— ¡Corte! — se escuchó la voz del director de escena
gritando en japonés. — Buen
trabajo Yejung San. — le agradeció al joven. — mañana seguiremos con tu escenas, es todo por
hoy. Ve a descansar. — le pidió.
El ahora castaño rojizo suspiró pesadamente y sonrió con algo de
cansancio.
— Gracias a todos por su trabajo. — dijo sonriendo y haciendo una reverencia ante
todo el elenco y el staff del foro donde grababa.
Una asistente le pasó una toalla y mientras caminaba hacia su camerino,
el chico quitaba de su rostro los restos de sudor y maquillaje que le quedaban.
Por el camino saludó y se despidió de varias personas, mostrando ante
todos esa sonrisa y ese sentido del humor ligero que lo caracterizaba, pero al
llegar a su camerino, sintió que algo caía sobre sus hombros y le oprimía el
pecho. Su semblante cambió a uno más serio. Su sonrisa había desaparecido por
completo. Al parecer eso de la actuación si se le daba.
Se sentó en una silla frente al espejo, respirando profundamente. Había
cosas, muchas cosas que extrañaba. Los pocos minutos de ocio que compartían.
Las cosas habían cambiado y había otras muchas que extrañaba y necesitaba.
De su — familia — aún
tenía a dos de sus — hijos — quienes le hacían compañía y le mostraban
que lo que hacían valía la pena. Sin embargo, aún faltaban dos personas. Le
hacían falta, los dos, pero de ambos… soltó un suspiro.
Lo tenía tan presente como si estuviera pasando en ese momento. Cerró
los ojos y pudo ver a Junsu y Changmin discutiendo sobre quién de los dos tenía
el mayor porcentaje en un juego de PSP, Yoochun practicando en el sintetizador,
con los audífonos puestos, Yunho… Yunho con esa mirada pensativa, cuando una
coreografía se le dificultaba o un acorde de una canción no le salía bien,
entonces su ceño se fruncía y su mirada quedaba perdida en la nada… pero ellos
no estaban ahí, él… él no estaba ahí. Changmin tampoco compartía con ellos. Y
eso le dolía.
Abrió los ojos cuando el sonido de uno de sus cinco celulares le llegó a
los oídos. Eran muy pocas las personas que conocían aquellos números, pero el
interlocutor le era perfectamente conocido.
— ¡Junsu ah! — contestó con alegría, agradeciendo
internamente que el delfín hubiera llamado para sacarlo de ese estado de
añoranza.
— ¡Hyung! ¿Es verdad? ¿Lo viste?
¿Viste a Yunho Hyung en el aeropuerto? — la voz emocionada y chillona del
niño delfín no lo dejaba contestar. — ¿Qué hacías en Seúl? ¿Cómo lograse burlar a la
SM? ¿Cambiaste de look? ¿Te dijo como están? ¿Viste también a Min? — le bombardeó con todas esas preguntas a las
cuales Jaejoong no les encontró ningún sentido, pero Junsu se escuchaba feliz,
porque por fin sabría de su Appa y su pequeño hermanito.
— Junsu ah ¿De qué me estás
hablando? — le devolvió la
pregunta en tono extrañado. — no
he estado en el aeropuerto de Seúl desde que los tres dejamos Corea juntos. — aclaró.
— No puede ser… no me mientas,
Hyung. Sé que debe ser un secreto porque la SM nos prohibió contacto, pero…
— No te miento para nada, Junsu…
no he estado en Seúl. Además, sabes que no puedo cambiarme el look por la serie
¿De dónde sacas eso? — preguntó con aun más extrañeza que antes.
— Entonces… — el tono de Xiah cambió a otro de total
desilusión. — ¿No fuiste tú quien estuvo con
Hyung en el aeropuerto esta mañana?
— ¿Esta mañana? ¡Claro que no!
Toda la mañana me la pasé grabando en el estudio, Su… — aclaró el punto.
— Es que Yoochun ah y yo creímos…
que en realidad eras tú el de las fotos…
— añadió el
delfín con desilusión.
— ¿Fotos? ¿Qué fotos? — preguntó entre extrañado y sorprendido por las
cosas que Junsu le estaba diciendo. El pequeño delfín sabía que no había salido
de Japón desde que había empezado a grabar aquel dorama.
— Las que salieron en la página
web de Cassiopeia. — le respondió el joven como si
fuera algo lógico. — fueron tomadas esta mañana al
parecer.
— Espera un momento… — dijo sacando otro de sus celulares para
conectarse a internet, buscando la página del club de fans oficial de DBSK.
Las fotos estaban en los primeros posts que abrían la página principal. — Yunho y JaeJoong Oppas juntos en el
aeropuerto de Seúl — rezaba el título y una breve narración del
encuentro de las dos cassiopeias que tomaron las fotos con los dos chicos.
No eran muy claras y generalmente eran de espaldas, pero una de ellas
fue tomada casi de frente a los dos jóvenes, uno de ellos sin lugar a duda era
Yunho y el otro… Jaejoong no pudo creer lo que estaba viendo. El joven que
acompañaba a Yunho era… exactamente igual a él, excepto por el color y el largo
del cabello.
— Jaejoong ah… — escuchó la voz de Junsu en su teléfono.
— ¿Quién es él? ¿Quién? — preguntó con un nudo en la garganta.
— Te digo que creímos que eras
tú… es igual a ti…
— Su cabello… es más largo…
negro, pero más largo… él es…
Yunho estaba con él, le tomaba la mano, lo pegaba a su cuerpo,
protegiéndolo, como tantas veces había hecho con él, pero ese que estaba a su
lado no era él, era…
— ¡Un impostor! — dijo Jae con enojo, con el corazón en la
garganta. Sentía que sus ojos le ardían… ¿Acaso Yunho le había cambiado por…
ese?
— ¿Crees… crees que la SM tiene
algo que ver con esto?
— preguntó Junsu con
preocupación.
— No lo sé… no puedo pensar en
otra opción… seguro es una treta para apoyar su contrademanda. Tenemos que
hablar con los abogados. Si es necesario, regresaremos a Corea. — dijo el mayor tratando de controlar el fuerte
latido de su corazón.
Cuando le colgó a Junsu, siguió mirando aquellas imágenes, sentía que su
pecho oprimía. Verlo con otra persona, dolía. No lo pensó mucho, tomó su
celular y marcó…
Andreé se había sentado en la alfombra, mirando con preocupación hacia
Yunho.
— ¿Pero él está bien? — preguntó con angustia en la voz, para recibir
un asentimiento y una sonrisa por parte del moreno.
— Ya tiene… casi cinco años, si
no me equivoco en los cálculos. Le sucedió en el 2005. Quedó sin secuelas, como
te señalo, pero fueron varios meses de incapacidad y de rehabilitación para
volver a caminar y poder bailar sin ningún problema. — le explicó, relatándole el accidente que tuvo Jaejoong
durante el ensayo de la coreografía de Rising Sun.
— Vaya… cinco años… en el 2005…
¿Para septiembre? — preguntó extrañado el pelinegro
a lo que Yunho y Changmin le miraron extrañados.
— Sí, creo que fue en ese mes,
¿Por qué? — le respondió Yunho.
— Yo tuve un accidente para esas
mismas fechas… iba en la motocicleta de un amigo cuando nos embistió una
camioneta. — explicó el joven
con un rostro algo triste. — mi
pie quedó atrapado entre la camioneta y la moto, me fracturé tibia y peroné en
la región del tobillo. — señaló la misma pierna que Hero se había
lesionado aquella vez. — Sólo pude recuperarme después de largos meses
de rehabilitación, me habían dicho que…
— se contuvo de hablar de
repente, su semblante cambió a uno de tristeza, de desolación, sus ojos se
llenaron de angustia.
— Tranquilo, Andreé, si te duele
recordar eso, entonces… — trató Yunho de desviar la
conversación.
— No… no… — dijo con la voz entrecortada el pelinegro. Dos
gruesas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas mientras negaba con un
movimiento de cabeza.
Incluso Changmin se preocupó al verlo así, estaba inconsolable.
— Andreé ¿Qué te ocurre? — preguntó el menor.
— No sé, no lo sé… yo… no sé… — contestaba con voz entrecortada.
Fue en ese momento que el teléfono móvil de Yunho empezó a sonar.
— Contesta, Yunho… — pidió el mayor con urgencia. — ¡Contesta, maldita sea! — le gritó casi con desesperación, con rabia,
mientras las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.
Y el joven hizo lo que le pidió. Sin ver quién era la persona que
llamaba, abrió el teléfono y se lo colocó al oído.
— Anhaseiuo! — contestó mirando solamente al joven que no
podía dejar de llorar.
— ¿¡Qué demonios significa esto,
Jung Yunho?! — la voz entrecortada de Jaejoong
al otro lado de la línea le llegó a sus oídos.
El moreno se levantó rápidamente, para que nadie más escuchara aquello
se alejó hacia la ventana.
— Boo… — respondió casi en un murmullo.
— ¡No vuelvas a llamarme así! — le recriminó el mayor. — ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué significan
esas fotos, Yunho? ¿Quién es ese impostor con el que estabas en el aeropuerto?
Se supone que soy yo, pero te tengo noticias… yo estoy a miles de kilómetros de
Seúl. Si esto es una treta de la SM y tú estás cooperando… ¡Qué bajo has caído,
Jung! — le reclamó.
— Jaejoong, escúchame…
— No, escúchame tú… — no dejó que el otro dijera nada en su defensa. — nosotros no somos cobardes, ni tampoco nos
escudamos en situaciones estúpidas como ésta. Voy… vamos a regresar a Corea. — rectificó.
— y no voy a parar hasta descubrir qué está
sucediendo y quién es ese. Porque el único Hero Jaejoong de TVXQ soy yo… — y
colgó.
Andreé estaba apoyado en Changmin, quien no sabía ni qué hacer. El joven
no dejaba de llorar, pero unos minutos después se tranquilizó lo suficiente
para poder hablar.
— Yo… lo lamento, chicos… — habló aún entrecortadamente, sus ojos estaban
hinchados de tanto llorar. — es
que… me sentí tan… angustiado… traicionado… que no… no lo pude evitar. — explicó.
— y por más que lo intento, el sentimiento no se
va.
Algo se movió en Changmin, el joven se veía desprotegido y en realidad
no sabía lo que le sucedía.
Yunho aun estaba ido, mirando la pantalla de su celular que se acababa
de apagar.
— ¿Era Jaejoong, cierto? — le preguntó Andreé sabiendo la respuesta de
antemano, no sabía por qué, debido a que Yunho no había mencionado quién fue el
autor de la llamada, al menos no de manera audible para ellos.
— Sí… — añadió de manera seria mientras Changmin
giraba el rostro y apretaba los puños al ver cómo su Hyung había quedado
destrozado por aquella llamada. — me
preguntó quién era el impostor que estaba conmigo hoy en la mañana. Andreé, lo
siento. No era la forma en la que queríamos darle a conocer tu existencia. — explicó el más alto tratando de deshacer aquel
nudo en su garganta.
— Seguramente fueron las fans de
hoy… — sugirió Changmin con tono molesto de voz.
— Sí, alguna debió tomarnos fotos
y subirlas a internet, a pesar de que hice todo lo posible porque no nos
tomaran una clara, además confundieron a Andreé con Boo…
— ¿Boo? — Andreé sonrió ante aquella palabra, era como
si la conociera, pero no sabía de dónde.
— ¿Tú… le pusiste ese apodo? — el moreno asintió ante el fastidio de
Changmin. — ¿Y él cómo te llama? — preguntó curioso.
— Yunnie… aunque no es un
diminutivo especial, muchos me dicen así.
— respondió
con semblante triste.
— Pero sólo los mejores amigos se
ponen apodos… — señaló el mayor.
Y Changmin estaba ahí para arruinar aquel momento ¿YunJae?
— Creo que tengo la respuesta
para lo que te sucede, Andreé… — dijo de repente el joven,
desviando la atención de ambos mayores hacia él. — alguna
vez Junsu me platicó de su relación Junho, su hermano mellizo. Me dijo que
muchas veces tenían una conexión algo extraña porque él sabía las veces que su
hermano estaba enojado o triste y que a su vez, Junho sabía cuando estaba
nostálgico o deprimido. Era algo así como una comunicación entre gemelos. Y por
lo que me platicaste… y por lo que hemos podido ver ahora, al parecer tienes
esa misma conexión con Jaejoong… la cuestión ahora es saber si Jaejoong ah
tiene esas mismas sensaciones cuando te sucede a ti… aunque en realidad nunca
nos ha contado de algo parecido… ¿Cierto, Hyung? — dijo
Changmin con una sonrisa triunfante, pues era algo tan íntimo que seguramente
no lo había compartido con Yunho, por muy bien que se llevaran.
— Como te dije, Changmin Sshi… esto es algo que no le contarías ni a
tu propia sombra, porque pensarían que estás loco… sentir lo que siente otra
persona es… casi, casi surrealista, por no decir que fantasioso para aquellos
que no han experimentado. — justificó Andreé ante lo que dijo el menor y
se le quedó mirando, casi como si quisiera leer sus pensamientos, pero acabó
desviando la mirada cuando el timbre de la puerta sonó.
El encargado de la recepción del edificio había subido el equipaje que
el aeropuerto había mandado, dejándolo en el interior del departamento junto a
la puerta.
Changmin vio a Andreé levantarse para dirigirse a tomar su mochila. El
joven se sentó de nuevo en el suelo, con su mochila a un lado. El menor no le
apartó la mirada de encima… por lo que podía ver y sentir, Yunho se la pasaba
siempre en un dilema al estarlo comparando con Jaejoong, por lo que se le
ocurrió — ayudar — a su
Hyung a establecer las claras diferencias entre los dos hermanos.
— Andreé, cuéntame de ti. Tal vez
Yunho te conozca más, pero yo no sé mucho sobre ti. — señaló Min con una sonrisa ¿inocente? En el
rostro.
— No sé… ¿Qué quieres saber,
Changmin ah? ¿Puedo llamarte Changmin ah?
— preguntó el
chico con algo de ironía, pues sabía que el joven era menor que él y a pesar de
no tener la confianza suficiente, a él ya le había tuteado desde el principio,
cosa totalmente contraria a la tradición asiática, pero al parecer el menor ya
la venía pasando por alto.
— Lo que quieras contarme… — dijo el joven mientras asentía con la cabeza, dándole el permiso de
tutearlo.
— Mmm… no sé… me llamo Andreé
Carter, tengo 24 años cumplo el 26 de Enero, soy acuario, mido 1,80 m y peso 65
kgs.
— Diferencia sustancial en peso…
— se dijo
Changmin tomando nota mental.
— Practico boxeo desde que tenía
10 años… idea de mi padre porque vio que muchos chicos del colegio me
echaban bronca al verme taaan… ustedes saben.
— explicó el
joven y Changmin lo miró sorprendido.
— Jaejoong hacía ejercicio únicamente con las máquinas del gimnasio y
eso a duras penas… — pensó de nuevo el menor.
— Mmm… estudio en la Universidad
de Nueva York la licenciatura en Mercadotecnia… bueno, estudiaba, estoy por
licenciarme… — añadió con una sonrisa,
orgulloso de haber acabado su carrera en tan poco tiempo. — no he tenido muchas novias, tampoco soy de ir
a fiestas, ni de tomar hasta quedar totalmente ebrio tirado en el suelo,
tampoco fumo o tengo cualquier otro tipo de vicio… mi padre es policía, ¿Saben?
Es bastante estricto en ese aspecto. —
enumeró.
— ¿Algo más?
— dijo cuando se le acabaron
las ideas.
— No, definitivamente, muuuy diferente a su hermano — se señaló recordando las veces en que Jaejoong y Yoochun se habían
escapado al manager para irse de juerga, regresando a altas horas de la
madrugada y totalmente ebrios.
— Dime, Andreé… ¿Cantas? — empezó el interrogatorio Changmin.
— Sólo en la ducha… no, en
público después de un ridículo que hice en la secundaria… la vergüenza y yo no
nos llevamos muy bien. — respondió sinceramente.
— Jaejoong hasta ríe de sus propias estupideces — se dijo Changmin — ¿Bailas?
— continuó el menor.
— ¿A dónde quieres llegar
preguntando esto? — el menor lo miró
divertido. — no coreográficamente… me gusta
seguir el ritmo de la música y no lo hago tan mal, según me han dicho. — respondió con sarcasmo.
— Mientras no sea el paso de la serpiente de Jaejoong todo va bien — se dijo Minnie.
— Sólo falta que me preguntes si
también actúo. — añadió el mayor. — siento desilusionarte, Changmin ah, pero no,
no lo hago. Te repito que el ridículo público y yo no somos buenos amigos.
¿Quieres saber algo más? — dijo con una sonrisa irónica en el
rostro.
— Creo que es suficiente por hoy. — interrumpió Yunho con una sonrisa algo
cansada. — vamos a que te instales y te
arregles. No falta mucho para que tu madre venga a conocerte.
Andreé le sonrió en respuesta y después se dirigió a Changmin.
— No te preocupes, Changmin ah…
yo no vengo a tomar el lugar de tu Hyung en ninguna forma posible… que te quede
muy claro. — el pelinegro se levantó tomando
su mochila para luego revolverle el cabello al menor antes de dirigirse a su
anfitrión, dejando a un sorprendido Min haciendo comparación con la misma
caricia que siempre le hacía Jaejoong. — Bueno, Yunho ah ¿Dónde acomodo mis cosas?
Y siguió a Yunho por el pasillo hasta entrar en una de las habitaciones.
— Tan diferente y a la vez… — se dijo Changmin con una sonrisa algo
melancólica.
Min extrañando a su Jae por que se parecen mucho y el interrogatorio para encontrar las diferencias
ResponderEliminarGracias
Min extrañando a su Jae por que se parecen mucho y el interrogatorio para encontrar las diferencias
ResponderEliminarGracias
Min parece celoso, pero además no quiere que Yunho se confunda y sus sentimientos por lo mismo. Jae sufre al creer que su Yunho ya lo olvido.
ResponderEliminarGracias!!!