Hace unas horas escape de casa por los problemas que tenían,
realmente estaba aburrido de tantas peleas, así que me fui sin avisar, de todos
modos… no creo que les afecte… Luego de correr tanto quedé muy cansado, y ¿Qué
mejor que un delicioso descanso bajo un árbol?
— ¡Despierta! –
Escucho una voz que me llama a lo lejos, pero no quiero
despertar. Hace días que no dormía tan bien, así que ignoro esos llamados y
sigo durmiendo.
— ¡Es
tarde!
¿Quién demonios quiere despertarme? ¿Y para que? ¡Aquí no
molesto a nadie!
— ¡Llegaremos tarde! Oh dios, oh dios… —
¿Tarde? ¡No llegaré tarde a ningún lado porque no iré a ningún
lado!
— ¡Levántate, maldición! – golpe
— ¡¡Ouch!!
Oh, que dolor de cabeza… Me levanté rápidamente para mirar a
quien me había golpeado de esa manera, encontrándome con un…
— ¿Conejo?
Miré incrédulo la imagen frente a mí. Era un joven como de mi
edad, piel blanca, labios rojos y gruesos, ojos profundos y… ¿Orejas? Orejas
largas y esponjosas… Levanté mis manos y tiré una de ellas.
— ¡Oye!
¡Eso duele! ¡No toques! — Se alejó de mí
— ¡Son
reales!
— ¡Claro que lo son! ¿Qué creías?
— Que…
ehm… No lo sé, no es normal ver a un hombre conejo…
— Bueno, no hay tiempo para eso ¡Llegaremos
tarde! Rápido, rápido — Dijo mirando su reloj.
— ¿Qué?
¿Tarde para qué?
No me contestó y comenzó a correr rápidamente.
— ¡Hey!
Espera
Corrí tras él gritándole que se detuviera pero hizo caso omiso a
mis llamados. Comenzamos a adentrarnos en el bosque.
— ¡Oye!
¡Conejo!
De pronto lo perdí de vista y paré en seco, no sabía a dónde ir.
Diablos…
— Jajaja, ¿Estás perdido?
Miré a todos lados buscando al dueño de esa voz, miré a un árbol
y desde ahí me sonreía un extraño hombre mitad gato (Si, ahora un gato, este
lugar es demasiado raro)
— ¿Quién eres tú?
— Nadie... – sonrió
— ¿Como
que nadie? No seas tonto… — fruncí el seño.
— Oh,
tranquilo, no te enojes ¿Si?
— Agh,
no me fastidies…
…l comenzó a reír y yo salí corriendo. Corrí una larga distancia
hasta que vi nuevamente a Yoochun, quien se dio media vuelta.
— ¡Vamos! ¡No te distraigas! — Comenzó a correr nuevamente.
— ¡Oye!
¡Espera! ¡Detente!
Justo ahora me hizo caso y se detuvo en seco, haciendo que
chocara contra su espalda.
— Oh, si vuelves a hacer eso juro que me quebrarás la nariz — Dije llevando mi mano a esta, tapándola como si el dolor se fuera con mi acto.
— Oh, si vuelves a hacer eso juro que me quebrarás la nariz — Dije llevando mi mano a esta, tapándola como si el dolor se fuera con mi acto.
— Tú
dijiste que me detuviera…
— Oh,
¿Y ahora me haces caso?
— ¡¡Entonces corre!!
Comenzó a correr nuevamente a toda velocidad saltando repetidas
veces, ya me estaba cansando de correr tanto.
— ¡¿Podrías decirme a donde vamos?!
— Aún
no — miró su reloj — ¡Corre! ¡Es tarde! ¡Más rápido! — me tomó del brazo y aceleró haciendo que me
tropezara y lastimara la rodilla.
— Ahhh
duele… ¡mira lo que hiciste!
— No te
quejes por tan poco… — Se acercó a mí, miró mi
rodilla que ahora tenía sangre y… la lamió, me levante rápidamente, totalmente
sonrojado
— ¡¿Q… que
crees que haces?! ¡Eres un degenerado! —
Grité exaltado
— Eres
un escandaloso… vamos, vamos, no hay tiempo para idioteces, ¡corre! — Me tomó de la mano y comenzó a correr
nuevamente.
El bosque cada vez se hacía más profundo y oscuro hasta que llegamos
a un extraño árbol con un agujero inmenso en él.
— Entra, baby, vamos. — Me indicó
— Es un
árbol — Dije recalcando lo obvio,
¡Claro que era un árbol!
— ¿Y?
— Y…
¡Es un árbol!
— ¡Solo
entra! — me empujó dentro del
árbol y caí en un profundo vacío.
— ¡¡Waaaaaah!! ¡¡Voy a morir!!
¿Qué tan profundo son los árboles? Espera… ¿Desde cuándo los
árboles tienen agujeros infinitamente profundos y están llenos de… relojes?
Nada de esto es coherente, todo aquí está totalmente loco.
Esto es totalmente loco, hace un rato estaba durmiendo
tranquilamente bajo un árbol y ahora estoy cayendo en un vacío repleto de
relojes.
— ¡Agh!
¡Buda! — Me quejé cuando al fin
caí al suelo… me levanté lentamente — Ouch,
esto dolerá mañana… — susurré sobando mi adolorido trasero
— ¡¡Cuidado!! — No alcancé a mirar cuando un peso cayó sobre
mí, era ese extraño tipo conejo.
— ¡Bájate, pesas!… — grité
— Lo
siento
Cuando se bajó me quede recostado un rato esperando a que mi
adolorido cuerpo dejara de reclamar, luego pose mi vista en el lugar donde
estábamos. Era una extraña habitación muy pequeña en la que había una mesa con
dos botellitas, una azul y otra roja, dentro de cada una había un papel. Frente
a la mesa había una puerta cerrada.
— Oye…
¿Podrías por favor explicarme… donde y porque estoy aquí? — susurré algo confundido
— Me
mandaron a buscarte, baby
— ¿A
buscarme? ¿Quién?
— No
puedo decírtelo aún, oh no, eso no — respondió cruzándose de
brazos
— ¡Esto
es totalmente loco! Debo estar durmiendo… Si, esto es un sueño, un extraño
sueño
— No,
no lo es — sonrió y se acercó
rápidamente a mi depositando un rápido beso en mis labios, mis ojos se abrieron
de par en par y todos los colores se me subieron al rostro.
— P…
pero que… que… ¡¡¡Waahhh!!! — Tapé
mi boca rápidamente y me alejé de él tropezando con mis propios pies — ¡Sí!
¡Debe ser un sueño! ¡Lo es, lo es! — grité alterado y el comenzó a reír.
— ¡No
te pongas tan histérico! – rió
— ¡No
estoy histérico! — grité histérico, valga la
redundancia
— Eres
muy raro
— ¡Tu
eres el raro! ¡Me besaste! Ahh Changmin, despierta
Me di unos golpecitos en la cara como si con eso fuera a
despertar, sabiendo en el fondo que estaba despierto, consiente y todo eso.
— Vamos, no es para tanto — Se quejó haciéndose el ofendido
— ¿Como
que no es para tanto? ¡Me besaste!… y… y… ¡Somos hombres! Bueno… en realidad tu
eres una mezcla rara entre hombre y conejo y
— cállate
— Como
sea… ¿Cómo saldremos de aquí? — Pregunté aun sonrojado.
— Hmm…
no lo sé — Saltó de una manera
extraña quedando frente a mí, tomó mi rostro entre sus manos y volvió a besarme
— ¿O quizás si lo sé? — volvió a besarme repetidas veces y luego se
alejó de mí, yo estaba completamente mudo, impresionado, sonrojado, traumado y
todo lo que termine en “Ado” y
describa mi situación.
— Eres…
eres… eres… — traté de formular una
frase coherente — ¡Un
conejo violador!
— ¿Eh?
¿Violador? ¡No lo soy!
— ¡Lo
eres!
— ¿A qué
igual te parezco lindo? — Hizo una pose rara y me
lanzó un beso, sentí escalofríos recorrer mi espalda y mis mejillas se
sonrojaron nuevamente.
— Eh…
n… no, no lo eres
— oh…
¡Eres cruel! — Hizo otro puchero
haciéndose el ofendido
— Como
sea… dime como diablos salir de aquí
— Hmmm…
lo pensaré
— Si no
me lo dices ahora yo… eh… yo… — se dio vuelta y mis ojos
brillaron cuando vi su colita, era tan esponjosa… y… ¡Quiero tocarla!
— ¡¡Ahh!! ¡¡Mi cola!! — se dio vuelta rápidamente cuando le di un
apretón a esta — Te prohíbo que me toques la cola o las orejas,
¿entendido?
— Ehh~
Pero son tan esponjosas — sonreí bobamente
— Lo sé,
pero aun así no puedes
— Conejo violador feo… — susurré enojado
— No
soy violador ni feo, si soy conejo pero tengo nombre
— ¿Y?
— Que
me llamaras por él desde ahora
— Que
te hace creer que… — otro beso — ¡Waah! ¡Lo haré!
— Yoochun, es Yoochun ¿Ok?
— Ok,
ok…
Me senté en un rincón de la habitación y cruce mis brazos…
¡Quería de una maldita vez salir de ahí! Pero no sabía cómo hacerlo y al
parecer ese Yoochun no me diría como.
Paso largo rato y Yoochun comenzó a dar vuelas por la habitación
parándose frente a una mesita con las dos botellas.
— Bien,
ya no estoy enojado. Te diré como salir
— ¡Genial!
Se dio vuelta con una botella en cada mano y una extraña sonrisa
en su rostro.
— Debes
elegir una
— ¿Elegir una? ¿Para qué?
— Solo
hazlo, por dios…
— Bien,
bien
Me levanté y me acerque a él…
— Creo
que… la roja…
— Ok
Intenté tomarla pero él la alejo, dejo la azul sobre la mesa y
saco el papel que tenía dentro, cuando lo leyó una sonrisa perversa y maliciosa
se dibujó en su rostro y me miró con un extraño brillo en sus ojos.
— Oh,
esto me gusta…
— ¿Qué
dice?
No me respondió, se abalanzó contra mí y me besó nuevamente, mas
fue ahora un beso más salvaje y rudo.
Intenté alejarme de él pero su agarre se hizo aún más fuerte y
me aprisionó contra la pared.
— Q…
que ha… haces
Cuando intenté hablar introdujo su lengua en mi boca y un gemido
involuntario salió de mi garganta.
— ¡Detente! — Lo empujé — ¡¿Qué
demonios… estás haciendo?! — Grité totalmente sonrojado.
— ¿Quieres salir de aquí o no?
— ¡Claro que sí pero no se qué tiene que ver
besarme de esa manera!
— Solo
haz lo que diga y no me contradigas o te dejo encerrado aquí para siempre
Medité un rato y suspiré resignado, si quería salir de ahí
tendría que hacer caso, mientras fueran solo besos estaría bien. De todos
modos… al fin y al cabo igual se siente rico.
— ¿Qué
tengo que hacer? — Intenté que mi voz
saliera con naturalidad pero fallé olímpicamente
— Dejarte llevar, nada más…
Sonrió nuevamente y me besó, cerré mis ojos esperando a que todo
esto terminara rápido para poder al fin salir de este lugar.
Sentí sus manos posarse en mi cintura, acercándola a la suya… Y
me di cuenta de lo homosexual que estaba siendo… Y peor aún… me sentía bien,
muy bien.
Di un salto de susto cuando sentí sus labios calientes y húmedos besando mi cuello y sus manos desabrochando mi pantalón.
Di un salto de susto cuando sentí sus labios calientes y húmedos besando mi cuello y sus manos desabrochando mi pantalón.
— N…no,
espera… eran solo… besos… — Susurré
entrecortadamente.
— Yo no
dije eso — Sonrió, pese a que no
pude verlo lo supe por su tono de voz. El calor comenzó a acumularse en mi
entrepierna, no puede ser, me estoy excitando solo con sus besos y… ¡Y es otro
hombre!
En un rápido movimiento que no pude predecir bajó mis pantalones
y sonrió al ver mi miembro casi erecto.
— Oh,
está funcionando – Susurró
Sentí su aliento caliente sobre mi miembro y gemí, el sonrió
nuevamente y comenzó a lamer por sobre mis bóxer.
— Pero
que… ahhh
Mi miembro comenzaba a doler con intensidad, me estaba
torturando el no poder sentirlo directamente.
— Ahhh…
quítalos… — Me miró dejando lo que hacía
— ¿Qué cosa? — le devolví la mirada y sonrió — Sabes a lo que me refiero…
— Sabía
que te rendirías…
Hizo caso a lo que dije deslizando lenta y dolorosamente la tela
del bóxer hasta ajarlo lo suficiente y tomó mi erección con una mano, sacándome
un jadeo.
— Hmmm…
— Me miró como pidiéndome permiso y yo, luego de
mirarlo completamente sonrojado, cerré mis ojos.
— Ahhh…
— al parecer tomó mi acto como respuesta y dio
una lamida por toda la extensión de mi masculinidad, para luego meterlo entero
en su boca.
Solo podía gemir y jadear. Gemir y dejarme llevar como él me
había dicho. Sin darme cuenta comencé a mover mis caderas en busca de más
contacto. Tapé mi rostro con una mano, avergonzado por las muecas de placer
que, inconscientemente, hacia y la otra mano la posé en su cabeza, buscando una
velocidad que me complaciera.
Sentí como reía y quise golpearlo, pero dio una succión tan
fuerte que sentí que me correría en ese mismo instante.
— Ahhh…
Hmm… Yoochun… — No sabía cuánto
rato más aguantaría, me sentía venir en cualquier momento.
— Espera… Ah... es…pera… ahhh — No hizo caso y volvió a succionar fuertemente,
logrando hacerme llegar al clímax. Un gemido particularmente fuerte salió de mi
boca, seguido de la salida de mi semen y caí al suelo, ya que no pude
mantenerme en pie y traté de regular mi respiración.
Yoochun me miró, sonrió y tragó mi semen lo que hizo que me
sonrojara más. Lo que quedó en su barbilla y en la comisura de sus labios lo
limpió con un dedo y se levantó.
Lo seguí con la mirada y vi como lo esparcía en la cerradura de
la puerta. Esta se abrió inmediatamente.
— Bien,
¡Vamos! — Miró su reloj — Estamos mucho más atrasados aún
— Ehh…
espera, déjame descansar un… rato… — susurré sin energías
— No
hay tiempo para eso, será mejor que te apures o la puerta se cerrará y tendrás
que masturbarte solo, Y eso no será divertido… Pero como quieras ¡Nos vemos
luego! — Dijo y salió corriendo.
Me quedé ahí sentado un largo rato, luego de volver a vestirme
me quedé ahí, con ganas inmensas de dormir.
— ¡Si
no vas a salir voy a cerrarme! Ya me está dando frío
Miré a todos lados buscando a quién me había hablado, pero no vi
a nadie.
— ¿Quién es?
— ¡Yo!
¿Quién más?
— ¿Quién es yo? — Esto
me parecía un tanto absurdo, quizás estaba alucinando por el orgasmo que tuve
hace poco.
— ¡En
la puerta!
Me levanté y caminé hacia la puerta ¡Era la cerradura! ¡Me
estaba hablando!
— Ehh…
¿Hola?
— Nada
de hola niño, solo vete ¡Y rápido!
— Lo
siento… ah…adiós
Caminé hacía afuera y la puerta se cerró fuertemente a mis
espaldas.
— ¡¿Yoochun?!
No respondió, demonios, ahora tendría que caminar solo ¡Y en
este lugar me puede pasar cualquier cosa!
Caminé y caminé hasta que caí rendido por ahí, me dolían mucho
los pies.
— Comida… tengo hambre… — Me quejé sobando mi pobre estómago el cual
reclamaba por alimento.
Caminé otro poco hasta que algo cayó sobre mi cabeza.
— Pero
que…
Miré al suelo y ¡Aleluya! ¡Era fruta! Comida, estoy salvado. La
tomé y la limpié para comerla.
— Yo
que tu no comería eso
Esa voz se me hacía familiar, miré hacia uno de los árboles y
ahí estaba de nuevo ese tipo gato, el cual me sonrió.
— Tu
otra vez… ¿Por qué no puedo comerla?
— No lo
sé… — Sonrió y desapareció — ¿O si lo sé? — Me di vuelta para mirarlo — Quizás lo sepa… — Volvió a desaparecer y a aparecer sentado en
una roca.
— Deja
de fastidiarme…
Lo ignoré y seguí mi camino, el rió.
— Oh,
ok, pero no por mucho tiempo… — y desapareció, sonriente.
Seguí caminando con la fruta en mi mano, cuando no había rastro
de él la lleve a mi boca para comerla y…
— ¡Puaj! — la
escupí — Tenía
razón… sabe horrible…
Seguí caminando bosque adentro con ese asqueroso sabor en mi
boca, hasta que de pronto escuché música proveniente de algún lado…
Llegué y…
En algun lado ví este titulo y recien ahora lo vuelvo a encontrar. Primeta vez que leo este YooMin y Oh por Dios¡¡¡ un intenso, loco y disparatado primer cap. Jajaj la Pose de "Soy un lindo Conejito sexy"con besito volado de Chunnie me mató de risa jajaja
ResponderEliminar