Podría hablar de la dulzura de Yunho conmigo en la semana siguiente, la
forma en que se cernía sobre mí, y la lluvia de besos sobre mi piel expuesta
cada vez que abría los ojos. Pero la verdad es que yo apenas lo recuerdo. El
estar herido ni siquiera comenzaba a explicar la debilidad que me acosaba y me
mantuvo en la cama durante todas las horas del día.
Changmin estaba conmigo la mayor parte del tiempo, ya que Yunho tenía
asuntos en la corte a los cuales hacerle frente. El me hacía compañía,
leyéndome los libros y entreteniéndome contándome los últimos chismes. Al igual
que Yunho, evito el tema del que yo necesitaba saber.
― No me importan los abrigos
Seyen, quiero saber lo que ha sucedido con la persona que me ataco. ― le
grite una tarde a Changmin mientras estaba sentado a mi lado.
Empezó con sus suplicas habituales de que no era su deber decirme nada y
como debería pedirle al Rey la respuesta, pero una vez empecé a salir de la
cama canto una melodía diferente.
― Está bien, mi Príncipe, se lo
diré, pero por favor, vuelva a acostarse ― me tranquilizo con sus
manos tocando mi antebrazo y su voz suave. ― El atacante fue capturado el mismo día. Tenía quemaduras en todo el lado
izquierdo de su cuerpo. Sus marcas se habían ido y no había forma de saber
quién era el incluso. El Rey se negó a ser indulgente. El llamo a toda la corte
y llevo a cabo una ejecución pública. ― La
cabeza de Changmin se inclinó y sus palabras se secaron.
― ¿El ordeno una matanza en
frente de todo su pueblo? ― pregunte sorprendido.
― No, mi Príncipe. Mi Rey le
corto la cabeza al atacante con su propia espada. ― Di
un grito ahogado, sin poder creerlo.
― Su reino lo odiara por mí ― susurre,
dejando caer la cabeza sobre la almohada.
― No, mi Príncipe. Lo que vieron
fue la devoción del Rey hacia su Príncipe. Nadie lo juzgara por eso, pero todos
lo pensaran dos veces antes de intentar poner sus manos sobre usted otra vez.
― ¿Sabes porque me atacan? Casi
muero dos veces.
Changmin suspiro, como si le doliera lo que me diría ― El nunca hablo de usted, pero si hablo de la
injusticia del Rey cuando dejo de lado a los Uralains. Al hombre no le gustaba
la casa que se le asigno, y culpo al Rey por su desgracia. La forma más fácil
de vengarse, era a través de usted.
― Lo siento… ― susurre,
sin saber siquiera porque estaba pidiendo disculpas por los hechos de otro,
pero la voz desde la puerta me respondió.
― No te disculpes por algo que no
hiciste ― El uso las mismas palabras que yo le había dicho una vez. ― Por favor,
déjanos solos Changmin ― Mi Rey dijo mientras traía una bandeja
de frutas a la cama.
― Lo siento por causar tantos
problemas con el contrato ― le dije.
― Estoy feliz de que pidieras el
contrato. Nunca pensé que pudiera ser tan feliz. Ahora, dejemos de hablar al
respecto y deja que te alimente. Esta es la primera vez en una semana que te
veo lo suficientemente fuerte para jugar conmigo. ― Yunho
me sonrió, delineando mis labios con sus dedos.
Le devolví la sonrisa y abrí mi boca, pero en lugar de un beso me dio un
trozo de fruta jugosa que casi se derritió en mi lengua. Gemí.
― He echado de menos tenerte a
conciencia ― susurro, mirándome a los ojos.
― Yo te extrañe más ― dije
mientras trazaba las marcas en su rostro, mojando mis dedos entre sus labios.
― Nunca me imaginé que podría
sentir de esta forma hacia otra persona. Pero tú, has cambiado mi mundo. ― Separo
la línea de mi cuello, separando las puntas de mi camisón mostrando mí pecho. ―
Me sorprendo cada vez que te desvisto,
porque tú eres el más bonito amante que eh tenido jamás. Me encanta tu piel tan suave bajo mi tacto, y tus
pezones fuertes nunca dejan de ponerme duro. Me encantan los sonidos que haces
cuando entro en ti, y el sabor de tus labios.
Chupo un pezón, y jugueteo con el otro entre sus dedos, y a pesar de
sentirme débil necesitaba que entrara en mí de nuevo. Lo necesitaba. Yunho jugó
como siempre, tocando en todas partes, besándome y lamiéndome. Separa mis piernas
y se acomodó allí donde podía tirar de mi saco, acariciar mis pelotas y
apretarlas, tocar mi pene con movimientos largos y medidos, y torturarme con
sus movimientos.
― Pero lo que más me gusta de ti
no tiene nada que ver con tu forma de ver ― encontró su mirada con la mía ― Es tu manera de pensar lo que me encanta, la
curiosidad que es tan natural para ti, la terquedad y la voluntad de superar
todos los obstáculos que se te presenten, y la cantidad ilimitada de amor que
tienes dentro de ti. No tengo que decirte lo mucho que me importa, lo mucho que
me encanta. Lo veo cada vez que me miras, cuando me abrazas, cuando me besas. Sé que nunca habrá otra persona en
el mundo que piense en mí como tú lo
haces, y que siempre ponga mi bienestar primero. Tú eres dedicado y fiel. Tu
eres simplemente perfecto e todos los sentidos.
Estaba llorando en el momento que termino, pero Yunho me sonreía. Sus dedos trazaron mis cicatrices haciéndome
temblar y a él le encanto. Mi cuerpo nunca iba a reaccionar de la misma forma
ante cualquier persona como lo hacía con
él. Estábamos conectados por nuestra magia y nuestra carne, y donde mi contacto
no hacía nada para mí, una lamida de él sobre mis cicatrices me enviaba a otra
realidad.
― Te amo ― le
susurre de nuevo, deseando escucharlo también.
― Lo sé, Jae, lo sé ― beso
el interior de mi muslo ― ¿Qué te
parece si intentamos de nuevo hacer un bebe?
Era algo que me hubiera hecho sentir inferior antes, solo una
herramienta. Pero de alguna manera, a través de las pruebas y de tener a Yunho
siempre a mi lado, había llegado a querer un pedacito de él en otro ser. Quería
que él tuviera un poco de mí en otra persona cuando me hubiera ido. Así que
asentí con la cabeza, y por primera vez en todos nuestros intentos, lo dije en serio.
Yunho se arrodillo entre mis piernas, el pene y las marcas se veían muy
bien, acaricio toda su longitud con un vigor sorprendente, que casi me hizo
perder mi propia semilla. Se puso en la piel que cubre la parte superior de mi
pene, sin parar de tocar la suya, y cuando se derramo lo hizo en la palma de su
mano. Ni una solo vez desvió sus ojos de los míos.
Con una sonrisa maliciosa, se dejó caer hacia abajo, tomando mi pene en
la boca y solo entonces froto su semilla en mis cicatrices. El destello de luz
ante mis ojos, la reacción explosiva, era algo que ocurría cada vez y él tomaba
la oferta con el mismo deleite que hacia todo lo demás cuando se trataba de mí.
Bajar de la cumbre de mi placer me tomo tiempo. Seguí respirando con
dificultad, viendo parpadear las estrellas ante mis ojos, y temblando cada vez
que sus dedos rozaban mi piel.
― No entraste en mi ― susurre,
aunque era algo que había sucedido en alguna ocasión.
― Tu estas sanando y puedo
esperar. No me digas que esto no fue agradable para ti. ― sonrió
con suavidad mientras mordía un lado de mi cadera.
― No seas ridículo. Nunca eh
tenido un mal momento contigo. Usted me hace ver las estrellas, mi Rey.
― Vivo para complacer a mi reino ― bromeo.
― Espero que no los complazcas de
la manera que me complaces a mí.
Yunho se echó a reír ― Podría ser
increíble, pero no tengo energía ilimitada. De hecho, creo que mi Príncipe será
mi muerte una vez que se recupere ― se arrastró por mi cuerpo y tomo mis labios
en un beso.
― Ah, pero yo soy más que una
conquista, un Príncipe de nombre ― me pellizco los pezones haciéndome jadear.
― La conquista de un rey no puede
ser solo un Príncipe solo de nombre. Te conquiste para que puedas gobernar
conmigo ― me lamio la barbilla y me beso de nuevo.
― Mi Rey ― grite―
Conquísteme de nuevo. Y así lo hizo.
Ay el amor, el amooor. Que cosa tan mas linda y coqueta jajaja el YunJae si que sabe de arracos, me encantó el final. A ver ChangMin... como que las marcas chambuscadas no dejaron saber de quien se tratada pero si sabías quien fue mandado a x casa??? Bueno yo pensaba que el culpable era Heechul... pero creo que no lo sabremos... o sí???
ResponderEliminarCuanto 😍 amor hay ya entre ellos, me encanta su manera de ser de ambos.
ResponderEliminarGracias!!!
Me matan estos dos cuanto amor,me encanta....gracias
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