El Acuerdo. Cap 26

Era la segunda en toda su vida que Yunho se sentía tan asustado e impotente y sin embargo no podía hacer nada al respecto. Mientras caminaba lo más rápidamente que podía detrás de Chaerin con Jaejoong en brazos y trataba de mover a su esposo lo menos posible, Yunho se sentía como si se estuviera ahogando. Ver la expresión de dolor en el hermoso rostro del rubio y no poder hacer nada más que mirarlo era una sensación incluso más horrible que estar separado de él por el sol.

- Jaejoong… lo siento… Jae… Boo, vas a estar bien…

Sin darse cuenta, el vampiro empezó a murmurar palabras para intentar calmar al rubio queriendo hacer lo que fuera para ayudarlo a soportar un poco el dolor que el muchacho estaba sintiendo. De repente, las hermanas de Jaejoong entraron en su rango de visión y con sonrisas cálidas y manos gentiles, lo instaron a que bajara a Jaejoong en el pasto. El vampiro dudó unos momentos, preguntándose si no sería mejor llevar a su esposo a un hospital en su ciudad donde sería atendido por expertos, pero inmediatamente descartó la idea. Esta era la familia de su esposo y si de algo estaba seguro era de que ellas no harían nada que pudiera dañar al rubio. Así que lo deposito lo más delicadamente que pudo donde sus hermanas políticas le dijeron y las miró completamente perdido.

- ¿Qué hago? Díganme que hago…

La noona más grande le sonrió a Yunho con ternura y le apretó el hombro.

- Solo toma su mano y deja que nosotros nos encarguemos. No es la  primera vez que hacemos esto, todo estará bien.

Yunho asintió con la cabeza sin decir palabra y se movió para acomodarse al costado de su esposo. El vampiro tomó la mano del pálido muchacho y se la llevó a los labios para besar cálidamente sus nudillos. Jaejoong lo miró y trató de sonreír para asegurarle a su esposo que estaba bien, pero a los ojos de Yunho era más una mueca de dolor.

Chaerin se acomodó cerca de la cabeza del rubio y puso sus manos a los lados de las cienes del muchacho, en cuanto sus manos comenzaron a brillar, la expresión de dolor se borró del rostro de Jae y sus ojos se cerraron lentamente, como si estuviera entrando en una especie de sueño profundo. El vampiro supuso que la mujer estaba adormeciendo el dolor que su esposo sentía y su conciencia también. Mientras la rubia se ocupaba del dolor de su hijo, sus hermanas se acomodaban alrededor de Jaejoong en una especie de semi-circulo y extendían sus manos hacia el vientre hinchado del muchacho, sosteniéndolas justo sobre él pero sin hacer contacto con el cuerpo del muchacho. Yunho observó extrañado como todas cerraban los ojos como si estuvieran concentrándose y casi al mismo tiempo todas las manos comenzaron a bañar el vientre con una cálida luz blanca. El vampiro no tenía idea de que era lo que estaban haciendo, porque hasta el momento no había visto nada parecido al procedimiento normal de un parto de vampiros, y no es que él hubiera asistido a uno, pero sabía del proceso y ese no se asemejaba en lo absoluto. Completamente confundido, el moreno se limitó a sostener la mano de su esposo firmemente. 

Después de unos momentos en los que las mujeres permanecieron en la misma postura sin moverse en lo absoluto, Yunho comenzó a preocuparse de que algo malo estuviera pasando porque seguramente algo tendría que haber sucedido ya… pero entonces el vientre de su esposo se llenó de la misma luz que tenían las manos de las mujeres. Con la boca abierta el vampiro vio como una forma pequeña comenzaba a emerger de su esposo lentamente, como si el niño fuera incorpóreo y hubiera podido atravesar el cuerpo del salcor sin necesidad de ningún cuchillo en el proceso. Con las manos aun brillando, Soojeong tomó al niño y cuando la luz se extinguió Yunho vio a un bebe recién nacido llorando en su lugar. Un perfecto bebé varón con una maraña de cabello castaño. Yunho miró fascinado como el niño apretaba los puñitos y gritaba como si estuviera enojado de haber sido separado de su umma. Y tan enfocado en mirar a su nuevo hijo estaba, que casi ni se dio cuenta cuando otro pequeño cuerpo luminoso comenzó a salir de su rubio. Yuri, otra de las hermanas de Jaejoong, tomó al pequeño bulto luminoso y lo acuno contra su pecho. Yunho y Jaejoong acababan de convertirse en padres de dos niños. El vampiro bajo la mirada para encontrarse con que Jaejoong abría los ojos lentamente ya que las manos de Chaerin se habían alejado de sus cienes. El rubio miró a Yunho confundido unos momentos y luego extendió la otra mano en su dirección, mano que el vampiro se apresuró a tomar entre las suyas y besar con reverencia.

- Yunnie…

- ¿Cómo te sientes, Jae? – preguntó Yunho acercándose para poder besar la frente del confundido muchacho.

- Raro… vacío… ¿los bebes? – preguntó Jae comenzando a buscar con la mirada

- Tus hermanas los tienen. Son dos niños. Dos varones…

Mientras Yunho sonreía lleno de felicidad a su esposo, Yuri y Soojeong se acercaron con ambos niños en brazos. Ambos se veían perfectos y sanos y el castaño se sintió tan lleno de alegría como de miedo se había sentido hace apenas una media hora atrás. Los nuevos padres tomaron a sus bebes en brazos y sonrieron como dos tontos a los pequeños. Los gemelos estaban tan desnudos como todos los salcor en el claro, que de a poco se acercaban para conocer a los niños mestizos, felicitando a los nuevos padres y palmeándole al vampiro la espalda.

Yunho sostenía al bebe que había nacido primero, mientras que Jaejoong al hermano menor, pero mientras que el niño en los brazos de Yunho parecía estar completamente contento apretado contra el pecho del vampiro escuchando el latir del corazón de su padre, el niño que sostenía su esposo lloraba lastimeramente sacudiendo sus manitas cerradas en puñitos. El vampiro se preocupó al instante por el bebé y buscó con la mirada a Chaerin.

- ¿Es normal que llore así?

La mujer no le respondió inmediatamente, sino que se acercó a Jaejoong que parecía estar tan preocupado como Yunho y tocó la mejilla del niño con mimo. Después estiró la mano para tocar la mejilla del bebé en brazos de Yunho y frunció el ceño.

- El mayor está tibio al tacto, pero el menor parece… tener frio… -  respondió finalmente la mujer con el ceño fruncido.

Yunho bajó la mirada hacia el pequeño bebé que Jae apretaba contra su pecho y se dio cuenta que tenía la piel de gallina. Bajando la mirada hacia el bebé que tenía entre sus brazos, comprobó que efectivamente el hermano mayor estaba perfectamente cálido y cómodo.

- Yuri noona, sostenlo por favor – pidió Yunho pasándole el niño a su hermana política.

En cuanto la mujer tuvo al bebé recién nacido acomodado cómodamente contra su pecho, Yunho procedió a deshacerse de su capa roja y se acercó con ella a Jae y su maknae. El vampiro tomó al pequeño niño de los brazos de su esposo y lo envolvió cuidadosamente con la capa antes de devolvérselo a Jaejoong. Después ayudó al rubio a sentarse y se deslizó detrás de él hasta tener al rubio acomodado contra su pecho. Ambos observaron con aprensión como lentamente el recién nacido dejaba de llorar y se sumía en un profundo sueño al sentirse cálido por fin. Yunho sonrió complacido de que el pequeño no tenía nada que él no pudiera arreglar. Jaejoong parecía mucho más aliviado y contento una vez que el niño se calmó y le dedicó al vampiro una sonrisa radiante. Yunho no pudo evitar robar un beso de los seductores labios de su esposo.

- Parece que el mayor puede regular su temperatura como un salcor, pero el menor no. – comentó Chaerin acariciando la carita de su nieto mayor.

- Hara dijo que tendrían características de ambas razas y que serían diferentes. – respondió Yunho

El padre de Jaejoong llegó seguido de Junsu y Yoochun y procedieron de inmediato a tomar a los bebés para llenarlos de besos y mimos. Los orgullosos padres observaron llenos de felicidad como sus dos retoños pasaban por las manos de todas sus tías, primos, abuelos, tíos y amigos, todos ellos llenando a los niños de caricias y hablándoles en ese dialecto reservado solo para los bebés.

- ¿Y cómo se llaman? – preguntó Ji sub, el padre de Jaejoong.

- Yo no tengo idea… ¿Tu pensaste algo, Boo? – preguntó Yunho acariciando el cabello rubio.

Jaejoong pareció dudar unos momentos y luego asintió.

- Estaba pensando que el mayor se podría llamar Changmin… como el guerrero legendario del que leí en los libros de historia de tu gente. Es que como es el mayor, el será el siguiente en línea y me  gustaría creer que el nombre lo ayudará a ser igual de fuerte e igual de admirado…

Yunho de verdad se sentía demasiado enamorado y demasiado feliz para que fuera real. Todavía había veces en las que sentía que Jaejoong era demasiado perfecto para ser real y que se despertaría con solo recuerdos del hermoso rostro de su esposo. Que hubiera puesto tanta consideración hacia una cultura que le era ajena solamente para hacerlo feliz a él, hacía que Yunho se sintiera  nada merecedor de su esposo. Y mientras el moreno giraba el rostro de su esposo hacia si para poder besarlo, Yunho se juró que el aprendería la historia de los salcor con tanto cuidado como Jaejoong se había aprendido la suya.

- Me parece perfecto, Boo… Changmin será. ¿Y su hermano? ¿Tienes un  nombre para él? – preguntó el vampiro sonriendo como un idiota.

Jaejoong tomó entre sus manos la mano con la que Yunho le acariciaba el rostro y la mantuvo justo donde estaba.

- Pues… nosotros tenemos nuestros propios héroes y uno de ellos rescató a toda una colonia de salcor de morir cuando un volcán entró  en erupción cerca de ellos. Sus poderes eran tan grandes que logró calmar el volcán y hacer que volviera a dormir… se llamaba Moonbin. Y los ancianos dicen que era poderoso pero bondadoso y humilde.  Quiero eso para nuestros niños…

- Te amo, Boo… - Yunho no pudo responder con otra cosa más que con la pura verdad de lo que estaba sintiendo.

Con esos nombres, Jaejoong había unido su propia cultura y la de Yunho de una sola vez. Había respetado las creencias y los valores del vampiro manteniendo los propios y había reafirmado que sus hijos eran una unión de ambas especies.  Yunho jamás habría pensado tan detenidamente en los nombres de los niños, así que estaba más que contento de que su rubio lo hubiera hecho.

- Y yo a ti… - respondió el salcor acurrucándose contra su vampiro, sintiéndose extrañamente avergonzado por la forma en la que el moreno lo estaba mirando.

Chaerin que sostenía a Changmin, sonrió al amoroso par.

- Jung Changmin y Jung Moonbin… Nombres demasiado grandes para niños tan pequeños. Mejor Minnie y Binnie…

- ¡Oh! ¡Rima! – exclamó Yuri

Los pequeños príncipes no parecieron molestarse por el sonido de las carcajadas de los adultos porque no despertaron del profundo sueño en el que se habían sumido.

>>> ♥ <<<

Yunho terminó la conversación telefónica con su madre y volvió lo más silenciosamente que pudo al lado de su esposo. Cuando la Iirie de los salcor le recordó que el sol estaba a punto de elevarse en el cielo, Yunho le pidió a la mujer que lo llevaran a algún lugar donde el sol no lo alcanzaría, ya que justamente en ese momento el castaño no se sentía con la fuerza suficiente para dejar a su esposo y a sus niños e irse. Con la ayuda de su familia política, Yunho se había transportado con su esposo a una cueva natural en el territorio de los salcor, lo suficientemente profunda como para que el sol no se colara en ningún momento del día. Los bebés se les habían unido después de que una salcor que había dado a luz hace poco tiempo los había alimentado. Jaejoong le explicó que el hecho de que hubiera salcor hombre se debía a una maldición que afrodita había dejado caer sobre ellos por un comentario hecho en su presencia. Para hacer la historia corta, el rubio le había dicho que si bien los hombres podían concebir, no eran capaces de producir el alimento que los bebés requerían y las mujeres con destinadas mujeres no podían tener niños en lo absoluto. Yunho podía ver que Jae estaba triste de no poder proveer para sus niños, así que este simplemente le aseguró que cuando volvieran ellos tomarían un mezcla de leche especial que estaba hecha para bebés y que crecerían sanos de todas formas.

Después de contarle a su madre lo que había sucedido y de avisarle que se quedaría con Jaejoong, el vampiro se acostó en el suelo junto a sus dos hijos que dormían cómodamente en la capa roja, llenos y siendo vigilados por Jaejoong, que los miraba detenidamente  recostado de lado. Yunho se puso en la misma posición y sus miradas se encontraron. Jaejoong sonrió contento y extendió la mano por encima de los recién nacidos para tomar la mano de Yunho.

- No puedo creer que ya están aquí con nosotros…

- Ni yo, Boo. Son tan hermosos como tú dijiste que serían y no sé cómo agradecerte por todo lo que me das.  

Yunho besó tiernamente cada uno de los dedos del rubio para después seguir por la palma y el dorso de su mano. Jaejoong rió contento y algo avergonzado por lo cursi que era el vampiro.

- ¿Ahora puedo volver a casa? – preguntó fingiendo un puchero.

El vampiro se carcajeo y asintió una sola vez.

- En cuanto tu madre diga que estás listo para usar magia, y en cuanto haya hablado con la gente para contarles lo que haremos, levantaremos la barrera y volverás a mi lado…

Jaejoong hizo caras de desagrado que provocaron la risa del moreno.

- Voy a tener que esperar de todas formas…

Yunho se levantó y rodeó a los niños que dormían plácidamente y se acomodó detrás de su esposo, convirtiéndose en la cuchara grande y Jaejoong en la cuchara pequeña.

- No te molestes, Boo. Sabes que lo que hago, lo hago únicamente pensando en tu bien estar y el de Changmin y Moonbin. Quiero que tú y ellos vivan lejos del peligro y llenos de felicidad. Solo tienes que esperar unos días más y volveremos a estar juntos para siempre…

- ¿Lo prometes? – preguntó Jae levantando la mano con el meñique alzado.

Yunho sonrió y entrelazo su propio meñique con el de Jaejoong.

- Te lo prometo, Boo. No hay nada en este mundo que quiera más que tenerte junto a mí.

- De acuerdo… esperaré. Pero solo porque yo también quiero que Minnie y Binnie crezcan a salvo.

Ambos le dedicaron a los bebés durmientes una mirada llena de amor y se acurrucaron aún más cerca el uno del otro.

- Tienes que dormir, Yunnie. Fue un día muy largo para ti hoy y quiero que mañana te encargues de decirles a los vampiros lo de la barrera para que yo pueda volver lo antes posible a casa.

- Si, su majestad. Como diga usted… - murmuró el vampiro contra la  espalda de su esposo.

Jaejoong codeó al moreno en las costillas y ambos rieron llenos de felicidad.

- Boo… ¿Dije que te amo? – murmuró Yunho ya medio dormido

- Si… Te amo, mi Yunnie – susurró el rubio.

Y unos minutos más tarde ambos estaban dormidos.

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Continuara \\(^_^)//...

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