Kim Jaejoong alzó
la cabeza al escuchar la pregunta en una aguda voz infantil. La criatura de
pelo negro, que no tendría más de cinco años, miraba al auxiliar de vuelo con
gran interés.
– No tiene aún muy claro
que no todos los aviones son de guerra – dijo su madre con
un punto de vergüenza – . Su abuelo lo
llevó a un museo de aviación y se quedó enamorado del B-52.
Se volvió hacia
su hijo y se lo explicó de un modo que dejaba claro que no era la primera vez
que iba en avión a visitar a sus abuelos. El chico no pareció muy convencido
hasta que el auxiliar confirmó lo que le había dicho su madre. Pareció
decepcionado y Jaejoong tuvo que reprimir la risa.
No hacía mucho
tiempo que su más profundas esperanzas incluían estar en la exasperante
posición de esa madre. Esos sueños habían muerto al tiempo que su matrimonio y
lo había aceptado, pero aún sentía una punzada en el corazón en momentos así.
Soñar con hijos
no tenía sentido en su actual situación. Se recostó en el asiento y se
concentró en el zumbido del avión para tranquilizarse. No funcionó. A pesar de
sus grandes esfuerzos, su corazón latía cada vez más deprisa anticipando el
aterrizaje en Atenas. No podía dejar de mirar por la ventanilla.
Durante horas
habían atravesado un manto de nubes con algún claro ocasional que les había
permitido ver los Alpes. Había pasado ya tiempo y sabía que debían de estar
casi llegando a Atenas. Quedaba menos de una hora para verlo. A Jung Yunho. Su
jefe y compañero de cama.
Estaba más que
ligeramente entusiasmado por verlo en su lugar de nacimiento. Además, ¿quién
podía no querer visitar el paraíso?
Porque ahí era
donde se dirigían después, una isla griega que en tiempos había sido el lugar
de vacaciones de una familia fabulosamente rica. El patriarca de la familia la
había vendido a la corporación Park & Jung. Yunho y Yoochun pensaban
convertirla en un centro de spa con todos los lujos. Y le habían dado a él el
contrato completo del diseño de interiores.
Estaba más que
emocionado porque se hubiera contado con él desde el principio en un proyecto
de ese tamaño. Sería un empujón para su negocio, al mismo tiempo que una
satisfacción personal en el plano creativo. Aun así, su anticipación era
fundamentalmente por el hombre que lo esperaba allí. Había pasado las últimas
seis semanas echándolo de menos con una intensidad que le había dado miedo. No
debería depender emocionalmente tanto de un hombre que era sólo una especie de
amante. Tenían una relación sexual, pero no romántica. Sólo eran compañeros de
cama. Debería haber sido sencillo. Así él habría sabido cómo manejar la
relación. Pero también eran amigos. Buenos amigos. La clase de amigos que se
veían una vez a la semana antes de dar rienda suelta a su pasión.
Esos contactos se
incrementaban cuando estaban en la misma ciudad. Y para complicar más las cosas,
encima era su jefe.
Bueno, una
especie de jefe. Su empresa había contratado a su firma de diseño para varios
proyectos en los últimos dos años, pero ese proyecto era de lejos el más
grande. Él sería ya su jefe si él hubiera aceptado. Le había ofrecido un
contrato con unas ventajas que habían sido difíciles de rechazar, pero él no
quería trabajar para nadie. Otra vez no. No después de haber perdido a su
marido y su empleo de un golpe sólo seis meses antes de conseguir el primer
contrato con la empresa de Yunho. Entonces se había hecho la promesa de no
volver a ser tan vulnerable.
Había pensado que
casarse con Kim Hyunjoong le daría la estabilidad que anhelaba y esa familia
con la que soñaba. Había sucedido exactamente lo contrario. Hyunjoong había
triturado sus sentimientos antes de hacer pedazos su vida. No volvería a pasar
por algo así jamás.
Ni siquiera por Yunho.
Y no porque el magnate griego le hubiera pedido el matrimonio, ni siquiera un
compromiso. Simplemente un trabajo asalariado. Eso era todo.
Si quería algo
más, desde luego no lo iba a decir. Además hasta las últimas semanas de
separación ni siquiera se lo había reconocido a sí misma. Decírselo a él no era
una carta que pensase jugar. No cuando eso seguramente supondría el fin de su
amistad con sexo. Y seguramente también de su amistad.
>>> ♥ <<<
Yunho esperaba a Jaejoong
cerca de la cinta de equipajes. No lo había visto en seis semanas. Había estado
trabajando en el Medio Oeste y sabía que, si no le hubiera ofrecido el trabajo
de Grecia no lo habría visto en otros dos meses o más.
No era que no
fuera el mejor diseñador de interiores para ese trabajo, pero ese proyecto era
lo más grande que había hecho hasta entonces. Sabía que podía hacerlo. Y
tampoco tenía que dar explicaciones a nadie por su decisión. Era una de las
ventajas de ser el jefe. La única persona que podría tener algo que decir, y
sólo porque trabajaban juntos en ese proyecto por primera vez en años, era su
mejor amigo y socio, Yoochun.
Pero ese hombre
estaba metido hasta el cuello en los preparativos de su boda, estaba tan
preocupado por todos los detalles, que Yunho estaba sorprendido porque no le
hubiera pedido que le diseñaran un edificio expresamente para su boda.
Un grupo de
pasajeros se acercó a la cinta y eso trajo de vuelta al presente a Yunho. Buscó
la preciosa cabeza rubia de Jaejoong entre la multitud. Allí estaba, mirando a
un niño pequeño que hablaba animadamente con su madre. El traje azul que
llevaba realzaba sus curvas de un modo delicioso, mientras al mismo tiempo
resultaba elegante. Aun así dudó que fuera de una marca de diseño.
El negocio de Jaejoong
aún se movía a un nivel que le permitía escasos lujos en ropa y un apartamento
poco más grande que un armario. Le había ofrecido un empleo que le hubiera
permitido tener un nivel de vida más alto, pero él lo había rechazado. Dos
veces. Ese hombre era testarudo. E independiente.
Se preguntó si
también rechazaría una excursión de compras por Atenas.
Jae alzó la vista
y sus miradas se encontraron. En sus labios se dibujó una bonita sonrisa. Esa
mirada lo golpeó como un puñetazo en el pecho.
Sintió que la
sonrisa que esbozaba era mucho más sincera que la mayoría de las que
normalmente fingía. No era que quisiera ocultar que se alegraba de verlo. Se
habían caído bien cuando la había contratado para reformar las oficinas
principales de Park & Jung un par de años atrás. Su amistad había ido
creciendo desde entonces. Añadirle un sexo fenomenal a su relación sólo la
había mejorado, al menos desde su punto de vista.
De hecho, Jaejoong
había sido la razón por la que había animado a Yoochun a desarrollar intereses
fuera de empresa, y a profundizar en su amistad con Kim Junsu, el famoso y
solitario pianista. La cosa había funcionado mejor para Yoochun de lo que podía
haber imaginado. Y estaba feliz por él, muy feliz. Sin embargo le resultaba
increíble, si era sincero. Yoochun enamorado. Sacudió la cabeza. Sexo y amistad
eran una cosa, el amor era mucho más.
Jaejoong alzó las
cejas y lo miró con gesto interrogativo.
– Nada – movió él los labios.
Cuando llegó a su
altura, lo abrazó. Sus suaves curvas eran tan agradables, que la excitación que
había experimentado desde que se había despertado esa mañana y había pensado
que lo vería ese día, subió unos cuantos grados.
– Parece que me has
echado de menos – dijo Jae con una risita sensual y el humor en
los ojos.
Aunque irritado
por parecer un adolescente sin experiencia, soltó una carcajada y dijo:
– Sí.
– ¿Cuándo tienes la
primera reunión con el arquitecto?
– Pasado mañana.
– Pero si me has dicho
que yo tenía que llegar hoy.
– Necesitas descansar.
– Levantar un negocio
siempre es agotador.
Se encogió de
hombros porque no podía disentir. Los primeros diez años en los que Yoochun y
él habían amasado su fortuna, había trabajado fines de semana y jornadas
interminables y no habían tenido una tarde libre. Después, las cosas habían
mejorado un poco, aunque siempre había mucho que hacer
Después de
conocer a Jaejoong había empezado a salir de la oficina a las seis en lugar de
a las ocho, pero seguía sin tomarse mucho tiempo libre. Él le había parecido
agotado la última vez que habían hablado por teléfono, y había decidido que se
tomara un descanso, de un modo u otro.
– Así es, pero creo que
te vendrán bien dos días en Atenas.
– ¿Quieres decir que
podemos hacer turismo antes de sumergirnos en el trabajo?
– Exacto. Había pensado
que considerases los dos próximos días como un tiempo de recopilación de
información. Queremos que las instalaciones reflejen el ambiente de la isla,
pero también la cultura griega.
– ¿Ambiente? Pensaba que
era una isla privada. Vacía.
– La familia alquilaba la
tierra para pequeñas casitas de pescadores y para algunas granjas, así tenían
productos de la huerta y olivares.
– Oh, eso es perfecto
para lo que queréis hacer.
– Eso he pensado yo – le gustaba lo en sintonía que estaban.
– Me alegro de tener algo
de tiempo para conocer la zona. Me gusta que mis diseños reflejen lo positivo
de las características locales.
– Lo sé y estoy seguro de
que ya has investigado mucho sobre cultura griega.
Ya lo había hecho
cuando se habían conocido para, como le había explicado Jae, poder entender
mejor a Yoochun y a él. No sabía si eso lo había ayudado mucho, Yoochun y él
habían salido de Grecia muchos años antes. Pero no podía negar que Jaejoong lo
había captado de un modo como no había hecho nadie. Y la reforma de sus
oficinas había sido perfecta.
– Nada puede reemplazar
la experiencia personal sobre el terreno.
– Cierto – se apoyó en él y sonrió – ,
pero no sabía que tendría el lujo de hacerlo – lo miró y él se encogió de
hombros – . No te creas que soy tan
ingenuo de pensar que tú no tienes tu propia agenda. Una que incluye montones
de tiempo entre las sábanas. Eres un manipulador, ¿lo sabías?
– ¿Es eso algo malo?
– ¿En este caso? No,
definitivamente no.
Eso era algo que
apreciaba mucho de él. Kim Jaejoong era una joya entre los jóvenes, un diamante
que no requería el pulido de una relación para brillar. A diferencia del
silencioso Junsu de Yoochun, Jaejoong no se hacía ilusiones de romances o de
amor. Disfrutaba de su cuerpo como él el de Jae. Nada de laberintos
sentimentales. Porque, a diferencia de Yoochun, él no tenía amor que dar.
– Vamos a recoger tu
maleta y después al hotel. Es un spa.
– ¿Espiando a la
competencia?
– Por supuesto – cedió al deseo y la besó.
– Sólo que en la ciudad – le brillaban los ojos por el beso – por lo que no puede esperar ofrecer lo que ofrecerá la isla de Park y
Jung.
– No tendría sentido
hacer algo nuevo si no podemos ofrecer algo que nadie ofrece.
La azul mirada de
Jae se detuvo en sus labios unos segundos, después parpadeó y pareció
comprender lo que había dicho.
– Superando siempre lo
esperado.
– ¿Y tú no?
– Eh, hay más de una
razón por la que somos buenos amigos.
– Más que esto, dirás – se frotó contra él.
– Eres peligroso – dio un paso
atrás y miró en dirección de lo que su chaqueta ocultaba a otras miradas – Creo que es urgente que lleguemos al hotel.
– ¿Estás cansado? ¿Tienes
que meterte en la cama?
– Trae mi maleta, Yunho – dijo con una mirada que decía que él deseaba lo mismo.
– Encantado, agapimenos.
– No empieces con el
griego a menos que quieras que arda aquí mismo – advirtió Jae.
– Me gusta vivir al
límite.
Miró a la cinta
del equipaje y él se volvió y empezó a buscar la maleta con estampado de cebra
que le había regalado para que no se pareciera a las demás. Sólo había llevado
la maleta mediana y la de mano, así que en unos minutos estaban fuera del
aeropuerto en un coche alquilado.
– Me gusta...
definitivamente supera al Mercedes – dijo Jae,
acariciando el cuero.
– No hables mal de mi
coche. Tiene asientos con calefacción y son muy útiles en los inviernos de
Seattle. Además un descapotable no sería muy lógico en aquel clima – pero se alegró de que le gustara el coche, quería mimarlo, ya
que Jae no se mimaba nunca.
– Bueno – acarició el techo – ¿Vas a hacerlo descapotable?
– Claro – pulsó un botón y el techo desapareció.
Arrancó y
salieron del aparcamiento. Cruzaron Atenas en dirección al hotel conduciendo
con soltura al modo de allí. Jaejoong echó la cabeza hacia atrás y rió a
carcajadas.
– Oh, me gusta esto. ¿De
verdad tenemos dos días para nosotros
– Así es.
– Gracias, Yunho – le acarició una pierna.
El placer por la
caricia y la gratitud que notó en su voz lo inundó. Con un joven independiente como él había sido un riesgo
programar unas vacaciones sin consultarlo con Jae. Aunque lo llamase
investigación.
– ¿Para qué están los
amigos?
– ¿Es eso lo que somos,
sólo amigos? – preguntó sin parecer especialmente
preocupado.
Así que no le
entró el pánico.
– En mi mundo no hay nada
por encima de la auténtica amistad.
– Lo comprendo. Todos mis
así llamados amigos, me abandonaron cuando dejé a Hyunjoong. Me di cuenta entonces
de que sólo los movía el interés.
– ¿Aunque él te engañara?
– preguntó disgustado.
– Hyunjoong no era el
único que creía en ese viejo dicho que siempre tenía en la boca.
– ¿Cuál?
– Que todos los hombres
son infieles. Pero yo no iba a seguir casado con un hombre que pensaba que la
infidelidad era tan inevitable como las mareas.
– Sabes que yo pienso que
tomaste la decisión adecuada divorciándote de ese canalla.
– Yo también, pero por
desgracia, ese canalla dirige una de las más exitosas firmas de diseño de Nueva
York.
– De ahí que te mudaras a
Seattle.
– Exacto. No había sitio
para los dos en la Gran Manzana – sonrió triste.
El mal nacido con
el que había estado casado había hecho todo lo posible por sacarlo del mundo
del diseño. Yunho le había devuelto el favor y Très Bon ya no tenía la posición
de prestigio que ocupaba antes. La palabra de Kim Hyunjoong podía mover las
aguas de la ciudad, pero Jung Yunho mandaba olas lo bastante grandes para
llegar a la comunidad internacional.
El desgraciado que
había hecho todo lo posible por hundir a Jaejoong, estaba en la cuesta abajo de
la loma de los negocios. Hyunjoong sólo se daría cuenta de que estaba en un
cenagal cuando llegara al fondo. Yunho no se lo había dicho nunca, por
supuesto. Jae no había estado expuesta a su vena despiadada y no había razón
para que eso cambiara.
– Bueno, me alegro de que
vinieras a Seattle – dijo él.
– Yo también – se quitó la chaqueta dejando a la vista una camiseta de seda
que permitía ver sus pezones – Tengo un
círculo de amigos mucho mejor.
– ¿Alguno más que yo? – dijo casi conmocionado al ver los pezones dibujarse en la fina
tela.
Se obligó a
concentrarse en el endiablado tráfico de Atenas para no tener que fantasear con
su cuerpo en una cama de hospital. Tampoco podía soportar pensar en ponerla a él
en peligro.
– No seas listo – le dio una palmada en la pierna – Tengo más amigos.
– Dime uno.
– Brandi.
– Es tu asistente.
– Tengo amigos – insistió – Hay una razón
por la que no estoy disponible todas las noches.
Algo que en el
fondo no le gustaba, pero dejó pasar el tema.
Normalmente Jaejoong
se daba cuenta hasta del más mínimo detalle de sus alrededores, siempre a la
búsqueda de algo que incluir en sus diseños. Sin embargo, apenas notó los tonos
tierra ultramodernos y sencillos del lujoso spa que había elegido Yunho. Estaba
demasiado ocupado en las facciones de él, tenía hambre de verlo, saborearlo,
sentirlo.
El último mes y
medio había sido más duro que ninguna otra separación. Al menos para él. Quizá
también para Yunho, si el número de llamadas tenía algo que ver. Habían pasado
periodos separados, pero no tan largos desde que habían empezado a mantener
relaciones sexuales con regularidad seis meses atrás. Aun así no era como si
fueran una pareja. Eran amigos, que también eran pareja sexual informal. Al
menos eso era lo que se había repetido desde que había sobrepasado ese límite
hacía nueve meses.
Esa primera vez
había pensado que sería la única, algo para aliviar la tensión sexual que había
ido creciendo entre ellos. Se había equivocado.
No habían vuelto
a pasar a lo físico hasta tres meses después, pero desde ese momento tenían
encuentros sexuales varias veces a la semana. Cuando él había vuelto a decirle
que veía el sexo simplemente como una actividad física para liberar estrés, Jae
se había dicho a sí mismo que no estaba listo para una relación de compromiso y
que las cosas estaban muy bien así. Hyunjoong había minado realmente su
capacidad para confiar y tenía un negocio que poner en marcha. No tenía tiempo
para una relación a tiempo completo.
El único problema
era que ya no sabía si se creía su propia retórica. Su optimismo natural hacía
todo lo posible para superar su doloroso aprendizaje sobre cómo eran los
hombres, pero que tuviera ese diálogo interior decía mucho de cómo estaban las
cosas, pensó.
Había tenido
mucho cuidado de no pedir a Yunho promesas que podría quebrantar, o hacer
compromisos para los que no estaba preparado.
Pero en las
últimas seis semanas se había dado cuenta de que los sentimientos no se
acallaban con acuerdos, verbales o de otra clase. Rechazar el compromiso no
hacía que su corazón dejara de anhelar la seguridad que eso significaba.
Tampoco evitaba que viviera como si lo hubiera hecho.
Había echado de
menos a Yunho más de lo que pensaba que fuera posible y en ese momento lo que
más deseaba era abrazarlo y empaparse de su esencia.
Él parecía desear
lo mismo. No había dejado de tocarlo desde el aeropuerto. Había apoyado la mano
en su pierna mientras no cambiaba de marcha y lo había llevado de la cintura
todo el camino hasta la habitación.
– Ya estamos – abrió la puerta con una reverencia.
La suite
reflejaba la decoración minimalista del vestíbulo, pero su espacio hablaba de
lujo.
– Esto es más grande que
mi apartamento.
– Mi armario es más
grande que tu piso – dijo poco impresionado.
Sonrió por la verdad de esas palabras.
Por lo excitado
que había notado que estaba cuando lo había abrazado en el aeropuerto, había
esperado que lo poseyera contra la puerta con un mínimo de preliminares. Pero
eso no sucedió.
Dejó sus maletas
a un lado y después lo tomó en sus brazos de un modo que lo hizo sentirse más
querido que sólo deseado. Desechó rápidamente esa idea.
– ¿Qué vas a hacer?
– Malcriarte un poco más.
– ¿Sí? Podría
acostumbrarme a esto – bromeó Jae.
No se preocupó de
responder, pero no pareció molesto con la perspectiva. Algo nada bueno para los
extraños sentimientos por los que Jae había pasado antes. Pero una cosa que
podía decir de Yunho era que, ni como jefe ni como compañero de cama,
escatimaba en nada.
A pesar de su
evidente deseo, en lugar de mostrarse impaciente, lo dejó suavemente en la gran
cama y pareció decidido a reencontrarse con cada faceta de su cuerpo. Lo volvió
loco con su reticencia mientras le preguntaba por todo lo que había pasado
desde que no se veían.
Después de que le
preguntara otra ver por su experiencia en el Medio Oeste, se echó a reír.
– Yunho, hemos hablado
casi a diario. No sé qué no he podido contarte.
– Era sólo curiosidad – casi se ruborizó ligeramente.
– Sabes lo que hago en el
trabajo. Lo he hecho para tu empresa con frecuencia.
– ¿Te gusta el Medio
Oeste más que Seattle? – preguntó curioso.
– ¿Estás de broma?
Su expresión le
dijo claramente que no lo estaba.
– Me encanta Seattle. La
energía de esa ciudad es asombrosa – y él estaba
allí.
– Está bien saberlo.
De pronto todas
sus preguntas tuvieron sentido.
Pobre Yunho.....pobre Yoochun....llevaron una vida bastante fuerte en su infancia :( ....... Y pobre Jae u.u lo bueno es q tienes las cosas claras (?) ... O al menos ellos piensan asi. Porq de hecho hay algo mas q amistad y sexo para liberar strees y por atraccion. Muchas gracias! Pdta: Solo por momentos me figuro a Jae con falda y pecho voluminoso, es por el termino femenino q hay por ahi. Pero por lo demas me gusta :) Besos :-*
ResponderEliminarJaejoong estuvo casado con hyun joong o.o pero que bueno q se divorcio y me alegra q yunho le este echando abajo sus negocios. Eso le pasa por odioso y molestar a jae.yunho como q empieza a querer a jaejoong por eso saboteo a hyun pero el no sabe como demostrar su cariño y jae por otro lado tambien quiere darse un tiempo y no confia asi nomas en los demas. Ambos necesitan tiempo.gracias por el cap amiga.
ResponderEliminarJae no confia en las personas por lo que paso con hyun joong y el desgraciado quiso hundirlo pero Yunho lo hundió a el,los 2 se gustan aunque no lo admitan
ResponderEliminarUna relacion son compromiso se nota que ellos tienen mas que quimica quien se dara cuenta primero? Los dos parecen muy tercos para el amor. Esta muy interesante la historia
ResponderEliminarHyun Joong se perdio mucho... Jae es perfecto y merece ser feliz y formar una familia con alguien que lo ame de verdad .... y ese es Yunho ^^
ResponderEliminarPor KHJ no cree en la relación de pareja y tanto Jae como Yunho se engañan pensando en que eso es asi, y creo que ya estan enamorados.
ResponderEliminarGracias!!!
Oooooh! ambos ya están enamorados y se engañan a si mismos... Lo mantienen oculto por todo lo que pasaron... Menos mal Yunho le dio su merecido al desgraciado de Hyunjoong...
ResponderEliminarashjbhjdsfbjhdfbhb Ya quiero ver lo que pasara con estos dos >///<
Ambos sienten algo más que amistad pero no se dan cuenta o bien podría decirse que no lo quieren aceptar.
ResponderEliminarwaa se renota que se aman ..Jae lo tiene mas claro que Yunho ..pero despues de todo ambos sufrieron tanto con el amor ahhh....gracias^^..y a seguir leshendo :3
ResponderEliminarwaa se renota que se aman ..Jae lo tiene mas claro que Yunho ..pero despues de todo ambos sufrieron tanto con el amor ahhh....gracias^^..y a seguir leshendo :3
ResponderEliminarbien Yunho apoyando a su hombre y a darle en la torre a ese ex de Jae que lo quiso fuera del negocio y de su vida de lo que se perdió pero el suertudo fue Yunho por que el lo tiene y lo quiere
ResponderEliminarGracias
Que sorpresa que Jae haya estado casado y ahora felizmente divorciado ^^ .
ResponderEliminarYoochun se caso con Junsu que tiernos hacen bonita pareja...
Yunho si quiere mucho a Jae solo que no se da cuenta X3 pero ya reaccionará...
Que se puede hacer Jaejoong se enamoro pero Yunho terco diciendo que solo es para relájese claro sexualmente aish porque es tan ciego uno que dice eso no se comportara así preguntándole todo y claro preocupándome también tsk porque serás tan ciego Yunho XD
ResponderEliminarToda esa negación por no sentir ni permitir que el otro se atreva a sentir no le va a resultar a Yunho...estoy feliz de que aquí si voy a tener Yoosu y ojala y en el trayecto se revelen detalles de como se conocieron los cuatro y porsupuesto, como fue que el Yoosu se enamoró. Que Yunho tenga tantas consideraciones y detalles con Jae ya debía serle extraño... incluso va a undir a HyunJoong por haber lastimado a su "amigo".
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