Belleza e Inocencia. Cap 13 Final

Cuando Yamapi apareció con dos copas, llegó Yunho. Tenía los ojos con un brillo peligroso.

― Mi esposo no necesita beber nada. Nos vamos. ― Jaejoong estaba demasiado turbado como para pensar con claridad.

Yunho le agarró el brazo y se lo llevó hacia el área del banquete.

Él habló por el teléfono móvil de forma autoritaria. Luego lo cerró y gruñó:

― ¿Le has enseñado a bailar?

― ¡No seas tonto!

― ¡Era él quien te miraba como un tonto mientras te hacía girar abrazándote, como si no pudiera soltarte!

Jaejoong lo miró y sintió .cierta satisfacción. Él estaba celoso. ¡Celoso de Yamapi!

Si era así, ¿podía querer una aventura con el pelirrojo? En vista de lo que éste le había dicho, Yunho se merecía sentirse celoso.

― Yamapi estaba un poco contrariado. Jin, el chico del que está enamorado, no ha podido venir. Y se estaba agarrando de mí porque no dejaba de chocarme con otras parejas. ¡Así que no me compares a mí y a Yamapi contigo y ese pelirrojo!

― ¿Y qué quiere decir eso? ― preguntó él.

― La harpía pelirroja a la que estabas seduciendo prácticamente en la pista de baile, me ha acusado de cazarte, y me ha dicho que lo has invitado para decirle que el hecho de que estuvieras casado no interferiría con tu aventura con él.

― ¡Dios mío! ― exclamó Yunho. ¡Le agarró los brazos y le dio la vuelta para que lo mirase ― ¡Eso es puro veneno! ¡Te juro por nuestro hijo que nunca he tenido una aventura con ese joven! Apenas lo conozco. Es amigo de mi prima.  Ah Ra lo invitó ese fin de semana, porque es una celestina insoportable, y los dos tenían expectativas; evidentemente, de que podría gustarme ― lo sacudió suavemente― Yo no estaba interesado en él y se lo dije. Desde que te perdí no he mirado a ninguna otro joven o mujer... Yo no quería admitirlo, pero seguía enamorado de ti. Nunca he dejado de estarlo.

― ¡Oh! ― exclamó Jae, mareado por sus palabras.

― Ese tipo sólo quiere causar problemas. Ha sido él el que se ha puesto a sobarme... Y yo no he podido hacer nada. No puedo pedirte que confíes en mí. Yo no he confiado en ti, y jamás me perdonaré por ello... Pero, si quieres, iremos a hablar con él, para que diga la verdad...

Jaejoong sonrió. El hombre que siempre creía que tenía razón estaba actuando con humildad.

― No hace falta ― respondió, seguro ― Confío en ti. Tú quieres a Changmin. Jamás habrías jurado por él si no fuera verdad. Y en lo relativo a Yamapi, no tengas celos de él. Hemos sido buenos amigos toda la vida. Sí, me pidió que me casara con él ― él levantó la mano y le acarició el ceño fruncido ― Porque le preocupaba que yo fuera eomma soltero. Pero no estábamos enamorados, y se lo dije. Y aunque su propuesta me conmovió, no habría sido tan egoísta como para hacerle hacer ese sacrificio. Porque sabía que un día él encontraría a alguien a quien amar. Y lo ha encontrado. En todo caso, yo estaba enamorada de ti todavía, aunque como tú, intenté negarlo.

Jae sonrió. Y él casi se derritió al verlo.

― ¿Todavía me amas?

― Por supuesto. Intenté decírtelo un día, pero no me has querido creer. ― Yunho gruñó.

― ¡He sido un tonto! ― le quitó un mechón de cabello de la cara y agregó ― ¡Pasaré el resto de mi vida tratando de arreglar lo que he hecho mal contigo, amor mío! Y ahora nos marcharemos ― lo levantó en brazos.

Se dirigió a la zona de servicio. Pasó por la cocina y por una puerta estrecha.

― ¿Qué estás haciendo?

No le importaba. ¡Lo único que le importaba era que Yunho lo amaba!

― Intento evitar a los fotógrafos. El coche nos está esperando... ― KangIn los estaba esperando en el espacioso Lexus.

― ¿No tendríamos que despedimos de la gente? Le he prometido a Bora que mi ramo de flores sería para ella. Sólo... Que lo he perdido...

― Shhh... ― lo acalló ― Bora estaba bailando en la pista de baile con tu ramo en la mano. ¡Apuesto a que nadie puede quitárselo! Y no quiero que nos vean marchándonos. Quiero irme de aquí. Ahora. Contigo. Vamos a volar a Italia.

Changmin, en su silla de bebé, estaba profundamente dormido en el coche. Jaejoong se sentó a su lado y al lado de Yunho.

― No puedo viajar con este traje de novia.

― No hay ninguna ley que lo prohíba.

― Es verdad.

― Me encanta verte con el traje de novia. Voy a quitártelo esta noche.... ― Jae se estremeció.

― No puedo llevarlo durante toda nuestra luna de miel ― se rió.

― Como la luna de miel durará toda la vida, no sería práctico ― comentó Yunho ―  Leeteuk ha hecho tus maletas y la de Changmin. Si falta algo, se puede arreglar. Me encantaría llevar de compras a mi esposo. Malcriarlo…

Cuando el jet particular aterrizó, Yunho se quitó el cinturón de seguridad e hizo lo mismo con el de Jaejoong. El bebé estaba en la cuna del avión. Su ama de llaves italiana los estaba esperando.

― Si esto es una treta para atraparme, ¡me entrego voluntariamente! ― comentó Yunho.

― No lo he hecho...

― Lo sé, Yobo. Aquella primera vez fuimos bastante irresponsables. Pero siempre estaré agradecido a ello. Gracias a nuestro hijo estamos juntos.

― Yo también lo agradezco ― dijo. Yunho le rodeó los hombros con su brazo.

― No quiero ser pesado, pero ¿cuándo decidiste que podías confiar en mí?

― He sido un tonto. En Jeju me enamoré de ti, y estaba seguro de haber encontrado el amor. Pero luego tu padre me pidió dinero para una inversión y me sentí traicionado. Herido ― dejó escapar un suspiro― ¡Siento tanto haber pensado por un solo momento que tú eras remotamente como mi madre!

― ¿Qué le sucedió a ella?

― Nos enteramos de que tuvo un accidente de coche con su último amante rico poco antes de que muriese papá. Mi padre se pasó todo el tiempo esperando que volviera. Cuando perdió las esperanzas, supongo que dejó de querer vivir.

― Entonces, ¿cuándo empezaste a confiar en mí? ― insistió él.

― Cuando empecé a pensar con mi cerebro en lugar de con mis prejuicios. Al principio pensé que tu rechazo a aceptar mi dinero era un plan para conseguir más. Luego cuando Changmin nació y supe que tenía que ser un buen padre, te pedí que te casaras conmigo. Tú no estabas contento con aquella felicidad avariciosa que yo había esperado de ti... El día que fuimos a cenar y te pedí que tuviéramos un matrimonio civilizado empecé a dudar de mi juicio y llegué a la conclusión de que todo encajaba. Tú no eras una persona interesada en mi dinero. Me maldije por la injusticia que había cometido. En el hotel pasé las horas más amargas de mi vida... Para confirmarlo, anoche cité a tu padre en el hotel. Y él me dijo que tú no sabías nada: Tu padre sí sabía quién era .yo, por la prensa de negocios... Y me confesó que no te había contado aquel episodio cuando fui a verte. ¡Estaba muy avergonzado de ello! Y no tenía ni idea de que había estropeado nuestra relación...

― ¡Oh! ― exclamó ― Ahora me doy cuenta de que mi padre intentó contármelo cuando estábamos yendo a la iglesia. Pero yo le dije que se callase.

Cuando su padre le había dicho que era culpa suya, él había pensado que se había referido a los fotógrafos. ¡Si él lo hubiera escuchado, no habría agonizado durante toda la ceremonia, preguntándose si Yunho le había dicho que lo amaba! ,

― No más malentendidos. No más secretos. ¿Me lo prometes?

― Te lo prometo ― le dijo Yunho y lo besó.

El palacio era perfecto.

Yunho tenía a Changmin en brazos. Llevó de la mano a Jaejoong a ver a Katerina, el ama de llaves y a todo el personal doméstico.

Jaejoong pasó el resto de la tarde arreglando la habitación de Changmin y discutiendo quién lo bañaría. Finalmente lo habían hecho juntos. Y habían terminado los dos empapados con la ropa de la boda puesta.

― La casa y las tierras han estado en manos de mi familia durante años. Al parecer, mi madre odiaba esta mansión. Prefería las luces de la gran ciudad... El palazzo estaba abandonado cuando lo heredé. Pero yo decidí rehabilitarlo y devolverle su esplendor.

Jaejoong se enterneció. Al menos, Yunho estaba hablando de su madre, que tanto daño le había hecho, sin amargura. El daño estaba reparado. Pero había una cosa que él quería saber aún.

― Dime, ¿por qué teniendo todo esto a tu disposición, estabas viviendo en esa pocilga cuando te conocí? Y además tenías una cadena falsa de oro que te dejaba marcas...

Él sonrió.

― Por escapismo. Me encanta el mar. Voy allí para relajarme, a fingir que no soy millonario. Vivo como un campesino, y disfruto de mi pequeño bote, de incógnito. Y nadie me molesta. Pero el día que nos conocimos mi ayudante personal rompió esa regla, y vino a verme para que yo resolviera un problema. Como castigo le hice acompañarme en el bote, mientras él me contaba el problema. Cuando volvimos a mi cala me encontré con la criatura más hermosa del mundo. Y ambos sabemos lo que sucedió después.

― Nos enamoramos. Pero ¿por qué usabas esa cadena barata? ― Yunho lo apretó contra su cuerpo.

― Me la había regalado Bora. Mi hermana y su familia estaban hospedándose en mi hotel unos días. Y yo tenía que usarla. Me la había comprado con sus ahorros. ¿Recuerdas que yo tenía que mostrar la isla a una gente? Era Jihye y su familia. Tú pensaste que yo era una especie de guía turístico, que hacía unos euros cuando podía. Y yo no te saqué de tu error.

― Me enamoré de ti cuando creía que eras un hombre sin un céntimo. Si mañana perdieras todo, te amaría igual…

Yunho lo acallo con un beso. Y Jae se derritió en sus brazos.

Lo levanto en sus brazos y lo llevo al dormitorio. Lo puso de pie y murmuro:

― Mi dulce esposo…― el empezó a desabrochar los pequeños botones del vestido de novia. Él se excito

El cuerpo de su vestido se deslizo hasta la cintura, y Yunho lo ayudo a quitarse la parte de abajo.

Vio que llevaba braguitas de encaje y gruño sensualmente.

― En el momento en que te vi entrar en la iglesia me prometí que haría esto… ― dijo Yunho. Y entonces lo levantó y lo dejo encima de la colcha de satén de la enorme cama… Poco a poco fue bajándole las bragas con los dientes mientras sus manos acariciaban perezosamente sus muslos.

Lo que paso aquella noche fue solo una demostración de amor y entrega de un par de amantes que decidieron dejar el orgullo a un lado y hacer lo que dictaba sus corazones.

>>> ♥ <<<  FIN  >>> ♥ <<<

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