Corrimos un largo camino hasta que llegamos a un extraño lugar,
había alguien ahí que cuando nos vio corrió hacia nosotros.
— ¿Ah?
Miré a Yoochun el cual le sonrió al tipo que ahora estaba frente
a nosotros. Creo que es el más normal que he visto hasta ahora. No tenía orejas
ni cola de ningún tipo, solo un sombrero de copa muy elegante y una taza de té
en una mano.
— Ven,
vamos. Ya es hora del té – sonrió tomándome de la
mano, llevándome hacia una gran mesa.
— ¿Hora
del té? Pero…
— Pero
nada, pequeño – Me sirvió una taza de té y
sonrió – Bébela
— Gracias, pero…
— Bébela – Me
miró con mirada asesina, así que solo tomé de la taza — ¡Bien! ¿A que está delicioso?
— Ehm…
si, gracias – Iba a tomar nuevamente pero
él me quitó la taza lanzándola lejos, lo miré confundido y volvió a darme otra
taza de té.
Luego de varias tazas de té arrojadas a quien sabe dónde,
Yoochun y el chico se sentaron uno a cada lado mío.
— Oh,
pero que maleducado. Soy Junsu — sonrió dándome la mano y
agitándola enérgicamente.
— Changmin –
respondí
— Lo sé,
tonto
¿Por qué a todos les gusta decirme tonto? Ya me está cansando
ese maldito apodo.
— Creo
que es tarde… Debería irme – sonreí algo
nervioso levantándome, pero la mano de Junsu me detuvo.
— Deberías, Si. Pero aún no puedes. – Me sonrió, pero aún así no quito ese silente mensaje de “Si
te vas de mato” o peor aún “Si te vas te violo”
— En
serio, debo irme
— No,
no debes – Sonrió Yoochun
— ¿Y no
se suponía que estamos atrasados? – me excusé
— Sí, pero puedo hacerme un tiempo para estas…
situaciones – Eso último lo dijo con un
tono de voz muy… sexual para mi gusto.
“Esto se pondrá peligroso”
Pensé, asustándome bastante.
— No,
en serio debo… — El chico del sombrero,
Junsu, se acercó a mí y me besó, me alejé pero esta vez no me quejé. No ganaba
absolutamente nada con hacerlo.
Como no demostré señales de molestia o algo así, volvió a
besarme, de pronto sentí unas manos ajenas a las suyas (estas sujetaban mi
rostro) posarse en mis caderas, miré de reojo por sobre mi hombro y era
Yoochun, el cual comenzó a lamer mi cuello. Ya no tenía energías para negarme,
así que lo único que hice fue posar mis manos en el bien formado trasero de
Junsu, acercando sus caderas a las mías (Si, me volví un degenerado como ellos)
— Oh… — sonrió Junsu entre mis labios, cerré los ojos
lentamente. Las manos de Yoochun se deslizaron lentamente hasta mi entrepierna,
frotando suavemente… Un suspiro se escapó de mi garganta cuando Yoochun mordió
y lamió el lóbulo de mi oreja izquierda.
— Tu
punto débil, ¿Eh? – sonrió, escalofríos
recorrieron todo mi cuerpo y el calor comenzó a acumularse allá abajo
nuevamente.
— ¿Por
qué me… hacen esto? – Pregunté
— Lo
ordena el Rey
— ¡Junsu! –
gritó Yoochun
— ¿Rey? ¿Qué Rey? Hmm… — pregunté siendo interrumpido por Yoochun quien mordió mi cuello.
— Nadie… No hay ningún Rey – Dijo nervioso Yoochun
— ¿Entonces quien los mandó a buscarme?
— El
Rey de corazones claro está – Respondió
Junsu tapando su boca al segundo después
— ¡¡Junsu!! – Yoochun
le dio un zape en la cabeza.
— ¡Perdón! ¡Hace muchas preguntas! – Se quejó sobándose
— ¡Tengo derecho a saber! Oh mierda… — gemí cuando la mano de Yoochun se escabulló
dentro de mis pantalones, comenzando a frotar mi creciente erección
directamente.
— No…
solo tienes derecho a gemir y disfrutarlo… nada más – susurró Junsu quien, de un solo movimiento, bajó mis
pantalones.
— Exacto –
respondió Yoochun quien bajó los pantalones de Junsu, dejándome apreciar su
miembro erguido y latente. — Ahora… gime… — Tomó el miembro de Junsu y el mío con una mano
y comenzó a frotarlos entre sí, sacándome varios gemidos y jadeos. El único
apoyo que encontré fue a él mismo, así que me sujeté de su cuello levantando mi
brazo. … el mordió y besó mi cuello, moviendo sus caderas simulando una
penetración. A los segundos pude sentir su dureza detrás de mí. – Vamos a divertirnos… — susurró
y se giró dejándonos a ambos (Junsu y yo) contra la mesa. – Junsu, recuéstate… — susurró sensualmente, Junsu obedeció – Minnie… — se
acercó más lamiendo el lóbulo de mi oreja, sacándome otro suspiro. – Ponte en cuatro… sobre él
— ¡¿Estás
loco?! – exclamé totalmente avergonzado.
— Solo
hazlo – sus dedos rozaron mi entrada y gemí
involuntariamente… Solo me resigné y obedecí, posicionándome entre las piernas
de Junsu, quien se masturbaba bajo mi cuerpo.
Al verlo así, con sus mejillas encendidas, su cuerpo levemente
perlado por una fina capa de sudor, esa lujuria en sus ojos y su rosada lengua
lamiendo sus labios sensualmente… No pude evitar pensar en que se veía
extremadamente apetecible y… ¿Comestible? Al segundo después me abofeteé
mentalmente.
Mi cuerpo temblaba, no solo por la excitación, sino que también
estaba extremadamente avergonzado y nervioso. De pronto Junsu gimió
fuertemente, y me di cuenta de que Yoochun metía tres de sus dedos rápidamente
en él.
— Junsu… dile a Changminie lo que quieres… — Susurró Yoochun, ese tono de voz tan sensual
que tenía me excitaba aún más y hacía que mi erección doliera.
— Te
quiero dentro… de mí… ahora… Hmm – ordenó
abriendo más sus piernas, gimiendo repetidas veces, mi corazón latió aún más
rápido.
— P…
pero… ¡Ahhhhhhh! – Los dedos de Yoochun
comenzaron a entrar y salir de mí con gran rapidez.
— Hazlo…
¿Cuándo Yoochun se había vuelto tan posesivo y controlador? Sé
que no lo conozco hace mucho y que luego de hacerme una felación no lo vi más
hasta ahora, pero por lo menos el rato que estuve con él se veía tierno y
adorable (Como se supone que son los conejos)
— ¡Mete
de una vez tú gran…! ¡Ahhh! – La orden tan
subida de tono que me dio Junsu me sacó de mis pensamientos pero no alcancé a
responder absolutamente nada porque Yoochun tomó mi miembro con una mano y me
hizo entrar en Junsu. Enseguida sentí la estreches de este rodear mi erección
la cual comenzó a doler como mil demonios (Nota mental: No quedarme con una
tremenda erección durante mucho rato, luego duele)
— Mierdamierdamierdamierdamierdamierda… — susurré mordiendo mi labio fuertemente para no gritar. Los
brazos de Junsu se estiraron hasta rodear mi cuello, uniendo sus labios con los
míos justo cuando Yoochun me penetró de una estocada.
— ¡¡Hmmm!! – sus
labios ahogaron el grito que ahora SI iba a salir y Yoochun comenzó a moverse
lentamente dentro de mí. Esto es literalmente un trío. Y ni siquiera con una
chica o dos, sino que con dos hombres ¡Yo no soy homosexual! ¿Por qué hago
esto? ¿Por qué no me defiendo? ¿Y porque demonios se siente tan… tan bien? De
verdad no lo entiendo. No me entiendo. ¡No entiendo nada!
Las lágrimas brotaron de mis ojos… No quiero seguir con esto. No
quiero porque lo disfruto demasiado. ¡Odio sentirme así de bien!
— Los
odio… Ahhh… — gemí. Junsu acercó su
rostro al mío, secando las saladas gotas que corrían por mis mejillas con sus
labios.
El final estaba cerca. Las fuertes embestidas de Yoochun me
obligaban a hacer lo mismo en Junsu. Esperaba que luego de esto me dejaran al
fin tranquilo.
Una última embestida hizo que me corriera en el interior de Junsu, lo mismo con Yoochun pero en mi interior y Junsu se corrió en mi mano.
Una última embestida hizo que me corriera en el interior de Junsu, lo mismo con Yoochun pero en mi interior y Junsu se corrió en mi mano.
Caí sobre él, jadeando constantemente, Yoochun salió de mi
interior y se levantó, tomó unas servilletas que estaban sobre la mesa y se
limpió… Yo salí de Junsu e hice lo mismo, luego lo ayudé a él.
Me quedé en silencio. Largo rato, solo me vestí y me quedé
callado.
— ¿Changmin? –
preguntó Yoochun, yo no contesté. Estaba enojado. Estaba realmente molesto pero
conmigo mismo. Fui demasiado débil y me rendí. Pero no pasará de nuevo. – Changminie, ¿Estas enojado? – preguntó
nuevamente.
— Hmm… — respondí cortante, giré mi cabeza molesto,
pero Yoochun acercó su rostro al mío depositando un suave beso en mis labios,
el cual hizo que todo mi maldito enojo se fuera. — ¿Podrías dejar de hacer eso? – Dije sin
ganas
— Perdón, pero tus labios saben ricos – respondió y yo me sonrojé.
— ¡Insisto! ¡Son todos unos degenerados!
Yoochun comenzó a reír a carcajadas, yo crucé mis brazos
haciéndome el ofendido pero terminé riendo junto con él.
— Yoochun, ya es tarde, deberían irse. – Me giré para mirar a Junsu, Yoochun hizo lo mismo – Además, quiero dormir. Váyanse. – Rió
— Cierto –
respondió mirando su reloj, me tomó de la mano, se acercó a Junsu y lo besó
tiernamente — ¡Adiós Junsu! – se despidió y comenzó a
correr arrastrándome con él.
…él se despidió de ambos y lo perdimos de vista. Luego de correr
un rato miré a Yoochun dudoso.
— Ese
beso no fue como los que me das a mí. ¿Tú y él son novios o…? – La risa de Yoochun me interrumpió, y noté como sus mejillas se
sonrojaban fuertemente.
— ¿Novios? No – sonrió avergonzado. Yo reí.
— Pero
te gusta.
— Puede
ser… — se sonrojó aún más e
intentó esconder su rostro. Yo reí y paré en seco. — ¿Qué pasa? – Me preguntó
— Estoy
cansado, no corramos… — le pedí poniendo la cara más
tierna que pude y al parecer funcionó.
— Hmmm,
ok, pero solo porque yo también estoy cansado – se excusó y yo reí.
— Si
claro
Seguimos caminando un rato hasta que el tema anterior volvió a
mi mente.
— ¿Por
qué no le dices?
— ¿Qué
cosa?
— Que
te gusta
— ¿A quién?
— No te
hagas el tonto
— Y tu
no digas tonterías – sus mejillas se sonrojaron
nuevamente.
— Vamos, ambos sabemos que estás loco por él.
Así que tendrás que decirle. Me lo debes
por todo lo que me has hecho
— ¿Y qué
ganas con que lo haga?
— ¿Yo?
Nada, pero me sentiría bien sabiendo que ambos son novios. Tu le gustas – sonreí y él también.
— Pues
lo pensaré
Seguimos caminando hasta que al fin salimos de ese maldito bosque
y comenzamos a caminar por un pequeño pueblito. Se parecía mucho a donde vivía.
La sonrisa que tenía se fue de mi cara.
— ¿Extrañas a tu familia? – preguntó sin soltar mi mano, al darme cuenta de esto me sonrojé
pero no la solté.
— Hmm…
No sé, creo que no – respondí
— Ah…
Nos quedamos callados un largo rato hasta que él se detuvo.
— Tengo
que adelantarme
— ¿Qué?
¡¿Me dejarás solo?! – Exclamé algo asustado.
— Tranquilo, desde aquí en adelante nadie te
hará nada. Además es un camino corto – intentó
tranquilizarme.
— ¡Pero
me dejaras solo! – Me quejé
— Ya te
dije que no te pasará nada
— ¡Me
voy a moriiiiiiir!
— ¡Tranquilízate! – se acercó a mí y me besó, pero cuando se alejó levante mis
brazos y lo acerqué nuevamente a mí. ¿Por qué lo hice? No lo sé. …l se alejó de
mí con rapidez y sonreí al ver como el rojo se acumulaba en sus mejillas. — ¿Y… y eso?
— Tenía
derecho a intentarlo ¿No? – sonreí y él me devolvió
el gesto, revolviendo mi cabello.
— Aprendes rápido, pequeño. Bien, me largo,
tengo muchas cosas que preparar
— Promete que nadie más intentará violarme
— Lo
juro, son órdenes del Rey
— ¿Rey?
— No,
nada. ¡Ya me voy! – comenzó a correr rápidamente
hasta que lo perdí de vista.
— ¿Qué?
¡Espera! Espera… desgraciado – susurré y
me quedé ahí parado, cruzado de brazos.
Miré al cielo y me di cuenta de que empezaba a oscurecer, así
que caminé más rápido, ¿Y a dónde? Ni idea. Oh, soy genial.
— Comida… — susurré luego de caminar mucho rato y cuando
el sol ya se había puesto completamente.
— ¡Alto
ahí!
Miré a todos lados buscando esa voz pero por la oscuridad que se
formó no pude ver.
— ¿Quién es? –
pregunté pero una brillante luz blanca se encendió, dejándome literalmente
ciego.
— Alto
ahí, estás en territorio privado. – cuando mis
pobres ojos se acostumbraron a la luz pude ver a los hombres que me habían
rodeado. ¡Eran soldados! Y más extrañó aún, sus trajes tenían forma de cartas.
— ¿Territorio privado? – Pregunté nuevamente y una espada me pico la espalda — ¡Auch!
— ¡No
tienes permiso de hablar!
— Pero…
— ¡Pero
nada! ¡Tienes derecho a guardar silencio! ¡Todo lo que digas será usado en tu
contra! – Dijo uno
— Serás
llevado ante la corte por intento de robo – Dijo
otro
— ¡Yo
no intento robar nada!
— Estás
arrestado, intruso – Uno de los soldados me
esposó.
— ¡No
hice nada malo! – Me quejé e intenté forcejear
pero no sirvió de nada. Si era una broma de verdad ya no era gracioso.
— Déjenlo – Miré
por donde venía esa voz.
— Pero
señor… — dijeron los soldados
— Es
una orden
Era la voz de un hombre. La voz más melodiosa y hermosa que haya
escuchado, cada sílaba que pronunciaba era como un suave y angelical canto.
Realmente quedé embelesado al escucharlo.
Cuando por fin se acercó lo suficiente como para mirarlo mis
ojos se abrieron de par en par. Era realmente…
Santoooo Diooooos un YoomInSu😱😱😱 cassi me muero... yo quería un YooMin pero a mi Chunnie se le deschaveto la glandulita convidativa... jajaj Junsu deapepita todo con tanta pregunta jiji cositooo. Mmm super coqueto que el YooSu se guste y no se diga nada😘
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