— Entiendo, gracias. ¿Buscas al Rey?
— Sip,
¿Lo has visto?
— La
verdad es que no. Los soldados tampoco saben donde está así que creí que tu
también estarías buscándolo.
— ¿…él
no está? – pregunté preocupado.
— No,
pero hay rumores de que escapó del castillo y de que no volverá
— ¡¿Qué?! – Grité exaltado — ¡No
es cierto! ¡… él no haría eso!
— ¿Changmin?
— No, no puede dejarme solo… — susurré y corrí en su búsqueda.
“No puede dejarme solo. Prometió que estaría conmigo. Y que todo estaría bien.” Corrí y corrí sin rumbo, con la esperanza de encontrarlo.
Pero nada.
— Jaejoong… — sentí ganas de llorar, como cuando era pequeño
y perdía a mi madre. Miré por uno de los grandes ventanales en el pasillo y
noté que el cielo estaba ya completamente oscuro y un precioso manto de
estrellas lo cubría. Era realmente hermoso. Caminé buscando una salida hasta
que di con una. Salí al jardín real y suspiré. Ahí ese donde lo había visto por
primera vez. Es cierto, no lo conozco hace más de dos días pero el tiempo que
pasé con él se me hizo más que suficiente para quererlo.
Me senté en una banca de piedra que quedaba justo debajo de un
árbol, cuyas ramas caían sobre esta. Suspiré y miré al cielo. Luego de un rato
cerré mis ojos, abracé mis rodillas y deje escapar las lágrimas que hace rato
amenazaban con salir, hasta que escuché una voz.
— ¡Changmin!
— ¿Jae?
Ah… Yoochun – lo miré algo decepcionado,
secando rápidamente mis lágrimas.
— Perdón por no ser la persona a la que
esperabas pero… — respiró
profundo, parece como si hubiese corrido una maratón.
— ¿Pero
que? Dime
— Encontraron esto en el castillo – me dio un papel rosa, cuando lo recibí el aroma a perfume lleno
mis sentidos.
— Puaj…
que olor – La alejé de mí un poco, para luego
acercarla y leerla, lo cual me costó un poco a causa de la oscuridad.
“Querido niño lindo:
Ahora mismo debes estar muy preocupado por tu queridísimo hyung,
pero despreocúpate.
… Él esta conmigo en este instante. Parece que no está muy
feliz, ¿Pero que importa? Cuando esté muerto no sufrirá más.
No te daré más información porque así sería aburrido, lindo.
Solo te advertiré que tienes solo una semana si quieres salvar a tu novio.
Si no llegas, Tantán, adiós a Jaejoongie ^^!
Saludos y muchos besos, cariño.
El Príncipe Heechul”
Mis ojos se humedecieron nuevamente cuando terminé de leer la
carta.
— Debe
ser una broma… — susurré frotando mis
ojos antes de que las lágrimas escaparan.
— Oh
no, conozco a ese Príncipe Heechul. Es muy excéntrico y si dijo eso es capaz de
hacerlo.
— No
puede ser… ¿Pero qué culpa tiene Jae hyung? – Él
sonrió enternecido.
— Te
dijo su nombre… — susurró, yo me sonroje y
asentí – Verás… Heechul le tiene algo de
envidia a Jaejoong. Siempre lo ha encontrado hermoso, y por ende, su
competencia
“Entiendo por qué… Es hermoso” pensé y sonreí.
— Entonces quiere… — susurré
— Deshacerse de él… — completó mi frase, y bajó la mirada. Me
levanté de la banca y caminé con rumbo al castillo.
— Ehh,
¿Dónde vas?
— A
buscarlo, necesito cosas si quiero salir a buscarlo.
— Pero
no sabes dónde queda
Cierto. Me devolví y lo tomé del brazo.
— Entonces
me acompañarás.
Caminamos hacia la habitación en donde estaba mis cosas. En el
camino nos encontramos con Yunho y Junsu.
— ¿Dónde van? – Preguntó Junsu
— A
donde vamos querrás decir. Ustedes también vienen — respondí
— ¿Qué?
– dijo Yunho
No respondí, entré a la habitación donde estaba mi bolso
(originalmente el bolso de Yunho), salí, corrí a la cocina, tomé algo de comida
y volví a su lado.
— Listo
– sonreí
— ¿Alguien podría decirme donde vamos? – preguntó Junsu muy confundido. Yoochun pasó su brazo por su
cuello y le sonrió. Luego le susurró algo al oído.
— ¡¿Qué
el Rey qué?!
— Silencio, no hagas tanto escándalo. – Dijo Yoochun tapando la boca de Junsu con una mano – No queremos que todo el mundo se entere.
Se armaría un caos.
— Oh, lo siento – Se disculpó Junsu con una cara muy adorable y noté como Yoochun
se sonrojó ferozmente. Lo miré, le sonreí coqueto, el me miró y se sonrojó aún
más.
— Bien,
Ahora está muy oscuro así que mañana saldremos en su búsqueda – dije
— ¡Sí! – respondieron los
tres y al otro día, apenas despertamos, emprendimos nuestro viaje en busca de
Jaejoong.
Cuando salimos del pueblito nos adentramos en el bosque y mis
mejillas se sonrojaron al recordar todo lo que me pasó en ese lugar. Moví mi
cabeza de un lado a otro intentando espantar esos recuerdos y seguí caminando.
Caminamos horas y horas y mis pies ya estaban muy cansados.
— Yoochun, ¿Qué hora es?
— Veamos… — miró su reloj – Las 4:30
— Woah…
hemos caminado mucho, salimos como a las 10 y algo de la mañana – dijo un impresionado Yunho.
— Estoy
muy cansado – se quejó Junsu.
Un ruido ensordecedor comenzó a escucharse a lo lejos. Nos
acercamos al lugar de donde provenía el ruido y Junsu chilló emocionado, con un
grito que me pareció igual a un delfín.
— ¡Miren, miren! ¡¡Es una cascada!! – gritó emocionado y corrió hacia ella.
— ¡Genial! –
gritamos nosotros y lo seguimos. Al llegar Junsu ya se había quitado los
zapatos y los calcetines y se metió al agua.
— ¡Ah!
¡Está helada! – gritó muy emocionado y
comenzó a saltar en el agua, salpicando a Yunho, el cual gritó de una manera
rara, algo así como un “Miau” y se sacudió igual que un
gato mojado.
— ¡Junsu, me las pagarás! – Se metió al agua y ambos comenzaron a salpicarse. Yoochun se
sentó en una roca y sonrió enternecido. Me senté junto a él.
— ¿Aún
no le dices?
— ¿Q…
que? – tartamudeó.
— No te
hagas… que te gusta – reí. El miró a Junsu
fijamente y suspiró. – Deberías decirle
— No lo haré
— Dile…
— me quejé de manera infantil.
— No – se sonrojó
— ¡Dile!
— ¡No!
— ¡¡DILE!!
— ¡¡No!!
Junsu y Yunho nos miraron entre impresionados y traumados por
nuestros gritos escandalosos.
— ¡¿Y
porque no quieres decirle?!
— ¡Porque no y ya!
— ¡Eres
un estúpido!
— ¡Y tu
un terco e idiota!
— ¿Yoochun? ¿Qué pasa?
Nos giramos ambos encontrándonos con un preocupado Junsu,
Yoochun lo miró y se sonrojó.
— No…
nada
— Oh,
ok
— ¡No
es cierto! ¡Por favor, Yoochun! No puedes ser tan tonto
— ¡Changmin! ¡Guarda silencio de una vez!
Me levanté enojado, me dirigí hacia Yunho y lo tomé del brazo,
llevándomelo conmigo.
— Iremos a buscar leña, dormiremos aquí esta
noche
— Ehh…
Si, claro – respondió confundido y nos
adentramos en el bosque, dejando a Junsu y a Yoochun solos.
Cuando ya nos habíamos alejado bastante Yunho me detuvo.
— Minnie, ¿Qué paso?
— Nada… — Refunfuñé molesto.
— No
creo que se hayan peleado por “nada”
— Es
que… ¡Yoochun me desespera!
— Entiendo, quieres que se le declare a Junsu
— ¿Eh? ¿Lo
sabías? – él sonrió y asintió.
— Lo
supe desde la primera vez que los vi juntos. Yoochun ha estado muy enamorado de
él desde hace como 2 años. Todos nos hemos dado cuenta, menos el mismo Junsu
claro está. …él es… muy inocente, por no decir idiota – rió
— Ohh…
— Yo
también… siempre he querido que se le declare. Pero aunque no lo parezca,
Chunnie es muy tímido. Así que no se declararan fácilmente.
— Pero
lo besó, ¿Cómo no se va a atrever a declararse entonces?
— Verás… En el pueblo donde vivimos, eso de
besarse es más que nada una tradición. Da lo mismo si es hombre o mujer. Es
algo así para demostrarnos la igualdad entre ambos sexos. Podemos querer a una
mujer como a un hombre. No es raro ante nuestros ojos
— Entiendo… Pues para mí sí que era raro. – Yunho rió.
— Claro, de dónde vienes la homosexualidad y
todo eso es algo aberrante
— Créeme que sí. Si mi padre se enterara de que
tuve… sexo con hombres y que… me enamore de uno… Wow, me mataría – Me sonrojé
— Cierto, pero desde ahora tenemos como orden no
tocarte.
— Oh,
¿Si?
— Si,
Cuando alguien se enamora está prohibido tocarla. Pues va en contra de nuestros
principios impedir que el amor de esa persona aflore.
— Ohh… — sonreí y de pronto Yunho me abrazó
— Demonios, ¡eres tan adorable! ¡Qué bien que no
está prohibido abrazarte!
— Jajaja… ehh… ¿Gracias? – Reí — ¿No
se suponía que debíamos traer leña?
— Cierto
Ambos comenzamos a buscar leña como habíamos dicho. Y luego de
un rato caminamos hacia la orilla del río en donde nos encontrábamos.
—… Y es por eso que… — dejé de contarle mi súper historia a Yunho,
quedé totalmente mudo al observar aquello frente a mis ojos y una sonrisa de
oreja a oreja se dibujó en mi rostro.
— ¿Changmin? ¿Qué pasa?
— Shh… — lo hice callar, lo tomé de la mano y nos
escondimos detrás de un árbol, luego le señalé aquello que de verdad me hizo
sentir muy feliz.
Eran Junsu y Yoochun, estaban sentados a la orilla del río,
tomados de la mano y besándose tiernamente. Una tímida sonrisa adornó el rostro
de Yoochun cuando se alejaron, y Junsu esbozó una sonrisa de completa
felicidad. Se miraron fijamente y se abrazaron.
— A- do
- ra - ble – susurró Yunho, sonriendo.
— Kyaaa… ¡Que lindos!
— ¡Lo
logró! – Susurró feliz Yunho – ¡Se le declaró!
— ¡Genial! – lo
abracé y comenzamos a saltar como idiotas, y en consecuencia tiramos toda la
leña que habíamos recogido.
— ¿Chicos? ¿Son ustedes? – era la voz de Junsu.
— Ehh... s…si, perdón – me disculpe recogiendo la leña y saliendo de nuestro escondite.
— Oh… — susurró sonrojado Yoochun, alejándose
lentamente de Junsu. — ¿Nos… vieron?
— Si,
pero tranquilícense… — Respondí intentando
parecer tranquilo. Pero no lo logré y chillé como niña — ¡Es que son tan adorables!
Ambos nos sonrieron sonrojados y luego de eso ayudaron a hacer
la fogata. Ya estaba todo oscuro pero gracias al fuego que danzaba en la
hoguera podíamos alumbrar el lugar donde estábamos. Yoochun y Yunho ya estaban
durmiendo, y creía que Junsu igual. Miré al cielo estrellado y suspiré
pesadamente.
— Estará bien, no te preocupes
— Junsu, estabas despierto… — Me sonrió y se sentó a mi lado. — ¿Yoochun ya se te…? – su risa me
interrumpió.
— Si…
— Que
bien…
— ¿Por
eso estaban peleando? – yo asentí. El me abrazó
y me besó en la cabeza – Gracias… gracias
a su pelea ahora me siento tan feliz…
— No es
nada
Luego de un rato Junsu se encontraba durmiendo junto a Yoochun,
el cual también abrazaba y babeaba el brazo de Yunho. Sonreí ante el acto, pero
mi sonrisa se torció al recordar.
“Solo una semana… Ya pasó un día. Quedan 6 días. Jaejoong…”
Cerré mis ojos fuertemente para evitar llorar, hasta que el
mítico Morfeo se aburrió de mí y me abofeteo, haciéndome dormir.
>>> ♥ <<<
— ¡¡Ahhh!! – un grito de dolor me sacó de mis sueños, salté del susto, me levanté y mire a Yoochun quien se sobaba el brazo. ¿Cómo diablos llegué a su lado? No lo se, creo que me muevo mucho cuando duermo.
— ¿Qué
pasó? – pregunté frotando mis ojos, algo
somnoliento.
— ¿Cómo que “Que paso”? ¡Me mordiste! – Yunho y Junsu comenzaron a reír.
— Oh…
¡Ohhh perdón! – Grité totalmente avergonzado
– Soñaba que comía un gran banquete y…
había carne – completé la frase con simpleza. Las risas de Yunho y Junsu se
hicieron aún más fuertes.
— Ahhh
Dios, reír tanto no es sano – se quejó
Yunho
— De
verdad eres peligroso – Dijo Yoochun y reí al
ver su cara.
Luego de comer algo continuamos con nuestro camino. Caminamos
horas hasta que salimos del bosque y el paisaje cambio drásticamente a un
desierto de nieve.
— Pero
que…
— Espera, debes ir con cuidado. No es bueno
parar aquí – Dijo Yunho
— Pero
porq… ¡¡Waah!! – no alcancé a decir nada más.
Apenas pisé el suelo de hielo este se quebró, hundiendo mi pierna izquierda.
— ¡Cuidado! –
gritaron los tres y menos mal que alcanzaron a sujetarme. Me sacaron y caímos
en la tierra. Enseguida comencé a quejarme.
— ¿Minnie? ¿Qué pasa? –
preguntó Yoochun preocupado
— Quema... quema... – me quejé, por muy extraño que suene. Si, era hielo pero al
meter mi pierna en el comenzó a quemarme horriblemente. Y nuevamente comencé a
llorar.
— Tranquilo, pequeño – Me calmó Junsu, se sacó su chaqueta, la rasgó y la empapó con
agua de una cantimplora. Luego la envolvió en mi pierna.
— Ya
estarás bien, del otro lado de este desierto de hielo hay otro pueblo, ahí te
curarán. Ahora sube a mi espalda – Dijo Yunho,
yo obedecí.
— Perdón, no sirvo para nada
— No
digas tonterías. No es tu culpa, este mundo es muy distinto al tuyo – me tranquilizó
— Es
cierto, la naturaleza es inteligente ¿Sabias? El hielo supo que no eras de aquí
y por eso no te aceptó – dijo Yoochun
— Yo te
cargaré, así que despreocúpate
Sonreí. Yunho comenzó a caminar conmigo a cuestas, Yoochun y Junsu
detrás de nosotros, tomados de la mano. Me sentía tan feliz por ellos, pero a
la vez… tan triste por no poder estar con Jaejoong.
— Debes
estar cansado, estás cargando a una vaca –
Yunho rió
— ¿¿Una
vaca?? ¡Pero si eres como una pluma! – comenzó a reír
y yo le seguí.
Cuando ya nos quedaba solo un poco para terminar de cruzar el
desierto d hielo aparecieron volando sobre nosotros unos extraño pájaros negros
y muy, muy feos. No los tomamos en cuenta y seguimos nuestro camino, cuando de
pronto…
— ¡¡Ataquen!!
— ¡¿Qué?! –
Gritamos todos al unísono.
Ohhhh Chuuunnie Muriendo de amor y al final sacando valor para declararse¡¡¡¡ tan Cute¡¡¡¡ mmm habría sido lindo saber que fue lo que dijo y todo el romantico momento de la confesión pero bueno... Yo igual super feliz con el Yoosu. SANTO DIOOOOOS como pudo Mi Yoochun soportar el trió con ChangMin estando enamorado de Junsu???? Osea tecnicamente ahí no fue él quien estuvo con Junsu. OMG
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