero no puedo permitir, ni que tú sigas sufriendo y mucho menos que Changmin siga rogando por un amor que nunca va a llegar y que te pertenece por completo.
Esos eran los verdaderos sentimientos de JaeSoong, sus pensamientos eran ignorados por su hermano, pero aquella angustia era sentida por el mayor de los dos.
  —  ¿Crees que Yunho y yo… podamos estar juntos por fin?  —  preguntó el castaño con una sonrisa algo triste.
  —  Conoces a Yunho… ¿Vale la pena luchar por él? ¿Crees que pueda haber un futuro entre ustedes? Sé sincero contigo mismo, Jaejoong… porque si no puedes tener las respuestas por ti mismo, entonces no vale la pena.  —  le dijo con una sonrisa.   — Y tal vez, sólo así, tal vez… Changmin pueda superar por fin ese sentimiento por Yunho. 
Jaejoong  miro a su gemelo a través de la penumbra que reinaba en el cuarto. JaeSoong sonrió con tristeza.
  —  ¿No crees que tú deberías seguir tu propio consejo? Es decir, Changmin está aquí, la otra persona no lo ama, tú puedes tener la oportunidad.  —  intentó animarle.
  — Si supieras que la persona que más ama Changmin está precisamente compartiendo la habitación con él y es la misma persona que tú amas. 
  —  Yo no podría hacer nada para separarlo de esa persona, porque es muy importante para él. Tú al contrario de mi, puedes… aun tienes la oportunidad de estar a su lado…  —  corrigió rápidamente, mientras con suavidad acariciaba el rostro de su hermano mayor.  —  elige la opción que creas correcta.
  —  Tengo miedo.  —  murmuró el mayor.  —  de que al final se convierta en un error. Hay tantas cosas en contra de nosotros…  —  la mirada interrogante de su hermano le dijo que en realidad no comprendía del todo lo que le decía.
JaeSoong encendió las luces por completo y se giró para mirar a su hermano a los ojos.
  —  Explícame, quiero entender.  —  pidió.
  —  Tú creciste en este lugar, donde hay una mentalidad con respecto a la orientación sexual mucho más abierta que en nuestro país natal… ahí la homosexualidad aun es un tabú completamente y muchos hombres y mujeres son obligados a casarse, incluso son comprometidos desde el nacimiento.
  —  Prácticas ancestrales muy arraigadas.  —  comprendió el menor.
  —  Imagínate un Jung Yunho creciendo con una familia totalmente tradicionalista, donde el padre ordena lo que se debe de hacer y cómo se debe de hacer.
  —  Yunho ya fue en contra de eso una vez…
  —  Y le valió una época de carencias y necesidades, cuando no pudo contar con ningún apoyo, ni siquiera el de su madre.  —  Jaejoong recordaba la de veces que había visto a Yunho derrumbarse por el rechazo de su padre, por su negativa a escucharle, a pesar de que al final tuvo que admitir que había sido la decisión correcta, mucho tiempo después, cuando ya Yunho le pudo demostrar que tendría éxito y que era más feliz en un escenario que tras unos libros, tras una fachada de abogado.
El gemelo asintió.
  —  Tienes miedo de que su padre le rechace nuevamente…
  —  No sólo le rechazará, JaeSoong, le hará lo peor que se le puede hacer a un hijo, repudiarlo…
  —  ¿Y tu familia? ¿No has pensado en lo que significaría para tus padres adoptivos? ¿Para SeYoung Umma?
  —  Lo que pase conmigo no importa, yo sólo soy Jaejoong, el octavo hijo de la familia Kim, ni siquiera soy un primogénito…
  —  De nosotros dos sí lo eres, lo sabes.  —  interrumpió.  —  eres mi hermano mayor, eres lo único que me ata a lo que realmente soy, Jaejoong… eres mi hermano, mi otra mitad y aunque tú no lo veas de esta manera… también has sufrido mucho todo este tiempo, ¿No crees que mereces una oportunidad de ser feliz? Deja de pensar en el qué dirán, o en lo que sucederá, porque eso aun no ocurre… piensa que tienes una oportunidad, arriésgate, por algo él está aquí, por algo no se ha marchado al verte…  —  le sonrió con confianza. JaeSoong tomó la mano de su hermano.  —  lo demás ya no estará en tus manos. Sólo habla y las cosas caerán por su propio peso, si las cosas se desarrollan para mal, sé que saldrás herido, pero al final de todo te recuperarás y volverás a sonreír, pero si la suerte está de tu lado y las cosas se desarrollan para tu bienestar y felicidad, ¡¿qué demonios te importa lo que piensen los demás?! Soy tu hermano, yo estaré a tu lado, apoyándote, Yunho estará a tu lado amándote y tendrás el cariño y la comprensión de tus   hijos, tu familia. ¿Qué más necesitas?  —  preguntó con una sonrisa.
  —  Te conviene que yo quede en buenos términos con Yunho, para saber si al fin y al cabo podrás o no reunir a DBSG, ¿no es cierto?  —  preguntó incrédulo el mayor.
  —  Que DBSG ni que nada… primero está mi hermano, y mi trabajo… bueno, sé que vivo de eso, pero no es más importante, además, siempre puedo robarle otro grupo a SM ENT… SHINee por ejemplo… esos niños sí que tienen talento…
  —  ¡Hey!
  —  Ja, ja, ja, ja… ya duérmete… sé que estoy de vacaciones, pero ésta no es la idea que tenía para una desvelada.  —  respondió JaeSoong con una sonrisa.
  —  Aun hay algo más…  —  le señaló Jaejoong.  —  el hecho de que desconfié de él cuando vino a buscarte. Eso es algo que me temo, será difícil que Yunho me perdone.
  —  Ya no son unos niños, Jaejoong. No puedes seguir huyendo de él. Sabes que más tarde o más temprano tendrán que hablarlo y es mejor que sea ahora, antes de que sea demasiado tarde.  —  dijo el menor acomodándose para dormir y apagando las luces principales.
Jaejoong respiró profundamente, sabía que su hermano tenía razón. Yunho estaba ahí. Debían hablar, debían aclarar las cosas.

>>> <<<

Esa mañana algo le hizo despertarse temprano. No sabía qué había sido, simplemente abrió los ojos y ya no pudo volver a cerrarlos. El departamento estaba en completo silencio, así que todos debían seguir dormidos.
El pelinegro se levantó con algo de pereza para dirigirse al baño, después hacia la cocina. Yunho seguía durmiendo a pierna suelta en la cama junto a la suya, con los ojos y la boca medio abiertos. Ya estaba acostumbrado a ello, pero eso no significaba que le hubiera dejado de parecer gracioso desde que lo vio.
Cuando salió al pasillo, un ruido en la habitación del fondo le llamó la atención. Sabía que el departamento de JaeSoong tenía 4 habitaciones, por algo estaba en un edificio de una de las zonas más exclusivas de Nueva York. Tres eran utilizadas como recámaras, la sobrante no era especificada, tal vez era su estudio o su biblioteca. Así que escuchando el sonido nuevamente, la curiosidad, como siempre, pudo más con el makné y se dirigió hacia esa puerta.
El cuarto resultó estar acondicionado como gimnasio, con una caminadora, una bicicleta para spinning, un saco de boxeo, una escaladora y un gimnasio de cuatro estaciones (http://www.checalo  — triques.com.mx/_fotos/161  — 80369.jpg).
JaeSoong estaba dentro, golpeaba el saco con fuerza. Todos los músculos de su espalda se marcaban contra la tela de aquella camisa sin mangas que llevaba ya muy mojada por el sudor del entrenamiento. A tal grado que incluso traslucía aquel extraño tatuaje que le abarcaba toda la espalda.
Y entonces lo sintió, de nuevo aquel latido, un vuelco en su estómago, casi la misma sensación que aquella vez cuando su asistente le colocaba la corbata, pero esta escena le gustaba mucho más. ¿Él había pensado eso?
El gemelo aún no se daba cuenta de que estaba siendo observado, pues llevaba puestos los audífonos de su Ipod que llevaba en su funda atada a uno de sus brazos. Esto le permitió a Changmin seguir haciendo una inspección detallada de su anfitrión. 
La fuerza que imprimía a sus golpes era bastante, sus nudillos y muñecas iban protegidos por vendas fuertemente fijas a ellos.
  —  ¡Oh, Changmin, te has levantado ya!  —  le saludó con una sonrisa cuando por fin se dio cuenta de su presencia.
El menor ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado observándolo entrenar, pues se había perdido entre las líneas de ese tatuaje que estaba extremadamente detallado.
  — ¿Le habrá dolido mucho?  —  Se preguntó antes de responder.
  —  Buenos Días, JaeSoong ah…  —  hizo un leve movimiento con la cabeza, mientras el gemelo se acercaba a él, limpiándose el exceso de sudor de su rostro con una toalla.  —  había olvidado ese tatuaje.  —  le señaló.
  —  Es porque siempre lo llevo cubierto.  —  frunció un poco el ceño.
  —  ¿Cuándo te lo hiciste?  —  no pudo evitar preguntar.
  —  Justo después del accidente que tuve en la motocicleta…  iré a darme una ducha.  —  dijo con tono cortante de voz, pues era algo de lo que casi no le gustaba hablar. Sin embargo, sabía que con Changmin había sido muy hiriente.  —  te contaré en el desayuno, después de que me duche ¿Te parece?  —  prometió.
Y Changmin parecía que no olvidaría eso, pues después de la ducha y de preparar para ambos un desayuno ligero, preguntó de nuevo por el tatuaje de su espalda.
  —  Fue un accidente difícil de superar, no sólo físicamente, Changmin… también emocionalmente.  —  le contó.  —  Mi mejor amigo iba conduciendo. Me dio el casco para protegerme, pero él iba sin nada. Cuando nos embistió la camioneta, yo quedé atrapado entre los hierros retorcidos de la moto y la defensa del automóvil, pero mi amigo salió disparado… murió instantáneamente al golpearse la cabeza cuando cayó.  —  le relató aún dolido.
  —  Lamento haber insistido para que me contaras.  —  dijo el moreno cuando escuchó aquello.
  —  No, está bien… yo caí en depresión, porque no sabían si iba a poder volver a caminar.  —  siguió explicando.  —  Es decir, habían salvado mi pierna de la amputación, pero no sabían si iba a serme útil de cualquier manera. Ahí fue cuando una de mis amigas me raptó una mañana con todo y silla de ruedas, me llevó a un salón de tatuajes y, entre ella y dos amigos míos más, me tomaron e hicieron que el chico me tatuara ese par de alas que ella había dibujado… fue una de las cosas más dolorosas que he vivido, no lo volvería a hacer.  —  dijo el gemelo después de tomar un poco de jugo.  —  después, me plantó de nuevo en la silla y me dijo mirándome directo a los ojos.   ¿Te dolió? ¿Te sigue doliendo? Pues verás que a pesar de eso estás aquí y sigues vivo, por algún motivo, por alguna razón no moriste junto con Richard y no lo harás por esto, sobrevivirás… es un dolor que te hará más fuerte, seguirás adelante a pesar de él, aunque te dejará una profunda huella, como este tatuaje en tu piel, pero en el alma. Es una huella que no podrás borrar, ni siquiera con láser y que es parte de la vida, de tu vida. —  JaeSoong suspiró.  —  Y aprendí la lección ese día… de una manera poco ortodoxa, pero lo hice. Salí adelante. Me sometí a las cirugías necesarias, a la rehabilitación… y aunque en invierno puedo sentir como si me taladraran la pierna de dolor, aquí estoy, y aquí seguiré… este tatuaje, me lo recuerda.  —  concluyó su relato.
  —  Eres muy raro… creo que le ganas a tu hermano.  —  añadió divertido Changmin, tratando de aliviar aquella pesada atmósfera que había quedado.
  —  Oh, no… nadie como Jaejoong para eso… y lo de anoche me lo confirmó.  —  le dijo con una sonrisa que dejaba ver un poco la frustración que atravesaba.
  —  ¿Entonces lo del sueño no fue una broma?  —  preguntó Changmin con sorpresa.  —  ¿Cómo supiste?
  —  ¿Recuerdas aquella vez que me hablaste de la comunicación entre gemelos? Pues no resultó tan loca la idea como pensaba.  —  le afirmó tomando el último poco de su jugo de naranja.
  —  ¿Tú sientes lo que él siente?
  —  Y si estamos demasiado cerca, créeme que es peor.  —  le aseguró.
Changmin empezó a reír cuando Jaejoong se asomó por el pasillo.
  —  ¿Se han desayunado ya?  —  preguntó sorprendido. A penas eran las 10 de la mañana y los dos ya estaban despiertos.
  —  Estoy acostumbrado a levantarme temprano, Jaejoong…  —  respondió JaeSoong.  —  y no ayudaste en nada con lo de anoche.
  —  Lo lamento.  —  respondió el castaño con una sonrisa un poco cohibida.  —  Changmin, yo… ayer no estaba en un buen momento, es decir…
  —  No te preocupes, Umma, entiendo…  —  le interrumpió, ganándose una mirada de advertencia del mayor.  —  sé que estás feliz de vernos.  —  le completó.
Jaejoong se sentó en la mesa con ellos.
  —  Changmin… lo que ocurrió… la separación…  —  ¡Dios! Jaejoong se sentía como si estuviera dando una explicación a su hijo menor sobre por qué  papá y  mamá  parecían  peleados  esos días.
  —  Umma… te queremos, Appa y yo te queremos, les extrañamos mucho a los tres y lo que hicimos, lo hicimos por ustedes…  —  Changmin miró hacia JaeSoong, quien sabía en realidad el menor había tenido sus propios motivos.
  —  Aún… aún tengo que hablar con Yunho… no… no será sencillo ¿Cierto?  —  le preguntó, tratando de averiguar la situación con el otro chico.
  —  ¿Por qué no mejor me lo preguntas a mí?  —  la voz de Yunho les llegó claramente.
El joven ya se había levantado y escuchado perfectamente que Jaejoong estaba buscando saber con Changmin cómo se sentía él con la situación.
  —  Era lo que yo iba a decir…  —  añadió Changmin con un ligero puchero.
  —  Changmin ah, ven… dejemos que ellos hablen sus cosas a solas y aclaren  TODO.  —  le levantó JaeSoong mientras miraba a su hermano, dándole ánimos para seguir adelante. Con la mirada parecía decirle   — Ha llegado la hora. Es ahora o nunca.  —  y Jaejoong sólo asintió con un ligero movimiento de cabeza. Sin embargo, ninguno de los dos sabía cómo comenzar.

>>> <<<

Changmin fue guiado hacia la habitación que JaeSoong compartía con su hermano.
  —  Ahora sólo resta esperar que ni Yoochun ni Junsu se levanten porque sus estómagos les ordenen hacerlo.  —  se quejó el menor con una mirada hacia la habitación del frente, tratando de no sentir aquel revoloteo en su estómago, era nerviosismo y no sabía por qué.
  —  No te queda hacerla de casamentero ¿Sabes?  —  le dijo al más joven con una mirada de curiosidad.  —  Dime Changmin ¿Aún sientes algo por Yunho?  —  fue una pregunta directa y lo sabía, pero no quería que por hacerla de mártir, saliera más lastimado de lo que ya estaba. No soportaría verlo derrumbado.
  —  ¿Sentir algo por él? Sí, aún siento por él cariño, admiración, puedo decirte que es… un cariño de hermanos, de hijo a padre, si lo quieres ver de esa manera. Yunho siempre ha visto por mí, siempre…  —  de repente se quedó callado, como si sopesara sus propias palabras. Como si se diera cuenta de lo que acababa de decir.
  —  ¿Changmin?  —  le llamó el mayor con algo de preocupación en la voz.
Y el menor sólo pudo levantar la mano para que se quedara callado, pues acababa realmente de entender sus sentimientos por su líder. No era que hubiera amado a Yunho, es decir, tal vez al principio si lo hubiera hecho, pero en realidad de lo que se había enamorado era de lo que Yunho representaba para él. Cariño, protección, sacrificio… Changmin se había enamorado de la idea de que alguien lo amara así. Él no amaba a Yunho, sino quería que alguien lo amara y lo protegiera de la misma manera que él amaba, protegía y se preocupaba por Jaejoong. Yunho había sido el primer chico que había descubierto que le atraía y en su propia soledad, en aquel mundo donde había vivido prácticamente en cautiverio, sólo había podido aferrarse a una ilusión… Changmin se había aferrado a aquello que Yunho había despertado en él.
  —  Ahora… lo importante es que ellos dos estén juntos…  —  dijo con una  sonrisa muy tranquila. No había dolor en sus ojos ni en sus palabras, sólo… el sentimiento de que por fin sus Hyungs podrían ser felices juntos…  —  si ellos se dan la oportunidad.  —  murmuró lo último.

>>> <<<

Jaejoong seguía sentado en la mesa del comedor, cuando el moreno se sentó a su lado. El silencio no era cómodo, pero tampoco podrían decir que les molestaba la compañía del otro, es decir ¿Cuántas cosas no habían compartido, juntos, todos aquellos años como TVXQ? Y otras más viviendo juntas cuando apenas estaban entrenamiento, pero lo que era más importante no lo habían compartido. Mucho tiempo desperdiciado.
El mayor sintió su corazón latir con fuerza contra su pecho cuando Yunho tomó su mano y la llevó encima de la mesa para entrelazar sus dedos con los suyos. Era un gesto que ambos habían extrañado todo aquel tiempo. Sentir el calor del uno junto al otro.
   —  Ha sido mucho tiempo desde la última vez que pudimos hablar tranquilamente.  —  declaró Yunho.
Y así había sido. Lo peor de todo, fue que las últimas palabras que habían podido cruzar, Jaejoong las había dicho con ira y rencor, aquella vez en SM ENT.
  —  Te he extrañado…  —  el moreno era quien más valor había agarrado, sabía que no había tiempo que perder, que si tenía que arriesgarlo todo, lo haría, pero se daría la oportunidad de dejarle saber a Jaejoong que lo amaba. Si el mayor no correspondía sus sentimientos, o algo   — Peor  —  ocurría, no se arrepentiría de las consecuencias.
  —  Han sido casi tres años, Yunho…  —  respondió Jaejoong con un suspiro, mientras apretaba fuertemente la mano de su Dongsaeng.  —  ¿Por qué… por qué no confiaste en nosotros desde el principio?  —  era la pregunta que siempre había rondado en su cabeza desde que se enterara de las verdaderas razones de Yunho para quedarse en SM.
  —  Porque entonces ninguno sería libre en este momento… porque de haber decidido entre todos, Yoochun, Junsu y tú se hubieran quedado sin dudarlo, igual que lo hizo Changmin. No podía permitirlo. Al menos ustedes debían escapar. Al menos tú debías escapar…  —  añadió lo último en un murmullo que creyó inaudible, pero que Jaejoong había escuchado perfectamente, haciendo que su corazón latiera más apresuradamente que unos segundo antes, si es que eso era posible.
Jaejoong apretó con fuerza la mano de Yunho que tenía entre las suyas ¿Yunho pensaba en él cuando decidió quedarse en SM? Se mordió el labio inferior. Temía preguntar, porque temía también a la respuesta, pero ¿Acaso no estaban ahí para aclarar todo de una vez? ¿Para dejarle claro a Yunho sus sentimientos por él, de una vez por todas?
  —  El año pasado…  —  habló Yunho despacio, no queriendo sacar a Jaejoong de sus pensamientos, pero era necesario para él aclarar por qué no se comunicó con ellos, ni tampoco supieron de él.  — el año pasado volví a GwanJu… volví para hablar con mi familia, con mi padre. Volví para dejar en claro muchas cosas, Jaejoong.  —  el castaño levantó el rostro, pues hasta ese momento no había podido verle a los ojos, pero en cuanto mencionó aquello Jaejoong quiso saber lo que había ido a hablar con su padre.  —  Le dije a mi padre que no iba a abandonar lo que más amaba, que no iba a dejar la música y mucho menos iba a dejar DBSK.
  —  Luchaste por lo que quieres… una vez más.  — dijo el castaño con una sonrisa dulce en los labios. Yunho siempre había sabido lo que quería, siempre había luchado por ello. Su padre siempre se había opuesto a su entrada en el mundo de la música, pero Yunho siguió firme hasta haber llegado a donde se encontraba.
  —  Lucho por lo que amo… contra lo que se ponga enfrente mío… incluso contra los deseos de mi padre. Luché en SM para que tú  y los demás pudieran ser libre, porque no me importaba nada, excepto tu bienestar… si tú ya no sufrirías. No contaba con la inteligencia de Changmin y su manera de manipular a la gente… ¿Qué hicimos mal en su educación, Boo?  —  bromeó el moreno con una sonrisa, siguiendo a Changmin en eso de creerse sus padres.  —  Y también… también luché contra mi padre una vez más.
Jaejoong guardó silencio esperando lo siguiente que Yunho tuviera que confiarle. No quería apresurarse, no quería imaginarse qué era, pero su mente le daba muchas opciones.
  —  ¿Qué hiciste, Yunho?  —  fue su pregunta hecha en un murmullo, quería saber, pero a la vez… no, tenía que saberlo.
  —  Mi padre movió sus influencias para mandarme al servicio militar… por eso no supiste de mí en más de un año… estuve en Vietnam, en un vano intento de hacerme  cambiar de opinión  con respecto a mis decisiones. Creí que mi padre me conocería mejor, que sabría que cuando yo digo algo, cuando tomo mis decisiones, es difícil que llegue a cambiarlas.  —  el moreno suspiró con algo de pesadez.  —  Y no fue solamente eso lo que hizo, mi padre creyó conveniente hacer algo más por salvar el apellido Jung, e intentó… no, más bien lo hizo, me ha comprometido en matrimonio con una chica de mi ciudad natal. Conocida de mi infancia e hija de un importante comerciante de la ciudad, amigo de mi padre.  —  le explicó con una sonrisa un tanto cohibida.
  — ¿Comprometido? ¿Entonces a esto ha vuelto? ¿A decirnos eso? ¿Qué se casará?  —  La mente de Jaejoong estaba hecha un caos, quiso quitar la mano del agarre de Yunho, pero su Dongsaeng no estaba dispuesto a dejarlo ir nuevamente.
  —  Ni siquiera Changmin sabe esto… sólo JaeSoong… él fue  a buscarme a GwanJu cuando el servicio terminó.
¿JaeSoong sabía? ¿Y no le había dicho nada? Jaejoong tendría que hablar muy seriamente con ese hermanito suyo. Le había ocultado muchas cosas. Se suponía que él…
  —  Luché para regresar a ti sin ninguna atadura, Jaejoong… regresé por ti, porque te amo.  —  fueron las palabras directas del moreno.
Y la mente del mayor se quedó totalmente en blanco, sus pensamientos totalmente truncados. Por fin había podido escuchar aquellas palabras de labios de Yunho y fue… fue como confirmar algo que su corazón ya sabía, pero que su mente se negaba a aceptar hasta no haberlo escuchado de los labios de aquel hombre.
Jaejoong sólo podía mirarlo casi sin pestañear. Estaban ahí, hablando de sus sentimientos, de lo que Yunho había hecho por él. Jaejoong se sintió morir cuando escuchó que el sacrificio de Yunho había sido por él realmente.
  — ¿No crees que mereces una oportunidad de ser feliz? Deja de pensar en el qué dirán, o en lo que sucederá, porque eso aun no ocurre… piensa que tienes una oportunidad, arriésgate… 
Las palabras de su hermano volvieron a su mente. Yunho era quien se había arriesgado más de los dos.
  —  Hablé con mi padre, le dije la verdad, le dije que amaba a otro chico, que te amaba a ti. Que quería estar a tu lado, se opusiera o no, yo no iba a dejarte. Nunca más. Incluso iba a luchar contra ti mismo si es necesario para poder estar a tu lado…  —  pero sentía que aquello no sería necesario.
La mano de Jaejoong seguía firmemente sujeta a la suya, el rostro del mayor denotaba más sorpresa que enojo o repudio. Yunho estaba convencido de que sólo era cuestión de que Boo admitiera sus sentimientos y podrían estar juntos por fin.
  —  No debiste… no debiste hacerlo… te ha repudiado, tú… nuevamente has perdido a tu familia… Yunho, jamás debiste hacerlo…  —  no le miraba al rostro. Y es que el castaño se sentía tan culpable. Él había sido el motivo para un nuevo distanciamiento entre Yunho y su padre.
  —  Porque te amo, porque siento que hemos desperdiciado mucho tiempo… yo… no me amas ¿No es así?  —  Jaejoong no contestó, porque sabía que era mentirle y él jamás había sido bueno con eso.  —  Jaejoong, mírame… yo sé, algo me dice que sientes lo mismo por mí, que me amas realmente.  —  continuó el moreno ante el silencio del mayor.  —  pero si no es así… si en realidad no sientes amor por mí y no es nada más que un cariño de hermanos… o repudio… o lo que fuere…  —  le daba trabajo pronunciar aquellas palabras.  —  mírame al rostro y dímelo directamente… di que no me amas, que me odias, que no me quieres a tu lado. Entonces volveré a GwanJu, le pediré perdón de rodillas a mi padre y me casaré con esa chica.
Jaejoong sintió que su pecho se partía ante esas palabras, no podía mirarle a los ojos, pero tampoco podía decirle tal cosa, sería mentirse a sí mismo.
Yunho sabía que hacía mal en hacer aquel ultimátum, porque eso era, pero no podía darse el lujo de seguir perdiendo tiempo.
  —  Has perdido a tus padres de nuevo, por mi culpa… Yunho…
  —  Ellos eligieron su camino, fueron felices con sus decisiones, yo también quiero ser feliz con las mías, Boo… quiero estar a tu lado, quiero saber que cada día a partir de hoy…  —  respiró profundo, interrumpiéndose.  —  si en realidad quieres que me aleje de ti, si en realidad quieres que regrese a mi familia, con mis padres… dime que no me amas, dime que en realidad no sientes nada por mí y regresaré a casarme con ella.  —  no era así, no iba con él hacer algo parecido. Ya había tomado la decisión de permanecer al lado de su Boo aunque el sentimiento fuera recíproco o no, pero quería escuchar de los labios de Jaejoong la verdad.
  —  Debes volver a ellos…  —  dijo en un murmullo casi inaudible, no podía mirarle a la cara.
  — Una oportunidad, sólo date una oportunidad  —  parecía gritarle su corazón.
  —  No me importa el pasado, Boo…  —  dijo haciendo oídos sordos a esa petición tan débil por parte de su niño.  —  y quiero olvidarlo tanto como tú, quiero que miremos juntos al futuro, sigamos como DBSK o no. Quiero estar contigo.
El pelicastaño levantó el rostro para mirarle directamente a los ojos. En ellos sólo pudo ver amor, esperanza, Yunho en verdad quería algo con él, en verdad deseaba compartir su vida con él… y después de tantos años guardando ese sentimiento, no podía sentirse más libre que en ese momento, cuando Yunho levantó su mentón y lentamente bajó hasta cubrir sus labios con los suyos. Fue un beso lento, un beso que había esperado demasiado tiempo para ser dado, un beso que abría el corazón y les dejaba por fin ser, sentir como realmente eran.
  —  Te amo…  —  una frase a penas susurrada por el pelicastaño, una lágrima rebelde que rodaba cuesta abajo en su mejilla. Ese dolor, esa soledad, esas dudas fueron borradas con ese simple acto. Tal vez si Yunho no lo hubiese besado en aquel momento, Jaejoong se hubiera armado de valor para pedirle que se fuera, para pedirle que regresara a casa con sus padres y se casara, porque así debería de ser, porque él mismo se sentía como si no fuera suficiente para el moreno, porque sentía que de una u otra manera lo había traicionado al pensar que había sido capaz de hacer cosas bajas y ruines para perjudicarlo…
Sin embargo, ese beso, esa mirada, había acabado con su resistencia y había sido capaz solamente de decir lo que su corazón gritaba en cada latido, lo que él sentía con cada respiración.
  —  Y yo a ti, Boo, con toda mi alma…  —  volvió a besarlo, lentamente, disfrutando de su sabor, de la textura de aquellos labios rojos que por fin le pertenecían.  —  por un momento… por un momento llegué a creer que te había perdido, por un momento pensé que en realidad me pedirías que saliera de tu vida… y aun así… aun así te confieso que no lo hubiera hecho, que me hubiera quedado a tu lado a pesar de todo.  —  había acabado el beso para después apretar a su amor contra su pecho, besando con ternura su frente.
Jaejoong sonrió, acariciando la mejilla de Yunho con suavidad.
  —  Y yo no puedo estar más que agradecido por todo esto… Yo… Yunho, lo siento…  —  pero antes que pudiera añadir algo más, un nuevo beso le silenció.
  —  Eres adictivo…  —  murmuró Yunho con una sonrisa contra sus labios.  —  o es que tienes ese efecto en mí.  —  añadió en broma.  —  olvidemos el pasado. Volvamos a comenzar… estamos juntos y eso no vamos a desperdiciarlo.
  —  Cofcof…  —  una tos fingida llegó a sus oídos, Micky les había arruinado la atmósfera en aquel momento.
Y además de él, tres cabezas más asomaban graciosamente desde el pasillo de las habitaciones, mirándolos con curiosidad mientras sonreían.
  —  Perdón por interrumpir… sólo queríamos saber si… ¿Ya están juntos?  —  preguntó el ratón con una sonrisa que a su SoulMate le dijo que no iba a dejarlos en paz hasta que les dijeran.
  —  Oficialmente ¿Ya tengo Umma y Appa?  —  preguntó Changmin uniéndose al pelinegro.
  —  Oficialmente ¿Tengo cuñado?  —  completó JaeSoong, pero sintiendo en su interior esa felicidad que su hermano también sentía, solamente quería confirmar lo que ya sabía.
  —  Respondan, no nos dejen así.  —  pidió el delfín con un puchero.
Yunho miró a su Boo con una sonrisa, mientras le sostenía la mano muy cerca de su corazón.
  —  ¿Tú qué dices, Jaejoong? ¿Oficialmente?  —  preguntó con una sonrisa esperanzada.
  —  Oficialmente.  —  respondió con una sonrisa después de un momento.
  —  Entonces hicimos bien en pasar las cosas de Yunho a la habitación…  —  declaró JaeSoong  con una sonrisa.
  —  ¿Qué hicieron qué?  —  Jaejoong preguntó a la vez que su rostro se cubría de un intenso color rojo.
  —  Y eso quiere decir que DBSK también regresará. ¿Viste JaeSoong?  —  dijo Yoochun ignorando la vergüenza de su SoulMate.
  —  ¿O es que aun no hablan de eso?  —  Junsu les miró con un poco de miedo. Querían pensar que lo sucedido no había afectado su amistad como pensaron.
  —  En realidad, no…  —  Yunho afirmó.
  —  No hay problema, tomen su tiempo. Como ya le dije a JJ, ustedes son mis amigos, y primero, para mí, está el bienestar de ustedes y el de mi hermano, por supuesto.  —  aclaró el gemelo con una sonrisa comprensiva.
  —  Pero es que no hay mucho qué pensar.  —  respondió Jaejoong con una sonrisa para después girarse a mirar a su ahora pareja.  — Siempre juntos, siempre TVXQ  ¿Recuerdas?
  —   Siempre juntos, siempre TVXQ  —  respondió Yunho.
  —  ¿Entonces…?  —  preguntó Changmin con emoción en la voz.
  —  ¿Dónde firmamos, JaeSoong?  —  preguntó el líder con una sonrisa.

1 comentario :