“¡El Kari sucio se lo llevó de mí! ¡Él tomó a mi Rey! Nunca sentiré sus
labios otra vez o escucharé lo mucho que disfruta de mi cuerpo. ¡Yo sé que me
quiere! Mi Rey es demasiado noble para elegir nuestro amor sobre la paz con ese
reino Kari repugnante. Pero yo lo tendré de vuelta. Lo tendré, y el príncipe pagará.”
>>>♥<<<
El palacio era algo que nunca había
visto antes.
Yo nunca había mirado una imagen de él,
pero incluso si lo hubiera hecho, dudo que me hubiera preparado. Era
simplemente impresionante.
Un ancho, camino pavimentado conducía a
la entrada de columnas, el sendero flanqueado por dos piscinas largas, los fondos
de las cuales eran de azulejos en un diseño azul y verde con flores flotando
aleatoriamente sobre la superficie. Tan
lejos como mi ojo podía ver, diferentes plantas de jardín cubrían todo el palacio, una combinación
arremolinada de colores magníficos haciendo patrones llamativos.
Sin embargo, el propio palacio era la
pieza central impresionante.
Con altas torres puntiagudas, una justo
al lado de la otra, parecía más grande que la vida. En los altos arcos en cada
lado de la entrada se encontraban los Reyes Rising Sun esculpidos, cada uno guardando
su propio pedazo de la historia.
Hubiera quedado boquiabierto durante
horas, a no ser por Shindong empujándome discretamente hacia adelante,
dirigiendo mi atención a los hombres y las mujeres mirándome en la misma forma
como me habrían mirado en el palacio. Inclinando la cabeza rápidamente, crucé
la distancia hacia ellos y esperé hasta que Shindong me presentó.
― El Príncipe Kim Jaejoong, línea real
Ceelorie del Reino de Kari.
La comitiva se inclinó ante mí, aunque
nunca levanté la mirada de la vía pavimentada donde nos encontrábamos. Podría
haber sido una señal de respeto, pero yo no era Rising Sun, y al ser una
conquista de guerra, sería puesto en mi lugar muy pronto.
Shindong se volvió hacia mí. ― Adiós, mi
Príncipe. Nuestros pensamientos estarán con usted.― Se inclinó ligeramente y regreso al
coche, que se alejó tan pronto como se cerró la puerta.
― Príncipe ― Uno de los hombres habló, aprovechando mi atención hacia él.
― Soy Changmin, y seré su ayudante personal.
No había nada que pudiera decir a eso,
excepto de tal vez agradecerle, pero mi lengua decidió no cooperar, así que Changmin
se vio obligado a romper el desagradable silencio. ― Si me
sigue, Príncipe, le mostraré sus habitaciones y entonces le ayudaremos a
prepararse.
No tenía nada que añadir a eso, por no
mencionar que estaba aterrorizado. Yo lo seguía a ciegas, notando el pelo corto
en todos los Rising Sun a mí alrededor.
Ellos eran puros y mixtos, pero Changmin,
tenía las características más llamativas entre ellos. Él era más alto y más
ancho que yo, flexionando los músculos en su cuerpo mientras caminaba. Fue su
rostro, sin embargo, lo que causo más impresión en mí. ¿Por qué bailar
alrededor de la hoguera?
Él era hermoso. Mandíbula fuerte,
elaboradas marcas en forma de estrella y los pómulos altos sin duda lo hacían
memorable, pero también era el hombre más guapo que había visto alguna vez.
Mi falta de experiencia se hizo
evidente, ya que rara vez había visto un Rising Sun puro. Pero así como me las
arreglé para ocultar mi asombro cuando se trataba de la belleza de las
personas, el palacio mataba mis esfuerzos en el acto.
Donde quiera que pasara, la riqueza lo
marcaba como el hogar de un rey. Las pinturas, cortinas, azulejos, jarrones,
estatuas y todo hablaba de los dueños del lugar que no ahorraron sus monedas a
la hora de hacer de su morada un hogar.
Sólo cuando nos acercábamos a la torre
de habitaciones del palacio, me di cuenta que las doncellas me miraban y
corriendo se alejaban cuando me veían mirando hacia atrás. No había nada mejor
empujar el punto principal de que no
estaba con mi gente y que no era una vista común. De hecho, yo representaba
todo contra lo que habían luchado los Rising Sun por años, la razón de que
muchos de sus seres queridos habían muerto. Fue aleccionador y no podría haber
estado más aliviado una vez que entramos a mis habitaciones y las puertas se
cerraron detrás de mí.
Changmin y otros dos hombres entraron al
interior conmigo, mientras que las mujeres se quedaron de pie afuera. No estaba
familiarizado con las costumbres de los Rising Sun, pero estaba secretamente
contento de que al menos las mujeres no me vieran desnudo.
― Príncipe, debe quitarse la ropa y
refrescarse antes de que casé.
Miré a Changmin, un poco sorprendido. Shindong
me había dicho me que la boda sería privada, y no esperaba que los ayudantes
supieran sobre ella. Ahora parecía que sólo era un secreto a voces. No estaba
seguro de que pensar al respecto.
No había necesidad de hacer el trabajo
de Changmin más difícil. Desenvolví mi túnica neutral, desaté los nudos que
sostenían todo en su lugar. Mis sandalias se deslizaron fácilmente fuera, y
mientras tenía algunas reservas acerca de bajar mis pantalones, aún así lo
hice, sabiendo que mi camiseta y los pantalones cortos me protegían de sus
ojos.
Changmin se asomó discretamente hacia
arriba, mientras la cabeza quedó inclinada, pero la voz que usó era
profundamente incómoda.
― Príncipe, debe quitarse todo. Debemos
bañarlo y suavizar su piel.
Me quedé boquiabierto. Nadie, excepto mi
madre nunca me había visto sin mi ropa, y sólo cuando era todavía un niño. Era
algo inaudito. Podría no ser un heredero nunca más, pero todavía era de linaje
real, y mi cuerpo era sólo para ser mostrado a la persona con quien me casará.
― No lo haré ― balbuceé, no estaba seguro de cómo explicarles que mi ropa se
quedaba.
― Príncipe, debe dejar que lo prepararemos ― Changmin transfirió el peso de una
pierna a la otra.
― ¡Absolutamente no! ― Yo estaba rojo para entonces, todo mi
cuerpo emanando calor. ― Yo soy de linaje real. Mostrar mi cuerpo a
alguien que no sea mi esposo se castiga con azotes. La vergüenza sólo me
marcará como un indeseado de la corte ― expliqué, sosteniéndome con
fuerza y tratando de desaparecer de su vista.
Los asistentes levantaron la cabeza e
intercambiaron una mirada de asombro. Supuse que no era cómo se hacían las
cosas en Rising Sun, pero eso no era culpa mía. La última guerra fue larga, y
había obligado a algunos cambios en nuestras culturas.
― Tal vez podríamos dejarlo solo. ¿Podrá
bañarse y frotar la loción sobre la piel? ― Changmin preguntó vacilante.
Por eso, estaba más que agradecido con
él. Estaba haciendo excepciones ya, y si
no hubiera estado tan asustado del castigo, habría hecho su trabajo más fácil y
me hubiera desnudado. Entonces sonreí, mi gran, sonrisa feliz y me incliné
ligeramente ante él. ― Gracias, Changmin. Haré lo que dices.
Él devolvió la sonrisa, y fue una linda
sonrisa, pero nada en comparación con el
alivio que era tan evidente en su ahora relajado cuerpo. ― Hemos preparado el baño para usted. Los aceites están justo al lado,
así como las toallas. ― Changmin se
dirigió a los otros dos hombres. ― Coloquen la ropa interior sobre una silla en
el baño para el príncipe.
Los Rising Sun obedecieron al instante y
luego desaparecieron a través de la puerta lateral. Changmin todavía tenía
cosas que decir. ― Una vez que esté seco, debe tomar la loción ― tomó un frasco de la mesa y lo levantó para
que lo viera ― y lo frota en todo el cuerpo. Cuando se
vista, se pone sólo la ropa interior, y nosotros haremos el resto. Por favor,
no permanezca en el baño, ya que no tenemos mucho tiempo.
Me incliné ligeramente otra vez, extendí
mi mano para la loción, y se fue del cuarto de baño al igual que los otros se
habían ido.
Con las puertas cerradas seguramente
detrás de mí, me desvestí completamente y me hundí en el agua tibia. Era pura
felicidad después del largo viaje, pero así como suspiré de alegría, recordé
que no tenía tiempo para simplemente disfrutar. Me froté el aceite de baño por
encima un par de veces, me enjuague con el agua extra que habían preparado para
mí. Quería estar limpio, sobre todo porque realmente no tenía idea de lo que mi
futuro marido podría querer de mí.
Cuando terminé, froté la loción cómo Changmin
me había pedido, y me puse la ropa que había preparado. Vacilante, abrí la
puerta que conducía al dormitorio y me asomé dentro. No era como si pudiera
ocultarme, pero todavía no esperaba que
todos los ojos expectantes me buscaran. Tragando ruidosamente, caminé
lentamente a la habitación.
Changmin se hizo cargo. Una toalla fue
proporcionada y uno de los hombres frotó mi pelo, que de alguna manera había
olvidado por completo. Changmin estaba de rodillas delante de mí, alineando los
pantalones de color rojo oscuro que quería que me pusiera. Entré en ellos,
teniendo cuidado de mi pelo, que era sostenido todavía por el hombre detrás de
mí. Changmin entonces comenzó envolviendo la tela del mismo color a mí
alrededor. La envolvió en ángulo alrededor de mis caderas y la irguió por
encima de mi cintura y pecho. Cubría sólo mis hombros, dejando los brazos
libres, y fue metida de forma segura en un patrón triangular en el pecho.
Nunca me había imaginado en color rojo
oscuro y supuse que el color iba bien, con mi pelo y ojos, debería haber sido
un tanto llamativo. Después de todo, quería verme aceptable para mi futuro esposo.
A medida que el Rising Sun secó mi pelo,
fui llevado a una silla colocada en el centro de la habitación. Ahí Changmin
sacó unas sandalias negras, que envolvió y ató alrededor de mis piernas de una
manera que nunca podría ser capaz de memorizar. Vagamente pensé en lo eficiente
que la estrategia era, ya que no podría muy bien escapar sin sus zapatos.
Mi pelo estaba parcialmente trenzado,
dejando un lado suelto y persistentemente cayendo sobre mi cara, mientras que
por el otro lado se apretaba contra mi cuero cabelludo casi hasta el punto del
dolor. Al otro hombre se le asignó mi maquillaje. Nunca había usado una cosa
así en mi cara, pero él no estaba en
absoluto frustrado por mis temblores ocasionales y el lagrimeo de mis ojos. Los
pintó en un extraño arreglo de colores, y trazó líneas arremolinadas desde las
esquinas hasta llegar en medio de mis mejillas. El diseño era más elaborado en
el lado donde mi pelo no estaba en el camino, y asumí que no me parecía en nada al hombre
que había sido esa misma mañana.
Cuando terminaron, no se me dio un
espejo, pero Changmin me observaba críticamente, con la cabeza inclinada hacia
un lado, y luego asintió con la cabeza en señal de aprobación evidente. ― Tenemos
que irnos ahora, Príncipe. Están esperando por usted en el gran salón.
Me di cuenta ahora que el impacto total
de mi situación no había caído hasta ese momento, y en un evidente espectáculo
de debilidad cuando mis piernas temblaban, me agarré de una mesa cercana sólo
para mantenerme en posición vertical. Respiré profundo y largo, tratando de
calmar mis nervios, y mintiéndome a mí mismo mientras trataba de convencer a mi
mente perfectamente funcional que todo no era tan malo como parecía.
Cuando volví a mis sentidos, Changmin
estaba a mi lado, frotándome la espalda y diciendo palabras suaves de consuelo.
Realmente no estaba prestando atención,
pero me hizo darme cuenta de estaba haciendo tiempo y que podría meterlos en
problemas. Así que enderecé la espalda y con voz temblorosa dije, ― Por favor,
Changmin, ¿nos vamos?
Asintió, con una sonrisa jugando en la
comisura de los labios, y me llevó a lo que iba a ser el resto de mi vida.
pobresito mi Principito Jae los nervios a todo lo que dan pero esos pasaran una ves vea el hermoso Rey que se casara con el
ResponderEliminarGracias
No dejo de sentir pena por Jae, es un completo estraño e intruso para muchos. Me preocupa esa voz anónima que quiere sacarlo del mapa por hacer que lo alejaran de Yunho...quien sea le hara la vida de cuadrito??? Aigoooo ChangMin está siendo bueno y comprensivo con Jae. A que serán amigos😊😊😊😊¡¡¡
ResponderEliminarY aquí aparece nuestro changmin
ResponderEliminarEs amable con Jae y eso le hace lijerar un poco la cosa..
A ver cuando aparece ya el rey
Jae es hermoso, pero ahora con tanto acicalamiento se ha d ver sorprendente haber que impresión tienen ambos cuando se vean por primera vez.
ResponderEliminarGracias!!!