—Gracias por aceptar venir a almorzar
conmigo. — Yunho había buscado a Jaejoong en la universidad, a la vista de
todos los compañeros atónitos de éste y lo había llevado a uno de esos buenos
restaurantes que frecuentaba. — El lugar
donde estamos en un poco sobrio, pero te aseguro que no te arrepentirás de
comer acá.
— ¿Cuánto se gasta aproximadamente en
este lugar? Porque traigo poco dinero. De todas maneras, puedo ir hasta mi casa
y me esperas para buscar... — Yunho tocó el hombro de Jaejoong con ganas de reírse.
—No seas absurdo, te estoy invitando yo.
— Jaejoong
hizo mala cara. — No hagas ese gesto con
la boca y dime, ¿qué te gusta comer usualmente? Algo que te guste mucho y que
no lo comas todos los días...
— ¿No hay un menú prestablecido? — Jaejoong sabía que en
todos los lugares de comida habían cartas que le sugerían a las personas qué
comer o los platillos más frescos. Lo que había en el menú era lo que había en
el menú y punto. — Tengo entendido que
uno escoge de allí...
—Oh, sabes el mecanismo de un
restaurante... — Yunho sonrió con suficiencia. — Lo que no sabías es que conozco al dueño y al chef de este sitio.
Puedo hacer pedidos especiales...
—Ya te había comentado que como en
exceso. Me da mucha pena que... Bueno, me veas comer.
Yunho
miró con ternura a Jaejoong. Quería complacerlo. Lo poco que conocía de él
estaba centrado en comida y si comer lo hacía feliz, estaría perfecto. En ese
medio, Jung Yunho conocía lugares geniales que muy seguramente le gustarían a
su amigo.
—Me encantaría verte comer... — Un leve tono rojizo
apareció en las pálidas mejillas de Jaejoong. — Seguro me das hambre.
Pero
Yunho en verdad no se daba una idea de todo lo que podía tragar Jaejoong. Era
tan delgado, se veía tan frágil. ¿A dónde iba a parar todo eso que estaba
comiendo? El castaño miraba sorprendido cómo Jaejoong tomaba otra rebanada de
pan y la mojaba en su tercer plato de sopa.
No
sólo comía en exceso, sino también mezclaba todo lo que había en la mesa y se
lo colocaba a lo que estaba comiendo.
— ¿Jaejoong? — Yunho rompió la
concentración del pelinegro que levantó el rostro con varios fideos que salían
de su boca. El castaño hizo un esfuerzo por no reír mientras Jae sorbía
lentamente los fideos hasta tragarlos.
—Tienes un gran estómago... ¡Ni siquiera
respiras para comer!
— ¡Eh! No había comido hace dos horas,
¡no me culpe!
— ¡¿Dos horas?! ¡Y comiste todo
eso!
— ¿Estás enojado? — Jaejoong bajó su
rostro con pena. Seguramente a Yunho le parecería desagradable. Es que no podía
evitarlo. Era como su deleite, lo que más le gustaba hacer. Pero para su sorpresa,
Yunho dijo que no.
— ¿Crees que te quede espacio para el
dulce?
— Jaejoong asintió con pena.
Yunho
se puso de pie tomando de la mano a Jaejoong para que hiciera lo mismo.
—Entonces, paguemos esto y sigamos. Te
prometo que será el mejor día de tu vida.
>>> ♥ <<<
Junsu miraba atento cómo Yoochun alternaba su caminata de un lado a otro. Daba por hecho que algún día aquello pasaría... Yunho no era tan masoquista como para quedarse en algo así por mucho tiempo.
Desde
que Yoochun había llegado a su casa hace una semana y media atrás supo que no
debía hacer ninguna pregunta a menos que Yoochun le contara lo sucedido. Su
amigo llevaba días esperando una llamada de Yunho con alguna esperanza de que
todo se tratara de un malentendido como el resto de las veces. Pero esta vez
decidió romper su pacto de silencio.
—No te diré qué hacer. Pero sabes que ese
chico Jaejoong tiene razón.
— ¿Te digo algo? — Yoochun volteó
bruscamente a ver a Junsu con una sonrisa que no denotaba ni un rastro de
felicidad. — Ese "chico Jaejoong" es una muñequita
ciega patética que está engatusando a Yunho con su estrategia de "doy
lástima, ayúdame, pobre de mí"... Y
no te atrevas a defenderlo.
—Como quieras. — Respondió con total
indiferencia Junsu mientras recargaba sus pies en una mesita en el centro de la
sala. — Seguiré observando lo patético
que eres tú, caminando de un lado a otro, insultando a un pobre chico que ni
siquiera te has dado el lujo de conocer. — Y es que Junsu era del tipo que
no toleraba los tratos injustos. — Pero
te digo una cosa: tanto tú como Yunho tienen derecho a ser felices con quien
les plazca y seamos honestos; tú no hacías ni un poco feliz a Yunho.
Yoochun
se sentó en el piso agarrándose el cabello con rabia. Estaba claro de que Junsu
tenía toda la razón y de alguna forma le dolía. Estaba tan acostumbrado a que
Yunho se acoplara a él y sus decisiones que le resultaba muy raro que de pronto
haya tomado valentía para encararlo y encima terminar. Y al parecer, ahora sí
enserio.
>>> ♥ <<<
Los martes eran los días más cortos en la emisora y por mutuo acuerdo, Minho, Yunho y Changmin se reunían en casa del último a ver películas o jugar. Es sólo que últimamente y para buena noticia de Changmin, Yunho se la pasaba buscando a Jaejoong para salir.
Por
lo que esta vez, Minho estaba — figuradamente
— dándole una paliza en un videojuego de
FIFA a Changmin. La sonrisa psicópata no se borraba de su rostro cada vez que
hacía un gol al equipo de su amigo quien lo miraba desconcertado ante su extraña
habilidad en los juegos.
—Vale, ya no quiero seguir jugando. — Changmin entregó el
mando a su contrincante.
—Eres un idiota, sólo porque vas
perdiendo no quieres continuar. ¡Perdedor! — Minho lucía tal como los adictos a los
videojuegos: reactivo ante perecer con su juego.
Changmin
puso los ojos en blanco.
—Tengo mucha hambre... Además creo que lo
que te falta es soltar espuma por la boca. — Minho tropezó de lleno con la mirada
preocupada del mayor.
—Tú siempre tienes hambre y siempre me
ganas. Es justo. Aparte, por lo general yo soy el maduro de los tres. Tú eres
el niño crecido y Yunho el racional, ¿puedo dejar libre mi niño interior un
minuto?
Changmin
hizo un gesto como si intentara procesar la pregunta y luego como si la
estuviera pensando.
—Ehmm... No. — Una sonrisa
victoriosa se dibujó en sus labios y al mismo tiempo un cojín "asesino"
dio en su cabeza.
— ¡Idiota! — Soltó Minho indignado
levantándose del lugar pero la venganza de Changmin no se hizo esperar: le
devolvió el golpe, pero lo hizo soltando una carcajada de burla cuando Minho se
cayó.
— ¡Minho! ¡Sólo debías decir que querías
jugar otra cosa! — Dijo Changmin entre risas al ver cómo su amigo se sobaba el
golpe que se había dado en la boca.
— ¡Has comenzado tú! Además... — Una mueca de tristeza
fingida se plasmó en el rostro de Minho. —
Me hiciste daño... — Sabía de sobra que Changmin no soportaría la oración
"me hiciste daño" y, justo como pensó, su amigo se dirigió
hasta él con ligera preocupación, aunque en realidad sólo tuviera un
pequeñísimo roto en su labio inferior.
— ¿Te hice mucho daño? — Minho no pudo
aguantar la risa al ver que Changmin era muy predecible. El mayor al ver a
Minho reír, le dio un leve golpe en la cabeza y lo ayudó a pararse.
—No me asustes así, por favor... Sabes
que detesto cuando la gente se hace daño. — Minho le estrujó las mejillas a
Changmin.
—Haré algo de comer entonces. — Y en silencio se
dirigió a la cocina. Siempre jugaban así entre ambos. Changmin estaba alejado
de la idea de que Minho era inmensamente feliz cuando lo escuchaba reír de esa
manera... Cuando veía esa hermosa sonrisa en sus labios.
Y
mientras picaba unas cosas con velocidad se dijo a sí mismo que un día le debía
decir a Changmin lo que estaba sintiendo desde hace tanto. ¿Él habría pensado
en Minho alguna vez como algo más serio?
Un
suspiro escapó de sus labios.
La
voz de Changmin desde afuera de la habitación sobresaltó a Minho, quien casi
tira todo lo que tenía en la mesa de la cocina.
—Estabas muy concentrado...
—Quiero que quede bien, ya sabes cómo soy
con estas cosas.
Changmin
fue caminando lenta y silenciosamente hasta donde estaba Minho cocinando
bastante callado. Minho no lo sintió tras él.
El
mayor le dio un fugaz beso en su boca...
Si
Minho no se desmayó en ese instante quizá fue por intervención divina. Se
volteó completamente desconcertado mirando a Changmin con notoria duda
reflejada en su mirada.
— ¿Qué...Diablos? — Pudo articular a
duras penas.
—Te hiciste daño en tu labio por mi
culpa... Lo siento. — Changmin bajó la cabeza aún sin saber por qué había sentido el
impulso de besarlo. Siempre ha visto a Minho como su hermano, colega,
compañero. Eso no cambiaría nunca, pero aceptaba que en los días recientes su
cerebro tenía las ideas y el razonamiento revuelto y una duda asaltó su
corazón, ¿Minho le gustaba y él no se había dado cuenta?
En
muchas ocasiones, Minho le había dicho que gustaba de las personas tiernas,
comprensivas y que fueran dulces pero que no llegaran a atosigar. Él era seco,
sarcástico y era alérgico a los abrazos. ¿Por qué Minho se fijaría en Shim
Changmin?
—Yo... Y — yo... Eh... — Minho seguía
completamente trabado. — Necesito... Ir
al baño. — Y escapó de la escena encerrándose en el cuarto de baño,
sentándose en el frío azulejo del baño del hombre que hacía unos minutos atrás
había dado un sutil beso en su roto labio.
—Por qué... Por qué me siento así... — Changmin sentía cómo
su incomodidad crecía. Lo había arruinado todo. Todos sus años de amistad por
ese absurdo y torpe... Y vaya que consciente beso.
>>> ♥ <<<
— ¿Cómo son las estrellas? — Jaejoong estaba tumbado junto a Yunho en una senda bastante tranquila, retirada del ajetreo de la ciudad de Seúl. Era de esos raros días en que el cielo se encontraba estrellado y no cubierto por nubes negras que anunciaban tormenta.
—Son como agujeros en el cielo nocturno
que dejan pasar la luz del sol... Se dice que tienen propiedades mágicas... ¿Tú
hermana nunca te ha dicho cómo son?
—Todos tienen una perspectiva distinta
sobre las estrellas. Por ejemplo, uno de mis amigos, Siwon, dice que las
estrellas son un cúmulo de polvo cósmico que en su mayoría son inexistente ya.
Es una forma muy realista de ver las estrellas...
— ¿Cómo te las imaginas? — Yunho tenía tal vez
muchas preguntas que hacerle a Jaejoong pero le daba pena formular alguna de
ellas.
—Lo que acompaña a la Luna para que no se
sienta sola. — Yunho se pegó un poco más a Jaejoong.
Hubo
un momento de silencio en el que Yunho se dedicó a ver el perfil de
Jaejoong.
—Quítate esos lentes un momento. — Con suavidad quitó
esos oscuros cristales que tapaban sus negros ojos. — ¿Hay una posibilidad de que puedas volver a ver?
—Si me operan, es probable que
muera.
Hubo
un silencio incómodo. A Yunho no le gustaba hablar de la muerte y esto lo
percibió Jae.
— ¿Solucionaste las cosas con tu novio? — Yunho se tornó
taciturno.
—Ya no somos novios, Jae. No ha vuelto a
llamarme pero no quiero hablar con él tampoco. Si lo hago, voy a volver a caer
en su maldito juego egoísta de "yo, yo y yo" y ya no más.
—Sé que sólo hace un mes que te conozco,
pero... ¿No crees que le debes respeto al tiempo que pasaron juntos? Hablar con
él, terminar como amigos o al menos sin conflictos de por medio.
Yunho
miró profundamente a Jaejoong. Cada palabra que él le decía era digna de un ser
bastante sensato. Cualidad que muchas personas de su edad ignoraban. Estar con
Jaejoong era estar por unos minutos alejado de las cosas horribles que lo
hacían pasarla mal. El recuerdo de sus padres, el egoísmo de Yoochun... Cómo
perdió a su hermano pequeño. — Tú mismo
me escribiste que no le tuviera rencor a Yoochun...
Habíamos peleado de nuevo porque mis padres vivían
comparándonos. "Que Yunho era mejor que tú". "Siempre serás
inferior". Nunca podré olvidar cuando entré a casa con ganas de decirte
que ya no quería que peleáramos más por culpa de esos dos seres y tú... Habías
acabado con tu vida.
El
recuerdo que había logrado bloquear salió al aire haciendo que sintiera ganas
de gritar que lo extrañaba pero después vio el rostro dormido de Jaejoong y eso
lo alivió de algún modo.
Se
sentó correctamente en el césped y quitó su abrigo para colocárselo encima a
Jaejoong. Apartó algunos de los mechones de cabellos que caían sobre sus
ojos.
Miró fijamente la expresión pacífica que Jae profesaba...
Miró fijamente la expresión pacífica que Jae profesaba...
—Te prometo que te voy a cuidar,
Jaejoong. — Con el dorso de su mano acarició una sus mejilla que se sonrosó
ante el contacto. —Desde ahora y por
siempre.
Lo
acomodó sobre sus piernas para que durmiera más cómodo.
Si
algo debía aceptar de Jaejoong es que tenía un rostro adorable... Todavía era
un jovencito. ¿Cuándo cumpliría los veintitrés?
Todo
en él se notaba completamente feliz e inocente pero destellaba vitalidad y
fuerza. Era muy terco, todo le gustaba hacerlo por su cuenta y, para qué
negarlo, Yunho quería estar con él mucho tiempo últimamente... Tal vez así se
le pegaba algo de la independencia de Jaejoong.
Rió
ante la incongruencia: estar más tiempo con alguien lo volvería independiente.
Recostó
su torso y poco a poco se fue quedando dormido.
>>> ♥ <<<
Changmin llevaba poco más de una hora recostado a la puerta del baño. Se había cansado de llamar a Minho.
Lo dejé traumatizado...
El
ruido del seguro de la puerta destrabándose lo hizo reaccionar... Y un Minho
pálido apareció frente a él.
— ¿Te encuentras bien? — Pero una mano de
Minho fue a parar directamente en el rostro de Changmin. Cuando el mayor pudo
ver con claridad el rostro de su amigo se dio cuenta que estaba conteniendo
lágrimas.
—Sabes que te aguanto todo pero esto no.
No que juegues con mis sentimientos. — ¿Cuáles sentimientos? La duda de Changmin
aumentaba con cada frase de Minho. —
Claro, para ti soy tu estúpido amigo al que puedes besar así y luego seguir
riéndote.
— ¡No sé de qué diablos estás hablando!
— ¡Deja de fingir! ¿Desde cuándo sabes
que me gustas? — Los ojos de Changmin se abrieron de par en par y sus oídos no
daban crédito a lo que habían escuchado.
— ¿Minho? Ni siquiera tenía la más remota
idea de que... — Con duda se atrevió a formular lo que su amigo le había
dicho. — De que te gustaba.
Las
lágrimas de enojo de Minho no pudieron controlarse más y comenzaron a caer
desmedidas.
—Yo mejor me largo. — Su voz salió
temblorosa y sus pies comenzaron a moverse bastante rápido con intenciones de
huir pero la mano de Changmin lo detuvo.
— ¡Aclaremos esto!
— ¡Suéltame ahora! ¡Suéltame ahora o te
juro que te mataré!
— ¡¿De dónde jodidos tienes tanta
fuerza?!
— Changmin todavía tenía una esperanza de que pudieran hablar. Minho bajó la
intensidad de sus forcejeos y cayó de rodillas todavía con la mano de Changmin
ejerciendo presión en su antebrazo.
—Déjame... Por favor... — Changmin ayudó a
Minho a levantarse y le dio un "asfixiante abrazo de oso",
tal como Minho lo llamaba y besó su frente.
—Perdóname.
>>> ♥ <<<
Yunho se removió un poco en la grama con la tenue luz que se asomaba por el horizonte. Según podía ver debían ser como las seis de la mañana. Restregó un poco sus ojos y se percató de que Jaejoong no estaba allí. Algo asustado buscó con la mirada a esa persona con la que había dormido.
—Allí estás... — Susurró sonriendo al
ver a Jaejoong con un papel en sus manos dibujando un poco más adelante. No
sabía por qué le costaba adaptarse a que él podía hacer las cosas solo.
Se
acercó tratando de hacer el menor ruido posible...
—Buenos días, Yunho. — Saludó con una
sonrisa. — Gracias por tu abrigo. —
Hacía bastante frío pero aún así se lo quiso devolver a su dueño.
—Quédatelo. — Sonrió con ternura. — ¿Qué dibujas?
—A ti... — Respondió
sonrojándose. — Bueno, a nosotros. No sé
si estábamos así o si lo que nos rodea es de esta manera pero fue como lo
imaginé.
—Me ves bastante atractivo. — Jaejoong agradeció
que estuviera analizando el dibujo o se daría cuenta de que estaba nervioso. — ¿Crees que soy tan... Así?
Jaejoong
asintió con algo de pena. Yunho lo atrajo hacia su cuerpo y le dio un beso en
su mejilla para luego abrazarlo.
—Eres todo un artista... Seguro que
tienes miles de fanáticos.
—Dígame, ¿quiere usted mi autógrafo? ¡Con
esto y los libros de autoayuda soy millonario! — Jaejoong imitaba una
voz altiva, propia de los ingleses haciendo que Yunho riera
descontroladamente.
— ¿De dónde se te ocurren tantas cosas?
—Pues… — Jaejoong hizo un
gesto de estar filosofando. — Creo que
los chocolates que me diste me están haciendo daño. ¿Les metiste alguna
sustancia extraña? Ya me los acabé todos. — Jae recordó que aún no había
visto los “mini mensajes” que trajeron los demás chocolates.
— ¿Leíste todos los mensajes? — Yunho estaba intrigado
en cómo hacía Jaejoong para leer. Sabía que se las arreglaría como en todo,
pero… ¿cómo era tan autosuficiente?
—Honestamente, no. Mi amigo Heechul leyó
el primero por mí, pero como nos han tocado horarios separados en clases no he
podido pedirle que lea el resto. Creo que buscaré a alguien.
— ¿Qué tal yo? — Preguntó mientras
abrazaba aún más fuerte a Jaejoong, haciendo que éste quedara en un estado de
letargo gracias al perfume que emanaba Yunho.
—Pues… Tú… También… — Yunho rió y bajó la
fuerza del abrazo.
—Estaré persiguiéndote todos los días
cuando salgas de clases, Kim Jaejoong. — Jae sonrió ante lo dicho, ilusionado.
Ambos
se divertían tanto que no se dieron cuenta que había alguien observándolos
desde unos arbustos...
Alguien
que Jaejoong conocía y que Yunho ignoraba de su existencia.
Era
un hombre de unos cuarenta años miraba con odio a Yunho. Sabía que
probablemente terminaría haciéndole mucho daño a Jaejoong y eso no lo iba a
permitir.
De ningún modo se lo iba a permitir.
me quede intrigada,quien es ese hombre?
ResponderEliminary quien es ese hombre?????
ResponderEliminarno me digan ke jae tiene un acosadorrr...