Me desperté con sus manos en mi cabello. Al principio me entro pánico,
sin saber dónde estaba ni lo que estaba pasando, luego me di cuenta de que Changmin
me miraba pacientemente mientras permanecía de pie de pie junto a mi cama.
Rápidamente me mire, mi último recuerdo era el de tener relaciones
sexuales con Yunho, pero ahora tenía puesta mi ropa interior y la sabana me
cubría hasta la cintura. Changmin estaba acariciando mi pelo y cuero cabelludo,
dándome un alivio realmente necesario.
Le sonreí tentativamente y luego me senté, dándole un mejor acceso.
― ¿Tengo que llevarlo tranzado
todo el tiempo?
― Gracias ― dijo antes de responder ― Solo en las funciones sociales. Es un signo de nobleza en el reino Rising
Sun. Significa que son lo suficientemente importantes como para tener ayudantes
que lo hagan por usted.
― Gracias a los dioses. Me siento
como si mi piel se hubiera separado. ― Changmin volvió a sonreír ― ¿Fue usted quien me vistió? ― Le
pregunte, un poco avergonzado, pero aun así quería saber.
― No, nuestro Rey lo hizo. También
prohibió que nadie entrara en sus cuartos sin asegurarse de que estaba vestido
en primer lugar. ― Me sonroje otra vez, pero fue un
alivio.
Con el pelo libre de nuevo me sentí mucho mejor, incluso mis dolores no
eran tantos. Toque mis cicatrices a través de la tela, sintiendo los mismos
nervios que Yunho había tocado esa mañana, pero no era lo mismo cuando los
toque. Eran una parte de mí, y tocarlos no se sentía diferente de tocar
cualquier otra parte de mi piel. Rechace esa línea de pensamiento y decidí ver
cuáles eran mis opciones en el palacio
de Rising Sun.
― ¿Todavía no estoy autorizado a
salir a la calle?
― Lo siento mi Príncipe. El Rey
teme por su seguridad ― Casi solté un bufido por eso. Yo no
creía que él tuviera miedo por mí ni por un segundo. Por su hijo, si, ¿por mí?
Lo dudaba.
― ¿Qué puedo hacer entonces?
― Lo que usted quiera mi
Príncipe. Pero no puede salir de estos cuartos ― Changmin parecía
apenado.
― ¿Puedo obtener algo para leer?
Para pasar el tiempo.
― ¿Qué le interesaría mi
Príncipe? Yo puedo tomarlo de la biblioteca ― Sonrió de nuevo, como
aliviado de poder servir de nuevo.
― No estoy seguro. Nunca pude
escoger antes ― Me pregunte lo que tenía curiosidad
por saber. Lo que yo siempre he querido y mi padre me había prohibido. La lista
se comenzó a llenar ante mis ojos al instante y sentí el primer signo de
emoción por la curiosidad de la mañana. ― ¿Me puede encontrar libros sobre como los hombres Kari dan a luz? Y algo
de magia para principiantes. No sé por dónde comenzar con la magia. Además, las
costumbres de la corte de Rising Sun y la curación. Sí, me gustaría saber sobre
eso también.
Changmin se echó a reír cuando pare mi balbuceo.
― Si continua, no dejare libros
para que los demás lean ― Me sonroje al darme cuenta de lo
entusiasta que debí haber sonado ― ¿Qué tal
si le traigo libros sobre nacimientos y la magia? Mañana puedo traerle lo demás.
Le sonríe y de nuevo.
― Sí, sí. Eso suena maravilloso.
Gracias ― Apreté su mano sintiendo como mis mejillas se calentaban ante su
atención.
― Voy a salir ahora y buscar los
libros. Alguien debería llegar pronto con algo de comida. Debe estar muriendo de
hambre.
Él me sonrió, y yo le sonreí de vuelta, demasiado excitado para
permanecer en la cama, incluso antes de que él se fuera. Por fin, cuando
recibiera los libros podría aprender sobre como tener un hijo y sobre magia.
Estaba emocionado y me sentí feliz de una forma que me había olvidado de cómo ser.
Estaba en la ventana, en puntas de pie mientras trataba de ver más del
jardín que estaba cerca de los muros del castillo, cuando un golpe sonó. Los
cuartos estaban demasiado altos para ver lo que quería ver y no estaba seguro
de si se me permitía abrir las ventanas.
― ¿Esta vestido, mi Príncipe? ― Pregunto
una voz del otro lado de la puerta.
― Sí. Por favor, entre ― Me
di la vuelta, viendo como la puerta se abría y entraba un hombre cargando una
bandeja, cerrando la puerta detrás suyo con seguridad.
Le sonreí entonces, y fije mi mirada en la comida que había llevado,
sintiendo punzadas de hambre por primera vez desde que salí de mi casa. El hombre
no me devolvió la sonrisa. Puso la bandeja sobre la mesa, y volviéndose hacia
mí, saco un enorme cuchillo de su espalda.
Mi primera reacción fue gritar. Tenía muchas ganas de gritar, pero mi
voz se congelo en mi garganta, y todo lo que podía pensar era en que yo nunca
había visto a nadie con un cuchillo viniendo hacia mí. Cerró la distancia hacia
mí rápidamente, y en el último momento me di cuenta de que a pesar del miedo
tenía que moverme. Salte sobre la cama, que era lo más cercano a mí y mire la dirección
que el hombre podría tomar.
Primero se movió a la izquierda, tratando de seguir en pos de mí, pero
luego se dio cuenta de que dejaría el camino hacia la puerta completamente
libre, por lo que dio marcha atrás rápidamente y se abalanzo sobre mí por entre
medio de los dos pilares de la cama.
No era algo que yo esperara, no es que yo hubiera tenido alguna
experiencia con gente tratando de matarme. Así que me tropecé con las mantas, y
caí al suelo del lado derecho, cerca de las puertas. Podía verlas, todavía
cerradas, pero no demasiado lejos, trate de ir hacia ellas, pero mi atacante
era más rápido y sentí el cuchillo pasar
por mi hombro, cortando todo el camino hasta la mitad de mi espalda. Caí de
nuevo, y supe que mi oportunidad se había ido de nuevo. Me tenía y yo ni
siquiera tuve que dar a luz un niño para asegurar mi muerte.
El cuchillo volvió a golpear, justo a la derecha de mi columna vertebral
y la voz que no aparecía hasta ahora atravesó el aire. Fue tan fuerte el grito
que atravesó la habitación como el cuchillo en mi espalda, y por primera vez,
sentí a mi atacante dudar.
Saco el cuchillo, pero en vez de apuñalarme otra vez, corrió a la
puerta, tiro de ella abriéndola y desapareció por el pasillo.
En cuanto a mí, llore. El dolor era agudo, por lo que las lágrimas
vinieron por cuenta propia, y yo no podía respirar como antes. Quería moverme,
pero me dolía mucho, quería pedir ayuda, pero mi voz se había vuelto a ir, gemí
en el suelo demasiado herido para pensar, sentí la humedad debajo de mí y supe
que era mi sangre.
Lo extraño es que, a pesar de que veía a Changmin traspasar la puerta no
podía oírlo. Sentí su mano en mi hombro, sentí sus dedos en mi cuello, podía
ver que sus labios se movían cuando se puso al nivel de mis ojos, pero yo no pude
oír ni una palabra de lo que dijo.
Después de él vinieron los extraños, tocándome, cortándome la ropa, y el
constante movimiento de sus labios, pero no pude oír nada de ello, y al final, no quería. Yo sabía que todavía lloraba y que
aun gemía, pero de alguna manera mi línea de pensamientos fueron hacia el Rey y
lo último que pensé es qué pensaría él de esto. ¿Me culparía, o encontraría a
mis asesinos y haría justicia? Me lo preguntaba, pero incluso cuando lo vi
corriendo hacia mí con nada más que preocupación en el rostro, no pude mantener mis ojos abiertos, y me
entregue a la oscuridad.
Noooooo¡¡¡ Jae resiste no te puedes morir, esto no es justo(>0<) Quien Fue el maldito, Yunho no dejará que esto se quede así. Jae tienes que salir de esto para que el malavado sea castigado.
ResponderEliminarQuien será ese..
ResponderEliminarpobre Jae
Ojala lo atrapen pronto, antes que vuelva a intentar algo contra Jae
ResponderEliminarGracias!!!