Blood Rites. Epílogo

Jae y Changmin se sentaron en una de las mesas de la sala de reunión, la celebración llegando lentamente a su fin. Después de que Yoochun y Junsu se hubieran ido, Heechul y Siwon habían arrojado un infierno de fiesta en honor al emparejamiento de su hijo. Jae había bailado hasta que tuvo ampollas en sus pies. Eventualmente, se había quitado el ridículo suéter que Yunho había exigido que usara, pero había sentido el peso de su mirada fija en él toda la noche. Incluso ahora, mientras escuchaba a Changmin divagar sobre todos los miembros de la manada que había conocido, podía sentir sus ojos sobre él.

Jae miró a su alrededor por lo que pareció la enésima vez tratando de encontrar los ojos dorados que sabía que lo mantenían en su visión. Pero al igual que las otras noventa y nueve veces no podía verlo.

— ¿Me estás escuchando, Jae? —Oyó a Changmin preguntarle. Jae se volvió hacia su amigo y vio sus ojos entrecerrados— ¿A quién estás buscando, chico?

—A nadie —mintió Jae.

—Ajá, claro. Y yo soy la maldita hada madrina.

—Bueno, me gustaría que cumplieras un par de mis peticiones entonces, en vez de estar por aquí ladrando —bromeó Jae, con la esperanza de que Changmin sólo lo dejaría pasar.

—Él es muy protector contigo, y posesivo —continuó Changmin, ignorando el intento de Jae para cambiar de tema.

—Changmin, no va a suceder, ¿de acuerdo? En caso de que lo hayas olvidado él resulta ser un hombre lobo y yo soy humano. Así que… —Jae no llegó a terminar mientras era interrumpido por una voz detrás de él.

—Eso no es del todo cierto. —El doctor Jeong Luhan sacó una de las sillas en la mesa y se sentó.

— ¿Qué es lo que no es completamente cierto? —preguntó Jae cautelosamente.

—No eres humano…

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