martes, 17 de julio de 2012

El Diario de Kibum. Cap. 1




Sus brazos le dolían, podía sentir que en cualquier instante alguno se zafaría de su cuerpo y en ese momento se arrepintió de inmediato al no haber pedido ayuda para la mudanza; las cajas eran muchas y muy pesadas, pero a pesar de eso él pensaba que no era nada para su extrema fuerza y su sin límite de energías, siendo este pensamiento lo más tonto que alguna vez habría pasado por su mente.
Sus ojos vagaron por cada uno de los escalones pensando ¿A quién se le había ocurrido hacer aquel lugar de doble planta?, nadie debería subir tantas escaleras con cargas pesadas, y menos tantas veces seguidas.
Suspiro fuertemente al dejar aquella caja en el cuarto blanco y soltó seguido un fuerte grito de frustración ante su orgullo, el que no le permitió pedir ayuda a alguien, creando un sonoro eco alrededor de él, tiro su cuerpo al piso recién limpiado y extendió sus extremidades a su lado, cerrando los ojos como si de esa manera pudiera recargar sus energías, sin embargo solamente pudo frustrarse pues el calor era insoportable, aun así tardo mas de veinte minutos en recuperar las fuerzas suficientes para levantarse y ponerse a buscar el interruptor que encendía el ventilador de techo. 
Y al volver a su amado pedazo de piso para acostarse y dormir un poco, en un pestañeo termino tropezando con una torrecita de cajas volteando la que había más arriba y dejando esparcir su contenido en el piso, no pudo más que patear esa caja porque le frustro ver su pedacito de cielo de madera cubierto por un montón de cosas que ahora tendría que recoger.
 —  Estúpida caja… —  regaño al objeto como si este tuviese la culpa de que se cayese.
Se arrodillo y acomodo la caja para poder poner su contenido dentro, percatándose que había un montón de chucherías esparcidas, cosas que creyó que eran innecesarias, unos cuantos papeles, con garabatos escritos, unos suyos canciones incompletas y cartas a medio escribir. Se rio y se avergonzó de encontrarlas después de tanto tiempo, y al mismo tiempo se pregunto quién pudo haber guardado todas esas cosas inútiles durante todo ese tiempo. 
Leyó la inscripción de la caja y un muy notable “ni te atrevas a abrirla” en rojo, que si no fuera porque se había caído jamás habría notado, recogiendo cada una de las cosas y fingiendo no haberlo visto antes, encontró dos libretitas rosas , con rayitas blancas y negras adornándola y ligas, varias ligas alrededor de ellas.
Eran libretitas que no había visto en su vida, y sabia que aun si su mente le decía una gran variedad de advertencias a base de sirenas rojas y sonoras internas, ni de esa manera logro controlar sus ganas de querer ver su contenido, deshaciéndose de las ligas una por una y mirando exactamente el lugar donde estaban puestas, para que al terminar de curiosear las pusiera como deberían estar, viendo libre la primera de las libretitas, la abrió cuidadosamente en una página cualquiera y noto la caligrafía limpia y pulida que conocía a la perfección.
12 de Diciembre del 2008
¿Cómo es que aun en estas épocas decembrinas, puedes caminar por las calles y poder ver cada una de las caras sonrientes de las personas al pasar a tu lado, mientras las tiendas de cualquier tipo de producto tocan las canciones comunes navideñas, olfateando el ligero olor del frio invierno y las galletas de jengibre y ni así poder sentir una pisca de toda esa felicidad?... 
En cambio me he pasado varias noches en vela por culpa de un solo nombre que ha carcomido mis pensamientos, y he manchado mis almohadas por culpa de mis lagrimas derramadas, siempre llegando a la misma conclusión. “A él no le importara en lo absoluto”…
Cerró con brusquedad el librito sintiendo su corazón exprimirse, ante lo leído y se pregunto cómo pudo ser tan idiota en ese tiempo, el jamás se imagino ni la mitad de lo que el rubio pudo haber sentido en aquel entonces, ya que solamente se hundía en su propio mundo, ese mundo pequeño, plástico, sin color y sin sentido, donde los amigos no son realmente tus amigos y donde las chicas solamente te buscan por tu nivel de popularidad en el colegio.
Pero fue época de ceguera, de eso estaba seguro; intento dejar en el olvido aquellos libritos, pero sin embargo, un sentimiento le invadía… quería saber realmente lo que había pasado por la cabecita de aquel chico, ya que aun si fuera bueno o malo, triste o feliz, el adoraba saber todo sobre él.
Sin pensarlo más tomo la libretita y abrió justo en la primera pagina.
24 de Septiembre del 2008
No puedo imaginar que el despertar después de uno de mis cumpleaños sea el momento más feliz de mi vida…
~Pov Key del Pasado~
23 de septiembre
 —  ¡Sorpresa! – las puertas de mi habitación se abrieron de par en par dejando pasar a mi mamá junto con mi mejor amiga a su lado, cantándome una habitual canción de cumpleaños mientras llevaban hasta mi cama un pastel con decoraciones rosas. —  Y que seas feliz ~
 —  Bummie~  —  el peso de mi amiga me tiro de nuevo sobre la cama mientras reía fuertemente. —  Muchísimas felicidades hoy cumples oficialmente 17 años.
 —  Corazón, mi bebe… muchas felicidades —  recibí dos cajas de distinto tamaño pero del mismo color.
Comimos el pastel en mi cama mientras hablábamos de las cosas más normales; que si mi mamá pensaba en el día que me gradué y vaya a la universidad, que si Luna debería aprender a cocinar para su vida futura, temas comunes en nuestras conversaciones…
—  Son las 7:30, como no me habías avisado antes —  regañe a Luna mientras las sacaba de mi habitación para poder cambiarme y así poder ir a la escuela.
~~
 —  Para ti todo fue muy fácil ¿no es así? Ya tenias tu uniforme —  le reproche.
 —  Bummie, no te quejes por ti tuve que madrugar —  inflo un poco los cachetes en señal de enojo.
 —  Ya ya… eres la mejor – le sonreí.
 —  Lo sé.
 —  Y muy humilde —  susurre, pero ella me escucho y se comenzó a reír.
Luna era mi amiga de la infancia, mi mejor amiga, había vivido en aquella casa que se encontraba justo alado de la suya, desde siempre.
—  ¿Y se lo dirás? —  giro su silla para poder quedar frente a mi durante el descanso.
 —  ¿De qué hablas? —  abría el pequeño traste en el que había puesto mi merienda.
 —  De Jonghyun, hoy es tu cumpleaños y estoy segura de que se cual fue tu deseo. —  me pico.
 —  Luna estás loca, además él ni sabe que existo —  baje mi voz hasta hacerla un susurro.
 —  Es porque nunca te atreves, pero… mira, hoy darán una fiesta en casa de Minho y pues es tu cumpleaños no creo que tu mamá no te deje ir.
—  ¿Cómo crees que nos dejaran entrar?  —  enarque una ceja.
—  Me invito Krystal que es hermana de Jessica, la cual es amiga de Minho y la invito personalmente  — me revolví ante sus palabras, y ella metía una porción de mi comida a su boca.
 —  No iré —  la campana sonó marcando el final del descanso y Luna soltó una sonrisa sospechosa volteándose de nuevo.
Jonghyun es el chico más popular del colegio, conocido por su gran talento de cantar; gracias a él, la escuela tenía muchos reconocimientos ganados en concursos en los que él participaba, además de que es un chico demasiado apuesto, con el cabello castaño y ojos tan redondos, marrones y brillantes. En aquellos dos años que había estado cursando la preparatoria, solo dos veces había podido intercambiar miradas con él, volteándome casi al instante u ocultándome detrás de la pasta dura de mis libros. Podía ser feliz solo con eso. O eso era lo que pensaba.
—  No
 —  Si
 —  No
 —  Si
 —  ¡Luna!
 —  ¡Kibum! 
 —  No me dejaras en paz ¿verdad?
 —  Exacto… Vaya chico, te tardaste en darte cuenta.
Me volvió su muñeca tamaño natural, después de llegar a casa, tiro un montón de ropa en mi cama y saco toda la artillería de maquillaje, me vistió a su antojo y maquillo como quiso, aun entre mis quejas e intentos de huidas, termine usando lo que ella se le dio en gana. 
Mis manos temblaban y sudaban frío mientras intentaba caminar con aquellos pantalones ajustados, nada cómodos para mi gusto…
—  No puedo —  le dije cuando nos encontrábamos a la esquina de casa de Minho intentando arrepentirme.
—  No entiendo lo que dices, así que vamos — mi cuerpo quedo como roca prendido del asfalto intentando poner fuerza para no ir.
 —  No Luna, tengo miedo —  me miro fijamente y entonces suspiro.
 —  Kibum —  puso sus manos en mi cara —  te diré algo, por hoy no eres Kibum, olvida ese nombre, es mas lo que traes puesto no es para nada un Kibum, — tomo de mis manos y miro la vestimenta —  pareces más un… —  pensó un momento —  Key, algo extranjero y exótico – sonrío —  hoy eres un Key, una persona confiada y con gran sentido de la moda, que se le confesara al chico que le gusta y hará que caiga rendido a él —  me guiño un ojo dándome valor.
—  ¿Un Key?
—  Exacto —  sonrío
Esa fue la nueva faceta, una máscara quizás, una persona con el valor necesario.
El lugar estaba decorado casi como si ese lugar fuera un antro; a pesar de que fuera una casa común, bueno, común no sería la palabra correcta, pues era demasiado grande, casi como si fuera una mansión.
—  Ahí está  — me susurro apenas logramos divisarlo al otro lado del lugar — ¡Oh! ¿Ese es Onew? —  sin dejarme preguntarle algo ella se levanto y como rayo desapareció entre la multitud de gente que se encontraba bailando.
—  Traidora — suspire y me tome el contenido del vaso que me había servido Luna de una sola, sintiendo arder mi garganta —  ¿esta cosa es veneno?
Asenté el vaso vacío y pedí algo distinto. No supe cuanto tiempo paso, ni como llegue ahí solo sentía el sonido de la música retumbar en mis oídos mientras mi cuerpo se movía de manera natural, mis brazos los alzaba y mi cabeza giraba, mareándome por completo. Hasta que sentí mi cara golpear algo y abrazarme al instante de aquel cuerpo, moviéndome al mismo ritmo de esa persona, sus manos tomaron mi cintura y me apretaron a su cuerpo, mientras mi nariz se fascinaba de la fragancia que desprendía.
—  Ah~ —  suspire, al sentir que habían dejado por fin mis labios en libertad, aun cuando no quisiera, el respirar era necesario, esos suaves labios se deslizaban por mi mentón hasta llegar a mi cuello, succionando y mordiendo, sus manos se paseaban por mi torso desnudo, delicadamente… los suspiros no se hicieron de esperar, mi corazón estaba a punto de explotar y podía sentir el alcohol evaporarse, dejándome solo espacio para mis emociones que con cada caricia mi cuerpo se estremecía y mi corazón se desbocaba; yo inexperto, tomaba con fuerza sus brazos mientras me pega a su cuerpo, tratando de sentirlo más cerca, no quería que en este momento el sueño terminase, este era Jonghyun, como nunca pensé estar con él; sus manos se deslizaron por mi espalda hasta llegar a mis muslos caminando de frente hasta chocar con la pared y subirme a sus caderas, un estruendoso sonido se escucho cuando mi espalda choco contra la pared, y solté un quejido. 
—  Lo siento —  susurro entre mis labios, que habían sido atrapados de nueva cuenta por los suyos, dándome el alcohol mas adictivo para mi, quede prendido de sus besos y embriagado de su sabor.
—  No, te preocupes —  una risita como campanillas se perdieron en mis labios, y deleitaron mis oídos; mis manos se enrollaron en su cuello y lo acerque más a mi cuerpo, rozando nuestros miembros y desquiciándome por la sensación, suavemente recorría mis piernas, apretando ligeramente y suspirando entre mi boca, su mano se deslizo hasta llegar a nuestros miembros y masturbándolos juntos, bombeando de arriba a abajo sacando suspiros, que cortaban mi concentración  —  ah ~ Jong … —  mordió mi cuello al liberar mis labios, mis pulmones se habían contraído ante la falta de oxigeno; la velocidad aumento y pude sentir la electricidad recorrer mi cuerpo para instalarse en mi abdomen, mientras arqueaba la espalda y me aferraba a sus brazos para sacar la descarga y manchar su mano; jadee y sonreí con tonto asentando mi cabeza en su hombro.
 —  ¿Te cansaste? —  me reí, pues mi respiración se normalizaba aun, pero esto no había terminado, me beso nuevamente y sentí mi espalda despegarse de la pared, así que aferre mis piernas a sus caderas y mis brazos a su cuello, sin despegarme ni un centímetro de su boca, me tiro en la cama y con mis manos libres me arrastre hasta atrás, mirándolo directamente y sonrojándome al instante; sonrío y entonces yo me abalance deseaba tenerlo conmigo ahora y siempre, ya no podría volver a amarlo de lejos, y conformarme con miradas casuales o suspirando en algún rincón; lo quería conmigo ahora y siempre, aferrarme a su corazón para no soltarlo jamás, “solo ámame” pensé “ámame tan solo con la cuarta parte de lo que yo te amo”, se enterró en mi y grite tirándome de espaldas al colchón y aferrándome a las sabanas, sus gemidos inundaron mis oídos y mi corazón retumbo por todo mi cuerpo, las embestidas fueron certeras y mi mente quedo en blanco, los sonidos de sus jadeos, el de mi respiración agitada, mi corazón retumbando y las sabanas moviéndose era hermoso, me aferre a su cuello y lo besé ante la ultima estocada, gimiendo fuertemente y sintiéndole derramarse dentro de mí.
~end pov key~

…su rostro, se encontraba tan hermoso, podía ver sus pestañas tupidas y por primera vez en mucho tiempo me sentí completo.
Mi primera experiencia sexual fue con la persona que más amo en la vida, ¿cómo no podría ser feliz?
Definitivamente no creo haberme equivocado.
Lo amo más que a nada.

Sonrío, ante la última frase leída; pues el también recordaba ese momento, le vio bailar desde lo lejos y se perdió entre su ritmo, pero también vio que no era el único que se había percatado de dicha visión, tres chicos mas intentaron acercarse mientras el giraba a la nada, y antes de darse cuenta él ya era dueño de su cuerpo.
—  Mentiroso, siempre me negaste que fui tu primero.
Su rostro mantenía una sonrisa tonta dibujada, pues aun cuando el ya estuviera casado con el rubio ladrón de sus sueños y pensamientos, al leer esas palabras, ahora lo sentía más suyo que nunca; adelanto unas cuantas hojas.
 “30 de Noviembre del 2008
¿Cuando fue que todo cambio de esta manera? 
Luna dice que ahora me veo más cansado, y no se lo puedo negar unas ojeras se han instalado en mis ojos dejando pequeñas marcas moradas al rededor, mientras mi cuerpo pierde cada vez más fuerza, puedo pasarme mucho tiempo durmiendo y aun así siento que no es suficiente. 
Tal vez sea por mi tristeza, aun no podía creer que después de ese día no pudiera volver a ver Jonghyun, los sentimientos más egoístas me invadieron cuando me dijeron que se fue, realmente deseaba que se quedase conmigo; pero al parecer lo de él fue solamente una noche, aun cuando para mí lo fue absolutamente todo.
¿Solamente fue un momento de alegría lo que le logro darle en ese entonces?, tomo la libretita y se golpeo fuertemente por lo idiota que había sido en aquel entonces.

~Pov Jonghyun ~
Desde mi entrada a la preparatoria había sido reclutado por una empresa musical de gran prestigio, audicione y fui elegido de entre miles, durante todos esos años mi apariencia fue pulida así como mi habilidad para cantar; que graciosamente todos en la escuela creían que era un don y no que era gracias a un arduo trabajo de horas y días enteros, solamente dos personas, las únicas dos personas en las que confiaba completamente lo sabían, mi primo Onew y Minho; hace unos días me habían informado de mi debut, pues durante tantos años yo había sido un proyecto secreto y al contarlo Minho había hecho una fiesta en mi honor claro que lo hizo sin decir exactamente la razón.
Ese día fue algo que me marco por completo, jamás podría olvidar su rostro y su voz, y mucho menos sus afilados ojos marrones, solamente había pensado en ir y divertirme un poco en la fiesta, quizás ligar con alguna chica, pero todo cambio en cuanto su cuerpo se abrazó del mío, no pude separarme y no quise parar; note que había alcohol en su delgado cuerpo pues al primer suspiro sentí el olor que desprendía su boca, que mas daba todos en ese lugar habían tomado ya, pero él se aferro a mí y se restregó descaradamente, haciendo que me volviese loco, jamás me había sucedido de que en ese mismo instante deseara estar con esa persona, nunca iba tan rápido; jamás pensaría en una noche con un desconocido, pero fue simplemente un impulso, inevitable, magnético, necesario…
Al día siguiente me mude a los dormitorios y me transfirieron de colegio, a uno que la empresa elegiría; aun estaba empezando la universidad, pero ya no pude volver a verlo; fue mi sueño contra mi nuevo delirio, pero la verdad peso y tuve que ir a por mis nuevas obligaciones… 
~end Pov Jonghyun~

23 de Diciembre del 2008
Hoy lo vi… 
Pude sentir mi corazón explotar…
Mi respiración fallar…
Y muchas ganas de llorar….
Se veía realmente hermoso, aun más de lo que recordaba, se había cortado el cabello y sonreía hermosamente…
Es una lástima que tan solo haya sido, en un televisor de las vitrinas en el centro.

~Flash back~
El tiempo había pasado y él se había enterado de algunas cosas que quizás nunca debieron haber pasado, aunque al pensarlo detenidamente no se arrepentía.
 —  ¡¿Qué?! —  se exalto al tiempo que Kibum se levantaba y le tapaba la boca con la mano. —  digo ¿cómo?, ¿cuándo?... espera de ¿quién? —  le atacaba con preguntas una tras otra, el rubio se arrastró hasta el rincón de su cama junto a la pared y abrazo una almohada, ocultando su rostro. —  Kibum responde —  le dijo un poco más tranquila al ver la reacción de su amigo.
—  Yo…  —  intentaba hablar a través de aquella almohada, se sentía apenado diciendo eso, nunca le comento a su amiga que había pasado esa noche y solamente lo había escrito en su diario para desahogar su felicidad.
—  ¿Cuánto tiempo tienes?
 —  Tr…tres meses —  palabras golpeadas al intentar salir de su boca, alzo un poco la vista solo para mirarla y noto sus ojos abiertos en su máxima extensión sorprendida por completo.
 —  ¿Y se lo dirás?
 —  ¿A quién? —  le miro ceñuda.
—  Al otro papá, por supuesto —  suspiro pesadamente.
—  Eso arruinaría su vida Luna… —  molesta intento reclamarle pero veía su semblante demasiado triste.
—  No seas ridículo, algo así nunca arruinaría la vida de alguien, solo lo transforma a algo distinto. —  miro esconder su rostro entre la almohada y se acercó hasta él y le abrazo, dejando a Kibum derramar sus lagrimas con total libertad, hace mucho que necesitaba que alguien le abrace de aquella manera, que le diera ánimos, que alguien le dijera que todo estaría bien, aunque ese alguien no sea la persona exacta que quería que fuese.
—  Yo lo amo Luna. —  Por fin había soltado la almohada y apretaba el pequeño cuerpo de su amiga —  yo realmente lo amo mucho. 
~end Flash back~

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