miércoles, 13 de julio de 2016

El novio olvidado. Cap 6



Jaejoong entró en su pequeño apartamento justo a media noche. Reinaba el silencio y todo parecía normal, sólo se escuchaba el sonido sordo de la televisión en el salón.

Respiró hondo y abrió la puerta. Yoona estaba sentada en un sillón, viendo la tele, tal y como se la había imaginado, con los pies en la mesita de café y la caja de bombones casi vacía en su regazo.

 Ah, hola — dijo Yoona sonriendo — Has llegado justo a tiempo, la película acaba de terminar. ¿Te has divertido?


«Ojalá», pensó Jaejoong.

  — respondió — ¿Se han portado bien los gemelos?

 Como dos angelitos. No han rechistado en toda la noche — contestó su vecina levantándose y haciéndole varias preguntas acerca de su velada mientras se ponía los zapatos.

 ¿Quieres una taza de té antes de irte? — le preguntó Jaejoong, haciendo un esfuerzo por mostrarse educado.

 No, gracias, cariño. Acabo de tomarme una.

Unos minutos más tarde, Jaejoong estaba cerrando la puerta a Yoona y se apoyaba en ella con un suspiro. Nunca se había sentido tan herido.

Hizo acopio de valor y fue a ver a los gemelos. Los encontró durmiendo. Changmin boca arriba, destapado, y despeinado, se parecía tanto a Yunho que se le encogió el corazón. Jiyool estaba tumbada de lado, hecha un ovillo, con el pelo rubio extendido debajo de él como envolviéndola en un halo de seda dorada.

Los dos parecían tan niños, tan dulces y vulnerables. ¿Qué iban a pensar si un padre del que no sabían casi nada decidía empezar a formar parte de sus vidas?

Jaejoong prefirió no pensarlo. Estaba demasiado asustado. Sobre todo, temía por sí mismo. Los gemelos siempre habían sido sólo suyos. Desde su nacimiento, los había querido y mimado con todo su corazón. Desde que había sabido que estaba embarazado, siempre había pensado en ellos antes de tomar una decisión. Cuando Jun le había ofrecido la oportunidad de ir a Tokio a trabajar para él, el sueldo y la posibilidad de alquilar aquel piso, que era de su propiedad, lo habían hecho decidirse.

A veces, le había costado llegar a fin de mes, pero siempre lo había hecho. Estaba orgulloso de todo lo que había logrado. No obstante, estaba seguro de que a Yunho aquel apartamento y los muebles de segunda mano no le parecerían dignos de orgullo.

Cerró la puerta de la habitación de los gemelos con cuidado y entró en la suya. Ambas eran pequeñas, la de los niños un poco mayor porque eran dos para compartir.

¿Pero qué ocurriría cuando ya no quisieran compartir? ¿Qué pasaría si, después de vender Mirotic, Jun vendía también aquel piso y tenía que pagar un alquiler más alto?

Volvió a pensar en Jun y se sintió culpable por ser egoísta en vez de preocuparse por el estado de salud del que había sido amigo de su padre. Se prometió a sí mismo que iría a visitarlo a la semana siguiente y le llevaría a los gemelos, ya que a Jun le encantaba verlos.

Al colgar el traje en una percha, se dio cuenta de que tendría que llevarlo a la tintorería. El agua había dejado la seda como si fuese papel arrugado. La próxima vez no se compraría un traje jobo que sólo se pudiese limpiar en seco.

Sabía que estaba pensando en cosas mundanas para evitar pensar en lo que acababa de hacer con U-Know.

Se sobresaltó al oír sonar el teléfono. Se lanzó a responder antes de que se despertasen los gemelos.

  ¿Sí?

 Está bien… — le dijo Gummy al otro lado — empieza a hablar. ¿Qué pasa entre el nuevo jefe y tú?

 No pasa nada — mintió.

 Eso díselo a otro, Jaejoong. Ese tipo estuvo a punto de comerte y tú estuviste a punto de escupirle a la cara. Y eso, antes de que hicieses que se desmayase.

 Yo no hice que se desmayase.

 No, sólo te tiraste encima de él justo después y lo llamaste U-Know. Después te llevaron a un despacho y nos contaron el cuento de que tenía desfase horario y migrañas, y ya no volvimos a veros a ninguno de los dos. Lo conoces, Jaejoong — insistió Gummy — Todo el mundo sabe que conoces al jefe. Hasta el director ejecutivo comentó que él no había apartado la vista de ti en toda la noche. Y a la señorita Jung no le hizo ninguna gracia.

 Te lo puedes quedar si quieres — dijo Jaejoong sin pensarlo.

  Guau. Eso ha sonado a hombre despechado.

 Mira — dijo, intentando encontrar una explicación creíble para saciar la curiosidad de Gummy — No lo conozco pero… conocía a alguien que lo conocía… — eso no era del todo mentira — y ya está. No hay ningún misterio.

 Conoce al padre de los gemelos — adivinó Gummy. Jaejoong cerró los ojos y gimió en silencio.

 Deja de imaginarte cosas, por favor. Y métele en la cama, que es lo mismo que voy a hacer yo.

 Vale — bromeó Gummy — A soñar con un amante coreano que deja embarazado a un chico y lo abandona, y con un guapo conocido que se cae desmayado cuando le mencionan a los gemelos.

 Qué sueños tan raros tienes — comentó Jaejoong — me pregunto qué pensaría tu amante si…

 Muy listo— replicó Gummy — Ahora dime adonde te fuiste con él.

 Me manché el traje en la conmoción y su chófer me trajo a casa.

Aquello tampoco era del todo mentira, y sería lo que diría el lunes cuando volviese al trabajo. Que Yunho era un conocido y que había vuelto a casa en su coche.

 Escucha, Gummy — murmuró con voz seria — me gustaría que le guardases para ti tus sospechas acerca de mi relación con el señor Jung. No puedo poner en riesgo mi puesto en Mirotic por culpa de unos rumores.

 Tranquilízale — suspiró Gummy — Soy tu amiga, no tu enemiga. ¡No le diré nada a nadie!

 Gracias — murmuró Jaejoong — Lo siento — añadió.

 Por cierto, que el bocazas de Kim Jongin comentó que tu padre y el padre de Jung Yunho eran ambos amigos de Jun.

 ¿De verdad? — preguntó él, sin poder ocultar su sorpresa.

 Si quieres que te dejen tranquilo, yo me apoyaría en esa relación.

 Gracias, Gummy.

 No hay de qué — respondió su amiga — Tal vez algún día confíes en mí lo suficiente como para contarme la verdad.

«Tal vez», pensó Jaejoong, sabiendo que Gummy era una buena amiga.

El fin de semana pasó con normalidad, sin noticias de U-Know, salvo en sus sueños. Intentó convencerse de que lo odiaba y no entendía por qué había hecho lo que había hecho con él. Había vuelto a mermar la confianza que tenía en sí mismo, después de seis años esforzándose en recuperarla.

Con veintidós años había sido un chico tímido e introvertido, que trabajada duro para demostrar que se merecía el puesto que le habían dado en Jay Digital, además de para recuperarse de la reciente enfermedad y muerte de su padre. A esa edad, no había tenido las armas necesarias para enfrentarse a alguien tan atractivo, encantador y sexy como Lee U-Know cuando éste había entrado en su vida. Lo había cortejado a la antigua usanza. Había sido tan insistente, que Jaejoong había pensado que estaba enamorado de él. Le había prometido que lo haría feliz durante el resto de su vida. Había hecho todo lo necesario para que él se enamorase. Cuando había cedido a acostarse con él, Yunho se había sorprendido de que todavía fuese virgen, y le había prometido que se casaría con él.

Se había marchado a Seúl para contárselo a su familia y Jaejoong no se había preguntado por qué no le había pedido que lo acompañase, si tan enamorado estaba. Se había limitado a esperarlo como un tonto. Los días se habían convertido en semanas y la única manera de ponerse en contacto con él había sido su teléfono móvil. Lo había llamado, le había enviado algún mensaje, hasta que él había contestado y le había dicho que no quería tener nada que ver con él. Esa última llamada, que le había hecho ocho semanas después de haberse acostado con él, había sido para pedirle ayuda.

Jaejoong acababa de recordar por qué lo odiaba. Porque a pesar de saber que había tenido un accidente y había perdido la memoria, jamás lo perdonaría por cómo lo había rechazado durante aquella llamada.

Cuando llegó al trabajo el lunes por la mañana se encontró con que Gummy le había allanado el terreno, así que intentó comportarse con normalidad, aunque le costó mantener la calma. Contestó a las preguntas que le hicieron acerca del viernes por la noche, que fueron muchas, con humor. Hasta consiguió concentrarse en ciertas proyecciones financieras complicadas y responder al teléfono de su despacho sin preguntarse quién estaría al otro lado.

Así que cuando oyó la voz profunda de Yunho, se quedó helado.

 Estoy utilizando el que era el despacho de Jun — le informó éste en tono frío — Quiero verte, Jaejoong. Ahora.

 Por Dios santo — murmuró él mientras miraba a su alrededor para ver si alguien lo observaba — No pienso acercarme a ti en este edificio, ni en ninguna otra parte, nunca jamás.

 Entonces, iré a verte yo — respondió Yunho.

 ¡No! — Jaejoong se levantó con tanta brusquedad que captó la atención de Gummy, que lo miró con sorpresa — Ahora voy — añadió en voz baja.

Salió del despacho sin mirar a nadie, ni siquiera a Gummy. El despacho de Jun estaba situado detrás de una puerta doble, al final del pasillo. Lo que significaba que tenía que atravesar dos hileras de oficinas con paneles de cristal, desde donde cualquiera podía verlo. Además, detrás de la puerta doble había una primera zona en el que solía estar la secretaria de Jun.

En esos momentos, la pobre tenía que compartir su espacio con media docena de personas del equipo de Yunho. Todos ellos dejaron lo que estaban haciendo cuando lo vieron entrar. Jaejoong no sabía lo que aquellas personas pensaban que había ocurrido el viernes por la noche, pero su silencio hacía que le zumbasen los oídos.

Sonrió de manera distante y siguió andando, negándose a mirar a los lados. Ni siquiera de detuvo después de dar un solo golpe a la puerta del despacho en el que estaba Yunho, la abrió sin más. No obstante, sí intentó parecer profesional, a pesar de estar temblando por dentro, y cerró la puerta tras de él.

Nada más verlo, sintió deseo y vergüenza. Llevaba todo el fin de semana conviviendo con ambas sensaciones cada vez que pensaba en él. A las que a veces se unían unas irresistibles ganas de llorar. En esos momentos, mientras esperaba a que se girase a mirarlo, tenía un nudo en la garganta.

Pero Yunho no se giró. Y el silencio se alargó tanto que Jaejoong empezó a preguntarse si la había oído entrar.

Tomó aire.

 Ya estoy aquí, U-Know — le anunció con frialdad.

 Yunho — lo corrigió él —Al menos, cuando estemos aquí.

Él levantó la barbilla. Jamás lo llamaría por ese nombre. Lo había conocido siendo U-Know. Lo había abandonado siendo U-Know. Y había vuelto a su vida como Yunho. Hasta que no le diese una buena excusa por haberle mentido acerca de su nombre, se quedaría con U-Know.

 Estaba haciendo algo importante — le informó él — y el hecho de haberme llamado va a hacer que la gente vuelva a hablar. Así que si me dices lo que quieres, me gustaría volver a mi despacho lo antes posible.

  ¿Sientes la tensión?

 ¿Y tú? — replicó Jaejoong.

Él se giró, esbozando una sonrisa.

 Si ésa es tu manera de preguntarme cómo me encuentro, la respuesta es fatal.

 Ah — dijo él, desconcertado por su sinceridad.

También tenía mal aspecto. Estaba guapo, pero no tenía buen color y había tensión alrededor de sus ojos y de su boca.

 Acércate y toma asiento — lo invitó con un movimiento de mano.

Y él obedeció, porque estaba empezando a sentirse como una idiota, parada al lado de la puerta.

Él lo observó con la mirada baja, como lo había hecho su equipo al entrar, haciéndolo ser consciente de que llevaba un traje gris desgastado y de que se había recogido el pelo en un moño muy formal.

No obstante, lo retó con la mirada al llegar a la silla que había delante del escritorio.

 Estás enfadado conmigo — murmuró él.

 Si me has hecho llamar para hablar de temas… personales, no deberías haberlo hecho — respondió Jaejoong — Llevo toda la mañana manejando con cuidado la curiosidad de mis compañeros. Con tu llamada, ha sido como contar toda la verdad.

 Pero no la has contado.

 No.

 De hecho, me han dicho que has estado muy sereno. Al parecer, Jun ha tenido un papel muy importante en nuestra… relación.

 Eso fue idea de Kim Jongin. Fue él quien dijo que nuestros padres eran amigos suyos.

 También comentó que no había separado la vista de ti en toda la noche. Ha estado muy ocupado, hablando de nosotros.

 Le gusta creer que es más importante de lo que es.

 No te cae bien.

Él levantó la vista para mirarlo a los ojos.

 ¿Acaso importa eso?

 La verdad es que no.

 Entonces, ¿por qué estamos hablando de él?

 Para que te tranquilices un poco antes de que empecemos a hablar de ti, de mí y de los gemelos…

Jaejoong bajó la mirada, desconcertado, no había esperado que Yunho mencionase a los niños.

 No hay nada de qué hablar. Son mis hijos. Mi responsabilidad.

 Pero me has dicho que también son hijos míos — le recordó él.

 El viernes por la noche ambos dijimos muchas cosas que no merece la pena recordar.

Jaejoong sintió que aquello lo molestaba. Oyó sus pisadas mientras rodeaba el escritorio y vio sus pies justo delante de él. Yunho se apoyó en la mesa y a él le entró calor al aspirar su sutil y familiar aroma.

 Nacieron el quince de enero — comentó él en tono amable. Añadió el año, la hora y el peso de ambos — Un niño y una niña.

Jaejoong levantó la mirada sorprendido.

 ¿Cómo sabes todo eso? — le preguntó, perplejo.

 He hablado con Jun.

 ¿Por qué lo has metido en esto?

 Tenía que hacerlo para averiguar todo lo posible acerca de ti y de los gemelos sin tener que pedir formalmente información al departamento de personal de Mirotic — respondió en cierto tono burlón.

A él le ardieron las mejillas de ira.

 No tenías derecho a meterte en mis asuntos.

 ¿Vas a decirme ahora que los gemelos no son míos?

Él contuvo las ganas de mentir y volvió a bajar la vista. No contestó.

 Eso me parece más sensato por tu parte, Yobo. Porque tal vez tenga lagunas, pero mi inteligencia se ha mantenido intacta. Sé sumar, y restar nueve meses con los dedos.

 Los gemelos fueron prematuros.

 Nacieron dos semanas antes de lo previsto — confirmó él — También he incluido eso en mis cálculos. No está mal, teniendo en cuenta que me he pasado todo el fin de semana sufriendo flashes de memoria, todos protagonizados por ti.

 ¿Y qué quieres? ¿Qué me compadezca de ti? — inquirió, poniéndose en pie.

Fue un error hacerlo, porque se encontró frente a frente con él.

 No — contestó Yunho — sólo quiero que tú me confirmes la verdad.

Jaejoong fue a darse la vuelta, pero él lo agarró del brazo. Intentó zafarse, pero el contacto de su mano en la piel la hizo sentir cosas que no quería sentir.

 Te odio, Yunho.

  Eso ya lo veo. Por eso estás temblando y te está subiendo la temperatura corporal. El viernes por la noche deseé arrancarte la ropa y hacerte el amor mucho antes de lo que lo hice. Te deseaba tanto que me ardía la cabeza. Conseguí abrirme paso a través de aquel extraño camino de confusión y deseo, y los dos nos fusionamos cuando te tuve desnudo debajo de mí, en mi cama, con nuestros labios unidos.

Jaejoong giró la cabeza.

 ¿Tan orgulloso estás de tu comportamiento que te gusta describirlo? - Sorprendido, vio que Yunho se ruborizaba.

 Perdí el control — confesó él —Y quiero disculparme si fui demasiado… apasionado.

¿Demasiado apasionado? Ambos habían sido demasiado apasionados.

 Debí haberme disculpado justo después, pero volviste a hacer que me desmayase y no volví en sí.

 No quiero tus disculpas — replicó Jaejoong, zafándose por fin de él —Y ya te he dicho que no quiero hablar de esto aquí.

 Entonces, cena conmigo esta noche. Así podremos hablar en terreno neutral.

 No — lo rechazó. Y luego se dirigió hacia la puerta.

 ¿Y el sábado? Tengo que irme de viaje mañana y no volveré hasta el fin de semana. Jaejoong, no abras esa puerta hasta que no hayamos llegado a un acuerdo — le advirtió — Quiero conocer a mis hijos, y preferiría hacerlo con tu beneplácito.

Jaejoong se volvió a mirarlo.

 ¿Me estás amenazando? — le preguntó, temblando de ira y preocupación. Él frunció el ceño.

 No… A no ser que tú me obligues a hacerlo.

¡Así que aquello era una amenaza! Jaejoong se abrazó, deseó mandarlo de paseo, pero supo que no podía hacerlo. Yunho era el padre de sus hijos. Si quería conocerlos, él no podía oponerse. No podía hacerle eso ni a los gemelos, ni a él. Sus propios sentimientos no contaban. Ellos, los tres, tenían derecho a conocerse.

¿Pero iba a significar eso que Yunho iba a entrar y salir de su vida cuando quisiese? ¿Iba a tener que verlo interactuar con las dos personas a las que quería más que a nada en ese mundo?

A Yunho se le encogió el corazón al verlo tan tenso, debatiéndose. Sabía que aquello era muy duro para él. Lo había abandonado. Lo había rechazado de manera brutal. No importaba que no recordase haberlo hecho.

Otra punzada de dolor hizo que se llevase la mano a la frente. Necesitaba recordar, pero lo único que conseguía era tener aquellos fogonazos que lo dejaban sin sentido.

 Quiero conocerlos. Jaejoong — repitió en tono decidido.

 Hace tres noches ni siquiera sabías que tenía dos hijos. ¡Ni siquiera te acuerdas de mí! Todavía no, no hasta que no esté seguro…

  ¿Seguro de qué?

 De que de verdad quieres formar parte de sus vidas.

 ¿En qué te basas para juzgarme?

 En que pasé dos semanas contigo y luego desapareciste durante seis años.

 ¿Y tú sigues culpándome después de que te haya explicado lo que pasó? - Sí. Jaejoong tenía que admitir que así era.

 Mira — suspiró, aceptando que tenía parte de razón — Sólo pienso que es demasiado pronto para meter a los gemelos en esto. Son tan pequeños, tan vulnerables… Dejar que entres en sus vidas porque tienes curiosidad y porque tienes derecho a hacerlo no…

 ¡Al menos admites que tengo derecho! - Jaejoong se humedeció los labios, asintió.

 Pero pienso que tienes que pensar mejor qué va a significar ese cambio en tu vida antes de que decidas conocerlos.

 Si son mis hijos, no necesito más tiempo para decidir nada.

 ¿Si son tus hijos? Ves, ni siquiera estás seguro.

Ambos sabían que habían llegado a un punto muerto. Yunho suspiró con frustración y se llevó la mano a la frente.

Jaejoong vio cómo palidecía. Estaba volviendo a ocurrir. La preocupación por él empezó a minar sus defensas. Le asustaba pensar en lo que aquel hombre podía hacer con él, le asustaba aquel hombre llamado Jung Yunho por el poder que tenía sobre lo más importante en su vida: sus hijos y su trabajo. Lee U-Know había sido una persona diferente. Más joven, menos intimidante.

Y todavía le daba más miedo lo que lo hacía sentir. Estaba deseando acercarse a él, se le había acelerado el corazón porque… se llamase como se llamase, seguía habiendo la misma atracción entre ellos.

Se acercó y le tocó la mano.

 ¿Estás bien?

 Sí.

Jaejoong separó los labios temblorosos para tomar aire antes de preguntarle:

 ¿Has recordado algo más durante el fin de semana? — Yunho negó con la cabeza.

 ¿Has vuelto a ver a tu hermano… el médico? —Él sonrió, le brillaron los ojos.

 Sé lo que me está pasando, Jaejoong. Mi memoria está intentando recuperarse. Lo único que pueden hacer los médicos es recomendarme que tenga paciencia y que me exponga lo máximo posible a aquello que me haga recordar. Y ambos sabemos que eres tú quien me hace recordar — alargó la mano y le acarició la comisura de los labios — Tu cara, tu pelo, tus brillantes ojos negros, tu esbelto cuerpo y esta boca suave que tanto deseo besar.

Jaejoong retrocedió un paso al oír eso último y él volvió a sonreír.

 ¿No quieres ayudarme? — Le preguntó — Cualquier joven compasivo se acercaría y me daría un beso.

 ¿Quién es Lee U-Know?

 Ah. ¿Siempre fuiste tan despiadado? — contestó él.

 No me acuerdo — replicó él — Dímelo tú.

 Te lo diré algún día, te lo prometo.

 Entonces, ¿quién es Lee U-Know? — insistió con firmeza. Deseando poder darse la media vuelta y salir de allí.

 Yo soy Lee U-Know. Jung Lee Yunho Yunnie U-Know— añadió — No te mentí, Jaejoong. Estoy tan acostumbrado a tener dos nombres, uno para los negocios y otro para mi vida privada, que no suelo pensar en ello. La familia Lee no era pobre, pero no podía igualar a la Jung en riqueza y poder. Cuando mi bisabuelo casó a su única hija con un Lee, insistió en que los hijos de ésta llevasen su apellido. Empecé a utilizar el apellido Jung hace dos años, cuando murió mi padre. Hasta entonces, había sido un Lee…

Sacó dos tarjetas de visita, cada una con un apellido y se las dio.

  ¿Y el otro nombre que has mencionado?

 Yunnie. Es la unión de los nombres Yuhwan y Suni, los hermanos de mi padre, en recuerdo a su memoria. Ambos murieron al nacer… — sin poder evitarlo, levantó la mano y le apartó un mechón de pelo de la mejilla — Eran gemelos, yobo. ¿Ves cómo todo empieza a encajar?

Casi todo.

 Krystal me dijo que odiabas que le llamasen U-Know. —Él rió.

 Es cierto, empecé a odiar ese nombre hace seis años. Hasta que tú volviste a mi vida, me llamaste así y todo empezó a tener sentido.

 Tal vez para ti, pero no para mí.

 Tal vez tenga lagunas, pero no sé por qué no me importa que tú utilices ese nombre. De hecho, me encanta cuando me llamas así. Es como si hubiese estado seis años esperándolo.

 Y tal vez no habría ocurrido jamás si no nos hubiésemos encontrado en el restaurante — añadió Jaejoong, devolviéndole las tarjetas de visita.

 Quédatelas, por si necesitas llamarme.

Sus palabras le provocaron una estremecedora sensación de déjà vu y él debió de notarlo, porque suspiró.

 Tenía el teléfono móvil en el bolsillo el día del accidente. No volví a verlo hasta que estuve recuperado. No ignoré tus llamadas de manera intencionada.

Pero tenía que haberlas visto antes o después. ¿Habría pensado que era un loco porque no se acordaba de él? Tal vez ése había sido el motivo por el que lo había rechazado tan brutalmente cuando por fin había conseguido hablar con él.

 Siento haber sido tan brusco contigo — murmuró Yunho, como si le hubiese leído la mente — Ojalá lo recordase. Siento que merezco recordar haberme comportado mal — volvió a llevarse la mano a la cabeza — pero te prometo que no volverá a ocurrir.

Jaejoong pensó que aquello eran sólo palabras, pero no le quedaba otra opción más que aceptarlas. Aunque siguiese estando molesto con él, no dejaría de ser el padre de sus hijos. Nada, ni siquiera una disculpa, iba a cambiar eso.

Así que apretó los labios, asintió y apretó con fuerza las tarjetas antes de ir hacia la puerta. Al llegar a él, se detuvo.

 Voy a ir a ver a Jun el sábado — anunció — Tal vez puedas pasarte tú también. A los gemelos les encanta ir allí… Correr por el jardín… Es un lugar neutral.

 Sí… Gracias — respondió Yunho. Jaejoong bajó la mirada.

Se llaman…

 Ya sé cómo se llaman, yobo — la interrumpió — Changmin y Yunjae… —Jaejoong asintió.

 Yunjae prefiere que la llamen Jiyool. Salió la primera, tres minutos antes que su hermano. La llamamos Jiyool porque fue como la llamó su hermano la primera vez que dijo su nombre — tuvo que hacer una pausa para tragar saliva. Los ojos se le llenaron de lágrimas — A él siempre le hemos llamado Changmin porque Jiyool siempre ha sabido decir su nombre. Pero… es que Jiyool es así, lista y rápida y… Que tengas buen viaje y hasta el sábado.

Después de aquello no pudo quedarse allí ni un minuto más. Así que cruzó la puerta y experimentó otro déjà vu, que lo llevó directa al viernes por la noche.

Salvo que en ese momento estaba con la compostura hecha añicos y en una habitación llena de ojos que lo miraban con curiosidad, en vez de en un restaurante vacío. Sintió que palidecía y miró a los ojos a Jung Krystal, que lo estaba fulminando con la mirada.

La culpabilidad lo hizo ruborizarse. Si aquella mujer era la amante de U-Know, tenía motivos para mirarlo así. ¿Sabría lo que había hecho Yunho el viernes por la noche?

De pronto, media docena de teléfonos empezaron a sonar a la vez y Jaejoong aprovechó para cruzar la habitación.

 Sí, Yunho — oyó antes de salir.

Y supo que lo había hecho para desviar la atención de él.

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10 comentarios :

  1. yo tengo la duda de quien demonios es esa Krystal espero que no sea la amante de Yunho y que por eso odia a Jae por como dice que lo mira que sea una mas que esta queriendo que Yunho le haga caso pero o no le para bolas y por eso su coraje hacia mi Jae ya mero conocerá Yunho a sus hijos y que reacción tendrán cuando se conozcan ya quiero saber
    Gracias por compartirlo

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  2. Kyaaa gracias x la actu 😊😊😊😊

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  3. Owww Yunho quiere ver a los bebos ,en parte es su derecho ...pero deverdad al igual que Jae espero no sean solo promesas y cumpla ...el amor por sus babys los llegara unir nuevamente ,aunque para eso faltan sanar heridas por parte de ambos ,sobre todo por Jae u.u
    Gracias por la actu ..

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  4. Esta bien que Yunho quiera conocer a sus hijos creo que debe ser duro despertar un dia y darte cuenta que olvidaste algo tan importante como eso ser padre es un cambio muy grande y fueron 6 años perdidos es logico que el quiera recuperarlos.

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  5. Estos dos grrr.....siento q por momentos o por la mayoria de momentos se olvidan de los gemelos y se ciegan por su atraccion sexual. Aqui lo importante son los niños, y aunq Yunho haya tenido un accidente muy grave, Jaejoong debe ser serio y tomar las cosas con mucha seriedad, al igual q Yunho.....todo lo lleva al plano sexual. Mil gracias!

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  6. La historia es muy buena!!! La comencé a leer y al toque me enganche!!! Awww ojalá se lleven mejor con el tiempo y Jae pueda perdonarlo :3 gracias por compartir :)

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  7. Yunho se va reencontrar con sus babys aawww.. 😊 estoy segura que los niños lo van amar cuando lo vean :3
    Krystal... Me trae mala espina uhmm..

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  8. Que significa Krystal en la vida de Yunho ? mmm amante no lo creo pero....ahora que Jaejoong le dará carta abierta para que vea a los gemelos espero que bueno nunca los vio pero que en ese momento cuando los vea Yunho recupere totalmente su memoria

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  9. Yunho va a conocer a sus bebés, recuperará la memoria, espero que si.

    Esta muy emocionante.

    Gracias!!!

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  10. No quería compadecer a Yunho, quería que le costara ser parte de la Famila de Jae, y aunque su accidente si lo justifica JJ se lo està poniendo muy fácil, me dió mucha risa eso de "Me diste calabazas" fue tan chistoso que saliera con algo así en medio de un dolido reclamo jajaj. Jae tiene corazón de pollo. Como estoy viendo Manhole bo puedo evitar leer e imaginar a Jae con el Loock de Bong Pil jajaa.

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