— Mi Boo…
My Sexy Boo… — sintió su cálido aliento rozando su
oído cuando murmuró aquellas palabras que le causaron un escalofrío que le
recorrió desde la punta del cabello hasta la punta de los pies.
Se aferró con fuerza a la fuerte espalda del moreno que deslizaba ya sus
labios a lo largo de su cuello, dejando a su paso un rastro con su caliente
saliva, mientras esas manos traviesas se encargaban de deshacerse de la camisa
que cubría su torso e impedía que sintiera el calor que manaba del cuerpo del
más alto.
— Yun...Ho…
— su nombre escapó en un gemido
cuando los labios del moreno llegaron a ese punto que le estremeció y sintió su
sangre arder ante las caricias que dejaba por su piel.
Los dedos de Yunho atraparon una de sus tetillas y no la dejó en paz
hasta conseguir que endureciera, causando que el castaño jadeara de placer. Yunho
dejó en paz el cuello de Jaejoong para deslizar sus labios con rumbo a ese
pequeño montículo, el cual no dudó en morder suavemente, a la vez que su lengua
no dejaba de acariciarlo. El mayor se aferró a las sábanas, pues el placer que
su Dongsaeng despertaba en su cuerpo era demasiado.
No se había percatado de su desnudez, hasta que sintió la mano del
moreno tomando su miembro despierto para empezar a masturbarlo.
— Yun… Yunnie… ah… — quería detenerlo, quería decirle cuánto lo
amaba, cuánto lo había extrañado todo aquel tiempo, pero esas caricias lo
llevaban cada vez más cerca del cielo, que casi podía rozarlo con la punta de
sus dedos. Pero a pesar de todo, lo que tal vez más necesitaba era un beso
suyo, probar sus labios y parecía que Yunho leyó su mente, porque dejó su pecho
para mirarlo a los ojos e inclinarse sobre sus labios lentamente.
— Jaejoong ah…
— murmuró sobre ellos, bañándolos
con su aliento, pero el sonido de su voz se le hizo extraño, algo a lo que no
le tomó importancia debido a su estado de excitación.
— Yunnie ah…
— Jaejoong…
— le escuchó elevar su tono de
voz, pero lo único que quería era que por fin uniera sus labios a los suyos,
que dejara de llamarlo, para únicamente besarlo. — ¡JAEJOONG!
El grito que escuchó le hizo abrir los ojos desmesuradamente, la luz de
la habitación le cegó, haciéndole girar bruscamente, olvidando que estaba en la
orilla de la cama, por lo que cayó de trasero en el duro suelo de la habitación
de su hermano.
— Nunca vuelvas a soñar algo
semejante estando durmiendo conmigo en la misma cama, ¿Escuchaste, hermano? — le reclamó JaeSoong, respirando con dificultad, mientras sus mejillas se
teñían de carmesí.
El gemelo había sentido ese calor, esas sensaciones tan intensas, ahí
fue cuando despertó y escuchó a su hermano GEMIR, literalmente, el nombre de su
cuñado en sueños.
— ¿Fue sólo un sueño? — se preguntó en un murmullo, aún no entendía cómo aquellas sensaciones
pudieron haber sido recreadas tan plenamente por su mente.
— ¿Chicos, están bien? — la voz de Yunho en la puerta abierta de la
habitación les hizo voltear a mirar, pero el moreno no estaba solo, junto a él
se hallaban Changmin y Junsu. — escuchamos el grito y pensamos que algo les
había ocurrido.
— Nada, no pasó nada… sólo que
este pervertido estaba soñando que Yunho se lo estaba foagsdehs… — Jaejoong regresó a tiempo a la cama para
impedir que su lindo hermanito soltara la sopa.
— JaeSoong tuvo una pesadilla. — corrigió ¿a tiempo? Su Dongsaeng le miró con
cara de pocos amigos mientras seguía con la mano de Jaejoong sobre su boca. — ¿Cierto, hermanito? — le devolvió la mirada, de esas que podrían
dejar congelado a un esquimal.
Al gemelo menor no le quedó de otra más que asentir con un movimiento de
cabeza, fue entonces que Jaejoong le soltó.
— ¿Tan fuerte grité como para
levantarles a todos? — preguntó el pelinegro con una
sonrisa algo incómoda. Había estado a punto de irse de lengua larga con lo
sucedido con su hermano. — lo
lamento.
— ¿A todos? En realidad no todos
estamos aquí. Si tomas en cuenta que Yoochun duerme como oso en hibernación y
nada lo levanta… ni siquiera una amenaza de bomba atómica. — dijo Changmin con su clásico tono irónico.
— No estés tan seguro… — dijo Junsu con una sonrisa para que justo en
ese momento un adormilado Yoochun se hiciera presente en la puerta de la
habitación.
— Su ¿Por qué estás despierto? — dijo a la vez que hacía un ligero puchero y se
frotaba los ojos cual niño pequeño que recién se despertaba buscando sus
padres.
— Te lo dije… — advirtió a Changmin con una sonrisa. — bueno, chicos, si no ha sido nada, me voy a
dormir… que descansen. — dijo al tiempo que tomaba a Yoochun de la
mano y lo guiaba de regreso a su habitación.
— ¿Qué ha pasado, Su? — preguntó con algo de curiosidad el ratón, pero
no pudieron escuchar la respuesta debido a que la puerta se cerró tras ellos.
Changmin se estiró mientras bostezaba.
— Son las tres de la mañana, si
no ha pasado nada relevante, entonces voy a seguir durmiendo… Buenas noches,
chicos, perdón, buenos días… — les dijo a los
gemelos con ojos adormilados. — ¿Vienes, Hyung? — le preguntó a Yunho a la vez que daba la
vuelta para ir de regreso a la habitación que compartían.
— Mmm… — respondió del moreno a la vez que asentía con
la cabeza, pues no dejaba de mirar a Jaejoong en ningún momento. Sólo quería un
momento con él a solas, sólo un par de minutos, pero parecía que el mayor no
estaba dispuesto a dárselos. — Buenas noches, Jaejoong… Soongie. Que
descansen. — deseó el moreno antes de desviar su mirada y
cerrar la puerta de la habitación.
— Buenas noches… — respondió JaeSoong adormilado, volviendo a
acomodarse en la cama para dormir.
Jaejoong hizo un gesto con la nariz mientras su hermano cerraba los
ojos, dispuesto a que Morpheo lo regresara al mundo de los sueños… del cual no
debió salir. Jaejoong apagó la luz, dejando encendida únicamente la lámpara de
la mesita junto a él. Los acontecimientos del día regresaron a su mente uno por
uno. Desde su encuentro con Yunho y Changmin en el aeropuerto, hasta ese sueño
que sintió tan real.
Y ahí estaba de nuevo ese apodo, el cual se había repetido varias veces
a lo largo del día. Se sentó con la espalda apoyada en la cabecera de la cama.
Suspiró, pues no sabía qué pensar de aquello, hasta que por fin se decidió a
preguntarle a su hermano.
— JaeSoong… — le llamó suavemente. — Andreé…
— su gemelo le contestó con
un suave gruñido. — ¿Te has dormido?
— Se suponía… — contestó con tono adormilado.
— ¿Desde cuándo Yunho te llama Soongie? — preguntó directamente, a lo que su hermano le
contestó con un bufido. — está bien si no quieres contestar. — añadió con tono indignado.
— Algo me dice que si no te
contesto, me mantendrás despierto todo lo que resta de la noche. — el gemelo se sentó en la cama y se le quedó
mirando a su hermano. — ¿Cierto?
— Soy tu hermano… — le dijo Jaejoong con tono indignado.
— Y un novio celoso también, por
lo que veo… — le respondió con ironía. — ¿Te recuerdo quién se empeñó en dormir
conmigo? Bien pudiste haber compartido la habitación con él… y el sueñito de
hace un rato pudo haberse hecho realidad.
Jaejoong no respondió, pero su gemelo supo que sus mejillas se habían
teñido de carmesí. Suspiró con algo de pesadez antes de sentarse en la cama y
mirar a su gemelo.
— La verdad… no recuerdo cuándo
comenzó a llamarme así. Me imagino que Yunho es de los que se guían por la ley
de El
que calla otorga, así que como no me oyó quejarme habrá decidido que no me
molesta. — dijo el gemelo con una sonrisa. — pero como a ti te incomoda, mañana mismo le
diré que no vuelva a hacerlo ¿De acuerdo?
— le preguntó a su hermano.
Sabía que le debía algo por la manera en la que él había regresado a Yunho a su
vida, un encuentro totalmente inesperado para el mayor, quien aún no acababa de
superar lo de la demanda y lo que sucedió un año atrás.
— No, no… yo… — pero se vio interrumpido por su
hermano.
— Jaejoong, basta… debes pensar
en cómo hablar con él. En dejar las cosas en el pasado y retomar lo que has
dejado pendiente con respecto a Yunho. — le pidió su gemelo con tono de
voz serio.
— No es tan fácil como crees. — Jaejoong estaba muy avergonzado.
— Entonces empieza a dejar de
tener celos de todo aquel a quien trata con cariño… — le recriminó su gemelo. — tú bien sabes lo que siento tanto por Yunho
como por… como por Changmin. — titubeó por un momento. — y creo que he dejado más que aclaradas las
situaciones con respecto a ambos.
— ¿Entonces lo de Changmin… es
serio? — preguntó mirando a su hermano
con tristeza, porque sabía que era muy difícil poder aceptar lo que tu corazón
sentía por otro chico.
— No sé si es en serio o no, Jaejoong,
pero no he podido dejar de sentir esto por él, a pesar de que llevo un año
prácticamente sin verlo, más que nuestras conversaciones por Messenger, por
teléfono o por medio de mensajes al celular… aún así… jamás podré saberlo. Changmin…
Changmin es una persona inalcanzable para mí…
— Eso no es verdad, es decir, él
no ha…
— JJ… tu hijo menor está enamorado de alguien más. — le
reveló tratando de hacer parecer la noticia lo más normal posible. — Él ya tiene a alguien en su corazón y yo… yo
salgo sobrando. — miró a su hermano con seriedad. Jaejoong
podía sentir la tristeza en su hermano. — sé
que aún tienes remordimientos, pero quiero que tomes mi ejemplo… ahora tienes
la oportunidad de estar con él, de decirle lo que sientes. Sólo hazlo y si las
cosas no funcionan, entonces… sólo sabrás que al menos lo intentaste y que por
ti no quedó en nada. Sé que tal vez es
egoísta de mi parte pedirte esto, hermano, porque esto de alguna forma nos
beneficia a los dos… pero no puedo permitir, ni que tú sigas sufriendo y mucho
menos que Changmin siga rogando por un amor que nunca va a llegar y que te
pertenece por completo.
Esos eran los verdaderos sentimientos de JaeSoong, sus pensamientos eran
ignorados por su hermano, pero aquella angustia era sentida por el mayor de los
dos.
— ¿Crees que Yunho y yo… podamos
estar juntos por fin? — preguntó el castaño con una
sonrisa algo triste.
— Conoces a Yunho… ¿Vale la pena
luchar por él? ¿Crees que pueda haber un futuro entre ustedes? Sé sincero
contigo mismo, Jaejoong… porque si no puedes tener las respuestas por ti mismo,
entonces no vale la pena. — le dijo con una sonrisa. — Y tal
vez, sólo así, tal vez… Changmin pueda superar por fin ese sentimiento por Yunho.
Jaejoong miro a su gemelo a través de la penumbra que reinaba en
el cuarto. JaeSoong sonrió con tristeza.
— ¿No crees que tú deberías
seguir tu propio consejo? Es decir, Changmin está aquí, la otra persona no lo
ama, tú puedes tener la oportunidad. — intentó animarle.
— Si supieras que la persona que más ama Changmin está precisamente
compartiendo la habitación con él y es la misma persona que tú amas.
— Yo no podría hacer nada para
separarlo de esa persona, porque es muy importante para él. Tú al contrario de
mi, puedes… aun tienes la oportunidad de estar a su lado… — corrigió rápidamente, mientras con suavidad
acariciaba el rostro de su hermano mayor.
— elige la opción que creas correcta.
— Tengo miedo. — murmuró el mayor. — de que al final se convierta en un error. Hay
tantas cosas en contra de nosotros… —
la mirada interrogante de su hermano le
dijo que en realidad no comprendía del todo lo que le decía.
JaeSoong encendió las luces por completo y se giró para mirar a su
hermano a los ojos.
— Explícame, quiero entender. — pidió.
— Tú creciste en este lugar,
donde hay una mentalidad con respecto a la orientación sexual mucho más abierta
que en nuestro país natal… ahí la homosexualidad aun es un tabú completamente y
muchos hombres y mujeres son obligados a casarse, incluso son comprometidos
desde el nacimiento.
— Prácticas ancestrales muy
arraigadas. — comprendió el menor.
— Imagínate un Jung Yunho
creciendo con una familia totalmente tradicionalista, donde el padre ordena lo
que se debe de hacer y cómo se debe de hacer.
— Yunho ya fue en contra de eso
una vez…
— Y le valió una época de
carencias y necesidades, cuando no pudo contar con ningún apoyo, ni siquiera el
de su madre. — Jaejoong recordaba la de veces
que había visto a Yunho derrumbarse por el rechazo de su padre, por su negativa
a escucharle, a pesar de que al final tuvo que admitir que había sido la
decisión correcta, mucho tiempo después, cuando ya Yunho le pudo demostrar que
tendría éxito y que era más feliz en un escenario que tras unos libros, tras
una fachada de abogado.
El gemelo asintió.
— Tienes miedo de que su padre le
rechace nuevamente…
— No sólo le rechazará, JaeSoong,
le hará lo peor que se le puede hacer a un hijo, repudiarlo…
— ¿Y tu familia? ¿No has pensado
en lo que significaría para tus padres adoptivos? ¿Para SeYoung Umma?
— Lo que pase conmigo no importa,
yo sólo soy Jaejoong, el octavo hijo de la familia Kim, ni siquiera soy un
primogénito…
— De nosotros dos sí lo eres, lo
sabes. — interrumpió. — eres mi hermano mayor, eres lo único que me
ata a lo que realmente soy, Jaejoong… eres mi hermano, mi otra mitad y aunque
tú no lo veas de esta manera… también has sufrido mucho todo este tiempo, ¿No
crees que mereces una oportunidad de ser feliz? Deja de pensar en el qué dirán,
o en lo que sucederá, porque eso aun no ocurre… piensa que tienes una
oportunidad, arriésgate, por algo él está aquí, por algo no se ha marchado al
verte… — le sonrió con confianza. JaeSoong tomó la
mano de su hermano. — lo demás ya no estará en tus
manos. Sólo habla y las cosas caerán por su propio peso, si las cosas se
desarrollan para mal, sé que saldrás herido, pero al final de todo te
recuperarás y volverás a sonreír, pero si la suerte está de tu lado y las cosas
se desarrollan para tu bienestar y felicidad, ¡¿qué demonios te importa lo que
piensen los demás?! Soy tu hermano, yo estaré a tu lado, apoyándote, Yunho
estará a tu lado amándote y tendrás el cariño y la comprensión de tus hijos,
tu familia. ¿Qué más necesitas? — preguntó con una sonrisa.
— Te conviene que yo quede en
buenos términos con Yunho, para saber si al fin y al cabo podrás o no reunir a
DBSG, ¿no es cierto? — preguntó incrédulo
el mayor.
— Que DBSG ni que nada… primero
está mi hermano, y mi trabajo… bueno, sé que vivo de eso, pero no es más
importante, además, siempre puedo robarle otro grupo a SM ENT… SHINee por
ejemplo… esos niños sí que tienen talento…
— ¡Hey!
— Ja, ja, ja, ja… ya duérmete… sé
que estoy de vacaciones, pero ésta no es la idea que tenía para una desvelada. — respondió JaeSoong con una sonrisa.
— Aun hay algo más… — le señaló Jaejoong. — el hecho de que desconfié de él cuando vino a
buscarte. Eso es algo que me temo, será difícil que Yunho me perdone.
— Ya no son unos niños, Jaejoong.
No puedes seguir huyendo de él. Sabes que más tarde o más temprano tendrán que
hablarlo y es mejor que sea ahora, antes de que sea demasiado tarde. — dijo el menor acomodándose para dormir y
apagando las luces principales.
Jaejoong respiró profundamente, sabía que su hermano tenía razón. Yunho
estaba ahí. Debían hablar, debían aclarar las cosas.
>>> ♥ <<<
Esa mañana algo le hizo despertarse temprano. No sabía qué había sido,
simplemente abrió los ojos y ya no pudo volver a cerrarlos. El departamento
estaba en completo silencio, así que todos debían seguir dormidos.
El pelinegro se levantó con algo de pereza para dirigirse al baño,
después hacia la cocina. Yunho seguía durmiendo a pierna suelta en la cama
junto a la suya, con los ojos y la boca medio abiertos. Ya estaba acostumbrado
a ello, pero eso no significaba que le hubiera dejado de parecer gracioso desde
que lo vio.
Cuando salió al pasillo, un ruido en la habitación del fondo le llamó la
atención. Sabía que el departamento de JaeSoong tenía 4 habitaciones, por algo
estaba en un edificio de una de las zonas más exclusivas de Nueva York. Tres
eran utilizadas como recámaras, la sobrante no era especificada, tal vez era su
estudio o su biblioteca. Así que escuchando el sonido nuevamente, la
curiosidad, como siempre, pudo más con el makné y se dirigió hacia esa puerta.
El cuarto resultó estar acondicionado como gimnasio, con una caminadora,
una bicicleta para spinning, un saco de boxeo, una escaladora y un gimnasio de
cuatro estaciones (http://www.checalo — triques.com.mx/_fotos/161 — 80369.jpg).
JaeSoong estaba dentro, golpeaba el saco con fuerza. Todos los músculos
de su espalda se marcaban contra la tela de aquella camisa sin mangas que
llevaba ya muy mojada por el sudor del entrenamiento. A tal grado que incluso
traslucía aquel extraño tatuaje que le abarcaba toda la espalda.
Y entonces lo sintió, de nuevo aquel latido, un vuelco en su estómago,
casi la misma sensación que aquella vez cuando su asistente le colocaba la
corbata, pero esta escena le gustaba mucho más. ¿Él había pensado eso?
El gemelo aún no se daba cuenta de que estaba siendo observado, pues
llevaba puestos los audífonos de su Ipod que llevaba en su funda atada a uno de
sus brazos. Esto le permitió a Changmin seguir haciendo una inspección
detallada de su anfitrión.
La fuerza que imprimía a sus golpes era bastante, sus nudillos y muñecas
iban protegidos por vendas fuertemente fijas a ellos.
— ¡Oh, Changmin, te has levantado
ya! — le saludó con una sonrisa cuando por fin se
dio cuenta de su presencia.
El menor ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado observándolo entrenar,
pues se había perdido entre las líneas de ese tatuaje que estaba extremadamente
detallado.
— ¿Le habrá dolido mucho? — Se preguntó antes de responder.
— Buenos Días, JaeSoong ah… — hizo un leve movimiento con la cabeza,
mientras el gemelo se acercaba a él, limpiándose el exceso de sudor de su
rostro con una toalla. — había olvidado ese tatuaje. — le señaló.
— Es porque siempre lo llevo
cubierto. — frunció un poco el ceño.
— ¿Cuándo te lo hiciste? — no pudo evitar preguntar.
— Justo después del accidente que
tuve en la motocicleta… iré a darme una ducha. — dijo con tono cortante de voz, pues era algo
de lo que casi no le gustaba hablar. Sin embargo, sabía que con Changmin había
sido muy hiriente. — te contaré en el desayuno,
después de que me duche ¿Te parece? —
prometió.
Y Changmin parecía que no olvidaría eso, pues después de la ducha y de
preparar para ambos un desayuno ligero, preguntó de nuevo por el tatuaje de su
espalda.
— Fue un accidente difícil de
superar, no sólo físicamente, Changmin… también emocionalmente. — le contó.
— Mi mejor amigo iba conduciendo. Me dio el
casco para protegerme, pero él iba sin nada. Cuando nos embistió la camioneta,
yo quedé atrapado entre los hierros retorcidos de la moto y la defensa del
automóvil, pero mi amigo salió disparado… murió instantáneamente al golpearse
la cabeza cuando cayó. — le relató aún dolido.
— Lamento haber insistido para
que me contaras. — dijo el moreno cuando escuchó
aquello.
— No, está bien… yo caí en
depresión, porque no sabían si iba a poder volver a caminar. — siguió explicando. — Es decir, habían salvado mi pierna de la
amputación, pero no sabían si iba a serme útil de cualquier manera. Ahí fue
cuando una de mis amigas me raptó una mañana con todo y silla de ruedas, me
llevó a un salón de tatuajes y, entre ella y dos amigos míos más, me tomaron e
hicieron que el chico me tatuara ese par de alas que ella había dibujado… fue
una de las cosas más dolorosas que he vivido, no lo volvería a hacer. — dijo el gemelo después de tomar un poco de
jugo. — después, me plantó de nuevo en
la silla y me dijo mirándome directo a los ojos. ¿Te dolió? ¿Te sigue doliendo? Pues verás
que a pesar de eso estás aquí y sigues vivo, por algún motivo, por alguna razón
no moriste junto con Richard y no lo harás por esto, sobrevivirás… es un dolor
que te hará más fuerte, seguirás adelante a pesar de él, aunque te dejará una
profunda huella, como este tatuaje en tu piel, pero en el alma. Es una huella
que no podrás borrar, ni siquiera con láser y que es parte de la vida, de tu
vida. — JaeSoong suspiró. — Y aprendí la lección ese día… de una manera
poco ortodoxa, pero lo hice. Salí adelante. Me sometí a las cirugías
necesarias, a la rehabilitación… y aunque en invierno puedo sentir como si me
taladraran la pierna de dolor, aquí estoy, y aquí seguiré… este tatuaje, me lo
recuerda. — concluyó su relato.
— Eres muy raro… creo que le
ganas a tu hermano. — añadió divertido Changmin,
tratando de aliviar aquella pesada atmósfera que había quedado.
— Oh, no… nadie como Jaejoong
para eso… y lo de anoche me lo confirmó.
— le dijo con
una sonrisa que dejaba ver un poco la frustración que atravesaba.
— ¿Entonces lo del sueño no fue
una broma? — preguntó Changmin con sorpresa. — ¿Cómo supiste?
— ¿Recuerdas aquella vez que me
hablaste de la comunicación entre gemelos? Pues no resultó tan loca la idea
como pensaba. — le afirmó tomando el último poco
de su jugo de naranja.
— ¿Tú sientes lo que él siente?
— Y si estamos demasiado cerca,
créeme que es peor. — le aseguró.
Changmin empezó a reír cuando Jaejoong se asomó por el pasillo.
— ¿Se han desayunado ya? — preguntó sorprendido. A penas eran las 10 de
la mañana y los dos ya estaban despiertos.
— Estoy acostumbrado a levantarme
temprano, Jaejoong… — respondió JaeSoong. — y no ayudaste en nada con lo de anoche.
— Lo lamento. — respondió el castaño con una sonrisa un poco
cohibida. — Changmin, yo… ayer no estaba
en un buen momento, es decir…
— No te preocupes, Umma,
entiendo… — le interrumpió, ganándose una
mirada de advertencia del mayor. — sé
que estás feliz de vernos. — le completó.
Jaejoong se sentó en la mesa con ellos.
— Changmin… lo que ocurrió… la
separación… — ¡Dios! Jaejoong se sentía como
si estuviera dando una explicación a su hijo menor sobre por qué papá y mamá
parecían peleados esos días.
— Umma… te queremos, Appa y yo te
queremos, les extrañamos mucho a los tres y lo que hicimos, lo hicimos por
ustedes… — Changmin miró hacia JaeSoong,
quien sabía en realidad el menor había tenido sus propios motivos.
— Aún… aún tengo que hablar con Yunho…
no… no será sencillo ¿Cierto? — le preguntó, tratando de
averiguar la situación con el otro chico.
— ¿Por qué no mejor me lo
preguntas a mí? — la voz de Yunho les llegó
claramente.
El joven ya se había levantado y escuchado perfectamente que Jaejoong
estaba buscando saber con Changmin cómo se sentía él con la situación.
— Era lo que yo iba a decir… — añadió Changmin con un ligero puchero.
— Changmin ah, ven… dejemos que
ellos hablen sus cosas a solas y aclaren TODO. — le levantó JaeSoong mientras miraba a su
hermano, dándole ánimos para seguir adelante. Con la mirada parecía decirle — Ha llegado la hora. Es ahora o nunca. — y
Jaejoong sólo asintió con un ligero movimiento de cabeza. Sin embargo, ninguno
de los dos sabía cómo comenzar.
>>> ♥ <<<
Changmin fue guiado hacia la habitación que JaeSoong compartía con su
hermano.
— Ahora sólo resta esperar que ni
Yoochun ni Junsu se levanten porque sus estómagos les ordenen hacerlo. — se quejó el menor con una mirada hacia la
habitación del frente, tratando de no sentir aquel revoloteo en su estómago,
era nerviosismo y no sabía por qué.
— No te queda hacerla de
casamentero ¿Sabes? — le dijo al más joven con una
mirada de curiosidad. — Dime Changmin ¿Aún sientes algo por Yunho? — fue
una pregunta directa y lo sabía, pero no quería que por hacerla de mártir,
saliera más lastimado de lo que ya estaba. No soportaría verlo derrumbado.
— ¿Sentir algo por él? Sí, aún
siento por él cariño, admiración, puedo decirte que es… un cariño de hermanos,
de hijo a padre, si lo quieres ver de esa manera. Yunho siempre ha visto por
mí, siempre… — de repente se quedó
callado, como si sopesara sus propias palabras. Como si se diera cuenta de lo
que acababa de decir.
— ¿Changmin? — le llamó el mayor con algo de preocupación en
la voz.
Y el menor sólo pudo levantar la mano para que se quedara callado, pues
acababa realmente de entender sus sentimientos por su líder. No era que hubiera
amado a Yunho, es decir, tal vez al principio si lo hubiera hecho, pero en
realidad de lo que se había enamorado era de lo que Yunho representaba para él.
Cariño, protección, sacrificio… Changmin se había enamorado de la idea de que
alguien lo amara así. Él no amaba a Yunho, sino quería que alguien lo amara y
lo protegiera de la misma manera que él amaba, protegía y se preocupaba por Jaejoong.
Yunho había sido el primer chico que había descubierto que le atraía y en su
propia soledad, en aquel mundo donde había vivido prácticamente en cautiverio,
sólo había podido aferrarse a una ilusión… Changmin se había aferrado a aquello
que Yunho había despertado en él.
— Ahora… lo importante es que
ellos dos estén juntos… — dijo con una
sonrisa muy tranquila. No había dolor en sus ojos ni en sus palabras, sólo… el
sentimiento de que por fin sus Hyungs podrían ser felices juntos… — si ellos se dan la oportunidad. — murmuró lo último.
>>> ♥ <<<
Jaejoong seguía sentado en la mesa del comedor, cuando el moreno se
sentó a su lado. El silencio no era cómodo, pero tampoco podrían decir que les
molestaba la compañía del otro, es decir ¿Cuántas cosas no habían compartido,
juntos, todos aquellos años como TVXQ? Y otras más viviendo juntas cuando
apenas estaban entrenamiento, pero lo que era más importante no lo habían
compartido. Mucho tiempo desperdiciado.
El mayor sintió su corazón latir con fuerza contra su pecho cuando Yunho
tomó su mano y la llevó encima de la mesa para entrelazar sus dedos con los
suyos. Era un gesto que ambos habían extrañado todo aquel tiempo. Sentir el
calor del uno junto al otro.
— Ha
sido mucho tiempo desde la última vez que pudimos hablar tranquilamente. — declaró Yunho.
Y así había sido. Lo peor de todo, fue que las últimas palabras que
habían podido cruzar, Jaejoong las había dicho con ira y rencor, aquella vez en
SM ENT.
— Te he extrañado… — el moreno era quien más valor había agarrado,
sabía que no había tiempo que perder, que si tenía que arriesgarlo todo, lo
haría, pero se daría la oportunidad de dejarle saber a Jaejoong que lo amaba.
Si el mayor no correspondía sus sentimientos, o algo — Peor
— ocurría, no se arrepentiría de
las consecuencias.
— Han sido casi tres años, Yunho… — respondió Jaejoong con un suspiro, mientras
apretaba fuertemente la mano de su Dongsaeng.
— ¿Por qué… por qué no confiaste en nosotros
desde el principio? — era la pregunta que siempre había rondado en
su cabeza desde que se enterara de las verdaderas razones de Yunho para
quedarse en SM.
— Porque entonces ninguno sería
libre en este momento… porque de haber decidido entre todos, Yoochun, Junsu y
tú se hubieran quedado sin dudarlo, igual que lo hizo Changmin. No podía
permitirlo. Al menos ustedes debían escapar. Al menos tú debías escapar… — añadió lo último en un murmullo que creyó inaudible, pero que Jaejoong
había escuchado perfectamente, haciendo que su corazón latiera más
apresuradamente que unos segundo antes, si es que eso era posible.
Jaejoong apretó con fuerza la mano de Yunho que tenía entre las suyas ¿Yunho
pensaba en él cuando decidió quedarse en SM? Se mordió el labio inferior. Temía
preguntar, porque temía también a la respuesta, pero ¿Acaso no estaban ahí para
aclarar todo de una vez? ¿Para dejarle claro a Yunho sus sentimientos por él,
de una vez por todas?
— El año pasado… — habló Yunho despacio, no queriendo sacar a Jaejoong
de sus pensamientos, pero era necesario para él aclarar por qué no se comunicó
con ellos, ni tampoco supieron de él. — el año pasado volví a GwanJu… volví para
hablar con mi familia, con mi padre. Volví para dejar en claro muchas cosas, Jaejoong. — el
castaño levantó el rostro, pues hasta ese momento no había podido verle a los
ojos, pero en cuanto mencionó aquello Jaejoong quiso saber lo que había ido a
hablar con su padre. — Le
dije a mi padre que no iba a abandonar lo que más amaba, que no iba a dejar la
música y mucho menos iba a dejar DBSK.
— Luchaste por lo que quieres…
una vez más. — dijo el castaño con una sonrisa dulce en los labios. Yunho siempre
había sabido lo que quería, siempre había luchado por ello. Su padre siempre se
había opuesto a su entrada en el mundo de la música, pero Yunho siguió firme
hasta haber llegado a donde se encontraba.
— Lucho por lo que amo… contra lo
que se ponga enfrente mío… incluso contra los deseos de mi padre. Luché en SM
para que tú y los demás pudieran ser libre, porque no me importaba nada,
excepto tu bienestar… si tú ya no sufrirías. No contaba con la inteligencia de Changmin
y su manera de manipular a la gente… ¿Qué hicimos mal en su educación, Boo? — bromeó el moreno con una sonrisa, siguiendo a Changmin
en eso de creerse sus padres. — Y
también… también luché contra mi padre una vez más.
Jaejoong guardó silencio esperando lo siguiente que Yunho tuviera que
confiarle. No quería apresurarse, no quería imaginarse qué era, pero su mente
le daba muchas opciones.
— ¿Qué hiciste, Yunho? — fue su pregunta hecha en un murmullo, quería
saber, pero a la vez… no, tenía que saberlo.
— Mi padre movió sus influencias
para mandarme al servicio militar… por eso no supiste de mí en más de un año…
estuve en Vietnam, en un vano intento de hacerme cambiar
de opinión con respecto a mis
decisiones. Creí que mi padre me conocería mejor, que sabría que cuando yo digo
algo, cuando tomo mis decisiones, es difícil que llegue a cambiarlas. — el moreno suspiró con algo de pesadez. — Y no fue solamente eso lo que hizo, mi padre
creyó conveniente hacer algo más por salvar el apellido Jung, e intentó… no,
más bien lo hizo, me ha comprometido en matrimonio con una chica de mi ciudad
natal. Conocida de mi infancia e hija de un importante comerciante de la
ciudad, amigo de mi padre. — le explicó con una sonrisa un tanto
cohibida.
— ¿Comprometido? ¿Entonces a esto ha vuelto? ¿A decirnos eso? ¿Qué se
casará? — La mente de Jaejoong estaba
hecha un caos, quiso quitar la mano del agarre de Yunho, pero su Dongsaeng no
estaba dispuesto a dejarlo ir nuevamente.
— Ni siquiera Changmin sabe esto…
sólo JaeSoong… él fue a buscarme a GwanJu cuando el servicio terminó.
¿JaeSoong sabía? ¿Y no le había dicho nada? Jaejoong tendría que hablar
muy seriamente con ese hermanito suyo. Le había ocultado muchas cosas. Se
suponía que él…
— Luché para regresar a ti sin
ninguna atadura, Jaejoong… regresé por ti, porque te amo. — fueron las palabras directas del moreno.
Y la mente del mayor se quedó totalmente en blanco, sus pensamientos
totalmente truncados. Por fin había podido escuchar aquellas palabras de labios
de Yunho y fue… fue como confirmar algo que su corazón ya sabía, pero que su
mente se negaba a aceptar hasta no haberlo escuchado de los labios de aquel
hombre.
Jaejoong sólo podía mirarlo casi sin pestañear. Estaban ahí, hablando de
sus sentimientos, de lo que Yunho había hecho por él. Jaejoong se sintió morir
cuando escuchó que el sacrificio de Yunho había sido por él realmente.
— ¿No crees que mereces una oportunidad de
ser feliz? Deja de pensar en el qué dirán, o en lo que sucederá, porque eso aun
no ocurre… piensa que tienes una oportunidad, arriésgate…
Las palabras de su hermano volvieron a su mente. Yunho era quien se
había arriesgado más de los dos.
— Hablé con mi padre, le dije la
verdad, le dije que amaba a otro chico, que te amaba a ti. Que quería estar a
tu lado, se opusiera o no, yo no iba a dejarte. Nunca más. Incluso iba a luchar
contra ti mismo si es necesario para poder estar a tu lado… — pero sentía que aquello no sería necesario.
La mano de Jaejoong seguía firmemente sujeta a la suya, el rostro del
mayor denotaba más sorpresa que enojo o repudio. Yunho estaba convencido de que
sólo era cuestión de que Boo admitiera sus sentimientos y podrían estar juntos
por fin.
— No debiste… no debiste hacerlo…
te ha repudiado, tú… nuevamente has perdido a tu familia… Yunho, jamás debiste
hacerlo… — no le miraba al rostro. Y es que
el castaño se sentía tan culpable. Él había sido el motivo para un nuevo
distanciamiento entre Yunho y su padre.
— Porque te amo, porque siento
que hemos desperdiciado mucho tiempo… yo… no me amas ¿No es así? — Jaejoong no contestó, porque sabía que era
mentirle y él jamás había sido bueno con eso.
— Jaejoong, mírame… yo sé, algo me dice que
sientes lo mismo por mí, que me amas realmente.
— continuó el moreno ante el
silencio del mayor. — pero si no es así… si en
realidad no sientes amor por mí y no es nada más que un cariño de hermanos… o
repudio… o lo que fuere… — le daba trabajo pronunciar aquellas palabras. — mírame al rostro y dímelo directamente… di que
no me amas, que me odias, que no me quieres a tu lado. Entonces volveré a
GwanJu, le pediré perdón de rodillas a mi padre y me casaré con esa chica.
Jaejoong sintió que su pecho se partía ante esas palabras, no podía
mirarle a los ojos, pero tampoco podía decirle tal cosa, sería mentirse a sí
mismo.
Yunho sabía que hacía mal en hacer aquel ultimátum, porque eso era, pero
no podía darse el lujo de seguir perdiendo tiempo.
— Has perdido a tus padres de
nuevo, por mi culpa… Yunho…
— Ellos eligieron su camino,
fueron felices con sus decisiones, yo también quiero ser feliz con las mías,
Boo… quiero estar a tu lado, quiero saber que cada día a partir de hoy… — respiró profundo, interrumpiéndose. — si en realidad quieres que me aleje de ti, si
en realidad quieres que regrese a mi familia, con mis padres… dime que no me
amas, dime que en realidad no sientes nada por mí y regresaré a casarme con
ella. — no era así, no iba con él hacer algo parecido.
Ya había tomado la decisión de permanecer al lado de su Boo aunque el
sentimiento fuera recíproco o no, pero quería escuchar de los labios de Jaejoong
la verdad.
— Debes volver a ellos… — dijo en un murmullo casi inaudible, no podía
mirarle a la cara.
— Una oportunidad, sólo date una
oportunidad — parecía gritarle su corazón.
— No me importa el pasado, Boo… — dijo haciendo oídos sordos a esa petición tan
débil por parte de su niño. — y
quiero olvidarlo tanto como tú, quiero que miremos juntos al futuro, sigamos
como DBSK o no. Quiero estar contigo.
El pelicastaño levantó el rostro para mirarle directamente a los ojos.
En ellos sólo pudo ver amor, esperanza, Yunho en verdad quería algo con él, en
verdad deseaba compartir su vida con él… y después de tantos años guardando ese
sentimiento, no podía sentirse más libre que en ese momento, cuando Yunho
levantó su mentón y lentamente bajó hasta cubrir sus labios con los suyos. Fue
un beso lento, un beso que había esperado demasiado tiempo para ser dado, un
beso que abría el corazón y les dejaba por fin ser, sentir como realmente eran.
— Te amo… — una frase a penas susurrada por el
pelicastaño, una lágrima rebelde que rodaba cuesta abajo en su mejilla. Ese
dolor, esa soledad, esas dudas fueron borradas con ese simple acto. Tal vez si Yunho
no lo hubiese besado en aquel momento, Jaejoong se hubiera armado de valor para
pedirle que se fuera, para pedirle que regresara a casa con sus padres y se
casara, porque así debería de ser, porque él mismo se sentía como si no fuera
suficiente para el moreno, porque sentía que de una u otra manera lo había
traicionado al pensar que había sido capaz de hacer cosas bajas y ruines para
perjudicarlo…
Sin embargo, ese beso, esa mirada, había acabado con su resistencia y
había sido capaz solamente de decir lo que su corazón gritaba en cada latido,
lo que él sentía con cada respiración.
— Y yo a ti, Boo, con toda mi
alma… — volvió a besarlo, lentamente,
disfrutando de su sabor, de la textura de aquellos labios rojos que por fin le
pertenecían. — por un momento… por un momento
llegué a creer que te había perdido, por un momento pensé que en realidad me
pedirías que saliera de tu vida… y aun así… aun así te confieso que no lo
hubiera hecho, que me hubiera quedado a tu lado a pesar de todo. — había acabado el beso para después apretar a
su amor contra su pecho, besando con ternura su frente.
Jaejoong sonrió, acariciando la mejilla de Yunho con suavidad.
— Y yo no puedo estar más que
agradecido por todo esto… Yo… Yunho, lo siento…
— pero antes
que pudiera añadir algo más, un nuevo beso le silenció.
— Eres adictivo… — murmuró Yunho con una sonrisa contra sus
labios. — o es que tienes ese efecto en
mí. — añadió en broma. — olvidemos el pasado. Volvamos a comenzar…
estamos juntos y eso no vamos a desperdiciarlo.
— Cofcof… — una tos fingida llegó a sus oídos, Micky les había arruinado la
atmósfera en aquel momento.
Y además de él, tres cabezas más asomaban graciosamente desde el pasillo
de las habitaciones, mirándolos con curiosidad mientras sonreían.
— Perdón por interrumpir… sólo
queríamos saber si… ¿Ya están juntos? — preguntó el ratón con una
sonrisa que a su SoulMate le dijo que no iba a dejarlos en paz hasta que les
dijeran.
— Oficialmente ¿Ya tengo Umma y
Appa? — preguntó Changmin uniéndose al
pelinegro.
— Oficialmente ¿Tengo cuñado? — completó JaeSoong, pero sintiendo en su
interior esa felicidad que su hermano también sentía, solamente quería
confirmar lo que ya sabía.
— Respondan, no nos dejen así. — pidió el delfín con un puchero.
Yunho miró a su Boo con una sonrisa, mientras le sostenía la mano muy
cerca de su corazón.
— ¿Tú qué dices, Jaejoong?
¿Oficialmente? — preguntó con una sonrisa
esperanzada.
— Oficialmente. — respondió con una sonrisa después de un momento.
— Entonces hicimos bien en pasar
las cosas de Yunho a la habitación… — declaró JaeSoong con una
sonrisa.
— ¿Qué hicieron qué? — Jaejoong preguntó a la vez que su rostro se cubría de un intenso color
rojo.
— Y eso quiere decir que DBSK
también regresará. ¿Viste JaeSoong? — dijo Yoochun ignorando la
vergüenza de su SoulMate.
— ¿O es que aun no hablan de eso? — Junsu les miró con un poco de miedo. Querían pensar que lo sucedido no
había afectado su amistad como pensaron.
— En realidad, no… — Yunho afirmó.
— No hay problema, tomen su
tiempo. Como ya le dije a JJ, ustedes son mis amigos, y primero, para mí, está
el bienestar de ustedes y el de mi hermano, por supuesto. — aclaró el gemelo con una sonrisa comprensiva.
— Pero es que no hay mucho qué
pensar. — respondió Jaejoong con una
sonrisa para después girarse a mirar a su ahora pareja. — Siempre juntos, siempre TVXQ
¿Recuerdas?
— Siempre juntos, siempre TVXQ — respondió Yunho.
— ¿Entonces…? — preguntó Changmin con emoción en la voz.
— ¿Dónde firmamos, JaeSoong? — preguntó el líder con una sonrisa.
Lindo, precioso, tierno, hermoso, hermoso, hermoso...
ResponderEliminarGracias!!!