martes, 14 de agosto de 2012

I can see with my heart. Cap. 6. Words don't come easily... Like sorry




La luz de la casa de los Kim estaba apagada, lo que anunciaba que, posiblemente, todos estuvieran dormidos. Eun Yoo y su madre no soportaban trasnocharse.
 — Gracias por traerme.   Jaejoong casi se lanza del auto.    Y Yunho… Necesito pedirte que por favor no me busques más.
 — Espera, espera. ¿Por Yoochun? Él ya no es parte de mi vida, Jaejoong. No te volverá a molestar, no lo…
 — No lo vas a permitir. Tus palabras dicen mucho pero tu corazón te está diciendo otra cosa. Y es que todavía lo amas. Todavía sientes cosas por él. Si no fuera así, no te habría afectado su llegada.
 — Salí con él dos años. Necesito tiempo para que absolutamente todo de Yoochun me pase por encima. Vivimos muchas cosas…
 — Mira, mi vida ya es  complicada como para que ahora un cualquiera venga a decirme de lo que carezco como si ya no lo supiera ¡y de ninguna forma voy a tolerar que me falten el respeto!   Jaejoong caminó lentamente hacia la puerta de su hogar. No hubo despedida como normalmente había entre ambos. Jaejoong sólo quería estar con alguien que le recordara que era valioso, no importaban sus defectos.
 — ¿No… te vas a despedir?   La voz de Yunho salió como un hilo.
 — No sé despedirme. Es que soy un ciego estúpido.   Respondió con enojo y sin voltearse.

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Yoochun y Junsu estaban sentados uno en frente del otro cenando. Se podría decir que era una velada relativamente tranquila. Lo único que era perturbador en esa mesa era la cara de Junsu.
 — Basta. ¡Basta! Deja de mirarme así.   La mirada de Junsu ya le resultaba pesada.    Hice lo que tenía que hacer; no dejar que un mocoso se me impusiera.   Junsu dibujó una sonrisa extremadamente hipócrita.
 — Dime, ¿cuál esperabas que fuera mi reacción? ¿Que te felicitara por ser tan maduro?
 — Es que hasta ahora has sido todo un modelo de madurez contenida.   Dijo con sarcasmo.    ¿Por qué defiendes tanto a ese chico? ¿Acaso no te has fijado cómo se comporta con Yunho? ¡Está enamorado!   Junsu dejó caer sus palillos en su plato vacío.
 — ¿Podrías decirme cuál sería el problema en que Jaejoong y Yunho fueran algo? Porque hasta donde sé, ya tuviste tu oportunidad. Ya tu relación terminó, Yoochun ¡Deja de buscar a Yunho y deja de seguirle los pasos a ese niño!   Y sin decir más se levantó de la mesa enojado.
Junsu y Yoochun se conocían desde los catorce años. Habían encontrado la misma vocación en el mismo lugar y al mismo tiempo. Se podría decir que el destino siempre los quiso juntos.
A pesar de que Junsu llevara un buen tiempo haciéndole competencia a Jung Yunho, el castaño siempre le cayó bien. Para Junsu, Yunho simplemente se había involucrado con la persona incorrecta. Sabía que Yoochun era una persona egoísta y Yunho era muy dado, muy empático. Necesitaba a alguien más indicado y aunque sólo lo hubiera visto dos veces con Jaejoong, se daba cuenta de que sonreía de manera real cuando estaba con ese chico.
 — Tengo que conseguir que madures.   Junsu susurró antes de tomar la perilla de la puerta del baño.

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 — Mi Omma te va a matar por estar llegando a estas horas.    La voz de Eun Yoo sobresaltó a Jaejoong que estaba entrando a la habitación que compartía con su hermana menor en el mayor silencio posible.
 — No soy un niño, yo sé cuidarme solo. Y, ¿no deberías estar tú dormida?
 — Sabes que desde tu incidente, que me demuestra que no te sabes cuidar solo...   Jaejoong hizo mala cara.    Nunca duermo antes de que tú llegues.   Jaejoong encogió los hombros y lanzó su abrigo a la silla de la habitación.    ¡Eh! Estás muy callado. ¿Yunho Oppa te hizo algo malo?
 — Malas noticias. Ya no veré de nuevo a Yunho. Es lo mejor.     Eun Yoo se levantó rápidamente de su cama mirando fijamente a su hermano.
 — ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué pasó?   Jaejoong tanteaba con sus manos en busca de su ropa de dormir y resopló cansado.
 — Mmmm… No quiero hablar de ello. Qué patético.   No quería tener que rememorar la  voz de Yoochun degradándolo hasta el punto de hacerlo llorar.    Creo que sólo debí quedarme como su fan.
 — Pero estás enamorado de Yunho.   Jaejoong se detuvo en seco. Era verdad, no quería alejarse de Yunho porque si antes su voz le resultaba una droga, ahora estaba completamente prendido a él.    ¿No crees que quizás exageraste al pedirle eso?
 — Eun Yoo. Esto que siento por Yunho es llover sobre mojado. Él quiere a otra persona todavía, al que era su pareja. Yo no soy nadie en su vida; sólo un mocoso tonto que no sabe nada, que no sabe ni cómo caminar sin caerse porque lo único que puede ver es… oscuridad.   Su hermana frunció el ceño.
 — Tú puedes ver. Tú puedes ver cosas que ningún ser humano promedio puede ver: la belleza interna de las personas. Eres un gran chico. No sólo eres un hombre, eres un hombre bueno.    Eun Yoo bostezó haciendo sonreír a Jaejoong.
 — Mejor entra en tus dilemas filosóficos por la mañana, ¿de acuerdo?   La chica de cabellos largos asintió y se dejó caer en su almohada, durmiéndose casi en el acto.
La cara de Jaejoong enseguida cambió a una de notoria tristeza. Tomó la ropa que se había quitado hacía unos minutos y la acercó a su nariz. Ese aroma tan característico que sólo Yunho desprendía, hacía que Jaejoong volara en una nube alta. Se recostó en su almohada que ahora forraba la camiseta de Jung Yunho y suspiró para tratar de conciliar el sueño.

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 Entonces Jaejoong te pidió que no lo buscaras más.   Changmin sonaba confundido. Todo estaba yendo a la perfección con ambos y Yunho se veía en verdad más feliz y tanto él como Minho, se contagiaban de esa alegría y energía que desprendía Jaejoong.   No lo sé, Yunho. Según yo, deberías poner los puntos muy en claro con Park. Ya basta de interferir en tu vida. Él debe saber de una vez que no es nada tuyo desde que tú lo decidiste.
 — Ojalá fuera tan sencillo hacer entrar en razón a Yoochun. Lo conozco. Sólo piensa en sí mismo, no en mí o alguien más.   Yunho colocó el teléfono en altavoz mientras preparaba la licuadora para hacerse un batido de chocolate.
 De acuerdo, entonces, hazte una pregunta, ¿te gustaría perder a Jaejoong por ser tan inmaduro?
 — No, desde luego que no.   Hizo una pausa para buscar hielo.    Jaejoong ha sido en estos últimos dos meses, alguien en quien puedo confiar y…   Su vista se ubicó en la entrada de la casa. Su amigo había olvidado su bolso del colegio.    ¿Qué sugieres que haga?
 Poner de una buena vez a Yoochun en su lugar y por supuesto, como la persona decente que eres, ir a casa de Jaejoong y disculparte sinceramente y en esta ocasión, encárgate de que no vuelva a suceder otro incidente como el de hoy.   Changmin suspiró del otro lado de la línea.   Necesitas más mi ayuda de lo que imaginaba. Antes solía pensar que eras una especie de todopoderoso.   Yunho reprimió la risa.
 — Muy bien, ya te das cuenta de quién es aquí el rey, ¿no es verdad?   Changmin rio.
 En síntesis, lo que trato de decirte es que… No le hagas lo que sabes que no te gustaría que te hicieran.   Yunho meditó las palabras de Changmin una decena de segundos.   Ahora te dejo para que te hagas tu licuado. Pero me guardas. Eres según mi escala, el mejor preparador de batidos de chocolates del mundo. Palabra de amigo.
 — Ahora sí me siento importante.   Se burló Yunho.    Gracias y que tengas buenas noches.
Yunho sabía que no se había quitado a Yoochun de encima como se debía pero justo en ese momento había una idea que le aterraba más: perder a Jaejoong.

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 — ¿Qué buscas?   La madre de Jaejoong veía cómo su hijo buscaba detrás de los sillones alguna cosa.
 — Omma, creo que ayer olvidé mi bolso con mis libros en… En un lugar sin importancia.   Jaejoong recordó exactamente el lugar en la casa de Yunho en que había dejado sus libros.    Debo ir a buscarlos. Tengo un examen importante hoy y necesito repasar.
 — Pues, a mí me encantaría saber qué lugar sin importancia es ese, aun así.   La señora Kim no era tonta y sabía que su hijo estaba llegando a elevadas horas de la noche. Nunca le había recriminado absolutamente nada a Jaejoong, pues estaba enterada de que a pesar de su ceguera, era un chico maduro y que su único objetivo era lograr graduarse y ser un ingeniero de renombre. Pero su experiencia   (y su maternidad)  le avisaban que Jaejoong estaba enamorándose.
 — La casa de un amigo.   Respondió incómodo.    No quiero hablar de ello.
 — Tengo cualquier día para escucharte, Jaejoongie.
Mi Omma me llamaba Yunnie.
 — Debo ir a buscar mis cosas o no llegaré puntual al examen. Tal vez luego…   Y huyó del cuestionario de su madre hacia un sitio que seguramente tampoco quería visitar. Por qué siempre tiene que parecer que me falta seguridad y carácter. Ahora creerá que estoy loco por verlo y esas cosas… Como si en verdad no quisiera verlo…

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Hyunjoong caminaba directamente al salón donde tendría su siguiente clase, pero por su mente pasó el adorable rostro de Jaejoong. Miró su móvil para ver la hora… Aún le quedaba tiempo. Esa mañana se había levantado con unas enormes ganas de verlo, más que cualquier día, si eso entraba en el rango de lo posible.
 — ¿Siwon?   El nombrado volteó a ver a Hyunjoong.    ¿Ya llegó Jaejoong?
 — No todavía. Es extraño.   Respondió con la seriedad que le caracterizaba. Y Hyunjoong se preguntó cómo el alegre y algo torpe de Kim Heechul podía estar interesado en alguien tan serio como Choi Siwon.    Iré a buscar a Heechul, de todos modos, Jaejoong debe estar por llegar. No se perdería un examen final ni enfermo de algo terminal.
Hyunjoong iba a preguntar algo más cuando todos a su alrededor comenzaron a murmurar y a suspirar algunas chicas. Su cuerpo dio media vuelta y allí estaba Yunho con el bolso de Jaejoong en las manos. ¿Jaejoong habría dormido con Yunho? Su estómago se revolvió ante este pensamiento. Pero… Jaejoong no venía con él.
 — Hola.    Esa voz que lo sacaba de quicio lo estaba saludando. Su mandíbula se presionó con rabia.    ¿Está Jaejoong cerca? Ayer dejó su bolso en mi casa y vine a devolvérselo. Supe que tenía un importante examen hoy y tal vez necesite sus libros.    ¿Cómo Yunho tenía acceso a toda esa información? ¿Cómo estaba más enterado de la vida de Jae que él que llevaba prácticamente toda la vida tratándolo?
 — No, aún no…   Pero algo más atrás de Yunho estaba Jaejoong llegando.
 — Muchas gracias, Yunho ssi. No lo volveré a importunar con mis cosas o mi presencia.   Hyunjoong los miraba con notable confusión. Por qué si el día de ayer Jaejoong actuaba como una chica enamorada hoy ni siquiera podía girarse al menos para quedar de frente a él.
 — Jaejoong…   Yunho se sintió dolido por la forma en que se dirigía a él. Como si fuera un completo extraño.    Suerte en tu examen.
Jaejoong bajó su rostro y no debía de ser sorpresa que Hyunjoong adivinara que había tristeza reflejada en su mirada perdida que se ocultaba a través de sus lentes oscuros.  Y unas ganas de matar a Yunho se hicieron presentes en el cuerpo de Jaejoong.
 — Hyunjoong, lamento mucho si te hecho sentir que te ilusionas conmigo. Yo…   Pero Hyunjoong no dejó que Jaejoong terminara. Simplemente tomó la iniciativa de besarlo tiernamente.
Nada, no se siente nada…
Jaejoong no supo cómo actuar ante lo hecho por Hyunjoong. ¿Qué tal si eso lo hubiera hecho Yunho? Claro que sería otra historia.
 — Lo siento, Jae. Al menos si nunca serás mío, me queda que algún día hice lo que más deseé.   Y Hyunjoong salió corriendo hasta su clase por los abarrotados pasillos, dejando a Jaejoong acariciando sus labios y cerrando sus ojos.
¿Qué había de darse alguna oportunidad con Hyunjoong?

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Changmin y Minho veían con preocupación del otro lado de su cabina cómo Yunho dibujaba algo en un papel y borraba numerosas veces.
 — ¿Qué crees que esté intentando?   Preguntó Minho tratando de descifrar los movimientos de la mano de Yunho.
 — No puedo saberlo sólo viendo cómo mueve su mano, Minho. Creo que tuvo una discusión con Jaejoong hace tres días y…    El sonido de la puerta abriéndose bruscamente sobresaltó a ambos. Yunho tenía cara de estar sumamente desesperado.
 — ¿Alguno tiene de idea de cómo demonios dibujar bien?    Changmin comenzó a reírse estruendosamente y recibió un codazo por parte de Minho quien lo miraba desaprobatoriamente.
 — ¿Por qué quieres que alguien más te dibuje algo que le quieres dar TÚ a Jaejoong?   Preguntó recalcando el pronombre Minho.    Sé original, Yunho.
 — Que Jaejoong dibuje alucinante no quiere decir que tú debas tener talento y gracia como él.   Se burló.    Seguro que se te ocurren mejores ideas que esa, Jung Yunho.

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Eun Yoo miraba fijamente a su hermano mientras chupaba un caramelo de cereza.
 — ¿Este caramelo de qué es?   Preguntó entrecerrando sus ojos pero sin apartar la mirada de Jae. Las manos de su hermano mayor tocaron el envoltorio con delicadeza.
 — De uva.   Respondió seguro dándole a Eun Yoo una sonrisa victoriosa.    Ya ríndete, Eun Yoo. Simplemente no vas a conseguir que no adivine.
 — Sólo presumes. ¡Sólo eso sabes hacer con tu hermana pequeña!   Reclamaba con aire ofendido Eun Yoo mientras le arrebataba su dulce de uva a Jaejoong.    Mejor me voy a cepillar mis dientes, no quiero que me recuerdes cada noche cuántas caries tengo.
Jaejoong rió por las ocurrencias de su hermana. Sin duda, ella sabía cuando no había tenido un buen día. No importaba si había obtenido una calificación perfecta en su examen, porque Yunho no fue por él al terminar las clases, como lo hacía después de que terminaba su trabajo en la radio o esos días que asistía personalmente a su cabina de grabación y podía escuchar ese programa al que siempre escuchó ahora en vivo y directo. Pero nada de eso sucedió… Porque él lo había pedido así.
Se recostó en su cama que hizo un ruido parecido a papeles de golosinas y a su mente vino que Eun Yoo debía limpiar todo eso.
Hasta que una canción interrumpió sus pensamientos. Alguien estaba cantando cerca de su casa y además, tocaba una guitarra acústica.  Se asomó por su ventana, tratando de escuchar mejor aquella voz. Aquella voz que reconoció inmediatamente…
 — ¿Yunho?   Su corazón se aceleró al imaginarlo cantar en su patio.
 Y esas estrellas del cielo, se reflejan en tu rostro y lo iluminan más si se puede… Sólo me queda decir que nací tonto, pero…oh tú, ¿podrías ser esa alegría que añoro?
Eun Yoo se asomó junto a Jaejoong y vio cómo el castaño estaba sentado en posición de indio en su patio, tocando y cantando para su hermano.
 — Yunho Oppa está dedicándote una serenata de perdón, Jae.    Susurró emocionada su hermana menor. Eun Yoo se apartó cuando vio a Jaejoong bajar las escaleras hasta la puerta del patio principal. ¿A Yunho Oppa le gusta mi hermano?
Jaejoong escuchó cómo la voz de Yunho se iba haciendo más tenue a medida que sentía más cercano su cuerpo.
   Pero vine hasta acá para decirte… Que te extraño.
 — Pensé que te había dicho que no me buscaras más.   Jaejoong se cruzó de brazos.
 — Ya sabes cómo soy. Bastante testarudo. Lo mejor es que no te pongas muy difícil, esta sólo fue mi primera carta.   Hizo una pausa.    Sólo vine a decirte que lo siento muchísimo. Han sido los tres días más solitarios desde hace tanto. Jaejoong, te necesito. Contigo siempre puedo ver lo bueno de la vida… Contigo hasta lo más triste parece positivo.
 — Es decir que viniste sólo para que te firme mi libro de autoayuda.   Yunho rio ante el comentario.    Está bien. Sólo espero que hayas traído un bolígrafo.   El castaño negó alegremente con la cabeza.
 — Dime, ¿tienes algo que hacer este hermoso viernes por la noche?    Jaejoong se quedó pensativo.
 — Limpiar la arena de mis gatos, trapear la casa… ¿te apetece alguna tarea de esas?   El rostro de Yunho se retrajo visiblemente. Jaejoong comenzó a reír.    Necesitas algo mejor para que te perdone un cien por ciento.
 — ¿Eh? Y… ¿Cuánto llevo de perdón?   Yunho todavía no comprendía que Jaejoong estaba divirtiéndose en grande jugando con él.
 — Un noventa por ciento.   Le informó con voz altiva. Eso fue suficiente para que los nervios de Yunho se relajaran.
 — Qué travieso eres, Jaejoongie.    Sus labios se posaron en su mejilla y completaron con un abrazo.    Te quiero muchísimo.   Jaejoong sintió esa paz que sólo sentía con Yunho y correspondió el abrazo.
La cara de Yunho se acomodó en uno de los hombros de Jaejoong y suspiró.
¿Por qué estoy tan confundido? ¿Por qué necesito estar con él todo el día? ¿Por qué vuelvo a sentir ese vacío cuando se va de mi lado?
No puede ser que Jaejoong me esté comenzando a gustar.

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