Llegué y me acerqué hacia donde se escuchaba la música.
— ¿Una
casa en medio del bosque? – Susurré algo
desconfiado, quedando frente a la puerta –
¡Oh!, ¡Quizás haya comida!
Toqué el timbre esperando a que alguien abriera la puerta, pero
nada. Volví a tocar repetidas veces pero nadie abría.
— ¡¿Hay
alguien aquí?!
Nadie contesto, pero si había música debía haber gente ¿No?
Cuando golpeé la puerta esta se abrió completamente.
— Está
abierta… — Me asomé por la puerta y
grité, pero nadie contestó, así que entré — ¿Hola?
Caminé lentamente, había una escalera enorme al medio de la
habitación por la cual subí. De pronto un delicioso aroma inundó mi nariz.
— Oh…
comida…
Caminé como hipnotizado hacia la habitación de donde venía ese
exquisito aroma y cuando entré mis ojos brillaron.
— Woah…
— Miré la mesa que había dentro de la
habitación, ¡Estaba llena de comida! ¡Era impresionante! – ¿Hay alguien aquí? – pregunté nuevamente pero como esperaba nadie
contestó.
Me acerqué a la única silla que había y encontré una carta que
decía “Léeme”, así que la abrí.
— “Te estaba esperando Minnie” — ¿Minnie? ¿Soy yo? – supongo que era yo,
solo mi nombre aquí tiene un Min, aunque bueno… tampoco he conocido a mucha
gente, solo a ese conejo Yoochun y al gato el cual todavía no se su nombre.
Me senté en la silla y miré a mí alrededor. Si estaba esa carta
entonces sería para mi, o eso creo.
— Bah,
como sea… — Tomé un pastelito y me lo
comí, ¡Estaba delicioso! Seguí comiendo y saciando mi hambre hasta cuando me di
cuenta de que ya no podía comer más – Oh,
delicioso… — Susurré y comencé a sentir un extraño sueño.
Cuando me di cuenta estaba en una cama, me había quedado
dormido… De seguro le pusieron algo a la comida, intenté levantarme pero algo
no estaba bien, lo mismo me pasó cuando intente hablar.
Mis manos estaban amarradas a la cama y un incomodo pañuelo me
cubría la boca, imposibilitándome el habla.
— ¡Hmmm! –
intenté soltarme pero nada ¿Cómo pude ser tan idiota? Obviamente no debí
confiarme, pero ¡Tenia tanta hambre!
— Al
fin despiertas, dormilón – Esa voz de nuevo, ¡Era
ese gato molestoso! – Oh cierto, no
puedes hablar… creo que te haré esto más cómodo… — se
acercó a mí y me sacó el pañuelo que cubría mi boca.
— ¿Por
qué me molestas tanto? – pregunté, él me sonrió y
subió a la cama sentándose sobre mi regazo.
— Debo
hacerlo
— ¿Cómo
que debes? ¡No es cierto! ¡Ni siquiera sé quién eres!
— Soy
Yunho, tonto… Y si es cierto, debo hacerlo
— No
soy tonto, y me llamo Changmin
— Lo sé,
Minnie… —
acercó su rostro al mío y yo lo alejé,
intentando resistirme – Oh, no seas
orgulloso…
— ¿Orgulloso? ¡No voy a dejar que me violes así
como lo hizo el conejo!
— ¡Oh!
¿También lo hizo contigo? ¿Te dolió? – Preguntó
mientras sonreía coquetamente.
— N…
no, él no…
— Ya
veo… ¿Solo oral? – Asentí avergonzado – Entonces luego te espera algo mucho mejor
— Cállate, mejor suéltame y deja que me vaya ¿Te
parece?
— Nah,
mejor vamos a divertirnos un rato… — sonrió coqueto y yo me
sonrojé ferozmente.
— ¡Claro que no! – intenté esconder mi rostro pero él tomó mi barbilla con una
mano, obligándome a mirarlo.
— No
seas testarudo. ¿Si lo hiciste con Yoochun porque no conmigo?
— ¿Crees que ando de promiscuo teniendo sexo con
quien primero vea? Ahhh… — gemí sin querer cuando,
sin darme cuenta, introdujo su mano en mi pantalón, comenzando a frotar
insistentemente mi miembro. – N… no…
basta… — tiré mis manos intentando soltarme pero
obviamente no pude.
— Se
que lo disfrutas, no soy tonto… — comenzó a frotar mas
fuerte mi miembro y a lamer mis labios, los cuales mordía fuertemente para
evitar gemir.
— Vamos
gime… se que quieres hacerlo – Sonrió y
comenzó a mover su mano mucho más rápido ¡Era inhumado! ¡Nadie puede moverse
tan rápido!
— N…
no, no lo ahhh… no… — Movía mi cuerpo de un
lado a otro intentando que me soltara, pero solo recibí un fuerte apretón que
hizo que me corriera en su mano. Un último gemido salió de mi boca y me rendí…
Dejé de forzar mis lastimadas muecas y de mover mi cuerpo.
— No
creas que ya terminamos…
Lo miré confundido, muy confundido y mis ojos se dirigieron por
inercia a su entrepierna notando su evidente erección.
— ¡No te atreverás! – Exclamé asustándome un poco, volviendo a mover mi cuerpo de un
lado a otro intentando soltarme.
— Oh
si, si lo haré… — Comenzó a bajar mis
pantalones y mi ropa interior. Cerré mis piernas fuertemente pero él tenía más
fuerza que yo y las abrió, posicionándose entre ellas.
— D…
déjame… — Le rogué y solté un grito
cuando sentí sus dedos en mi entrada, introduciéndolos rápidamente y comenzando
a moverlos de adentro hacia fuera.
— Ahh…
ahhh… Hmm… por favor… — Seguía negándome y
quejándome aunque en el fondo, luego de que introdujo un tercer dedo, comenzaba
a ser placentero.
— Quiero que gimas mi nombre… — susurró sensualmente en mi oído, lamiéndolo
lentamente.
— No lo
haré… — Me quedé mudo cuando lo
vi bajando sus pantalones, dejándome apreciar su anatomía completamente y mi
vista se posó en su erguido miembro. Mi corazón comenzó a latir a 1000 por
segundo.
— Si lo
hago rápido no dolerá tanto – sonrió
— ¿Q…
que cosa? ¡¡Ahhh!! ¡Yunho!! — Su
miembro caliente me penetró de una estocada. Comenzó a moverse dentro de mí
rápidamente y mi miembro comenzó a levantarse nuevamente. Los hombres no somos
poli — orgásmicos, ¡¿Cómo diablos puedo excitarme nuevamente?!
— Oh,
funciono…
— ¿Q…
qué? Ahhh… — entrecerré
mis ojos por la excitación y por sus embestidas que apenas me dejaban respirar…
Quería más, necesitaba más, sentirlo cada vez más adentro.
— Lo
que le… puse a la comida… Míralo… está erguido y orgulloso nuevamente – habló entrecortadamente, embistiéndome con más fuerza.
— Eres
un… un… desgraciado…
— Aún
así lo disfrutas… hmm…
Comenzó a masturbarme nuevamente y a tocarme completamente… mi
piel ardía con cada roce.
— N… no
es justo… yo también quiero… tocar… Ahhh… — Me quejé tirando mis muñecas, intentando soltarme.
— Me
golpearas – Dio una embestida más fuerte y grité.
— N…
no… no lo haré… oh mierda…
— ¿Cómo
s… se si no lo harás?
— ¡Solo
suéltame de una vez!
Yunho sonrió y con una mano desamarro los nudos que impedían que
mis manos se movieran. Apenas las sentí libres rodeé su cuello y acerqué su
rostro al mío, atacando sus labios lujuriosamente. El gimió por el fuerte e
inesperado contacto.
— Más
fuerte… — gemí en su oído.
— Así
me gusta… un Changmin entregado… y… ahhh…. –
Mordí su cuello fuertemente. Ya no sentía ni una pizca de dolor. Todo lo
contrario. …l hizo caso a mi petición, salió de mi interior y me penetró
fuertemente. Grité de placer.
Comenzó a mover cada vez más fuerte su mano, mi cuerpo ardía, la temperatura aumentaba cada vez más cuando me sentía venir… hasta que me corrí en su mano nuevamente. Luego sentí algo viscoso y caliente desparramándose en mi interior, seguido del gemido más sensual que haya escuchado jamás.
Comenzó a mover cada vez más fuerte su mano, mi cuerpo ardía, la temperatura aumentaba cada vez más cuando me sentía venir… hasta que me corrí en su mano nuevamente. Luego sentí algo viscoso y caliente desparramándose en mi interior, seguido del gemido más sensual que haya escuchado jamás.
Me quedé quieto intentando regular y calmar mi agitada
respiración. Ya van tres orgasmos a lo largo del día, quizás quede tonto luego
de esto.
— Quedaré traumado el resto de mi vida… — …l rió.
— Aún
así será un trauma placentero… y tendrás erecciones cada vez que lo recuerdes.
— No
fastidies, baboso
— Wow,
hacía bastante tiempo que no me divertía tanto. – sonrió saliendo de mi interior, gemí suavemente y se recostó a
mi lado.
— Y yo
nunca, hasta hace unas horas era virgen – reí
irónico.
— Oh,
eso lo hace aún más sexy
— Creo
que en este lugar son todos unos malditos y violadores sexys
— ¿Te
parezco sexy?
— No
voy a mentirte… — le
sonreí coqueto y él me devolvió la sonrisa.
Nos quedamos recostados uno junto al otro largo rato, sin decir
nada. Estaba muy cansado como para entablar conversaciones, y creo que Yunho
piensa lo mismo. Luego de más o menos una hora que estuvimos en la misma
posición, Yunho se giró mirándome.
— Puedes darte una ducha si quieres…
— Oh
si, la necesito…
Me levanté y me di la ducha, aproveché que estaba en el baño y
me curé la rodilla, la cual tenía lastimada luego de la caída. Luego me vestí
con una ropa que me encontré en una de las habitaciones y dejé lavando la mía.
Cuando volví a la habitación me encontré con algo que me pareció
verdaderamente adorable. Yunho dormía placenteramente en la cama, acurrucado de
una manera muy extraña, igual a un gato. Ya se había vestido. Mis ojos
brillaron como cuando vi la cola de Yoochun, pero esta vez fue al ver la larga
cola de Yunho, ¡Y sus orejas! ¡Oh! ¡Pero qué adorable!
Me acerqué lentamente sentándome a su lado, mis manos, como si
tuvieran vida propia, se movieron hasta tocar sus orejas.
— Suavecitas… — sonreí idiotamente, mis manos dejaron sus
orejas para dirigirse a su cola – Woh…
genial… — Mi sonrisa creció, continué con lo que hacía
cuando sentí que Yunho se movía, lo miré pero seguía durmiendo. Volví a tocar
sus orejas, él sonrió y… ¡Comenzó a ronronear! ¡Oh, voy a morir de amor! Es
demasiado adorable… Aunque luego me golpeé mentalmente al recordar que este “gatito
adorable” fue el que me violó hace un rato… Y no pude evitar reír,
haciendo que el susodicho despertara.
— ¿Qué
haces aquí? – preguntó estirándose cuan
gato era.
— Juego
contigo… — respondí tranquilamente,
jugando con su cola la cual se movía lentamente.
— ¿No
tienes nada más entretenido que hacer?
— Ehh…
Déjame pensarlo… No, nada — sonreí saltando sobre la
cama para alcanzar sus orejas. … él se movió para que no lo lograra pero caí
sobre él, rodando ambos cama abajo –
Ouch… ¡Ya perdí la cuenta de cuantas veces me he golpeado a lo largo del día!
— Oye,
¿Y esa ropa? – me preguntó mirándome de
pies a cabeza.
— La
encontré, la mía se está lavando, he tenido mucha actividad física y no me
gusta estar sucio.
— Entiendo, de todos modos puedes quedártela… No
es mía pero no creo que alguien vaya a preocuparse por ella
— Ok,
como quieras… ya me voy entonces
— ¿A
dónde vas?
— No sé,
a buscar una salida supongo. Quiero volver a mi… — Me quedé callado un rato y medité sobre mi
respuesta. No quería volver a casa, ¿A quién engañaba? ¡Ya no tenía hogar! Me
fui de ahí y definitivamente no volveré.
— No
tienes hogar, ¿No?
— Cállate, me las arreglaré solo… — me levanté algo enfadado, no con él, sino
conmigo mismo.
— Como
quieras…
Me levanté y salí de la habitación, con rumbo a la cocina. Si
quería buscar una salida de seguro sería un largo camino. Y no pensaba en
volver a comer esas asquerosas frutas que había en el bosque.
Llené un bolso que encontré (Si, lo encontré, si no le importaba
la ropa tampoco le importaría el bolso) con provisiones, guardé mi ropa lavada
y salí de la casa.
Cuando ya había salido sentí un movimiento en las hojas de los árboles pero lo ignore. “El viento” pensé. Seguí caminando y volví a escuchar el ruido, paré en seco y el ruido cesó. Sonreí. “Creo que ya se quien es”.
Cuando ya había salido sentí un movimiento en las hojas de los árboles pero lo ignore. “El viento” pensé. Seguí caminando y volví a escuchar el ruido, paré en seco y el ruido cesó. Sonreí. “Creo que ya se quien es”.
— ¿Hay
alguien ahí? – pregunté con un temor
actuado, si hay algo que se me hace fácil es mentir. Como era de esperarse no
recibí respuesta. Seguí caminando. El ruido se repitió varias veces detrás mío.
Sonreí y me giré rápidamente. No había nadie. – Si crees que no se que eres tú estás muy equivocado.
— ¡Oye!
Así no es divertido… — saltó del árbol quedando
a mi lado, con un puchero en el rostro.
— ¿Deseas algo, Yunho?
— La verdad no… es solo que… — se quedó callado un rato – Estoy aburrido y no sé qué hacer…
— ¿Y
quieres venir conmigo? – sonreí
— ¡No!
– Orgullo. Claro que quiere venir conmigo, ¿Cree que soy tonto?
— Entonces seguiré mi camino… — comencé a caminar y escuché como se quejaba
por lo bajo.
— ¡Oh!
– Me di vuelta para mirarlo — ¿Pasa
algo? – pregunté
El sonrió, parecía haber recordado algo. Comenzó a caminar hacia
mí, quedando ambos frente a frente. Iba a preguntar pero sentí sus labios sobre
los míos y mi corazón comenzó a latir nuevamente a 1000 por segundo.
Lo empujé y me alejé totalmente avergonzado y sonrojado (No
podía verme pero el calor intenso en mis mejillas me delataba)
— ¿Q… qué
demonios te pasa? ¿Por qué hiciste eso? – Exclamé
— No
se… solo me dieron ganas de hacerlo – Rió – De todos modos… no puedes irte aún
Lo miré preguntándole con la mirada porque. El sonrió
nuevamente.
— Tienes que venir conmigo… Me mandaron a
buscarte
— ¿Quién?
— Todo
a su tiempo, pequeño…
Caminó hacia mí, pasó por mi lado y siguió el camino que yo
tenía. Suspiré y lo seguí, no tenía nada más que hacer ¿Y para que mentir? No
conozco el camino ni sé como regresar de donde vine.
Luego de un rato comencé a sentir hambre y saqué una barra de
dulce que saqué de la casa. Yunho me miró y frunció el ceño.
— ¿Me
robaste comida? – preguntó y yo abrí el
envoltorio, comiendo un poco del dulce.
— Tenías bastante así que no te afectará, no
seas tacaño.
— Como
sea…
— ¡¡Changmin!!
Yunho y yo miramos hacia donde se escuchaba esa voz.
— ¡Yoochun!
El nombrado corrió hacia mí, tomó mi rostro entre sus manos y me
besó repetidas veces. Me alejé rápidamente de él y me sonrojé.
— ¡Deja
de hacer eso!
Escuché la risa estrepitosa de Yunho y fruncí el ceño, molesto.
— Ay,
no seas así… — se cruzó de brazos — Estaba buscándote, tonto… Te desapareciste de
la nada ¡Aún queda mucho camino y estamos muy atrasados!
— ¡Oye!
¡Tú fuiste el que desapareció! ¡No me eches la culpa a mí!
— Bien,
entonces yo ya me voy… Cuídalo, Yoochun –
Yunho le guiñó el ojo y Yoochun le respondió con una coqueta sonrisa. ¡Todos
aquí son unos degenerados!
Yunho salto a un árbol y desapareció con una sonrisa en su
rostro. Yoochun me tomó de la mano para comenzar a correr pero yo apreté su
colita esponjosa.
— ¡Dije
que no tocaras mi cola! – se alejó
— ¿Si
tu puedes besarme porque no puedo yo tocarte la cola? – pregunté haciendo un puchero.
— Porque tu disfrutas los besos, a mi me duele
que me aprietes la cola, ¿Entiendes?
— ¡¡Yo
no lo disfruto!! — Grité totalmente sonrojado.
El me tomó de la mano riendo y comenzó a correr.
Corrimos un largo camino hasta que llegamos a un extraño lugar,
había alguien ahí que cuando nos vio corrió hacia nosotros.
— ¡Changmin! ¡Te estaba esperando!
Pobre ChangMin jajaj redulta que es el comodín de todos. Pero estoy de acuerdo con Chunnie😉 si diafruta sus kikos aunque diga que no. No se vale...😢😢😢 yo esperaba que su primera vez fuera con Chunnie y resultó que Yunho se quedo con la primicia...bueno de todos modos fue super lemonoso.
ResponderEliminar