Jaejoong
y Gummy estaban en la misma mesa, en una esquina del restaurante, con el resto
de compañeros del departamento de contabilidad. El único extraño de su mesa era
un hombre muy guapo que se presentó como Lee Donghae, del equipo de Yunho.
Durante
la comida, todo el mundo le hizo preguntas, que contestó con gran habilidad. Él
también parecía muy interesado por ellos, y los cautivó del mismo modo que había hecho su jefe un
rato antes, en el bar.
Jaejoong
apenas comió. Se limitó a escuchar y participó muy poco en la conversación. Se
había fijado en que en cada mesa había una persona del equipo del nuevo jefe, y
no había que ser muy listo para darse cuenta de que los habían colocado así
para que luego pudiesen informar a su superior acerca de los trabajadores de Mirotic.
El
vino seguía fluyendo, así que cuando aquella velada terminase, muchos de sus
compañeros habrían desvelado sin darse cuenta todos sus secretos.
Sin
querer, sus ojos fueron hacia la enorme mesa circular que había en el centro
del restaurante, donde su principal secreto cenaba con el resto de los
directivos de la empresa. Parecía relajado, como su equipo, controlando la
conversación. Era un gigante empresarial hábil y sofisticado, con el cuerpo de
un atleta y el perfil de un rompecorazones.
Y
tenía el mismo pelo oscuro y los mismos ojos que Changmin…
De
repente. Jaejoong no quiso seguir luchando contra el impulso de marcharse, se
puso en pie.
—Lo siento, tengo que ir al baño
—murmuró, tomando su bolso y dirigiéndose a ciegas hacia las escaleras.
Yunho
observó con disimulo cómo el esbelto rubio atravesaba el restaurante y se
dirigía a las escaleras. Debía de ir al baño, que estaba situado abajo, en el
bar. Se puso tenso al darse cuenta de que sólo con su modo de andar hacía que
se excitase.
Era
la primera vez que lo veía de cuerpo entero y siguió las delicadas curvas de su
figura, que iba envuelta en un traje gris y negro que resaltaba la cremosa
suavidad de su piel. Observó que era de huesos finos, delgado pero curvilíneo,
con largas piernas y bonitos tobillos, según pudo observar.
Empezó
a bajar las escaleras y el pelo se le echó hacia delante al mirar hacia abajo,
puso una elegante mano en la barandilla. Y eso le hizo sentir una nueva punzada
en el pecho, como si unas sensuales uñas se hubiesen clavado a él, y otro
relámpago cruzó su mente.
Frunció
el ceño y se contuvo para no volver a frotarse la frente. En la escalera, vio
que el joven se detenía para buscar algo en su bolso de fiesta y sacaba un
teléfono móvil.
¿Con
quién querría hablar? ¿Con un amante? ¿Un marido? No supo por qué ninguna de
las dos perspectivas le agradaba.
—Kim Jaejoong —le
comentó Kim Jongin en voz baja.
Yunho
se vio obligado a mirar al otro hombre, así que puso una expresión neutral en
su rostro, como si no supiese de lo que le estaban hablando.
—Me he dado cuenta antes de que
suscitaba su interés —le dijo el director
ejecutivo, como si con aquello fuese a ganar puntos.
Yunho
no dijo nada, aunque estaba seguro de que Kim Jongin no le había dicho todo lo
que quería decirle. El nombre de Kim Jaejoong no le sonaba.
—Está al frente de nuestro equipo de
contabilidad —añadió el director— Su mente es como una calculadora,
aunque nadie lo diría al verlo, ¿verdad?
A
Yunho ya le había caído mal Kim Jongin antes de conocerlo, pero después de
aquel comentario sexista, lo tuvo claro. Si se hubiese atrevido además a
guiñarle un ojo con complicidad, se habría levantado y le habría pegado.
Mirotic
era una empresa pequeña, para lo que él estaba acostumbrado. No obstante, había
desarrollado una tecnología pionera en microelectrónica que prefería que
estuviese en su posesión. Por eso, cuando Jun Matsumoto había decidido vender Mirotic
debido a sus problemas de salud, había aprovechado la oportunidad para
comprársela. Jun había sido amigo de su padre, que ya había fallecido. Aunque Mirotic
no le hubiese interesado lo más mínimo, la habría adquirido para quitarle aquel
peso de encima a Jun. Éste le había contado que había tomado algunas decisiones
precipitadas durante los meses previos a la venta. Una de ellas había sido
ascender a Kim Jongin a director ejecutivo.
— Es un bravucón y un terco. Al menos, a
mí ha conseguido intimidarme —le
había dicho Jun con tristeza.
Aquella
velada tenía la intención de calmar los nervios de aquellos empleados que eran
importantes para él, contarles lo que pretendía hacer con la empresa, y
eliminar a aquéllos que no superasen el escrutinio de su equipo. Kim Jongin se
estaba ganando el primer puesto de la lista negra.
—
¿Tiene algún problema con los
jóvenes y mujeres en el trabajo? —le
preguntó Yunho con naturalidad.
— En absoluto, ¡me alegran el día! — Respondió
Kim sonriendo — Aunque
todavía tienen que convencerme de que son capaces de dar el cien por cien en
sus carreras, teniendo en cuenta cómo son las hormonas femeninas y las no tan
femeninas de los doceles — añadió — La situación de Jaejoong hace que sea
una de las más afortunadas de Mirotic, era uno de los niños mimados de Jun, que lo contrató
cuando todavía no estaba a la altura de sus responsabilidades. No obstante…
Kim
se encogió de hombros, ajeno al interés que habían despertado sus palabras en Yunho.
—Eso ocurre cuando uno mezcla los
sentimientos con los negocios —continuó el director ejecutivo de Mirotic— Yo tenía un candidato mucho mejor para
el puesto de Jaejoong, pero Jun conocía a su padre, que había fallecido, y…
Yunho
dejó de escucharlo cuando su instinto le dijo que tenía que haber alguna
conexión entre él y aquel docel que tanto había conseguido afectarlo.
Jun…
¿Lo habría conocido durante alguno de los fines de semana que había pasado con Jun
Matsumoto?
—Seguro que estará de acuerdo conmigo en
que en los negocios no hay lugar para sentimentalismos —le
dijo Kim—. Es agradable de ver,
como ya se habrá dado cuenta, pero una cara bonita y un buen cuerpo pueden ser
una distracción en el trabajo, pienso yo.
Yunho
había oído suficiente.
—Krystal… —dijo,
para captar la atención de la que era otro miembro de su equipo.
Jung
Krystal giró la cabeza y sonrió con aquella sensualidad natural que hacía volar
la libido de la mayoría de los hombres.
—Dile al señor Kim qué haces para
ganarte el escandaloso salario que te pago.
Krystal
rió.
—Es cierto, es escandaloso, pero me gano
cada won que me pagas, y tú lo sabes, Yunho —comentó,
antes de volverse hacia Kim Jongin— A
partir del lunes por la mañana usted y yo trabajaremos juntos para hacer que mi
paso a ocupar el puesto del señor Jun Matsumoto sea lo menos traumático
posible, señor Kim —le informó— Espero poder contar con su lealtad y apoyo…
El
mensaje fue claro y Kim Jongin se puso colorado como un tomate. Estaba a punto
de aprender que, con Krystal, no había lugar para distracciones en el trabajo.
Yunho
tomó su copa de vino casi intacta y se levantó.
—Si me perdonan, ha llegado el momento
de que me pasee un poco — murmuró.
Jun…
Volvió a fruncir el ceño al pasar al lado de la escalera y se dio cuenta de que
sus pies querían bajar a encontrarse con Kim Jaejoong para preguntarle si se
conocían, pero sabía que no podía hacerlo.
Reconoció
que Jaejoong era una distracción, pero se preguntó por qué Kim creía tener
derecho a cuestionar su compromiso con la empresa. ¿Habría sido el nombramiento
de Kim Jaejoong otra de las decisiones precipitadas que había tomado Jun antes
de marcharse?
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Jaejoong
estaba en el bar, con los ojos cerrados, escuchando a su vecina Yoona por
teléfono, que le aseguraba que sus gemelos estaban estupendamente.
—Durmiendo —le
dijo— Han sido como dos ángeles.
Deberías dejar que me quedase con ellos más a menudo, Jaejoong. Para mí es un
placer hacer de abuela, ya que mis propios nietos están tan lejos. Y tengo que
admitir que también me gusta poder ver en la televisión otra cosa que no sea el
fútbol de Henrry.
Los
angelitos se habían comportado como tales porque Yoona había llevado una caja
de bombones.
—
¿Y qué has decidido ver? —le
preguntó Jaejoong, sonriendo y relajando por fin la tensión de su rostro.
Yoona
le habló de una película romántica.
—No tengas prisa por volver —le
ordenó— ¡Podría quedarme
aquí una semana! Ah, y Jiyool me ha dicho que si llamabas, te recordase que le
hicieses una fotografía con el teléfono a tu jefe nuevo, para que se la
enseñes.
Mientras
guardaba el teléfono, Jaejoong pensó que iba a tener que romper aquella
promesa. No quería arriesgarse a que su hija se diese cuenta de lo mucho que se
parecía su hermano gemelo, Changmin, a Jung Yunho.
La
idea lo estremeció mientras volvía al restaurante. Lo primero que vio nada más
llegar arriba fue a Yunho de pie, al lado de una de las mesas. Lo miró de
arriba abajo, apretó los labios y volvió a su sitio, acababa de sentarse cuando
se oyeron carcajadas en el salón.
—Ese tipo sabe cómo causar buena
impresión —comentó Gummy.
—Yunho piensa que un entorno laboral
agradable ayuda a tener buena voluntad y mejora la productividad —respondió
Lee Donghae— Os
gustará, de eso estoy seguro.
«Seguro
que sí», pensó Jaejoong, que no pudo evitar
mirar hacia donde estaba Yunho, que iba hacia otra mesa. Entonces, se dio
cuenta de lo que iba a pasar por todas las mesas y de que él había ido al
cuarto de baño en mal momento, ya que no podría volver a utilizar esa excusa.
Estaba
atrapado y eso aumentó su tensión. Vio que cuando se acercaba a una mesa, su
espía se ponía en pie y le presentaba a cada una de las personas allí sentadas.
Muy
a su pesar, a Jaejoong le impresionó su táctica.
—
¿Se le puede alquilar? —Murmuró
Gummy con curiosidad—. Me
gustaría llevarme a alguien como él la próxima vez que vaya a visitar a mi
familia.
Donghae
rió.
—Pregúntaselo. A Yunho se le dan muy
bien las familias, dado que proviene de una numerosa. También se le dan bien
las reprimendas.
¿Qué
se le daban bien las familias? Jaejoong sintió ganas de reír histéricamente.
Por un momento, pensó que iba a explotar. Entonces se dio cuenta de que Yunho
se acercaba a la mesa que estaba justo detrás de él y se irguió. Estaba tan
cerca que hasta podía aspirar su sutil y especial aroma y sentir el calor de su
cuerpo.
¿Por
qué tenía que ser Yunho el nuevo dueño de Mirotic?
Oyó
carcajadas en la mesa de al lado y entonces notó que el nuevo jefe se volvía
hacia la suya. Donghae se levantó como una marioneta a la que le hubiesen
estirado de un hilo.
Jaejoong
puso ambas manos en su regazo y se las agarró con fuerza mientras oía a Donghae
ir presentando a cada uno de sus compañeros. Yunho estaba tan cerca de él que
una de sus fuertes piernas corría el riesgo de rozarle el hombro desnudo.
Donghae
hizo un breve comentario acerca de cada uno, que Yunho utilizó para conseguir
que la persona en cuestión se sintiese cómoda con él. Se le daba estupendamente
hacerlo.
Jaejoong
se preguntó si se habría puesto detrás de él a propósito, para retrasar lo
máximo posible el momento de mirarlo a la cara.
— Song
Gummy… —dijo Donghae— Gummy
es, o eso me ha dicho, el eje del departamento
de contabilidad.
—En otras palabras, una tirana para las secretarias —añadió
la aludida con naturalidad— Doy
miedo, pero soy buena persona.
Yunho
le dio la mano.
Después
le tocaría a él. Era el único que quedaba. Iba a tener que tocar una mano que
conocía su cuerpo mejor que la de ningún otro hombre, y no sabía si iba a
soportarlo. No sabía si iba a ser capaz de tocarlo, de ser educado, de fingir
que el dolor, la amargura y la ira que tenía dentro no existían.
—Y Kim Jaejoong.
Jaejoong
se giró al oír su nombre, con un nudo en el estómago, en el momento en que Yunho
se ponía al lado de su silla para poder verlo mejor.
En
cualquier momento le ofrecería la mano y él tendría que darle la suya, levantar
la vista hasta su atractivo y mentiroso rostro y…
—Jaejoong es la nueva estrella del
departamento de contabilidad —explicó
Donghae.
Yunho
le tendió la mano. Y él lo miró a la cara. Era todavía más guapo de lo que
recordaba.
—Kim Jaejoong… —repitió
Yunho con voz sexy, pronunciando su apellido como lo había hecho años antes— Me suena ese apellido… ¿Por casualidad
nos conocemos?
¿Estaba
de broma? ¿O le estaba advirtiendo que tuviese cuidado con lo que decía? Jaejoong
rió e hizo acopio de serenidad.
—No —respondió—
No nos conocemos, señor Jung.
—Llámame Yunho, por favor.
«Antes
muerto», pensó él.
Y él seguía con la mano tendida. Aturdido, Jaejoong consiguió alargar
la suya.
Una
corriente eléctrica pasó entre ambos, sacudiéndola.
Como
si él también la hubiese sentido, le apretó los dedos más de lo que debía.
—Jun trajo a Jaejoong de Jay Digital
hace un año —continuó su espía,
ajeno a lo que ocurría entre ambos— Fue probablemente lo mejor que pudo
hacer. Me han informado de que las carencias de Jaejoong en actuación
financiera y gestión del riesgo podrían escribirse en el reverso de un sello.
—Interesante…
—murmuró Yunho.
Jaejoong
pensó que cuando se conocieron, él ya estaba haciendo su MBA, aunque tenía la
sensación de que Yunho no estaba escuchando lo que le estaba contando su espía.
Seguía mirándolo a los ojos, sin soltarle la mano. Y la tensión eléctrica que
había entre ambos era cada vez más intensa.
Entonces,
lo vio fruncir el ceño.
—Jaejoong es además de esas personas
dignas de admiración que son capaces de conciliar las exigencias de su carrera
con la responsabilidad de dos gemelos de cinco años —añadió
Lee Donghae, como un robot.
Al
oír aquello, Jaejoong volvió a la realidad. Apartó la mano de la de él y la
devolvió a su regazo, donde apretó el puño.
Lo
que ocurrió después fue todo un drama. Nadie se lo esperaba. Y menos Jaejoong,
que estaba apartando la mirada de Yunho cuando oyó un gemido y notó que se
agarraba al respaldo de su silla. Levantó la vista y vio dolor en su rostro. Su
silla se movió.
Después
de aquello no tuvo tiempo de registrar nada más porque se encontró de pie, temblando y mirando fijamente a Yunho,
que estaba tumbado en el suelo.
Se
hizo un silencio sepulcral y todo el mundo esperó a que el nuevo jefe dijese
algo o se moviese.
Pero
no se movió y entonces se empezaron a oír gritos, sillas moviéndose y
murmullos. Donghae lo apartó y se arrodilló a su lado, igual que la mujer de
rojo, que le desató la corbata y le desabrochó la camisa.
Estaba
gris, parecía muerto.
Jaejoong
tomó aire y, sin querer, susurró:
—U-Know.
Y
se puso de rodillas de manera tan brusca que apartó a Donghae.
— ¡U-Know! —repitió
gritando, y todo el mundo lo miró sorprendido.
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
que paso ahí le dio un infarto de la impresión de tener a Jae tan cerca o por que recordaría algo cuando le mencionó lo de los gemelos que agonía quiero mas
ResponderEliminarGracias esperando por otro mas
Queeee?!!!!o no reçuerda o quizas fue obligado a dejar a jae y ahora q sabe de los gemelos lo afectó. Que pasara ahora q todos oyeron a jae decirle U-Know? Muy interesante *.* gracias por actualizar amiga ^^
ResponderEliminar>.< Que paso? Que fue lo que le paso a Yunho? Porque no recuerda a Jae y toda esa información creo que le afecto >.<
ResponderEliminarMe encanta la historia gracias por el cap^^/
Dios se me hace que Yunho sufre alguna enfermedad............. No parece ser el tipo de hombre que engaña, porq ademas Jae le inquieta y no sabe porque. Que hara ahora Jae.....le dijo know..... Muchas gracias preciosa :) ..... Actu ya please :-P
ResponderEliminarQue paso ahi?!! Jaejppng ya se puso al descubierto y algo extraño le sucede a Yunho. Quiero saber mas!!!
ResponderEliminarOmo!!! Pero que le pasó Yunho? Acaso recordó algo? O fue la impresión de saber que esa hermosura llamada JaeJoong tenia hijos? <. <
ResponderEliminarOh por Dios!! Acaso con esas declaraciones y desmayo Yunho habrá recordado todo?? Ojala sea así ... Cruzo dedos ... ^^
ResponderEliminarQUE PASOOOOOOO.....GRACIAS
ResponderEliminarQUE PASOOOOOOO.....GRACIAS
ResponderEliminarQue paso no me sigas que cuando al toque escucho le volvió la memoria fue como un balde de agua fría omg omg que pasooo y ahora que Jaejoong le grito por su otro nombre cual es su verdadero ><
ResponderEliminarQue emoción y angustía ante lo que le pasa a Yunho, acaso este desmayo hara que recuoere la memoria?..
ResponderEliminarGracias!!!
Todas tenemos la teoría que perdió la memoria.....xD
ResponderEliminarOh wow...Q paso a Yunho.. Xq su desmayo???? Lo dejas en suspenso!!!!
ResponderEliminarVeremos q pasa... Gracias
Ese tipejo Kim tiene casi casí un pie fuera de la lista de aguinaldo de la empresa o bien en la puerta de despidos. Por Diooos cuanta tensión, y es que como no ponerse así con Yunho y un pasado torrido con él? Ay Jaeeee, tenía que pasar algo que sacara tu amor por Yunho a Flote. Será que Yunho tiene una enfermedad rara?? NOOOOO
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