Al fin, luego del largo viaje llegamos al psicodélico castillo
de muchos colores chillones. Lo primero que hice al verlo fue correr como
idiota en busca de Jaejoong.
Corrí casi todo el jardín hasta que la gran puerta del castillo
se hizo visible, pero antes de llegar a ella aparecieron miles de guardias muy
afeminados los cuales nos rodearon.
— Diablos… — Oí quejarse a Yunho, quien se paró frente a mi
rápidamente igual que un padre protege a su hijo.
Los guardas esposaron en un dos por tres a Junsu, Yoochun y
Yunho; y cuando iban por mi se escuchó una psicópata y muy escandalosa risa.
— ¡¡Al
fin llegan!! ¡Muajajaja! ¡Los estaba esperando!
Nuestras miradas se posaron sobre el hombre (¿Hombre?) que reía
en la puerta del castillo. Su cabello era chillonamente anaranjado — rojizo, su
piel blanca y tersa. Sus manos se posaban gaymente sobre su fina cintura. En un
rápido movimiento se acercó a mí y acarició mi rostro haciéndome sentir
escalofríos al instante, para luego abrazarme con fuerza.
— Ay,
lindo. Demoraste mucho ¿Sabes? – Sonrió y
miró a los guardias — ¡A ellos llévenselos! Ya saben
qué hacer, yo me encargo de este pequeñín.
Dicho esto los guardias se llevaron a los chicos los cuales, a
pesar de forcejear, fueron detenidos por ellos.
— Puedes decirme Heechul si quieres, o hyung, o
hermanito. Como te plazca.
— Ehh…
¿Ok? – respondí confundido.
Me tomó de la mano y comenzó a caminar casi arrastrándome, por
el hecho de que yo no quería caminar.
— ¿Dónde me llevas?
— Tranquilo, no te haré nada.
Caminamos en silencio hasta quedar frente a una puerta rosa
brillante. Nos detuvimos y lo miré expectante.
— ¡Buenas noches!
No alcancé a decir nada porque Heechul me tiró una cosa rara en
la cara, algo así como arena, pero más fino (¿Polvo de hadas? No me extrañaría
viniendo de él), lo cual me hizo caer dormido al instante.
>>> ♥ <<<
Me estiré lentamente en la suave cama en la que me encontraba,
para alarmarme enseguida al recordar que estaba en el castillo del enemigo (Gay
enemigo…). Me levanté rápidamente y golpeé la puerta que estaba cerrada.
— ¿¡Hay
alguien ahí?! — Nadie contesto y volví a
gritar. — ¡¿Hola?! ¡Sáquenme de aquí!
Tras comprobar, luego de varios golpes a la puerta, que nadie me
abriría comencé a desesperarme, me senté en el suelo a pensar. No iba a
quedarme aquí esperando como tonto a que le hicieran algo a Jaejoong o a los
chicos, no podía.
— Bien,
ya me cansé… — dije en voz alta
levantándome del suelo rápidamente. Intenté abrir la puerta comprobando por
última vez que estaba cerrada y luego examiné detenidamente la habitación
buscando algo que me sirviera para abrirla.
¡Era definitivo! ¡Estaba aburridísimo de ser el tonto sumiso que
obedece en todo y se deja hacer cualquier cosa! Así que ¡O salgo de aquí o me
dejo de llamar Shim Changmin!
— Ya
verás todos, conocerán al verdadero Changmin y se arrepentirán – dije nuevamente en voz alta mientras tomaba una silla, para
golpearla con fuerza contra la cerradura de la puerta, la cual aún no se abría.
Tomé otra cosa (Era más duro pero no me fijé que era) y volví a golpear la
cerradura. Cuando iba por otro objeto escuché un fuerte chillido.
— ¡Por favor! ¡No seas tan bruto! ¡Me abriré!
Miré a todos lados buscando la voz que me hablaba hasta que di
con lo más obvio (En realidad lo más raro… pero este mundo es así… Raaaaaro) La
cerradura…
— ¡Dios
mío! ¡Los jóvenes de hoy son demasiado bestias! ¡Unos animales! – se quejó mientras se abría, dejándome la salida libre.
— Woh…
Gracias, y… Lo siento – me disculpé
— ¡Jum!
Solo vete – se quejó orgullosa y se
cerró con fuerza una vez estuve afuera.
Pensé, mientras caminaba con sigilo por los pasillos, hasta dar
por accidente con un guarda grande y corpulento.
— ¡Oye!
¿Qué haces aquí? – gritó, pero antes de que
pudiese hacer otra cosa yo salí corriendo.
Seguí corriendo, pero el castillo era demasiado grande. Debí
haber corrido en círculos todo el rato porque estoy seguro de haber visto el
mismo cuadro al menos unas 4 veces.
— ¡¡Yunho!! ¡Ayúdame! – gritó alguien. ¡Era la voz de Jaejoong! Venía de uno de los
tantos pasillos así que me apresuré a encontrarlo. Quedé afuera de una gran
puerta con un letrero que decía “No entrar. No insista”
Abrí la puerta con fuerza y grité el nombre de Jaejoong, pero…
¿Qué demonios pasaba aquí?... Globos, serpentinas… cosas coloridas de
decoración…
— ¡Changminnie! – gritó Jaejoong al verme y todos los chicos se giraron a
mirarme. ¡Estaban todos aquí! ¡No entiendo nada…!
— ¿Qué…
que pasa aquí? – pregunté confundido.
— ¡Ay,
lindo! ¡Era una sorpresa! No debías verlo aún – gritó escandalosamente Heechul, moviendo sus brazos con
exageración.
— ¿Ver…
que? – pregunté más confundido aún.
— Esto…
— respondió Jaejoong – Te estábamos preparando una fiesta sorpresa y… Bueno, creo que ya no
es tan sorpresa – rió.
— ¿Fiesta sorpresa? ¿Por qué?...
— Por
tu cumpleaños, tonto…
— ¿Cumpleaños?... – Me quedé callado largo rato. ¿Qué día era hoy?... ¡Oh, cierto!
¡Si era mi cumpleaños! Lo había olvidado –
Oh… pero…. Creí que… Heechul te había raptado…
— Bueno, fue algo parecido… — rió Jaejoong – Pero luego me dijo su idea de hacerte una fiesta sorpresa y me
pareció algo genial.
— Me
mintieron…
— ¡No!
¡No te mentimos, cariño! – dijo Heechul.
— Dijiste que lo matarías…
Todos se quedaron callados, Jaejoong miró feo a Heechul, con
cara de “Eso no estaba en el trato” o algo así… Como sea, era oficial…
¡ESTABA TOTALMENTE ENOJADO!
— Bebé,
no sé qué te habrá dicho este afeminado, pero no era mi intención mentirte… — dijo Jaejoong, pero lo ignoré.
— ¿Cómo
que afeminado? ¿Acaso no te has mirado a un espejo? – se defendió Heechul. Yo miré a Yunho.
— Ustedes sabían esto ¿Cierto? – Su silencio me bastó como respuesta – Me voy a casa… — dije totalmente enojado, dando media vuelta y
comenzando a caminar.
— ¿Qué?
Espera, Minnie… — me
detuvo Jaejoong.
— ¡¡DIJE QUE ME VOY A CASA!! – grité, golpeé su mano y salí corriendo.
No recordaba la última vez que había estado tan recondenadamente
molesto en toda mi vida… Creo que nunca, pero ¡Demonios! ¡Me habían mentido! ¡Y
de manera tan descarada! Estaba tan preocupado por Jaejoong y ahora me salen
con la burrada de que me hacían una fiesta y no sé qué otra sandez…
Definitivamente me iría a mi casa.
— Changmin… — Llamó una voz tras de mí. Era Jaejoong. Yo lo
ignoré y seguí caminando. – Changmin, por
favor… No puedes irte.
— Oh, sí.
Si puedo… Y eso haré.
— Por
favor, sé que estás molesto…
— Furioso.
— Lo sé,
pero por favor no te vayas así nada más… — me rogó. Yo me giré y lo miré. – De verdad lo siento… Lo siento mucho.
— ¿Y qué
te hace pensar que te perdonaré tan fácilmente? – dije con frialdad y noté como su rostro tomaba una expresión
dolorosa, frunciendo el ceño.
— Haré
lo que quieras… Haremos lo que quieras, en serio… pero no te vayas.
— Lo
pensaré… Ahora llévenme de vuelta a tu maldito castillo para llevarme mis cosas
– dije sin pensar, no tenía nada que llevarme, ¿Oh si?...
— Te
hice un pastel de chocolate…
Me detuve en seco. ¿Pastel de chocolate?... De verdad tenía
hambre, necesitaba comer algo… Necesitaba azúcar… Necesitaba comer algo dañino
para mi organismo… ¡Porque lo dañino es lo más delicioso!
— Está
bien… comeré, pero luego de eso me llevarás de vuelta – Sentencié, nuevamente dando media vuelta y caminando hacia él.
— Ok… — respondió y me llevó hacia la habitación en
donde todos los chicos esperaban.
Apenas llegué ignoré al resto, me senté y comencé a comer
pastel. ¡Demonios! Estaba… Delicioso…
>>> ♥ <<<
Pensé mientras devoraba en último trozo en mi plato. Luego me
percaté de las miradas que se posaban sobre mí. En realidad no quería irme, los
chicos me caían muy bien… Y Jaejoong… Jaejoong era tan… ¡Pero estaba molesto!
Lo que hicieron me molestó demasiado… Me dolió que me mintieran de esa manera
así que tendrían que convencerme para que me quede… Quedaba un largo camino así
que tendrán que ver cómo se las arreglan si quieren que me quede.
Luego de comer algo de torta y otras cosas ricas que había nos
fuimos del castillo de Heechul, antes de irme el chico afeminado de cabello
extremadamente rojo me abrazó con fuerza (¿Y de dónde sacó esa fuerza alguien
tan delgado y delicado?) y me besó en la mejilla.
— No te
enojes, ¿Si?... – me susurró en el oído – De alguna manera Jaejoong te pagará lo que
hizo, ¿No? – dijo de manera pervertida y yo me sonrojé. – Prueba también con Yunho… él sí que está
bueno, ¿No crees? – me dijo por última vez y rió, para luego entrar a su
castillo… Comencé a caminar, pensando en las babosadas que me dijo.
Seguimos nuestro camino en silencio largo rato y comencé a mirar
a Yunho. De verdad es bastante atractivo. Es alto, tiene buen cuerpo… Y
pensándolo bien… Es el que está más abandonado últimamente. Yoochun ya se le
declaró a Junsu así que supongo que desde ahora tendrán sexo desenfrenado y
salvaje a toda hora (Tomando en cuenta la actitud de Yoochun)… Yo…bueno, estoy
con Jaejoong… Pero él está solo.
>>> ♥ <<<
Reí malicioso para mis adentros y seguí caminando. Yoochun se me
acercó lentamente y me miró a los ojos.
— ¿Sigues enojado?... – Yo no le contesté –
Vamos, Minnie… No seas así – Dijo él pero volví a ignorarlo… — Dejaré que toques mi cola o mis orejas… — me rogó.
— ¿Cuándo quiera? – mis ojos brillaron y en mi rostro se dibujó nuevamente una
sonrisa idiota.
— ¡Yo
dejaré que lo hagas cuando quieras! – gritó
Junsu, con su voz chillona de delfín. Yoochun le dio un golpe en el brazo.
— Ok,
están perdonados los dos… — comencé a reír y miré de
reojo a Yunho y Jaejoong, quienes venían detrás de nosotros. Ambos iban serios,
como no sabiendo que decir… Yo sonreí, cuando lleguemos al castillo les diré lo
que deben hacer.
Seguimos caminando, yo hablaba con Yoochun y Junsu, mientras que
Jaejoong y Yunho se mantenían callados tras nosotros.
— ¿Piensas perdonarlos? – me preguntó Junsu en voz baja.
— Tengo
algo pensado… — dije sonriendo.
— ¡Cochino! – me
dijo Yoochun. Yo lo miré esperando una explicación (De todos modos… Creo que
tenía razón) – ¡Piensas montar un trío pervertido
y muy sexoso! ¡Como una porno gay barata!
— ¿Qué
te hace pensar eso?
— Tu
cara de gozador te delata – Dijo seriamente y Junsu
comenzó a reír a carcajadas.
— ¿Cara
de gozador?... ¿Eso existe? – Lo miré
confundido, Junsu seguía riendo.
— No
puedo creer las idioteces que se te ocurren, Chunnie – rió Junsu.
— No,
es en serio. Eres un pequeño pervertido. – me
dijo Yoochun, seriamente. – Te haces el
difícil, pero eres un pervertido fácil.
— ¡Oye! Yo no soy el que anda regalando
felaciones por la vida.
— Es
algo que sé hacer bien, estoy orgulloso de mis dones – dijo con aire de grandeza. Yo reí.
— ¿Se
puede estar orgulloso de eso? – preguntó
Junsu y Yoochun rió.
— Puedes estar orgulloso de hacerlo… O puedes
disfrutarlo cuando te lo hacen – Lo miró
pervertidamente y Junsu se sonrojó.
— Degenerado – reí
y seguí caminando.
Finalmente, luego de un largo camino que de todas maneras se
hizo más corto que antes, de haber comido algo en el camino y haber pasado una
noche en la misma posada de antes, llegamos al castillo de Jaejoong. Yo entré
rápidamente y me dirigí a la habitación en donde dormí. Ahí estaba el bolso y
las cosas que le había robado a Yunho en esa casa que ni siquiera sé si era de
él o no.
— ¿Minnie?... – dijo una voz tras de mí. Obviamente era Jaejoong… pero para
hacerme el importante lo ignoré (Aunque en el fondo quisiera tirarme sobre él y
comérmelo a besos) – Minnie, por favor…
Escúchame.
— ¿Por
qué habría de hacerlo? – me detuve y lo miré con
la expresión más engreída que pude hacer.
— Porque… Porque quiero que me escuches. – dijo poniendo expresión de tristeza.
¡Demonios! ¿Cómo puedo resistirme si me pone esa carita? Tan
adorable y tan... ¡No! ¡Yo estoy enojado! No puedo rendirme.
— Te
escucho… — respondí con frialdad.
— En
serio… Quiero que me disculpes. Entiendo que estés enojado, y perdón por
haberte preocupado tanto… Pero en serio, pensé que una fiesta sorpresa sería
una buena idea luego de todo lo que has pasado aquí y…
— Llama
a Yunho.
— ¿Ah?... – preguntó
confundido.
— Ve a
buscarlo, estaré en mi habitación. – comencé a
caminar hacia dicho lugar y Jaejoong caminó en dirección contraria, con
expresión confundida.
Pasó el rato, estuve sentado en mi cama, cantando cualquier
canción para entretenerme de alguna manera.
~~ *Insertar letra de
Choosey Lover*~~~~
— ¿Minnie?
Me levanté con rapidez para encontrarme con Yunho y Jaejoong
quienes me miraban confundidos. Yo sonreí.
— Aquí
estamos… — dijo Jaejoong.
— Bien…
— ¿Qué
pasa? – preguntó Yunho y yo sonreí.
— Recuerdo claramente que Jaejoong me dijo en el
castillo de Heechul “Haremos lo que
quieras” ¿No? – sonreí y Jaejoong asintió.
— Si…
Lo dije. – respondió aún no entendiendo a lo que me
refería.
— Changmin… — susurró Yunho sonrojándose al instante. Al
parecer él si entendió.
— Pues
tendrán que cumplir eso si quieren que los perdone…
Me acerqué lentamente a los dos, le di la mirada más sensual que
pude a Jaejoong y en un rápido movimiento atrapé la boca de Yunho con la mía,
haciéndole gemir con suavidad cuando introduje mi lengua en esa deliciosa y
húmeda cavidad. Me alejé luego de un rato para observar la expresión
sorprendida de Jaejoong, al cual besé de la misma manera.
— Creo
que… ya entendí a lo que te referías… — dijo Jaejoong en mi
oído, su voz agitada a causa del reciente beso, aún con un dejo de sorpresa en
su voz.
— Así
me gusta… — reí y volví a besarlo.
— ¿Estás seguro? – Yunho
besó mi cuello – Cuando empiece… no me
detendré aunque lo pidas…
— ¿Crees que te pediré que te detengas? Ahh – gemí cuando Jaejoong mordió mi cuello con fuerza. Al instante
sentí un ardor en él, pero lo ignoré.
Nos movimos con dificultad hasta chocar con la cama y caer sobre
ella. Yunho abrió mi camisa, haciendo que todos los botones de esta saltaran
desparramándose por la habitación. Luego se movió de una manera extraña hasta
quedar detrás de mí y Jaejoong por delante.
— Oh,
extrañaba esto… — Susurró lascivamente
Jaejoong mientras comenzaba a morder mi pezón derecho. Yo gemí suavemente.
Yunho giró con suavidad mi rostro, besándome con lujuria, nuestras lenguas
jugueteando una con la otra.
Llevé mi mano a mi cuello, comprobando lo que creía. Tenía
sangre, Jaejoong había mordido muy fuerte… Pero por alguna extraña razón
aquello me excitaba aún más (Soy un maldito masoquista)
— Jaejoong… Eres un animal… — Retiré su camisa y comencé a lamer su cuello. Degustando
nuevamente el sabor de su piel… Luego bajé a su clavícula, su pecho… Jalé el
piercing de su pezón y luego lo mordí y succioné.
Jaejoong gimió y en un rápido movimiento se deshizo de toda la
ropa de Yunho, desde la cintura hacia arriba. …l mismo se quitó el pantalón
quedando solo en ropa interior, y luego quitó el mío propio.
Comenzó a mover sus caderas contra mi trasero, y pude sentir
luego de un rato su creciente erección, lo que me hizo gemir. Jaejoong bajó con
una lentitud casi dolorosa, dejando un camino de saliva por todo mi pecho hasta
mi estómago. Hundió su lengua en mi ombligo lo que me hizo gemir con fuerza.
Yunho siguió besando mi cuello, y pasó su lengua por la herida
que había dejado Jaejoong.
— Ahhh... — Gemí al sentir su áspera lengua calmando el
ardor en mi cuello. Moví mi mano hasta posarla en su entrepierna y comencé a
frotar, recibiendo suaves y muy sensuales gemidos por su parte en mi oído.
Jaejoong me miró seductoramente y comenzó a lamer mis caderas,
mientras acariciaba con la yema de sus dedos. El calor en mi entrepierna
comenzaba a hacerse insoportable. Necesitaba que me diera placer o sentía que
explotaría.
— Jaejoong... Tócame... — gemí acariciando sus hombros, Jaejoong rió y comenzó a bajar
lentamente la tela de mi ropa interior, para dejar al descubierto mi erección.
Acarició la punta con la yema de sus dedos, lo que me hizo casi olvidar como respirar.
Mi rostro estaba ardiendo, al igual que todo mi cuerpo.
Yunho continuaba sus embestidas contra mi trasero y mi mano,
enseguida sentí como su ropa interior se humedecía.
— Quítatelos... — le ordené y él me hizo caso. Jaejoong tomó
bruscamente mi miembro con una mano y lo introdujo en su boca, comenzando a
masturbarme con su lengua y sus labios carnosos que... que… Oh dios mío...
Su mano se movía de arriba hacia abajo con gran rapidez,
mientras movía su cabeza al mismo ritmo. Tomé la mano de Yunho y lamí sus dedos
con lentitud, su aliento caliente chocaba contra mi cuello haciéndome jadear.
Cuando sus dedos estaban lo suficientemente humectados los llevó hasta mi
entrada y los metió rápidamente, sacándome un grito de dolor y placer al mismo
tiempo. Enseguida comenzó a moverlos rápidamente en forma de círculos, para
luego agregar otro dedo. Abrí mis piernas para que se le hiciera más cómodo a
ambos.
Mi respiración se hacía cada vez más agitada e irregular, cada
vez que Jaejoong daba una succión dejaba de respirar... Casi lo olvidaba. Mi
mente estaba en blanco, solo sentía placer. Nada más que eso.
Alejé a Jaejoong de mi entrepierna y le quité los pantalones y
la ropa interior, recordando que él era el único que no había saciado sus
necesidades. Lo atraje hacia mí y lo senté sobre mi regazo, dejando una pierna
a cada lado de mi cintura. Tomé mi miembro con una mano y lo penetré de una
estocada, sin siquiera haberlo preparado antes. Un grito salió de su boca para
luego esconder su rostro en mi cuello.
— L...
Lo siento... — me disculpé, sintiendo
como sus lágrimas humedecían mi hombro.
— Solo
no t…te muevas... ¡¡No te muevas!! — gritó cuando intenté
acomodarme para la comodidad de Yunho.
— ¿Quieres que me salga?... — suspiré en su oído y el movió su cabeza en
forma de negación.
— Mierda... creo que estoy sangrando... — dijo mordiendo su labio, enseguida comencé a
sentirme culpable.
— De
verdad lo siento... ¡AHHH! — grité cuando
Yunho entró con fuerza en mí sin avisar.
— Creo
que ya estoy bien… puedes moverte – Dijo
Jaejoong y me besó tiernamente. Yunho movió sus caderas contra mí, entrando y
saliendo con lentitud. Un jadeo salió de mi boca… Volvió a moverse más fuerte
contra mí haciendo que por inercia me moviera en el interior de Jaejoong.
Comencé a embestir con más fuerza a Jaejoong, el cual mantenía
su espalda curvada hacia atrás, con una expresión de total entrega… Al igual
que las mías las embestidas de Yunho se hicieron feroces, como un animal
teniendo sexo… Lo cual me excitaba aún más. Besé nuevamente a Jaejoong y tomé
su erección para comenzar a masturbarla con fuerza. Sus gemidos se hicieron más
fuertes y sonoros, algo adoloridos… Creo que dejamos su erección demasiado
tiempo sin ser atendida.
Las manos de Yunho acariciaban con suavidad mis piernas y mis
muslos, haciendo que mi piel se erizara con sus toques. Acerqué su cabeza a la
mía para besarlo, pero al sentir sus orejas… realmente me sentí zoofílico.
¡Como si estuviese teniendo sexo con un gato de verdad! De todos modos… Ignoré
aquello y seguí besándolo. Las piernas de Jaejoong rodearon mi cintura y la de
Yunho… Enseguida comencé a lamer y succionar su cuello, dejando pequeñas marcas
rojas en él…
Mi calor corporal incrementó considerablemente. Estaba llegando
al clímax. Mis gemidos se hicieron más y más sonoros hasta que sucedió… Llegué
al orgasmo, corriéndome en el interior de Jaejoong. Yunho siguió embistiéndome,
pero comenzó a disminuir la velocidad… Hasta quedarse quieto en mi interior. Me
miró algo tímido.
— ¿Puedo… con Jaejoong?... – susurró y yo asentí. Lentamente salió de mi interior, yo me
hice a un lado y me recosté en la suave cama, intentando calmar mi respiración.
Observé como Jaejoong se acercaba a Yunho, y al igual que conmigo, ubicó ambas
piernas a cada lado de su cintura. Yunho se movió y se giró, dejando a Jaejoong
recostado sobre la cama, a mi lado, y lo penetró con fuerza, comenzando a
embestirlo mientras que con una mano se encargaba de masturbarlo.
Jaejoong me miró con lujuria, gimiendo con fuerza. Acercó mi
rostro al suyo y me besó, jugueteando con mi lengua. Luego se alejó y besó a
Yunho, acariciando su espalda, su cintura, sus muslos, sus piernas… No pasó
mucho tiempo para que Jae llegara a su límite, derramando su esencia en la mano
de Yunho, quien segundos después dejó escapar un gemido extremadamente sensual
y sonoro, lo que indicó que él también había terminado.
Se quedaron quietos un rato, calmando sus respiraciones. Luego
Yunho se salió del interior de Jaejoong y se recostó a mi lado, dejándome entre
ambos.
— ¿Y
bien?... – preguntó Jaejoong acariciando mi rostro
y regalándome una hermosa sonrisa. — ¿Cambiaste de opinión?
— No lo
se… debo pensarlo – reí y Jaejoong me dio un
golpe en el brazo. – ¡Ouch! ¡No seas
bruto! – lo golpeé también. – Está
bien… lo admito…
Ambos me miraron extrañados, yo me quedé callado largo rato
mirando al techo… Cerré los ojos y reí pervertidamente.
— Definitivamente… Si esto se repite, me quedo
sin negarme…
— Eres
un pervertido – me dijo Jaejoong,
levantándose y sentándose sobre mi regazo, para besarme. Yunho comenzó a reír.
En realidad no me molestaría… Con tremendos pedazos de
sensualidad… ¿Quién se negaría a quedarse? Honestamente, terminaré volviéndome
un adicto al sexo… Solo con estos dos.
Y si tengo algo que decir finalmente es que… ¡Este mundo está
loco!
OMG ChangMiiiin que cosas se te ocurren... Yunho te dijo que pusieras en practica lo aprendido y tú ni tarde ni peresoso. Se mas tierno con Jae 😢😢. Santa Madreees Yooochuuuun😱😱😱 dices cada cosa tu también. Ok los amo asi de pervertidos.
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