“Un poco de magia, un poco de voluntad, ahí se va el sucio Kari, aquí
viene mi Rey”
>>>♥<<<
Nunca me imaginé que tener tutores sería tan insoportable. Los hombres
hablaban y hablaban, y si mi mente se atrevía a pasear incluso una fracción de
segundo, me ganaba el reproche de mi vida. El hecho de que incluso después de
dos semanas de tomar clases, aun no manejaba los hechizos no ayudaba en nada.
Yunho fue un gran apoyo para mí, dándome instrucciones cuando no podía
entender a los tutores y haciéndolo más simple, pero yo seguía haciendo arder
alfombras, y la creación de agua en llamas se hizo más fácil para mí que antes.
Mi problema era el poder de mi magia. Tan caliente como la mía, debería
haber sido frenada cuando era un niño, los tutores venían a diario, pero no
podía cambiar eso. Yo era lo que era, y escucharlos señalar mis defectos
realmente me hizo más insoportable estar con ellos. Yo todavía no estaba
embarazado y Yunho tenía problemas para mantener a raya a los concejales. Eran
muy persistentes en su deseo de vernos intimar. Viejos pervertidos, los llamaba
cuando estaba a solas con Yunho, pero incluso eso no ayuda al miedo que sentía
cuando pensaba en ellos viendo a Yunho entrar en mí. Me parecía humillante e
inapropiado. Yo no quería verlos desnudos en sus camas con sus esposas asique
¿Por qué ellos querían verme a mí?
Yunho, por otro lado, insistió en que era la costumbre. Ellos
necesitaban saber que ya no era inocente, y que las directrices del contrato,
habían sido cumplidas. A veces pensaba
que hubiera sido mucho más fácil, sin el contrato. Como Uralain, nadie estaba
obligado a mirarme en el acto más íntimo de mi vida.
A pesar de todo eso, era feliz por primera vez en mi vida. Estaba
preocupado por no haberme embarazado aun, y odiaba mi incapacidad de controlar
mi fuego, pero cuando estaba junto a Yunho, todo eso desaparecía. Con cada día
que pasaba yo estaba más convencido de que su interés y preocupación por mi
eran genuinos. Me colmaba de cariño, me tocaba cada vez que estábamos cerca uno
del otro, me besaba cada vez que le daba la gana, y lo sentía muy a menudo, y
me decía que era bonito, hermoso, increíblemente precioso…
Florecí junto a él. Juro que sentía como si me fueran a brotar hojas y
flores, en algún momento, con un dulce aroma solo para él.
Junsu no se sentía cómodo viajando todo el camino hacia un reino donde
era considerado un enemigo. El también tenía una familia en la que pensar, y
por mucho que me amaba, dejar el reino donde era uno de los probables herederos
no era una opción. Supuse que los consejeros pensaban en mí como si estuviera muerto. Yo no era un gobernante, y
una vez que los niños llegaran, moriría. Así que Junsu quería y debía
permanecer en Kari. Pero Yunho arreglo que pudiéramos hablar uno con el otro
todos los días, y como agradecimiento había pedido cortésmente una cantidad
ilimitada de sexo. No era como si me estuviera quejando ciertamente.
Había escuchado a Junsu unas horas antes, después de que Changmin
emitiera una pequeña nube de magia que yo aún no era capaz de hacer. Mis nubes
flotaban como esferas de fuego y la comunicación, a través de ella, podían ser mortales,
o eso me dijeron.
Junsu se había quejado de que los concejales insistían en unirlo a él
con una mujer. Era el último de su linaje y querían asegurarse. Pero Junsu les
dijo que no metieran las narices donde no debían. Además, pensó que era
demasiado joven para tener hijos.
La comida había pasado y yo estaba sobre la cama riéndome de la
conversación, cuando de repente algo salió mal.
La sensación empezó en mi vientre. El calor pulsante e incontrolable
comenzó a propagarse hacia mi pecho. No tenía idea de lo que me estaba pasando
y luego comenzó el dolor. Mis músculos se pusieron tensos, y me dejo inmóvil y
en mi pánico la única cosa que pude usar fue mi magia. Pero antes de que tocara
mi centro de magia sentí la energía de otra persona en mí. Era fría y caliente
al mismo tiempo, tan brillante y tan diferente de la mía. Era la fuente del
calor y el dolor, y así como comencé a seguir se apodero por completo de mí.
El asalto quemo mi piel, me sacudía sin contacto y me quemaba sin fuego.
Fue por todo mi cuerpo, aprovechando parte por parte, deteniéndose en mis
pulmones y dejándome sin poder respirar. El dolor era casi cegador, pero la
magia era algo visual para mí ahora, y a pesar del dolor vi casi como dos manos
extendidas hacia mi corazón.
En ese momento descubrí que nada funcionaba mejor para mi magia que
entrar en pánico. Llegue a mi interior, a todo ese fuego caliente, brillante y
resplandeciente y lo arroje hacia el exterior. Me hizo seguir ese delgado hilo
de magia extraña y me hizo quemar, quemar y quemar.
Sentí cuando mi magia toco a mi atacante. Fue una explosión que me
empujo más profundamente a la suavidad de mi cama y que lo lanzo lejos. La
magia no era un hechizo, no era algo infundido por mí. La magia era yo, y todo
lo que le paso a él me paso a mí.
Con mi asalto contra el atacante, su ataque se detuvo. Podía respirar de
nuevo, podía moverme, pero todo lo que su magia había dañado estaba todavía. Me
lastime de una manera que nunca imagine que me podría lastimar. Era peor que la herida del cuchillo, ya que toco toda
mi piel. Mientras que el primero fue fuerte y rápido, el ataque de magia seguía
y seguía. No hubo pausa en la agonía y era tan mala que en realidad deseaba la
inconsciencia o incluso la muerte.
Entonces me acorde de Yunho. Nuestra unión todavía era tan frágil y
nueva, y a pesar de no saber lo importante que era para él, no quería arruinar
todos sus sueños y no quería que esa sonrisa desapareciera de su rostro.
Con una fuerza que ni siquiera sabía que tenía, murmure un hechizo y lo
dirigí hacia la puerta. Era un hechizo al azar, nada enfocado o pensado,
predije que mi fuego se hiciera cargo. La alfombra se incendió, se elevó en una
llama que pronto se extendió a la puerta.
Tardo un rato en el que sufrí apretando los dientes y con los ojos
cerrados, hasta que oí el grito del otro lado de la puerta. Alguien debió haber
tocado el picaporte, pero enseguida la puerta se abrió y los guardias se
apresuraron al interior.
Los mire, demasiado herido para susurrar, incluso, pero chasquee los
dedos murmurando hechizos, y uno de ellos salió corriendo de la habitación,
mientras el otro subió a la cama a mi lado. Mi respiración era en jadeos cortos
porque me dolía mucho como para llenar mis pulmones de aire. Yo temblaba en shock cuando se arrastró hacia mi cuerpo y
le hubiera pedido ayuda si hubiera tenido voz para eso.
El hombre murmuraba a mi lado, lanzando hechizos mientras sus manos se
cernían sobre mí, deseaba tocar, pero sabía que era su Príncipe y no se le permitía,
incluso ofrecer ese poco de comodidad. Sus hechizos fijaron los pedazos dentro
de mí, dándome la vida pieza por pieza, pero no hizo nada para el dolor. El
guardia no era un sanador y arrojo solo los hechizos básicos del campo de
batalla para mantenerme vivo.
Cuando llegaron, los sanadores fueron seguidos por mi Rey, que casi les
paso por encima para llegar a mi lado. El guardia se alejó dejando a las dos
mujeres asumir el control y tan pronto como las primeras palabras salieron de
sus labios, sentí alivio. El dolor se había ido, aunque todavía no podía
moverme ni respirar muy bien, no sentí todo lo que me pasaba y pude abrir mis
ojos lo suficiente como para ver a mi Rey.
Teniendo en cuenta la cantidad de dolor que tuve apenas un minuto, no
podía creer el poco tiempo que fue necesario para que los curanderos me
hicieran sentir lo suficientemente bien.
― ¿Quién le hizo daño, mi
Príncipe? ― pregunto una de las curanderas.
― Caster ― jadee
― Fuera de… la magia.
Pero en lugar de correr de nuestras habitaciones como yo esperaba que el
hiciera Yunho me pregunto ― ¿Va a
estar bien?
― Si mi Rey, fue un rayo lanzado
con magia pura, no un hechizo. Va a estar bien, pero el Príncipe estará débil
por un tiempo.
― Eso es bueno, mientras el este
a salvo de daño. ― Yunho murmuro, mirándome con
preocupación en su rostro. De repente se volvió hacia el guardia ― Quiero a todos en la gran sala para el
momento en que yo llegue.
A pesar de que le estaba dando órdenes, no podía mantenerme callado. Era
importante para ellos saber que yo me defendí.
― Utilicé el fuego… Yunho ― mi
voz estaba tan débil ― Hice que
se queme.
Las personas se quedaron sin aliento a nuestro alrededor, probablemente
por mi osadía de llamar al Rey por su nombre, pero yo no estaba en mi sano
juicio o no me habría permitido hablar. Yunho siguió como si nada hubiese sucedido.
― ¿Mandaste fuego contra él? ― parecía
sorprendido.
― Tan caliente… Todo lo que
tenía… se quemó y se quema… ― tome una gran bocanada de aire.
Yunho se volvió hacia el guardia ― El Príncipe se protegió. Asique busquen a alguien que tenga
probablemente quemaduras en el cuerpo. Háganlo rápido y no ocuparan su lugar
bajo mi espada. ― El Rey termino de gritarle, y el guardia
aunque estaba pálido, salió de la habitación a la carrera.
― Mi Príncipe ― Yunho
se inclinó cerca de mí, con sus dedos acariciando mi pelo. ― Voy a encontrar y matar al que te ataco.
Nadie va a volver a atacar tu vida ― El enterró su cara en mi cuello,
lamiendo la piel sudorosa allí y susurro ― Te amo Jae, por favor, no me dejes nunca. ― Ahí
tenía todas las repuestas que alguna vez había necesitado de él. ¿Quién era yo
para negarme a su petición?
"Te Amo Jae" OPD Que emoción Yunho lo dijo¡¡¡ y fue tan tierno sintiendo miedo de perderlo viendolo tan dañando. Pero he aquí que nuestro principe es un guerrero y chambusco al malvado que lo asecha. Tengo un nombre para tal personita jajaj espero acertar. Por un momento pensé que quien le provocaba tales cosas eran sus bebés que le manifestaban su magia afin a los elementos. Algo así como le ocurria a Vela en la saga crepusculo; y pense que era algo triste en Jae que sus nenes lo consumieran así. Pero Nooooo¡¡¡ y fue un alivio.
ResponderEliminarSl fin lo que tanto quería y necesitaba Jae escuchar de Yunho "Te amo Jae, por favor, no me dejes nunca", espero ahora si agarren a ese uralain.
ResponderEliminarGracias!!!
Por fin JJ esta seguro de los sentimientos de su esposo. Ahora si su relación será aun mas fuerte.
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