lunes, 7 de agosto de 2017

La Conquista del Rey. Cap 4




El gran salón estaba en la sala del trono, donde el mismo rey se sentó en toda su gloria. Traté de prestar atención a los detalles, pero con esos ojos marrones intensos perforando a través de mí era imposible concentrarse en cualquier otra cosa. Me sentí como si estuviera de pie en frente de todo el concilio después de haber cometido un pecado mortal, a pesar de que la sala estaba vacía de todo el mundo excepto el rey, el hombre que supuse era jefe del concilio, y Changmin, quien estaba junto a mí.

Ambos, Changmin y yo nos inclinamos, pero donde su reverencia era automática, la mía era vacilante, una reacción a la imponente figura de mi futuro  esposo.

Changmin, ven ― dijo el Rey Rising Sun en su poderosa voz, haciéndome temblar.


Changmin se precipitó sobre el espacio abierto entre nosotros y se arrodilló a los  pies de su rey. Intercambiaron palabras suaves, murmurando en un tono demasiado tranquilo para poder escucharlos, pero luego Changmin se puso de pie y en voz lo suficiente alta como para asustar, anunció.

 El rey Jung Yunho, línea real Darrben del Reino de Rising Sun.

El rey se puso de pie, su altura y tamaño llevándose mi aliento, e inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado como una muestra de respeto hacia mí. Lo apreciaba, aunque podría haberlo hecho sin la sonrisa burlona.

Pero entonces, Changmin volvió a hablar.

El Príncipe Kim Jaejoong, línea real Ceelorie del Reino de Kari.

Me incliné también, pero era consciente de mi posición, y mi reverencia  no era nada casual. Me incliné hasta el final de mí cintura, nivelando mi torso con el suelo. Estaba vestido con sus colores, yo era algo entre un visitante y un intruso en su casa, y antes que la noche transcurriera, estaría compartiendo su cama. No había necesidad de pretender que era cualquier cosa menos la conquista que había declarado que yo fuera en sus apariciones  públicas.

Pero, cuando me enderece y miré al rey, su sonrisa había desaparecido, y una escalofriante seriedad consumía su rostro.

Hubiera sido fácil mirar su cara y cuerpo durante horas, pero el jefe del concilio eligió ese momento para hablar.

Soy el jefe del concilio y asesor del reino, Yesung. Si viene al estrado, Príncipe Jaejoong, comenzaremos la ceremonia.

Me sonrojé por mi ignorancia y me precipité hacia adelante, deteniéndome sólo a unos pocos pasos del trono. El rey ya había tomado el lugar a mi derecha y Yesung se situó en la parte inferior de la escalera, justo en frente del trono, con un libro en sus manos. Changmin había salido de la habitación cuando yo no estaba prestando atención y las palabras de Yesung fueron silenciadas por el sonido de mis pensamientos de pánico. Changmin no era alguien que yo conocía, pero su sonrisa fácil y atractivo aspecto me hizo sentir más a gusto, algo que realmente necesitaba, cuando el rey del reino enemigo y su jefe del concilio estaban a mi lado.

Estaba demasiado asustado para mirar a los costados, y mirando a Yesung no era mucho mejor. Por lo tanto, dejé mi mirada fija en el suelo hasta que oí el sonido inconfundible de pergaminos siendo desenrollados. Vi como Yesung llamó a su magia y creó una superficie empañada, plana frente a nosotros, luego puso el documento sobre el mismo.

El rey tomó la pluma colgando en el aire y firmó en la parte inferior del documento, aceptando nuestra unión. Entonces la pluma flotó hasta mí, pero antes de que pudiera presionarla en el papel, Yesung habló.

Recuerde que debe firmar con su nuevo nombre y título.

Debí haberlo mirado con confusión, porque dijo ― Príncipe Jung Jaejoong del Reino de Rising Sun, línea real Ceelorie del Reino de Kari.

Honestamente, no tenía idea de que mi nombre cambiaría. Asumí, cuando era un niño, que un día una mujer tomaría mi nombre y título. Destacaba cómo las cosas podían cambiar en cuestión de días.

Con la firma en su lugar, Yesung se inclinó ante nosotros y desapareció. Yo podría bromear y decir que estaba en una nube de humo, pero él de hecho uso una puerta, huyendo tan rápido que apenas tuve la oportunidad de notar su partida.

El rey tomó mi mano de repente, empujándome a un ataque de temblores, y  me llevó fuera del salón hacia las mismas habitaciones que había abandonado antes de ir a la ceremonia. Nunca se me ocurrió que iba a quedarme en sus aposentos. Yo había estado demasiado confundido y sacudido cuando por primera vez llegue allí, como para prestar atención a los artículos de uso privado.

Una vez que la puerta se cerró detrás de nosotros, el rey dejó caer mi mano y me dejó de pie delante de la puerta. Se dirigió a la silla junto a la ventana y comenzó a desatar su chaleco. Supongo que debería haber estado sorprendido o confundido, pero en cambio tuve la oportunidad de verlo por primera vez.

El rey era un verdadero Rising Sun, su altura sobrepasaba la de cualquier otro Rising Sun que había visto, incluso en su palacio. Era más alto que yo por la longitud de mi antebrazo, pero era amplio como dos de mí y un poco más. Fue aterrador imaginarlo junto a mí, en cualquier forma o situación.

El chaleco que llevaba puesto fue tallado en cuero negro, atado con numerosas trenzas y casi moldeado sobre su forma, pero debajo de él, tenía la misma tela de color rojo oscuro envuelta alrededor de él como yo. El pelo destacaba contra el rojo, más azul de lo que me había imaginado que sería, y estaba trenzado muy parecido al mío, sólo que en ambos lados de la cabeza,  dejándolo sólo en la parte superior de la cabeza suelto.

A diferencia de los míos, sus pantalones eran negros y en vez de sandalias que sólo con años de práctica podría atar, llevaba botas negras y pulidas.

¿Te gusta lo que ves? ― Esa poderosa voz preguntó, sobresaltándome tanto que tropecé dos pasos hacia atrás.

Él sólo sonrió y continuó desenvolviendo la tela de todo su cuerpo. Si bien no tenía palabras para contestarle, no tenía problemas para concentrarme en su rostro. Sus labios tenían un matiz azul, un toque de color que no había visto en nadie antes, y sus marcas de la sien me hicieron desear acercarme y explorarlas, tanto así que realmente recuperé los dos los pasos que  previamente había robado entre nosotros.

Me las arreglé para detenerme, y en cambio sólo observé la forma en que las marcas salían de su piel en el mismo color que su pelo. Su forma era extraña, casi como los ángulos agudos de las aves en vuelo, pero tan pequeños que apenas los podía distinguir. Siguieron la línea de toda la parte superior de su ceja izquierda, tocaron el rabillo del ojo, abrazaron su pómulo, y se deslizaron en una punta aguda a la esquina de sus labios azulados.

Él me sonreía de nuevo, probablemente, burlándose de mi reacción, pero mientras me habría importado en algún otro tiempo o lugar, en esta situación no me avergonzaba de ser curioso. Rara vez había visto a un Rising Sun puro, y nunca a uno tan imponente como él, tan cerca o, tan desnudo. Su torso estaba completamente expuesto a mis ojos, y ¿cómo podría haber resistido a ver todos esos músculos bien formados?, y ¿cómo podría perdonarme perderme la vista del mismo patrón de marcas que se extendían desde la parte inferior de su ombligo hacia abajo de sus pantalones?

¿No hablas, mi Príncipe? ― preguntó el rey, mientras sus dedos empezaron a desatar las cuerdas que sostenían sus pantalones en su lugar.

Me sonrojé, forzando mis ojos hacia arriba. ― Jae, por favor. ― casi  susurré

¿Jae? ― Inclinó la cabeza hacia un lado otra vez,  observándome.

Sólo soy Jae. El príncipe ya no es más ― Lo dije, pero no estaba triste por ello. Era sólo un título, que nunca fue verdaderamente  mío.

Pero eres un príncipe, mi Príncipe. ¿O es que no ves a Rising Sun como un reino gobernante digno? ― Sus cejas formaron una mueca, como decidiendo si yo, de hecho, lo hubiera querido decir como un insulto.

No, mi Rey. Tu reino es hermoso e impresionante. Yo nunca implicaría tal cosa.

Entonces, ¿qué quieres decir? ― Todavía estaba serio, pero de alguna manera, estaba también un paso más cerca de mí de lo que estaba antes.

Sólo era un príncipe de nombre, sólo un heredero. Soy Jae. ― Incliné la cabeza hacia abajo, demasiado inseguro para mirarlo.

¿Así es como tus más cercanos te llama? ― El rey preguntó.

Sí.

Muy bien. Eres Jae, pero sólo en estas habitaciones. Todos los demás te llamarán Príncipe. ― Entonces él estaba tranquilo y tuve que buscar en sus ojos. Tuve que tratar de ver lo que estaba pensando.

Su rostro no reveló nada, pero sus pantalones cayeron agrupándose bajo sus pies, hablando de su mal comportamiento, y no podía apartar la mirada. Sus marcas, de hecho, conducían todo el camino hasta su polla. Lo abrazaban casi posesivamente mientras su colocación se hacía más gruesa cuanto más se acercaban a esa pieza larga y dura de hombre.

¿No te desnudarás ante tu esposo? ― El rey me sobresaltó de nuevo, y por puro instinto me abracé a mí mismo, tomando unos pocos pasos de él. ― ¿Es verdaderamente un crimen desnudarte frente a los demás? ― preguntó, haciendo caso omiso de mi retirada.

― dije en voz baja, sabiendo instantáneamente lo que él y Changmin habían estado hablando.

Así que nadie alguna vez te ha tocado, besado. Nadie jamás ha explorado ese magro cuerpo tuyo, mostrándote todas las formas en que podrían hacerte gritar.

Me sonrojé de color rojo oscuro, y chillé ― Nadie.

¿No dejarás que tu marido te muestre, entonces?


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4 comentarios :

  1. No me defraudes Yunho, por favor se gentil con Jae, ay por Dios pobre falquito mio, le va a dar un infarto con semejate esposo siendo su primera vez. Yunho, Yunho se lindo con él por favooooor.

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  2. uuuuuuuu nadie es nueve sito para ti solito Yunho le toco estrenar a Jae en todos los sentidos y si que lo disfrutara iuuuuuuuuu
    Gracias

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  3. Pufff que rápido va el yunho de matrimonio a la cama solo son pasos de minutos se a superado hahahha

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  4. Un cuerpo puro y magro, que jamás alguien a excepción de su madre ha tocado, entonces Yunho se delicado y gentil con él porque serás su primera vez en varios aspectos.

    Gracias!!!

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