miércoles, 27 de abril de 2016

Una isla para la seducción. Cap 1





- ¿Dónde vamos a soltar las bombas?

Kim Jaejoong alzó la cabeza al escuchar la pregunta en una aguda voz infantil. La criatura de pelo negro, que no tendría más de cinco años, miraba al auxiliar de vuelo con gran interés.


 – No tiene aún muy claro que no todos los aviones son de guerra – dijo su madre con un punto de vergüenza – . Su abuelo lo llevó a un museo de aviación y se quedó enamorado del B-52.

Se volvió hacia su hijo y se lo explicó de un modo que dejaba claro que no era la primera vez que iba en avión a visitar a sus abuelos. El chico no pareció muy convencido hasta que el auxiliar confirmó lo que le había dicho su madre. Pareció decepcionado y Jaejoong tuvo que reprimir la risa.

No hacía mucho tiempo que su más profundas esperanzas incluían estar en la exasperante posición de esa madre. Esos sueños habían muerto al tiempo que su matrimonio y lo había aceptado, pero aún sentía una punzada en el corazón en momentos así.

Soñar con hijos no tenía sentido en su actual situación. Se recostó en el asiento y se concentró en el zumbido del avión para tranquilizarse. No funcionó. A pesar de sus grandes esfuerzos, su corazón latía cada vez más deprisa anticipando el aterrizaje en Atenas. No podía dejar de mirar por la ventanilla.

Durante horas habían atravesado un manto de nubes con algún claro ocasional que les había permitido ver los Alpes. Había pasado ya tiempo y sabía que debían de estar casi llegando a Atenas. Quedaba menos de una hora para verlo. A Jung Yunho. Su jefe y compañero de cama.

Estaba más que ligeramente entusiasmado por verlo en su lugar de nacimiento. Además, ¿quién podía no querer visitar el paraíso?

Porque ahí era donde se dirigían después, una isla griega que en tiempos había sido el lugar de vacaciones de una familia fabulosamente rica. El patriarca de la familia la había vendido a la corporación Park & Jung. Yunho y Yoochun pensaban convertirla en un centro de spa con todos los lujos. Y le habían dado a él el contrato completo del diseño de interiores.

Estaba más que emocionado porque se hubiera contado con él desde el principio en un proyecto de ese tamaño. Sería un empujón para su negocio, al mismo tiempo que una satisfacción personal en el plano creativo. Aun así, su anticipación era fundamentalmente por el hombre que lo esperaba allí. Había pasado las últimas seis semanas echándolo de menos con una intensidad que le había dado miedo. No debería depender emocionalmente tanto de un hombre que era sólo una especie de amante. Tenían una relación sexual, pero no romántica. Sólo eran compañeros de cama. Debería haber sido sencillo. Así él habría sabido cómo manejar la relación. Pero también eran amigos. Buenos amigos. La clase de amigos que se veían una vez a la semana antes de dar rienda suelta a su pasión.

Esos contactos se incrementaban cuando estaban en la misma ciudad. Y para complicar más las cosas, encima era su jefe.

Bueno, una especie de jefe. Su empresa había contratado a su firma de diseño para varios proyectos en los últimos dos años, pero ese proyecto era de lejos el más grande. Él sería ya su jefe si él hubiera aceptado. Le había ofrecido un contrato con unas ventajas que habían sido difíciles de rechazar, pero él no quería trabajar para nadie. Otra vez no. No después de haber perdido a su marido y su empleo de un golpe sólo seis meses antes de conseguir el primer contrato con la empresa de Yunho. Entonces se había hecho la promesa de no volver a ser tan vulnerable.

Había pensado que casarse con Kim Hyunjoong le daría la estabilidad que anhelaba y esa familia con la que soñaba. Había sucedido exactamente lo contrario. Hyunjoong había triturado sus sentimientos antes de hacer pedazos su vida. No volvería a pasar por algo así jamás.

Ni siquiera por Yunho. Y no porque el magnate griego le hubiera pedido el matrimonio, ni siquiera un compromiso. Simplemente un trabajo asalariado. Eso era todo.

Si quería algo más, desde luego no lo iba a decir. Además hasta las últimas semanas de separación ni siquiera se lo había reconocido a sí misma. Decírselo a él no era una carta que pensase jugar. No cuando eso seguramente supondría el fin de su amistad con sexo. Y seguramente también de su amistad.



>>> ♥ <<<



Yunho esperaba a Jaejoong cerca de la cinta de equipajes. No lo había visto en seis semanas. Había estado trabajando en el Medio Oeste y sabía que, si no le hubiera ofrecido el trabajo de Grecia no lo habría visto en otros dos meses o más.

No era que no fuera el mejor diseñador de interiores para ese trabajo, pero ese proyecto era lo más grande que había hecho hasta entonces. Sabía que podía hacerlo. Y tampoco tenía que dar explicaciones a nadie por su decisión. Era una de las ventajas de ser el jefe. La única persona que podría tener algo que decir, y sólo porque trabajaban juntos en ese proyecto por primera vez en años, era su mejor amigo y socio, Yoochun.

Pero ese hombre estaba metido hasta el cuello en los preparativos de su boda, estaba tan preocupado por todos los detalles, que Yunho estaba sorprendido porque no le hubiera pedido que le diseñaran un edificio expresamente para su boda.

Un grupo de pasajeros se acercó a la cinta y eso trajo de vuelta al presente a Yunho. Buscó la preciosa cabeza rubia de Jaejoong entre la multitud. Allí estaba, mirando a un niño pequeño que hablaba animadamente con su madre. El traje azul que llevaba realzaba sus curvas de un modo delicioso, mientras al mismo tiempo resultaba elegante. Aun así dudó que fuera de una marca de diseño.

El negocio de Jaejoong aún se movía a un nivel que le permitía escasos lujos en ropa y un apartamento poco más grande que un armario. Le había ofrecido un empleo que le hubiera permitido tener un nivel de vida más alto, pero él lo había rechazado. Dos veces. Ese hombre era testarudo. E independiente.

Se preguntó si también rechazaría una excursión de compras por Atenas.

Jae alzó la vista y sus miradas se encontraron. En sus labios se dibujó una bonita sonrisa. Esa mirada lo golpeó como un puñetazo en el pecho.

Sintió que la sonrisa que esbozaba era mucho más sincera que la mayoría de las que normalmente fingía. No era que quisiera ocultar que se alegraba de verlo. Se habían caído bien cuando la había contratado para reformar las oficinas principales de Park & Jung un par de años atrás. Su amistad había ido creciendo desde entonces. Añadirle un sexo fenomenal a su relación sólo la había mejorado, al menos desde su punto de vista.

De hecho, Jaejoong había sido la razón por la que había animado a Yoochun a desarrollar intereses fuera de empresa, y a profundizar en su amistad con Kim Junsu, el famoso y solitario pianista. La cosa había funcionado mejor para Yoochun de lo que podía haber imaginado. Y estaba feliz por él, muy feliz. Sin embargo le resultaba increíble, si era sincero. Yoochun enamorado. Sacudió la cabeza. Sexo y amistad eran una cosa, el amor era mucho más.

Jaejoong alzó las cejas y lo miró con gesto interrogativo.


 – Nada – movió él los labios.

Cuando llegó a su altura, lo abrazó. Sus suaves curvas eran tan agradables, que la excitación que había experimentado desde que se había despertado esa mañana y había pensado que lo vería ese día, subió unos cuantos grados.


 – Parece que me has echado de menos – dijo Jae con una risita sensual y el humor en los ojos.


Aunque irritado por parecer un adolescente sin experiencia, soltó una carcajada y dijo:


 – Sí.

 – ¿Cuándo tienes la primera reunión con el arquitecto?

 – Pasado mañana.

 – Pero si me has dicho que yo tenía que llegar hoy.

 – Necesitas descansar.

 – Levantar un negocio siempre es agotador.


Se encogió de hombros porque no podía disentir. Los primeros diez años en los que Yoochun y él habían amasado su fortuna, había trabajado fines de semana y jornadas interminables y no habían tenido una tarde libre. Después, las cosas habían mejorado un poco, aunque siempre había mucho que hacer

Después de conocer a Jaejoong había empezado a salir de la oficina a las seis en lugar de a las ocho, pero seguía sin tomarse mucho tiempo libre. Él le había parecido agotado la última vez que habían hablado por teléfono, y había decidido que se tomara un descanso, de un modo u otro.

 – Así es, pero creo que te vendrán bien dos días en Atenas.

 – ¿Quieres decir que podemos hacer turismo antes de sumergirnos en el trabajo?

 – Exacto. Había pensado que considerases los dos próximos días como un tiempo de recopilación de información. Queremos que las instalaciones reflejen el ambiente de la isla, pero también la cultura griega.

 – ¿Ambiente? Pensaba que era una isla privada. Vacía.

 – La familia alquilaba la tierra para pequeñas casitas de pescadores y para algunas granjas, así tenían productos de la huerta y olivares.

 – Oh, eso es perfecto para lo que queréis hacer.

 – Eso he pensado yo – le gustaba lo en sintonía que estaban.

 – Me alegro de tener algo de tiempo para conocer la zona. Me gusta que mis diseños reflejen lo positivo de las características locales.

 – Lo sé y estoy seguro de que ya has investigado mucho sobre cultura griega.


Ya lo había hecho cuando se habían conocido para, como le había explicado Jae, poder entender mejor a Yoochun y a él. No sabía si eso lo había ayudado mucho, Yoochun y él habían salido de Grecia muchos años antes. Pero no podía negar que Jaejoong lo había captado de un modo como no había hecho nadie. Y la reforma de sus oficinas había sido perfecta.

 – Nada puede reemplazar la experiencia personal sobre el terreno.

 – Cierto – se apoyó en él y sonrió – , pero no sabía que tendría el lujo de hacerlo – lo miró y él se encogió de hombros – . No te creas que soy tan ingenuo de pensar que tú no tienes tu propia agenda. Una que incluye montones de tiempo entre las sábanas. Eres un manipulador, ¿lo sabías?

 – ¿Es eso algo malo?

 – ¿En este caso? No, definitivamente no.


Eso era algo que apreciaba mucho de él. Kim Jaejoong era una joya entre los jóvenes, un diamante que no requería el pulido de una relación para brillar. A diferencia del silencioso Junsu de Yoochun, Jaejoong no se hacía ilusiones de romances o de amor. Disfrutaba de su cuerpo como él el de Jae. Nada de laberintos sentimentales. Porque, a diferencia de Yoochun, él no tenía amor que dar.


 – Vamos a recoger tu maleta y después al hotel. Es un spa.

 – ¿Espiando a la competencia?

 – Por supuesto – cedió al deseo y la besó.

 – Sólo que en la ciudad – le brillaban los ojos por el beso – por lo que no puede esperar ofrecer lo que ofrecerá la isla de Park y Jung.

 – No tendría sentido hacer algo nuevo si no podemos ofrecer algo que nadie ofrece.


La azul mirada de Jae se detuvo en sus labios unos segundos, después parpadeó y pareció comprender lo que había dicho.


 – Superando siempre lo esperado.

– ¿Y tú no?

 – Eh, hay más de una razón por la que somos buenos amigos.

 – Más que esto, dirás – se frotó contra él.

– Eres peligroso – dio un paso atrás y miró en dirección de lo que su chaqueta ocultaba a otras miradas  Creo que es urgente que lleguemos al hotel.

 – ¿Estás cansado? ¿Tienes que meterte en la cama?

 – Trae mi maleta, Yunho – dijo con una mirada que decía que él deseaba lo mismo.

 – Encantado, agapimenos.

 – No empieces con el griego a menos que quieras que arda aquí mismo – advirtió Jae.

 – Me gusta vivir al límite.


Miró a la cinta del equipaje y él se volvió y empezó a buscar la maleta con estampado de cebra que le había regalado para que no se pareciera a las demás. Sólo había llevado la maleta mediana y la de mano, así que en unos minutos estaban fuera del aeropuerto en un coche alquilado.


 – Me gusta... definitivamente supera al Mercedes – dijo Jae, acariciando el cuero.

 – No hables mal de mi coche. Tiene asientos con calefacción y son muy útiles en los inviernos de Seattle. Además un descapotable no sería muy lógico en aquel clima – pero se alegró de que le gustara el coche, quería mimarlo, ya que Jae no se mimaba nunca.

 – Bueno – acarició el techo  ¿Vas a hacerlo descapotable?

 – Claro – pulsó un botón y el techo desapareció.


Arrancó y salieron del aparcamiento. Cruzaron Atenas en dirección al hotel conduciendo con soltura al modo de allí. Jaejoong echó la cabeza hacia atrás y rió a carcajadas.


 – Oh, me gusta esto. ¿De verdad tenemos dos días para nosotros

 – Así es.

 – Gracias, Yunho – le acarició una pierna.


El placer por la caricia y la gratitud que notó en su voz lo inundó. Con un joven  independiente como él había sido un riesgo programar unas vacaciones sin consultarlo con Jae. Aunque lo llamase investigación.

 – ¿Para qué están los amigos?

 – ¿Es eso lo que somos, sólo amigos? – preguntó sin parecer especialmente preocupado.


Así que no le entró el pánico.


 – En mi mundo no hay nada por encima de la auténtica amistad.

 – Lo comprendo. Todos mis así llamados amigos, me abandonaron cuando dejé a Hyunjoong. Me di cuenta entonces de que sólo los movía el interés.

 – ¿Aunque él te engañara? – preguntó disgustado.

 – Hyunjoong no era el único que creía en ese viejo dicho que siempre tenía en la boca.

 – ¿Cuál?

 – Que todos los hombres son infieles. Pero yo no iba a seguir casado con un hombre que pensaba que la infidelidad era tan inevitable como las mareas.

 – Sabes que yo pienso que tomaste la decisión adecuada divorciándote de ese canalla.

 – Yo también, pero por desgracia, ese canalla dirige una de las más exitosas firmas de diseño de Nueva York.

 – De ahí que te mudaras a Seattle.

 – Exacto. No había sitio para los dos en la Gran Manzana – sonrió triste.


El mal nacido con el que había estado casado había hecho todo lo posible por sacarlo del mundo del diseño. Yunho le había devuelto el favor y Très Bon ya no tenía la posición de prestigio que ocupaba antes. La palabra de Kim Hyunjoong podía mover las aguas de la ciudad, pero Jung Yunho mandaba olas lo bastante grandes para llegar a la comunidad internacional.
El desgraciado que había hecho todo lo posible por hundir a Jaejoong, estaba en la cuesta abajo de la loma de los negocios. Hyunjoong sólo se daría cuenta de que estaba en un cenagal cuando llegara al fondo. Yunho no se lo había dicho nunca, por supuesto. Jae no había estado expuesta a su vena despiadada y no había razón para que eso cambiara.


 – Bueno, me alegro de que vinieras a Seattle – dijo él.

 – Yo también – se quitó la chaqueta dejando a la vista una camiseta de seda que permitía ver sus pezones – Tengo un círculo de amigos mucho mejor.

 – ¿Alguno más que yo? – dijo casi conmocionado al ver los pezones dibujarse en la fina tela.


Se obligó a concentrarse en el endiablado tráfico de Atenas para no tener que fantasear con su cuerpo en una cama de hospital. Tampoco podía soportar pensar en ponerla a él en peligro.


 – No seas listo – le dio una palmada en la pierna – Tengo más amigos.

 – Dime uno.

 – Brandi.

 – Es tu asistente.

 – Tengo amigos – insistió – Hay una razón por la que no estoy disponible todas las noches.


Algo que en el fondo no le gustaba, pero dejó pasar el tema.

Normalmente Jaejoong se daba cuenta hasta del más mínimo detalle de sus alrededores, siempre a la búsqueda de algo que incluir en sus diseños. Sin embargo, apenas notó los tonos tierra ultramodernos y sencillos del lujoso spa que había elegido Yunho. Estaba demasiado ocupado en las facciones de él, tenía hambre de verlo, saborearlo, sentirlo.

El último mes y medio había sido más duro que ninguna otra separación. Al menos para él. Quizá también para Yunho, si el número de llamadas tenía algo que ver. Habían pasado periodos separados, pero no tan largos desde que habían empezado a mantener relaciones sexuales con regularidad seis meses atrás. Aun así no era como si fueran una pareja. Eran amigos, que también eran pareja sexual informal. Al menos eso era lo que se había repetido desde que había sobrepasado ese límite hacía nueve meses.

Esa primera vez había pensado que sería la única, algo para aliviar la tensión sexual que había ido creciendo entre ellos. Se había equivocado.

No habían vuelto a pasar a lo físico hasta tres meses después, pero desde ese momento tenían encuentros sexuales varias veces a la semana. Cuando él había vuelto a decirle que veía el sexo simplemente como una actividad física para liberar estrés, Jae se había dicho a sí mismo que no estaba listo para una relación de compromiso y que las cosas estaban muy bien así. Hyunjoong había minado realmente su capacidad para confiar y tenía un negocio que poner en marcha. No tenía tiempo para una relación a tiempo completo.

El único problema era que ya no sabía si se creía su propia retórica. Su optimismo natural hacía todo lo posible para superar su doloroso aprendizaje sobre cómo eran los hombres, pero que tuviera ese diálogo interior decía mucho de cómo estaban las cosas, pensó.

Había tenido mucho cuidado de no pedir a Yunho promesas que podría quebrantar, o hacer compromisos para los que no estaba preparado.

Pero en las últimas seis semanas se había dado cuenta de que los sentimientos no se acallaban con acuerdos, verbales o de otra clase. Rechazar el compromiso no hacía que su corazón dejara de anhelar la seguridad que eso significaba. Tampoco evitaba que viviera como si lo hubiera hecho.

Había echado de menos a Yunho más de lo que pensaba que fuera posible y en ese momento lo que más deseaba era abrazarlo y empaparse de su esencia.

Él parecía desear lo mismo. No había dejado de tocarlo desde el aeropuerto. Había apoyado la mano en su pierna mientras no cambiaba de marcha y lo había llevado de la cintura todo el camino hasta la habitación.


 – Ya estamos – abrió la puerta con una reverencia.


La suite reflejaba la decoración minimalista del vestíbulo, pero su espacio hablaba de lujo.


 – Esto es más grande que mi apartamento.

 – Mi armario es más grande que tu piso – dijo poco impresionado.


Sonrió por la verdad de esas palabras.

Por lo excitado que había notado que estaba cuando lo había abrazado en el aeropuerto, había esperado que lo poseyera contra la puerta con un mínimo de preliminares. Pero eso no sucedió.

Dejó sus maletas a un lado y después lo tomó en sus brazos de un modo que lo hizo sentirse más querido que sólo deseado. Desechó rápidamente esa idea.


 – ¿Qué vas a hacer?

 – Malcriarte un poco más.

 – ¿Sí? Podría acostumbrarme a esto – bromeó Jae.

No se preocupó de responder, pero no pareció molesto con la perspectiva. Algo nada bueno para los extraños sentimientos por los que Jae había pasado antes. Pero una cosa que podía decir de Yunho era que, ni como jefe ni como compañero de cama, escatimaba en nada.

A pesar de su evidente deseo, en lugar de mostrarse impaciente, lo dejó suavemente en la gran cama y pareció decidido a reencontrarse con cada faceta de su cuerpo. Lo volvió loco con su reticencia mientras le preguntaba por todo lo que había pasado desde que no se veían.

Después de que le preguntara otra ver por su experiencia en el Medio Oeste, se echó a reír.

 – Yunho, hemos hablado casi a diario. No sé qué no he podido contarte.

 – Era sólo curiosidad – casi se ruborizó ligeramente.

 – Sabes lo que hago en el trabajo. Lo he hecho para tu empresa con frecuencia.

 – ¿Te gusta el Medio Oeste más que Seattle? – preguntó curioso.

 – ¿Estás de broma?


Su expresión le dijo claramente que no lo estaba.


 – Me encanta Seattle. La energía de esa ciudad es asombrosa – y él estaba allí.

 – Está bien saberlo.


De pronto todas sus preguntas tuvieron sentido.

 – Ya lo sabías.




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Continuara \\(^_^)//...

Niñ@s un comentario no les cuesta nada….

Gracias…
 

14 comentarios :

  1. Pobre Yunho.....pobre Yoochun....llevaron una vida bastante fuerte en su infancia :( ....... Y pobre Jae u.u lo bueno es q tienes las cosas claras (?) ... O al menos ellos piensan asi. Porq de hecho hay algo mas q amistad y sexo para liberar strees y por atraccion. Muchas gracias! Pdta: Solo por momentos me figuro a Jae con falda y pecho voluminoso, es por el termino femenino q hay por ahi. Pero por lo demas me gusta :) Besos :-*

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  2. Jaejoong estuvo casado con hyun joong o.o pero que bueno q se divorcio y me alegra q yunho le este echando abajo sus negocios. Eso le pasa por odioso y molestar a jae.yunho como q empieza a querer a jaejoong por eso saboteo a hyun pero el no sabe como demostrar su cariño y jae por otro lado tambien quiere darse un tiempo y no confia asi nomas en los demas. Ambos necesitan tiempo.gracias por el cap amiga.

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  3. Jae no confia en las personas por lo que paso con hyun joong y el desgraciado quiso hundirlo pero Yunho lo hundió a el,los 2 se gustan aunque no lo admitan

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  4. Una relacion son compromiso se nota que ellos tienen mas que quimica quien se dara cuenta primero? Los dos parecen muy tercos para el amor. Esta muy interesante la historia

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  5. Hyun Joong se perdio mucho... Jae es perfecto y merece ser feliz y formar una familia con alguien que lo ame de verdad .... y ese es Yunho ^^

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  6. Por KHJ no cree en la relación de pareja y tanto Jae como Yunho se engañan pensando en que eso es asi, y creo que ya estan enamorados.

    Gracias!!!

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  7. Oooooh! ambos ya están enamorados y se engañan a si mismos... Lo mantienen oculto por todo lo que pasaron... Menos mal Yunho le dio su merecido al desgraciado de Hyunjoong...
    ashjbhjdsfbjhdfbhb Ya quiero ver lo que pasara con estos dos >///<

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  8. Ambos sienten algo más que amistad pero no se dan cuenta o bien podría decirse que no lo quieren aceptar.

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  9. waa se renota que se aman ..Jae lo tiene mas claro que Yunho ..pero despues de todo ambos sufrieron tanto con el amor ahhh....gracias^^..y a seguir leshendo :3

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  10. waa se renota que se aman ..Jae lo tiene mas claro que Yunho ..pero despues de todo ambos sufrieron tanto con el amor ahhh....gracias^^..y a seguir leshendo :3

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  11. bien Yunho apoyando a su hombre y a darle en la torre a ese ex de Jae que lo quiso fuera del negocio y de su vida de lo que se perdió pero el suertudo fue Yunho por que el lo tiene y lo quiere
    Gracias

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  12. Que sorpresa que Jae haya estado casado y ahora felizmente divorciado ^^ .
    Yoochun se caso con Junsu que tiernos hacen bonita pareja...
    Yunho si quiere mucho a Jae solo que no se da cuenta X3 pero ya reaccionará...

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  13. Que se puede hacer Jaejoong se enamoro pero Yunho terco diciendo que solo es para relájese claro sexualmente aish porque es tan ciego uno que dice eso no se comportara así preguntándole todo y claro preocupándome también tsk porque serás tan ciego Yunho XD

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  14. Toda esa negación por no sentir ni permitir que el otro se atreva a sentir no le va a resultar a Yunho...estoy feliz de que aquí si voy a tener Yoosu y ojala y en el trayecto se revelen detalles de como se conocieron los cuatro y porsupuesto, como fue que el Yoosu se enamoró. Que Yunho tenga tantas consideraciones y detalles con Jae ya debía serle extraño... incluso va a undir a HyunJoong por haber lastimado a su "amigo".

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