lunes, 12 de marzo de 2012

Parte 3. No estoy dispuesto a perderte… de nuevo

Habían transcurrido ya dos meses… dos meses desde aquella noche. Dos meses desde que no sabía nada de él. Dos meses en que sentía que su vida no valía nada. Que cada segundo le pesaba cada vez más y más… ya no sentía ganas ni de levantarse o comer.

De hecho, había perdido peso y alrededor de sus ojos habían aparecido unas marcas azulosas, clara prueba de que llevaba bastante tiempo sin dormir una noche completa. Los recuerdos de aquella noche, de aquellos días al lado de la persona que más había amado, lo llenaban haciendo imposible sus deseos de olvidar y seguir adelante.

No quería pensar, no quería recordar, pero no importaba lo que hiciera siempre acababa pensando en él.

- No te ves nada bien, Junsu-Ssi. - Le dijo el moreno que estaba de pie a su lado. - Deberías ir a casa a descansar.

¿Descansar? No, él ya no sabía lo que era eso. Sólo vivía para trabajar, porque se había dado cuenta de que manteniendo su mente ocupada, ésta no encontraba tiempo para recordarle, para hacer que le duela el corazón.

- Estoy bien, Siwon-Ssi. - Le respondió a su jefe directo.

- No lo pareces. Debería hacerte un chequeo… esas náuseas de la mañana no me parecieron nada normales… a duras penas comes… me temo que bajes un poco más de peso y desaparezcas entre tus propias ropas. - Le dijo medio en broma, medio en serio el médico.

- Te pareces a mi Hyung… - Respondió el pelirrojo. - Siempre tratando de hacerme comer, pero no lo necesito. Como cuando tengo hambre. - Que parecía ser que eran menos frecuentes las ganas cada día.

Siwon miró al pelirrojo con preocupación.

- ¿Hoy también harás rondas de guardia nocturna?

- Sí… no tengo nada mejor que hacer. Y un compañero me pidió que le sustituya. No hay problema por eso. - El menor asintió con un movimiento de cabeza, ordenando los expedientes que tenía frente a él.

Siwon no estaba seguro de eso. Su hermanito Minho le había hablado un poco de la vida de sus amigos y no quería pensar que aquellas actitudes eran propias de una depresión y de un sentimiento autodestructivo por parte de Junsu.

- Aún así… ¡Junsu! - Se vio interrumpido el mayor cuando el pelirrojo se mareó y estuvo a punto de caer por no poder encontrar algo a donde afianzarse.

Siwon tomó a Junsu entre sus brazos y lo recostó en una camilla cercana.

- ¿Estás bien? - Preguntó con preocupación.

El chico sonrió con mucho esfuerzo y asintió con movimiento de cabeza.

- No pasa nada, Siwon-Ssi. Estoy bien… sólo fue un mareo. Seguro se me bajó la presión. - Aseguró intentando levantarse y minimizar la situación.

- No estoy tan seguro de eso. Tú no te mueves de aquí. Te digo esto más como médico que como amigo, Junsu-ah. - Le dijo con seriedad mientras el jovencito hacía un mohín con la nariz.- Voy a mandarte unos análisis y no te moverás de aquí hasta que tengamos los resultados y sepamos qué es lo que tienes en realidad.

- Pero, Siwon…

- Pero “nada”… la ventaja es que no has comido nada así que los resultados saldrán más limpios. Te mandaré a alguien para que tome las muestras y que te dé algo para desayunar. Y es una orden de tu médico, Junsu. - Le añadió un tono duro a su voz para que el jovencito entendiera que no le sería nada fácil escapar de aquella situación.

Cerró los ojos nuevamente, queriendo dormir, descansar… queriendo olvidar… pero…

Movía las caderas intentando llevar el ritmo de Yoochun, sintiéndolo entrar y salir de su cuerpo…

Las escenas de aquella noche volvían a su mente… su dolor se volvía más fuerte… palpable…

… sintiendo sus besos y sus caricias, que pronto lo llevaron al orgasmo, derramándose en la mano y el vientre de Yoochun, mientras el mayor llenaba su interior con su propia esencia.

Todavía podía sentir el contacto de su piel contra la suya, su calor, sus besos… aquellos besos que no iban dirigidos a él.

Se aferró a él unos minutos, para que después el mayor saliera de su interior, acostándose a su lado. Junsu se acomodó, dejando su cabeza sobre su pecho.

Había sido la mejor noche de su vida, pero también había sido el momento en que su corazón  murió de decepción…

- Te amo… KiBummie… - Murmuró el pelinegro entre sueños.

- Junsu-Ssi… - Aquella voz le sacó de aquel sueño… que cada vez que cerraba los ojos se volvía su realidad, su cruel realidad… Yoochun ya no estaría nunca con él. - ¿Por qué no te acabaste la bandeja? - Preguntó la jovencita con preocupación.

Se trataba de MiSun, una jovencita morena de sonrisa siempre presente, que estudiaba la carrera de medicina y en ese momento se hallaba trabajando en el hospital como asistente de las enfermeras.

- Debes comer bien para que mejores pronto. - Le habló como lo hacía con los niños del área de pediatría.

Junsu sonrió ante la ternura de la jovencita.

- Estoy bien, MiSun-ah… - Murmuró viendo la bandeja a medio terminar. El platillo era un potaje de verduras y pollo sin nada de sal, un jugo de naranja y de postre una pequeña gelatina de uva sin azúcar (N.A. ¬¬ maldita comida de hospital XP). Junsu apenas había podido comer la mitad de cada cosa. - ¿Han salido ya los resultados?- preguntó sentándose en la camilla y esperando que el cambio de tema desviara la atención de la muchachita.

- Iee… - Dijo moviendo la cabeza con efusividad. Sí… tal vez le recordase un poco a él… un par de meses atrás. - Siwon-SeongSaengNim mandó hacer análisis de todo. - Dijo mostrando los resultados que abarcaban tres hojas tamaño carta. - Creo que exageró un poquito. - A la vez que hablaba hizo una seña en la que sus dedos índice y pulgar casi se tocaban.

- Así es Siwon… lo conocerás mejor después de un tiempo… - Dijo tomando las hojas de las manos de la muchacha.

- ¿No esperarás a SeongSaengNim? - Preguntó con curiosidad la chica.

- No cuando sé que el mareo fue provocado por una baja de mi glucosa sanguínea. - Dijo señalando un dato en la primera hoja. - Sólo fue un desperdicio de tiempo mandar a hacer tanta cosa… - Siguió revisando las hojas siguientes. - Después de comer se me ha quitado por… - Se interrumpió al leer la última hoja de los análisis, lo cuales dejó caer de la impresión.

- Junsu-Ssi… Junsu-Ssi… ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? - La chica casi entra en pánico cuando Junsu no le contestó, pues creyó que había entrado en un estado catatónico.

- Yo… yo… - Las manos de Junsu instintivamente fueron hacia su vientre, abrazándolo. Una sonrisa se extendió en sus labios y lágrimas corrían por sus mejillas, pero no eran las lágrimas de siempre, éstas no eran de dolor o decepción, sino de amor y felicidad. - Yo… voy a tener un bebé… MiSun… MiSun… ¡Voy a tener un bebé! - Giró hacia la chica quien lo miraba estupefacta, aún no pudiendo creer lo que acababa de leer en aquellas hojas. ¿No se habrán confundido? ¿Realmente eran esos sus resultados?

MiSun recogió del suelo las hojas y leyó los resultados.

- ¡Waaaaaaaaaaaa! Junsu-Ssi… Junsu-Ssi… serás Umma ¡serás Umma! ¡Waaaaaaaaaaa! - Gritó la chica abrazando al pelirrojo con alegría, mientras Junsu se aferraba a ese abrazo.

Porque al fin y al cabo no eran esos brazos los que deseaba que estuvieran a su alrededor. No era la alegría de esa chica la que debería provocar, no eran esas felicitaciones las que quería recibir, pero eso era lo que tenía y no iba a rogar por más… no cuando la vida le había dado esa gran oportunidad, ese hermoso (aunque cruel) regalo.

Vas a ser papá, Chunnie… tendremos un hermoso ratoncito.” Dijo para sí el pelirrojo mientras la pequeña MiSun lo asfixiaba en ese abrazo.


~°~°~°~°~


El pelinegro frunció el ceño cuando vio al intruso acostado en el sofá de la sala, mirando la televisión encendida.

- ¿Qué coños andas haciendo aquí? - Preguntó con enfado cuando el otro se dio cuenta de su presencia. - Lárgate de mi departamento. No debes estar aquí.

Se quejó con enojo mientras el otro se incorporaba para mirarlo de frente.

- Lárgate de mi departamento en este preciso instante. - Repitió viendo que el mayor se levantaba del sofá, para encararlo.

- También es mi departamento, por si no lo recuerdas, Yoohwan. - Reclamó el hermano mayor mirando con enojo al susodicho.

- Me importa un reverendo pepino... - El pelinegro miró a su hermano con frustración.- Yoochun, tienes 4 meses de casado… Es tonto que no quieras regresar a tu casa, que no te guste estar ahí. Eso déjaselo a matrimonios que ya llevan sus 5 o 10 años… ¡Tú estás recién casado, por el amor de DIOS! - Le quiso hacer ver.

El mayor sonrió con cansancio.

- No entiendes…

-¿Qué quieres que entienda? ¿Qué cometiste un error al casarte con Kibum? - Le preguntó el menor con una sonrisa irónica en los labios. - ¿Qué te convenciste que lo amabas cuando no era así? Yoochun… Hyung… fueron tus decisiones, nadie te obligó a tomarlas… estabas dolido y te dejaste llevar por ese sentimiento… ahora, lo estás pagando demasiado caro ¿no es así?

Yoochun bajó la mirada. No podía sostenérsela a su hermano, porque sabía que Yoohwan tenía toda la estúpida razón.

- Creí que podría llegar a amarlo profundamente… pero Kibum… con su comportamiento, ha terminado de matar cualquier sentimiento que pudo haber nacido en mí por él. - Aclaró el pelinegro con una sonrisa triste.

- ¿Comportamiento? ¿De qué estás hablando, Hyung? - Yoohwan se sentó en el sofá que su hermano dejara vacío.

- Me quiere controlar, quiere tenerme vigilado todo el tiempo, saber cada paso que doy… me cela con cualquier estúpido pretexto… incluso… ha llegado a prohibirme que me vea con Yunho o Jaejoong. Sabiendo perfectamente que soy socio de ellos en el restaurante.- Yoochun caminaba frustrado de un lado a otro de la habitación.

- Todo porque le contaste lo que pasó el día de la despedida de soltero ¿Cierto? - Preguntó Yoohwan con una sonrisa en el rostro. - ¿Aún no recuerdas quién fue?

El mayor asintió con un movimiento de cabeza.

- No creí que fuera a ponerse así. Fue un error, lo sé y lo lamento… pero a cualquiera le pudo haber ocurrido. - Se disculpó el mayor.

- Lo malo es que te sucedió precisamente a ti, Hyung… - El menor negó con un movimiento de cabeza. - ¿En verdad no recuerdas nada? - Insistió.

- Ni siquiera sé cómo llegué a casa… si conduje o alguien me trajo en el automóvil. - Se sinceró. - Tú no recuerdas nada ¿Cierto?

Yoohwan se quedó mirando a su hermano mayor directamente al rostro…

- ¿Recordar?


+++Flash Back

Yoohwan había decidido llevar a sus amigos a casa. Bastante pasados de copas ya estaban y él era el único hasta cierto punto sobrio en aquel lugar.

Después de repartir a los 5 chicos en sus respectivos hogares, el menor de los Park pensó en ir a ver si su hermano seguía en la fiesta o si ya se había decidido por ir a casa.

Luego de repasar el antro y cerciorarse de que su hermano ya no se encontraba ahí, se dirigió al departamento, para ver en qué estado se hallaba su Hyung. Grande fue su sorpresa, cuando al abrir la puerta de su departamento, vio salir a Junsu de la habitación de su hermano.

- Yoo… sólo traje a Yoochun a casa. Estaba muy ebrio. - Se justificó el mayor.

A pesar de encontrarse en medio de la penumbra de la sala, el menor de los hermanos Park pudo ver los rastros de las lágrimas en las mejillas del pelirrojo.

- Gracias, Junsu… - Le dijo con suavidad.

El chico se dirigía a la salida, caminando despacio, como si cuidara cada paso que daba.

- ¿Te sientes bien? - La voz de Yoohwan lo sobresaltó.

- Sí… sí… gracias. Sólo… creo que me lastimé la espalda al ayudar a Yoochun a llegar a la cama. - Murmuró el pelirrojo en respuesta. - Adiós, Yoohwan. - Murmuró el pelirrojo al abrir la puerta para marcharse.

- Hasta mañana, Junsu. - Le respondió el pelinegro.

El pelirrojo sólo asintió para salir del departamento.

Yoohwan decidió dejar a su hermano mayor dormir la borrachera. Al menos sabía que estaba bien y que alguien lo había llevado a casa.

Ya era medio día cuando Yoochun despertó. Suerte que  la boda se realizaba por la tarde noche, si no, el mayor Park se hubiera visto en un serio problema.

- Ricky… ¿Cómo llegué a casa? - Le preguntó a su hermanito mientras se servía una taza de café recién hecho.

- ¿No lo recuerdas, Hyung? - Le miró dubitativo.

El mayor se sentó en la mesa frente a él.

- No… sólo recuerdo que estaba en la fiesta y alguien me dijo que era hora de ir a casa… después… desperté en mi habitación…- “… desnudo Quiso añadir, pero no lo hizo.

Sin embargo, Yoohwan lo conocía demasiado bien. Sabía que algo preocupaba a su Hyung.

- ¿Qué ocurre, Micky? Dime… - Le presionó a responder.

El mayor se sonrojó ligeramente antes de contestar.

- Había… había sangre en la cama… - El mayor bajó la mirada. - Yo también tenía sangre en mi cuerpo… pero no era mía, Yoohwan.

El menor frunció el ceño. Junsu el nombre le llegó sin necesidad de pensar mucho.

- Creo… creo que tuve sexo con alguien… - El pelinegro sintió vergüenza al hablar de ello, pero necesitaba saber. - O fui muy rudo con esa persona o…

- O era virgen… o ambos. - Completó el menor, causando que su hermano tosiera porque se había atragantado con su café. - Cabe la posibilidad, Hyung.

- Aún así… ¿Sabes qué sucedió? - Volvió a preguntar.

Yoohwan dudó entre decirle o no a su Hyung sobre Junsu, quería pensar que el pelirrojo estaba enamorado de su hermano y que iba a luchar por él, que iba a impedir que su hermano cometiera el peor error de su vida… casarse con Kibum; pero se decidió a esperar. Esperaría lo que sucedería esa tarde en el registro civil.

Tal vez Junsu se aparecería para reclamar a Yoochun como suyo y su hermano se daría cuenta de que a quien seguía amando era al pelirrojo.

++Fin Flash Back

… Pero Junsu no apareció.

- ¿Yoohwan?

La voz de su hermano lo volvió a la realidad. El menor de los hermanos Park sonrió con algo de tristeza.

- No, Hyung, lo siento. No he recordado nada y tampoco pude saber quién te trajo a casa. - Le respondió.

Y es que Ricky había optado por callar lo que realmente sabía… No por su hermano, porque si por Yoohwan fuera, hacía mucho tiempo que le hubiera restregado en la cara a Micky lo ocurrido. Si no más bien por dos personas que ahora significaban mucho para el menor de los Park y no iba a hacerles daño de ningún modo.

- Y tú ¿Qué haces aquí tan temprano? - Yoochun se extrañó de ver a su hermano menor en la casa a medio día.

- Pues… pedí permiso en el trabajo… voy a acompañar a un amigo al médico. - Dijo el menor sin extenderse mucho… y Sí, decía totalmente la verdad. No solamente acompañaría a alguien al médico, sino que era a una consulta Tocológica, sin embargo eso no lo iba a mencionar. - Pero… volviendo al tema, Hyung. ¿En verdad no recuerdas nada de esa noche?

El mayor tardó un poco en contestar, sintiéndose como si de repente su hermano pudiera leer en su mente, en sus recuerdos. Y es que Yoochun le ocultaba a su hermano menor que en los últimos meses en sueños le atormentaba aquella voz, aquella piel, que a pesar de haber tenido entre sus manos sólo una vez y bajo los humos del alcohol, se había impregnado en cada poro de su cuerpo, en cada fibra de su ser. Sobre todo aquella voz que sólo le hacía repetir entre sueños que lo amaba… en parte, por eso quería saber quién era.

- No, Yoohwan. Te he dicho que no.

El menor asintió.

- Iré a darme una ducha, Hyung. - Se levantó del sofá para dirigirse a su habitación. - Y yo que tú… mejor empezaba a pensar seriamente en lo que vas a hacer con tu matrimonio. Huir no soluciona nada, es mejor que enfrentes tu realidad antes de que sea demasiado tarde y te encuentres en un callejón sin ninguna salida posible.

Y Yoochun sabía que su hermano tenía razón.


~°~°~°~°~


El día era soleado, la brisa refrescante. Y él… sentía que la paz y la tranquilidad lo invadían. Miraba a los niños que jugaban en el césped de aquel pequeño parque, en cuya banca se hallaba sentado. El pelirrojo sonrió con ternura, cuando uno de ellos tropezó y cayó al césped golpeándose la rodilla. Las lágrimas por lógica no tardaron en salir, se levantó entre sollozos e hipidos buscando a su madre, quien no tardó mucho en llegar a su lado para limpiar con ternura aquella saladas gotitas y con besos y caricias curar ese piecito lastimado que pronto fue olvidado para seguir en ese juego con sus amiguitos.

Junsu se llevó una mano a su vientre levemente hinchado.

- ¿Así serás tú? - Se preguntó en voz baja, acariciando aquel pequeño bulto, sintiendo su corazón latir con fuerza y un estremecimiento recorrer su espalda ante el solo pensamiento de ese pequeño ser creciendo y alimentándose en su interior, de su cuerpo y de su amor. - Mi pequeño ratoncito… ya quiero tenerte entre mis brazos… - Su sonrisa se hizo más amplia ante la sola posibilidad de ya poder besarlo y abrazarlo. - Pero aún falta, lo sé. Cinco meses más… cinco meses y por fin estarás a mi lado. - Murmuró cerrando los ojos.

- ¡Sorpresa! - Una voz junto a su oído le hizo respingar, para luego abrir los ojos y tener frente a sí una enorme rebanada de pastel de chocolate y fresas. Su antojo más común.

- Yoohwan… - murmuró el pelirrojo con una sonrisa mientras recibía el pequeño obsequio por parte del menor.

- Es porque la última vez no me porté muy bien contigo, Junsu-ah… - Murmuró el pelinegro con una sonrisa algo cohibida. - Además… no quiero que mi sobrinito nazca con cara pastel por no cumplirle el antojo a su “Umma”. - Añadió en broma el menor de los Park… aunque en realidad, él ya no se considerara el menor.

Junsu recibió el obsequio por parte del muchacho y sonrió.

- No debiste molestarte…

- Es lo menos que puedo hacer… después de haberte dicho todo eso… Yo… te entiendo, en realidad sí te entiendo sólo que… me da mucho coraje saber que mi hermano…

- Yoohwan, por favor…- le interrumpió. - Es tu Hyung. No debes juzgarle.

El pelinegro asintió y se sentó en la banca junto al otro chico. Se había enterado hacía apenas un par de semanas del embarazo de Junsu y no había dudado en asociarlo con lo sucedido la noche de la despedida de soltero de su hermano. Junsu le miró con una sonrisa triste en el rostro.


++Flash Back

Era hora de decirle a su Hyung… es decir, en las últimas semanas se la había pasado evitándolo, para que Jaejoong no supiera aun lo que le pasaba. Ni siquiera a Minho o Changmin les había dicho algo del bebé. Siwon había sugerido que empezara sus visitas con el tocólogo de la clínica, pero Junsu había optado por la misma médico que había atendido su hermano y a Minho. Por lo que, seguramente, Jaejoong se enteraría de una manera u otra. Así que era mejor hablar con él de una vez por todas.

Lo citó en una cafetería lejos del restaurante, no quería que Yunho o alguien más lo supiera. No por ahora. Y esperaba que la justificación que había inventado para su embarazo fuera creíble para su hermano. Aunque lo dudaba. Lo único que agradecía era que Jaejoong jamás sospecharía quién es el verdadero padre de su bebé.

Junsu suspiró preparándose mentalmente para lo que se le avecinaba, sin darse cuenta que un par de mesas más allá, un pelinegro le miraba con curiosidad.

Le había visto entrar a la cafetería y se había sorprendido de aquel pelirrojo que había visto, pues no era ni la sombra de lo que Junsu había sido una vez. Yoohwan suspiró. Su novio se había ido apenas unos minutos atrás a la escuela, por lo que él ya debía retirarse también, sin embargo, algo lo obligó a quedarse ahí, como si esperara algo… porque Junsu estaba esperando a alguien.

Yoohwan bufó por lo bajo cuando unos momentos después, Jaejoong, el mejor amigo de su hermano llegó a la cafetería y se sentó junto a Junsu ¿Qué esperaba? ¿Qué el pelirrojo estuviera con alguien? ¿Recibiera a algún chico o una chica? Bueno, tal vez así encontraría una razón por la cual el joven no se había presentado a impedir la boda de su hermano.

Yoohwan se levantó de su mesa, dejó la propina del mesero que lo atendió y se acercó lentamente para saludar a los dos mayores antes de irse, pero algo de su plática fue lo que le causó mucha curiosidad, por lo que aprovechando que una mesa estaba desocupada muy cerca de ellos, Yoohwan se sentó para seguir el hilo de la conversación.

- Estás… tan… Junsu ¿Qué pasa contigo? - Jaejoong tomó la mano de su hermano menor y le miró con preocupación. - ¿Por qué no puedes decirme? ¿Por qué no me tienes la confianza para hablar de esto? Te he visto decaer día tras día en estos últimos tres meses, como si estuvieras muriendo en vida… - El pelinegro suspiró pesadamente, Junsu siempre se salía por la tangente cuando se trataba de hablar de esa depresión que le embargaba.

- No… no hay nada de qué hablar, Hyung. - El pelirrojo sonrió con tristeza. - Yo…- No sabía cómo empezar a decirle a su hermano aquella mentira que había urdido.- Yo… me he sentido solo estos últimos meses… y ese sentimiento… me llevó a tomar una decisión, Hyung… de la cual no me arrepiento y espero que tú… que tú me brindes tu cariño y comprensión.

La preocupación del mayor se acentuó más en sus facciones.

- ¿Qué quieres decir, Junsu? - Preguntó con desconfianza.

- Yo… voy a tener un bebé, Hyung… tengo tres meses de gestación.

Yoohwan sintió que algo le golpeaba el pecho…

“¿Tres meses? Es el tiempo que tiene Micky de haberse casado… es el tiempo de… la despedida de soltero…” Gritó en su mente, porque ésta trabajaba muy rápido, estaba llegando a conclusiones muy apresuradas.

Jaejoong le tomó la mano a su hermanito y después le jaló hacia sí para luego abrazarle con fuerza, no sabiendo qué pensar…

- ¿Es por el padre de ese bebé? ¿Por eso estás así? ¿Por él estás deprimido? - Preguntó con angustia. - ¿Te abandonó? ¿Es eso? ¿Te dejó?

Junsu bajó la mirada y respiró profundo antes de responder a su hermano con la mentira que había pensado.

- El… padre de mi bebé no puede estar conmigo, Hyung… no porque no quiera, sino porque no puede… él en realidad no puede. - Dijo el pelirrojo con un nudo en la garganta. Porque eran verdad ambas respuestas… Yoochun no podía y tampoco querría estar a su lado. - No puede porque… porque me hice una inseminación artificial hace tres meses.

Y esperó la reacción de su hermano.

- ¡Qué tonta mentira es esa, Junsu! - Gritó el pelinegro con enfado levantándose de la silla, llamando la atención de todos los comensales a su alrededor. Jaejoong volvió a tomar asiento frente a su hermano, tranquilizándose. - ¿Cómo puedes decirme eso? Es… es tonto.

- No lo es… eso hice. - Dijo el menor mordiéndose el labio inferior.

- Te abandonó, ¿Verdad? Por esos me dices esta absurda mentira… Sólo estás defendiendo lo indefendible, Junsu… - Le dijo su hermano mayor con enojo. - No puedes ocultar el sol con un dedo. Si ese desgraciado…

- ¡Basta, Hyung! - Pidió el pelirrojo respirando profundo, pero impidiendo que Jaejoong dijera algo más en contra de Yoochun. - Esa es mi versión de la historia. Si quieres creerme o no, es TU problema. - Dijo retadoramente el pelirrojo.

- Es imposible… por supuesto que lo es… - Jaejoong le miró con enojo para luego hablar con seriedad en cada una de sus palabras, como si le diera un  ultimátum. - Te dejaré que lo pienses, Junsu… dejaré que me digas la verdad cuando tú lo creas conveniente, porque esa tontería de la inseminación no me la creo aunque me obligues. - aseguró el mayor para luego levantarse de su asiento y salir abruptamente del lugar.

- Lo… lo siento, Hyung… MianHe… - Murmuró apretando los puños, pero sabía que no podía decirle a Jae quién era el verdadero padre de su bebé, porque nunca se lo creería. Porque su amor por Yoochun después de lo sucedido, acabó siendo una farsa para todos los que supieron lo ocurrido.

- En realidad… fue un pretexto algo… tonto, Hyung. - Junsu levantó el rostro, aterrado al escuchar la voz de Yoohwan, tan infinitamente parecida a la de Yoochun. - ¿Por qué no le dijiste la verdad? ¿Por qué no le dijiste que mi hermano es el padre de ese bebé? - le reclamó el pelinegro.

- Porque no es verdad… - Dijo el pelirrojo temblando por haber sido descubierto así tan fácil por el menor de los hermanos Park. - Yo… no he tenido relaciones con tu hermano… de hecho hace tres meses que no lo veo… - Aseguró sin mentir el delfín.

- Lo sé… No lo ves desde la despedida de soltero… cuando lo llevaste a casa después de la fiesta cuando estaba ebrio. - Habló con confianza el menor, sentándose frente a él en la mesa.

Junsu tragó saliva con dificultad. Había esperado que Yoohwan estuviera lo suficientemente ebrio como para olvidar su encuentro con él aquella noche.

- El ebrio era Yoochun, no yo, Hyung. - Habló como si supiera lo que pensaba. - Si lo amas tanto ¿Por qué no fuiste a impedir su boda? ¿Por qué dejaste que cometiera ese error?

- Yoochun no cometió ningún error… él… él ama a Kibum… - Dijo con dificultad sintiendo un nudo que se le formaba en la garganta, mientras sentía sus ojos picar por las lágrimas que amenazaban con caer por sus mejillas de nuevo…

… pero se había prometido no volver a llorar. No cuando la salud de su bebé estaba en juego, no cuando su “ratoncito” estaba primero que nada.

- Yoochun no ama al estúpido Kibum… no ama a quien no conoce… y él no sabe la verdadera personalidad de esa alimaña… - Le dijo con enfado el menor.

- Yoohwan…

- ¿Crees que no escuché lo que te dijo? ¿Qué te amenazó? Por Dios, Junsu ¿Cómo pudiste dejar que se casara con ese?

- Yoochun dijo su nombre… - Le interrumpió cerrando los ojos y apretando los puños con fuerza, clavándose la uñas en las palmas de las manos, para ver si ese dolor tan pequeño podía distraerlo de ese que se había instalado en su corazón. - Cuando estuvo conmigo… esa noche que… Yoochun creyó que yo era Kibum y me llamó por su nombre… dijo que lo amaba.

Yoohwan se quedó pasmado por unos segundos, como si su cerebro no pudiera procesar lo que Junsu había dicho…

- E… estaba ebrio… - Intentó justificar el más joven.

- Hay un refrán que reza… “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”. - Y desvió la mirada a cualquier otro sitio, no quería ver la expresión de compasión que Yoohwan le dirigiría en ese momento.

- Ese estúpido hermano mío… - Pero la mirada de Yoohwan no estaba llena de compasión, sino de rabia. - voy a…

- Yoohwan… es tu Hyung…

- Ya sé que compartimos la misma genética, pero yo no me hubiera dado por vencido al primer tropiezo, yo no hubiera dejado que otro ganara lo que con tanto esfuerzo había logrado… echó todo a la basura a la primera de cambios.

- Ya había pasado un año, Yoohwan… un año y yo… yo fui quien echó todo a perder. Yo fui quien lo engañó, quien le mintió, quien dijo que lo iba a intentar y no lo hizo… cuando Yoochun dio todo de sí en esa relación… fui yo quien le engañó con Eunhyuk.

- Quiero que me digas la verdad, Junsu… sobre lo que pasó… tú… ¿Llegaste a tener relaciones sexuales con ese… tipo? - Preguntó directamente.

Junsu bajó la mirada.

- No sé si me creerás si te digo la verdad…. Ya nadie cree en mis palabras. - Dijo el pelirrojo con la voz apagada.

- Déjame ser yo quien juzgue… - Le pidió el menor.

- Tu hermano ha sido el único hombre en mi vida… en todo sentido que tú quieras darle a la palabra. - Respondió levantando el rostro y mirándolo directamente a los ojos.

++Fin Flash Back

Y Yoohwan había sido el único que había creído en él, por lo que Junsu le había pedido, le había hecho jurar al menor que no le diría una palabra a ni a Yoochun ni a nadie sobre eso.

- Yo le daré el apellido Park… - Dijo el chico mirando al cielo, luego de aquel largo rato de silencio entre ambos. - Soy su tío, al menos, déjame hacer eso por él… o ella. - murmuró suavemente.

- Mir… ¿No le importará? - Preguntó mirando al menor con preocupación. - No creo que le parezca que su novio le dé su apellido a un niño que no es suyo… se podría mal entender.

Yoohwan sonrió.

- Le he dicho a Mir, entre él y yo no hay secretos. Él me apoya. - le respondió suavemente, para luego tomarle la mano. - De hecho… él viene también hoy con nosotros a la cita con el médico. Quiere conocer a su sobrino tanto como yo.

Junsu sonrió soltando el agarre del más joven. Justo en ese momento, el mencionado hizo acto de aparición. Mir era un jovencito pelirrojo, de sonrisa tierna y grandes ojos negros que brillaron de felicidad al ver a su novio.

Yoohwan se levantó para abrazarlo y robarle un tierno beso antes de girarse para señalar a Junsu, quien fue presentado como cuñado y “Umma” del bebé más hermoso sobre el planeta, o sea su sobrino. Mir rió ante la presentación que hizo su novio y no dudó en abrazar y darle un beso en la mejilla a Junsu.

- Ahora sí, podemos irnos. - Dijo Yoohwan, sin soltar la cintura de su novio.

Junsu sonreía, pero no podía evitar sentir cierta envidia al ver a la pareja yendo de la mano, así como tampoco pudo evitar que la frase “mal tercio” viniera a su mente en aquel momento.

- Es raro que Jaejoong-Hyung no viniera contigo esta vez, Junsu-Hyung. - Apuntó Yoohwan con curiosidad.

- Él tiene sus propios problemas, Ricky-ah. - Respondió el pelirrojo sintiendo una ligera angustia al pensar en la situación de su hermano. - Además, él aún está enfadado conmigo porque no he querido decirle quién es el padre de mi bebé. - Murmuró con suavidad.

- En realidad, Hyung… tu excusa es muy difícil de creer. - Apuntó el pelinegro con una mueca.

- Si Yoohwan le da el apellido al bebé ¿Crees que él sepa quién es el verdadero padre, Hyung? Es decir, podría sospechar. - Preguntó Mir con algo de preocupación.

- Es una posibilidad… - Se mordió el labio inferior al contestar.

La clínica a la que Junsu asistía a su control estaba a unas escasas calles del lugar donde se habían reunido, por lo que no tardaron mucho en llegar.

La enfermera los esperaba, por lo que les hizo pasar a una sala donde Junsu tuvo que cambiarse su ropa por una bata de clínica. El pelirrojo tomó lugar en una camilla. Ese día era su segundo ultrasonido, por lo cual la emoción lo embargaba más de lo que podía imaginar, porque vería a su bebé y cuánto había crecido desde el primer ultrasonido hacía dos meses atrás.

La doctora Lee EunKyung llegó nada más él estuvo recostado. Había sido la misma tocóloga que hubiera atendido a su hermano y a Minho durante sus embarazos.

- Buenas tardes, Señor Kim. - Saludó la morena.

- Buenas tardes, SeongSaengNim… ellos… han venido conmigo. Son… tíos de mi bebé. - Dijo el pelirrojo un poco cohibido.

- Buenas Tardes. Soy Park Yoohwan y él mi novio, Bang Chulyong…- Dijo el pelinegro haciendo una reverencia. - Esperamos no ser un estorbo para la consulta.

- Oh… no se preocupe… - Vio a ambos chicos tomados de la mano y la doctora asintió con un movimiento de cabeza. - Empezaremos enseguida. ¿Cómo se ha sentido, Señor Kim? ¿Ha tenido más náuseas o mareos? - Preguntó tomando la tabla donde tenía el archivo de expediente del embarazo de Junsu. - ¿Algo que le haya parecido fuera de lo común?

El pelirrojo sonrió negando con un movimiento repetido de cabeza.

- Las náuseas casi ya no están y los mareos no han vuelto. - Respondió.

La mujer se ajustó los anteojos.

- Bien, entonces empecemos. Levántese un momento por favor. - Le pidió para luego dirigirle hacia una báscula.

Le tomó el pesó y midió su cintura. Luego la presión arterial y al final volvió a pedirle que se recostara.

- Todo está en los rangos normales. Su embarazo está yendo muy bien, Señor Kim. - Le dijo con una sonrisa. - Espero que siga con los cuidados que ha estado llevando. Los antojos pueden ser realmente insoportables, no dude en tomarlos, pero siempre con moderación. - dijo mirando la enorme rebanada de pastel que en ese momento sostenía Mir. - Y siempre tratando de llevar una dieta balanceada. Ha estado tomando sus suplementos puntualmente, supongo.

- Sí, SeongSaengNim. - Dijo el chico con una sonrisa.

- Bien… ahora, vamos a hacer el ultrasonido. - La mujer tomó un gel de una de las repisas y le aplicó un poco al vientre del pelirrojo.

Yoohwan sonrió.

- ¿Podremos ver al bebé? ¿Se puede saber el sexo ya, SeongSaengNim? - Preguntó con ansias a la doctora, quien sonrió.

- Puede ser, Joven Park. - Respondió sinceramente - Pero solamente si está en una posición por la cual el escanner pueda llegar. Además, en esta etapa de gestación aún no es muy probable que podamos distinguirlo. Con más certeza podríamos definirlo a los seis meses, es decir al tercer ultrasonido… sin embargo, podríamos intentarlo. - Dijo al ver los rostros de desilusión de los dos menores.

- Hyung… ¿Qué te gustaría que fuera?-  Preguntó Mir con curiosidad.

- No sé, Mir… en realidad… que esté sano y fuerte es lo más me importa. - Le respondió con una sonrisa.

- Y que no herede la frente de mi hermano. - Añadió en tono de molestia el joven Park.

- ¡Yoohwan! - le regañaron al mismo tiempo Mir y Junsu.

La doctora sonrió para luego llamar su atención a la pantalla. El latido rítmico y rápido del corazón del bebé se dejaba escuchar, causando una sensación de asombro en los tres chicos.

- Dieciséis semanas de gestación. Mire, Señor Kim… ahora su bebé pesa 100 gramos y mide aproximadamente 16 cm., su aparato digestivo empieza a funcionar. Los dedos de las manitas y de los pies aparecen completamente. - Enumeraba la mujer señalando cada manita del pequeño ser. - En sí, a partir de esta etapa, sólo le queda crecer y ganar peso… también podemos ver que los detalles de su rostro ya están más definidos… incluso, en el transcurso del mes que viene ya podrá sentir más claramente que se mueve o “patea”.

Justo en ese momento, el bebé se llevó sus manitas a su rostro, como si estuviera bostezando. La emoción invadió a Junsu con fuerza cuando vio que su bebé estaba sano y completo, no pudo evitar aquellas lágrimas que rodaron por sus mejillas. Yoohwan apoyó una mano en su hombro. Tal vez no era quien debía estar a su lado, quien debía compartir con él aquellos momentos que eran tan especiales, pero no lo dejaría solo. Ni a él, ni a su…

- ¿Podríamos intentar saber qué es? - Preguntó el pelinegro. - Así podremos elegirle un nombre bonito. - Sugirió.

- Vamos a intentarlo. - La doctora movió un poco el scanner y sonrió con sorpresa cuando… - Está en una excelente posición, Señor Kim… su bebé… es una niña ¡Felicidades! - Le aseguró la doctora.

- ¡Una niña, Hyung! - gritó emocionado Mir, para luego abrazar a Junsu.

- Creí que sería varón… en casa somos dos varones. - Se quejó el pelinegro con un puchero de niño pequeño.

- Pues claro, son dos varones… era justo que hubiera una pequeña Park. - Dijo Mir sacándole la lengua a su novio en son de burla. - ¿No estás contento, Hyung?

Junsu asintió con la cabeza. La emoción no lo dejaba hablar.

La doctora imprimió las imágenes para entregárselas a Junsu en un sobre amarillo, luego apagó la máquina de ultrasonografía y se giró para verle.

- Espero que continúe con los mismos cuidados, Señor Kim. Su bebita y usted están magníficamente bien. Le daré las recetas para sus vitaminas del mes. Puede vestirse. - dijo la mujer antes de salir de la habitación.

- Estaremos afuera, Hyung. - Le dijo Mir con una sonrisa mientras jalaba a su ceñudo novio para ir tras la doctora.

Junsu suspiró y luego se acarició su vientre con ternura.

- Isseul… te llamarás Isseul… - murmuró con suavidad, ya las lágrimas cubrían su rostro, pues ese nombre era el que alguna vez Yoochun le había dicho que le gustaría ponerle a su hija en un futuro.

La tristeza lo invadía, el dolor era grande, pero mucho más lo era la esperanza y ese amor que le tenía a Yoochun y a su bebé. Por ese sentimiento no se dejaría vencer, ni ahora, ni nunca.


~°~°~°~°~


- ¡Que no te vayas, maldita sea!... Yoochun… Yoochun… Hazme caso… ¡Yoochun! ¡Te estoy hablando, Yoochun! - El castaño iba tras el mayor, quien trataba por todos los medios de no contestar a lo que el otro le reclamaba.

Ya estaba hartándose de esa situación, pues no importaba cuánto se esforzara, cuánto quisiera y deseara poder sentir algo por ese chico con el que había empezado a compartir su vida, Park Yoochun nada más no podía sentir otra cosa que no sea arrepentimiento.

- ¿No vas a decirme? ¿A dónde demonios crees que vas? - Le volvió a preguntar su esposo.

- ¡Basta! ¡Basta! Kibum… - Por fin la gota que derramó el vaso. - ¿No puedes verlo? ¿No te das cuenta? Me hartas con ese maldito control que intentas ejercer sobre mí… no te estoy engañando con nadie, no estoy teniendo una aventura con ninguna otra persona porque no hay nadie más que tú en mi vida ¿Por qué no quieres creerlo? - Preguntó el pelinegro con enojo.

- ¿Quieres que te crea? ¿Después de lo que hiciste? - Le reclamó nuevamente.

- Ni siquiera estuve en mis cinco sentidos, ni siquiera recuerdo quién fue ¿Por qué no dejas eso atrás de una maldita vez? - Le reprochó a su esposo.

- ¿Dejarlo atrás? ¿Cómo puedo dejarlo atrás? Ya no puedo confiar en ti, no puedo creer en ti… - Dijo el chico lloroso.

- Si no puedes hacerlo… entonces esto no funciona, ya no funcionará. - El mayor se dirigió entonces a la habitación que compartía con el castaño.

Abrió el clóset, sacó una maleta y empezó a llenarla con la ropa que tenía.

- ¿Qué demonios crees que estás haciendo? - Le gritó el chico mirando la escena desde el umbral de la puerta.

- ¿No lo puedes suponer? ¡Me voy! - Sin mirarlo, Yoochun seguía en la tarea de meter la ropa en la maleta. Mal acomodado, pero no se detendría a doblar la ropa correctamente, lo único que quería era salir de ese infierno.

- ¿Te vas con él, no es cierto? ¡Te largas con ese… con esa maldita zorra! - Le gritó con furia el menor, llegando hasta él para  empujarlo con fuerza.

Yoochun le miró entre molesto y asombrado.

- No sé en quién rayos estés pensando, Kibum, pero estás totalmente equivocado. - El mayor respondió.

- ¡JUNSU! Te vas con él, con esa maldita prostituta…

- ¡KIBUM! - Le gritó con fuerza el mayor, con tanto enojo, con tanta furia que el hecho asustó al castaño dejándolo paralizado por el temor a que el mayor pudiese levantarle la mano, cosa que estuvo a punto de ocurrir, solamente porque el pelinegro se dio cuenta a tiempo del error que estaba a punto de cometer. - No vuelvas a levantar un falso ni contra él ni contra nadie, Kibum… a Junsu no lo he vuelto a ver desde el día que me casé contigo, de hecho, no he vuelto a frecuentar a ninguno de mis amigos, ni a Yunho, ni a Jaejoong, mucho menos a Changmin o a Minho desde que estoy casado contigo, pero no voy a permitir que te crees fantasías tontas, ni intentes hacerte a la víctima inventándote historias alrededor de alguno de ellos, que ¡NO te queda…! - Le dijo el mayor mirándolo directamente a los ojos. Cerró con fuerza la maleta y la cargó dirigiéndose a la puerta de aquella hermosa casa, en donde se suponía debía formar su hogar.

- ¡YOOCHUN! - Intentó detenerlo, pero el mayor se soltó de su agarre.

- Se acabó, Kibum, se acabó… lo lamento, pero ya no soporto más esto. - El pelinegro le miró con tristeza. Alguna vez aquellos ojos negros le había parecido hermosos y brillantes, alguna vez había deseado con mucha fuerza besar esos delicados labios, pero ahora que lo veía… no podía sentir ninguna de aquellas antiguas sensaciones, ni siquiera vagamente. - Quiero el divorcio.- Añadió antes de salir y dejar a un destrozado Kibum llorando, arrodillado en la alfombra de aquella sala.

- Fue tu culpa Kim Junsu… tu maldita culpa, yo lo sé… - Decía entre lágrimas llenas de rencor y furia contra aquel chico que creía era fuente de todos sus males.


~°~°~°~°~


Yoohwan se estiró con pereza cuando entró a su departamento. Al final, la visita de Junsu al Tocólogo había resultado la mar de bien y ¿Para qué negarlo? El joven Park estaba más que emocionado por la llegada de su pequeña sobrinita.

“En serio espero que no herede la frente de mi hermano” se dijo con una sonrisa.

Sacó algunas cosas que traía en el bolsillo junto con su billetera y las llaves de la casa, lo cual dejó en una mesita cerca de la puerta.

- ¿Por qué tan tarde? - La voz de su hermano mayor le sorprendió causando que el joven diera un brinco en su lugar.

- ¿Sigues aquí? ¡Cobarde! Seguro que no te has ido a tu casa. - Le miró con reproche cuando su hermano suspiró pesadamente.

- Estaré viviendo aquí por un muy buen tiempo, Yoohwan…- El mayor bajó el rostro.- Voy a divorciarme.

El menor sabía que aquella medida había sido muy dura de tomar para su hermano, no podía evitar sentir algo de pesar por él. Al fin y al cabo, Yoochun se había casado, si no enamorado, si muy ilusionado con aquel chico.

- Creo, Hyung, que es la mejor decisión que pudiste tomar. - Le dijo con una sonrisa para luego abrazar a su hermano. - ¿Quieres algo de cenar?

- Te vuelvo a preguntar, ¿Por qué tan tarde? - Le repitió.

- ¿Se te pegó esa manía de tu ex-esposo, Hyung? - Le preguntó con algo de ironía. - Te dije que iba a acompañar a un amigo al médico y después me fui a ver con Mir… mi novio, Hyung. - Le dijo cuando vio al mayor fruncir el ceño confundido al escuchar el nombre. - Bueno… ¿ordenamos algo? No estoy con ganas para cocinar y me imagino que tú tampoco. - Le dio un guiño para luego ir hacia el teléfono, tratando de recordar el número del restaurante favorito de ambos.

Yoochun sonrió.


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- ¿Una niña? - La sonrisa de Jaejoong se hizo más amplia y abrazó a su hermano con suavidad mientras sostenía con una mano las imágenes del ultrasonido que acababa de mostrarle.

En la casa de la familia Jung, aquella mañana, Junsu y Jaejoong se encontraban en la sala. Los gemelos se hallaban jugando en el corralito, mientras su Umma y su tío revisaban las cosas de la bebita.

- Junsu… - El mayor respiró profundamente. Él y su hermano habían discutido varias veces por saber la identidad del padre de esa bebé, pero el pelirrojo nada más no había dado su brazo a torcer y la excusa que se había inventado, nadie la creía.- Soy tu hermano y cuentas conmigo para todo. ¿Lo sabes, no es cierto? - Le preguntó con una sonrisa comprensiva en su rostro. Jaejoong quería que su hermano se sintiera cuidado y protegido, que él y su bebé no están solos. - Si no quieres revelarme quién es su padre, lo respetaré. - Siguió.- Lo único que quiero es que seas feliz. Que tú y tu bebé tengan todo, que…

Junsu detuvo el discurso de su hermano.

- Lo sé, Joongie, lo sé… y créeme que te lo agradezco, pero… lo que sucedió cuando concebí a mi bebé no puedo decírtelo… sólo quiero… quiero que estés seguro, quiero que sepas que mi bebé fue concebido con amor… - La voz de Junsu se quebró un poco, porque sabía que estaba mintiendo a su hermano en una pequeña parte, porque el amor del padre de su bebé no estaba destinado para él, sino para otra persona. - … Que amo a mi bebé, lo voy a cuidar y a proteger con mi vida entera si es necesario. Como debe ser.

Jaejoong asintió comprendiendo las palabras de su hermano, pues sabía que no podían ser mentiras. El embarazo de Junsu ya llevaba cuatro meses. El mayor había notado que dos meses atrás, Junsu había estado sumido en una depresión muy grande, que era un dolor tan enorme el que cargaba, que incluso llegó a tener miedo de que el pelirrojo atentara contra su vida, pero desde que se había enterado de la existencia de su bebé, no había hecho nada más que procurar su bienestar y su salud. Se había recuperado y sus ganas de vivir, de seguir adelante, eran esa bebita.

La razón de aquella depresión, Jaejoong nunca la supo por más que le preguntó, siempre sospechó que algo tenía que ver el papá de su sobrinita, pero ahora no importaba. Sea quien haya sido el estúpido que jugó con los sentimientos de su hermano menor, había perdido a un ser valioso como Junsu y se arrepentiría tarde o temprano. Porque a pesar de los errores que su hermano menor pudo haber cometido en el pasado, ahora sabía que Junsu había cambiado y era un hombre maduro y capaz.

- ¿Cómo la llamarás? - Preguntó curioso el pelinegro. - Busquemos mi antiguo libro de nombres y elijamos uno adecuado para ella ¿Te parece?

- Ya elegí uno, Hyung… ya sé cómo se llamará mi bebita. - Murmuró el pelirrojo negando con un suave movimiento de cabeza. - Se llamará Isseul.

- Isseul… es bonito ¿Por qué ese nombre? - Jaejoong sentía curiosidad que su hermano fuera firme con eso.

- Sólo… me gustó. - Respondió sin extenderse más.

- Buenas tardes. - Saludó Yunho al entrar a la casa después de quitarse los zapatos, había ido al restaurante a ver un par de problemas con un proveedor y ahora estaba de regreso en su casa. - No puedo creer que ni un domingo podamos estar tranquilos en casa, Boo… - Dijo el moreno dándole un beso en los labios a su esposo para luego saludar a su cuñado.

Jaejoong le extendió las imágenes del ultrasonido.

- Ven, amor. Vas a conocer a tu sobrinita Isseul. - Dijo el pelinegro con una sonrisa.

- ¿Es una niña? - Preguntó con emoción el chico al sentarse en el sofá junto a ellos, rodeando con uno de sus brazos la cintura de su esposo.

El timbre de la puerta sonó.

- Yo atenderé. - Jaejoong se ofreció mientras su esposo y su hermano veían las imágenes. El pelinegro vio por la ventana antes de abrir, pero no se esperaba al visitante que se hallaba en la puerta de su casa. - ¿Pero es que el gato al fin ha dejado libre al ratón? - Preguntó en broma cuando abrió y abrazó al joven frente a él. - Yunho… mira quién se ha acordado de nosotros. - Dijo entre risas para que su esposo le mirara.

Jaejoong jaló al joven hacia el interior y cuando Yoochun saludó a los presentes, el corazón de Junsu empezó a latir con fuerza mientras un escalofrío recorrió su cuerpo entero al escuchar su voz.

- ¡¡Yoochun-ah!! - Exclamó Yunho agradablemente sorprendido por la visita de su amigo. - Hasta que te dejas ver, hombre. - Le reclamó para luego abrazarlo. - ¿Cómo has estado? ¿Y Kibum? - Preguntó el moreno, pues esperaba ver a la pareja de recién casados juntos.

- Este… no ha venido… - Dijo en apenas un murmullo audible.

- Ven, siéntate…- Jaejoong lo llevó al sofá donde Yunho le cedió el lugar junto a Junsu. - Estábamos viendo las imágenes del ultrasonido de Junsu ¡Tendrá una bebita! - añadió el mayor de los Kim emocionado.

El pelirrojo tragó saliva con dificultad al escuchar a su hermano decir aquello, no esperaba encontrarse con Yoochun ahí, mucho menos que se llegara a enterar de su embarazo. Aunque  Yoohwan le había dicho días atrás cuando le acompañó al médico que Yoochun no recordaba nada de lo sucedido aquella noche, que sólo intuía lo que había pasado, Junsu no quería arriesgarse a que asociara lo sucedido con él y llegara a lógicas conclusiones.

- Hace mucho que no nos veíamos, Junsu-ah ¿En verdad vas a tener un bebé? - Preguntó Micky con curiosidad.

- Cierto… hace mucho… - Murmuró el jovencito bajando la mirada. Si Kibum se llegaba a enterar que había visto a Yoochun, seguramente se enfadaría y le reclamaría por haber faltado a su palabra, pero sobre todo, le causaría un problema a Yoochun.

- Al menos la mayoría de nosotros ha podido ser feliz. - Dijo el ratón con un sentimiento nostálgico en la voz.

- ¿Qué quieres decir, Yoochun? ¿Hay algo mal? - Le preguntó Jaejoong con preocupación mientras Yunho traía a los gemelos para que Yoochun les viera.

- Voy a divorciarme. - Soltó el pelinegro con una sonrisa triste en sus labios.

- ¡¿Qué?! Es decir… ¿Por qué?... Lo lamento no debo ser entrometido. - Se disculpó Junsu ante lo había soltado, pero era que lo que escuchó lo había dejado totalmente asombrado. ¿Acaso Yoochunnie  no fue feliz en su matrimonio?

- ¿Qué pasó, Yoochun? - Volvió a preguntar Jaejoong.

- Todo resultó mal. Desde un principio estaba destinado a fracasar, sólo que… me negué a darme cuenta. - El ratón hizo una mueca con la boca.

Junsu bajó el rostro, sin querer seguir escuchando ¿Se divorciaría? ¿Por qué? ¿Cuál era el motivo?

- Sólo les diré que… en realidad, no lo amaba lo suficiente como para seguir a su lado… - Murmuró el pelinegro para luego mirar a sus amigos con una sonrisa que demostraba que Yoochun en realidad estaba en paz consigo mismo al tomar aquella decisión.

- Somos tus amigos, Yoochun, sabes que cuentas con nuestro apoyo para lo que se te ofrezca. - Le dijo Yunho con una sonrisa para luego tomarle de un hombro.

El pelirrojo miró al chico a su lado. Él también quería decirle algo, asegurarle que todo estaría bien, que alguien vendría a él y podría ser feliz muy pronto, pero las palabras parecieron atorarse en su garganta.

- Mientras tanto… cuida a tu sobrino porque Yunho y yo vamos a poner la mesa para que almorcemos. - Dijo Jaejoong, poniendo a uno de los gemelos entre sus brazos, mientras Yunho dejaba al otro con Junsu. - Y no acepto un NO por respuesta ¿Arassó? - Preguntó el Pelinegro algo ceñudo.

- Lo que usted mande, capitán. - Dijo el ratón con tono divertido a la vez que tomaba al pequeño.

Mientras los mayores se retiraron a la cocina, el pelinegro se dedicó a mover su pierna simulando el galope de un caballo, cosa que al bebé pareció gustarle porque sonreía mientras Yoochun no dejara de hacer el movimiento.

Junsu lo miraba un tanto sonrojado, pues el mayor demostraba tener “ángel” para los niños ¿Querría Yoochun tener hijos algún día? Se moría por preguntarle, pero mejor optó por callar. Su corazón latía rápidamente, mientras sintió un pequeño movimiento en su vientre, como si su bebé supiera quién era la persona que estaba al lado de su “Umma”.

Ambos permanecían en silencio y es que en realidad no sabían de qué podían hablar después de tanto tiempo.

- Neee… YoungJae… que grande ya te has puesto. - Señaló Yoochun al bebé que sostenía.

 - YoungMin… - Corrigió casi en un murmullo el pelirrojo. - El bebé que sostienes es YoungMin, él es YoungJae. - Señaló al bebé que se había acomodado en su regazo y dormitaba tiernamente junto a su pecho.

- Hace mucho tiempo que no les veía, por eso no puedo distinguirles. - Le respondió con una sonrisa. - ¿Cómo has estado? Aunque más bien debo preguntar ¿Cómo han estado? - dijo señalando su estado - ¿Cuánto tiempo tienes?

Yunho había dejado las imágenes del ultrasonido en la mesa de centro junto a ellos, las cuales Yoochun no dudó en tomar para ver, ante la mirada de temor de Junsu, quien no pudo evitar que el pelinegro les echara un vistazo.

- ¿Es una niña? Entonces ya estás un poco avanzado si es que pudieron decirte… - Dijo el mayor con una sonrisa viendo las imágenes del bebé.

- Yoo… - Junsu tragó con dificultad. Si Yoohwan le había dicho que su hermano no recordaba nada de aquella noche, entonces podía suponer que no relacionaría su embarazo con eso ¿No es cierto? - Ten… tengo cuatro meses. - Respondió con algo de duda.

Yoochun asintió con un movimiento de cabeza. Un calorcito muy especial se había instalado en su pecho al ver aquellas tiernas fotos, que a pesar de no ser muy claras, eran las primeras imágenes de aquel pequeño ser que pronto vendría al mundo. Era una emoción extraña la que le embargó en aquel momento, pero no podía dejar de mirar las imágenes del bebito.

- Será una bebé muy bonita… - Dijo con sinceridad. - Si se parece a su “Umma”… -  ratón sonrió al hablar así de su amigo. - Una muy bonita delfincita. - Dijo casi en un murmullo, recordando el apodo que alguna vez le había dicho cuando aún eran novios.

Junsu se sonrojó, pues no esperaba aquello de su parte.

- ¿Sabes? Isseul es un nombre muy bonito. - Dijo el pelinegro con una sonrisa.

- Sí, lo sé… - Respondió el pelirrojo, bajando la mirada.

- Vengan, está lista la comida. - Jaejoong se acercó para tomar a su bebé de brazos de su hermano y ponerlo de regreso en su cuna, pues el pequeño YoungJae se hallaba profundamente dormido.

~°~°~°~°~°~

Yoochun regresó al departamento ya cayendo la noche, dejó sus llaves sobre la mesa junto a la puerta y se recostó en el sofá, con un pensamiento fijo en su cabeza ¿Quién era el padre de la bebé de Junsu?

Jaejoong le había dicho que el pelirrojo se había negado a revelárselo… suspiró. De hecho, si el mayor no hubiera saltado con aquellas recomendaciones… Yoochun ni siquiera hubiera sospechado.

++Flash back

- Es tarde ya… aun debo pasar al consultorio de Siwon a revisar un par de expedientes para las consultas de mañana por la mañana. - Dijo el pelirrojo levantándose de la mesa del comedor.

- ¿En domingo? Junsu, sabes que no debes estar esforzándote de más como lo hacías antes. - Le regañó su hermano mayor.

- No te preocupes, ya no hago guardias nocturnas, tampoco estoy dado de alta en los horarios para el área de emergencias, sólo estoy ayudando a los médicos en sus roles con sus pacientes ingresados a piso o con las consultas, como mañana. - Aclaró el pelirrojo. - Y no debería ir, pero Siwon insistió ayer en que debía ir a descansar porque ya era tarde, así que dejé eso pendiente, por eso me voy a dar una vuelta por el consultorio.

- Eso espero… no quiero que algo malo les ocurra a ti o a mi sobrinita. No levantes cosas pesadas, pide ayuda si es necesario. Tampoco te desveles y si te duele mucho la espalda o los pies, porque estás muy cansado, llámanos. Yunho o yo iremos a buscarte inmediatamente. - Jaejoong había hecho las recomendaciones cual “Umma” que ya era.

- No te preocupes, Hyung, lo haré. Lo prometo. - Respondió el pelirrojo con una sonrisa.

- ¿Por qué no regresas a casa de Umma y Appa? - Sugirió Jaejoong.- Ellos podrán estar al pendiente de ti.

- Lo haré, cuando la bebé esté por nacer, Hyung. No quiero darles más preocupaciones a nuestros padres… Hasta luego, Yunho, adiós, Yoochun-ah. Fue bueno volver a verte. - Dijo haciendo una reverencia al mayor.

- Hasta luego, Junsu-ah. - Respondió Micky con una inclinación de cabeza.

Jaejoong acompañó a su hermano a la puerta y cuando ya se hallaban bastante lejos del comedor, Yoochun empezó a reír.

- Creo que la maternidad ha vuelto demasiado protector a Jaejoong, no creo que tenga nada de qué preocuparse por Junsu, ¿No piensas igual? - Le preguntó a Yunho.

- En realidad los dos estamos preocupados por él. - Respondió el moreno mirando hacia la puerta. - Junsu vive solo en su departamento, es lógico que nos preocupemos por ambos. No queremos que nada malo les suceda sin ayuda y sin vigilancia. Sabemos lo inquieto que es Junsu, no queremos pensar que algo pudiera ocurrirle y no haya nadie para auxiliarlo. - Añadió.

- ¿Solo? ¿Y el papá de su bebé? - Preguntó con curiosidad.

- No sabemos… - La voz de Jaejoong le hizo voltear el rostro, algo cohibido por ser indiscreto en algo que tal vez no le incumbía. - Junsu no ha querido decirnos quién es.

++ Fin Flash back


Junsu suspiró Micky sintiendo un peso extra en su pecho, como si él también hubiera adquirido la preocupación de sus amigos por el más joven. Es decir, hacía mucho que no veía al pelirrojo y ahora, se enteraba que iba a ser Umma soltero, cosa muy difícil de llevar, pues un niño (niña en este caso) era una responsabilidad muy grande.

Aquel sentimiento de pesadumbre no se iba, y se hacía cada vez más fuerte, estaba angustiado por Junsu… bueno, eso no debería ser raro porque Junsu es su amigo. No es que siguiera sintiendo por él lo mismo que hacía dos años atrás, ¿No es así?


~°~°~°~°~

- Entonces… les dejaremos a solas para que hablen por un momento… tal vez puedan llegar a un arreglo. - La voz del Juez se dejó escuchar.

Yoochun y Kibum se hallaban frente a frente en la oficina del juez de lo familiar, en la última audiencia para la firma de su divorcio, dos meses después de su separación.

- Puedes quedarte en la casa, Kibum… en realidad a mí me da igual. - Dijo el pelinegro.

Lo único que quería era acabar ya de una vez con aquello, zanjarlo y poder regresar a su vida normal.

- Yo tampoco la quiero. - Murmuró el castaño. Le traía malos recuerdos, porque sabía que mucho de lo que había sucedido en su matrimonio había sido por él y su falta de confianza a su ahora ex-esposo. - Yoochun… yo… lamento lo que pasó… este tiempo… me ha servido para darme cuenta de que nuestro matrimonio no empezó de la manera correcta, que no era amor lo que nos unía. - El menor sonrió. - No somos el uno para el otro a pesar de lo que hubiéramos creído antes.

- Tardamos mucho en darnos cuenta, Kibum. Y tuvimos que lastimarnos mutuamente para llegar a esta conclusión. - Reconoció el pelinegro con semblante triste.

Kibum asintió con movimiento de cabeza y era que en realidad en aquellos meses de separación había encontrado en una persona el apoyo que jamás pensó que podría encontrar y sintió que su corazón lentamente había curado sus heridas… comprendió que lo que lo había ligado a Yoochun durante todo ese tiempo, no podía ser llamado amor… todo gracias a un chico llamado Kim Jonghyung.

- Dejemos atrás todo esto… seamos amigos, Yoochun… no acabemos mal… - Sugirió el castaño con una sonrisa.

- De acuerdo, Kibum… yo deseo que en realidad encuentres a alguien que te ame como te mereces, como yo no pude hacerlo… - Dijo Yoochun con sinceridad.

- Y yo deseo que te des realmente cuenta de tus sentimientos… antes de que sea demasiado tarde. 
- Le dijo su ahora ex-esposo con una sonrisa, dejando al pelinegro totalmente perplejo por lo que había escuchado.

~°~°~°~°~

Miró su plato con ensalada a medio comer. Las verduras casi nunca le gustaron, pero tenía que comerlas.

- Yo tampoco quiero… - Dijo haciendo un puchero mientras bajaba la mirada a su vientre de seis meses de gestación. Junsu sentía que no le cabía ni un bocado más, a pesar de que le quedaba mucho más de la mitad del plato.

Volteó a mirar a su alrededor, la cafetería no estaba muy llena y él era el único que se hallaba sentado solo en una mesa… bueno, solo no tanto. Acarició su barriguita con ternura mientras seguía observando la lechuga y las zanahorias de aquel plato. Su bebita era una ratoncita, no una conejita para andar comiendo esas cosas.

- Sólo mirándolo, ese plato no va a desaparecer. - Dijo una voz a su lado.

El pelirrojo levantó la mirada para encontrarse con un Yoochun muy serio.

- AnniongHaSeIou, Yoochun-ah. - Le saludó con una ligera sonrisa, un tanto sonrojado.

- Esas verduras no desaparecerán sólo porque lo desees, Junsu… - Le repitió para luego sentarse en la silla frente a él. Sabía que Junsu estaba intentando todo por su bebé. El pelirrojo siempre había preferido los dulces, por lo que intuía que aquello era un requerimiento médico. - Anda, abre la boca. - Dijo tomando el tenedor para picar de las verduras y llevar un gran bocado hacia Junsu.

- Yoochun-ah… - Dijo desviando la cara. - ¿Qué haces? - Preguntó mirando hacia todos lados. Tal vez él y Kibum habían vuelto. No quería que el pelinegro volviera a tener problemas. Era cierto que no había vuelto a verlo desde aquella vez en casa de su hermano, hacía casi dos meses, pero prefería evitar cualquier cosa que le causara problemas a “su” ratón.

- ¿Cómo qué? - Preguntó sorprendido el pelinegro. - Tengo que velar por el bienestar de mi “sobrinita”. - Argumentó el otro.

Junsu abrió los ojos lo más grande que pudo debido a la sorpresa por lo que había salido de los labios de Yoochun.

- ¿So… sobrina? - A penas pudo articular.

- Sí, yo también voy a considerarme su tío, somos amigos ¿No, Junsu-ah? - Preguntó con una sonrisa el mayor.

El pelirrojo bajó la mirada.

- Amigos… - Murmuró para sí al escucharle decir aquello. Yoochun quería seguir siendo su… amigo… se consideraría “tío” de su propio bebé. Un nudo se formó en la garganta del menor y las lágrimas se agolparon en sus ojos. “Si tú supieras…”

- Junsu… ¿Estás bien? - Le preguntó con preocupación al ver que el rostro del menor se llenaba de lágrimas.

- Yo… sí… - Asintió con la cabeza repetidamente. Yoochun le extendió un pañuelo. - Gracias… - Dijo en un murmullo. - Es que yo… yo… en realidad… no esperaba esto de tu parte. - Dijo con sinceridad mientras secaba sus lágrimas. - Kibum… él… te…

- Kibum y yo nos divorciamos hace unos días. - Aclaró con una sonrisa. - Tomamos esta decisión para no hacernos más daño, Junsu.

- Lo lamento… lamento que… no haya resultado. - Y era verdad, porque por un lado el pelirrojo se alegraba de que Yoochun ya no estuviera casado con Kibum, pero por otro, eso no significaba que pudiese llegar a tener otra oportunidad con él.

El mayor se encogió de hombros.

- De cualquier manera, no voy a dejar que me hagas el tonto con esta ensalada… abre… - Volvió a ordenar.

Junsu obedeció y comió el bocado ofrecido.

- Después de esto ¿Tienes que ir a trabajar? - Preguntó Yoochun con una sonrisa.

El pelirrojo negó con un movimiento de cabeza.

- Estoy de medio tiempo ahora… - Murmuró en respuesta.

- ¿Tienes planeado hacer algo después de comer? - Dijo el ratón con una sonrisa.

El pelirrojo asintió con un movimiento de cabeza.

- Tenía planeado ir a ver algunas cosas para la bebé… - Respondió con cierta timidez.

- Perfecto… entonces puedo acompañarte a las compras, así te ayudo a cargar las cosas y quiero ser el primero en hacerle un obsequio a la bebé.

- ¿Un obsequio? - Preguntó incrédulo el delfín.

- Síp… ya verás. - Añadió Yoochun con una sonrisa.

Y Junsu sintió su corazón acelerarse ante esa cálida sonrisa.

“No lo hagas, por favor, no hagas algo que pueda ilusionarme, porque sé que al final… al final no me amarás como antes. No me amarás como yo te amo.” Rogó el pelirrojo, con la mirada triste.


~°~°~°~°~


- Esa pieza no va ahí… - El pelirrojo frunció el ceño. A veces Yoochun podía ser tan testarudo. - ¿Por qué no sigues el instructivo y ya? - Sugirió viéndolo pelear con el destornillador y la tuerca que no encajaba con aquella pieza. Lo romperá.” Se dijo apoyándose en el marco de la puerta.

- Porque el instructivo es más confuso todavía… - Se justificó el pelinegro con algo de frustración en la voz.

- Yoochunnie… llevas dos horas con eso… y se supone que es de armado fácil.- Junsu hizo un gesto cuando escuchó al pelinegro lanzar un improperio, el destornillador que sostenía resbaló, cortando la piel a su paso. La mano del mayor empezó a sangrar.- Iré por el botiquín.- Añadió con tono resignado de voz.

El pelirrojo  cruzó el pasillo hasta su habitación para tomar el botiquín, no sin antes sonreír ante el muñeco de felpa con forma de delfín color rosa que se hallaba sobre la almohada de su propia cama… el obsequio que Yoochun le había dado a su bebé hacía dos meses atrás, cuando lo encontró en la cafetería y le obligó a comer aquella ensalada.

Durante aquellos dos meses, Yoochun no había dejado al pelirrojo solo. Se aparecía en el hospital para verle, le llamaba a diferentes horas para saber si se había tomado el ácido fólico, incluso le había acompañado a sus citas con la Tocóloga. Yoochun había llorado al ver a la bebé en el ultrasonido el mes pasado, pero todo eso era por petición de Jaejoong.

Al preguntarle, tanto su hermano como el aludido se lo habían negado, sin embargo, conocía a su hermano y Junsu sabía que así había sido. El compromiso de Yoochun con él y la bebé sólo era eso. Aunque… había algo más…

Muchas veces, había visto que Yoochun se quedaba pensativo o le observaba con detenimiento. Al principio, había creído que Yoochun recordaba más que lo que Yoohwan había dicho, sin embargo, más tarde llegó a la conclusión que tal vez era solamente nostalgia o arrepentimiento, porque no había podido llegar a tener una familia con Kibum.

- ¡Junsu-ah!- Le escuchó gritarle.

 - Ya voy… es que no lo encontraba. - Dijo cuando llegó a la habitación donde el pelinegro le esperaba.

El pelirrojo de sentó en la mecedora que ya se encontraba junto a la ventana.

- Ven aquí…- Le ordenó al mayor, quien se sentó en el suelo frente a él.- Arderá.- Le advirtió cuando vertía un poco de alcohol en una gasa para desinfectar la herida abierta.

Yoochun ni siquiera se inmutó cuando el pelirrojo dejó caer la gasa sobre la herida. Estaba más bien concentrado en admirar cómo la luz del sol que se colaba por la ventana jugaba y hacía distintos matices con el cabello del menor.

Había leído en internet, el pelinegro se había informado, que muchas veces durante el embarazo se podía llegar a perder el cabello y la piel se reseca y agrieta debido al estiramiento que sufre al crecer el bebé, pero Junsu… no, Junsu no. A sus ocho meses de gestación, el pelirrojo… se veía más hermoso que nunca. Su sonrisa clara y cristalina le aceleraba el corazón mucho más rápido que cualquier otra emoción que hubiera sentido antes. Incluso la que sintió por el mismo Junsu un par de años atrás.

Durante aquellos dos meses, Yoochun se había ido acercando de nuevo al pelirrojo. Al principio por petición de Jaejoong, pero más tarde y una vez confirmado que no había peligro alguno para el menor en el departamento que ocupaba, Yoochun se vio libre de alejarse de él nuevamente, sin embargo… ya no deseaba hacerlo. No sabía si era por ese sentimiento de pertenencia que había nacido en él o por ese amor que parecía jamás se fue de su corazón a pesar del tiempo.

- Oh, Yoochunnie… - Murmuró el pelirrojo al ver la herida abierta.- Está un poco profunda, lo bueno que no necesitará puntos. - Sin embargo aún estaba preocupado por eso.

Y el mayor sonrió con ternura ante ese puchero que formaron los dulces labios del delfín… ese mote cariñoso había vuelto y no era la primera (y esperaba que no la última) vez que se lo decía. De hecho, aquel había sido el motivo por el cual Yoochun había descubierto que seguía sintiendo algo por el menor, pues dos semanas atrás…


++Flash Back

- Está muy grande… además es color rosa… - Se quejó el delfín.

- Es una niña, Junsu… - Se quejó el mayor señalando el evidente hecho ya más que confirmado por la Tocóloga.

- Y tú me saliste muy radical en eso de lo del género, Yoochun… no porque sea niña voy a llenar su habitación con cosas color rosa pastel. - El pelirrojo se alejó un tanto enfurruñado mientras seguía viendo la cantidad de cunas que habían en el departamento de bebés de aquella grande y conocida cadena de tiendas.

- ¡Oh, Su, por favor! Es la quinta tienda a la que vinimos… en todas le sacas defectos a las que ves… que si está muy grande, que si está muy chica, que tiene no sé qué material, que si no es hipoalergénico, que si está cara o el tapiz es verde, azul, morado o rosa… la verdad es que ya ni sé qué es lo que buscamos.

Y es que discutiendo eso ahí en medio de uno de los pasillos principales, parecían más un matrimonio eligiendo una cuna para su primer hijo, que un amigo ayudando a otro con la elección.

- Buscamos algo bonito,  Yoochun… algo digno de Isseul…- Dijo el pelirrojo acariciando su pancita de 7 meses y medio, mientras sus labios hacían un puchero.

Y al pelinegro se le hizo tan fácil abrazarlo por la espalda y rodearle con sus brazos, situando sus manos justo sobre las suyas.

- Lo sé, delfín… sé que quieres lo mejor para ella, pero es sólo una cuna… la dejará de usar en un par de años… - Apoyó la barbilla en el hombro del más bajo. - Susu… no estás molesto ¿Verdad? - Preguntó con preocupación al no recibir respuesta.

Pero es que Yoochun no podía sentir el rápido palpitar del corazón del delfín.

- Junsu-ah… - Le volvió a llamar preocupado.

El menor guió la mano de Yoochun hacia un punto en específico de su vientre, donde el pelinegro pudo sentir el fuerte movimiento que la bebé hacía en ese momento.

- Creo que…- Isseul reconoce a su papá… era lo que quería decir, porque el pelirrojo había sentido esos mismos fuertes movimientos sólo cuando Yoochun está cerca, únicamente con su voz o con que le tocara ligeramente el vientre, como si la bebé en realidad reconociera a Yoochun como su padre.

- ¿Ves? Isseul está de acuerdo. - Dijo el pelinegro con tono ganador.

El pelirrojo suspiró, como con algo de aburrimiento, pero el pelinegro no sospechaba que en realidad estaba tratando de tranquilizar el ritmo acelerado de su corazón, se alejó suavemente del agarre de Yoochun en su cuerpo. El mayor no quería soltarlo. No sabía por qué deseaba poder sostenerlo así contra su cuerpo eternamente, rodearlos a ambos con sus brazos y no dejar que nada ni nadie les hiciera daño. Lo que ignoraba era que Junsu tenía que alejarse de su calor antes de que su corazón y su cuerpo le traicionaran aun más.

- Bien… entonces… sigamos buscando… - Dijo el pelirrojo caminando lentamente mientras seguía mirando los muebles del lugar.

Yoochun le observó caminar y sonrió con ternura antes de alcanzarle.

Pocos minutos después, el pelirrojo había encontrado la cuna perfecta. En color blanco, el mueble era un precioso corral con un móvil de pequeños animalitos de diferentes colores, además llevaba un dosel de velo blanco, que ocultaría un poco la luz para evitar que se interrumpiera el dulce sueño del pequeño ser que descansaría en ella. En cuanto la vio, sus ojos brillaron y Junsu no pudo evitar imaginarse a su bebé durmiendo entre las suaves mantitas que ya había elegido con anterioridad.

- Esta es… - Murmuró con una sonrisa de ensoñación. - ¿No te parece, Yoochunnie? - Preguntó con un brillo en los ojos que, a su vez, hizo sonreír al pelinegro.

- La que tú desees, Su… la que tú desees. - Le respondió sintiendo su corazón lleno de algo cálido y dulce ante la sola ilusión de ver a Junsu llevando a su bebé en brazos para que durmiera la siesta en esa cunita.

- ¿Puedo ayudarles en algo? - Preguntó la dependiente con una sonrisa. - Oh, ese es un nuevo modelo que nos acaba de llegar. Está en promoción a meses sin intereses con tarjeta de crédito y entra en un descuento especial al pagar con débito o efectivo. - Les explicó mientras sacaba un block para anotar.

- Es perfecto… será con débito… - Dijo el pelirrojo con una sonrisa.

- No, dije que yo iba a comprar la cuna de Isseul… yo la pagaré. - Dijo el pelinegro acercándose para tomarlo por la barbilla. - Y no acepto un No por respuesta. Aún faltan muchas más cosas de las que puedes hacerte cargo, pero esta yo lo pagaré. - Aseguró Yoochun.

- Yoochunnie… - Intentó quejarse haciendo un puchero.

- No funcionará… - Luego se giró a la chica que les atendía. - Supongo que tienen entrega a domicilio.

- Sí, señor y por una cuota adicional uno de nuestros empleados armará la cuna. - Añadió la vendedora.

- Ah, no… de eso ni hablar. Lo haré yo mismo… - Dijo el pelinegro.

- ¿No crees que puede hacerlo alguien que sea… profesional en esto, Chunnie? - Preguntó con algo de preocupación el pelirrojo.

- Ni hablar… yo lo voy a hacer… yo voy a armarle la cuna a la bebé y ni una palabra más. - alegó el pelinegro enfurruñado.

Junsu se limitó a rodar los ojos.

- Venga por aquí, señor… pague en caja con este vale y luego le esperaremos para que llene las formas. - Le dijo la señorita con amabilidad.

Pocos minutos después, Yoochun se dirigía hacia un pequeño escritorio en medio del departamento, donde Junsu ya se encontraba esperándole sentado en una silla que la amable vendedora le había cedido. El pelirrojo se hallaba muy acalorado y sonrojado, a pesar de estar dentro de aire acondicionado. Cuando Yoochun le preguntó si estaba bien, el menor sólo asintió con la cabeza.

- Bien, Señor Park, ya su esposo nos ha dado los datos necesarios. Sólo firme aquí y el transporte de la mudanza le llevara la cuna a su casa en las próximas horas. Gracias por su compra… - Dijo haciendo una reverencia. - Y felicidades por su bebita, Sres. Park. - Añadió antes de ir a atender otra pareja que se hallaba cerca, viendo unas sillitas infantiles para comer.

- ¿Esposo? - Preguntó Yoochun un poco incrédulo mirando hacia el pelirrojo.

- Yo… - Carraspeó. - Inten… intenté decirle que no… que no soy tu esposo… - Explicó Junsu y sus mejillas iban tomando un tono rojizo cada vez más fuerte, porque sabía que no lo había negado con el ahínco que supuestamente debería, eso Yoochun lo ignoraría. - Pero no me dejó hablar mucho. Lo lamento. - añadió disculpándose.

Y no era que fuese algo que le molestara a Yoochun, sino todo lo contrario, porque de repente esa palabra le pareció la más dulce y apropiada para referirse a Junsu, su ESPOSO. Aquel sentimiento de calidez en su pecho creció aún más si eso era posible.

- Nnn… no importa, en verdad. - Se acercó al menor para extender la mano y ayudarlo a levantar. - Es tarde ya… vamos a comer algo y luego a que descanses a la casa. - Respondió con una sonrisa para luego hacer que Junsu cruzara su brazo con el suyo.

El pelirrojo asintió y se dejó guiar por el pelinegro fuera de la tienda.

Yoochun sentía que aquel sentimiento de pertenencia se hizo mucho más fuerte que antes con el comentario de aquella chica. Y de repente se encontró a sí mismo deseando que fuera realidad, que Junsu fuera su esposo y la bebé que estaba por nacer fuera suya, y no sólo una confusión por parte de una vendedora de muebles para bebés.

++Fin Flash Back

- Si no fueras tan terco… ya hubieras terminado de armar la cuna y esto no hubiera pasado. - Le reclamó con un gesto de preocupación. Aquella frase había terminado por regresar al pelinegro a la realidad. - Listo. No dolió nada ¿Cierto? - estaba terminando de poner una gasa sobre la herida para que no se infectara.

Yoochun hizo un gesto con la nariz.

- No creí que armar una cuna para un bebé fuese tan difícil. - Se quejó el pelinegro.

- No es difícil… tú no sigues las indicaciones que es otra cosa. - Le dijo en tono de regaño para luego cambiarlo por una sonrisa. - Mañana es tu cumpleaños, Yoochun… ¿Qué quieres que te obsequiemos? - Le preguntó con curiosidad dando por zanjado el otro tema.

- No, si te lo digo ya no será un regalo sorpresa ni con intención… - Dijo el pelinegro. - tienes que sorprenderme, Junsu.

- Sabes que nunca he sido bueno eligiendo regalos. - Le respondió.

- Lo que cuenta es la intención…

- Anda, Chunnie, dime… - Le dijo haciendo un puchero.

- No creo que quieras… - Respondió seriamente, alejando la mirada de él.

Junsu le miro con sorpresa. No sabía lo que Yoochun quería, pero para que se comportara de esa manera, debía ser algo importante para él.

- Lo intentaré…- Contestó el pelirrojo.

- Quiero que me digas quién es el padre de tu bebé. - Le respondió seriamente, después de pensarlo un poco, mirándolo directamente a los ojos.

- ¿Para qué… para qué quieres saberlo? - El pelirrojo se levantó de la mecedora, alejándose de él. ¿Acaso Yoochun sospecharía? ¿Acaso sabría…?

- Porque quiero saber quién es el estúpido malnacido que se atrevió a abandonarles así… - dijo el mayor con furia, con celos, con odio hacia aquel estúpido…

- ¡Yoochun, basta, por favor!... no lo hagas, no hables así de él… - Le pidió Junsu con un nudo en la garganta y sus ojos a punto de soltar lágrimas de dolor al escucharle hablar así.

- ¿Y todavía lo defiendes? Es un estúpido pedazo de engendro que no se merece ninguna consideración por haberte abandonado así… - El pelinegro se había levantado, llevado por el enojo al escuchar a Junsu defendiendo al padre de su bebé.

- Tú no sabes nada… no sabes cómo o porqué sucedieron las cosas, Yoochun… no puedes… no tienes derecho a hablar así de él.

Los dos elevaban su tono de voz, ya eran gritos los que se escuchaban a través de todo el departamento.

- ¿Lo amas? ¿Es eso? ¿Aun lo amas, Junsu?

- ¡¿Cómo no voy a amarlo si es el padre de mi bebé?!

Yoochun sintió que eso le partía el alma. ¿Por qué siempre tenía que ocurrirle aquello? Es decir, siempre tenía que amar a Junsu y él amaba a otra persona. Porque el pelinegro había ido dándose cuenta en todo aquel tiempo transcurrido junto a Junsu, que el amor que sintió por él no cambió, no murió, sólo se mantuvo ahí escondido, tras capas y capas de dolor en el que le fue encerrando, que lentamente se fueron abriendo con cada sonrisa, con cada abrazo, con cada caricia que compartieron en aquellos meses.

- No puedo creerlo… - Dijo el mayor, bajando el rostro con decepción, mientras reía con ironía.- ¿Cómo puedes…

- Tú no sabes lo que ocurrió en realidad… tú crees… que el engañado fui yo… mi hermano te lo hizo creer así… porque él eso quiere pensar… ¿No se han parado a pensar un minuto que tal vez quien hizo el daño fui yo? ¿El que le engañó fui yo? - Junsu se mordió el labio inferior. Te hice demasiado daño, Yoochun.” Quería gritar.

- No puedo creer que lo ames, no puedo creer lo que dices… - El pelinegro le tomó de la barbilla. - ¿Quién fue, Junsu? ¿A quién le hiciste tanto daño que pudo abandonarte sin sentir ni un poco de remordimiento? ¿Quién pudo irse sin mirar atrás y dejarte con este bebé que no tiene la culpa de nada? - Le preguntó con temor, porque el pelinegro no quería volver a escuchar de sus labios el nombre de HyukJae. Porque no quería saber que en realidad el amor que el pelirrojo tenía por ese tipo pudiera llegar a ser tan fuerte para haber durado tanto tiempo.

- No me lo pidas, Yoochun, por favor… no puedo… no puedo decirte…-Tienes que ser feliz, buscar la felicidad que se te ha ido de las manos… no voy a atarte, Yoochun… no puedo atarte con una obligación como esta.”- Déjalo ya, por favor.- Rogó en un murmullo.

- ¿Dejarlo? ¿Cómo puedo simplemente dejarlo, cuando veo que todos los días sufres? Por dios, Junsu, no intentes negarlo. No intentes negar esa tristeza porque la veo reflejada en tus ojos. - Yoochun se alejó lo suficiente de él para que lo mirara a los ojos.- me duele tu dolor, Junsu… sé… que es su padre, que yo nunca podré llegar a ocupar el lugar de él ni en la vida de Isseul… ni en tu corazón. - Murmuró el pelinegro con tristeza.- Junsu dime quién es…

- ¿Por qué? No es necesario que lo sepas, es decir…

- Porque quiero saber quién ha sido el que ocupó tu corazón esta vez. Siempre llego tarde a ti, Junsu… y me arrepiento… me arrepiento de haberme dejado llevar por mi dolor aquella vez… por eso me alejé de ti, por eso me casé con Kibum, porque me di por vencido con facilidad al primer obstáculo que la vida nos puso… se suponía que yo debía enamorarte, que debía lograr que me amaras, pero ante la primera prueba de mi amor no pude seguir, me di por vencido y te perdí… pero hoy, no estoy dispuesto a dejarte ir otra vez. - Confesó sus verdaderas intenciones, porque aquel sentimiento de pertenencia, esa calidez que sentía al lado del pelirrojo era demasiado grande y no lo iba a dejar escapar otra vez.

- Yoochun… - Junsu se tapó la boca con una mano, tratando de reprimir un sollozo pues las lágrimas ya corrían por su rostro.

- Te amo, Junsu… - El mayor rodeó son sus brazos al pelirrojo, apretándolo contra su pecho. - Te amo con todas mis fuerzas, aunque he querido negarlo, esconderlo, aunque he querido matar este sentimiento no puedo… no puedo.

Junsu se aferró a su camisa, con la confesión de Yoochun dando vueltas en su cabeza, porque aun no podía creer que en realidad le hubiera dicho todo eso.

- Si no quieres decirme quién es el padre de tu bebé… está bien, no lo hagas… pero déjame luchar por ti… déjame permanecer a tu lado… me conformaré con lo que quieras darme, con tu amistad, con tu cariño, pero no me pidas que me aleje de ti. - Pidió el pelinegro con tristeza, mientras consolaba al más bajo, quien no se había separado de su abrazo.

- Después de tanto tiempo… después… te hice tanto daño… - Levantó la mirada para ver su rostro.- Yoo… Yoochun… yo sé… yo sé que si te digo quién es el padre de mi bebé… terminarás odiándome. Que ese amor que me tienes se esfumará. - Se alejó de él, de su calor, porque a pesar de sentirse a salvo entre sus brazos, la mentira que había forjado hace tanto tiempo aun pesaba, porque a pesar de amarlo como lo hacía, le había dejado ir y egoístamente había pensado que podía conservar su amor y a su bebé sin que él lo supiera.

- ¿De qué estás hablando, Junsu?

- Yo te hice daño, te utilicé para tratar de llamar la atención de Eunhyuk, para satisfacer un estúpido capricho… - Junsu se dejó caer lentamente al suelo, ahogado entre sus lágrimas. - Sólo podía… te había herido tanto… te herí tanto… quise rogar… suplicar… por una oportunidad… una más… pero te había hecho tanto daño que… que sólo podía dejar que te fueras, que buscaras el amor con alguien más. Que fueras feliz, porque yo no te merecía, porque no era justo lo que había hecho contigo… y descubrí… descubrí que te amaba… que te amo… - Decía entre sollozos que parecían no tener fin. - Pero parecías haberme olvidado, porque lograste olvidarme, porque alguien más era tu felicidad… porque ese alguien recibía tus caricias, tus besos… los que yo perdí por mi estupidez…

- Junsu. - El pelinegro se acercó a él para abrazarlo. No podía creer lo que estaba escuchando. Junsu le estaba confesando su amor.

- Lo único… lo único que quería era una vez, una única vez… para estar contigo… para darte todo de mí… - Junsu se intentó zafarse de su agarre, pero el pelinegro no le dejó, le hizo apoyarse en su pecho nuevamente .- Quise entregarme a ti una única vez… Yoochun…

El pelinegro abrazó con fuerza al jovencito entre sus brazos.

- Te amo, Yoochun… - Dijo el pelirrojo en un suave murmullo.

Te amo, Yoochun…” Y aquel tono suave se repitió en su mente, que empezó a reproducir escenas de aquella noche, varios meses atrás, las mismas escenas en las que Yoochun se veía en brazos de alguien que le besaba y acariciaba con ternura, aquel “Te amo” que se repetía una y otra vez en sueños, que le atormentó durante su matrimonio con Kibum, pero que en los meses junto a Junsu había olvidado por completo. Y gracias a su mente traicionera pudo escuchar de nuevo esa voz… gracias a su mente traicionera, el rostro de aquella persona por fin se reveló después de todos esos meses.

- ¡¿Tú?!

Junsu se separó para mirarlo a los ojos.

- Tú eres el padre de mi bebé, Yoochun… tú eres el padre de Isseul. - Confesó el pelirrojo entre lágrimas.

Y aquella confesión, en vez de alegrarle, le había partido el corazón… no por lo que significaba, sino por lo que había hecho… Yoochun sintió el peso del tiempo sobre su espalda…

El pelinegro se separó mirando los ojos llorosos de Junsu. Sintiendo la culpa apretando su corazón tan duramente que sintió que sangraba por dentro lenta y dolorosamente. Si yo hubiera…” pero el Hubierano existía, y él había tomado la decisión incorrecta al momento de dejar ir a Junsu…

- Yoochun… - Murmuró el delfín con angustia mientras miraba el rostro pasmado del mayor, quien no emitía una sola palabra. El miedo empezó a tomar su corazón… Lo he perdido… me odia… me odia.” Se gritó Junsu internamente, sintiendo un nudo que se formaba en su garganta.

- Yo… no puedo… Junsu… no puedo… - no puedo perdonarme lo que te hice.” Quería decir… quería gritar, pero parecía que las palabras nada más se atoraban en su garganta.

Yoochun se levantó dejando a Junsu en el mismo lugar. Mirándolo con pesar, con dolor, para luego salir del departamento tan rápido como sus piernas le permitieron.

- Yoochun… - Le llamó el delfín entre lágrimas.

Aquello únicamente le había confirmado lo que su corazón ya sabía. Había perdido a Yoochun para siempre.

El pelirrojo se levantó lentamente, pero un movimiento de su bebé le obligó a sentarse de nuevo en la mecedora. Un dolor agudo le atravesó el vientre.

- Tranquila… amor… - Murmuró el delfín con dolor. - Él te ama… Appa te ama, bebé. - Dijo entre lágrimas. - Appa te ama, Isseul… - Repetía una y otra vez, pues sabía que el único que merecía el desprecio de Yoochun por haberle escondido la verdad todo aquel tiempo, era únicamente él. - ¡Ahhh! - Gritó al sentir una nueva punzada de dolor.

Eso ya no era normal ya no era como las anteriores contracciones que había tenido, a las que les llamaban El parto falso”… el delfín empezó a angustiarse. El dolor no menguaba… y era dolor, no contracciones.

Llevaba su teléfono móvil el bolsillo trasero de su pantalón, buscó rápidamente el número de su hermano.

- Jae… - Le había contestado después del tercer timbre. - Te necesito… Jae… me siento… ¡AAAAAHHH! - Gritó antes de poder terminar la frase.

- Junsu… Junsu… - Se escuchaba la voz de Jaejoong a través de la línea, pero el delfín ya no podía contestar.

No, bebé… aún no… aún no.” Rogaba internamente, pues sabía que aún le faltaba un mes para la cesárea y que el nacimiento de su bebé a los 8 meses era incluso más peligroso que si se hubiera adelantado a los 6 o 7 meses.

- Isseul… - Murmuró con temor el nombre de su bebé.


~°~°~°~°~


Yoochun cerró la puerta de su departamento tras él y se apoyó en ella, dejándose caer lentamente hasta el piso.

- Junsu… - Murmuró con dolor dejando que las lágrimas que había retenido desde que salió de la casa del pelirrojo.

Su corazón parecía estar atravesado por algo tan filoso que incluso respirar le parecía tan difícil, que solamente deseaba poder borrar los últimos dos años de dolor y decepción.

Casi dos años después… casi dos años en los que en vez de luchar, en vez de intentar que las cosas funcionaran, Yoochun había optado por darse por vencido. Había creído que la felicidad de Junsu iba a estar al lado de Eunhyuk, para finalmente saber que Junsu le había dejado ir porque lo amaba, no porque iba a regresar a los brazos de HyukJae. Se había apresurado a ser él quien diera por terminada la relación, porque él había decidido ya no seguir luchando contra lo imposible y decidió dejar a Junsu libre, pero no había sido así… Junsu solamente le dejó libre para que sea feliz. Cuando lo único que había deseado era estar a su lado… tantas confusiones, tanto tiempo perdido, tantas cosas que pudieron haber sido diferentes…

Isseul Su bebé… era su hija… cómo no pudo haberlo sospechado antes, si incluso Junsu había elegido el nombre que más le gustaba a Yoochun.

Isseul, Junsu… lo lamento.” Pidió perdón desde lo más profundo de su alma.

Estaba enojado consigo mismo, con la vida, el destino, sus malas decisiones. El pelinegro se levantó y con furia arremetió contra la mesa que se encontraba junto a la puerta y todo lo que se hallaba encima de ella.

- ¿Hyung? ¿Eres tú? - La voz de Yoohwan le llegó desde su habitación.

El pelinegro no quería hablar con nadie… no quería dar explicaciones, sólo quería en esos momentos… desaparecer.

Bajó el rostro con frustración, cuando algo en el suelo llamó su atención. Las cosas que habían estado sobre la mesa ahora estaban desparramadas sobre el suelo, entre ellas un papel del tamaño de media hoja tamaño carta.

“Dr. Lee EunKyung. Tocóloga”

Yoochun recogió la hoja, ya que era una receta de la misma médico que atendía a Junsu. ¿Acaso su hermano…?

Pero antes de que pudiera sacar conclusiones equivocadas, terminó de leer el papel. Estaba fechado 4 meses atrás… “Hierro… Ácido Fólico… Calcio…” Enumeraba. “Paciente: Kim Junsu… Edad…”

- ¿Junsu? - ¿Cómo había llegado esa receta ahí?

- ¿Hyung? ¿Qué pasa? - Yoohwan salió de su habitación, pues había escuchado el escándalo que Yoochun había hecho al golpear la mesa.

El mayor le miró con algo de sorpresa, pero fue entonces que se dio cuenta de lo que significaba aquel papel.

- ¡Tú lo sabías! Lo sabías, ¡Maldito seas! Y jamás me dijiste nada. - Le reclamó a su hermano menor con furia.

- ¿De qué…? - Yoohwan por un momento no supo de qué hablaba su hermano, pero por su rostro y ese enojo que evidenciaba, enseguida intuyó de lo que hablaba. - ¿Y qué si lo sabía? - Preguntó en tono retador. - Estabas casado con Kibum ¿Qué ibas a hacer? - Increpó.- Eran tus decisiones, Hyung. Te repito que nadie te obligó a tomarlas.

Yoochun se paseó por la sala, de un lado a otro mesándose los cabellos. El amor que le tiene es muy grande, pero la culpa lo es más. ¿Cuántas veces durante estos meses no había deseado y anhelado que ese bebé fuera suyo, que Junsu lo amara como él lo ama? Ahora que todo eso se ha cumplido, el dolor es muy grande, porque significa que sus decisiones no fueron las correctas.

- Si ya lo sabes ¿Entonces qué demonios haces aquí? ¿Por qué no estás a su lado? - Le reclamó su hermano menor. Yoohwan le miró con enojo.

- No es tan fácil…

- Lo es, con un demonio, por supuesto que lo es. Los dos se aman, van a tener un bebé. No es justo que estén separados por culpabilidad y esas tonterías. Hyung, es hora de que dejen todo eso atrás. - Le recomendó Yoohwan.

El mayor se dejó caer en el sofá.

- Su… ha sufrido mucho por mi culpa. - Dijo casi en un suspiro.

- Pues compénsalo, Hyung… a él y a tu bebé… mi sobrina merece tener a sus padres juntos, si es que se aman tanto como dicen.

- Los amo… a ambos. - Murmuró el ratón con una sonrisa en los labios.

El sonido del teléfono de la casa les llegó a ambos. El menor fue quien contestó.

- ¿YoboSeiou? ¿Nugu Seiou? ¡oh, Jaejoong-Hyung! - El menor dejó de sonreír drásticamente.  - Nee, ku nun iogi eh ieiuo…- El semblante del menor estaba preocupado, se separó de la bocina y se la tendió a su hermano. - Es Jaejoong- Hyung. - Dijo tendiéndole el aparato.

- ¿Yobo? - Preguntó extrañado.

- He estado tratando de localizarte en tu celular desde hace mucho tiempo… ¿Por qué lo apagaste? - le reclamó con tono de voz lloroso.

- ¿Qué ocurre? - Le preguntó con un presentimiento instalándose en su pecho.

- Junsu… la… la bebé está por nacer, pero… no quiere… no quiere entrar al quirófano hasta no verte… hasta que no estés aquí… Yoochun… ¿Qué sucedió? ¿Yoochun?

- ¿La bebé? Pero… pero…. Aún le falta más de un mes para el parto… - Su voz tembló y sintió que su corazón se estremecía de dolor ante lo que había escuchado. - Voy para allá.

Y cortó la comunicación para salir corriendo sin contestar a Jaejoong ni a su hermano que salió tras él al escuchar que era respecto a su sobrina.

Al llegar al hospital, Jaejoong, Yunho, Changmin y Minho se hallaban en la sala de espera. La preocupación se veía en sus rostros. El ratón había tratado de llegar lo más rápido que pudo, consiguiéndolo veinte minutos después de colgar la llamada de Jaejoong.

- ¿En dónde está? - Preguntó con angustia.

Jaejoong se encargó de llevarle a la habitación. Junsu se hallaba listo para la operación, sólo no había dejado que iniciaran porque quería asegurarse de que Yoochun no odiara a su bebé, porque si alguien merecía ese odio, era él, no Isseul.

- Yoochun. - Le llamó cuando le vio en el marco de la puerta.

El ratón no se hizo esperar y corrió a su lado tomándole la mano, para besar su frente.

- Lo Siento… lo siento tanto… - Se disculpó el delfín.

- No, no, no…. Quien debe disculparse soy yo… Junsu… todo saldrá bien… cuando tengamos a Isseul entre nuestros brazos, todo será mejor… te amo, delfín, te adoro… y a nuestra bebé… nada ni nadie nos va a separar de nuevo. - Le aseguró para darle un suave beso en los labios.

- Tenemos que entrar al quirófano. - Les interrumpió la enfermera.

Junsu sabía que no podía posponerlo más tiempo o Isseul correría un riesgo innecesario.

- Si quiere puede entrar con él. - Sugirió la chica.

Yoochun asintió y la siguió para prepararse para la cirugía.

La doctora ya estaba lista y en cuanto se situó junto a Junsu, la cirugía comenzó.

Una sábana azul cubría al pelirrojo y le impedía ver el procedimiento, aunque se lo imaginaba por haber estado presente en varias cesáreas. No podía sentir los cortes o los movimientos que la médico hacía en su cuerpo debido a la epidural que le habían aplicado momentos antes.

Yoochun sostenía su mano y le secaba las gotas de sudor que se acumulaban en su frente.

La pequeña Isseul llegó al mundo llorando a todo pulmón.

- Isseul… - Murmuró el delfín con voz muy cansada.

- Es ella, amor... está aquí con nosotros. - Le respondió Micky sosteniendo su mano con fuerza, besando su frente con ternura, mientras las enfermeras limpiaban un poco a la bebé antes de presentársela a Junsu.

- Quiero verla… por favor… - Pidió débilmente.

Una de las enfermeras la acercó a él, Junsu levantó un poco el rostro para poder verla con ayuda de Yoochun.

- Se parece a ti… - Murmuró Micky con ternura.

Junsu respondió sólo con una sonrisa antes de desvanecerse, justo al momento que la alarma del electrocardiograma empezó a sonar.

- ¿Qué sucede? Junsu... Junsu… ¡JUNSU! - Le llamaba casi a gritos, pero el pelirrojo no reaccionaba.

- Debe salir de aquí, señor Park… - Le ordenó la doctora.

- No… no voy a salir hasta que Junsu esté bien… - Dijo entre lágrimas el pelinegro.

- ¡Sáquenlo! - Ordenó la médico a dos enfermeras, quienes tomaron a Yoochun de los brazos y lo sacaron del quirófano a rastras para que soltara a Junsu.

- No, por favor… no ahora… no… - Rogó Yoochun dejándose caer de rodillas frente a la puerta doble de aquel lugar.

Jaejoong fue el primero en ir con él, sabía que algo malo había sucedido, la luz del quirófano no se había apagado y sabía que para esa hora su sobrinita ya debía haber nacido.

- Yoochun… - Le llamó ahogadamente, pero el pelinegro sólo podía sollozar.

El mayor se acercó a él y lo abrazó con fuerza.

- ¿Por qué? ¿Por qué ahora que podemos ser felices? - Se aferró a ese abrazo.- ¿Es un castigo, cierto? Es un castigo por todo el daño que le hice… por el dolor que le causé… no me dejarán estar a su lado… ¿nunca?

Jaejoong separó un poco a Yoochun para mirarlo a los ojos.

- Tú… tú eres… el padre de Isseul… ¿Cierto? - Preguntó con un nudo en la garganta.

Porque había sospechado, porque sabía que esa mirada que había visto en su hermano mezcla de dolor y soledad, también contenía mucho de amor por Yoochun, que las cosas para Junsu habían cambiado sólo porque él estaba ahí… porque le había parecido tan natural que de repente Yoochun y Junsu estuvieran juntos que… Jaejoong no podía decir nada… no podía… porque se sentía culpable, porque Junsu le había dicho lo mucho que amaba a Yoochun y él no le había creído.

- Porque amo a Yoochun… - Le dijo con firmeza. - ¿Por qué no puedes creerme, Hyung? - La voz del pelirrojo se quebró. - Yo…

Pequeños fragmentos de la conversación que sostuvo con Junsu, vinieron a su mente. Fue en el restaurante, después de que sucediera en su departamento el encuentro con Eunhyuk.

- Junsu, por favor… no más. Le hiciste daño, mucho. Si yo no te creo, él mucho menos lo hará.

Su hermano había confiado sus sentimientos en él… ¿Y qué había hecho?

- ¿Y si él te perdona estarás tranquilo? Porque una cosa es perdonar y otra muy diferente el olvidar… será muy difícil que Yoochun olvide.

Dudó de su sinceridad, le dejó solo, le obligó a encerrarse a sí mismo… a castigarse.

- Su perdón no limpiará tu consciencia…

¿El perdón de Junsu limpiará la suya?

- Todo saldrá bien, Yoochun-Hyung… - Escuchó la voz de Minho tras ellos. - Junsu es fuerte, saldrá adelante.

- Ustedes... ¿Lo sabían? - Preguntó Jaejoong con voz quebrada.

Changmin elevó el hombro derecho, como si no quisiera darle importancia al asunto.

- Junsu-ah me lo dijo… - Aclaró Minho.-… después de que salvara a Yoochun-Hyung de la intoxicación con nueces que tuvo aquella vez… - Murmuró para después morder su labio inferior.

- Pero nunca nos dijo quién era el padre de su bebé… sólo sospechábamos… ahora ya nos lo han confirmado - Añadió Changmin.

Las lágrimas de Jae se hicieron más fuertes, un sollozo escapó fuerte de su garganta ¡Por que su remordimiento era tan grande que lo ahogaba! Yunho tomó a su esposo en brazos para llevarlo a la pequeña sala de espera, mientras Minho y Changmin hacían lo mismo con Yoochun.

- Lo único que nos queda es esperar. - Murmuró Changmin.

Fue una hora después que la doctora salió de la sala de cirugía. Llevaba el semblante cansado, pero no por ello dejó de luchar.

- La pequeña bebé está ya en los cuneros. Todo resultó bien con ella, a pesar de haber nacido un mes antes de lo programado. - Explicó.

- Junsu ¿Cómo está Junsu? - Preguntó Yoochun con un nudo en la garganta.

- El joven Kim Junsu tuvo una hemorragia... la placenta estaba unida a una de las arterias principales del cuerpo. Fue algo de lo que no pudimos darnos cuenta durante los ultrasonogramas, por lo que al momento de removerla, ocurrió un desgarre de la vena cava inferior con la hemorragia subsecuente y una consecuente peritonitis. - Explicó la mujer lo más profesional que pudo. Siempre le afectaba tener que dar este tipo de noticias a los familiares de sus pacientes.

- Pero estará bien, ¿Verdad? Junsu se recuperará pronto ¿No es así? - Preguntó Jaejoong con angustia mientras apretaba la mano de su esposo, buscando un poquito de esa seguridad que se la había escapado por la ventana.

- Tuvo una pérdida de sangre muy importante, la hipovolemia afectó varios órganos…- Los muchachos la miraron sin entender muy bien los términos médicos que acababa de utilizar.

Changmin perdió un poco la paciencia.

- Sabemos que Junsu perdió mucha sangre y que eso pudo afectar bazo, corazón, hígado… pero lo único que queremos saber es si Junsu sobrevivirá o no…- Le forzó Changmin. Minho le abrazó, porque sabía que de una manera u otra, para Changmin todos ellos eran SU familia, sus hermanos.

La médico suspiró con pesadez antes de poder responder.

- Sólo puedo decirles… que las siguientes treinta y dos horas… son cruciales para él.


~°~°~°~°~


Aquellas manitas y piecitos se movían inquietos, caricias suaves y coquetas que arrancaban risitas tan dulces y melodiosas que le envolvían el corazón de una manera que jamás creyó posible.

Un pedacito de él, un pedacito de su amor, una parte de ambos que era lo más hermoso que pudo sucederle… y estuvo a punto de perder.

- Te pedí que terminaras de vestirla, no que te pusieras a jugar con ella, YooChunnie… llegaremos tarde…- Le regaño SU ESPOSO desde la puerta de la habitación de la bebé.

- De todas maneras, Changmin siempre llega tarde. - Respondió el pelinegro sin dejar de hacerle caritas a la bebé.

Junsu se acercó a ellos y acarició con ternura la mejilla de su bebé, quien le miró con esa preciosa sonrisa, herencia de su padre, al igual que sus labios porque la niña había heredado sus demás características de su Umma.

- Ese no es pretexto, Yoochun. - Dijo con una sonrisa el delfín para tomar a la bebé entre sus brazos. - ¿Cierto, Isseul?- Preguntó con tono de voz tierno mientras acomodaba a la niña sobre su hombro, la bebé se quejó un poco por cambio de posición, pero no parecía que le molestara tanto.

- ¿Y qué si quiero pasar la noche a solas con mi familia? - Preguntó con un puchero el ratón, lo que hizo sonreír a su esposo.

- Eres un niño, Yoochunnie. - Le murmuró antes de besarle en los labios suavemente. - Yo terminaré de vestir a Isseul, ¿Por qué no terminas tú de arreglarte? - Sugirió.

- De acuerdo… - Volvió a besar a su esposo y luego a su hija. - Enseguida vuelvo, “delfincita”.- Le dijo a la bebé.

- Es una ratoncita… - Dijo con una risa el pelirrojo.

- Nop, se parece a ti. - Señaló para dirigirse a la puerta de la habitación, pero antes de salir se giró para ver a las dos personas más importantes de su vida.

Junsu recostaba de nuevo a la bebé sobre el cambiador, mientras sonreía y empezaba a ponerle la ropita que ese día llevaría para la fiesta de cumpleaños de su “tío Changmin.

El pelinegro suspiró. Había estado a nada de perderles a ambos y no solamente por el error que cometió.

++ Flash Back

Pegó su frente al cristal mientras miraba a su pequeña bebé que dormitaba tranquilamente en su cuna.

“Umma estará bien, amor… lo estará.” Murmuró como si la pequeña pudiera escucharle y no pudo evitar que una lágrima corriera por su mejilla nuevamente.

Tenía que ser fuerte, por su pequeña Isseul, por Junsu, por él mismo. Tenía que aferrarse a la más mínima esperanza… porque tenía que enmendar sus errores, porque Junsu y él tenían que estar juntos, demostrarse que se aman y que aman a su bebita.

Changmin se acercó a él llevando un vaso de café, intentando que comiera algo, pues desde la tarde anterior en que todo había ocurrido, Yoochun se había negado a apartarse de los cuneros o de la puerta de la habitación de Junsu, sabiendo que no podían hacer mucho por él.

- Bébelo… te sentará bien. - El menor había cambiado mucho desde que se había casado con Minho, su forma sarcástica de ver la vida aún estaba presente, pero mucho más suavizada y dejando ver un poco más de esa parte “humana” suya.

- Sólo quiero que Su despierte… - Murmuró Micky con el tono de voz algo lloroso.

- Y cuando despierte sólo preocuparás porque no has comido, ni has dormido, mucho menos has ido a dar un baño… a Junsu no le agradará para nada verte así. - Le advirtió.

- No estoy de humor para bromas. - respondió con molestia.

- No estoy bromeando… - Le aseguró.

Yoochun siguió sin decir nada, sólo tomó el vaso desechable con el café y lo sostuvo sin darle ni siquiera una probada.

- Regresemos a la sala de espera… - Sugirió Changmin.

Yoochun asintió y después de darle una última mirada a su pequeña quien estaba sumida en un profundo y tranquilo sueño, siguió a su amigo de regreso a la sala.

Se dejó caer en el sofá, los padres de Junsu y Jaejoong ya estaban ahí, pero él no podía mirarles al rostro, no podía enfrentarles. No después de lo que había hecho pasar a Junsu.

Pronto se cumplirían treinta horas desde que Junsu había tenido la hemorragia. Nadie sabía en realidad más de lo que la doctora había dicho.

No tardó mucho en que la médico se presentara para dar el parte…

- La hemorragia se detuvo por completo. - Les aseguró.- El joven Kim está estable… sólo nos resta esperar.

Y por fin, el peso de aquellas horas parecía que era aligerado de sus hombros.

- ¿Podemos verlo? - Preguntó Jae con angustia aún reflejada en su voz.

- Por el momento, sólo uno de ustedes. - Permitió la doctora. - Y sólo por unos minutos.

Todos estuvieron de acuerdo para que sea Yoochun quien pasara a verle.

El pelinegro siguió a una enfermera hasta la habitación de Junsu. El pelirrojo estaba acostado en la cama, pequeños tubos entraban por su piel, uno era el suero, el otro era de la bolsa de plasma que colgaba de uno de los ganchos junto a la cama.

Se acercó a él con cautela, temiendo que pudiera hacerle daño de algún modo. Tomó una de sus manos, estaban frías, y el color aun no había regresado a su rostro, pero se recuperaría pronto ¿No es así?

- Su… Junsu… - Murmuró con suavidad a la vez que besó con cuidado la palma de su mano. - Estoy aquí, amor… a tu lado… como debió ser… siempre… - Besó su frente con ternura, reprimiendo esas lágrimas que amenazaban con salir nuevamente. - Isseul es hermosa… se parece tanto a ti… deberías verla, Su… recupérate pronto para que puedas abrazarla y mimarla como tanto has querido… te… te prometo que terminaré de armar la cuna… para nuestra bebita… Su… te amo… te necesito…

De repente la alarma del electrocardiograma empezó a sonar.

- ¿Qué pasa? - Preguntó Yoochun cuando unas tres enfermeras y el médico de guardia del piso entraron a la habitación.

- Será mejor que salga, señor… - Le ordenó una enfermera.

- ¿Qué? ¡No! No me voy a ir hasta que me digan qué demonios está pasando. - Se negó Yoochun, porque una vez esa maldita alarma había sonado anunciando el principio de aquel martirio.

- Por favor, Señor… tiene que salir de aquí. - Le dijo jalándolo y llevándolo hacia la puerta. Ya todas las enfermeras y el médico estaban sobre Junsu, tomando sus signos vitales, inyectando cosas en el suero, cambiando bolsas…

Yoochun no pudo ver más, se apoyó en la pared frente a la habitación de Junsu, dejándose caer lentamente hasta el suelo.

- Se suponía que estaba bien… se supone que se recuperará… - Decía una y otra vez.

El médico salió de la habitación y Yoochun se levantó rápidamente para enfrentarlo.

- ¿Cómo está Junsu? - Preguntó el pelinegro.

- Lo lamento, Señor Park…

El pelinegro había golpeado la nariz del susodicho médico cuando había soltado el resto de sus palabras…

- …El equipo de electrocardiograma falló, necesitamos instalar uno nuevo…

Había sido el momento más angustiante de toda su vida ¡¡Y todo por culpa de un maldito desperfecto en una estúpida máquina!!

++ Fin Flash Back

Junsu había despertado unas horas después, encontrando a Yoochun durmiendo en una incómoda silla cerca de su cama.

Y una vez que el “Ratón” había visto al “Delfín” sonreírle, todo lo demás pareció desvanecerse, pasar a segundo plano.

El pelinegro suspiró y sonrió al ver a sus dos razones de ser. Porque a pesar de todo, Junsu estaba a su lado, porque a pesar de todo él estaba al lado de ambos y eso… eso no lo cambiaría por nada.


~°~°~°~°~


- ¡Familia! - La voz de Changmin llamó su atención y giraron a mirarlo.

Era ya de noche, y a pesar de estar en pleno febrero, la temperatura era fresca. Los niños disfrutaban de correr y hacer sus travesuras en el jardín.

- Minho y yo tenemos algo que decirles… - Les dijo Changmin con una sonrisa. Sostenía a Minho de la cintura, abrazándolo por la espalda mientras apoyaba la barbilla en su hombro.

- ¿De qué se trata? ¿Qué se traen ahora ustedes dos? - Les preguntó su tía SoonBok con una sonrisa.

El padre de Minho y su hermano también prestaron atención.

- Bueno… Minho y yo… vamos  a tener un bebé… de nuevo. - Dijo el joven con una sonrisa en el rostro para luego besar en la mejilla a Minho.

- ¡Felicidades! - El primero en saltar de alegría había sido Heechul, el cuñado de Minho, mientras Siwon miraba a Changmin con cara de Espera a que todos se vayan y voy a saltarte sobre la yugular con un bisturí por atreverte a embarazar a mi hermanito de nuevo”.

- ¿Escuchaste, Isseul? - Preguntó con una sonrisa el delfín mientras acomodaba a bebé en el corral. - Pronto serás Unnie o Noona.

Yoochun se acercó a su esposo para abrazarlo con ternura.

- Bueno… tal vez dentro de poco pueda ser Noona… - Dijo besando el cuello del delfín, sin importarle si los demás veían o no. Sin embargo, en ese momento todos estaban poniendo más bien atención a Minho y su incipiente pancita de dos meses.

Junsu sonrió.

- ¿Tan pronto? Isseul aun no cumple un año.

El ratón sonrió para luego besar su mejilla.

- Tal vez podamos esperar un año más. - Murmuró con una sonrisa.

Al final, después de todo lo ocurrido. El pasado estaba siendo dejado atrás.


**FIN**


3 comentarios :

  1. Se supone que tengo un examen dentro de 5 horas o mas, son las 3.41 am, y estoy aqui. Dejame felicitarte, este fic ha sido muy lindo, tierno, romantico, simplemente genial! Tuvo de todo, drama, romance, angustia, hasta algo de comedia, me dio algo de risa que la maquina se haya malogrado y yo ya pensabe que algo le habia a Junsu, fue un gran alivio. Odie a Key en este fic, es una diva mala! una bruja, pero despues se arrepintio. En fin, fue una historia muy linda, me gusto mucho.
    Sigue escribiendo asi, es la primera vez que entro a tu blog, y creo que leere los demas fic que escribiste.
    Exitos y gracias, gracias por crear una historia triste, pero con un final feliz. Despues de todo es lo que merece el YooSu por todo lo que han pasado.

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  2. Dios como no llorar con este fic , es muy hermoso. gracias por compartirlo

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  3. Hermoso me encanto...me transmitiste todo tipo de emociones....es indescriptible.....al final el yoosu pudo ser feliz y dejar atras el pasado....si no se deja el pasado atras nunca se podra avanzar......gracias xcompartirlo...leere otros de tus fics...sta lectora quedo mas q feliz y satisfecha...me fascino

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