martes, 8 de agosto de 2017

Dueño de mi Corazón. Cap 3




Este ha sido el tercer atentado contra la vida del Príncipe Jaejoong ― dije con calma mientras estaba sentado en mi trono, mi barbilla apoyada en mis nudillos mientras inclinaba mi codo sobre el reposabrazos. ― Ha sido apuñalado, atacado con magia, y ahora empujado por las escaleras, todo bajo la atenta mirada de mi guardia.

Había sostenido a Jae en mis brazos durante cinco días. Llorando con él, diciéndole lo mucho que lo amaba y de que no era su culpa. Agradecí a los Dioses por dejarlo a mi lado, dándole otra oportunidad de vivir, otra oportunidad para que yo lo amara. Pero los Dioses estaban sin paciencia. Era sólo cuestión de tiempo hasta que lo perdiera si permitía que los atentados contra su vida continuaran. La persona más preciada en mi vida, no debería haber casi muerto tantas veces, y la muerte de mis hijos era imperdonable.


Mis consejeros parecían sombríos y asustados. Había sido su tarea eliminar todas las amenazas hacia su Príncipe. Tenía demasiado en mi plato para tomar la organización de las guardias también. Estaba también en mí poder castigarlos por sus errores. Matar a los herederos...

Me gustaría saber ¿cómo es que se permitió que tal cosa ocurriera? ¿Por qué tantos de mi raza nos desean mal? ¿Cuántos tengo que matar para vivir con seguridad frente a las amenazas de mi propia gente? ― enmascaré mis emociones fácilmente. No podía pensar en los pequeños sin acercarme al borde de la tristeza incontrolable. Las heridas estaban todavía demasiado frescas.

Mi Rey ― KangIn dio un paso hacia adelante. ― Era mi deber velar por la seguridad del Príncipe. ― Parecía enfadado y casi derrotado. ― Comprendo que mi vida nunca podría reemplazar a los que ha perdido, pero la ofrezco libremente para que usted pueda hacer lo que quiera. ― Se arrodilló e inclinó su cabeza, dejando al descubierto la parte posterior de su cuello para el filo de mi espada.

No quiero tu vida. Tú y el resto de los concejales son los pocos hombres en este mundo en los que confío. No creo que permitieras que estuviera en peligro intencionalmente. Levántate, Kangin. ― El hombre se levantó, con una pizca de alivio visible en su rostro. ― Pero esto no puede continuar. La próxima vez bien puede también ser la última. Y si mi Príncipe muere, no les gustará el gobernante que les quede. Ahora explíquenme cómo sucedió esto.

No es sino una corta distancia entre la posición de los guardias en el nivel superior y los que están en la parte inferior de las escaleras. No se me ocurrió cubrir cada ángulo del castillo en el que el príncipe podría aventurarse. Especialmente cuando consideré que el peligro había pasado con la muerte del uralain.

 ¿Alguna pista sobre quién podría haber sido? ― Pregunté, sabiendo ya la respuesta.

No, mi Rey. Intentamos  ver  con  magia,  pero quienquiera que esté detrás se esconde bien. No había huellas, nada que seguir.

Cerré los ojos por un momento, sin querer pensar en enfrentar a Jae sin ni siquiera un indicio de que se haría justicia. Yo había sido un esposo terrible desde el momento en que había puesto un pie en mi reino. Era el que debería haber sido ejecutado.

Muy bien, entonces. Estoy emitiendo una orden de reclusión real. ― Algunos de  los  concejales jadearon. ― Quiero guardias acompañando tanto al Príncipe como a mí mismo. No importa si sólo queremos caminar a la cocina o a la biblioteca. Dos guardias deben estar siempre presentes. Quiero uno entrenado en magia y el otro en combate. Incluso tienen permiso para pedir voluntarios de mi propio ejército. Las reuniones con nosotros se limitaran sólo a las personas que aprueben la inspección de antecedentes y demuestren no ser un peligro. El resto será manejado por el consejo y se llevará a cabo en la sala de recepción más cercana a la entrada este. Me gustaría escuchar sobre dichas reuniones y dejaré espacio para negociar una reunión con personas de riesgo, si su información resulta ser valiosa. Además de la reclusión del Príncipe y la mía, cerraré el palacio. Quiero guardias extras apostados en todas las entradas, así como en la entrada de los jardines. Sólo los miembros de esta casa y sus familiares más cercanos podrán entrar, pero requiero que sean comprobados también. Si un Rising Sun viviendo aquí desea encontrarse con amigos, tienen permiso para salir y hacerlo en terrenos públicos. No están permitidos desconocidos en el palacio bajo ninguna circunstancia, y quiero que los guardias que seleccionen sepan esto. Si necesitamos un fuerte ejército para mantener a mi Príncipe seguro, lo tendremos.

Los concejales parecían sorprendidos, sólo aquellos que sirvieron bajo mis órdenes durante la guerra controlaban su comportamiento y entendían las razones detrás de mi decisión. Estaba tratando la situación como lo haría en caso de un conflicto armado amenazando con poner en peligro a mi familia. No importaba lo que fue hecho la última vez dos generaciones atrás, cuando los Kari estaban en nuestra puerta amenazando con destruir toda la nación. Lo que importaba era la seguridad del Príncipe, y era obvio que nuestras acciones actuales no eran suficientes para proteger su vida.

Será como desee, mi Rey ― dijo Kangin, inclinándose ligeramente. Era uno de los que acordaban con mis acciones, lo podía ver en el brillo de sus ojos. Solía ser un soldado y sabía que las órdenes directas era lo que funcionaba mejor.

Además, quiero que informen a los guardias que cualquier ataque prevenible contra el Príncipe dará lugar a su ejecución. No quiero que ni un corte de papel estropee su piel a partir de este momento. Miré profundamente a cada uno a los ojos, queriendo que supieran cuán serio era. ― Ahora díganme lo que ha estado ocurriendo en nuestros reinos.

Kibum habló primero esta vez.

La noticia de la muerte de nuestros herederos se ha diseminado. Tanto Rising Sun como Kari mostraron respeto con el uso de los colores de duelo por los habituales cuatro días. Conforme a su solicitud de una ascensión privada, las antorchas fueron encendidas en las propiedades privadas de todo el reino. ― Sentí que las lágrimas no derramadas amenazaban con caer, pero Kibum continuó, fingiendo no darse cuenta. ― No hemos escuchado del consejo Kari hasta el momento, pero están obligados a hablar muy pronto. Me doy cuenta que el momento no podría ser peor, pero quieren que el Príncipe gobierne con el Rey.

Sí, me doy cuenta de eso. Pero no haré estos días aún peores para el Príncipe Jaejoong. Esperaremos hasta que los Kari decidan que serán despiadados, sólo entonces abordaré el tema con el Príncipe. ― Pensé en eso durante un momento. ― También, por favor escriban un mensaje personal de mi parte para el jefe del consejo, Shindong. Hágale saber que me preocupo profundamente por el Príncipe y si sus payasadas resultan en el deterioro de la salud del Príncipe mi buena voluntad se desvanecerá. Dile que renuncie a sus ideas de que alguien tomé el lugar de Jaejoong en el trono, porque eso sólo ocurrirá si ambos, el Príncipe y yo estamos muertos. ― Dije la última parte con los dientes apretados y la ira pulsando a través de mis venas. Estaba enfermo y cansado de que la política apresurara nuestras vidas y de idiotas pensando que sabían lo que es mejor.

Leeteuk fue el siguiente.

Ha habido rumores circulando. Nada concluyente, pero las naciones más allá de las fronteras de Kari están agitadas. Sería el momento perfecto para que actúen contra nosotros. La nación de Kari es débil y todavía no hemos establecido nuestra presencia militar en su reino. Si alguien ataca ellos caerán.

Juré en voz alta, saltando a mis pies. El ritmo vino naturalmente mientras me devanaba los sesos para encontrar una solución. No podíamos imponernos sobre Kari más rápidamente. Habría sido visto como una interferencia hostil, pero no podía simplemente dejar que se quedaran sin protección.

Tenemos que empezar a ver a Rising Sun y a Kari como una sola nación. Pero eso también requiere tiempo. Soy un gobernante extranjero y siempre lo seré. El Príncipe Jaejoong necesita tomar su lugar en el trono y hacer que esos malditos idiotas nos escuchen.

Trataré de averiguar más, mi Rey. ― Leeteuk se trasladó a un segundo plano, con sus palabras de despedida. Era por lo general el mensajero, un sabe-lo- todo, pero no sobrevivió gracias a su amor por ser notado.

Sabía que no podía sacar a Jae de la cama y sentarlo en el trono. Tenía que estar dispuesto y listo. Era casi divertido cómo las buenas ideas se convertían en necesidades en todos los momentos equivocados.  

¿Qué más está presionando?

Los agricultores finalmente se han establecido. Las carreteras están abiertas y nuestros envíos de provisiones están llegando a tiempo. Incluso me atrevería a aumentar las entregas, si nuestro Rey lo aprueba. ―dijo Kibum.

Sí, aprobado de inmediato. Mientras más pronto nos hagamos amigos, mejor. Además, trata de ponerte en contacto con los portadores de magia. Habla con el consejo de Kari y tal vez arrojen una idea sobre la formación de algún tipo de escuela. Necesitamos una mejor defensa y las generaciones más jóvenes lo son.

Sí, mi Rey.

Continuaremos con esto después de la hora de la comida. Necesito algunas soluciones ― dije, mirándolos, luego salí por la puerta, necesitando asegurarme de que Jae estaba bien.


Anterior   >>> ♥ <<<   Siguiente

4 comentarios :

  1. no se si tenga la razón pero creo que es el padre de Jae el que los esta lastimando pues creo que el es el que se a echo pasar por muerto para lograr sus propósitos y quedarse con los dos reinos
    Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mmm no creo ya que se supone que quien ataca a Jae es uno de los Uralaín que fue reubicado en el palacio... aunque ciertamente es una posobilidad lo de fingir su muerte...

      Eliminar
  2. Vayq situación tan tensa, la politica siempre me pone de malas, pero cuando el amor esta de por medio se vuelve interesante. Yo insisto en que el modus operando es muy del tipo Rella cuando le hieren el amor propio. Solo espero que el dolor de la perdida pase pronto para el YunJae.

    ResponderEliminar
  3. Toda precaución es poca para poner,a salvo a Jae. Ahora haber que pasa entre los dos reinos.

    Gracias!!!

    ResponderEliminar