Tres semanas más tarde, Jaejoong colgó
el teléfono de la cocina. Había estado ayudando a Leeteuk a preparar la comida
cuando había recibido la llamada.
― No son malas noticias, ¿verdad? ― dijo Leeteuk, levantando la vista de
la tabla de cortar.
― No muy buenas. Mi madre... Al parecer,
nuestra casa familiar tiene que venderse.
― Finalmente he convencido a tu padre para que
acepte vender la casa, puesto que es la única forma de pagar todas esas deudas ― le había dicho su madre ― No
ha sido fácil convencerlo, por supuesto. Me ha llevado semanas. Y aunque no
quería discutir con él, había que hacerlo. No quedará nada. Lo que no se lleve
el banco se lo llevarán los otros acreedores. Tendrá que seguir con ese
trabajo, lamentablemente, y yo intentaré encontrar algo también. Tendremos que
alquilar un sitio pequeño en algún lugar...
El intento de su madre de poner tono de
humor hizo que a los ojos de Jaejoong asomaran unas lágrimas, pero él pestañeó
para ahuyentarlas.
― Si no hubieras sido tan torpe con la
asignación mensual de Yunho, podrías haberte permitido alquilar una bonita casa
para ti y el pequeño Changmin. Tendrás que explicarle tus nuevas circunstancias
y pedirle la asignación completa. ― Jaejoong no le contestó, pero pedirle
algo a Yunho era lo último que haría en su vida.
No sabía nada de él desde el día en que
había nacido el niño, cuando había levantado al niño en brazos y le había dicho
que tenían que elegir un nombre juntos.
Él había aceptado su propuesta, y juntos
le habían puesto Changmin, como si fueran padres de verdad.
Desde entonces no había sabido nada de
él. Había hecho lo que había pensado hacer desde el principio: desaparecer y
dejarlos solos.
Jae se decía que Yunho había hecho lo
que él había esperado, entonces, ¿por qué se sentía como si hubiera perdido
algo?
No tenía sentido.
Jaejoong se quitó el delantal que Leeteuk
había insistido en que usara, aunque no valía la pena proteger su maltrecha
ropa de embarazado. No tenía más ropa porque había pensado que, cuando tuviera
al niño, enseguida volvería a su casa.
― Llevo demasiado tiempo teniendo una vida de
lujo y descanso. Ya es hora de que vaya a ayudarlos en este trance.
Sus padres debían de estar deprimidos
por perder Rising Sun, su padre maldiciéndose, y su madre, leal a él, le
estaría echando las culpas a todo el mundo e intentando no llorar.
― Miraré los horarios de los vuelos.
Jaejoong sonrió a Leeteuk y se dirigió a
las escaleras.
El cuarto del bebé había sido el primer
indicio de que él y Changmin permanecerían una o dos semanas más en casa de Yunho
después de que KangIn y Leeteuk lo hubieran ido a buscar a la clínica. No sabía
cuánto tiempo más se hubiera quedado si no hubiera recibido la llamada de sus padres
de aquella mañana. ¿Hasta que Yunho hubiera vuelto? ¿No era capaz de marcharse
antes de verlo?, se preguntó.
Se enfadó consigo mismo por aquel
pensamiento.
Siempre le agradecería su apoyo y
amabilidad durante su trabajo de parto, pero eso no quería decir que quisiera
volver a verlo, se dijo.
Se inclinó encima del cuco donde estaba
durmiendo su hijo. Sintió una punzada de amor.
No se había dado cuenta de que en cuanto
había cerrado la puerta de la cocina, Leeteuk había ido al teléfono.
Jaejoong estaba esperando
impacientemente que volviera KangIn. Estaba sentado en una silla en el salón de
la primera planta.
― KangIn te llevará a casa de tus padres ― le había dicho Leeteuk cuando había
asomado la cabeza en la habitación del niño mientras Jaejoong daba de mamar al
niño ― Ha ido a hacer un recado, así que puedes comer antes
de marcharte.
― Oh, sí a él no le importa...
Sería estupendo viajar en la comodidad
del espacioso Lexus que usaban los Park y el avión privado de Yunho, en lugar
de tener que llevar al bebé y todas sus cosas en un transporte público.
― ¡Por supuesto que no! ¡Será un placer para
él! Os echaré de menos a ti y al bebé ― agregó Leeteuk― En cuanto termines, ven a comer...
Comió, ayudó a Leeteuk a recoger, y
luego hizo el equipaje. Así se pasó el tiempo. Pero ahora, esperando, parecía
que no pasaba más...
Sería duro tener que dejar aquel mundo de
comodidades y lujo, y conformarse con la sola alegría de ver a su hijo.
Pero había sido un breve interludio y
tenía que volver a la realidad.
Tenía mucho que hacer. Arreglar Rising
Sun para venderla no sería tarea fácil. Necesitarían un ejército de pintores,
decoradores, jardineros y un largo etcétera que no podían pagar. No, él tendría
que volver a poner en marcha su negocio. Su madre, cuando había ido a ver al
bebé, le había dicho que podía cuidar al bebé mientras él trabajaba. Sería una
pena dejarlo, pero tendría que hacerlo. Y luego, por supuesto, tendría que
buscar un alquiler barato para vivir.
El motor de un coche llamó su atención y
lo hizo ponerse de pie. Como esperaba a KangIn, se decepcionó cuando vio a Yunho
salir del Ferrari.
Se alejó de la ventana y se puso la mano
en el corazón, que latía aceleradamente. Tenía las rodillas flojas mientras
atravesaba la habitación. Odiaba el modo en que aún podía afectarle la
presencia de Yunho.
Intentó recordar que ya no había nada
entre ellos, y que él seguiría adelante con su vida.
Bajaría a hablar con él y le diría que él
se marcharía con Changmin en cuanto volviera KangIn. Y le agradecería su ayuda
y hospitalidad, aunque no muy efusivamente.
Salió al corredor decidido a hablar con Yunho.
Pero él se adelantó y subió a la
habitación del niño, que estaba al lado de la de él.
Jaejoong tomó aliento y lo siguió, con
un nudo en el estómago y un torbellino emocional en su interior al verlo de pie
al lado del moisés, acariciando la mejilla del niño.
Él podría estar al lado de él, ambos
adorando aquella nueva vida que habían creado, en la seguridad de un compromiso
de amor entre ellos, con un futuro juntos por delante.
Pero por un momento se sintió excluido.
Jamás sería así. No eran realmente una
familia, se recordó. Posiblemente su hijo sería una novedad para él, pero el
eomma de su hijo era un compañero más de cama, nada más.
― No te preocupes. No voy a seguir viviendo de
tu caridad por más tiempo. ¡Desapareceré de tu vista en cuanto venga KangIn! ― dijo él.
No sabía de dónde le habían salido
aquellas palabras, llenas de rabia. Posiblemente de su caos interior de
emociones, que había hecho que traicionara su intención de pronunciar un adiós
cortés y frío.
Yunho se irguió lentamente. Se giró.
Sus ojos, notó él, eran como dos trozos
de hielo y su gesto, duro. Seguramente lo consideraba maleducado y digno de
reproches, como le había dicho anteriormente, pensó él.
Algo que él no aguantaría de nadie, y
menos de una ex amante que no valía nada para él.
― Cierra la puerta cuando te marches. Y
avísame cuando venga KangIn
― le dijo Jaejoong, disponiéndose a irse.
Yunho se acercó a él. Le puso la mano en
el brazo y le dijo:
― ¡No me digas lo que tengo que hacer! ― cerró la puerta de la habitación. ― Desde
ahora, soy yo quien digo lo que se hace. Te aconsejo que lo aceptes de buen
grado. De otro modo, sufrirás las consecuencias de mi disgusto.
― ¡Estoy temblando! ― dijo Jae irónicamente. ― Recuerda
que me habré ido en cuanto KangIn vuelva, ¡así que le darás órdenes al aire!
Yunho lo hizo ir hacia el salón.
― Compórtate ― lo llevó hacia el sofá ― Tengo
algo que decirte relacionado con tu futuro. Y el de mi hijo.
«¿Qué?», pensó él.
Jaejoong se sentó, preocupado, pensando
qué se le estaría pasando a Yunho por la cabeza. Él lo miró.
Había dicho «mi hijo», y él se había dado cuenta cómo había mirado al
pequeño Changmin mientras dormía hacía unos minutos, y cómo lo había tenido en
brazos en la clínica.
Sintió que se le helaba el corazón.
¿Querría quitarle al niño? No podía hacer eso, ¿no? ¡Él no se lo permitiría!
Jaejoong se quitó el pelo de la cara, y
le dijo:
― ¡Habla de una vez! En cuanto llegue KangIn,
me marcharé. Con Changmin. ― Yunho levantó una mano para acallarlo,
y él cerró la boca instintivamente. Yunho apretó la boca, y dijo:
― Leeteuk me ha llamado por teléfono para
decirme que te marchas. KangIn no te llevará a ninguna parte. Le he dado
permiso para que vaya a visitar a su hermano.
― ¡Entonces tomaremos un avión! ― dijo Jaejoong vehementemente.
Se dio cuenta de que Leeteuk lo había
engañado, le había mentido acerca de KangIn. Durante aquel tiempo realmente
había confiado en el hombre, e incluso lo había considerado un amigo, pensó Jaejoong.
Así que tendría que tomar un avión. No
iba a pedirle a su padre que lo fuera a buscar al aeropuerto en su camioneta.
Ésta estaba en tal estado que no lo llevaría lejos. Además, su padre conducía
como un loco. Tenía la cabeza en las nubes...
― ¡Yamapi vendrá a buscamos!
¿Cómo no había pensado antes en él?, se
preguntó.
Yamapi haría cualquier cosa por él.
Siempre lo había hecho.
Se puso de pie, y sin mirar a Yunho
empezó a caminar hacia la puerta, pero él bloqueó su paso y le sujetó los hombros.
― No vas a ir a ningún sitio. Así que puedes
olvidarte de tu caballero andante ― le dijo― Y no culpes a Leeteuk. Yo he tenido que
estar fuera, pero le di instrucciones de que me avisara si notaba signos de que
te querías marchar con mi hijo, y de que te retuviera aquí hasta que yo
volviese. Afortunadamente, yo acababa de llegar de Italia para asistir a una
reunión de directorio en la oficina de Seúl.
Por un momento, sus ojos se encontraron.
Sus tormentosos ojos negros con sus ojos
avellana de acero. Él se excitó. Sintió vergüenza de sí mismo. Sabía lo
despreciable que era él detrás de esa fachada atractiva. Entonces, ¿por qué él
era capaz de hacerle sentir semejante deseo?
Él debería ser inmune a aquella poderosa
sexualidad masculina.
― ¿Por qué? ― preguntó Jaejoong a Yunho, sabiendo la respuesta. Yunho
quería a Changmin. Todo señalaba a ello.
Yunho lo hizo sentar en el sofá y luego
se sentó él. Luego lo observó.
Jaejoong intentó no dejarse asaltar por
aquella ola de debilidad que la estaba asaltando.
¿Qué haría él? ¿Contrataría a un equipo
de abogados para conseguir la custodia del bebé? Él no lo dejaría. Lucharía por
el bebé hasta el fin, pensó.
Porque sabía que Yunho era despiadado,
un hombre manipulador con un montón de dinero que respaldaba sus acciones.
Sintió aprensión hacia él y la
situación. Esperó a que Yunho le dijera algo. Él lo miró con frialdad, y le
dijo:
― ¿Se te ha pasado la pataleta? ¿Vas a
escucharme?
No quería escucharlo. Pero él quería
saber cuánto antes qué quería. Jaejoong asintió.
― Voy a casarme contigo ― dijo él.
Jaejoong se mordió el labio para
convencerse de que no estaba soñando.
¡Yunho había hablado con una frialdad
que parecía que acababa de anunciar que se iba a cortar el pelo!
Él se habría reído en su cara si no
hubiera sentido ganas de llorar. Le dolía. ¡Cuánto había deseado en la isla que
él le dijera aquellas palabras! Porque él le había dicho que lo amaba, y él le
había creído.
Jaejoong bajó la cabeza y escondió el
rostro entre su pelo. No podía dejar al descubierto sus emociones.
Yunho torció la boca.
«Una
vez había estado a punto de hacerle esta proposición», pensó él. Había tenido el anillo preparado en el bolsillo de la
chaqueta: con un diamante negro porque le recordaba su pelo.
Pero unas pocas palabras de su padre
habían hecho que él la apartase de su vida. Él le había recordado que todos los
jóvenes y mujeres eran iguales. Que no se podía confiar en ellos cuando se
trataba de un hombre de su estatus.
Y ahora él estaba haciendo lo que se
había prometido no hacer nunca: pedirle a un joven que se casara con él.
Pero era necesario.
Había descubierto su devoción a su hijo.
Y sabía que no podía apartarlo de su vida.
― Quiero a mi hijo ― dijo él, dando voz a sus pensamientos
― Lo ideal es que un niño viva con ambos padres. Permanentemente. Yo creí
que alcanzaría con hacerme responsable de él y mantenerlo económicamente. Pero
desde que lo he tenido en mis brazos he sentido que no era suficiente. Por lo
tanto... tenemos que casamos. Porque, naturalmente, necesita también a su eomma.
Jaejoong, aún en estado de shock, se
puso de pie.
― No. No me casaré contigo. ¡No podría
Soportarlo!
― Tú querías casarte con mi riqueza...
Entonces, ¿por qué no quieres hacerlo?
Jae lo miró, quemándolo con la mirada.
Cuando había sentido que quería pasar el resto de su vida con él porque lo
amaba profundamente, también había sentido que no podía vivir sin él. No había
sabido que era rico. Ahora lo sabía. Y sabía otras cosas también.
― Tú no me amas. No amas a nadie más que a ti mismo ― dijo él.
― Amo a mi hijo.
― No hace falta que nos casemos ― respondió Jaejoong.
Casarse significaba compartir su cama,
darle derechos sobre su cuerpo. ¡Eso lo destruiría! Él se conocía muy bien. Si
compartía la intimidad con él, volvería a dejarse seducir por Yunho. Sentía una
gran atracción sexual por él, a pesar de todo. Y no quería exponerse a esa
debilidad.
― Si de verdad lo deseas, puedes ver a Changmin
cuando quieras. Yo no voy a impedírtelo ― le ofreció él, desesperado.
Yunho lo miró con indiferencia. Jaejoong
tembló, y agregó:
― No funcionará... Me refiero al matrimonio.
¿Cómo puede funcionar? No nos amamos, y ambos sabemos que tú vas a irte con
alguna de tus conquistas en cuanto puedas. Leo los periódicos, así que sé que
eres un mujeriego, y que sueles tener siempre una mujer u hombre en el brazo ― protestó él― Vamos
a terminar peleando, odiándonos, y acabaremos tirándonos los trastos a la
cabeza... ¡Piensa en el daño que podemos hacerle a Changmin con un matrimonio
así!
Yunho lo miró con una especie de
desprecio burlón, y contestó:
― No voy a estar en tu cama. Esa necesidad
puede ser fácilmente satisfecha.
Aunque no había tenido ningún interés en
otras mujeres o jóvenes desde que lo había conocido, pensó. Pero no iba a
decírselo.
Y en realidad le hubiera gustado estar
en la cama de Jaejoong, pensó sinceramente. La primera vez que lo había visto
se había sentido tentado, se había pasado toda la noche fantaseando con la
sensación de aquel cuerpo delicioso. Y la realidad había sido mejor que sus
sueños...
Pero no quería que volviera a suceder.
Él era suficientemente fuerte. ¿Acaso no habían moldeado su carácter como al
acero?
― Nuestro matrimonio será sólo un papel. Una
fachada para que nuestro hijo tenga dos padres ― Yunho frunció el ceño ― Inmediatamente
después de la ceremonia, civil, por supuesto, iremos a la casa de mi familia,
en Busan, donde mi hijo crecerá con la libertad y la felicidad que necesita.
Tendrá la infancia poco complicada que yo no he tenido ni disfrutado. Tú, como eomma
suyo, compartirás mi riqueza y mi estatus, disfrutarás del respeto que
acarreará eso, y a cambio, no te quejarás nunca. Si intentas alejar a mi hijo
de mi protección, o tener un amante, pasarás a la historia.
Él se puso furioso.
― Entonces, ¿tendré que vivir como una monja
en una jaula de oro, lejos de mi familia y amigos? No, gracias. ¡Para mí no
vale tanto una cama de oro!
― A ti te gusta el dinero... Y el sexo. Pero
no puedes tener ambos. Acostúmbrate a ello ― dijo con frialdad
Yunho.
Jae se llenó de indignación.
¿Quién se creía que era?
Jaejoong se puso de pie, incapaz de
permanecer más tiempo sentado.
― En Jeju yo creí que eras el hombre más
maravilloso, excitante y cariñoso que había conocido. ¡Ahora sé que eres un
monstruo! ― exclamó Jaejoong
― ¡No me casaré contigo! ¡Y retiro el ofrecimiento de permitirte ver al
niño! ¡No quiero que mi niño se contamine!
― Siéntate ― Yunho le agarró la muñeca y tiró de Jae hacia él.
Le clavó la mirada de acero.
La fuerza de su personalidad lo
asustaba, pero le sostuvo la mirada. No quería que viera su debilidad.
― Tienes una lamentable tendencia al drama... ― dijo él ― Tú pusiste la mira en mi riqueza, no lo
niegues. Ya es hora de que dejes de comportarte como un niño mimado y te enfrentes
al hecho de que no puedes manipularme. Convéncete. O dime qué quieres de
nuestro matrimonio y me lo pensaré.
Jaejoong no dijo nada.
Nunca podría tener lo que quería. Pero
no iba a decírselo.
En cuanto a negar que quería meter sus
manos en su dinero... Que pensara lo que quisiera.
No pensaba dejar su corazón a sus pies y
confesarle que lo único que quería era su amor.
― ¿No tienes nada que decir? Me lo he
imaginado ― lo miró con
desprecio ― Entonces te daré los detalles de mi
proposición, y así puedes decidir qué camino tomar.
Jaejoong lo miró. Tenía las manos
entrelazadas en el regazo, la boca seca de tensión, pensando con qué le iba
venir ahora.
― Primera opción: nos casamos, con las
estipulaciones de las que te he hablado. Y es más: me he enterado de la
situación de tu padre y que tendrán que vender la propiedad de tu madre ― Yunho se echó hacia atrás ― Si
nos casamos, pagaré todas sus deudas y le daré un empleo en una de mis empresas
para ayudarlo a superar sus... ¿excentricidades? Y no lo consideres un gesto
filantrópico de mi parte
― dijo cínicamente ― No sería bueno para mi imagen que se sepa
que mis suegros no tienen un céntimo ni una casa.
Él hubiera querido pegarle.
― ¡Te odio! ― exclamó Jaejoong.
Evidentemente, él veía a su familia con
desprecio, como seres inferiores que aceptarían sus dictámenes con humillante
gratitud.
Ignorando su interjección, Yunho continuó:
― Sí, no obstante, rechazas mi proposición, te
prometo que te quitare a mi hijo. Legalmente. Te lo aseguro.
Yunho se puso de que y agrego:
― Te dejo para que te lo pienses ― miro su reloj, y añadió ― Tienes
una hora para tomas la decisión.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Que cruel se esta portando Yunho con Jaejoong ojala que el acepte casarse y que lo haga sufrir asi como lo esta asiendo sufrir Yunho y tambien que lo trate con indifereferencia como el lo esta tratando y gracias Poleth por capitulo la trama se esta poniendo interesante
ResponderEliminarAaaaa quiero que yunho sufra.
ResponderEliminarAslo pagar jae tu puede.
Matalo de indiferencia
Ojalá que JaeJoong se ponga las pilas y acepte casarse para hacer sufrir a Yunho, como las tratar así a Jae ni siquiera le da oportunidad de hablar.
ResponderEliminarGracias Poleth por un capítulo más, me gusta mucho esta historia.
Lo mejor es casarse total no pierdes nada , ya casado te vengas de yunho por no creer en ti 😂
ResponderEliminarGracias por el capitulo ❤😍😁❤😍😁
OMG!!... cada capi es más y más intenso.
ResponderEliminarQue mal que las cosas entre el YunJae aún no se han solucionado debidamente, pero es cuestión de tiempo, y el tiempo pone todo en su lugar...
Al parecer Jae no tiene otra salida más que casarse con Yunho, no le ha dejado salida, sobre todo porque si no accede a sus deseos, le quitará al lindo Minnie...
Ese Yunho se merece un poquito del sufrimiento que le está haciendo pasar a Jae...
**********
AMO ESTE FIC... GRACIAS POR COMPARTIR*
http://lolitahoneyfunnybunny.blogspot.mx/
Yunho es muy malo con Jae y ya se paso de grosero y humillante con el y eso de que Jae lo quiere por interés es una gran mentira y cuando sepa la verdad se arrepentirá por lo duro que lo a tratado y espero que eso pase pronto para que deje de humillarlo
ResponderEliminarGracias
Yunho ya fue demasiado con Jae ahora practicamente lo amenazo si no se casa con el perdera a su hijo eso fue muy cruel,Jae deberia decirle que no quiere su dinero
ResponderEliminarAshhhh hasta que punto ha llegado Yunho y vuelvo a repetir...toooodo por el padre de Jae >:( si no hubiese metido su cuchara q feliz seria Jae con Yunho.
ResponderEliminarOjala pronto yunjo sepa de ello y busque el perdon de Jae. Gracias por los caps amiga.
A Jae no le queda de otra mas que casarse, pero entonces que se ponga las pilas, saque el mejor provecho a su físico, lo conquiste y lo haga sufrir un poco ahora él.
ResponderEliminarGracias!!!
Quiero dos también...😒😒 Uno, un mazó para golpear a Yunho por pasarse de grosero, si quiere lo mejor para su hijo, incluyendo la infancia perfwcta esa necesita de dos padres que se AMAN A MORIR. Y no un padre terco y mandón😢😢😢 Dos:Una cubeta de agua fría para Jae, el necesita despertar y hacer que Yunho se trague sus palabras. Ya quiero que se vuelvan a enamorar... bueno no enamorados estas, que lo niegan es distinto... pero que se reconcilien y se amen para que Yunho ponga a Jae coml unico Diós de su deboción.Si claro lo quiere enclautrado por que lo ama jajaj Y Yoochun y Junsu no tendran parte aquí???
ResponderEliminarvuelvo a decir no me gusta este yunho... es más solo quiero que sufra.
ResponderEliminarYunho te aviso que es mejor que corras porque te pateare los huevos X-(...Asssh Jae, tú también tienes culpa, eres muy pasivo Y.Y
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