martes, 14 de agosto de 2012

I can see with my heart. Cap. 12. Don’t play this game





—Así que... — Heechul dudó un poco. — Esa fue tu noche de Navidad. Faltan tres días para tu cumpleaños, no dudes en que de pronto se aparezca con un listón en su... 
— ¡Heechul! — Jaejoong le propinó un golpe en el pecho. — Esto no se lo puedes contar a nadie. Eres el primero en saberlo y no quiero que nadie más se entere... No quiero pasar una vergüenza si esto para Yunho fue un simple desliz. No quiero depender de nadie emocionalmente, como siempre ha sido. Yo puedo lidiar con las cosas solo. No necesito de nadie para estar bien.
—Aún así, Jaejoong. Tus lentes oscuros sólo pueden cubrir tus ojos, no lo que sientes y para qué negar que ni en tus sueños más atrevidos pasaba.
Jaejoong guardó silencio. 
Por más que fuera verdad el hecho de que adorara a Yunho, no quería exteriorizarlo... Como ningún sentimiento real. 
¿Besos? Esos puede darlos cualquiera. ¿Sexo? Más que cualquiera... Claro que sí. Pero enamorarse era algo que Jaejoong se tenía prohibido a sí mismo demostrarle a Yunho. 
Si bien ya sentía que se había olvidado de Yoochun, no podía quitarse esa sensación que le calaba día y noche en el pecho sin poder identificarlo.
—No sé qué significó para Yunho el haberme quitado lo único que reservaba para alguien que me amara, pero hacerlo con él... Es algo de lo que no me arrepiento en absoluto. 
—Es porque Yunho te importa. Por eso te afecta o necesitas saber si él sintió lo mismo que tú.
Jaejoong revivía una y otra vez en su cabeza lo que sintió cuando Yunho invadió su cuerpo, cómo su piel se erizaba al escucharlo gemir cerca de su oído.
—Aún así no pienso decirle nada. Él me sigue tratando como siempre, así que deduzco que no hay ningún problema. 
— ¡No puedo creer que en verdad tomes esto deportivamente! Jaejoong, es hora de que le preguntes qué pretende. 

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Yunho removía su café sin probar todavía. Sólo lo miraba con expresión perdida, porque en verdad su mente estaba muy lejos. Pensando en el momento en que Jaejoong le puso su cuerpo a su merced. 
De pronto, cuando salió tímidamente de casa de Jaejoong, se dio cuenta de que se trataba de su amigo de siempre. Y que últimamente le provocaba reacciones extrañas, verdaderamente.
Pero era él. El chico atractivo con sus labios rojos que hasta ahora había sido su gran confidente y no iba a arruinarlo acostándose con él. ¿Cómo podría mantener una relación con Jaejoong si él no podía ver? 
Por primera vez dio un sorbo a su bebida, viendo que Changmin de nuevo discutía con Minho por culpa del lugar que seleccionaban para desayunar los tres. 
—Estabas muy pensativo, ¿qué hiciste que lo meditas tanto? — Se rió Changmin. — Debes tener tu conciencia bastante sucia. 
—Ah vamos, déjalo. Ya ves que esas juntas con Jaejoong le han hecho bien, ahora hasta medita. — Minho le sonrió pero Yunho esta vez le devolvió una sonrisa desganada, haciendo que ambos se preocuparan en serio. — ¿Estás bien, Yunho? 
Yunho asintió y siguió removiendo su café distraído. 
—De acuerdo, no me digas que te acostaste con Jaejoong. — Changmin lo miró arqueando una ceja, pero la mirada de Yunho lo delató. —¡¡Jung Yunho!! ¡¿En qué demonios estabas pensando?! 
—Ya sé lo que dirás... Que cómo pude hacerle eso a Jaejoong si no estoy seguro de lo que siento por él. Pero pasó, sólo eso... Me dejé llevar por el calor del momento.
—Yunho... ¿No piensas que para él significó mucho el haber dejado que le hicieras eso? Sabes que Jaejoong de sumiso no tiene un cabello. Si no hubiera querido, no te habría dejado.
— ¡Jaejoong está ciego! ¡No puede enamorarse! Es mi amigo, sólo eso. ¡Con un demonio! El haber tenido sexo no puede ser tan trascendental en su vida. — Yunho se levantó de su silla derramando su café en el proceso.
Ambos lo observaron alejarse enojado. Minho miró a Changmin con el ceño fruncido. 
—Espero que no le diga eso a Jaejoong, Changmin.
—Deberíamos esperar y no decir nada más. Está confundido porque le gusta Jaejoong pero a la vez cree que es imposible que ellos sean algo más... El mes anterior se dejó llevar demasiado rápido con él y está arrepentido. 
Minho dio un quejido y puso de pie a Changmin junto con él. 
—Arréglalo. — Dijo con tono mordaz. — No permitas que por sus tontas palabras pierda a Jaejoong. 
— ¡Yo no soy nadie para decirle qué hacer! Si para Yunho sólo fue un error, lo mejor es que no le dé alas a Jaejoong. 
—Shim, supongo que no te has dado cuenta de que con la acción de haber tenido sexo con él ya le dio alas. Desconozco a Yunho... 
Changmin dio un suspiro. Estaba consciente de que su novio no estaba equivocado y esta vez sería una buena razón para interferir. 

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—He estudiado mucho a Jaejoong, madre. Me he dado cuenta de que lo único que frecuenta es a ese locutor reconocido. Al principio pensé que se trataba de un viejo de esos con experiencia, pero de hecho es un jovencito.
—Deja de mirar a la niña así. — Yonna amenazó a Min Seung con el dedo. — Desde un principio nunca te cayó bien el tal Yunho. Considéralo un favor. 
Pero él sabía lo que significaba para su hijo ese muchacho. De hecho, en ocasiones, había escuchado su programa y entendía cómo tenía tantos seguidores. 
—Lastimará a Jaejoong y me niego a que lo hagan. — Concluyó Min Seung para seguir apilando las cajas con dinero a un lado de la habitación. 
Yonna esperó a que se retirara para hablar de nuevo:
—Encárgate de Jung Yunho... Ese maldito y patético ciego no puede ser feliz. Si no es suficiente humillación su condición, yo haré que su vida entera lo sea. — Miró a su hija fijamente. — Y tú me vas a ayudar. 
La chica asintió y salió del recinto para encontrarse con Yunho. 
Había estudiado muy bien su itinerario y si lo seguía al pie de la letra como hasta ahora, estaría buscando a Jaejoong a la universidad. 
Y efectivamente así fue; Yunho estaba a punto de salir cuando ella llegaba, pero antes de que ingresara en su auto ella lo detuvo. 
— ¿Jung Yunho? Soy Jenny, una periodista recién graduada y creo que tenemos varias cosas en común. — Sonrió ampliamente. — ¿Tienes un minuto? Me gustaría realizarte una entrevista.
—Claro. — Yunho se vio completamente seducido por esa amable sonrisa de la chica. 
—Pero vamos a algún lugar algo más propio que un estacionamiento. ¿Te parece que nos acerquemos a esta dirección?  — Preguntó coquetamente pasándole una tarjeta. Yunho aceptó cordial y dejó pasar a “Jenny” a su auto. 

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Jaejoong hizo que su móvil dictara la hora de nuevo, suspirando pesadamente al escuchar que se le hacia cada vez más tarde. 
Era la primera vez que se atrevía a formularle un favor a Yunho, el favor de acercarlo hasta su casa.
Eun Yoo estaba enferma y necesitaba estar ese día particularmente temprano en casa... Pero Yunho no había llegado. 
Salió del recinto educativo hacia la cafetería cercana de la universidad. De cualquier forma, si ya estaba retrasado, pasaría a comprar algo de comer antes de ir a su casa. 
— ¡Jaejoong! — Saludó con amabilidad el dueño de la cafetería que ya conocía a todos los estudiantes del instituto al que pertenecía. — ¿Qué se te ofrece hoy? 
—Quiero algo con chocolate. Algo dulce, que me haga olvidar que acabo de quedar como un estúpido. — Explicó con un tono por demás de irónico. — Lo siento, estoy algo enojado.
— ¿Qué te hicieron, chico? ¿Problemas en clases? — Jaejoong negó con la cabeza. 
—Tengo que hacer una nota mental de no pedir favores a nadie. — Dejó espacio en la mesa para que le sirvieran su postre. — Pero no quiero hablar de ello. No mientras como algo dulce, es de mala suerte. 
Pero el local de pronto se vio inundado por murmullos generales. Murmullos que mencionaron a Yunho con una chica.
¿Con una chica? 
Se puso de pie con su postre en una de sus manos, dejándose guiar por su bastón y algo de su olfato. 
Ese olor tan característico que desprendía el castaño...
—Yunho... — Mencionó tratando de creer que él no le había fallado por flirtear con una chica. Yunho desvió su mirada a la persona que lo llamaba. 
—Oh por Dios... — Miró su reloj de pulsera y de nuevo a Jaejoong, con pesar. — Jaejoong...
—Al menos pudiste decirme que no vendrías para no quedarme esperando como un estúpido. Pero ya sé que no debo contar contigo ni con nadie. — Sonrió levemente, alejándose del lugar. 
—Jae, espera. — Sintió cómo Yunho lo tomaba del brazo con fuerza. — Lo lamento mucho, pero no digas eso así. Sabes que puedes contar conmigo... 
—Otra mentira más. Estoy cansado de que me mientas, Yunho. Primero, haces que me sienta la persona más importante del mundo y de un momento a otro cambias. Yo no soy un juguete al que puedes besar y tener sexo a tu antojo... — Jaejoong se soltó bruscamente del agarre de Yunho. — Estoy harto de que todos de burlen de mí.
Antes de salir del recinto, Jaejoong arrojó con fuerza el regalo que Yunho le había hecho por Navidad.
La mitad de mi corazón...
—Parece que tu amigo se enojó un poco, ¿no? — Jenny tomó el colgante que ahora estaba en el suelo debajo de un bote de basura. — Oh no, no... ¡No me digas que estás enamorado de ese muchacho!
Yunho le arrebató la mitad del corazón de las manos a la chica y lo guardó en su bolsillo. 
—Esa es mi vida personal... — Respondió para salir también del lugar. 
Jenny sonrió con satisfacción una vez más.
Su plan estaba funcionando a la perfección.
Yunho no sólo era atractivo a sus ojos, estaba por demás de confundido y le sería fácil manipularlo.
Todo será más fácil cuando te enamores de mí, Jung Yunho.

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Estúpido Yunho….
¿Omma? Hay un nuevo programa en la radio que dirige un muchacho. ¡Quiero escuchar qué tal!
¿Ahora eres crítico de programas, Jaejoongie?
Sólo quiero escucharlo por curiosidad…
Si sólo hubiera sabido que su voz se volvería una droga.
¿Cuándo pensé que las cosas llegarían al punto de incluso haber tenido algo íntimo con él?
Estúpido y mil veces estúpido Yunho… No, más bien el estúpido soy yo. ¿Por qué tuve que ilusionarme con alguien? Yo no puedo amar.
No puedo amarlo como merece. No puedo darle nada. No puedo garantizar que sea feliz a mi lado.
— ¿Jaejoong? — Eun Yoo dio una palmada frente a la cara de su hermano. — ¿Estás bien? ¿Qué te parece lo que te dije de tu cumpleaños?
—Ah, lo siento mucho. No te escuché. — Suspiró jugando con sus dedos.
—Jaejoong… Te conozco. Que ahora mismo me sienta mal no quiere decir que mi sentido de hermana no sea igual de agudo que siempre.
— ¿Sabes algo? Mejor no hablemos de ello. Sigue contándome qué planes hiciste para mi cumpleaños. — Trató de esforzarse por sentirse mejor; evitar ese sentimiento de decepción que lo asolaba… Y no era la primera vez que pasaba algo así con Yunho. Le había contado una vez que le enojaba esa actitud de Yoochun, pero actuaba de la misma manera con él.
Si me necesitas tanto como dices…
Demuéstramelo, Jung Yunho.
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Yoochun entendió bien lo que decía Yunho. Después de todo, su relación había sido un tormento por esa razón.
La confusión, el egoísmo. Y por otra parte, comprendía que Yunho quería tener lo mejor de dos mundos, sin saber cómo manejar su telaraña mental y además, notaba a kilómetros que definitivamente a Jaejoong le importaba todo lo relacionado con Yunho.
Si no, no le habría afectado su presencia todas esas veces que se encargó de atacarle en donde más le dolía.
—Sé que no soy quién para sugerirte esto, pero vas a hacerle mucho daño a Jaejoong. Y más aún si tuvieron relaciones. — Le resultaba extraño manejar las cosas con Yunho en plan de amistad, pero se daba cuenta de que en realidad era lo más sano y se la estaban llevando mejor que nunca.
—No sé qué hacer. — Confesó mientras acariciaba el corazón que por la tarde Jaejoong había tirado. — No sé qué siento por Jaejoong y tengo miedo de enamorarme de él. Es más, dudo estarlo. ¿Cómo demonios puede él sentir algo profundo por mí si jamás me ha visto? Para mí es inconcebible.
—Estás menospreciando a Jaejoong y lo poco que conozco de él, creo que es tan capaz de querer y amar como tú, Yunho. O hasta más. Estarías seguro de que no es algo superficial… Estás seguro como ahora de que lo necesitas porque alguien por primera vez te hace feliz con simples detalles. Piensa que a cualquiera le puede gustar ese chico… Hasta a mí.
— ¿Qué insinúas, Park Yoochun? — Yunho volteó a ver expectante a Yoochun. — ¿Te gusta él?
—Desde luego que no. De hecho, estoy pensando en cómo hacer de Junsu un hombre honesto… Ya sabes. — Yunho sonrió. Estaba esperando a que le dijera eso; el día en que por fin aceptara que él también lo había dejado de querer de ese modo desde hacía un buen tiempo. — ¿Y tú, Yunho? ¿Cuándo harás de Jaejoong un hombre honesto? O mejor aún, ¿piensas que él se va a aguantar tu maltrato hasta cada vez que tú vayas a darle el perdón más ocurrente que se te pase?
Yunho dio un suspiro. Sabía que Yoochun tenía razón.  Que Jaejoong no se iba a dejar… Pero estaba tan fijado a ser realista que se le pasaba por alto lo que Jaejoong pudiera sentir.
Se llevó sus manos a la cabeza, despeinándose un poco el cabello.
—Siempre he querido tener una familia, Yoochun. ¿Crees que Jaejoong con su problema me lo permita? Jaejoong no puede cuidar a un niño.
—No sé, Yunho. La lengua es el castigo del cuerpo y lo que dices puede ser todo lo contrario. — Yunho quitó las manos de su cara para mirar una vez más a Yoochun sin comprender la extraña filosofía que acababa de proponer. — ¿Qué tal si te llegas a enamorar enserio de Jaejoong? Ya se te hace muy difícil vivir sin él… Quién sabe. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.
Y Yunho analizó con cuidado lo que Yoochun estaba diciendo con toda la razón del mundo.
Estaba más que claro que imaginar a Jaejoong con Hyunjoong lo enervaba hasta la médula. Quería estar con él. Quería que le regalara siempre de esa adorable calidez, pero sin enamorarse.
Lo que no tenía claro era si podía conseguir todo eso… Sin enamorarse de Jaejoong.
Porque en ese mismo momento, Jaejoong le pertenecía por completo.
Cerró los ojos un minuto recordando los rojos labios de ese chico sobre los suyos, moviéndose suavemente, dejándole ese sabor dulce por semanas fijado.
Su suave piel sobre la suya, sus delgadas manos deslizarse tímidamente sobre su espalda, subiendo hasta su cuello siempre. De cierto modo, hacía casi un mes le había propuesto indirectamente tener algo más serio pero cuando Jaejoong volvió a ingresar a la universidad, de nuevo la nube negra de no saber qué sentía por él lo cubrió.
Miró con los ojos entrecerrados el corazón que le había regalado a Jaejoong y lo unió con el suyo que aún colgaba de su cuello. Encajó enseguida con el suyo.
—Sólo tengo claro que no quiero que se aleje de mí.
—Deja de dudar tanto, o se te va a escapar como arena entre los dedos. Te aseguro que te vas a arrepentir de no jugártelo definitivamente. — El móvil de Yoochun sonó interrumpiendo. — Por ejemplo, ahora mismo yo me lo voy a jugar. — Sonrió. — Si sigues tan lento, lo vas a perder. — Y abrió la puerta principal para retirarse.
Jaejoong…
¡Me estás volviendo completamente loco!
Su voz, sus labios. Todo. ¡Todo de él es tan perfecto!
¿Por qué tiene que pesarme ahora que no puedas ver? 

3 comentarios :

  1. no yunnie no tengas prejuicios solo por que jae no ve, lo importante es que el es bello por fuera como por dentro y es alguien positivo y no depende de otros, no dejes escapar la oportunidad de tu vida

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  2. anda y habla con jae, no seas estupido yunho no lo hagas sufrir y no te metas con la tipa esa.

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  3. mendiga suerteeeeeeeeee

    no puede ser posible que yunho este dudando, yunho largateeee hablar con jaejoong antes de que de verdad lo pierdas y te arrepientas toda tu vida.......no permitas que te alejen de el por ningún motivo

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