No
tenía sentido engañarse a sí mismo pensando que realmente estaba escuchando
Aida de Verdi. Tenía que asumir el hecho de que, haberse topado con Kim
Jaejoong, había arruinado cualquier esperanza de poder relajarse un par de
horas antes de ponerse con el papeleo.
Así
que, tiró la idea por tierra, se puso en pie, abandonando su sillón de cuero, y
apagó el equipo de música.
Incómodo
con la situación, caminó hasta un enorme ventanal que había en la suite. Miró
las luces de la ciudad a través de la niebla y se metió las manos en los
bolsillos de los pantalones que se había puesto tras ducharse.
Se
sentía inquieto. Había algo en su mente pero no sabía lo que era. Frunció el ceño
con fuerza y entonces se dio cuenta.
¡Conciencia
culpable!
Lo
cual ya era bastante, teniendo en cuenta que Kim Jaejoong no tenía ni la más
mínima conciencia. Pero, saber por fin lo que lo atormentaba, le hizo sentir
mucho mejor y volvió a recuperar el control sobre su mente.
Se
había sentido demasiado furioso por el modo en que él se había puesto con el
tema del carrito como para afrontar la situación con calma. Y, pensándolo con
frialdad, la actitud de Jaejoong durante todo el tiempo había sido de
confrontación cuando, según su opinión y teniendo en cuenta su pasado como ladrón,
debería haberse comportado al menos de manera humilde.
Pero,
por otra parte, era evidente que se había sentido muy disgustado ante la
pérdida de aquel horrible cochecito. Valor sentimental, como él le había dicho.
Si él lo hubiera sabido, jamás habría hecho semejante cosa. Había imaginado que
estaría encantado de deshacerse de él y de utilizar su dinero para comprarse
algo más a tono con los tiempos modernos.
Obviamente,
había sido un error. Y un error aún peor era el haber tirado los billetes a sus
pies de ese modo tan arrogante. Pero él le había hecho perder los nervios,
olvidar su código de comportamiento. Ése que había seguido con exactitud desde
su nacimiento.
Eso ya
no podía remediarse, pero el otro error sí podía. Miró impacientemente su Rolex
y vio que eran las cinco y media pasadas. Podía ser que la tienda de caridad
estuviese abierta hasta las seis. Valía la pena intentarlo.
Limpiaría
su conciencia y Jaejoong habría salido de su mente una vez más. Sin problema.
Al igual que después de aquella horrible noche hacía más de un año, cuando él lo
había colocado en lo más profundo de su mente, calificándolo como una
experiencia amarga, y había decidido pasar página.
En
segundos, ya se había puesto una chaqueta de cuero negra, había tomado las
llaves del coche y había dejado el apartamento. El ascensor lo condujo hasta el
aparcamiento.
Llegó
a su destino justo cuando una mujer con cara de amargada estaba a punto de
cerrar la tienda. Su encanto natural le proporcionó la entrada a la tienda e
hizo que los rasgos de la mujer se suavizaran ligeramente. Y otro cheque
destinado a la beneficencia le proporcionó la certeza de que el cochecito del
bebé sería entregado en la dirección indicada a primera hora de la mañana
siguiente.
De
vuelta en el coche, mientras esperaba la ocasión de poder arrancar entre tanto
tráfico, Yunho recayó en el hecho de que algo seguía atormentándolo.
¡Todavía!
¿Pero
qué era? ¿Algo a lo que no quería enfrentarse?
Arqueó
las cejas exasperado. Ya no le debía nada más a ese docel. Lo había recogido de
la carretera, lo había llevado en coche a él y a su hijo y le había conseguido
el cochecito de vuelta.
De
hecho, su futura esposa, Jun JiHyun, consideraría todo el esfuerzo que había
puesto en Kim Jaejoong como una completa pérdida de tiempo totalmente
innecesaria. El tipo con el que se había mudado Jaejoong podría ocuparse de él.
Su conciencia estaba limpia. Recuperaría su cochecito y eso debería ser el
final de todo.
Pero
no era así.
Entonces,
la respuesta a lo que estaba atormentándolo apareció con claridad en su mente,
y con una fuerza tal que casi lo dejó sin aliento.
Diciendo
mentalmente una sucesión de improperios, giró el coche y se dirigió a Finsbury
Circus. Kim Jaejoong tenía que responder a una pregunta muy importante. Y Yunho
conseguiría la respuesta aunque tuviera que arrancársela de dentro.
>>> ♥ <<<
― No me gusta tener que salir corriendo y
dejarte tirado ― dijo Lee JongSuk dándose
un golpecito en el bolsillo del pecho para comprobar que su cartera estaba en
su sitio― pero Rocko me matará si me
pierdo su despedida de soltero.
― No te preocupes ― dijo
Jaejoong dirigiéndole una sonrisa ― Te has
portado genial. Nunca te estaré lo suficientemente agradecido por acogernos.
El
hermano mayor de su mejor amigo, Junsu, al que no había visto en un par de
años, desde la boda de Junsu con su novio canadiense, había entrado un día en
el bar en que él estaba trabajando y se había enterado de toda su historia. Por
aquella época él estaba de tres meses, hospedado en casa de Kim HeeSun, había
sido despedido de la agencia y puesto en la lista negra por haber sido acusada
de deshonestidad, sin importar sus constantes declaraciones de inocencia.
Al
igual que Kim HeeSun, JongSuk le había creído y le había escrito su número de
móvil en la parte de atrás de su tarjeta, haciéndole prometer que se pondría en
contacto con él si necesitaba algo, cualquier cosa.
A
pesar de no poder imaginar razón alguna para necesitar su ayuda, Jaejoong se
había guardado la tarjeta, y se alegró de haberlo hecho cuando su mundo se vino
abajo.
Kim
HeeSun había parecido más invencible que nunca por aquella época, cuidando de Changmin
mientras Jaejoong hacía turnos en el supermercado local para no acabar con los
escasos recursos de la mujer. Y entonces Sunnie había muerto. La apoplejía
había sido tan súbita y brutal.
Con
todo el dolor en su alma, en mitad de los preparativos del funeral, Jaejoong
había recibido la noticia de que, como Sunnie estaba en el piso como inquilina,
él tendría que dejar la propiedad en la mitad de tiempo, y los precios de las
casas estaban desorbitados.
Como
tenía que pensar en su hijo, se había tragado su orgullo y había telefoneado a
su madrastra. Pero su petición de un sitio donde alojarse hasta que se
arreglaran las cosas no le había servido de nada.
― No pretendas que te solucione yo un problema
que tú sólito te has buscado. Deberías dar al crío en adopción, por el bien de
ambos. Además, estoy tratando de pescar a un viudo muy bien situado, sin hijos,
gracias a Dios, y tú y tu mocoso no haríais más que arruinar mi estilo de vida.
Podrías intentarlo con Tiffany, pero no albergo muchas esperanzas. Le va muy
bien, compartiendo un bonito piso con dos de sus compañeras modelos ― había
dicho la mujer. Y así había seguido durante un rato, regocijándose en el éxito
de su maravillosa hija sobre las pasarelas en comparación con el fracaso total
que era la vida de su hijastro.
Desesperado,
Jaejoong le había colgado el teléfono. Stacia nunca había tenido tiempo para él.
En cuanto se había convertido en la nueva mujer de su padre, había despedido a Kim
HeeSun, haciendo todo lo posible por ningunear a Jaejoong, destacando las
virtudes de su hija Tiffany.
Entonces
Jaejoong había recordado la oferta de JongSuk si alguna vez necesitaba ayuda.
― Siempre te estaré agradecido ― repitió
él sinceramente mientras JongSuk le dirigía una sonrisa.
― ¡No hay problema! Junsu y tú erais como uña
y carne de pequeños, así que supongo que soy como un hermano para ti. Pero
bueno, será mejor que me ponga en marcha ― dijo él dirigiéndose a la
puerta― No me esperes levantado. Ah, sí
― añadió desde la puerta― Junsu dijo
que te llamaría después de comer. Hay cinco horas de diferencia, así que no
creo que tardes en oír su llamada ― y se marchó, dejando a Jaejoong
con una sonrisa en la cara.
Lee JongSuk
era todo un encanto. Había vuelto antes del trabajo para ayudarlo a subir las
cosas que el taxi había dejado en la puerta y había montado la cuna para que Jaejoong
pudiera acostar a Changmin lo antes posible.
De
hecho los Lee y Kim HeeSun habían sido lo más cercano que él había tenido a una
familia desde que su madre había muerto tan joven en dramáticas circunstancias.
Junsu, su mejor amigo desde el colegio, se había asegurado de que pasara casi
todas sus vacaciones de verano con ellos.
Stacia
había estado encantada de poder librarse de él y, aunque Jaejoong estaba seguro
de que su padre debía de haberlo querido a su manera, había estado siempre
demasiado ocupado ganando el dinero que su nueva mujer quería gastarse. Se
había cavado su propia tumba tratando de estar al nivel de las expectativas de
Stacia, lo cual había sido totalmente en vano, puesto que, cuando murió, estaba
prácticamente en bancarrota.
Tratando
de tragarse el nudo que sentía en la garganta, Jaejoong intentó no pensar en el
pasado. No podía hacer nada para cambiarlo. Los amigos que tenía eran buena
gente, valían su peso en oro, y no como Jung Yunho.
Pero
no quería pensar en él. Su encuentro con él aquel día había sido desafortunado,
pero no significaba que fuera a dejar que entrara en su mente una vez más.
Esperaba
la llamada de Junsu y, como los padres de su amigo estaban allí de visita,
también podría hablar algo con ellos. Por suerte, todos habían respetado su
decisión de mantener en secreto el nombre del padre de Changmin. Y, mientras
tanto, tenía el periódico de la tarde para entretenerse y buscar trabajo.
Un
puesto de ama de llaves para alguien que no tuviera objeción a que hubiese un
niño en el paquete sería perfecto. Pero, si alguien lo contrataba a largo
plazo, le pediría referencias y la agencia que lo había puesto en la lista
negra, desde luego, no se las iba a proporcionar. Lo mejor a lo que podía
aspirar era algo a media jornada y mal pagado. Nunca lograría ganar el dinero
suficiente como para poder proporcionarle al niño una guardería y tampoco podía
abusar de JongSuk más de una semana o dos.
Tratando
de colocar esos pensamientos en lo más hondo de su mente para poder
considerarlos más tarde, fue a echarle un ojo a Changmin, que dormía
plácidamente en su cuna pintada de azul junto a la pequeña cama que JongSuk
tenía en su habitación de invitados. Acababa de sentarse para ver la sección de
empleo cuando alguien llamó a la puerta del piso con impaciencia.
¿Alguien
en busca de JongSuk? Dejó el periódico abierto sobre la mesa, se apartó un
mechón rubio de la cara y caminó descalzo hacia la puerta. Inmediatamente hizo todo
lo posible por volver a cerrarla, pero su fuerza no podía compararse a la de Yunho,
que consiguió entrar en el piso sin esfuerzo.
Jaejoong
se puso una mano en el pecho y notó que el corazón le latía a mil por hora.
Observó cómo Yunho caminaba hacia el centro del salón y luego se daba la vuelta
para encararlo.
Él
dominaba el espacio a su alrededor y parecía que cargaba el aire de
electricidad. Le había producido el mismo efecto la primera vez que se habían
visto. La energía sexual lo había sobrepasado en su momento, haciéndolo creer
que estaban hechos el uno para el otro, pero ya no necesitaba eso.
― ¿Qué quieres? ― preguntó
Jae con aire desafiante.
«Insolencia exagerada» era la
única manera de describir el modo arrogante en que él inclinó la cabeza para
mirarlo. Su chaqueta de cuero daba la impresión de ser carísima, y acompañaba a
lo que parecían ser unos pantalones de chándal y unas playeras viejas.
Sólo
una persona increíblemente segura de sí misma, con una larga lista de ilustres
antecesores, podría salir impune con aquella mezcla de complementos tan
dispares.
Ignorando
los efectos que se producían en su cuerpo cada vez que estaba cerca de él y
recordando lo esnob y mentiroso que era, dijo con ira:
― No tenemos nada que decirnos... ― En
ese momento sonó el teléfono.
― Contesta ― dijo él indicando el
aparato que Jaejoong parecía ignorar.
Mientras
lo observaba descolgar el auricular, Yunho vio que se había equivocado con
respecto al hecho de que hubiera engordado. Sus vaqueros gastados y su jersey
de lana revelaban ese cuerpo tan deseable que recordaba a la perfección; su
diminuta cintura, sus redondas nalgas y sus curvas tentadoras.
Sintió
la lujuria dentro de él. No quería sentir eso. Podía elegir entre algunas de los
doceles y mujeres más glamorosas del mundo si quería. ¿Entonces por qué aquel hombrecito
lo ponía tan caliente como a un adolescente cuando, desde que había descubierto
sus verdaderas intenciones, no había sentido nada semejante?
Se le
quedó la boca seca. Tragó saliva y trató de concentrarse en la razón de su
presencia allí. No tenía nada que ver con su cuerpo, ni con su piel bajo sus
manos.
Tenía
que ver con los genes. Sus enormes ojos eran de color gris suave y su pelo
largo era de un maravilloso rubio platino. Por lo que él había visto del tipo
con el que Jaejoong vivía, era tan rubio como él. Así que era poco probable que
fuera el padre del niño. Y, a no ser que a Jaejoong le gustara ir de cama en
cama...
Jaejoong
había contestado al teléfono tras darse cuenta de que sería su amigo Junsu y de
que se preocuparía innecesariamente si no descolgaba.
Pero
le resultaba imposible tener una conversación normal con su amigo bajo la
atenta y fría mirada de Yunho.
― Mira ― dijo Junsu― ya lo has
pasado bastante mal. Era evidente que Stacia no te iba a pasar ni una. Pero,
quizá, el padre de Changmin, sea quien sea, pueda ayudarte en algo.
― Mira ― dijo Jaejoong con
rapidez― no puedo hablar ahora mismo. Te llamaré luego ― y
colgó el auricular, se dio la vuelta y trató de hacer que su cara dejara de
estar roja como un tomate.
No
podía decirle a su amigo que su hijo estaba mucho mejor lejos de un padre que
era un esnob, un mentiroso y un seductor que embelesaba a los que,
probablemente, llamaría miembros de la clase baja. No podía decirle eso cuando
él estaba frente a él, escuchando cada palabra.
Y Jung
Yunho no podía saber que tenía un hijo. Dado lo que ya sabía sobre su
personalidad, probablemente negaría toda responsabilidad porque, había que
asumirlo, ya había elegido a otra de su clase para ser la madre de sus hijos.
Pero no podía arriesgarse ni por lo más remoto al hecho de que, por algún
casual, quisiera la custodia del niño. Porque, si era así, se aseguraría de
conseguirla. ¿Y dónde lo dejaría todo eso a él?
En
ninguna parte.
― ¿Dónde están? ― preguntó
él con rapidez.
― ¿Quiénes?
― Tu hijo y tu amante.
― JongSuk no es mi amante ― dijo
Jaejoong apretando los labios. No tenía ningún derecho a preguntarle nada pero,
como parecía no tener intención de marcharse hasta obtener la respuesta,
prefirió centrar la atención en el hermano de su amigo antes que en su bebé ― Es un buen amigo y, aunque no es de tu
incumbencia, ha salido esta noche.
― Claro ― dijo él levantando una
ceja, dando a entender que no se creía que fuesen amigos. Aunque eso a él le
daba igual. La opinión que él tenía de Jae era pésima, así que no podía ir a
peor.
Temblando
por dentro, Jaejoong se acercó a la puerta y la mantuvo abierta.
― Por favor ― dijo ― márchate.
Debes de tener una razón para estar aquí pero, sea cual sea, no me interesa.
Estar
de nuevo con él le traía a la memoria demasiados recuerdos, la mayoría tan
hermosos que estaban llenos de dolor, puesto que estaban fundamentados en unas
técnicas de seducción extremadamente cínicas. Yunho había revelado su verdadera
personalidad aquella última noche. Y tampoco quería recordar eso.
― ¿No?
Jaejoong
se quedó blanco. Era increíble cómo una palabra de dos letras podía sonar tan
amenazante. Pero así era.
Se
estremeció al ver esos ojos negros clavados en él. Sentía las plantas de los pies
frías y una corriente de aire ascendía por las escaleras, pero se mantuvo en su
lugar con la intención de que se marchara.
Pero
no lo hizo. Simplemente se acercó y cerró la puerta tras él antes de preguntar:
― ¿Entonces, qué edad tiene exactamente?
En ese
momento Jaejoong quiso salir corriendo como el viento y comenzó a sentir el
corazón con fuerza bajo sus costillas. Había estado temiendo ese momento desde
que lo había encontrado en la carretera. Había estado albergando la esperanza
de que aquel banquero sofisticado y millonario tuviera tanto interés en aquel
niño como en una hormiga. Aferrándose a esa esperanza todavía, levantó la
barbilla y contestó.
― Veintiocho.
¡Santo
Dios! Estaba tentando a su suerte. Yunho trató de ser paciente y dijo:
― No tengo ningún interés en saber nada del
hombre con el que te acabas de mudar. ¿Qué edad tiene tu bebé?
Jaejoong
sintió que se iba a desmayar. Aquella pregunta era la prueba evidente de sus
sospechas. Apretó los labios y se mantuvo en silencio.
― ¿Siete meses? ― preguntó
Yunho tras haber hecho sus cálculos.
Jaejoong
se quedó de piedra. Aquello se estaba convirtiendo en una pesadilla. Se le
había quedado la boca seca. Levantó la mirada y trató de decir algo que le
dejara claro que él y su bebé estaban fuera de su alcance.
Pero Yunho
se le adelantó, hablando con voz fría y con un brillo oscuro en los ojos.
― Me dijiste que tomabas anticonceptivos y yo
te creí. Supongo que me creí eso como me creí todo lo demás. «Temerario» debe de ser tu segundo nombre.
Entonces
Jaejoong se sintió furioso. Yunho ya lo creía lo suficientemente temerario como
para robar una valiosa joya a su prometida. ¿Pero temerario como para tener
sexo con él sin protección y mentir al respecto?
Él
tomaba la píldora por entonces pero, a veces, probablemente debido a todo lo
que había ocurrido en la isla, al creer que había encontrado el amor de su
vida, al tener que cuidar de los gemelos, a veces se había olvidado por
completo.
― Puede que disfrutaras del sexo
descontrolado, que seguro que te encanta, con cualquier otro antes de que yo
llegara a la villa. El jardinero de mi cuñado también tiene el pelo y los ojos
oscuros. Habría que tenerlo en consideración. Pero quizá tú puedas arrojar luz
sobre el asunto. ¿O acaso no sabes quién es el padre?
Jaejoong
se quedó pálido al escuchar semejante suposición sobre su moral. Se sentía
incapaz de decir una sola palabra, aunque su vida dependiera de ello, y creía
que iba a desmayarse.
― Veo que obviamente no vas a arrojar ninguna
luz sobre el asunto ― añadió él con frialdad.
Entonces, para sorpresa de Jaejoong, se giró y se dirigió hacia la puerta.
¡Iba a
marcharse! No tenía mayor interés en Changmin, en si el bebé era suyo o de
otro. El miedo de que pudiera querer la custodia para criar a su hijo en el
mismo estilo de vida que le pertenecía a él había sido totalmente absurdo e
infundado.
Pero,
justo cuando empezaba a relajarse, Jung Yunho se detuvo y se dio la vuelta una
vez más junto a la puerta.
― Pienso averiguar la verdad. Te sugiero que
lo consultes con la almohada. Si mañana sigues negándote a darme una respuesta,
conseguiré las pruebas que necesito. Con un simple análisis de ADN servirá.
A
medio camino en su descenso por las escaleras, Yunho ya estaba hablando por el
móvil. En el pasado, el banco había tenido ocasión de utilizar los servicios de
una agencia de detectives privados muy eficiente y discreta. Al llegar a su
coche, concluyó la llamada. Alguien estaría allí pocos minutos después. Alguien
vigilaría. Y, si Jaejoong intentaba escapar con el bebé, con su bebé,
probablemente, lo seguirían.
Si el
niño de pelo y ojos oscuros era suyo, y su instinto le decía que así era,
entonces Jaejoong descubriría que no había dónde esconderse.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
OMG!! Las cosas no estan saliendo como Jae quiere, al parecer Yunho viene con toda si el niño resulta ser suyo (Que obviamente es), Jae querido lo mejor es que hables con la verdad y rogar para que las cosas salgan lo mejor posible.
Wooooooo... q bueno se pone la historia... aveces las cosas no salen como uno quiere.... pobre de jaesito... el queriendo una vida sin yunho y ahora vuelve a cruzarse su camino. Hay quiero actu.... me intriga la historia.... me comere mis uñas en la espera. Gracias por actualizar estare super pendiemte a tu blog. Poleth.
ResponderEliminarYh es un hijo de su...
ResponderEliminarAggg por que tan cruel!!
No no por que?
Que va hacer jj ahora?
Gracias
Me estoy enganchando con esta nueva historia
O.O yunho sospecha que Minnie es su hijo. Jae no tiene otra salida q confesar la verdad.
ResponderEliminarLa mayoría de madrastras son malas y la de Jaejoong no es la excepción.
Gracias por el cap amiga <3
Wow! Se viene una buena historia.
ResponderEliminarYunho! No seas tan cruel, ya lo lastimaste antes, procura no meter las patas ahora o te arrepentirás (eso sonó como amenaza jejeje)
Muy buena historia, esperaré la actualización pacientemente.
Muchas graciaaas!!!
Kyaaaa simplemente magnífico capítulo, OMG joongie que haras ahora?? Yunnie como te atreves el no haberle creido a bunnie y en lugar de eso a la lagartona.... Muero por leer el cap 3 y gracias por la historia 😘
ResponderEliminarPor que tan cortito, tuve que esperar mucho, no es justo... Pero bueno, espero que Yunho no sea tan malo con Jae cuando llegue a enterarse de la verdad.
ResponderEliminarGracias por un patíbulo más.
pues mira nomas que desgraciado es el Yunho no le cree de lo que se le acuso y lo juzgo y ahora viene a querer quitarle a su hijo supongo por que se dará cuenta que es suyo no creo que le pida perdón por lo ingrato que a sido con Jae y se case con el por que se empeña en lastimar a Jae si el nada mas lo amo y creo que lo sigue asiendo
ResponderEliminarGracias
Yunho te detesto ahora!! Cómo puedes...?
ResponderEliminarGracias....aun no se menciona mucho de la prometida de Yunho pero ya la odio por haber culpado a Jaejoong de haberle robado.
ResponderEliminarEspero las cosas no se pongan aun más feas para Jae ya sufrió
Aish! Yunho es tan malo.. espero que Jae pueda huir y hacerlo sufrir y dejarlo con la duda (por un tiempo mas) xd
ResponderEliminarLa madrastra de Jae es una perra malvada è.é pobresito que hara??
Aish! Yunho es tan malo.. espero que Jae pueda huir y hacerlo sufrir y dejarlo con la duda (por un tiempo mas) xd
ResponderEliminarLa madrastra de Jae es una perra malvada è.é pobresito que hara??
uy Dios, ésto se está poniendo de gris a oscuro. Veo que Yunho tiene mucho rencor y odio hacia Jae, cómo puede ser que no lo conoció en el tiempo que estuvieron juntos como amantes?? no se da cuenta en su ceguera
ResponderEliminarque Jae está sufriendo y pasa carencias por su falta de confianza?? Jae no debe ser débil ,por más amor de su vida que sea Yunho. Yunho debe pagar el desprecio y el acorralamiento que le está haciendo a Jae. madre mía, qué emocionante. quiero más. jajaj. gracias
Ah!!!! Estupido Yunho como pudiste creerle mas a esa estupida q a Jae!!!!
ResponderEliminarY si!!!, ese bebé es tuyo, pero como estas todo encerrado en tu mentira de creer q Jae es un ladron, lo unico q haras sera lastimar a JJ!!!! ;3;
Ahora que Yunho compruebe que Changmin es suyo, que hará?, lo bueno es que la verdad caerá por su propio peso y Yunho tendrá que pedir perdón.
ResponderEliminarGracias!!!
Wooo cuanto rencor.....tonto Yunho...Changmin es tu hijo espero que no lo uses para hacer sufrir a Jae.....porque la verdad se va saber y vas a sufrir......muchas gracias
ResponderEliminarQue? Creí que habia 12 capítulos ya publicados! Pero era solo el anuncio de... Qué cruel eres
ResponderEliminarSiento mucho coraje porque Yunho no fue capas de creer a Jae. Y ahora viene y lo amedrenta??? si él fue quien lo echo como si fuera basura. Pobre Jae todo se le viene encima. Junsu con un Canadiense??? Ojala sea de asendencia Coreana y se apellide Park 😍😍😍😍
ResponderEliminarComo dicen la sangre llama a la sangre y bueno Yunho no es la excepción... XD
ResponderEliminarPor eso nunca se metan con hombres ricos, son problemas... :3