miércoles, 29 de agosto de 2012

Farewell. Prólogo


El cielo lloraba la pérdida de aquel ser que se encontraba ahora descansando en un ataúd de madera fina rodeado de ángeles hechos de piedra, cuidadosamente esculpidos.


Los familiares de ese hombre, presentes vestidos apropiadamente para un funeral, lucían fastidiados de tener que estar en ese lugar, los ojos de todos denotaban la asistencia por compromiso al sepelio de quien una vez fue su padre, amigo o benefactor.

No había una sola persona en ese lugar que no se beneficiara de alguna manera con la muerte de Jung Hoon Kyul. Su familia sabía mejor que nadie la jugosa herencia que recibirían al ser él el más grande inversionista de Corea. Todos y cada uno de sus familiares eran malcriados, engreídos e hipócritas… Muy diferentes el árbol de la madera.

El sacerdote seguía dictando sus palabras de pésame para los familiares, sin conseguir que alguno se interesara verdaderamente por la muerte del hombre.

 La vida es un arte, se disfrutan tanto las buenas, como las malas experiencias.
 Hoon Kyul dejó un gran legado para nosotros. A todos aquí, Jung Hoon Kyul nos dejó una huella imborrable.

Las palabras del sacerdote provocaron una especie de risa contenida por alguno de los hijos del difunto.

Hace mucho que la concentración de todos se había perdido. Sólo miraban la urna con expresión vacía… Muy vacía e interesada. Con ese brillo que sólo la codicia hace aparecer en los ojos de las personas.

Pero la “atención” de todos se vio desviada al observar un Mustang amarillo brillante de colección, con un motor bastante potente, llegar al lugar del funeral.

Es Yunho.

La mirada de todos se posó en el recién llegado que se bajaba acompañado de una hermosa y delgada jovencita a la que la familia Jung desconocía.

 Llegas tarde.

Su madre lo miró con reproche, pero Yunho hizo caso omiso. Después de todo, ¿tarde? Ya el anciano había muerto. ¿Tarde? ¿Tarde para qué? Sacó un cigarrillo de su abrigo, lo encendió y le dio una calada, observando el ataúd con desdén.

 Como sea…

Se limitó a decir, escuchando algunas palabras en tono lánguido de alguno de sus tíos. Suspiró con fastidio. Realmente no pudo jamás sanar el rencor que le tenía a ese ser. Nunca le podría perdonar haberle arrebatado lo que él más admiraba. Nunca pudo perdonarle que por su culpa muriera su padre.

Oculto detrás de una de las estatuas con motivo religioso, un pequeño de unos ocho años, vestido de negro casi por completo que hacía resaltar su pálida tez, lo observaba atentamente con una de sus manos en los labios. Sostenía su paraguas en la mano contraria y sonreía levemente al ver la escena que estaba presenciando frente a él.

Retiró el paraguas que lo protegía de la lluvia que comenzaba a cesar y dejó que por unos segundos cayera el agua sobre su pálida piel, cerrando sus ojos… Sintiendo ese frío contacto.

 Sung Ki, no hagas eso, mi niño. Te vas a mojar y puedes enfermar.
 Omma, es que amo la lluvia. Déjame quedar un poco más aquí.

Jaejoong miró a su hijo con ternura, sintiendo cómo su pecho se comprimía al verlo disfrutar tanto de algo tan simple como lo eran las frías gotas invernales de lluvia. Sintió la necesidad de abrazarlo protectoramente. Lo amaba tanto. Él era lo único que tenía para amar, porque él nunca había amado realmente a alguien. Ni siquiera al padre de su pequeño.

Jaejoong, sabes que esto se trata únicamente de una aventura para mí. Sólo eso. No hay ningún sentimiento de por medio.
Lo sé, Yunho. Y para mí también esto es simplemente para pasar el tiempo. Sólo eso. No hay ningún sentimiento de por medio.
Ambos se sonrieron y procedieron a entrar a la habitación del castaño. Porque sólo se trataba de eso, de una pequeña distracción.
Pero trajo como consecuencia de vida de Sung Ki dentro de Jaejoong. Por mutuo acuerdo con su consciencia, prefirió ocultarle lo sucedido a Jung Yunho. ¿Para qué necesitaba saber lo que había pasado esa única noche en que estuvo con él? ¿Para que creyera que era un fenómeno o algo parecido? De preferencia, lo mejor era aguardar solo la llegada de su hijo al mundo, sin que Yunho lo supiera.
Sin que su aventura de verano lo supiera.

Jaejoong no dirigió su mirada hacia lo que su hijo de ocho años veía a lo lejos. Sólo lo cargó cubriendo a ambos con un paraguas.

Sabía que se estaba llevando a cabo un acto funerario, pero no le dio más importancia. En un parque cercano, después de todo, él y Sung Ki solían ir a almorzar por las tardes y era normal ver cómo varias personas asistían a tan lúgubres momentos.

 ¿Qué estabas haciendo aquí solo?

Jaejoong inició una conversación banal con su hijo, sólo por la necesidad de escucharlo.

 Sólo veía la entrada que hizo el chico del Mustang que está allí estacionado. Fue genial.
Vio el Mustang que su hijo le había indicado y sólo pudo sonreír. Sung Ki únicamente se impresionaba con lo que tuviera que ver con autos.
Además pudo observar cómo todos esos señores vestidos de alta costura se movían hacia otros autos de lujo que también estaban allí. Todos parecían pertenecientes a un ejército o algo parecido, todos vestidos de negro, con ese extraño brillo en sus ojos.
Quizás estaban presentes cinco niños de las aproximadamente cuarenta personas que estaban y un muchacho que vestía una chaqueta acompañado de una hermosa mujer.

Esas personas ricas… Siempre son así. Todas.

Se acercó al ataúd y el nombre de Jung Hoon Kyul escrito en letras doradas le resaltó a la vista. Había escuchado de él sinfín de veces. Un hombre rico, poderoso, beneficiario y con múltiples negocios emprendedores que ayudaban a las causas más necesitadas.

Él lo sabía.
Y medio mundo lo sabía.

 Omma, esas personas no parecían estar demasiado tristes por la muerte de este señor.

Sung Ki saltó de los brazos de Jaejoong y pasó su pequeña mano sobre la madera oscura.

 Este señor nos ha ayudado mucho indirectamente.

Lo mejor era irse de allí ya mismo. El señor Jung no era familiar de ellos, aunque tuviera el mismo apellido que ese muchacho con el que estuvo por primera y única vez.
Pero no era necesario colocarse en un estado paranoico; había miles de personas apellidadas Jung en Corea y no necesariamente tendría que tratarse de algún pariente de Jung Yunho.
Pero Yunho ni siquiera pensaba en Jaejoong, ni siquiera recordaba el nombre de ese muchacho que tuvo en el último año de instituto. Ese que desapareció tres meses después de haber tenido sexo casual con él.
Y menos aún se imaginaba que de ello tendría a un pequeño de ocho años, tan parecido a él físicamente, pero con una viveza y edad mental muy superior.
Porque lo único que a Jung Yunho le importaba era pasarla bien sin pensar en el mañana. Tenía el tiempo y el dinero para hacerlo. Era joven y la vida muy fácil, como lo era también para el resto de la familia Jung.
Es por ello que en ese momento todos esperaban a que un viejo amigo de Jung Hoon Kyul, socio del anciano en todas sus tretas, un abogado reconocido y de plena confianza, comenzara lectura del testamento. Aquel momento que todos esperaban desde que se supo de la enfermedad terminal de Jung y que en poco tiempo iba a morir.
Yunho estaba allí sentado en uno de los sillones de la enorme sede del abogado, con los pies sobre la mesita central de la sala y leyendo una revista. Estaba seguro de que su abuelo no le había dejado absolutamente nada. ¿Por qué debía hacerlo? Si él muy poco mantuvo contacto con él desde la muerte de su padre.
Su madre salió de la oficina con cara de disgusto.

 Vámonos, no recibimos nada. El muy descarado me dijo que mi casa me la dejarían en manos de la agencia. Viniste en vano.

Yunho rodó los ojos y se puso de pie de mala gana. Odiaba estar allí y odiaba a su abuelo.

  Jung Yunho.

Llamó la voz del abogado desde dentro de la oficina, sonriendo amablemente junto a su también anciana secretaria.

 ¿Yunnie?

Su madre lo llamó desde el ascensor, dispuesta a ya irse. Sin embargo; Yunho se fue ignorando el llamado dulzón de su madre, yendo hacia la oficina del abogado.

 De acuerdo, ¿cómo sabe mi nombre?
 Mi trabajo es saber el nombre de todos los herederos de tu abuelo, Yunho. Toma asiento.

Yunho obedeció de mala gana la petición del abogado, montando una vez más sus pies sobre la gran mesa del buffet.
El abogado tomó una cajita de madera entre sus delgadas manos enseñándosela a Yunho. La abrió lentamente, extrayendo un sobre bien sellado del mismo.

 Eres testigo de que el sobre se ha abierto hoy en tu presencia por primera vez.

Yunho suspiró fastidiado.

 Señorita Lee, ¿podría colocar el cd en el DVD, por favor?

Pidió el señor Park con una sonrisa amable a su secretaria, quien obedeció al pedido.

En cuestión de segundos, la imagen de Jung Hoon Kyul apareció en la amplia pantalla de televisión de ese lugar.

 Hola, Yunho. Primero que nada, si ves esto debo estar muerto… Bueno, basta de tonterías. ¿Cómo estuvo mi funeral?

Estuve pensando mucho en qué podría darte de herencia pero sin que te transformaras en un monstruo codicioso y envidioso malcriado como el resto de tus tíos y primos.
Y pude llegar a la conclusión de que la mejor manera de hacerte aprender es… No dándote nada.

Yunho se puso de pie enojado, ya sabía que algo así pasaría. Su abuelo no le había dejado nada. Y tampoco esperaba ni deseaba tener nada de él.

Vuelve a sentarte, Yunho. Lo que quiero decir es que no te daré nada… Todavía. Debes hacer una serie de cosas. Es el caminito que te irá llevando de a poco a lo que tengo para ti. Te aseguro que vale la pena, pero sólo tú podrás descubrirlo.

Quizás sea mi forma de compensar todo lo que te he hecho sufrir…
Es hora de mi despedida, Yunho.




6 comentarios :

  1. lindisimo,pobre jae tuvo q mantener a su hijo solo y el rebelde yunnie nada,pero se que esta sera una divertida historia que me hara sacar el pañuelo mas de una vez :)

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  2. acaso su abuelo le mostrara la verdad felicidad, sera que el ayudara a yunho a llegar a jae.

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  3. Que feo es morirse y que estén en el funeral solo por ver que les dejo.. Que malos, a se fluir leyendo se esta poniendo interesante...
    Gracias

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  4. Esta muy interesante!!! Pense que el abuelo sabia del nieto me voy al otro cap atte: Giovanna Gi

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  5. interesante de seguro el abuelo lo llevara a Jae ese si que seria una herencia muy bella pues lo llevara a el amor de Jae y su hijo claro si el abuelo se entero de la paternidad de Yunho pues el ayudaba a Jae creo por que lo dijo no
    Gracias

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  6. El Abuelo sabía algo acerca del pequeño ?? Puede ser que haya ayudado a Jae por que el pequeño se parece a Yunho y de esa manera descubrío que tenía un bisnieto??? Vaya interesante trama. Jae oculto la verdad, pero no creo que haya estado con Yunho sin sentimientos de por medio.

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