6 de junio de 2010
Había tomado un vuelo
a Tokio un par de días después que su hermano se comunicó con él. Había tratado
de llegar a media noche, para no ser confundido con su hermano, ya que a esas
horas el aeropuerto ya no se encontraba abarrotado de gente, y los que
esperaban abordar a esas horas, generalmente estaban más que somnolientos.
No fue directamente al
departamento de su hermano, prefirió esperar hasta la mañana, hospedado en un
hotel del centro de Tokio. La verdad era que no sabía de qué podía hablar con
él después de que la última vez estuvieron liados a golpes hasta que los chicos
los separaron.
Eran hermanos, era
tonto que sintiera que no podían hablar y ser sinceros el uno con el otro. Al
menos por teléfono lo hicieron, pero entendía que al no ser una conversación
cara a cara, ninguno de los dos se sentía cohibido. En aquellos momentos,
sentía que a pesar de todo lo que Yunho le hubiera contado sobre él, no sabía
nada de su hermano y su hermano de él mucho menos.
Andrée suspiró
mientras esperaba que el reloj diera paso a otra hora sin dormir, quería que ya
fuera la hora de ver a su hermano y poder sacar por fin aquella sensación de
ahogo que tenía. De repente, su celular sonó.
— ¿Aló? — respondió sin verificar la persona que
llamaba.
— Tú
tampoco puedes dormir. — la voz de Jaejoong le llegó a los oídos y sólo
pudo sonreír.
— No, no puedo… creo que estoy algo nervioso por
verte. — reconoció Andreé con una sonrisa.
— Entonces
somos dos… y yo se supone que debo estar en una fiesta, ¿Sabes? — Jaejoong usó un tono divertido. — y
se supone que debo ir a dormir para levantarme mañana temprano. — añadió.
— ¿Y qué quieres que haga? — preguntó Andreé con una
sonrisa irónica.
— Podemos
hablar ahora. Puedo pasar a buscarte donde estés. — sugirió el mayor.
— Impaciente.
—
respondió a su hermano incorporándose
para buscar una chaqueta.
— Dime
en qué hotel te hospedas. — le pidió sabiendo que su gemelo había
aceptado, porque los dos necesitaban acabar con aquella distancia que tenían y
que no debía existir entre ellos.
Y ahí se encontraban,
sentados uno frente al otro en la mesa del comedor del departamento del
mayor de ambos. Era casi como verse reflejado en un espejo. JaeSun tenía una
taza de café entre sus manos, mientras Jaejoong lo miraba fijamente.
Habían hablado de
muchas cosas, de los padres de JaeSun, de sus amigos, de su vida en Estados
Unidos. Jaejoong habló de sí mismo como no lo hacía con nadie, como no abría su
alma y su corazón ante nadie. Entre un coreano pausado y mezclado con inglés,
se habían entendido más con minutos de silencio y sonrisas que resultaban
cómplices y muchas veces se complementaban. En realidad, era como recuperar la
mitad que les hacía falta.
— Te cortaste el cabello. — observó Jaejoong con una
sonrisa.
— No quería parecerme a ti aún más. — dijo su hermano menor
con una sonrisa algo irónica.
— ¿Cómo fue? ¿Cómo fue que Yunho dio contigo? — preguntó el mayor.
Quería saber cómo se habían encontrado, cómo era que Yunho había reaccionado al
verlo, al ver el enorme parecido entre ambos.
Su Dongseng rió y le
miró directamente a los ojos.
— Es la persona más poco sutil que he conocido
en mi vida.
Flash back
Estaba sentado en la
cafetería del Campus, peleando por cómo quedaría la redacción de aquel último
capítulo de su tesis. Se rascó la cabeza para después girar el cuello para
desentumirse. Había estado trabajando varias horas seguidas en el escrito y
estaba por terminar, cuando sintió algo en su espalda. Como si alguien le
estuviera mirando fijamente. Giró el rostro y se encontró los ojos color café
de aquel chico asiático que no le quitaba la vista de encima, se hallaba
sentado un par de mesas más allá, con un refresco frente a él.
Era atractivo o al
menos eso le parecía, pues varias chicas que pasaban junto a él le sonreían
como tontas y cuchicheaban entre ellas, sin embargo, el otro chico ni siquiera
les prestaba atención. Sólo estaba ahí, mirándole.
Andreé giró el rostro
y siguió concentrado en su trabajo, pero aquella mirada lo inquietaba, le hacía
sentir incómodo, como si le estuviera estudiando cual bicho al microscopio. El
joven se levantó molesto y fue a encarar al tipo que ya lo tenía harto.
— Bueno ¿Qué demonios quieres? ¿Tengo monos en
la cara o qué? ¿Qué te traes? — estaba estresado, a punto de estallar. Su
fecha límite para entregar la tesis concluía al día siguiente al medio día y
tenía que llevarlo a imprimir todavía. El estrés le había llevado a reaccionar
así.
— ¿Eres Andreé Carter, Cierto? — preguntó el moreno con
aquel acento extraño en su voz, sobre todo al pronunciar la R.
Y el joven retrocedió
un paso, un poco a la defensiva ¿Cómo sabía su nombre aquel extranjero?
— Sí… ¿Algún problema?
— ¿Sabes que eres adoptado?
Fin Flash Back
Jaejoong se cubrió el
rostro con ambas manos, imaginando la escena.
— Estuve a nada de tirarle un golpe al rostro.
Que dé gracias que mis padres me habían hablado de mi adopción, sino… no puedo
creer que Yunho sea una persona con tan poco tacto. — se quejó el pelinegro
con una sonrisa en los labios.
— No tienes idea… y eso que aún no lo conoces
del todo. — respondió a su hermanito con una mueca en su rostro.
— Aún no entiendo cómo fuiste a enamorarte de
él… — se preguntó Andreé en un murmullo.
— Yo tampoco.
— reconoció el castaño tal
vez un poco avergonzado de reconocer un amor que ni siquiera ante sus mejores
amigos ha admitido. — ¿cómo sabes… cómo te enteraste
que yo…? — quiso preguntar.
— ¿Alguna vez has sentido que tienes un
sentimiento en tu pecho que no te pertenece? ¿Qué si estás físicamente solo en
una habitación, hay alguien más a tu lado abrazándote? ¿O que te sientes triste
o alegre por alguien más sin saber quién es esa persona o por qué te sientes
así? — Jaejoong asintió con un movimiento de cabeza. — Yo también lo siento, Boo. — dijo recordándole el mote que Yunho le
había puesto ¿Hacía cuanto tiempo que no escuchaba? — sé que tú querías escucharlo, por eso lo dije,
tal vez no era de mi voz de la que querías oírlo, pero al menos te lo dije… — le explicó.
— aquella mañana en SM ENT sentí lo que tu
sentías. Esa desilusión, ese desamor… era en parte por eso que estaba enfadado,
porque reflejaba también tu enojo y el mío, muchas cosas de las que te dije
eran reflejo de lo que tú sentías. — añadió.
Jaejoong sintió cómo
aquello que decía su hermano era verdad, pues muchas veces su enojo había
llegado a grandes escalas sin entender por qué o se sentía alegre a pesar de
que no hubiera sucedido nada especial.
— ¿Sabes que le temo a las alturas? — preguntó JaeSun con un
tono de voz un poco avergonzado.
Jaejoong sonrió al
responder.
— No me gusta subir ni a un tercer piso, siento
que me mareo con sólo mirar para abajo.
—
respondió el castaño igual de
avergonzado que su gemelo.
— Es el colmo que hasta subir a un avión te den
esas extrañas — cosas — en el estómago… — argumentó Andreé.
— Sobre todo cuando se está elevando o cuando
aterriza… — completó Jaejoong.
— ¡ES HORRIBLE!
—
dijeron los dos al mismo tiempo para
después romper a reír.
— Incluso tenemos la misma fobia… — señaló Jaejoong.
— Síp… se supone que somos gemelos ¿No? — añadió divertido JaeSun
De repente un sonido
en la puerta se escuchó.
— ¿Serán los chicos? ¿Tan temprano? — se preguntó Jaejoong
levantándose para ver la hora en el reloj que tiene en la cocina, dejando a su
hermano solo en el comedor.
— Hyung, que bueno que estás de pie y listo. — le dijo Junsu entrando
de la mano con Yoochun quien lo abrazó por la cintura pegándolo a su cuerpo.
— Sí, Umma ¿Qué hay para comer? — le preguntó al pelinegro
y este rió. — ¿Qué es tan gracioso, Jae? — preguntó Yoochun confundido.
— Sí, son tus amigos, JJ. Y es mejor que vengas
antes de que tu hijo vuelva a llamarme mamá… — le dijo a su hermano en inglés para luego
soltar la carcajada.
Yoochun se le quedó
mirando sorprendido.
— ¿Tú eres?
Pero no pudo completar
la frase al ver salir a Jae de la cocina.
— Chicos ¿Qué hacen aquí tan temprano? Se supone
que no nos veríamos hasta el medio día.
—
les dijo el mayor con una sonrisa,
acercándose a ellos.
Fue entonces que se
dieron cuenta de las leves diferencias entre los hermanos, pues Jaejoong aún
llevaba su cabello castaño, mientras su gemelo lo tenía de su color natural y
un poco más corto que el del mayor.
— ¿Temprano? Son casi las 12, Umma… — le dijo Yoochun
saliendo de su sorpresa.
— ¿Tan tarde ya? Creo que ese maldito reloj se
ha descompuesto. — respondió frunciendo el seño.
Los dos hermanos se
habían pasado toda la madrugada y la mañana hablando y aún así sentían que no
habían terminado, que aún les faltaban muchas cosas. Jaejoong suspiró.
— JJ ¿Quiénes son tus amigos? — preguntó su gemelo
como si en realidad no supiera quiénes son.
— aunque ya he tenido el… bueno, nos hemos visto
antes, pero no hemos sido presentados, y creo que la última vez no se quedaron
con una muy buena impresión mía. — añadió recordando la escena de la pelea.
El mayor se sonrojó,
había pasado por alto la presentación de su hermano, pues los muchachos sabían
perfectamente quién era, pero aún no lo había reconocido formalmente… hasta
aquel momento.
— Chicos… Eto… emmm… él es… Andreé Carter, mi
hermano… Gemelo. — y aún se le hacía difícil asimilar lo último a pesar de haber
pasado casi toda la noche hablando con él.
El otro chico se
levantó e hizo una reverencia ante los muchachos frente a él.
— Es un placer conocerlos… — dijo en un bastante buen
coreano, como pocas veces lo podía lograr.
— si se les hace más fácil, JaeSun estará bien
para que puedan llamarme. — pidió el joven mirando a su hermano.
— Hablas bien el coreano… — dijo Junsu temiendo que
para entenderse con el chico tendría que utilizar el inglés, idioma para el
cual no es muy bueno que digamos.
— Yunho y Changmin ah se encargaron de enseñarme
bastante bien… — respondió con una sonrisa y de repente deseó
haberse mordido la lengua al ver la cara de tristeza de los tres. — lo lamento… sé que están atravesando por un
mal momento…
— Malo no es precisamente el concepto correcto. — Señaló Yoochun con una
sonrisa. — My name is Yoochun Park. Nice
to meet you. — le dijo en inglés con una
sonrisa.
— Me too…
—
respondió el gemelo con una cálida
sonrisa, tan idéntica a la de su Soulmate
que casi podía asegurar que era él mismo.
— Annyoung Seioh, Kim Junsu Ibida. — dijo el menor con una sonrisa y algo cohibido
por no poder expresarle su bienvenida al chico en su natal inglés.
— Es un gusto conocerte también, Junsu Sshi. — le dijo devolviéndole el
saludo.
— Disculpa que te pregunte, pero… podrías
decirnos… — y fue el siempre inoportuno delfín, quien se
atrevió a despejar la duda que los tres tenían.
— Están bien… extrañándolos… pero bien. Al menos
hasta donde yo sé. — recalcó lo último pues hacía ya casi 3 semanas
que no veía a los chicos y a pesar de que mantenía contacto con ellos vía
Messenger o mensajes de texto por celular, era muy distinto a cuando estaba
ahí.
— Será mejor que me dé una ducha… — la voz de Jaejoong se
escuchó quebrada, pero no quería hablar de ellos que sus sentimientos terminen
por aflorar finalmente. — aún
tenemos cosas que hacer antes de ir al DOME.
— señaló el mayor con una
sonrisa cansada.
— Pero, Hyung…
—
era la primera vez que su hermano lo
llamaba así… y no podía negar que le agradaba.
— Hyung, no has descansado para nada en toda la
noche. — le regañó.
— no puedes hacer eso. Puedes enfermar.
— No te preocupes, JaeSun… todo está bien. Estoy
acostumbrado. — y se dirigió a su habitación para ir a
ducharse, buscando que su cansancio menguara con la frescura del agua. — ¿Está bien si pueden hacerle compañía un rato? — preguntó a sus compañeros.
— Sure, no problem. — aseguró el ratón con
una sonrisa.
— Y dime, JaeSoong Sshi… ¿Puedo llamarte JaeSoong? — preguntó Junsu con una
sonrisa traviesa. — bueno… es que eres el gemelo
de Hyung y tu nombre debe sonar parecido al de él, así que JaeSoong suena mucho
mejor que sólo JaeSun… — explicó el delfín mientras lo llevaba al
sofá.
— JaeSoong está bien. — dijo algo cohibido por
el comportamiento del chico y pudo sentir cierta mirada sobre de él ¿Por qué
siempre tendían a mirarlo como si él fuera la causa de los grandes problemas
del mundo? Ese era el efecto que causaba, según cierta persona había dicho. — Pero pueden tutearme, por favor ¿Yo puedo
tutearlos a ustedes? — preguntó con cierta precaución, pues la mirada
de Yoochun sobre él le advertía de tener cierto cuidado en brindarle confianza
al jovencito que tenía sentado a un lado de él en el sofá. Algo le decía que no
quería enfrentar la — Cólera del Dragón — de
Park — Micky — Yoochun.
— Por mí está bien ¿Qué dices tú, Chunnie? — dijo divertido el menor
con una sonrisa al mismo tiempo que tendía una mano y llamaba a su ratón a
sentarse en el posabrazos del sofá, justo tras él. Conocía ese gesto de
incomodidad en su pareja cada vez que le prestaba más atención a otra persona
que a él.
— Si a ti no te incomoda, por mi tampoco hay
problema. — respondió Micky con una sonrisa mientras tomaba asiento tras
Xiah, quien posó su brazo sobre el muslo de Yoochun, detalle que no pasó
desapercibido para el gemelo. — y
si tampoco a ti te importa que te llamemos JaeSoong, entonces déjame unirme
a Junsu. — no quería que su niño tuviera nombres especiales
para otras personas que no fueran él.
— Por supuesto, Yoochun ah. No hay ningún
problema por eso. — respondió el chico.
— Entonces JaeSoong ah… ¿Vendrás con nosotros al
concierto? — le preguntó el delfín con una sonrisa al
escuchar que Yoochun soltaba un suspiro de alivio al ver que el mayor no
mostraba mayor interés por Junsu que el de la amistad.
— ¿Concierto?
—
preguntó el pelinegro con duda, pues Jaejoong
no le había platicado nada.
— Sí, estamos dando un par de conciertos en el
Tokio Dome. — dijo el delfín un poco cohibido. — deberías venir y ver a tu hermano en acción. — y rió de aquella manera especial, esa risa de
delfín de la que varias veces había escuchado a Yunho y Changmin hablar.
— Sí, bueno… ¿Por qué no? — respondió el chico con
una sonrisa.
Se descubrieron todo y lo que les falta a Jae y su hermano, y lo mejor es que ya se quieren, después de su primera mala impresión.
ResponderEliminarGracias!!!