Yunho caminaba de arriba para abajo en su
habitación por lo que parecía ser la millonésima vez. Había subido en cuanto se
había dado cuenta que nadie tenía una buena idea para rescatar a su esposo.
Todas requerían esperar y eso no era el algo que él pudiera hacer en ese
momento. Podían hacer muchas cosas, pero ninguna de ellas antes de que el puto
sol se escondiera en el horizonte, de otra forma todos acabarían muertos y nadie
rescataría a su Jaejoong. Pero de nuevo, una vez que el sol se ocultara podía
ser demasiado tarde para su esposo…
El vampiro había ordenado que pusieran a
Minzy en una celda con varios guardias custodiándola. Para ser completamente
honesto, Yunho no creía poder cumplir su promesa de no matarla si no podía
pensar en una solución a su problema y rápido. El solo pensar que esa estúpida
mujer era la única razón por la que su esposo y sus hijos estaban en semejante peligro
hacía que su sangre hirviera y su ansia de abrirle la yugular aumentara
enormemente.
Con un grito frustrado, el moreno tomó el
jarrón de vidrio con flores frescas que había sobre una de las mesas de luz y
lo estrelló con fuerza contra la pared. El ruido que hizo al romperse en miles
de pedazos no hizo nada para hacerlo sentir mejor.
De repente, al pensar en su esposo, la
furia que sentía desapareció dejándolo vacío y en su lugar sintió una tristeza
tan grande que parecía estarse ahogando en ella. Se dejó caer al suelo cuando
sintió que las piernas no lo querían sostener más en pie. Su cuerpo tenía
energía suficiente para desarmar ese castillo pieza por pieza si así lo quería,
pero Yunho sentía su espíritu cansado. Desde que Jaejoong había llegado a su
vida, ya no era su voluntad lo que mantenía en marcha, era su hermoso rubio.
Todo lo que hacía, lo hacía pensando en el bienestar de Jae… y sin embargo no
había sido suficiente.
Sintiéndose el gusano más inútil del
mundo, Yunho bajó la mirada para ver unas gotas de sangre en su pie. Confundido
miró alrededor y localizó un fragmento del jarrón cerca. Al parecer el
fragmento había revotado en la pared y lo había cortado, pero gracias a la
sangre de su esposo no tenía una solo rasguño. Su Jaejoong le había dado tanto
y él era un inútil que no podía protegerlo cuando más lo…
De repente como si alguien prendiera un
foco en su cabeza, una idea cruzó su mente y lentamente bajó la mirada a su pie
donde ni siquiera una cicatriz quedaba marcándolo. Tentativamente y rogando silenciosamente
tener razón, Yunho tomó el fragmento de vidrio desigual que le había hecho la
herida y hundiéndolo en su pierna el moreno se hizo un corte profundo desde la
rodilla hasta el talón. Al instante la herida auto-infringida se cerró frente a
sus ojos sin dejar rastro alguno. Este era uno de los muchos regalos que su
esposo le había dado y tal vez justo lo que necesitaba en esos momentos.
Con determinación y esperanza renovadas,
el rey vampiro se levantó del suelo donde había caído y se dirigió a la cómoda
rápidamente de dónde sacó una daga que él mismo había forjado con el mejor y
más resistente acero conocido. Yunho comprobó el filo del arma pasando uno de
sus dedos por una de las esquinas sin apenas usar presión y justo como esperaba
su piel se abrió como si fuera mantequilla unos segundos antes de volver a cerrarse.
Sin perder el paso el moreno caminó hasta la ventana y removió de un tirón las
cortinas para dejar a la vista las pesadas persianas de acero y suspiró mirándolas
fijamente.
-
Por favor, Atenea… ayúdame y préstame un poco de tu sabiduría…
Levantando la daga por encima de su
cabeza, Yunho rugió al enterrarla con firmeza en la persiana haciendo un fino
agujero en el material. Al retirar la daga con rapidez pero con cuidado, un
rayo de sol se abrió paso en la habitación. El moreno miró fijamente el rayo de
luz natural aterrado como nunca lo había estado. Jamás en toda su vida había
podido estar cerca de la luz de sol. Siendo un vampiro el solo hecho de tratar sería
suicidio, pero esa vez tenía que ir contra todo lo que era instintivo para él
ya que no tenía otra opción. Había una vida en el mundo que le importaba mucho
más que la propia y haría lo que tuviera que hacer para protegerla.
Respirado con fuerza por la boca el
vampiro miró fijo ese rayo amarillo de luz que lucía tan indefensa pero que
representaba una horrible muerte para él y se armó de valor. Muy lentamente y
con manos temblorosas, el moreno acercó un solo dedo hacia la luz preparándose
mentalmente para el dolor que sentiría una vez que la tocara. Lo que sintió fue
calor, como si hubiera acercado la mano al calefactor pero nada más. El vampiro
miró fascinado como su dedo no parecía sufrir ningún cambio al directo contacto
con la única cosa que podía destruirlo en cuestión de segundos. Y entonces,
cuando una sonrisa esperanzada empezaba a formarse en sus labios, sucedió. Su
dedo comenzó a quemarse frente a sus ojos.
Siseando el vampiro retiró la mano del
rayo de luz y maldijo. La sangre de Jaejoong había mejorado mucho su condición,
pero no la había erradicado al completo. Desanimado miró el dedo dañado solo
para encontrarlo intacto como antes de someterlo al sol. Apretando los dientes,
Yunho volvió a exponer el mismo dedo a la luz del sol, solo que esa vez cuando
comenzó a quemarse no lo retiró, lo dejo justo donde estaba. Su piel, su carne
se quemaban y producía el dolor atroz que ser quemado vivo produciría, pero
mientras su piel y sus músculos se dañaban, casi al instante se regeneraban
frente a sus ojos sorprendidos. Podía llegar a Jaejoong... Solo tenía que
correr a la velocidad vampírica y había una gran posibilidad de sobrevivir el
viaje. Yunho se tomó unos momentos para saborear el hecho de que había
encontrado una forma de salvar a su Jaejoong antes de concentrarse en la parte problemática.
Si es que podía sobrevivir el viaje hasta
el escondite de los demonios, llegando allí tendría que enfrentarse con los
dioses sabían cuántos de ellos. Y mientras que Yunho era un muy buen guerrero,
no había forma de que lograra matarlos a todos mientras su cuerpo se
desintegraba y volvía a reconstruir constantemente, antes de que alguno de
ellos llegara a su esposo y le hiciera daño. Necesitaba guerreros y los suyos
no servían a esas horas del día…
Justo cuando su cabeza estaba trabajando
a mil por hora buscando encontrar una solución para su nuevo problema, la
puerta de su habitación se abrió de par en par para revelar a la Iirie de los
salcor y a su esposo, seguidos de cerca de Yoochun y Junsu. Había visto al padre
de Jaejoong una sola vez, cuando el hombre había pasado por el castillo a
conocerlo. Como se esperaría de un salcor, el era increíblemente atractivo, con
cabello castaño, una muy buena estructura ósea y tan alto como Yunho.
- ¿Chaerin? ¿Qué…
-
Dejaste que se llevaran a mi hijo. A mi maknae…
El dolor y la acusación en sus ojos hizo
que Yunho se sintiera incluso más inservible de lo que ya estaba sintiéndose. Y
las cosas no mejoraron mucho cuando el puño cerrado de la mujer se estrelló
contra su rostro con fuerza. Yunho pudo oír el jadeo de Junsu mientras se
tambaleaba hacia atrás por la fuerza del impacto inesperado. Pero no se
defendió en lo absoluto ante el ataque y tampoco pensaba hacerlo cuando ella
volvió a levantar la mano. Sin embargo su esposo fue rápido en retenerle el brazo
antes de que su puño volviera a hacer contacto con el rostro del vampiro.
-
Es suficiente… Él es el destinado de nuestro hijo y los dos sabemos que él está
sufriendo más que nadie aquí. Lastimarlo no te va a hacer sentir mejor. – la reprendió Ji
sub, el padre de Jaejoong.
Chaerin apretó los dientes y respiró
profundo varias veces con la mirada gacha, como si estuviera tratando de
contener las lágrimas que amenazaban con asomarse. Yunho no se sentía con
derecho a consolarla, así que simplemente miró impotente como Ji sub aflojaba
el agarre en su muñeca y la tomaba de la mano murmurando en su oído.
-
Nosotros rescataremos a Jaejoong… - le informó la mujer una vez que logró
controlar sus emociones.
Yunho los miró a ambos confundido antes
de hablar.
-
Jaejoong me dijo que los salcor no pueden usar sus poderes para lastimar a otro
ser vivo aunque este se lo merezca. Dijo que si
rompían esta regla sus poderes serían removidos para siempre…
- Es cierto. – confirmó la rubia.
- ¡No pueden hacer eso! Jaejoong no me perdonaría si dejo que sean castigados de esa manera. Demonios, yo mismo no me podría perdonar que eso les sucediera.
- Eso no pasará esta vez. Pedí permiso. – le informó Chaerin
- ¿Permiso? ¿Permiso a quién? – preguntó el vampiro mirándolos a ambos, pero el par solo le devolvió la mirada como si estuvieran esperando que le cayeran las fichas en su lugar. Y cuando lo entendió sus ojos se abrieron sorprendidos - ¿A Deméter? ¿Le pidieron permiso a su diosa patrona?
Ji sub asintió una sola vez lentamente
dejándolo boquiabierto ante la revelación.
-
La Iirie de los salcor tiene la facultad de contactar a Deméter pero únicamente cuando algo grave sucede. Le pedí
que nos ayudara, pero dijo que no puede meterse en los asuntos de los mortales.
A cambio dijo que por el día de hoy hará la vista gorda de lo que sea que
hagamos para ayudar a Jaejoong, incluido usar nuestros poderes para ello. – la mirada de
Chaerin se tornó aún más triste en ese momento
– Después de todo, no hay nadie
que sepa mejor que ella el dolor que le
causa a una madre que rapten a su hijo…
Yunho no tenía idea de que decir ante lo
que le decía su madre política. Allí estaba, justo frente a él la solución para
salvar a Jaejoong y traerlo a casa. Casi no parecía real.
-
Junsu ya nos informó de la disposición del edificio y la cantidad de soldados que tienen apostados allí.
Nosotros somos más que suficientes para deshacernos de ellos y ni siquiera
tenemos que luchar cuerpo a cuerpo. Sin embargo al vivir tan al margen de las criaturas,
no tenemos noción de sus virtudes y debilidades. Supusimos que sería mejor
informarnos contigo en caso de que puedan sorprendernos.
Yunho asintió y se dirigió hacia su
armario para comenzar a ponerse su armadura protectora, esta vez completa por
que cuanta menos piel expusiera al sol, mejor sería.
-
Yunho, no tenemos tiempo ¿Qué haces? – Preguntó Chaerin asomándose en el
vestidor - ¿Por qué te estas poniendo
eso? ¿No estarás pensando en venir con nosotros, verdad?
Yunho asintió sin miramientos, antes de
girarse para mirarla.
-
Eso es exacto lo que voy a hacer.
- Morirás si sales ahí afuera… - le recordó la rubia
- No, la sangre de Jaejoong me ayudó. Estuve haciendo pruebas y puedo salir. Dolerá pero no moriré. Lo prometo.
Justo cuando iba a cruzar el rellano de
la puerta para salir hacia la habitación, Ji sub lo tomó por el brazo,
deteniéndolo.
-
¿Estas completamente seguro? – preguntó con el ceño fruncido
Yunho simplemente asintió mirando a su
suegro a los ojos sin decir palabra. Ji sub parecía buscar la mentira en los
ojos de Yunho por unos momentos pero al no encontrar ninguna, simplemente
asintió también aceptando lo que el vampiro le decía.
Yunho les explicó a sus suegros todo lo
que sabía de los demonios y juntos organizaron el ataque. Como los salcor
podían aparecer, ellos llegarían allí primero y utilizarían su magia para
deshacerse de cuanto demonio se les cruzara en el camino haciendo tiempo para
que Yunho llegue y pueda terminar el trabajo. En cuanto terminaron de
organizarse, Chaerin y Ji sub se esfumaron para ir a hablar con el resto de los
salcor que al parecer estaban esperando afuera por instrucciones. Yunho por su
parte terminó de armarse y se dirigió hacia la salida, donde se encontró a
Siwon bloqueándola con su espada en la mano y una posición de defensa.
-
¿Te atreves a desenvainar tu espada ante mí? Muévete Siwon…
El capitán no se movió un centímetro,
pero su rostro mostró consternación ante las palabras de Yunho.
-
No quiero lastimarlo, su alteza, al contrario. Mi deber es protegerlo, y si debo protegerlo de usted
mismo, que así sea. No puedo dejarlo salir allí afuera. No lo dejaré morir…
Yunho suspiró.
-
No moriré, Siwon. Solo muévete.
- No puedo hacer eso, su alteza. Solo debe esperar unas horas y entonces nosotros traeremos devuelta al Iirie, se lo juro por mi vida.
Mientras que a Yunho le conmovieron las
palabras del hombre, no tenía tiempo para perder explicándole la situación. Así
que moviéndose rápidamente, Yunho golpeo la nuca del vampiro con la empuñadura
de su espada, dejándolo inconsciente. Una vez que Siwon cayó al suelo, Yunho lo
movió del camino para que la luz del sol no lo dañara y armándose de valor,
abrió la puerta y salió al exterior.
La luz de sol lo segó durante unos
segundos, pero el vampiro no se detuvo a recuperarse del todo porque sabía que
en cualquier momento su cuerpo comenzaría a destruirse y necesitaba moverse.
Así que siguiendo en su mente el mapa que Junsu le había trazado, Yunho corrió
a toda velocidad en dirección a su esposo.
>>> ♥ <<<
Unas horas después de haberse encerrado
en su capullo de espinas, Jaejoong comenzaba a sentir que la magia se le
agotaba. Sus manos temblaban, mientras el rubio luchaba por darle vigor a las
ramas que lo protegían. Sin embargo no parecía estar surtiendo efecto. Su única
esperanza era que las bestias que estaban en la habitación con él no se dieran
cuenta que él…
Justo delante de su rostro una horrorosa
mano se abrió paso a través de las ramas espinosas, cortando sus pensamientos a
la mitad. Agarrando al salcor firmemente del cabello, la horrible bestia
arrastró a Jaejoong fuera de su capullo. El rubio arrugó su hermoso rostro de
dolor y con sus brazos protegió lo mejor que pudo su abultado vientre.
-
¿Ven? Les dije que solo era cuestión de esperar…
Jaejoong miró asqueado como el que
parecía ser el líder de esas criaturas reía con un grupo de tres soldados igual
de enormes e igual de horrorosos.
- Ahora… ¿quién va a ser el primero?
Mientras el rubio veía a las bestias
acercarse hacia él con asquerosas y lascivas expresiones en sus crueles
rostros, Jaejoong mandó una plegaria silenciosa a Deméter, para que ella cuide
de sus niños. En ese momento a Jaejoong no le importaba nada más.
De repente una sacudida tremenda que
parecía venir del mismo centro de la tierra y los gritos encolerizados de los
demonios de afuera, detuvo al grupo que rodeaba al hermoso rubio. Todo pareció
detenerse dentro de la habitación subterránea, mientras los cinco escuchaban lo
que parecía ser una batalla en toda regla.
-
¿Señor? El vampiro…
-
¡No digas estupideces! ¡El sol está bien alto en el cielo, ninguno de ellos
puede llegar aquí! ¡Salgan a ver qué sucede, idiotas!
Una vez que los tres soldados abandonaron
la habitación, el líder tiró con más fuerza de las hebras de cabello rubio
hacia atrás, hasta que Jaejoong estuvo cara a cara con la bestia.
-
¿Algo que quieras decirme, puta?
Había muchas cosas que al rubio le
gustaría decir, pero la seguridad de sus hijos le importaba más.
-
Si me dejas ir, hablaré con Yunho para que te perdone…
El demonio pareció desconcertado, como si
esperara insultos de todos los colores pero no lo que acaba de abandonar los
labios del salcor. Perdón…
-
No creo que llegues a hablar con él, princesa. Porque si él encontró una forma
de joderme a mí, yo puedo joderlo aún más a él.
Aterrado, Jaejoong observó como si fuera
en cámara lenta, como el demonio levantaba su enorme espada sobre la cabeza
para bajarla sobre su vientre hinchado. El rubio abrió la boca para gritar,
pero antes de que pudiera producir sonido, una flecha se abrió paso a través
del cráneo del demonio, justo entre medio de sus ojos. Por unos segundos que parecieron
eternos, Jaejoong observó directamente a los ojos sin vida del demonio
devolviéndole la mirada. Después, con un sonido sordo de metal y carne, la
enorme criatura cayó al piso muerto y detrás de él, parado con una expresión de
pánico en el rostro y el arco aún en su mano derecha, su vampiro.
Chamuscado, sucio y cubierto de sangre y
aun así la visión más hermosa que el rubio había visto jamás.
Anterior >>> ♥ <<<
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
OMG!!!!!!!!! Gracias a todos los dioses que llegaron a tiempo para rescatar a Jae...
ResponderEliminarEs bueno saber que no le paso nada a Jae y los bebes, y lo mejor aún, que Yunho puede salir en el día, aunque doloroso, pero puede salir para estar más pendiente de su amor
Waaaaaa me lo leí de una sola y dioooos!!!!!! Juro que es hermoso tu fic!!!! De verdad escribes hermoso!!
ResponderEliminarYunho llego por su amado!! Te juro que casi lloro al saber cuan desesperado estaba yunho por rescatar a a su amor!
Espero que continues pronto!!!
Todo por amor. Chamuscado, sucio y lleno de sangre.....todo por amor. Que lindo. Gracias!
ResponderEliminarsiiiiiiiiiiii Yunho al rescate de su hermoso esposo Jae y sus bebes que bien que se dio cuenta de todo lo que Jae lo había ayudado cuando le dio de su sangre lo a beneficiado en mucho y por ello esta aquí rescatándolos y llevándolos de nuevo a casa sanos y salvos
ResponderEliminarGracias esperare por mas me encanta
Que alegría Yunho llego a tiempo para rescatar a JaeJoong y sus hijitos. Ese demonio pudo matarlos si no llegaba a tiempo yunnie. Temblé al leer cuando el demonio ese levantaba su espada. Q susto.
ResponderEliminarMe alegro que Yunho llegara para salvar a su JJ e hijos... no me gustaría que llegue el final, es una hermosa historia.
ResponderEliminarQue bueno Yunho llego a tiempo para salvar a Jae y esos demonios no lograron hacerle daño a el ni a sus bebés ahora ya pueden volver sanos y salvos a casa
ResponderEliminarkyaaaaaa por dios , yunho llego siiii, me alegra mucho espero que no les pase nada malo, porfis continualo sino moriré de la incertidumbre, esta estupendo este fanfic dios me encanto el concepto, yunho vampiro y jae salcor, mega genial ^^
ResponderEliminarYunho todo lo hace por amor, sin importarle estar quemado, y llego a tiempo. Que emocionante.
ResponderEliminarGracias!!!
Casí me da el ataque, cuando los Padres de Jae llegaron pense que llegaban con todas las injurias y acusaciones culposas sobre Yunho me perdí y olvide que son seres de bondad. YUNHO LOGRO LLEGAR A JAE Y A TIEMPO PARA EVITAR QUE LASTIMARAN A LOS BEBÉS. Aaawww Shiwooon cosita tan leal él Yunho debería darle una condecoración o hacerlo su hombre de confianza justo con Kangta😉.
ResponderEliminarQue linda historia, no la vas a terminar?
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