Dueño de mi Corazón. Epílogo

Tan pronto como Jae se agitó abrí mis ojos y me aparté para mirarlo mejor. Estaba sudoroso y desorientado, pero una vez que vio mi sonrisa regresó la suya.

— Mira —Le dije, señalando con la barbilla en dirección a donde nuestros niños dormían.

Él lo hizo y una vez que los vio, inmediatamente se trasladó de mis brazos y se apoyó en los más pequeños.

— Son, hermosos —susurró, volviéndose hacia mí por un segundo antes de girar hacia atrás y sostener su mano en frente de sus boquitas, comprobando si estaban respirando. No tenía más energía para hacer magia y el dolor de la pérdida era aún más vívido en nuestras mentes. Entendí su necesidad de asegurarse.

Al parecer, la decisión de no despertarlos, se inclinó contra mí, manteniendo la mirada en su forma de dormir, y susurró: — No vamos a seguirles el ritmo a todos a la vez por las noches.

— Si son como yo no hay ninguna duda acerca de eso — Sonreí, frotándole los brazos desnudos y rastreando su clavículas con mis pulgares.

— ¿Qué pasará ahora? Todavía estamos en guerra — dijo y podía oír el miedo en su voz.

— Te quedarás conmigo hasta que los niños sean lo suficientemente grandes para viajar. No creo que pueda desprenderme de ellos, incluso si ese no fuera el caso. Pondremos más guardias alrededor de la tienda y sólo Changmin y los curanderos se les permitirá pasar al interior — Pausé por un momento, pensando — No sé cómo lo haré para sobrevivir a sus infancias. Voy a seguir preocupándome de que algo podría pasar con ellos.

Jae tiró de mi brazo y lo envolvió alrededor de su pecho.

— Vamos a mantenerlos a salvo. Darles una vida mejor que la que tenía antes de conocerte.

Me agaché y besé su frente

— Puedo garantizarlo.

Se rió de mí — Aprenderás que el ser rey, no es el deber más duro por ahí, ser padre lo es.

— ¿Por qué sigues diciendo tú? ¿No los criaremos ambos? —le pregunté, confundido y un poco molesto.

— Porque yo no tengo ningún reparo en usarlos en tu contra  —Se rió y le habría hecho cosquillas si no estuviera todavía tierno y dolorido.

En vez de eso le dije: — ¿Sabes que una vez que salí de la tienda y llamé a Changmin para que me ayudara, todo el campamento estaba de pie afuera a la espera de escuchar acerca de tu bienestar. Oyeron cada grito, mi amor, oyeron lo fuerte que eras y vieron lo orgulloso que me hiciste —Podía ver como se ponían rojas sus orejas, así que continué — Y una vez que te quedaste dormido, los dejé pasar y les mostré sólo lo necesario de quien era capaz de traer a los cuatro herederos al mundo.

Luego Jae se dio la vuelta, ultrajado y ruborizado.

— ¡Toda tu raza es de bárbaros! ¡Mostrando a un vulnerable y varón desnudo a sus soldados! Los concejales quieren ver actos privados y ¡se inventan la ropa que ni siquiera saben ayudarte a como envolver! Bárbaros  — Casi gritó, sólo por nuestros hijos, mantuvo su tono de voz bajo control.

No pude contener mi risa, traté de suavizarlo, pero era demasiado. Me encantó verlo enojado y avergonzado, se veía aún más hermoso si fuera posible, pero de alguna manera, antes de que llegara a una bofetada en la cara Lancé: — Te dije que me las pagarías.

Se detuvo un segundo, confundido en cuanto a lo que era que hacía referencia, pero una vez que se acordó, la explosión fue aún más fuerte

— Tus hijos te llamarán jabalí en lugar de Rey. No es más de lo que mereces.

Jae me dio la espalda, sus manos alrededor de su cuerpo, pero tiré de su espalda, ya escuchando a los niños revolviéndose.

— También te amo, mi príncipe.

FIN

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Gracias…

Me encanto el final, Jae tiene que estar muy feliz por el naciemiento de sus hijos. jajajaja y Yunho es un malo ed primera, mira que decirle que había dejado que sus soldados lo miraran mientras dormia, eso es malo. 

Espero estar pronto con el tercer libro, la verdad ya esta adaptado, pero tengo un pequeño incoveniente con mi Corel y no me deja hacer nada, al parece tengo que conseguir una nueva versión porque la clave del que tengo vencio.