Llevaban casi dos horas en el aire.
Había visto el Etna desde arriba, aguantando la respiración cuando Hayami se
acercó al volcán, y los restos de las maravillas arquitectónicas creadas por
las civilizaciones que habían llegado a la isla y dejado su impronta en ella. Hayami
le había hecho un resumen de las culturas que habían ejercido su influencia en
la isla, y él había captado su cinismo cuando aludió, por encima, a los
aspectos feudales de la intervención de su propia familia en la historia de
Sicilia.
Habían sobrevolado Palermo, que se extendía
bajo ellos en su desvaída gloria, rodeada de cítricos y olivos, y se dirigían
hacia la costa y el hotel donde, dada la hora,
almorzarían.
— Yunho fue el arquitecto
que dirigió el proyecto del hotel al que vamos, y Yoochun, mi hermano pequeño
fue el constructor. Forma parte de un nueva empresa fraternal: un complejo de
lujo en Capo d'Orlando, cerca de Cefalú, con vistas al mar Tirreno. Mi
contribución fue la pista de aterrizaje y el acceso directo en helicóptero del
aeropuerto de la isla al complejo. También queremos proporcionar acceso por
helicóptero a las islas Eolias. Si miras a tu derecha, verás el cabo del que
hablo.
— ¡Qué preciosidad! — exclamó Changmin, al ver las playas
de arena blanca, acariciadas por olas color turquesa. El complejo turístico de
Cefalú era un pintoresco conjunto de pequeños grupos de casas de estilo
mediterráneo.
— Esta zona de la isla ha
vivido bajo el dominio de varias civilizaciones, pero decidimos adoptar un
estilo de arquitectura árabe. Estamos llegando al helipuerto — añadió Hayami, después de dar su
posición. Poco después recibió permiso para aterrizar.
Rodeó una alta torre, que se alzaba por
encima del complejo color arena que había bajo ellos, y realizó un diestro y
perfecto descenso. Changmin pensó que la torre y la pista de aterrizaje
combinaban la belleza de la arquitectura del pasado con el milagro de la
ciencia aérea del presente.
Un equipo de auxiliares de tierra
esperaba para realizar las comprobaciones pertinentes. Hayami abrió la puerta y
bajó del aparato en cuanto dejó de hablar. Changmin se dirigió hacia su puerta,
pero antes de que pudiera bajar, se encontró con la mano de Hayami,
ofreciéndole su apoyo. Sintió la tentación de rechazarla, pero se recordó el
papel que estaba representando. Ésa era la única razón por la que permitió que Hayami
lo sujetara; no tenía nada que ver con el ritmo desbocado de su corazón ni el
estallido de placer que le provocó su contacto. En absoluto.
Pero, entonces, ¿por qué estaba casi
apoyándose en él, retrasando el momento de que lo soltara?
Anhelaba quedarse apoyado en él,
inhalando su aroma y con la libertad de posar la mano sobre su pecho y sentir
los fuertes latidos de su corazón. Cuando un joven amaba a un hombre de verdad,
sólo deseaba una cosa: su cercanía, su fusión, la certeza de que ningún otro
hombre ocuparía su lugar. Pero él no amaba a Hayami, ni de verdad, ni de ninguna
otra forma.
Hayami se preguntaba, con amargura, cómo
un joven podía haber traspasado sus defensas de forma tan fácil e impactante.
Casi lamentaba que el vuelo hubiera acabado, porque había disfrutado mucho de
la intimidad y la conversación que habían compartido.
— Por aquí — Hayami dejó de sujetarlo, pero no
soltó su mano — Hay un ascensor que baja al vestíbulo del
hotel — lo informó, guiándolo
hacia una elegante escalera de piedra caliza que descendía desde el helipuerto
a un patio.
Segundos después de entrar en el
ascensor salían al vestíbulo del hotel. Al fondo se veían un restaurante y un
bar, y tras ellos un amplia terraza con vistas al mar.
Muchas mesas estaban ya ocupadas, pero Changmin
notó que los conducían a la mejor situada. Una joven alta e impecablemente
arreglada cuyo único defecto, a juicio de Changmin, era un exceso de joyas de
oro, volvió la cabeza hacia ellos.
— ¡Hayami! — Exclamó — Qué alegría. Ahora mismo
estaba hablándole de ti a Luca, diciéndole cuánto deseaba verte de nuevo.
Ignorando a Changmin, la joven abrazó a Hayami
y alargó el momento del intercambio de besos, supuestamente amistosos. Después
siguió agarrada al brazo de Hayami.
— Fue una sorpresa
maravillosa que tu padre me invitara a asistir al baile. Estoy deseando ir.
Recuerdas a Luca, mi primo, ¿verdad?
Hayami inclinó la cabeza con educación,
pero sin interés. Sofia era la última persona a la que había esperado ver en el
restaurante. Era típico de su padre haberla invitado, a ella precisamente, al
baile de esa noche. Sin duda había tenido la esperanza de revivir sus viejas
heridas, pero estaba perdiendo el tiempo. Viéndola y escuchándola, Hayami se
maravilló de haberla encontrado atractiva alguna vez. Percibía la avaricia en
su mirada y en la mano posesiva que aferraba su brazo.
Su primo, por lo que recordaba, llevaba
años escoltándola cuando no había un marido de por medio, y se rumoreaba que
también se acostaban, cuando no tenían con quién compartir su cama. Luca, que
era un década mayor que Sofia y rondaba los cincuenta, había centrado su
atención en Changmin. Hayami dio un paso hacia él, ignorando la posesiva mano
de su ex amante.
— Por favor, discúlpanos, Sofia,
hemos tenido un mañana muy ajetreada y sé que Changmin está deseando almorzar.
— ¿Changmin? — cuestionó Sofia, sonriendo a Hayami,
como si ni siquiera se hubiera percatado de su presencia.
— Mi… compañero — afirmó Hayami.
Changmin pensó que era su compañero en
mentiras y engaños. Pero no en el sentido real de la palabra, como Hayami acababa
de insinuar.
Empezó a atar cabos. Teniendo en cuenta
la forma en que Sofía hablaba de su antigua relación con Hayami, y lo que él le
había contado sobre un antiguo amor que lo había decepcionado, llegó a la
conclusión natural de que habían sido amantes. Hayami, sin duda por orgullo
masculino, quería que Sofia pensara que Changmin estaba ocupando su antiguo
lugar en su vida y en su cama. Se preguntó si Hayami había sabido que Sofia
asistiría al baile y si ésa era la razón por la que lo había chantajeado para
que lo acompañara.
La razón tendría que darle igual. Sin
embargo, Changmin admitió para sí que le importaba. No pudo evitar compararse
con la elegante y segura Sofia, que se agarraba al brazo de Hayami como si
siguieran siendo pareja, desplazando a Changmin a un lado. Sofia tenía un aura
que dejaba claro que era una mujer de mundo y con mucha experiencia sexual. La
clase de joven que Hayami preferiría tener en su cama.
— Estoy segura de que a Changmin
no le importará que comamos con vosotros. Este hotel es maravilloso. Tu padre
tuvo la amabilidad de recomendármelo. Me dijo que es tuyo y de tus hermanos, Hayami.
Changmin no había sabido que Hayami era
uno de los propietarios del hotel. Tal vez debería haberlo supuesto cuando él
le dijo que los tres hermanos habían participado en la construcción del
complejo. Igual que tendría que haber imaginado que tenía razones ocultas para
insistir en que lo acompañara durante el fin de semana.
Hayami, al verse obligado a aceptar la
indeseada compañía de Sofia, pensó que a su padre le habría encantado ver el
resultado de su interferencia. Sabía que había sido ingenuo, tanto emocional
como físicamente, cuando la conoció, pero al verla de nuevo, tantos años
después, admitió que tenía que haber sido más ingenuo de lo que había creído,
para haberla encontrado remotamente atractiva. Al lado de Changmin parecía
chabacana y barata, tan falsa como las imitaciones de bolsos «de marca» que vendían a los turistas en
los mercadillos callejeros de Florencia. Mientras esperaban a que añadieran
cubiertos a la mesa, Sofía no dejó de hablar y aludir a personas y lugares que
formaban parte del mundo de la jet set que tanto despreciaba y odiaba Hayami;
cuando por fin pudieron sentarse, él anhelaba el respiro de la conversación
directa y mordaz de Changmin, mucho más variada e interesante.
— Dime, Changmin, ¿hace
cuánto que conoces a Haya? Él y yo estuvimos unidos mucho tiempo, y no creo que
sea ningún secreto que me habría pedido que me casara con él si se lo hubiera
permitido. Pero entonces éramos muy jóvenes, demasiado, para saber la suerte
que habíamos tenido al encontrarnos. Y, por supuesto, yo seguía trabajando como
modelo y viajaba mucho; el pobre Hayami sentía muchos celos de los hombres guapos
y ricos que querían salir conmigo, ¿verdad, cariño?
— Me temo que no lo recuerdo — le dijo Hayami — Como has dicho, ocurrió hace mucho tiempo.
— Oh, vamos, Haya — intervino Luca — Estabas
loco por Sofia y todos lo sabíamos. ¿Recuerdas ese brazalete de diamantes que le
compraste en Cartier? También querías comprarle un anillo, pero te recomendé
que hablaras con ella antes de hacerlo.
Changmin, que había tenido mucha hambre,
descubrió que había perdido el apetito. Era ridículo sentir celos de una
relación del pasado, de un hombre que nunca podría tener, pero los sentía. Y
eso le dolía terriblemente.
— Aquí sirven pescado fresco
de la zona. Te lo recomiendo — le dijo Hayami a Changmin, ignorando el comentario
de Luca. Había olvidado por completo el brazalete de Cartier, comprado, no por
capricho, sino porque Sofia había dejado muy claro que lo quería. En ningún
momento habían hablado de un anillo. Pero no podía decir que no habría estado
dispuesto a comprarle uno durante los primeros meses de su relación, antes de
comprender la verdad sobre ella.
— ¿Qué disfraz llevarás esta
noche, Haya? Estoy emocionada con asistir al baile. Es un evento muy
prestigioso y exclusivo.
— No lo creas, Sofia. Es una
celebración privada de un evento histórico familiar.
No un de esas reuniones de famosos que
tanto te gustan.
Sofia hizo un mohín.
— Caro, estás siendo
demasiado modesto. Tu padre me advirtió que había invitado a los editores de
las páginas de sociedad de al menos dos de las revistas más prestigiosas.
Eso era nuevo para Hayami, y no le gustó
nada. Sospechaba que a Yunho tampoco le gustaría. Un ejemplo más de cuánto le
gustaba a su padre inmiscuirse. Tendría que advertir a Yunho que revisara la
lista de invitados.
— ¿De qué irás disfrazada
tú? — Le preguntó Hayami a
Sofia — Deja que adivine, ¿de Lucrecia Borgia?
Ella soltó una risa aguda y chillona.
— Qué malo eres, Haya;
siempre tuviste un sentido del humor muy malicioso. No, iré disfrazada de
Pauline, la hermana de Napoleón, la esposa que tu antepasado quería para su
hijo. ¿Te ha contado ya Hayami algo de la historia de su familia, Changmin?
— Un poco… — empezó Changmin.
— Hemos estado demasiado
ocupados hablando de nuestro futuro para dedicar tiempo al pasado — lo interrumpió Hayami con voz fría.
— Ah, caro, ¿recuerdas los
planes que teníamos sobre nuestro futuro? — le preguntó Sofia con voz suave, poniendo la mano
sobre su brazo.
Una hora después, Changmin decidió con
enfado que se merecían el uno al otro, mientras intentaba no sentir lástima de
sí mismo. Aunque las respuestas de Hayami eran breves y cortantes, era obvio
que Sofia creía que aún sentía algo por ella, o no habría sido tan persistente.
Changmin no lo dudaba, a pesar de que, seguramente por orgullo, él estuviera
simulando que no era así.
Por fin llegó el momento de abandonar el
restaurante. Sofía había alargado el almuerzo lo más posible, pero no había
conseguido persuadir a Hayami para que le permitiera alojarse en el castello.
Tampoco pudo persuadirlo para que subiera a su suite para demostrarle cuánto
seguía apreciando el brazalete de Cartier que, por lo visto, llevaba con ella.
Hayami y Changmin volaron de vuelta al
castello casi en silencio. Cuando Hayami le dijo que tenía que comentar algo
con su hermano, Changmin se alegró de poder retirarse solo a la suite, para
enfrentarse en privado al descubrimiento que había hecho antes de salir del
hotel.
Había sido en el vestíbulo, cuando se
despedían. Sofía había estado muy empalagosa con Hayami, pero cuando Changmin la
vio besarlo en la boca con tanta sensualidad que él alzó las manos y agarró sus
brazos para apartarla, la horrible verdad la había confundido. Lo quería. Cómo,
desde cuándo y por qué eran preguntas a las que no podía responder. Pero eso no
cambiaba la cruda realidad. De alguna manera, sin que él lo deseara y sin que
supiera cómo había ocurrido, él le había robado el corazón con tanta facilidad
como sus antepasados habían despojado a la gente de sus tierras.
Changmin siempre se había creído
poseedor de sentido común y determinación, pero eso no le impidió derramar unas
dolorosas lágrimas en la privacidad de la suite, acurrucado en la cama que
había compartido con Hayami como amante fingida. Nunca la compartiría con él
como un joven que lo amaba y cuyo amor era correspondido.
Decidió aprovechar para ducharse,
lavarse el pelo y prepararse para la velada antes de que Hayami regresara. Se
preguntó qué ocurriría esa noche. Si seguirían compartiendo la suite o si, a
pesar del claro rechazo de Hayami durante el almuerzo, sería Sofia quien
pasaría la noche en la cama con él.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Hola hola, adoro tu blog!!!!...
ResponderEliminarDe vez en cuando paso a leer por aquí...
Esta historia está genial... pobre de éstos jóvenes enamorados, tan orgullosos e inseguros de sus sentimientos, pero estoy segura que cuando los hayan aceptado, su entrega será memorable y total.
Por otro lado, me quedé en suspenso con respecto a la relación del YooSu... quienes también poseen un corazón ardiente y están luchando por no admitir su amor.
Ojalá pronto me entere de ellos...
Saluditos desde México*
Hola Lolita!!!
EliminarMil gracias por comentar ^_^ La verdad, cuando algien comenta esta historia me pongo muy feliz. Es que me da la impresión de que no le gusto la historia a la gente, por lo que nunca comenta.
Gracias y espero que sigas disfrutando del blog. Un abrazo
Hola.. esta buenisima la hostoria me encanta esta parejame parece q la pasion les brota por los poros a los dos y todavia no lo admiten.tal ycomo changmin lo sueña con un amante como hayami...sigo esperando para ver q sucede.bendiciones. y me muero por saber de yunho y su bellezaes decir jae...
ResponderEliminarDisculpa la falta de ortografia o errores de escritura en mi comentario anterior..es la emocion de la historia
ResponderEliminarADARA. Muchas gracias por el comentario ^_^
EliminarMe gustó la historia del Yoosu y también la del Hayamin y estoy esperando con ansias el Yunjae ya que todas son hermosas soy de Ecuador y estoy esperando con ansias el desenlace de Seducción Siliciana y de Novio Olvidado
ResponderEliminarKatherine gracias por tu comentario. ya estamos cerca de inciar con la historia del YunJae.
EliminarUn abrazo
Ooodio a esa tipa!!! y al tipo también por que al parecer le gusto Min, ayy no se que vaya a pasar en esa fiesta.
ResponderEliminarY el padre metiendo su cuchara donde no le llaman ¬¬
Changmin de dio cuenta que se enamoro >< pero Hayami también siente algo por el solo que su orgullo y su trauma de que lo dejen no lo deja ver la realidad god y esa tipa de quinta aish que metiche ahora que pasara en el baile que intriga
ResponderEliminarOh Por Diooos pobre Changmin asceptar el sentimiento luego de sedcubrirlo de esa manera. Tengo ganas de darle un zape a Hayami por no haber hecho nada... dejó que ese par de oportunistas se buerlaran e hirieran a Changmin. No vie en nungun momento que que Hayami hiciera intento de defender a su "Compañero" a quien le exigió reprresentar un buen papel como "amante leal" lo siento estoy muy molesta con Hayami.😈
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