viernes, 2 de septiembre de 2016

Poder Siliciano. Cap 11

 
¿Por qué estar aquella noche en la cama de Yunho era tan distinto a la noche anterior?, se preguntó Jaejoong con tristeza mientras permanecía tumbado solo. Había pasado más de un hora desde que Yunho sugirió que debía estar cansado... para después decirle que él tenía trabajo que terminar en cuanto él reconoció que lo estaba. Jaejoong se había dado una ducha y después de secarse se había acurrucado en la gigantesca cama, con el corazón latiéndole con fuerza por la emoción y el amor y el cuerpo lleno de deseo, pero Yunho no había ido a reunirse con él.


Ahora él estaba en el cuarto de baño, donde llevaba lo que a Jaejoong le pareció una eternidad. Fue creciendo en él el desagradable pensamiento de que Yunho podría estar retrasando el momento de irse a la cama porque confiaba en que Jaejoong estuviera dormido cuando lo hiciera. Después de todo, él era la que le había pedido dormir con él, y no al revés. Pero la última vez que había estado en la cama con él, lo había deseado.

¿Lo había deseado? ¿O se había limitado a hacer lo que había prometido, demostrándole lo que era sentirse deseado?

Iba a casarse con él

Para protegerlos a él y a Taemin, y porque consideraba que era su deber. No había otra razón.

La alegre emoción que lo había embargado comenzó a desaparecer. Se colocó de costado para apartarse del centro de la cama. Si Yunho no lo deseaba, él no iba a avergonzarlos a ambos dejando claro que él sí deseaba a Yunho.

Yunho se pasó la mano por el cabello húmedo. Se había puesto una toalla alrededor de la cintura. Acababa de pasar una hora tratando desesperadamente de fingir que estaba trabajando, cuando tenía la cabeza en su dormitorio y en su cama... con Jaejoong. Así que se había visto obligado a pasar por el ritual de la ducha fría para asegurarse de que cuando se metiera en la cama con él no se viera tentado a despertarlo para estrecharlo entre sus brazos.

Sin duda, el cuerpo de Yunho no era consciente del motivo de darse una ducha fría, porque todas las evidencias de su deseo físico hacia Jaejoong no habían disminuido ni un ápice. En cuanto a su deseo emocional... su amor por él parecía crecer cada segundo que pasaba a su lado.

Yunho creía que su sistema emocional era capaz de lidiar con cualquier situación que la vida le pusiera por delante. Pero no estaba preparado para algo así. Él creía que el amor era algo que no podría sucederle a él. Algo que no permitiría que le sucediera.

Todo el mundo daba por hecho que en su momento se casaría y tendría un heredero, como habían hecho todos los primogénitos Jung antes que él. Sin embargo, en lo más profundo de su interior, Yunho se cuestionaba todo el concepto del hijo mayor que debía casarse y dar un heredero. Después de todo, tenía dos hermanos. Y luego estaba la contradicción entre el matrimonio tradicional de sus padres y el matrimonio moderno del siglo XXI. Algo en lo que ambos conceptos coincidían, sin embargo, era en que ninguno de los dos garantizaba el compromiso mutuo ni una vida compartida de felicidad conyugal.

Yunho había alcanzado la edad adulta detestando la idea de hacer a un docel o mujer tan desgraciada como su padre había hecho a su madre, como resultado de su matrimonio tradicional, pero tampoco se sentía capaz de confiar en la duración de los matrimonios modernos. Y menos uno que debía soportar las presiones de su posición como cabeza de la familia Jung, lo que suponía custodiar su buen nombre, su presente y su futuro, así como la historia de su pasado. Yunho se tomaba muy en serio esa responsabilidad.

Sin un amor auténtico y verdadero, dudaba mucho que pudiera proporcionar a los hijos nacidos de su matrimonio la seguridad emocional y la fuerza que su hijo mayor necesitaría para no sentirse apesadumbrado con el peso que recaía sobre él, como le había pasado a él de joven. Así que había decidido que era mejor y más sencillo quedarse soltero.

Cuando sus hermanos se casaron por amor, su felicidad reforzó la decisión que él había tomado. Pero eso fue antes de que Jaejoong apareciera en su vida y se enamorara de él.

Aunque se hubieran conocido en circunstancias «normales» y se hubieran enamorado, Yunho no hubiera querido cargarlo con una vida que debía ser la suya. Junto con el pronunciado sentir del deber de Yunho, iba de la mano la certeza de que su vida incluía hacer sacrificios. De ninguna manera quería que el docel que amaba compartiera esos sacrificios. Creía profundamente en el derecho de Jaejoong a su libertad personal, a su derecho a definir sus propias ataduras y a vivir su propia vida.

Y sin embargo, iba ser él quien le arrebatara todo eso ahora casándose con él.

¿Qué opción tenía? Sin su protección, la sombra de su hermanastro se cerniría sobre Jaejoong mientras Hyunjoong viviera. Lo única manera que tenía Yunho de protegerlo era casándose con él.

Casarse con él, llevárselo a la cama, dejarlo embarazado, incluso amarlo... sin duda todas aquellas cosas eran un forma de encarcelamiento tan condenable como lo que había criticado y condenado en su hermanastro, que también aseguraba que lo quería. El amor podía ser una terrible prisión cuando no era recíproco.

Entonces, ¿qué podía hacer él? ¿No casarse con Jaejoong y dejarlo a merced de las maquinaciones de un hombre que ya había dejado muy claro que haría todo lo que pudiera por conservarlo en su vida y por sacar a su hijo de la vida de Jaejoong?

¿Casarse con él pero asegurarse de que el matrimonio sólo lo fuera sobre el papel? Cuando lo tuvo en sus brazos, Jaejoong había respondido a él con pasión y placer.

Pero eso era porque no había estado con nadie más. La sensualidad de la respuesta de Jaejoong no era más que el comienzo de su viaje hacia su propia sensualidad, no el final.

Y él continuaría aquel en brazos de él.

Pero sólo porque se vería forzado a ello por el matrimonio, no porque lo deseara.

 Jaejoong sintió cómo la cama se hundía bajo el peso de Yunho, y luego la fresca ráfaga de aire cuando levantó la ropa de cama. Esperó desesperadamente que lo buscara, o al menos que le dijera algo, alguna palabra de ternura que pudiera ofrecerle el consuelo de saber que no era él a quien estaba rechazando, sino a la actual situación. Pero lo único que obtuvo fue el frío dolor de un silencio vacío.

¿Cómo iba a casarse con él sabiendo que sólo lo hacía por un equivocado sentido del deber y del honor? ¿Dónde estaba su orgullo? ¿Y el respeto por sí mismo?

La misma luz de luna que había teñido de plata el cuerpo de Yunho de forma tan erótica unas cuantas noches atrás se filtraba aquella noche por la ventana, pero ahora sólo reforzaba el dolor de Jaejoong.

Se forzó a cerrar los ojos con la esperanza de poder escapar en sueños, pero en aquel instante, Taemin empezó a llorar.

Había estado muy incómodo durante el día, con la mejilla derecha sonrojada y un poco hinchada, lo que daba a entender que le estaba saliendo un nuevo diente. Con razón lloraba de dolor el pobre, pensó Jaejoong mientras se levantaba de la cama sin hacer ruido, rezando para que el llanto de Taemin no despertara a Yunho.

Corrió hacia el vestidor de Yunho sin detenerse a ponerse la bata. Llevaba uno de aquellos camisones que venían incluidos con su nuevo vestuario, era largo y de seda fina de color melocotón, con lazos de encaje un poco más oscuro que le cubría los senos y se ataba por delante. Las costuras laterales le llegan casi a la cadera, y se ataban con más lazos en la parte superior del muslo. No era precisamente un atuendo práctico para visitas nocturnas al cuarto de un bebé, pero lo cierto era, admitió Jaejoong, que no era en eso en lo que pensaba cuando se lo puso, sino en la rapidez con la que Yunho podría quitarle los lazos.

No había ventana en el vestidor, así que había dejado un lamparita para que hubiera algo de luz pero que no molestara a Taemin, que ahora había dejado de llorar. Tenía la mejilla muy roja e inflamada, y Jaejoong se estremeció cuando lo sacó de la cuna de viaje y se sentó con él en la silla que había al lado.

Una rápida inspección le confirmó que le estaba saliendo un diente nuevo.

Pobrecito — lo consoló.

Tenía un poco de gel reparador y algunas medicinas en la bolsa del bebé, pero tendría que dejar a Taemin en la cuna para ir a buscarlos, y sabía por experiencia que en cuanto lo hiciera, empezaría a llorar. Lo último que deseaba era despertar a Yunho, así que cerró la puerta con el codo y luego dejó a Taemin en la cuna, susurrándole con suavidad mientras buscaba frenéticamente en la bolsa los remedios para aliviar el dolor de los dientes.

Cinco minutos más tarde, se estaba felicitando por haber conseguido calmar a Taemin sin despertar a Yunho... y entonces, cuando se incorporó tras darle un beso al bebé ya dormido, golpeó ligeramente la esquina de un bandeja, y un vaso vacío se estrelló contra el suelo de mármol, rompiéndose en un millón de trozos.

Fue un milagro que Taemin no se despertara, pero la combinación del susto de Jaejoong y su deseo de no perder el equilibrio, hicieron que al moverse bruscamente hacia atrás con los pies descalzos, pisara directamente un trozo de cristal roto.

Apenas había empezado a gritar en automática reacción cuando la puerta del vestidor se abrió de golpe y la estancia se iluminó con la luz procedente del dormitorio. Yunho estaba en el umbral y se dio cuenta al instante de lo que había ocurrido. A diferencia de él, llevaba puestas unas zapatillas de piel suave y un grueso albornoz.

No te muevas — le pidió a Jaejoong entrando en el vestidor. Entonces lo tomó en brazos y cruzó con él el dormitorio en dirección al cuarto de baño, ignorando las protestas de él respecto al daño que se produciría en la moqueta del dormitorio con la sangre de su corte.

Cuando estuvieron en el suelo de mármol del baño, lo dejó en el escalón de arriba de la corta escalera de piedra que llevaba a la zona de ducha, advirtiéndole:

Mantén el pie apartado del suelo por si todavía tienes algún cristal clavado.

No es nada, sólo un pequeño corte — protestó Jaejoong. Se sentía muy culpable por haberle despertado y haberle provocado aquella molestia, pero Yunho no lo escuchaba. Estaba agachado sobre el duro suelo de piedra con el pie herido de Jaejoong en la rodilla mientras lo observaba detenidamente bajo la brillante luz.

No veo ningún cristal clavado — le dijo.

Estoy seguro de que no hay ninguno — Jaejoong trató de quitar el pie, pero la mano izquierda de Yunho le estaba sujetando el talón, provocando con ello un peligroso calor en todo su cuerpo.

Tal vez no, pero no estoy dispuesto a correr ningún riesgo — Yunho recorrió con los dedos la superficie que rodeaba el corte, y luego tocó la herida.

Cuando hubo terminado y Jaejoong exhaló un profundo suspiro. Yunho malinterpretó el motivo de su alivio.

Sí, parece que no hay ningún cristal — dijo, alzando la vista para mirarlo.

Gracias a Dios, Yunho no se había dado cuenta de que no era el corte lo que le había creado ansiedad, sino el temor a que resultara palpable lo que su contacto estaba provocando en él.

Quédate así y no apoyes el pie en el suelo. Voy a ir a buscar un cuenco a la cocina para que puedas bañar la herida en antiséptico, y luego limpiaré los trozos de cristal.

Sólo estuvo fuera unos segundos, y regresó con un cuenco de plástico que había llenado hasta la mitad antes de añadir algo de antiséptico que sacó del armarito del baño.

Te va a escocer — le advirtió mientras colocaba el cuenco en el suelo, al lado del pie de Jaejoong— Pero mantenlo en el cuenco hasta que yo vuelva.

Yunho tenía razón. Escocía, reconoció Jaejoong cuando él se marchó para recoger los cristales rotos. Pero aquello no era nada comparado con el dolor de amarle. La sensación de escozor había desaparecido cuando él regresó. Yunho le examinó el pie después de que él lo levantara obedientemente del cuenco, y luego aseguró frunciendo el ceño que el corte estaba limpio y libre de cristales.

Eso puedo hacerlo yo — objetó Jaejoong cuando Yunho retiró el cuenco y colocó un toalla en el suelo para que él pusiera el pie.

Podrías, pero será más fácil si lo hago yo.

¿Fácil que Yunho le secara firme pero suavemente el pie? Una de sus manos le cubrió el talón como había hecho con anterioridad, y al sentir su contacto, una sucesión de imágenes salvajes e inapropiadas cruzó por su cabeza. No podía ser, se dijo Jaejoong. Estar allí sentado, agarrando el borde del escalón con fuerza por temor a alzar las manos hacia él, era un de las cosas más duras que había tenido que hacer jamás.

Tenía que decir algo. No podía seguir soportando el pesado y tenso silencio que había entre ellos.

Siento haberte molestado.

Yunho alzó la vista para mirarlo. En sus ojos había una expresión que no supo definir, una mezcla de orgullo y ferocidad.

Yo también lo siento — aseguró él con rotundidad.

La respuesta de Yunho a su disculpa lo hizo recular. ¿Qué esperaba? ¿Un comentario galante dando a entender que no le importaba?

Él seguía sujetándole el pie. Tras una inspección final, le puso un gasa y después un tirita. Y entonces, cuando Jaejoong creyó que todo había terminado y se puso de pie, dispuesto a utilizar la excusa de que quería ver cómo estaba Taemin, Yunho le dijo con brusquedad:

No creo que sea buena idea que apoyes el pie todavía.

Iba a llevarlo en brazos a la cama. Jaejoong pensó que no podría soportar ningún contacto íntimo con él, aunque no se trataba de la clase de contacto íntimo que él deseaba desesperadamente. El corazón le latía como si hubiera estado corriendo. Todos sus sentidos estaban imbuidos de Yunho, del deseo que sentía por él. Jaejoong había conseguido mantener el control durante todo aquel tiempo... seguramente podría aguantar unos segundos más. Pero, ¿con él sosteniéndolo en brazos? ¿Tan cerca de su cuerpo? No había ninguna posibilidad.

El pánico se apoderó de él.

Se apartó de Yunho, y exclamó con voz entrecortada:

¡No!

Él frunció el ceño, Y Jaejoong se apresuró a explicarse atropelladamente:

Quiero decir... que no hay necesidad de que me cargues. En cualquier caso, tengo que ir a ver cómo está Taemin.

Ya he ido yo. Está completamente dormido.

No había escapatoria. Yunho se estaba inclinando hacia él. Jaejoong cerró los ojos.

Si no le veía, tal vez todo sería más fácil para él.

Pero fue un gran error. Con los ojos cerrados, sus otros sentidos surgieron con fuerza, acompañados con la certeza de lo mucho que lo amaba.

Lo amaba y lo deseaba, en aquel momento y para siempre, quería tenerlo en su vida como ya lo tenía dentro de su corazón, quería que lo abrazara, que lo amara, que compartiera con él la maravillosa magia de aquella sensualidad que el propio Yunho le había mostrado.

 Jaejoong abrió los ojos.

Habían llegado a la cama, y Yunho se estaba inclinando para colocarlo encima. Unos segundos más, y el contacto entre ellos quedaría roto. Unos segundos más, y la oportunidad que ahora tenía habría desaparecido. ¿Sería lo suficientemente valeroso como para aprovecharla y arriesgarse a las consecuencias? ¿A unas consecuencias que fácilmente podrían incluir el rechazo?

 Jaejoong sintió el colchón debajo de él. Yunho lo estaba soltando. Ya era demasiado tarde. Otra décima de segundo y perdería su oportunidad. Yunho lo deseaba, iba a casarse con él, sería el protector y el guardián de Taemin. ¿Por qué no podía ser su amante también, aunque no lo amara? Él tenía amor suficiente para los dos.

Aspiró con fuerza el aire, pidiendo por dentro para que el tiempo fuera indulgente con él mientras colocaba las manos en la nuca de Yunho y lo atraía hacia él.

¡No!

La exclamación de Yunho resonó por la habitación como un tiro. Jaejoong sintió cómo se ponía tenso, y pudo distinguir la oscuridad de su mirada. Un rechazo semejante habría hecho que lo soltara de inmediato y se acurrucara sintiéndose humillado y dolido. Pero el propio Yunho le había enseñado a sentirse orgulloso de su sexualidad. Incluso le había aconsejado que utilizara la sensualidad para encontrar un compañero. Aunque por supuesto, no estaba pensando en él mismo cuando le dijo aquellas palabras.

Yunho había retirado las manos del cuerpo de Jaejoong y había dejado caer los brazos a ambos costados. Estaba a los pies de la cama, sujeto allí por los brazos de Jaejoong, mientras él permanecía de rodillas sobre la cama, mirándole. Jaejoong sintió un oleada salvaje atravesándolo, arrasando con todo en su camino, inundándolo con una poderosa determinación.

Mantuvo las manos donde las tenía, alrededor del cuello de Yunho, y las apretó con más fuerza. Su corazón, su mente y su cuerpo tenían un objetivo común.

— rechazó su negativa con decisión.

Y entonces se incorporó un poco y colocó los labios sobre los suyos. Durante un segundo, se permitió el lujo de saborear aquel instante mientras su propia boca se suavizaba y se amoldaba a la suya.

Podía sentir cómo Yunho se resistía, mental y emocionalmente. Pero, increíblemente, su silenciosa tensión muscular sólo sirvió para aumentar la determinación de Jaejoong de conseguir su objetivo.

Lo besó en una de las comisuras de la boca, y luego en la otra, y entonces, amorosamente, con gran placer sensual, trazó lentamente la línea de su labio superior con la punta de la lengua, y luego la forma carnosa del de abajo.

En la plateada oscuridad, el pulso de Jaejoong se aceleró mientras su corazón adquiría un ritmo apasionado. Lo que estaba haciendo le fascinaba y le sorprendía en igual medida.

La punta de su lengua acarició la firme línea de la boca de Yunho.

Él gimió y entonces lo agarró, besándolo con una pasión que lo devolvió a la cama. El cuerpo de Yunho lo siguió y sujetó el de Jaejoong allí, enredándole las manos en el cabello mientras le mantenía la boca bajo la suya. Los besos de Yunho eran lo que él siempre había deseado y más todavía, y él respondió a su dominio con eufórico deleite.

La rendición de Yunho había sido muy rápida, como el hielo rompiéndose y astillándose, arrastrándolos a ambos a la oscuridad más profunda de la pasión que ahora compartían.

Se quitaron la ropa el uno al otro con manos urgentes, Jae el albornoz de Yunho y Yunho su camisón.

El mero hecho de aspirar el aroma de su piel bastó para que Jaejoong llegara casi al éxtasis y se volviera ciego de deseo y de excitación sensual.

Yunho se dijo que aquello no debería estar pasando. Pero no podía detenerlo. Estaba indefenso ante su propio deseo, y era incapaz de arrebatarle a Jaejoong el control que había tomado.

El rostro de Jaejoong brillaba de felicidad mientras le acariciaba.

Te deseo mucho.

Aquellas palabras salieron de su boca mientras se abría para que lo poseyera, deseándolo con una dulce urgencia que no admitía negación ni retraso. Todo su cuerpo se estremeció de placer cuando sintió cómo Yunho respondía a sus necesidades, y luego se incendió en llamas cuando entró en él lentamente primero, y luego más rápida y profundamente, llevándolo a un lugar donde sólo estaba Yunho y el deseo que compartían. Lo único que Jaejoong pudo hacer fue agarrarse a él y gritar de placer mientras cada poderosa embestida de su cuerpo elevaba su placer más y más alto.

Todo terminó rápida y ferozmente, dejándolos a ambos respirando agitadamente.

Esto no tendría que haber pasado — aseguró Yunho con voz tensa.

Yo me alegro de que pasara... porque quería que así fuera — le dijo Jaejoong desafiante.

Yunho se revolvió algo incómodo, apartándose de él.

Eso es porque el sexo es un placer que acabas de descubrir. Eso es todo.

La forma en que despreciaba lo que acababan de compartir hizo que Jaejoong contestara con firmeza:

No, no es eso. Esto no ha ocurrido porque yo sea una especie de repentino adolescente loco por el sexo. Ha ocurrido porque te amo y porque quería demostrarte ese amor. Porque quería hacerme con otro recuerdo para el futuro de la intimidad que comparto contigo cuando hacemos el amor. Sé que tú no quieres mi amor, Yunho, y...

 Jaejoong aspiró con fuerza el aire. Había tomado una decisión muy importante.

Y no tienes que casarte conmigo. Porque... porque lo que tú me has enseñado me ha dado la fuerza del docel que tú me dijiste que podía llegar a ser. Ya no tengo miedo de Hyunjoong, y no voy a cargarte con la responsabilidad de Taemin ni con la mía. Querer a alguien significa desear lo mejor para esa persona, y buscar su felicidad por encima de la propia. Tú me has liberado de mi pasado. Yo quiero darte la libertad de conocer a alguien, enamorarte...

Ya me he enamorado.

El dolor fue tan intenso, que Jaejoong pensó que iba a desmayarse.

¿Has conocido a alguien de quien te has enamorado? — sentía los labios ligeramente adormecidos, y le costaba pronunciar las palabras.

Porque no quería hacerlo. Porque no quería enfrentarse a lo que significaban aquellas palabras.

Sí. Y lo amo profunda y apasionadamente, como nunca imaginé que fuera posible amar a nadie.

Eso te hace más admirable todavía por ofrecerte a casarte conmigo. — Después de todo era cierto... aunque decirlo le partía el corazón.

Ofrecerme a casarme contigo no me convierte en absoluto en admirable, Jaejoong. Me convierte en alguien egoísta y débil, y sujeto a todos los defectos que tanto critiqué en tu hermanastro. ¿Qué fue mi oferta de matrimonio sino un intento de controlar tu vida y arrebatarte la libertad?

Querías protegerme.

Quería tenerte para mí. Quería atarte a mí y mantenerte a mi lado. — Jaejoong sintió cómo el corazón volvía a latirle. Yunho se acercó a él.

Quería tener contigo todas las cosas que desea hacer un hombre con el docel al que ama. Pero las iba a conseguir de forma deshonesta. Me creía muy noble y muy cumplidor, pero en realidad no lo era.

Fuiste maravilloso — le dijo Jaejoong con pasión— Eres maravilloso. Oh, Yunho, ¿estás hablando en serio? ¿De verdad me amas?

Me estás robando la pregunta — respondió él con dulzura, y Jaejoong pudo ver en sus ojos la luz y el amor que brillaban allí— Pero soy tu primer hombre. No quiero que confundas...

¿Deseo con amor? — dijo Jaejoong por él, sacudiendo la cabeza— Tengo veinticuatro años, Yunho, no dieciséis. De haber querido, podría haber salido de la jaula de terror en la que Hyunjoong me había metido tanto tiempo atrás. Pero no quise. Hasta que te conocí a ti. La primera vez que nos vimos, en el vestíbulo del hotel, en cuanto me rozaste, supe que algo dentro de mí había cambiado.

A mí me pasó lo mismo — admitió Yunho. Le había agarrado la mano, y ahora tenía los dedos amorosamente entrelazados con los suyos— Aunque no identifiqué con el amor lo que sentí por ti al principio. De haberlo sabido, nunca habría...

¿Sido mi profesor de sexo? — sugirió Jaejoong.

Eso es lo que debería decir... pero no puedo hacerlo, porque no sé si es cierto.En lo que a ti se refiere, no tengo control sobre mis sentimientos.

Hace un rato parecías capaz de controlarlos perfectamente — señaló Jaejoong.

Eso no era control, era desesperación. Sabía que si te tocaba, no sería capaz de detenerme. Eres un alumno demasiado aventajado... irresistible, de hecho.

Lo estrechó entre sus brazos, y Jaejoong se abrazó feliz a él.

Mm — lo animó— Exactamente, ¿cuánto de irresistible?



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Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…  


13 comentarios :

  1. hermoso capitulo por fin se han dicho lo mucho que se aman y dejaran de sufrir por creer que no eran correspondidos tanto sufrir para que al final se den cuenta que ellos estaban enamorados y que no existía ni existiría ningún otro
    Gracias por compartirlo me encanto

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  2. Lindoooo gracias x la actu kyaaa ya se confesaronnnn graciasss esperare con ansias la conti

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  3. Hay Poleht escribes tan lindo ya estoy esperando con ansias el gran final que bueno que el Yunjae se dieron cuenta de que se aman y que el hermanastro de Jaejoong y el papa de Yunho sufran por 😈 malos

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  4. HOLA DE NUEVO!!!! TUVE PROBLEMAS CON MI CELULAR ETC... Y MIS OTROS BLOGS ASÍ QUE TUVE QUE HACER OTRO BLOG

    http://hyunakimfanficsyaoi.blogspot.com/?m=1

    Este es mi primer fanfic por si deseas leerme amiga^^

    Y desde hoy me pondré al día con tus fascinantes fanfics que tanto me gustan leer!!!!! >.<

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  5. Jae bien listo, aprende rapido. Me encanta este amor, personalmente creo que el amor verdadero, es el sentimiento intenso y la pasion intensa, siempre van juntas. Me encanta. Muchisimas Gracias! Por fin se confesaron :)

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  6. Ohhhh si súper irresistible jajaja.... ahhh q bonito xfin ...

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  7. Al fin se dijeron que se aman!!! Gracias por tan lindo capitulo

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  8. Jaejoong dio el primer paso ** si no lo hubiera hecho el sonso de yunho no hubiese dicho nada y seguirian sufriendo en silencio creyendose no correspondidos mutuamente. Ame esta adp. Voy a leer el epilogo ahora mismo.

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  9. Jaejoong dio el primer paso ** si no lo hubiera hecho el sonso de yunho no hubiese dicho nada y seguirian sufriendo en silencio creyendose no correspondidos mutuamente. Ame esta adp. Voy a leer el epilogo ahora mismo.

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  10. Que hermoso capitulo ,menos mal que Jae tomo la iniciativa así podrán disfrutar de su amor,gracias me encanto.

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  11. Que hermoso capitulo ,menos mal que Jae tomo la iniciativa así podrán disfrutar de su amor,gracias me encanto.

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  12. woo si que al comienzo del capítulo me desesperaban ambos se amaban y desean y eran tan terco pensando en un sin fin de cosas que no eran uno del otro agradezco el momento del vaso roto era la oportunidad divina Jae tuviste un buen maestro así que no te acorbadaste sino jamás sabrían sobre sus sentimientos

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  13. Oh, Jae jamás dejaría que Yunho ignorara el hombre maravilloso que es, y estoy toralmente se acuerdo con él. Fue lindo que se confesaran. Ahora serqn felices porque se saben correspondidos¡¡¡¡

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