Pareja: YunJae
Extensión: One-shot
Una vez, hace un tiempo, escuché una historia sobre una pequeña
mariposa. Desde pequeña, cuando aún era una oruga, deseó volar, recorrer los
campos de flores como todas sus amigas con alas. Pero sus alas no crecían
nunca. Un día, cuando se sentía muy triste, comenzó a tener sueño, mucho sueño
y durmió durante mucho tiempo. Para cuando despertó se había convertido en una
linda mariposa de brillantes colores, pero se dio cuenta de que una de sus alas
tenía un problema: Estaba rota. A causa de aquello no podía volar bien, y el
resto de las mariposas la dejó sola, abandonada por ser distinta al resto.
Siempre pensé que esa historia describía mi situación, todo lo
que me pasó. Yo era como la mariposa de la historia, jamás pudo cumplir su
sueño…
>>> ♥ <<<
Era un frío día de invierno y ya daban las 8 y pasadas, el cielo
estaba totalmente oscuro. Ese día había salido más tarde de lo normal de mi
trabajo. Trabajaba en una tienda de música muy reconocida en la ciudad, era el
mejor trabajo que podía pedir. Me encantaba la música.
- Yoochun, ya me voy – Le dije a mi compañero quien leía una revista, era mi mejor
amigo. Mi alma gemela. Luego me puse mi gorro negro, mi abrigo y tomé mi bolso.
- Ok, ve con cuidado
- ¿Tú no te vas?
- Aún no, tengo cosas
que hacer. No te preocupes.
- Asegúrate de cerrar
bien cuando salgas, Adiós Chunnie.
- Bye bye
Salí del local para volver a mi casa, cuando de pronto se puso a
llover muy fuerte.
- No puede ser...
Comencé a correr para no mojarme (Bueno, para no mojarme tanto).
Llegué a una plaza y escuché un ruido que hizo detenerme.
- Miau~
Miré de donde provenía ese sonido y cuando mi vista se posó
junto a un árbol pude ver una caja, y junto a ella un chico. Me acerqué
lentamente y pude ver un pequeño gatito blanco con una mancha negra en su ojo
izquierdo, el cual tomaba leche de un platito; al parecer el chico que estaba
ahí se lo había dado. Sin darme cuenta caminé hasta quedar junto al chico, el
gatito me miro y maulló, así que el chico se giró para mirarme y me sonrió
- Perdón, no quería
molestarte. – Me disculpé
- No te preocupes.
- ¿Es tuyo? – me agaché a su lado. El gatito maulló nuevamente, acerqué mi
mano para acariciarlo y ronroneó,
- Hmm, me gustaría, pero
mi padre no me permite tener animales en casa. Así que vengo todos los días a
darle comida, hasta que alguien se lo lleve.
- Entiendo. ¿Sabes? Si
no te molesta podría yo llevarlo a mi casa. Mis padres nunca están, así que no
tendría problemas.
- ¿En serio harías eso?
– Preguntó emocionado y yo asentí – De verdad te lo agradezco mucho, me preocupaba mucho que pasara las
noches solo aquí. Yunki se pondrá muy feliz.
- ¿Yunki?
- Oh, si… Ese es su
nombre – se sonrojo, yo reí y miré al gatito.
- ¿Escuchaste, Yunki?
Tendrás un hogar ahora. – lo tomé en brazos,
envolviéndolo con la mantita que había en la caja.
- ¿Quieres que…te
acompañe? – Preguntó levantándose al
mismo tiempo que yo – Está lloviendo muy
fuerte y no traes paraguas.
- Oh, claro. Muchas
gracias – sonreí y comenzamos a caminar. – Soy Jaejoong, Kim Jaejoong.
- Jung Yunho – sonrió.
- Jung Yunho – sonrió.
Caminamos todo el trayecto hablando de distintas cosas, no
acostumbraba a ser tan abierto con otras personas pero con él me sentía
totalmente cómodo, como si nos conociéramos desde hace años.
- Es aquí. – Me detuve a la entrada de mi casa – Gracias por acompañarme.
- Gracias a ti por
adoptar a Yunki. De verdad gracias.
- Despreocúpate, ¿Si?
Ahora estará bien.
Se despidió con la mano y se giró, caminó unos pasos y se
detuvo.
- Disculpa, Kim…
- Jaejoong.
- Lo siento, Jaejoong,
¿Te molestaría si vengo de vez en cuando para ver al gatito? Es que me encariñe
bastante con él y…
- Claro que puedes, no
molestas a nadie aquí. – le sonreí y el hizo una
reverencia.
- Muchas gracias.
Entonces, hasta luego.
Esta vez se fue y yo entré a mi casa. Me di una ducha, bañe a
Yunki, Comí algo y lo alimenté a él y me acosté a dormir.
- Buenas noches, Yunki.
– lo acaricié acostándolo a mi lado y me dormí.
Pasaron varias semanas así. Yunho iba a mi casa a visitar a
Yunki tres veces por semana. Uno de esos días, estaba trabajando como siempre
en la tienda, cuando la campanita de la puerta sonó indicando un cliente.
Yoochun dejó a un lado la revista que leía.
- Bienvenido – dijo sonriéndole y Yunho le devolvió la sonrisa.
- Yoochun, ¿Dónde dejo
esto? – pregunté con una caja en mis brazos.
- Déjala ahí, yo me la
llevo luego.
- Ok – hice caso y cuando levanté mi vista me percaté del cliente y
sin querer me sonrojé – ¡Oh! ¡Yunho
hyung!
- ¡Jaejoong! No sabía
que trabajaras aquí.
- Jajaja ¿sorpresa? – sonreí y nos pusimos a conversar. Yoochun nos miraba fijamente
a ambos.
- Cierto. Que descortés.
El es Yoochun, un amigo.
- Park Yoochun – dijo estrechándole la mano
- Jung Yunho, mucho gusto.
– le correspondió el saludo.
- El gusto es mío – sonrió Yoochun de manera extraña.
- Bien, debo irme. Tengo
cosas que hacer. Nos vemos otro día Jaejoong. Y un gusto Yoochun. Adiós.
Yunho salió de la tienda y Yoochun me miro con una extraña
sonrisa en su rostro. Por alguna extraña razón yo me sonrojé.
- ¿Q…Que miras?
- No me lo habías dicho.
Que feo.
- ¿Qué cosa?
- Que él es tu novio.
- ¿Qué? ¡N…No! ¡Yoochun!
Sabes que no soy gay, no como tu – me sonrojé
y él rió de manera escandalosa.
- No te preocupes, le
doy mi aprobación. El tipo está bueno.
- ¡Yoochun, no digas
tonterías! Además es solo un amigo.
- Seguro, y yo soy
Madonna.
- Es en serio. Además…
¿Por qué había de gustarme?
- Porque el tipo está
bueno y porque cuando lo mirabas tus ojos decían: “Oh, qué lindo eres, te amo, te
deseo y te daría toda la noche”
- ¡Yoochun!
- Ok, solo decían Te
amo. – rió nuevamente.
- ¡¡Yoochun!! ¡…él no me
gusta! – me di media vuelta enojado y me dirigí a
la puerta.
- ¿Dónde vas?
- A cualquier lado donde
no estés tú. – lo miré y le saqué la
lengua, escuché su risa por última vez y salí del lugar.
Caminé mirando las tiendas de los alrededores hasta que llegué a
una heladería. Me quedé parado afuera un rato mirando los letreros.
"Un helado me vendría bien"
Entré al lugar y sentí como mi corazón casi se salió de mi pecho
al ver al chico que atendía.
- Bienvenido… ¿Jaejoong?
- Y… Yunho hyung.
¿Trabajas aquí?
- No, venía caminando y
me dieron ganas de atender gente.
- Que simpático. – escuché su risa y mi corazón latió con rapidez.
- Bueno, señor. ¿Qué
desea servirse? – habló formalmente y yo
estallé en risas, tapando mi boca como siempre lo hacía.
- ¡No hables así! ¡No te
llega para nada!
- Que pesado, Jaejoong.
– hizo un puchero inflando sus mejillas.
- Bueno, quiero un
helado…
- No me digas…
- ¡Déjame terminar!
Quiero un helado de… - miré la gran cantidad
de sabores y colores – No me decido… ¿Qué
me recomiendas?
- Bueno, me gusta el de
arándano.
- Suena bien, entonces
quiero helado de arándano.
Yunho me dio el helado y yo le pagué. Luego lo probé.
- Hmm, está muy bueno.
- ¿A que sí? – seguí comiendo del helado y de pronto él preguntó - ¿No
deberías estar trabajando en la tienda de música?
- Si, pero me salí un
rato.
- ¿Por qué?
- Porque me enoje con
Yoochun.
- ¿Te enojaste? ¿Es algo
malo?
- No, es solo que estaba
molestándome. Como sea, será mejor que vuelva. Gracias por el helado.
- Gracias a ti, vuelve
pronto.
Caminé en dirección contraria a la que vine para volver a la
tienda. Cuando entré estaba Yoochun escribiendo algo.
- Ya regresé. – Seguí comiendo de mi helado, Yoochun me miró
- ¿Se desenojo el señor?
– preguntó riendo de lado.
- Quizás. – me acerqué a él y le ofrecí de mi helado. …l sonrió y comió un
poco.
- ¿Adónde fuiste? – no le respondí y le mostré el helado. – Ah.
- ¿Paso algo en mi
ausencia?
- Ni que fueras tan
importante. Pues sí, vino el jefe y me preguntó por ti, así que tuve que
cubrirte.
- ¿Qué le dijiste?
- Al menos podrías
agradecérmelo. Le dije que habías ido a comprar el almuerzo.
- ¡Cierto! ¡Aún no comemos!
- ¡Cierto! ¡Aún no comemos!
- Tu acabas de hacerlo – miró mi helado, me quedaba la mitad así que lo miré y se lo di
- Cómetelo tú.
- Como quieras – lo recibió y comenzó a comérselo.
El resto del día pasó tranquilo. Yoochun no me molestó en todo
el día así que no hubo mayores problemas. Cuando ya era hora de salir me
abrigué y miré a Yoochun.
- ¿Quieres venir a cenar
a mi casa? – Le pregunté
- ¿En serio? ¡Claro! – Respondió emocionado -
Que bien, comida hecha por Jaejoong. No hay nada más delicioso.
- No seas tan
escandaloso. – reí.
Apagamos las luces y cerramos todo. Caminamos juntos hacia mi
casa, puesto que quedaba bastante cerca como para ir caminando y no quería
gastar dinero en un taxi. Bromeamos y nos molestamos todo el camino hasta
llegar a mi casa.
- Como siempre no hay
nadie – sonrió viendo que estaban todas las
luces apagadas.
- Es de esperarse, ¿No?
– respondí y metí la llave en la cerradura, apenas abrí la puerta
yunki saltó sobre mí.
- Miau~
- ¡Junki! Perdón por
llegar tan tarde – lo acaricié y Yoochun rió
- No sabía que tuvieras
un gato.
- Lo tengo desde hace
poco. Lo encontró Yunho y… - me quedé
callado y me sonrojé.
- Con que Yunho, ¿Eh? – Sonrió pícaro
- Ya cállate – dejé a Junki en el suelo y caminé a la cocina, Yoochun lo tomó
en brazos y me siguió.
- ¡Jae! ¡Tu gato me
rasguñó! – se quejó de pronto soltando al gato.
- Es porque no le gusta
la gente fea.
- ¿Cómo vive contigo
entonces?
- ¡Já! Perdóname pero
soy mucho más lindo que tú.
- Como quieras. Cocina
ya, me muero de hambre.
- Ush, que pesado eres.
Eso hice, hice la cena y cuando ya estaba lista le indiqué a
Yoochun que se sentara, comimos en la cocina como siempre lo hago.
- Como siempre… ¡Esto
está delicioso!
- ¡Claro! ¿Qué
esperabas?
- Que humilde – rió y yo hice lo mismo.
Seguimos comiendo y conversando, luego vimos una película y
comimos helado cuando de pronto sonó el timbre.
- Yo voy, espérame aquí.
- Claro que vas tú, yo
no me iba a levantar – rió y yo le tiré una
almohada del sillón.
Cuando abrí la puerta mi corazón dio un salto y mis mejillas se
sonrojaron.
- Oh, Y…Yunho
- Perdón, ¿Estás
ocupado?
- No, tranquilo. Solo
estaba con Yoochun y… ¿Vienes a ver a Junki?
- Hmm… No. Venía a verte
a ti, pero… Estás con Yoochun así que.
- ¡No te preocupes por
mí! ¡Yo ya me iba!
Me giré rápidamente encontrándome con Yoochun, quien tenía su
bolso y su abrigo puestos.
- ¿Qué? ¡Yoochun!
- Pásenla bien. Bye bye
- sonrió y salió felizmente de mi casa.
- Bueno, ehm… pasa – le sonreí a Yunho algo nervioso, él me devolvió la sonrisa y
entró.
>>> ♥ <<<
Al otro día, por estar haciendo otras cosas llegué atrasado al trabajo. Entré y como todos los días me encontré con Yoochun, al cual saludé sonriente.
- Buenos días, Chunnie.
- ¿Eh? ¿Jaejoong mega
feliz? Esto es peligroso.
- Oye, ¿no puedo acaso
saludarte con una sonrisa? No todos los días vamos a estar peleando ¿O si?
- Como quieras… ¿Eh?
Yoochun quedó mirando fijamente algún punto en mi y sonrió de
una manera tan degenerada que llegué a sentir miedo.
- ¿Qué pasa?
- ¿Qué es esa marca en
tu cuello?
- ¿Mi cuello?
Llevé mi mano a mi cuello y froté suavemente, sintiendo un
ardor. Me acerqué al espejo que colgaba tras la espalda de Yoochun y vi la
marca roja a la que se refería Yoochun.
- Oh, esto.
- Eres un degenerado~ - rió de manera pervertida
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Ayer te deje solo con
Yunho. ¡Y te dejó un chupón!
- ¡¿QUE?! - los colores se me subieron al rostro, sentí inmediatamente como
este comenzaba a calentarse. - ¡No es un
chupón! ¡No seas tonto!
- ¿Qué no lo es? ¡Já!
¡No me engañas pequeño degenerado!
- ¡Es en serio! ¡No es
un chupón!
- Pruébalo
- ¡Fue ayer, luego de
que Yunho se fuera de mi casa! ¡Estaba preparando salsa para la cena de hoy,
entonces Junki se atravesó entre mis piernas y yo me asusté, levanté el
cucharón y saltó salsa caliente sobre mí, cayó en mi cuello y me quemé!
-
¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!! – Yoochun
estalló en risas y yo fruncí el seño.
- No es gracioso.
- Claro que lo es. Me
impresiona tu imaginación.
No dije nada más, mis mejillas seguían rojas. Me giré y tomé una
caja, la abrí y comencé a acomodar los cd’s en sus respectivos sitios.
En el día hubo pocos clientes. Nada de mayor importancia. No le
hablé a Yoochun en todo el día. Cuando por fin dieron las 5 comencé a
arreglarme. Era viernes así que cerrábamos más temprano. Me giré y miré a
Yoochun.
- Adiós, Park – era gracioso, cada vez que me enojaba con él durante largo
tiempo lo llamaba solo por su apellido.
- Adiós, Kim – puso total énfasis en mi apellido y rió. Lo ignoré y cuando
salí de la tienda choqué con alguien.
- Lo siento, no te vi…
Oh, Yunho… - mis mejillas se encendieron
nuevamente.
- No te preocupes. Ehm,
Jae… ¿Tienes un momento?
- Claro. – le sonreí y sin querer miré hacia atrás, vi a Yoochun y este me
sonreía nuevamente con esa sonrisa pervertida, haciendo que me sonrojara más
que antes.
Caminamos en silencio hasta que llegamos a la plaza, esa donde
lo conocí a él y a Junki.
- ¿Qué es lo que querías
decirme?
- Aún no. Sígueme. – me tomó de la mano y me llevó hasta la fuente del centro de la
plaza. Mis mejillas se encendieron con intensidad, mi corazón comenzó a latir
con fuerza y mis manos sudaban. Cuando llegamos nos sentamos uno junto al otro.
Yunho tomó aire. – J… Jae… Hay algo que
hace mucho q… quiero decirte. – tartamudeó
- ¿Qué es?
- Antes que todo… quiero
decirte que si no sientes lo mismo por mi… No quiero que dejemos de ser amigos.
Simplemente haremos como que nada pasó y…
" ¿Sentir lo mismo? Eso quiere decir que…"
- Jaejoong, tú…
- Me gustas…
Sus ojos se abrieron de par en par al igual que su boca. Yo, al
contrario, bajé mi vista y me sonrojé como niña de telenovela. Mis dedos se
entrelazaban nerviosos. Levanté mi vista lentamente y la posé sobre su rostro.
Una sonrisa se dibujó en sus labios, levantó una mano y la posó sobre mi
mejilla derecha, acariciándola suavemente. Estaba seguro de que Yunho podía
escuchar los latidos de mi corazón porque cada vez eran más fuertes.
- Tu también me gustas…
- susurró acercándose lentamente, hasta que juntó suavemente sus
labios con los míos. ¡Dios mío!, ¡Eran los labios más dulces y deliciosos que
haya probado en toda mi vida! Eran tibios, y suaves, y dulces, y… y… Ya no
puedo pensar bien…
Lentamente fuimos profundizando más el beso hasta que nos
quedamos sin aire y tuvimos que alejarnos. Nos miramos fijamente y yo reí.
- ¿Qué pasa?
- Nada, es solo que
Yoochun tenía razón.
- ¿Razón? ¿De qué?
- No, nada.
- Entonces… Jaejoong – tomó aire y lo miré confundido. - ¿Quieres…?
- ¿Si? – pregunté emocionado.
- ¿Quieres… salir
conmigo?
Estoy seguro de que en ese momento debía parecer un verdadero
tomate. Una sonrisa idiota se dibujó en mi rostro y mi corazón comenzó a latir
a mil por segundo.
- ¡Claro que si! – salté sobre él y lo abracé. Ok, fue algo impulsivo pero me
sentía muy feliz.
No hablé con Yoochun ni el sábado ni el domingo, ya que estuvo
con su hermano por lo que alcanzó a decirme. El fin de semana me la pasé hablando
por teléfono con Yunho, y nos vimos el domingo para tener nuestra primera cita.
Definitivamente me gustaba mucho Yunho.
Y así llegó el día lunes. Día en que tendría que contarle todo a
Yoochun. Era mi mejor amigo y los mejores amigos no se ocultan nada. Además el
siempre me contó sus penas y felicidades. Todo lo que sentía. Hasta me confió
su mayor secreto: era homosexual.
- Buenos díaaaas ~ - canturreé al llegar a la tienda, sin poder esconder mi
felicidad.
- Buenod días… - dijo Yoochun con voz moribunda. Lo miré extrañado y me acerqué
a él.
- ¿Pasa algo? Te ves muy
mal.
- Cdeo que me enfedmé…
¡Achu! –
Tenía grandes ojeras y su nariz estaba algo sonrojada. Sacó un
pañuelo y se limpió la nariz. No pude evitar reír ante su aspecto.
- No te días… ¡No edtoy
de ánimod! – gritó molesto, aún así se veía
gracioso.
- Lo siento. Pues yo si
lo estoy ~ - sonreí como tonto.
- ¿Pasó adgo ed fin de
semana? – tomó otro pañuelo y se limpió la nariz
- No exactamente, fue antes.
- No exactamente, fue antes.
- ¡Oh! ¡Ciedto! ¡El
viednes Yunho te vino a buscad! – gritó
emocionado. - ¿Qué te dijo?
- Bueno… …l me pidió
que… - me sonrojé
- ¿Si?
- Me pidió que seamos
novios y… acepté – Ok, debía estar más rojo que
un tomate en llamas (¿Eso se puede?)
- ¡¡WAAAH!! – gritó emocionado y saltó de su asiento, me tomó de las manos y
comenzó a saltar - ¡Genial! ¡Al fin! ¡Oh,
Jaejoong, estoy tan orgulloso de ti!
- Ehh… Yoochun,
tranquilo – me sonrojé más (Si es que eso
era posible)
- Aunque debo admitir
que me siento mala influencia. ¡Soy una mala influencia para Joongie! ¡Lo hice
homosexual! ¡Qué emoción! – rió como idiota.
- Yoochun, ya basta… - ¿Tiene que ser tan escandaloso? ¡Trágame tierra!
- ¡Chunnie-Oppa está muy
orgulloso de ti! Ojojojo – Me abrazó riendo - ¡Hasta se me quitó el resfriado por la
emoción! – comenzó a reír.
- ¡Yoochun! ¡Tranquilo!
- ¡Que tierno eres!
¡Estás todo rojito! – me apretó las mejillas y las
estiró.
- ¿Cómo no estarlo si
gritas como un loco?
- Ok, me calmo. Es que
de verdad me emocionó la noticia. – se cruzó de
brazos y yo sonreí.
- Nunca cambiaras, ¿No?
– pasé mi brazo por su cuello, rodeando sus hombros y el rió
igual que yo.
Pasaron meses, mi madre había estado una semana en casa pero le
presenté a Yunho solo como amigo, ya que me daba miedo que le mencionara algo a
mi padre… o peor aún, que ella me odiara o le diera asco. Unos días después mi
madre se fue de viaje nuevamente. Su trabajo la mantenía viajando
constantemente, y desde que la última hermana que me quedaba se fue de casa me
la paso solo.
El timbre sonó resonando por toda la casa. Bajé corriendo las
escaleras, sabía exactamente quién era.
- Perdón por llegar
tarde
- No te preocupes,
Yunnie – lo besé y lo hice pasar.
Tendríamos una cita ese día. Pero por el clima no pudimos, ya
que se había puesto a llover y no pararía hasta mañana. Por eso invité a Yunho
a mi casa a cenar, veríamos una película y luego se nos ocurría algo más.
Luego de cenar vimos dos películas. Cuando no tuvimos otra que
ver fuimos a ver tele a mi habitación. Yunho comenzó a cambiar los canales de
la televisión mientras acariciaba mi mejilla. Yo me encontraba a su lado
derecho, apoyado en su pecho.
- El control remoto está
roto, así que a veces no funciona. – Le advertí
- No te preocupes. – sonrió, me besó y siguió explorando los canales. Yo cerré mis ojos
y me mantuve en la misma posición.
- Ahh ahh ahh ahh ~
Abrí mis ojos rápidamente al escuchar eso, Yunho dejó de cambiar
los canales. Era una película porno.
- ¡Yunho! ¡Cambia eso!
- ¡No puedo! ¡No
funciona! – lo miré a la cara y estaba
totalmente sonrojado. Yo me paré rápidamente y apagué la tele. – Gracias… - suspiró aliviado, y
completamente sonrojado.
Nunca me había afectado ver ese tipo de cosas porque no me
atraían. Pero por alguna extraña razón, al estar con Yunho… Había imaginado
todo tipo de cosas entre él y yo y no pude evitar sonrojarme también.
- Ehh… - dijo Yunho, sentándose en la cama. Yo seguía levantado junto a
la tele. Las imágenes que había imaginado entre ambos seguían frescas en mi
mente, lo que me hizo sonrojar completamente. Agaché mi cabeza totalmente
nervioso y froté mis manos.
- Yunho… - susurré de pronto
- ¿Si?
- Hmm… no… nada - ¿En qué pensaba? ¡No podía pedirle semejante cosa! ¡No soy un
degenerado! Somos novios sanos y aunque haya pensado esas cosas no podíamos…
- Jaejoong… - susurró de pronto, levantándose y acercándose lentamente a mí,
haciendo que mi corazón diera un salto.
- ¿Q… qué pasa Yunh…? – me interrumpió con un beso salvaje, gemí por el contacto y él
aprovechó para introducir su lengua en mi boca, jugueteando con mi lengua.
¡Dios mío! ¡Amaba cuando hacía eso! Nos separamos luego de un rato por la
evidente falta de aire. – Yunho… ¿Q…qué
haces?
- Quiero… hacerte el
amor… - susurró haciéndome estremecer,
haciéndome estremecer por aquello que dijo y por sentir su aliento caliente
chocar contra la sensible piel de mi cuello.
- Yunho… Ahh… - sus manos comenzaron a acariciar mi cintura suavemente, hasta
que al fin decidí no quedarme quieto como idiota y comencé también a explorar y
sentir su bien formado cuerpo, colando mis manos por debajo de su camiseta.
El beso que a poco comenzó a hacerse más salvaje. Pasé mis
brazos por detrás de su cuello para profundizar el beso y Yunho me empujó sobre
la cama. Abrió la camisa que llevaba puesta y observó fijamente mi pecho,
sonriendo lascivamente. Comenzó a besar mi cuello para bajar a mis clavículas,
chupando la piel a su paso, dejándome marcado… Haciéndome suyo… Gemí
fuertemente cuando su lengua se paseó por sobre mi pezón y luego con sus
dientes tiró suavemente de mi piercing. Mi entrepierna comenzaba a despertar,
mi temperatura corporal subía rápidamente, igual que la suya.
- Joongie… - suspiró, mordiendo mi pezón izquierdo. Yo suspiré. Siguió
bajando hasta llegar a mi ombligo, donde hundió su lengua haciéndome jadear.
Luego se entretuvo jugando con el cierre de mi pantalón, para finalmente
abrirlo y despojarme de aquella, ahora, molesta prenda. – Te ves hermoso…
No dije nada, solo me dejaba llevar. Yunho comenzó a lamer mi
erección por sobre el bóxer, haciendo que doliera y haciéndome gemir como loco.
- Ah… Yunho, quítamelos…
- le dije casi en una súplica. Yunho sonrió y los quitó, observó
mi erección y con la yema de sus dedos acarició la punta. Mordí mi labio
intentando reprimir los gemidos y jadeos pero me fue imposible. Me sujeté de
las sábanas y cerré mis ojos fuertemente, gimiendo fuertemente cuando dio una
lamida a la extensión de mi sexo, para luego introducirlo en su boca. Dios mío,
ya ni siquiera podía pensar bien. Estaba caliente, completamente caliente,
gimiendo mientras mi novio atendía mi erección con su boca, dando cortas
succiones y mordidas. – N… no… espera,
Yunho… - gemí intentando alejar a Yunho de mi erección cuando sentía que
quedaba poco para el orgasmo. Yunho se alejó y limpió su boca, para luego
besarme salvajemente.
Nos alejamos un poco y le saqué su camiseta rápidamente,
deleitándome con su escultural cuerpo. Luego bajé sus pantalones y le quité la
ropa interior. Lo besé ferozmente mordiendo su labio y me giré de tal manera
que ahora yo me encontraba sobre él.
- Jaejoong… - susurró impresionado, yo sonreí y me senté sobre su regazo.
- Ahhh… - gemí al sentir su erección rozar mi muslo.
- Jaejoong…
- Penétrame… - le ordené, no sé cómo era capaz de decir cosas tan vergonzosas,
pero la excitación era demasiada. Yunho llevó una de sus manos hasta mi
entrada, rozándola. Introdujo un dedo y yo me quejé. Luego introdujo otro y
comenzó a moverlos de adentro hacia fuera. –
Hmmm… - gemí y comencé a mover mis caderas en busca de más contacto – Yunnie… Uno más… - Yunho obedeció
metió un dedo más, moviéndolos rápidamente en forma de círculos para dilatarme
más rápido.
Mi miembro ya estaba totalmente erguido y comenzaba a doler,
reclamando más atención. Luego de un rato sentí que ya estaba listo.
- Yunho… ya no quiero
tus dedos… - susurré sacando su mano, y
antes de que dijera algo tomé su miembro cono una mano y lo introduje
rápidamente en mi entrada.
- Ahh… - gimió al mismo tiempo que yo comenzaba a moverme de arriba
abajo, en forma de saltos (Aunque me doliera hasta el alma). Yunho no tardó en
seguirme, pues comenzó a mover sus caderas penetrándome cada vez más fuerte.
Sus manos masajeaban y tocaban delicadamente mis caderas, mi pelvis, mis muslos
y mi trasero, haciendo que mi piel se erizara con cada roce.
- Hmm… Yunho… Te amo
- Y también te… amo… Mi
Boo… Mi hermoso Boo…
Sonreí enternecido, sus embestidas aumentaron en velocidad, yo
lo tomé por los hombros y lo acerqué a mí, haciendo que quedara sentado. Seguí
moviéndome de arriba abajo ahora con su ayuda, ya que él también se movía
debajo de mí.
Mis gemidos se escuchaban cada vez más fuertes acompañados de los suyos, al igual que el sonido de nuestras pieles chocando. Besé sus labios suavemente y luego besé su cuello, lo mordí y lo lamí.
Mis gemidos se escuchaban cada vez más fuertes acompañados de los suyos, al igual que el sonido de nuestras pieles chocando. Besé sus labios suavemente y luego besé su cuello, lo mordí y lo lamí.
Sus embestidas se hicieron finalmente casi desenfrenadas. De
pronto, cuando sentí que creía que estaba sintiendo el mayor placer de mi vida,
su mano se posó en mi adolorida erección, comenzando a masturbarla rápidamente.
Por un segundo olvidé como respirar. Mis ojos se mantenían cerrados, mi boca
entreabierta y mi cuello y mi espalda se encontraban encorvados hacia atrás, de
una manera que sabía no era nada sana. Solo me dejaba llevar por las fuertes
sensaciones que me envolvían.
- Yunho… ¡Ah! Hmm… Ahí,
Yunnie…
No sé cómo le hacía Yunho para aumentar más la fuerza de sus
embestidas, logrando golpear con fuerza un punto en mí que me hacía gritar de
placer.
- Eres delicioso… - susurró en mi oído, lamiéndolo sensualmente.
Un fuerte calor envolvió mi zona baja, comenzaba a ver borroso y
la temperatura corporal de ambos era casi insoportable, lo que indicaba que
estaba por llegar al clímax. La mano de Yunho dio de pronto un fuerte apretón a
mi sexo y ahí ocurrió. El tan deseado orgasmo. Me aferré a su cuello
mordiéndolo fuertemente y sentí como mi semen caliente se derramaba en su
vientre, alcanzando algo de su pecho y su barbilla. Una última estocada de su
parte me penetró y escuché el gemido más sensual de su parte, el más sensual
que haya escuchado alguna vez, seguido de la sensación de algo caliente y
viscoso derramándose en mi interior.
Nos quedamos un rato quietos, estáticos, para luego caer
rendidos. Caí pesadamente sobre Yunho, manchándome con mi propia esencia,
completamente sudado y jadeando. Nos quedamos recostados un rato, cuando de pronto
Yunho comenzó a moverse debajo de mí.
- ¿Eh? ¿Qué haces? – me aferré fuertemente a él, no queriendo que se alejara.
- Espera, deja salirme…
- Oh, claro, era eso. – salió de mi interior y gemí involuntariamente, luego se movió de
nuevo y nos cubrió con las sabanas.
- Joongie… te amo.
No le contesté y reí tímidamente, me acurruqué en su pecho y
cerré mis ojos, pudiendo sentir los acelerados latidos de su corazón.
"Su corazón late por mí…" pensé y sonreí, sonrojándome.
Pasaron minutos, hasta media hora y aún no nos movíamos. Yunho
acariciaba mi cabello y yo hacía círculos en su pecho con las yemas de mis
dedos.
Baby Sky. All the dreams and hopes made
of your eyes…
Mi celular sonó de repente, me estiré como pude para alcanzar
mis pantalones.
- Espera, es mi mamá – le dije a Yunho y contesté -
¿Hola? Si mamá. Hmm. Hace un rato. ¿Papá? ¿Cuándo? – vi que Yunho me miraba
expectante y le sonreí – Ah, mañana. Ok,
Yo también. Bye bye.
- ¿Pasó algo Boo?
- Nah, dijo que mi papá
llegará quizás mañana en la noche.
- ¿Seguro? – preguntó preocupado y yo reí
- No, pero no te
preocupes Yunnie. – le sonreí y lo besé.
Me alejé para limpiarme (Aún tenía semen de Yunho escurriendo
entre mis piernas) y luego ponerme unos bóxer limpios, le pasé unos a Yunho y
él hizo lo mismo. Cuando volví a la cama con él volvió a besarme de manera
suave y tierna.
Para mí el tiempo se detuvo en ese instante. Seguimos así largo rato, comiéndonos las bocas cuando de pronto…
Para mí el tiempo se detuvo en ese instante. Seguimos así largo rato, comiéndonos las bocas cuando de pronto…
- ¡¿PERO QUE MIERDA?!
Nos alejamos rápidamente y yo me tapé con las sabanas, ya que
seguíamos solo en ropa interior.
- ¡P-papá! ¡Pero m-mamá
d-dijo que llegarías m-mañana!
- ¡¿Y ESO QUE IMPORTA?!
¡¿Te dejo un tiempo solo y te conviertes en un desviado?! ¡¡EN UN MARIC”N DE
MIERDA!!
- ¡N-no, papá, no!
- ¡¡Cállate!!
Una fuerte cachetada impactó mi rostro haciéndome caer de la
cama.
- ¡¡…Él no tiene la
culpa!! – Gritó Yunho saltando de la cama a mi
lado - ¡Por favor, señor! ¡No le haga
na…! – mi padre se acercó rápidamente y le dio un golpe, también en el
rostro.
- ¡TU NI ME HABLES!
¡Asqueroso! ¡Ambos son unos enfermos! Tú, lacra ¡VETE DE MI VISTA! – le gritó a Yunho
- ¡No dejaré solo a
Jaejoong! – me defendió abrazándome
fuertemente. Yo por mi parte no reaccionaba, siempre me quedaba inmóvil cuando
mi padre me regañaba, me gritaba o me golpeaba. Honestamente me aterrorizaba.
- ¡¡DIJE QUE TE VAYAS!!
– gritó a todo pulmón y en un rápido movimiento sacó de su
portafolios un arma, para luego apuntar a Yunho. Mi corazón se detuvo en ese
instante.
- ¡¡Yunho!! ¡¡Vete!! –Grité a todo pulmón,
- ¡Pero Jae!
- ¡¡Solo vete! – de mis ojos comenzaban a brotar lágrimas. …l me miró con una
extraña mirada, se levantó y me miró desde la puerta… comenzó a llorar y se fue
"Así es mejor… Se feliz Yunho…"
Pensé, ya que sentía que jamás lo volvería a ver, pero otra
cachetada impactó mi rostro, haciéndome salir de mis pensamientos. Llevé mi
mano a mi cara y noté como de mi nariz y mi boca salía sangre.
- ¿Por qué… me haces
esto?
- ¡¿Y preguntas?! – me jaló del cabello, levantándome del suelo. - ¡Eres un desviado! ¡Un enfermo! ¡No
mereces llevar mi apellido! – Me tiró con fuerza al piso haciendo que me
golpeara la cabeza contra este - ¡Trabajo
semanas fuera de casa para mantener esta maldita familia! ¡¿y que encuentro
cuando llego?! ¡¡A MI HIJO TENIENDO SEXO CON OTRO HOMBRE!!
- ¡No estábamos teniendo
sexo!
- ¡Lo hicieron! ¡Estaban
desnudos!
- ¡Pero papá!
- ¡Ya no soy tu padre! – Otra cachetada
- P…pero… - otro golpe - ¡¡YO LO AMO!!
– grité a todo pulmón. Mi padre me miró con asco y me escupió, se dio media
vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta por fuera.
- Miau ~
Me giré rápidamente encontrándome con Yunki, y quizás estaré
loco pero juré que me miró preocupado.
- Ay, Yunki… - Lo acaricié y comencé a llorar en silencio. Yunki maulló
tiernamente y lamió mi mano. Yo sonreí pesadamente, apenas veía por las saladas
gotas que brotaban de mis ojos. – Al
menos tú me aceptas tal cual soy…
Pasé horas llorando en silencio, abrazando mis rodillas,
importándome muy poco seguir solo en ropa interior. Finalmente me decidí y me
armé de valor. Me levanté, me vestí y luego de guardar ropa en un bolso tomé a
Yunki en mis brazos y escapé por mi ventana, con la ayuda del árbol que había
afuera; pero al caer me torcí el tobillo izquierdo.
- Mierda…
Me fui caminando como pude (en realidad, cojeando) cuando se
puso a llover, y maldije mentalmente. Cojeé un largo camino hasta que llegué a
un edificio. Subí como pude al segundo piso y toqué el timbre en la habitación
22.
- ¡Ya voy! – se escuchó desde adentro. Se abrió la puerta y ahí estaba
Yoochun mirándome impresionado, Yunki maulló y saltó dentro de su casa y antes
de que Yoochun dijera algo me lancé a sus brazos, explotando en llanto.
- ¡Dios mío, Jae! ¡¿Que
te pasó?! – no contesté, Yoochun me hizo
pasar a su casa, ayudándome a caminar, no le contesté y seguí llorando. Intenté
secar mis lágrimas pero de mis ojos seguían cayendo aquellas gotas cristalinas
que no daban señales de querer detenerse.
Yoochun me llevó a su habitación, corrió al baño y volvió con un
botiquín de primeros auxilios. Enseguida comenzó a curar las heridas de mi
rostro. Cuando terminó tomó mi mano y me miró a los ojos.
- Jaejoong, ¿Quién te
hizo esto?
- No lo volveré a ver…- susurré casi sin fuerzas. Mi vista fija en algún punto de la
pared de tonos claros.
- ¿A quién?
- Se fue… Yoochun, se
fue… ¿Por qué tenía que pasarme a mí? – lo abracé
fuertemente, hundiendo mi rostro en su pecho.
- Primero vamos a
quitarte esa ropa, ¿Si? Estás todo mojado, te enfermaras.
Me ayudó a sacarme la ropa y me prestó un pijama, me prestó una
toalla para secar mi cabello y siguió haciéndole curaciones a mi lastimado
rostro.
- Ahora… cuéntame…
- Estábamos tan felices,
Chunnie. – Susurré al fin dejando de llorar – Estábamos tan felices juntos. Todo comenzó
bien… Comimos juntos, vimos una película… Y luego Yunho… Yunho me hizo el amor…
- bajé el tono de mi voz al decir lo último – Me sentía tan feliz… Tan completo… Pero llegó mi padre…
- Jaejoong… - susurró
- …Él no lo aceptó…
golpeó a Yunho… Y también a mi… - mi voz se
quebraba a medida avanzaba en lo que decía –
Y luego lo quería matar… Le dije que se fuera… No sabía que sería capaz mi
padre… Yunho se fue… Y ese viejo me golpeó de nuevo… y… yo… yo… - rompí en
llanto.
Escuché un sollozo, el cual no era mío. Miré a Yoochun asustado
y mis ojos se abrieron de par en par… Estaba llorando, él estaba llorando. Sus
labios entreabiertos como si quisiera decir algo y no supiera que… Sus cejas
levemente fruncidas…
- Jaejoong… Joongie… Lo
siento tanto… - susurró y me abrazó
fuertemente. Yo cerré mis ojos y continué llorando entre sus brazos.
- Chunnie…
- El amor d-duele…
¿Cierto? – me preguntó suavemente acariciando mi
cabello y yo asentí. – No sabes cómo me
duele que estés así…
- Chunnie, no llores. – le dije, llorando aún más al verlo.
- ¿Cómo quieres que no
llore? Te quiero demasiado tonto, y me duele verte así… Y me siento inútil, no
puedo hacer nada para ayudarte… - secó sus
lágrimas y luego las mías.
- Estás conmigo justo
ahora… eso es más que suficiente… - me estiré y
besé su mejilla, Yoochun besó mi frente y me recostó en la cama.
Esa noche dormí con él, aferrado a su pecho, llorando en
silencio y siendo consolado por sus caricias. Yunki tampoco me abandono, toda
la noche estuvo sobre mi cuello. Seguimos así, hasta que el sueño me envolvió y
finalmente me dormí.
>>> ♥ <<<
Habían pasado semanas desde que me fui de casa. Todo este tiempo Yoochun me recibió en su departamento y como no tenía otra manera de pagarle le cocinaba mis mejores recetas siempre que podía. Tiempo después me compré mi propio departamento y seguimos trabajando en la tienda de música como siempre. Pero como había pensado ese día… No volví a ver a Yunho.
Me engañaba pensando que así sería mejor. Que él tendría una
novia y serían felices juntos, porque eso era lo que el más merecía. Felicidad,
toda la felicidad del mundo era para él… Incluso la mía, porque mi felicidad y
parte de mi alma se habían ido con él… Dejándome solo con un fuerte amor
guardado en lo más profundo de mi corazón roto, bajo siete llaves.
Era un día frío, las nubes cubrían el cielo y yo salía tarde del
trabajo. Habíamos tenido muchos clientes ya que varias bandas famosas habían
lanzado sus álbumes y singles. Eran ya las 8 y pasadas cuando salía. Yoochun
Salí junto a Yoochun ya que yo le había pedido que me acompañara a la tienda. Necesitaba
unas cuantas cosas para la cena de esta noche.
Comenzó a llover justo cuando pasamos por la plaza. Esa plaza
que tantos recuerdos dolorosos me traía. Suspiré, intentando soportar el hecho
de que este día era igual a aquel que por más que intenté olvidar no pude… No
podía, no quería.
- Siempre llueve cuando
salimos del trabajo – se quejó Yoochun mientras yo
sacaba mi paraguas, refugiándonos a ambos de la lluvia.
- Lo sé, pero al menos
traje para…guas…
Paré en seco y mis ojos se abrieron de par en par. Solté el
paraguas y sentí como la lluvia comenzaba a mojarme.
- ¿Jaejoong? ¿Qué pasó?
– preguntó Yoochun, levantando el paraguas. No le contesté y sentí
como mis ojos se cristalizaban.
- Yunho…
Yoochun miró hacia el frente, hacia donde yo miraba. Había un
chico agachado bajo un árbol, el árbol donde recogimos a Yunki. El chico se
levantó y se dio media vuelta, mirándome fijamente, para luego sonreírme con
nostalgia... Entre sus brazos tenía un gatito pequeño muy parecido a Yunki.
Solo no tenía una mancha en su ojo, sino que tenía una en su nariz y en su pata
derecha. Observé detenidamente al chico y de mis ojos comenzaron a brotar
lágrimas. Sin duda alguna era él. Lo reconocería hasta con los ojos vendados.
Me acerqué casi corriendo, hasta quedar frente a él.
- ¿Cómo le pondremos a
este? – susurró de pronto y sonrió, se agachó
dejando al gatito en la caja. De mis labios escapó un fuerte sollozo y sus cálidos
brazos (A pesar de estar bajo la lluvia) me envolvieron fuertemente. Mis manos
se sujetaron firmes de su chaqueta sonreí…
- A pasado tiempo… - susurré y lo miré a los ojos. En sus ojos pude ver amor,
aquel amor que tanto extrañé este tiempo.
- Bastante tiempo… - respondió, secó mis lágrimas con su pulgar y suavemente unió
sus labios con los míos. Nos separamos luego de un rato y nos sonreímos.
- Se llamará Yunnie… - respondí, luego miré detrás de mí y ahí estaba Yoochun,
sonriendo felizmente con lágrimas en sus ojos, se acercó a nosotros y tomando
en brazos al gatito susurró
- Bienvenido de nuevo,
Yunho…
Finalmente fui capaz de cambiar todo el final de la historia.
Pude batir mis alas y volar, ser comprendido y no sentirme diferente y solo.
Finalmente la mariposa cumplió su sueño…
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Aaahhh que hermoso. ..después de el dolor de una separación ocasionada por la intromisión del padre de Jaejoong. ...al final Jaejoong tuvo el valor de librarse del maltrato en casa y salir en busca de un lugar en el cual sentirse seguro y aún más porque finalmente pudo estar junto a Yunho y amarse mutuamente
ResponderEliminarAaahhh que hermoso. ..después de el dolor de una separación ocasionada por la intromisión del padre de Jaejoong. ...al final Jaejoong tuvo el valor de librarse del maltrato en casa y salir en busca de un lugar en el cual sentirse seguro y aún más porque finalmente pudo estar junto a Yunho y amarse mutuamente
ResponderEliminarSiiiii jaejoong pudo ser feliz!!!! Que mal que su padre no lo acepte :( pero el amor vence todo obstáculo :)
ResponderEliminarMe encantó... muy lindo, lo importante es que estén los dos felices y juntos :)
ResponderEliminarQUE LINDO ME ENCANTO GRACIAS
ResponderEliminarSi, esta es una historia muy bonita, me alegra que la disfrutaras
EliminarMuy bonita la historia ❤️
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