La
visión del carrito con las sólidas ruedas llenas de barro abandonado en medio
del pasillo actuó en el ánimo de Yoochun como una cerilla al acercarse a una sustancia
inflamable. En aquel momento de su vida, tanto en la profesional como en la
privada, todo estaba a punto de estallar en
llamas.
Se
encontraba en medio de un proyecto arquitectónico en el que cada día de trabajo
perdido le costaba dinero, y con la pesada y siempre impredecible lluvia
primaveral de Sicilia siempre amenazante, el contratista de la obra le acababa
de decir que se tomaba un semana de vacaciones porque su esposo amenazaba con
dejarle tras la aventura que había tenido con un modelo de lencería, y él
necesitaba tiempo para arreglar las cosas.
Por
otra parte, su padre se había enterado de la presencia de Heechul en la villa
y, según María, había llamado cinco veces desde el castillo a lo largo de la
mañana, exigiendo la presencia de Yoochun. Y por encima de todo aquello, el
joven que no debería significar nada para él estaba interrumpiendo sus
pensamientos, sus emociones y sus deseos de un modo que le hacía sentirse
furioso con su propia incapacidad para controlar lo que estaba experimentando.
Y
por si todo aquello no fuera suficiente, aquél mismo joven había cometido la
estupidez de ponerse en peligro a sí mismo y a su hijo porque había pensado que
el bebé necesitaba tomar un poco el aire. ¿No tenía conciencia de su propia
vulnerabilidad? ¿De verdad pensaba que estaba ya con fuerzas como para empujar
un carrito por un camino cuesta arriba y lleno de barro, cuando unos días atrás
apenas había sido capaz de subir unas escaleras? Si su hijo lo era también de Yuhwan,
pronto descubriría que su padre no le permitiría ninguna estupidez, como había
hecho Yoochun.
Yoochun
consultó su reloj. Sería mejor que se acercara al castillo antes de que a su
padre le diera otro ataque al corazón, pensó.
>>> ♥ <<<
Junsu
miró con deseo hacia su cama. Heechul, comido, bañado y contento, no estaba
sufriendo ninguna consecuencia de su paseo, pero él estaba agotado, admitió, y
tenía el frío metido hasta los huesos a pesar de la ducha y la ropa seca que
ahora llevaba puesta.
Sólo
eran las tres y media… había tiempo de sobra para echarse un rato antes de cenar.
Al
menos había superado los últimos y extraños pensamientos que se habían
apoderado de él con anterioridad, y que pretendían convencerlo de que necesitaba
experimentar la completa intimidad del sexo salvaje y apasionado con Jung
Yoochun, pensó aliviado mientras se tumbaba sobre la cama, demasiado cansado incluso
para desvestirse. Le sorprendía que pudiera llegar a sentirse así, pero también
le sorprendía la ira que había descubierto en su interior, sobre todo contra Leeteuk.
Después de todo, no era culpa suya no haberlo deseado con tanta pasión como él
a Leeteuk. Sería mucho más sencillo para él aceptar sencillamente que no era la
clase de joven que inspiraba una intensa pasión sexual en el tipo de hombres de
los que podía enamorarse.
¿Y
en otro tipo de hombres? ¿Los que eran como Jung Yoochun? Ese tipo de hombre al
que no quería amar, el tipo de hombre para quien la intensa pasión sexual
llegaba con la misma naturalidad que la respiración y no significaba nada más
que un apetito que satisfacer. No era posible para él tener relaciones sexuales
con un hombre que sabía que lo despreciaba. El orgullo no se lo permitiría. Y
en cualquier caso, todo había sido un estúpido error provocado por el hecho de
que no se sentía muy bien. No lo deseaba en absoluto, se dijo Junsu con firmeza
antes de darse por fin el lujo de dormirse.
>>> ♥ <<<
Cuando
hubo terminado la entrevista con su padre, Yoochun sintió aquél familiar oleada
de alivio que siempre le acompañaba cuando salía del castillo.
Su
padre había intentado presionarle para que llevara a Heechul al castillo para
observarlo, asegurando que, si era hijo de Yuhwan, él lo sabría al instante.
Pero Yoochun permaneció firme, asegurando que a ojos de la ley era la prueba de
ADN lo que demostraría la paternidad.
Por
supuesto, al anciano no le había gustado nada aquello, y a continuación había
seguido el clásico argumento que Yoochun había escuchado desde que era pequeño,
en el que el príncipe acusaba a sus tres hijos mayores de tener sus propios
planes y estar resentidos con su segunda esposa y con su hermanastro. Aquello
había llevado al príncipe a asegurar que Yoochun y sus hermanos estaban
tratando deliberadamente de mantener a su nieto lejos de él, a pesar de haberle
dado su palabra de que lo encontrarían. Pero Yoochun se había negado a permitir
que su padre lo acosara, o que utilizara el chantaje emocional para obligarlo a
llevar a Heechul al castillo.
— Todavía no soy un viejo inútil
— le había dicho el príncipe a Yoochun
— Tengo amigos, y te lo
advierto, Yoochun, nadie conseguirá mantener al hijo de Yuhwan apartado de mí.
— Nadie quiere mantenerlo lejos
de ti, padre — aseguró Yoochun — Pero primero debemos asegurarnos de
que ese niño es realmente hijo de Yuhwan.
— Deberías dejar que lo juzgara
yo, su padre. ¿Qué clase de hombre no reconocería a su propia sangre? — preguntó el
príncipe con teatralidad.
Era
un lástima que su padre hubiera descubierto la presencia del niño en la isla,
admitió Yoochun, porque eso sólo complicaba las cosas.
Aquel
repentino e inesperado arrebato de energía que le llevó a pisar con más fuerza
el pedal del acelerador del coche le advirtió del peligro de sus sentimientos encontrados
respecto al hecho de que Junsu hubiera sido el amante de Yuhwan. ¿Su amante?
Yoochun torció el gesto.
¿Desde
cuándo ese tipo de sexo superficial y sin significado que practicaba Yuhwan había
tenido algo que ver con el amor? Sentía lástima por Heechul, él mismo sabía lo
que suponía para el alma de una persona saber que su vida había sido concebida
a través de un acto carente de cualquier significado emocional.
>>> ♥ <<<
Teniendo
en cuenta la determinación de Junsu a hacer exactamente lo contrario de lo que
le decía, aunque eso significara poner en peligro la vida de Heechul, Yoochun
pensó que sería un pérdida de tiempo advertir a Junsu de que su padre podría intentar
engañarlo para que llevara a Heechul a verle. Sin embargo, su propia conciencia
insistía en que debía hacer algo al respecto, reconoció mientras llamaba con
los nudillos a la puerta semiabierta.
La
visión de Junsu dormido sobre la cama completamente vestido le impactó,
provocando que frunciera el ceño con furia renovada, como cuando lo vio
empujando el carrito colina arriba por el camino lleno de barro.
Yoochun
había utilizado la autoridad de los Jung,
de la que raramente hacía uso, para preguntarle al doctor Vittorio después de
que hubiera examinado a Junsu si sospechaba que, aparte de la falta de hierro,
había algo más grave.
Al
principio, Luca Vittorio se había negado a responderle. Pero Luca y Yoochun
habían jugado juntos de niños. Cuando Yoochun le aseguró que sólo quería
saberlo para asegurarse de que Junsu recibiera el tratamiento que necesitaba,
Luca sacudió la cabeza, asegurando que estaba completamente seguro de que los
síntomas de Junsu estaban provocados por una deficiencia de hierro, pero que
eso no significaba que no fuera grave. Dependía de la magnitud de la
deficiencia y de sus causas. Las tabletas de hierro que Luca le había prescrito
eran una solución a corto plazo.
Junsu
conocía la situación tan bien como Yoochun, y sin embargo se había puesto en
peligro provocando más daño a su salud. Aquél joven le enfurecía hasta unos
niveles que no sabía ni que existían hasta que él apareció en su vida, admitió.
Igual que lo excitaba con la misma intensidad.
Él
no lo excitaba. Yoochun era un hombre. Un hombre que había llevado una vida de
monje durante la mayor parte del año. Y dado que se debía más bien a una cuestión
accidental que a una decisión tomada, debido a la cantidad de trabajo que había
tenido, resultaba natural que cuando un joven se le echaba encima como había
hecho él, respondiera.
El
hecho de que se hubiera sentido momentáneamente tentado por él no significaba
nada.
La
puerta que separaba el dormitorio del cuarto de Heechul estaba abierta, y
Yoochun se dirigió hacia él. ¿Cómo podía su padre esperar que alguien creyera
que era posible «saber» si un niño desconocido era de su sangre? Yoochun miró
hacia la cuna, donde Heechul estaba completamente dormido. Estar allí le hacía
mucho bien a Heechul. Había recuperado peso.
Yoochun
se inclinó y observó al niño dormido. Su cabello oscuro estaba ligeramente
rizado. Todos los hombres Jung habían tenido el cabello grueso, oscuro y
rizado, aunque siendo adulto, Yoochun había optado por llevar siempre el pelo
corto para que no se le vieran los rizos. Heechul tenía unas tupidas pestañas y
los ojos muy oscuros. Pero, ¿qué significaba eso, después de todo? Yoochun no
veía nada en Heechul que le recordara a Yuhwan, pero eso no impediría que su
padre lo viera, ya que tan empeñado estaba. Su padre podía estar al borde de la
muerte, pero seguía siendo un hombre muy poderoso y autoritario, un hombre
acostumbrado a asegurarse de que prevaleciera su voluntad, sin importarle el
coste que tuviera sobre los demás.
Yoochun
podía atisbar un futuro difícil para aquel niño que ahora dormía plácidamente
en su cuna si al final resultaba ser hijo de Yuhwan… y más duro todavía para su
madre. Por muy bienvenido que fuera Heechul en la familia, Yoochun sabía que su
padre tendría sentimientos muy distintos hacia su madre. El príncipe había
mimado y estropeado a Yuhwan desde el momento en que nació, cerrando los ojos a
sus excesos mientras se hacía adulto.
¿Cuánto
tenía de responsabilidad aquél indulgencia en el estilo de vida de Yuhwan y en
su muerte?
Yoochun
acarició el edredón que cubría el cuerpo dormido de Heechul, sonriendo al ver
cómo los dedos del niño se enredaban alrededor de su dedo índice, como si
incluso dormido el niño buscara instintivamente la seguridad del contacto de un
adulto.
>>> ♥ <<<
Lo
primero que vio Junsu al despertarse fue a Yoochun inclinado sobre la cuna de Heechul,
con una mano a un lado de la cuna y la otra dentro. El corazón le dio un vuelco
en el pecho. Yoochun podría negarlo, pero ni él ni sus hermanos tenían ningún
motivo para querer a Heechul. No habían querido desde luego a su propio hermanastro,
según le había cotilleado María, diciendo que los tres hermanos eran ricos por
sí mismos y que ningún hijo de Yuhwan podría usurparles su derecho a heredar
los títulos de su padre. Pero si su padre decidía dejarle a su nieto un dinero
que ellos habían asumido que sería suyo…
El
instinto protector de Junsu lo hizo ponerse de pie al instante y correr hacia
el cuarto del niño.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó
son sequedad. Yoochun giró la cabeza para mirarlo, pero no movió la mano.
Junsu
se fue al otro lado de la cuna y miró ansioso a Heechul, pero se relajó al ver
que respiraba tranquilamente. Aquello debería haber bastado para tranquilizarlo,
pero la visión de la manita de Heechul curvada alrededor del dedo de Yoochun le
provocó otro vuelco al corazón… esta vez de rabia, no de miedo.
Yoochun
no tenía derecho a entrar en el cuarto del bebé y mirar al niño como sólo podía
haberlo mirado el padre de Heechul. Junsu tuvo que luchar contra el deseo de
sacar a Heechul de la cuna y estrecharlo con fuerza contra sí, pero tuvo que
preguntar:
— ¿Por qué estás aquí?
— Porque quiero estar. Después de
todo, ésta es mi casa y Heechul podría ser mi sobrino. Es natural que quiera
comprobar que no ha sufrido ningún daño por culpa del inconsciente
comportamiento de su madre.
Aquella
respuesta, unida al recuerdo de cosas que prefería olvidar, incrementó la
ansiedad de Junsu. Para colmo, Yoochun soltó suavemente el dedo de Heechul y
urgió a Junsu a entrar de nuevo en el dormitorio.
— Tengo noticias — dijo
con calma — Por desgracia, mi
padre está al tanto de que Heechul y tú os encontráis en la isla, y peor
todavía, ha decidido que reconocerá al hijo de Yuhwan en cuanto ponga los ojos
en él. Supongo que a ti te encantará la idea de que mi padre esté tan
desesperado por encontrar a su nieto que decida que Heechul es hijo de Yuhwan.
— Ahí es donde te equivocas — aseguró
Junsu al instante —
Por muy sorprendente que te parezca, lo cierto es que no quiero que Heechul sea
hijo de Yuhwan. Preferiría que lo fuera de Leeteuk. Después de todo, Leeteuk
estaba dispuesto a casarse… conmigo, y a criar a Heechul como si fuera suyo.
En
cuanto hubo pronunciado aquéllas palabras, Junsu deseó no haberlas dicho. Pero
ya era demasiado tarde para arrepentirse. Yoochun lo estaba mirando con extrema
seriedad, y luego vio que cruzaba el dormitorio y se acercaba a la puerta para
cerrarla antes de girarse para enfrentarse a él.
— Entonces, ¿hay otro hombre que
sabes que podría ser el padre de Heechul? — preguntó
con frialdad.
— Pero está muerto — se
vio forzado a admitir Junsu —
Murió en un accidente de tren.
— ¿Por qué no habías dicho nada de esto antes?
— No me diste oportunidad. Lo único que te
importaba era demostrar si tu hermanastro era el padre de Heechul o no.
— Dices que no quieres que Heechul
sea de Yuhwan, y sin embargo te pusiste en contacto con él para decirle que
ibas a tener un hijo suyo. Él te dio dinero.
Yoochun
estaba enfadado, furioso, al pensar en todo el tiempo que habían perdido,
cuando unas cuantas palabras habrían bastado para saber desde el principio que Yuhwan
no era el padre de Heechul.
— ¿Hay alguna posibilidad de que Heechul
pudiera ser hijo de Yuhwan, o ha sido todo un ardid tuyo y de tu amante para
conseguir dinero de Yuhwan sabiendo desde el principio que no era suyo el hijo?
Contéstame — le dijo con brusquedad — a menos que quiera que te arranque la
respuesta.
— No lo sé — admitió Junsu
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Ohh dios oohh diooss!! Creo que deberías decir la verdad Junsu, decir que tu eres el tío de Heechul y no su umma porque si no te vas a enredar mas y mas.
ResponderEliminarEsto se está poniendo muy serio!!
Grrrr q ese viejo ya le pare..q cinico.....mal hombre. Y Yoochun, cae y cae .... Y no lo quiere aceptar.....y OMG! Susu se puede delatar ahora, cuidado. Gracias linda :)
ResponderEliminarAaaaaahhh las cosas se complican un poco para Junsu...Su debes hablar y decir la verdad antes de que se enrede todo aun más y Yoochun sigan haciéndose ideas malas sobre ti.....please quiero saber que sigue,espero la continuación con ansias, gracias por tu trabajo.
ResponderEliminarAaaaaahhh las cosas se complican un poco para Junsu...Su debes hablar y decir la verdad antes de que se enrede todo aun más y Yoochun sigan haciéndose ideas malas sobre ti.....please quiero saber que sigue,espero la continuación con ansias, gracias por tu trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias por esto... me sirve para distraerme de lo q esta pasando...
ResponderEliminarSaludos x3
Espero actu~
Me encanta la historia por favor sigue actualizando estaré pendiente. Saludos!!!!!
ResponderEliminarumnmm me temo que cada día es mas dificil para Junsu sostener la verdad del origen de Heechul
ResponderEliminarZaaaaaz esto va a complicar más las cosas para Junsu, yo quería que se le saliera el nombre de Leeteuk pero no así, ahora que igual puede que Mi Chunnie sienta más celos de los que ya siente por Yoohwan aunque no lo ascepte. El bebé ya ha entrado en su corazón y toda la preocupación y protección hacia él y Junsu es por algo. Junsu beberia revelar la verdad sobre su relación con Heechul. Esto se pone interesante, quiero que mi Chunnie sienta mucha ternura por Junsu¡¡¡ que pasaría su a Junsu se le sale un gesto maternal para mi Ratón???woooo
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