sábado, 25 de noviembre de 2017

Del Odio al Matrimonio. Cap 12

Con la cara roja por la humillación, Jaejoong deseó que el suelo se abriera bajo sus pies y que lo tragase. ¿Por qué había dicho eso? ¿Qué es lo que se le había metido en la cabeza? supuso que tenía demasiadas emociones acumuladas dentro.

Aquellos inteligentes ojos negros lo acribillaron. Yunho podía ver a través de él y eso lo hacía sentir vulnerable y muy estúpido.

Olvídalo.


Como respuesta a su petición, fue totalmente patética, pero fue lo único que se le pudo ocurrir en ese momento. De algún modo tenía que cambiar el rumbo de la conversación. De algún modo.

Poniéndose en pie, intentó evitar el contacto visual con Yunho.

¿Quieres un café mientras esperas? O podrías irte y volver más tarde, cuando Changmin esté despierto y...

Como los elefantes, yo nunca olvido ― dijo él colocándole ambas manos en la cintura y volviéndolo a sentar en el sofá más cerca de él de lo que Jaejoong podía aguantar. El corazón se le iba a salir por la boca y sabía que seguía teniendo la cara completamente roja.

Había dejado escapar algo que seguramente él no quería saber, ¿así que por qué no podía dejarlo correr? Seguía teniendo las manos puestas en su cintura, y la piel le ardía bajo su tacto, despertando esa vieja y familiar espiral de deseo en su pelvis. Como todo lo demás en él, Jaejoong decidió que su reacción instintiva a aquel hombre en particular era patética, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

Tenía que decir algo para justificar aquella metedura de pata. ¡Cualquier cosa! Pero se le había quedado la boca seca hasta para decir que había sido una broma. Trató de humedecerse los labios con la punta de la lengua y se arriesgó a mirarlo.

Parecía como si le hubiera abofeteado. Parecía herido pero, a la vez, furioso, ¿o más bien asqueado? Por supuesto, habría recibido aquella admisión por su parte como algo completamente asqueroso.

En la isla, la primera vez que se había enamorado de él, se habían dicho palabras de amor. Como le había apetecido saciar su ansia animal. Yunho había sido parte de un juego al que debía de haber jugado docenas de veces en su privilegiada vida. No era de entrañar que hubiera dado por hecho que él también conocía el juego y, por tanto, las reglas. Y ahora sus estúpidas palabras lo habían alertado del hecho de que él había dicho esas cosas en serio, y que seguía amándolo a pesar de todo lo que había ocurrido.

Como un sofisticado miembro de la alta sociedad coreana, Yunho pensaría que él era exactamente lo que aparentaba. Un tonto sin experiencia cuyo hábitat natural era el país de nunca jamás. ¿Por qué habría abierto esa bocaza suya complicándolo todo más todavía en su ya tormentosa relación?

¿Qué estás intentando hacer, Jaejoong? ― preguntó quitándole las manos de encima. ¿Estaba tratando de hacerle daño deliberadamente? ¿Rechazaba su propuesta de matrimonio y decidía volver con su amante inglés para luego atormentarlo más hablando de amor?― Quiero una respuesta.

Jaejoong volvió a mirarlo, pero se abstuvo de decir que no había sido más que una broma. Su hermosa boca no era más que una línea recta e imperturbable, pero sus ojos oscuros parecían increíblemente vulnerables.

Elegiste abandonarme y volver con tu amante. ¡Ahora me dices lo único que llevo mucho tiempo esperando escuchar! ¿Me la estás haciendo pagar por el pasado? ― preguntó él.

¿Esperando escuchar? ¡Como si eso fuese posible! Se sentía confuso. Si trataba de levantarse de nuevo y alejarse, él lo volvería a sentar. Decidido a hablar, se colocó al otro extremo de sofá y dijo:

JongSuk no es mi amante y nunca lo ha sido. Me alojó desinteresadamente. Changmin y yo no teníamos otro sitio al que ir. Lo conozco desde que tenía siete años. Es el hermano de mi mejor amigo. ¿Y por qué diablos ibas a esperar escuchar de mi boca que te amaba? ¿Para alimentar tu ego? No creo que necesite alimentarse más, ¿no crees? Ya es seis veces más grande que una casa.

Dejando de lado aquel insulto, Yunho lo miró de arriba abajo. Iba vestido con una camisa y unos vaqueros viejos. Se estremeció por dentro al recordar cómo había dejado en la villa todo lo que él le había comprado. Seguro que no quería nada que le recordase a él.

¿Entonces a qué se debió esa conversación tan larga y amorosa cuando me creías ausente? ― preguntó él, recordando el momento en que todas sus esperanzas habían muerto― Una conversación en la que dijiste que, como yo era el padre de tu hijo, no tenías más opción que obedecer a lo que yo te había pedido, pero que lo arreglarías todo. Por él. ¿Sabes cómo me hizo sentir eso? ¡Como un estúpido!

A punto de gritar «¡Bien!», Jaejoong se contuvo y simplemente inclinó la cabeza hacia un lado. De pronto todo parecía no tener sentido en absoluto. Sabiendo lo que sabía de boca de  Jun JiHyun, nada tenía sentido.

¿Por qué? ― preguntó Jae.

¿Por qué crees? ― contestó mientras se ponía en pie.

Recorrió la habitación escasamente amueblada y se detuvo frente a la ventana, que daba a los cubos de basura.

Odio tener que recordármelo a mí mismo, pero no te había dado más opción que bailar al son que yo tocaba. Desde el principio, y aun pensando que eras un ladrón, siempre tuve la intención de casarme contigo por el bien de nuestro hijo. Mío también. Aún estaba loco por ti. Seguía enamorado de ti, para ser sincero. Aunque en ese momento no me lo quise admitir a mí mismo.

Se metió las manos en los bolsillos de sus inmaculados pantalones hechos a medida y le dio la espalda a Jaejoong, fingiendo tener un extraño interés por los cubos de basura del vecindario.

La conversación telefónica, al menos la parte que yo escuché, me hizo darme cuenta de lo injusto que estaba siendo contigo. Hice la única cosa que podía hacer. Te ofrecí la opción de casarte conmigo o regresar a casa con él. Amándote, quería, y aún quiero, que seas feliz.

A Jaejoong le dio un vuelco el corazón. Se llevó los dedos a las sienes y apretó con fuerza, tratando de calmarse, antes de ponerse en pie.

Cruzó la habitación y se colocó justo detrás de él, odiando tener que hablar con una espalda e imaginando exactamente cómo se habría debido de sentir Alicia en el país de las maravillas. Así que, con decisión, se colocó entre él y la ventana.

Él no se echó hacia atrás, no se apartó de él, pero Jae pudo oír su respiración acelerada. Sabía que no había sufrido ninguna alucinación. Lo había oído decir que lo amaba. Pero no lo comprendía. ¡Se estaba volviendo loco!

También parecía tan distante. Desde luego no sabía lo que decía. ¡El típico hombre! ¿Cómo podía decir algo así y luego, con la arrogancia que lo caracterizaba, decidir que no tenía más explicaciones que darle?

JongSuk sólo llamó para saber si estaba bien ― dijo ― Yo había prometido ponerme en contacto con él cuanto antes, pero se me olvidó. Y sus padres y mi mejor amigo, su hermano, estaban atosigándolo y culpándolo por haber permitido que yo fuera, a sus ojos, poco menos que secuestrado. Así que sólo estaba tranquilizándolo, prometiéndole ponerme en contacto con sus padres para arreglar las cosas, ¿de acuerdo? ― preguntó al ver que Yunho ni se inmutaba, ni daba señal alguna de estar escuchándolo ― ¡Y tú decidiste dejarnos marchar a Changmin y a mí sólo por unas palabras que escuchaste!

Yunho dio un paso atrás, poniendo espacio entre ellos. Estar tan cerca de él era una dura prueba para su autocontrol.

Le había dicho cómo se sentía pero, a juzgar por el efecto que había tenido en él, le habría dado igual recitar la guía telefónica. Él no había dicho nada para explicar su exagerada y, seguramente, incierta, declaración de amor.

Yo no hice eso. Me ofrecí a casarme contigo ― le recordó él sin expresividad en la voz ― Y tú elegiste dejarme tirado.

¡Al fin una respuesta! ¡Pero totalmente frustrante! ¡Jaejoong quería zarandearlo! Se acercó más, no pensaba dejar que se escapara de aquello, y gritó:

¡No tenía elección! ¿O sí? Había hablado con la adorable JiHyun, que me había acusado de romper vuestro compromiso aquella misma mañana. Me hizo darme cuenta de que tú y ella erais la pareja perfecta pero que te sentías obligado por tu honor a casarte conmigo, porque yo era el eomma de tu hijo.

Tomó aliento para respirar, siendo consciente de que estaba perdiendo el control y estaba empezando a sentirse miserable como nunca. Porque, aunque Yunho hubiera dicho que lo amaba, era evidente que no tenía ningún interés en acabar con aquel eterno triángulo amoroso.

Obviamente yo estaba en medio de tu futura felicidad con tu perfecta esposa, ¿así que qué otra cosa podía hacer?

El cerebro de Yunho se puso en marcha y el corazón comenzó a latirle con fuerza. Su adorable Jaejoong tenía la cabeza gacha y una lágrima solitaria resbalaba por su mejilla hacia la comisura de sus labios. Aprovechándose al instante de su evidente estado emocional, lo tomó entre sus brazos y le colocó una mano en la cabeza para presionarla contra su corazón.

Olvídate de JiHyun, Sácate a esa odiosa mujer de la cabeza. Tú eres la única persona a la que realmente he amado ― dijo ― Créeme.

A Jaejoong le dio un vuelco el corazón. Quería creerlo con una desesperación que daba incluso miedo. Quería pegarse más a él, quería que lo abrazara con fuerza.

Pero el peligro de dejarse llevar de nuevo por ese camino paradisíaco y acabar más dolido aún, si es que eso era posible, hizo que susurrara contra su chaqueta:

¿Cómo puedo creerme eso cuando, hasta hace un par de semanas, tenías planeado casarte con ella? Llevas prometido con la perfecta JiHyun desde que naciste ― exageró abiertamente, tratando de apartarlo de su lado al ser consciente de la reacción física que estaba experimentando el cuerpo de Yunho.

Prácticamente ― convino él asombrado, y volvió a acercarlo a su cuerpo. Nunca dejaría que escapara de él, no mientras ambos estuvieran vivos. Para dejar claras sus intenciones, le echó la cabeza hacia atrás y lo besó con ansia. Jaejoong, habiendo olvidado todos sus instintos de autopreservación, respondió con una exuberancia apasionada, derritiéndose bajo sus besos hasta que Yunho apartó la boca― Ahora di que no me amas.

Él negó con la cabeza, sintiendo cómo le ardía la boca a causa de los besos y cómo todo su cuerpo estaba en tensión.

No puedo ― contestó él casi sin respiración ― Te he amado desde... desde que estuvimos en la isla.

Sus ojos negros brillaron triunfantes.

Yo también ― dijo con voz dulce ― Ven, tengo que despejar cualquier duda de tu cabeza antes de que te lleve de vuelta a nuestra casa en Corea. Porque, amor mío, aceptes o no ser mi esposo, nunca dejaré que vuelvas a salir de mi vista ― le tomó ambas manos y lo llevó hasta el sofá, soltándole los dedos después con una sonrisa ― Si seguimos tocándonos, no me haré responsable de mis acciones.

Una frase que hizo que Jaejoong lo deseara aún más, y sintió los ojos nebulosos por la necesidad que tenía de él.

¡No me mires así! Vas a hacer que me olvide de mi propio nombre y de lo que quiero decirte.

¿Qué es? ― preguntó él inclinando la cabeza, pero con una sonrisa. Jamás se había sentido tan seguro de sí mismo, de su poder de docel, como se sentía en ese momento.

Colocándose al otro extremo del sofá, Yunho lo miró y dijo:

Tenías razón. Llevo prometido con JiHyun desde la adolescencia. Fue un acuerdo instigado por nuestros padres. Un acuerdo muy ventajoso para ambas partes. Es lo típico en los círculos en los que nos movíamos. No nos amábamos el uno al otro, pero era una unión muy conveniente. Y ninguno de los dos tenía ninguna prisa por fijar la fecha del enlace ― estiró los hombros y Jaejoong pudo ver cómo le brillaban los ojos― Incluso antes de enamorarme de ti, ya había decidido poner fin al compromiso a mi regreso a Seúl. Con honor. Sabía que tenía que hacerlo en persona. Sin importar los deseos de nuestras familias. Sólo sabía que el matrimonio tenía que ser algo más que la consolidación de dos fortunas familiares. Incluso así, el hecho de haberme enamorado de ti, de saber lo que era el amor por primera vez en mi vida, hizo que mi regreso a Seúl se retrasara. Le dije a JiHyun que nuestro compromiso había acabado y le confesé que te había encontrado a ti y que tú eras toda mi vida. Se lo dije en la fiesta de Jihye, en la primera oportunidad que tuve de verla. Trató de convencerme de lo contrario, aunque yo no sabía que por aquel momento su padre estaba atravesando dificultades económicas, y, cuando finalmente fui libre, fui a buscarte, pero Jihye me dijo que te habías ido pronto a la cama porque no te encontrabas bien.

JiHyun me había dicho que tú y ella ibais a casaros ― dijo Jaejoong― Tu hermana me lo confirmó. Yo estaba totalmente sorprendido. Jamás me había sentido tan dolido ni tan traicionado.

Con la cara pálida, se estremeció al recordarlo y Yunho, olvidando su determinación, se acercó a él y lo estrechó entre sus brazos.

¿Alguna vez serás capaz de perdonarme por lo que ocurrió? ¿Lo intentarás? JiHyun hizo algo horrible. Al darse cuenta de que no podía convencerme de seguir adelante con el compromiso, trató de desacreditarte en mi presencia y decir que eras un ladrón. Y, para vergüenza mía, yo le creí. Tú estabas en estado de shock y yo no tenía ni idea en aquel momento de que te habían comunicado la noticia de mi enlace. Y esos dos sucesos te habían dejado sin palabras para defenderte. Yo soy tan culpable como ella.

Resistiendo con esfuerzo el impulso de decirle que él podría perdonarle cualquier cosa, Jaejoong dijo con rapidez:

Y entonces volviste a comprometerte con ella.

― dijo él completamente devastado ― Ya no me importaba nada. Por lo que yo sabía en aquel terrible momento, la persona a la que había amado como jamás había amado a nadie, había resultado ser un vulgar ladrón. Nunca me había amado, sino sólo lo que pensaba que podía conseguir de mí ― frunció el ceño― Por favor, cariño, trata de comprenderlo. Yo estaba convencido de regresar a Londres cuando tú regresaras y pedirte que te casaras conmigo. No te dije nada de eso, aunque tenía muchas ganas, porque pensaba que era mi deber comunicarle a JiHyun la ruptura de nuestro compromiso antes de dejarte claras mis intenciones de futuro. Por tanto pensé, imperdonablemente, que, como no te había pagado de ninguna manera por tus servicios en la isla, habías decidido servirte tú mismo con lo que pensabas que se te debía. Así que, una vez más, volví a ceñirme a los deseos de los demás. Ya no me importaba mi futuro. Me centré en el trabajo para olvidar todo lo demás. Luego volví a verte de nuevo en Londres, con nuestro hijo.

Yunho cerró los ojos y respiró profundamente. Jaejoong, con el corazón tan lleno de amor que casi le dolía, levantó las manos y le acarició los rasgos de la cara con suavidad.

En ese momento me asustaste ― dijo él― Pensé que removerías cielo y tierra para apartar a Changmin de mi lado. Seguías pensando que yo era un ladrón y yo seguía pensando que tú eras el responsable de que me hubieran puesto en la lista negra en la agencia.

Ésa fue JiHyun ― dijo él levantando la cabeza― Fue contra mi voluntad. Y por nada del mundo te habría separado de tu bebé. Os necesitáis el uno al otro. Pero yo también te necesitaba, y las amenazas fueron la única manera que se me ocurrió de mantenerte conmigo.

¡No te tortures con eso ahora! Me alegro de que lo hicieras ― dijo él y, para confirmar lo que decía, levantó la cabeza y lo besó.

La respuesta de Yunho fue inmediata, devorándolo con su boca, introduciendo la lengua entre sus labios con una provocación explícita, encendiendo el fuego dentro de él. Y pasó mucho tiempo antes de que Jaejoong fuera dulcemente empujado contra los cojines, casi sin aliento y queriendo más.

Estoy perdiendo el control muy deprisa ― susurró Yunho, visiblemente confuso― Pero cuando volvamos a hacer el amor tú y yo, será perfecto ― sonrió endiabladamente ― No en este lugar, con un bebé hambriento que puede interrumpirnos en cualquier momento.

Entonces, manteniendo aquella sonrisa suya que estaba destinada a derretir hasta el último hueso de su cuerpo, le apartó suavemente los mechones de pelo de la cara con las manos.

Por si no lo recuerdas ― dijo Yunho―  yo te dejé solo en la villa casi nada más llegar. Tenía mucha prisa por poner punto y final a mi compromiso con JiHyun de una vez por todas y decirles a mi madre y a mi hermana que tenía un hijo precioso y que tenía la intención de casarme con su eomma ― Jaejoong se sonrojó al escuchar esas palabras― JiHyun obviamente te hizo creer que yo había roto con él sólo aquella segunda vez que la visité, pero no era cierto. Yo ya había empezado a sospechar que ella podía estar detrás de todo el asunto del robo por sus propias razones. Fui a hablar con ella. Su padre se enfrenta ahora a la bancarrota. Parece que se venía venir desde hacía tiempo. Ella estaba desesperada por aferrarse a mí, a mi riqueza, de ahí sus planes para desacreditarte ― sin dejar de mirar sus rasgos pálidos, continuó― Mis sospechas fueron confirmadas y regresé a ti. Desesperado por buscar tu perdón y por pedirte de nuevo que fueras mi esposo, por ponerme de rodillas si era necesario y rogarte para que intentaras amarme de nuevo como yo te amaba. Pero JiHyun, aunque ya sabía desde hacía tiempo que nuestro compromiso había terminado, tuvo que meterse entre medias. Debí haberlo imaginado. Yo le había hecho confesar y le había dicho exactamente lo que pensaba de ella. Que el hecho de saber que jamás podría disfrutar de la fortuna que yo podía ofrecerle, la había hecho decidir que tú, el hombre al que sabía que yo amaba, no sería feliz tampoco.

Yunho tragó saliva y no dejó en ningún momento de mirarlo a los ojos.

¿Te casarás conmigo?

Conteniendo el impulso de decir «¡Haz todo lo posible por persuadirme!», Jaejoong le rodeó el cuello con los brazos dejando ver su corazón en sus ojos mientras respiraba.

Sí, por favor. Mañana. Hoy. ¡En este mismo momento! ― dijo, y vio cómo los ojos de Yunho brillaban de felicidad.

En ese mismo momento oyeron la llave de JongSuk en la puerta. Jaejoong se quedó de piedra cuando su amigo entró en la habitación.

¿Estás bien, Jae? He salido pronto del trabajo para asegurarme. Ese tipo estaba aquí y...

Se quedó callado cuando Yunho se puso en pie. Por un momento los dos hombres se miraron el uno al otro. JongSuk se puso rojo y Jaejoong contuvo el aliento temiendo cualquier tipo de confrontación en la que, sin duda, el pobre JongSuk saldría perjudicado. Entonces Yunho sonrió.

Gracias por cuidar de él por mí. Jaejoong me ha dicho lo bueno que has sido con él ― dijo él, y se giró para mirarlo― ¿Jaejoong, tienes algo que decirle a tu amigo?

Tras salir de su ensimismamiento, Jaejoong se levantó y colocó la mano bajo el brazo de Yunho con la cara radiante.

Vamos a casarnos en... ― dijo él, y miró confuso al hombre que amaba.

En cuatro semanas ― contestó Yunho― Me gustaría que fuera mucho antes pero, si el amor de mi vida va a tener la boda que se merece, no puede hacerse antes de ese tiempo ― añadió, y desvió la atención hacia JongSuk― Los dos seríamos muy felices de que asistieras, como uno de los más viejos amigos de Jaejoong y como la persona más cercana a una familia que él haya tenido jamás.

Y Junsu y su marido, si pueden arreglarlo todo para venir. Y tus padres, por supuesto. Ya habrán regresado de Canadá para entonces ― dijo Jaejoong balbuceando debido a su euforia, y se sintió aliviado al ver que JongSuk sonreía abiertamente ante la declaración.

Se quitó el abrigo y se acercó a ellos. Le dio la mano a Yunho y ambos se dieron un fuerte apretón.

Enhorabuena y todo eso ― dijo JongSuk, y se giró hacia Jaejoong―  parece que me he pasado los mejores años de mi vida cuidando de mi hermano pequeño y de Jaejoong. Ahora Junsu está felizmente casado y tú te llevas a Jaejoong de mis manos. Por no hablar de quitarme a mis padres de encima.

En ese caso ― dijo Jaejoong sonriendo de oreja a oreja―  estarás encantado de llevarme al altar.

¡Y que lo digas! ― dijo él revolviéndole el pelo con una sonrisa― Será un honor. Ahora, ¿quién quiere un sándwich? Me muero de hambre. ¿Queréis ternera o ternera?

Sin esperar una respuesta, se dirigió hacia la cocina.

Estoy tan feliz que podría explotar ― dijo Jaejoong― ¿Siempre me querrás? Dime cuánto.

Yunho lo miró con adoración.

Más que a mi vida, y tengo una vida entera para demostrarlo ― contestó él, e inclinó la cabeza hacia un lado― ¿Has oído algo?

Nuestro hijo se ha despertado. Ven ― dijo él agarrándole la mano― Te ha echado de menos.

Changmin estaba tumbado sobre su espalda, agitando sus piernas en el aire y balbuceando. En cuanto sus padres se inclinaron sobre él, comenzó a reírse y Yunho dijo con orgullo:

¡Ya tiene otro diente! ― se inclinó para tomarlo en brazos, sosteniendo al bebé hiperactivo y luego lo besó en ambas mejillas antes de entregárselo a Jaejoong, abrazándolos a los dos― Mi familia. ¡Soy el hombre más feliz del universo!

Cuatro semanas después.

Había sido una boda perfecta. Guiando a Jaejoong, aún con su vestido de boda, de la mano hacia el coche para ir de vuelta a la villa, Yunho le dijo:

Estás tan hermoso que no puedo quitarte los ojos de encima.

Le apartó el velo de la cara y lo besó lentamente. Jaejoong sintió cómo se le endurecían los pezones bajo el corpiño del vestido, colocó las manos sobre sus hombros anchos y murmuró apenas sin aliento:

Si no dejas de besarme así, los dos quedaremos deshonrados en público.

Él sonrió con comprensión y le retiró las manos de la cintura, donde habían estado situadas atormentándolo.

Cundo finalmente se alejaron en el coche, entre las risas y los aplausos de los invitaos, Jaejoong miró hacia atrás para ver a Changmin, vestido con un diminuto traje de marinero y con un aspecto completamente adorable en brazos de su abuela.

Tenías razón. No nos echará de menos en esta noche tan especial ― admitió él mirando con amor a Yunho.

Por supuesto. ¿No tengo razón siempre? ― preguntó él, y le dirigió una de sus sonrisas letales― Todo el mundo lo adora, y Minette se asegurará de que no lo malcríen mucho. Y mañana ella y nuestro hijo serán conducidos a nuestra casa para comenzar todos nuestra vida en familia ― añadió colocándole una mano sobre la rodilla― Tengo más ganas de que llegue ese momento de lo que puedas imaginar. Y la semana que viene, los cuatro viajaremos a la villa que tengo en las colinas detrás de Amalfi para pasar allí una luna de miel que durará todo el verano. Allí Minette se ocupará de Changmin cada vez que queramos estar solos. Pero esta noche, amor mío, es para nosotros dos. Te necesito todo para mí.

Lleno de placer y de una anticipación creciente, Jaejoong se relajó sobre la cómoda tapicería de cuero. Estarían completamente solos. De hecho todos los empleados habían asistido a la boda y viajarían de vuelta a la casa al día siguiente, con su hijo y la niñera.

Esa noche era sólo para ellos dos.

Embargado por la felicidad, su mente comenzó a repasar los acontecimientos de las pasadas cuatro semanas. Había sido un ajetreo constante.

Jihye lo había recibido con besos y abrazos:

Me alegro mucho de que ese horrible malentendido haya quedado resuelto. Esa horrible y odiosa mujer... ¡podría estrangularla! Siempre supe la razón del compromiso, pero nunca me gustó la idea. Ella lo habría convertido en un miserable. Pero ahora ya no hablaremos más del tema, sino que nos centraremos en lo feliz que vas a hacer a Yunho. Jamás lo había visto tan feliz como ahora. He de decirte que, desde que te marchaste tras aquel horrible suceso, se había convertido en un adicto al trabajo y siempre con la cara mustia.

Jaejoong se había sentido asustado al conocer por primera vez a la eomma de Yunho. Pero ésta lo había recibido con ternura y había pedido que la llamase mamá, enamorándose al instante del pequeño Changmin, que era la viva imagen de su padre de pequeño, en palabras de su abuela.

Elegir el vestido de boda y consultarlo todo con Jihye, que había dicho que la recepción tenía que tener todo lujo de detalles, le había dejado poco tiempo a Jaejoong para echar de menos a Yunho. Éste había estado trabajando mucho en la oficina central, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de irse de luna de miel, y se había asegurado de que el poco tiempo que pasaran juntos antes de la boda fuese muy preciado.

El viaje se pasó rápido y Jaejoong salió de su ensimismamiento cuando Yunho apagó el motor y anunció:

Estamos en casa.

Levantando la mirada para ver la preciosa villa, con el sol poniéndose tras las colinas de la Jeju, Jaejoong sintió que los ojos se le humedecían de pura felicidad. Los cerró y él lo ayudó a salir del coche, subiéndolo en brazos para pasarlo bajo el umbral de la puerta. Él le rodeó el cuello con los brazos y acercó la cara a la suya para sentir sus besos.

Jaejoong volvió a abrir los ojos cuando lo dejó en el suelo en medio del inmenso hall y dejó escapar un grito de felicidad ante lo que vio.

En el centro estaba el viejo cochecito de Kim HeeSun, con aspecto de haber sido comprado el día anterior. Estaba limpio, restaurado, brillante y acolchado con todo lujo de detalles en el interior.

Para ti, mi querido esposo ― murmuró Yunho acariciándole los labios con un dedo ― Sabía que tenía un gran valor sentimental, así que lo arreglé todo para que lo recogieran de donde había estado abandonado todo este tiempo, en el pasillo del edificio de JongSuk, y que lo restauraran y lo dejaran como nuevo antes de enviarlo a Corea.

Yunho le colocó las manos en la cintura y agachó la cabeza para devorar su boca apasionadamente. Finalmente se apartó para tomar aire.

Nuestro hijo es demasiado grande como para necesitarlo ― añadió él― Pero puede que algún día haya otro bebé que disfrute montado en un carrito de lujo como éste, ¿no crees?

A Jaejoong le dio un vuelco el corazón y volvió a sentir cómo se le humedecían los ojos. Aquel hombre que había vendido el carrito a la tienda de caridad, diciendo que un vertedero era el lugar más apropiado para él, no sólo se lo había llevado de vuelta sino que, seguramente por un alto precio, había hecho que lo restauraran completamente. Le rodeó el cuello con los brazos y su voz sonó grave mientras se ensimismaba con sus ojos.

Al menos dos más que puedan disfrutarlo ― contestó él, y se humedeció los labios con la lengua― Supongo que deberíamos empezar a hacer algo al respecto.

Con su típico aire de aprobación masculina, Yunho lo levantó en brazos y dijo:

Ésa, amor mío, es la mejor idea que he oído en mucho tiempo. ― Y se lo llevó a toda prisa hacia las escaleras.


Fin 



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12 comentarios :

  1. Hermoso final me encantó la familia feliz por fin Junta y esa tipa sola y fuera de sus vidas
    Gracias

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  2. 😢😢😢 hermoso m encantooooo gracias x terminarloo m encanto

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  3. muy hermoso final me tenia angustiada esa insertidumbre que habia entre los dos y esa perra metiche seguia jodiendo pero como siempre el amor y comunicacion pueden mas me gusto mucho gracias x compartir y perdon x no comentar los anteriores

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  4. Fue un final feliz,despues de todo lo que pasaron lo superaron y ahora son muy felices juntos.
    Me encanto mucho la historia gracias por compartirlo

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  5. Me encanto esta historia hermoso final...esperó con ansias tu nuevo fic...muchas gracias 😊



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  6. Muchas gracias por esta historia, fue un hermoso final. Confieso que al principio no me esperaba que este fuera hacer el último capitulo, me ha gustado mucho.

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  7. Que hermoso final, después de tantos malos entendidos al fin aclararon todo. Me encantó!!!

    Gracias por compartirlo con nosotras!!!

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  8. Bello final¡¡ Yunho destapando la verdad ante JaeJoong y ante sus propios ojos, ahora si, llegó en momento de recuoperar tiempo y ser inmensamente felices¡¡¡

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  9. noooo ya termino... tan bello final... siiii van a tener mas bebes... jejejeje que alegria por ellos... gracias... besos...

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  10. Hermosoooo de principio a fin lo segui y lo adore. Muchas gracias amiga por haberlo compartido.
    Muy romántico <3

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  11. Hermoso
    Lo siento si me tarde no me di cuenta antes pero esta historia tan bella y con mucho trama tmbn me gusto
    Muchas gracias!!

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  12. Y ahora caigo en cuenta que me he quedado con las ganas de escuchar los reclamos todos lindos se Junsu a YunHo jaajaja

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