Jaejoong sonrió
mientras tomaba otra enorme fresa de uno de los arbustos en su campo. Yunho le
había regalado un campo entero para cultivar, como una especie de
agradecimiento cuando había tenido a Changmin y a Moonbin. Al parecer era más
común que las reinas recibieran joyas o casas por cada niño que tenían, pero
como él no era reina y tampoco le importaban nada de esas cosas, el campo era
perfecto para él. El único problema era que el campo era tan grande, que parte
de él estaba fuera de la protección de la barrera que cubría el territorio de
los vampiros y eso no tenía a su esposo muy tranquilo, pero Jaejoong solo se
acercaba a esa región cuando anochecía y Yunho podía ir con él.
― Pero mira lo que encontramos aquí…
Excepto que ese
día sin darse cuenta el rubio se había alejado más de la cuenta y sin notarlo
había salido de la protección de la barrera. Lentamente y sosteniendo con mucho
cuidado su hinchado vientre, Jaejoong se enderezó cargando su enorme canasta de
frutillas con la mano que tenía libre. Delante de él se encontraba un grupo de
diez lobos en su forma humana. De repente, el salcor tuvo una sensación de deja
vu y suspiró acariciando su vientre suavemente. Jaejoong había aprendido algo,
el poder te mantenía seguro pero también te ganaba muchos enemigos envidiosos.
― Parece ser nuestro día de suerte. – dijo uno de ellos
― Exacto, el vampiro no se había descuidado así
en años… y está embarazado además. Eso hará las cosas mucho más sencillas.
― Eso pasa cuando te crees invencible…
Mientras se
acercaban hacia Jae, pisando algunos de los arbustos llenos de fresas en el
camino, el rubio suspiró hastiado.
― Por favor, deténganse y váyanse por donde
vinieron. Lo digo por su propio bien, en serio.
Pero como era de
esperarse, ignoraron la súplica de Jaejoong. En cuanto estuvieron lo
suficientemente cerca, uno de ellos extendió la mano para agarrar el brazo del
rubio, pero otra mano la intercepto justo antes de que lograra tocarlo.
Changmin, su bebé
y primogénito, ya no era un bebé sino que se había convertido en un adulto. El
pequeño bebé que había cargado en brazos era un hombre atractivo y talentoso
que había crecido tanto, que había superado la altura de su padre. Los años de
entrenamiento militar le habían dado un cuerpo duro y trabajado que era muy
deseado por los jóvenes salcor cuando el príncipe iba a visitar el antiguo
hogar de Jaejoong.
― Se van a ir. Ahora. – ordenó el joven príncipe.
El tono amenazante
de Changmin fue una advertencia que cualquier hombre con dos dedos de frente
habría tomado en cuenta, pero esos hombres en particular parecían carecer de
suficientes dedos. Con un tirón seco, el lobo soltó su brazo y se alejó lo
suficiente de ellos para poder sacar su espada al igual que lo hicieron los
otros. Changmin extendió el brazo izquierdo para empujar a su umma con
gentileza para que se parara detrás de él.
― Moonbin – llamó Changmin sin levantar la voz.
Unos segundos más
tarde, otro joven se unió al grupo. Su otro bebé también había crecido para
convertirse en un atractivo joven que si bien era alto, no superaba a su hyung
en ese departamento. Su segundo niño se parecía mucho a su esposo, mientras que
Changmin era una mezcla de ambos.
― Hyung…
― Mantén a salvo a umma… - dijo el mayor sin quitar la mirada de
los lobos que sonreían triunfantes.
― De acuerdo.
Moonbin tomó a
Jaejoong por los hombros y comenzó a alejarse un poco de los hombres y de su
hyung, pero el grupo de lobos parecía no estar enterado en lo absoluto de lo
jodidos que estaban.
― No te muevas un solo centímetro más, niño o
tendremos que quedarnos con solo uno de ustedes en vez de los tres.
― No hagas promesas que no vas a cumplir,
hermano. Podríamos mandarle a uno de ellos como advertencia al vampiro.
― Bueno… no tiene por qué estar entero para que
la advertencia se entienda… - comentó un tercero riendo.
Ninguno de los
hijos de Jaejoong parecían estar preocupados por estar sobrepasados en número,
y solo el hecho de que los lobos no se dieran cuenta de ese importante detalle,
hizo que Jaejoong sintiera pena por ellos. Changmin no dijo nada mientras
avanzaba un paso hacía los lobos.
― Hyung! Deja uno. – fue todo lo que
Moonbin le dijo a Changmin quien asintió una sola vez.
Cuando la mano
derecha de Changmin comenzó a brillar envuelta en una luz blanca azulada fue
cuando la expresión arrogante de los lobos cambió a una de alerta, pero ya era
tarde. En el momento en el que comenzaban a avanzar hacia el joven hibrido con
sus espadas alzadas, Changmin los cubrió con su magia reduciéndolos a todos a
cenizas en cuestión de segundos. Ni siquiera las ropas o las armas de los lobos
habían quedado detrás. Excepto el único lobo que el príncipe de los vampiros
había dejado vivir. En cuanto Changmin lo miró, el tipo con una expresión de terror
se cayó al suelo tratando de escapar y alcanzó a tomar una daga de su cinturón
que levantó para tratar de amenazar al calmado joven.
Moonbin se aceró
al lobo a paso lento con su mano izquierda brillando del mismo tono que la de
su hermano, el hombre se desesperó y comenzó a atacar con su daga torpemente.
El muchacho sostuvo la daga con su mano normal y acercó la mano cargada de
magia hacia la mano del lobo. Cuando el lobo había tratado de obtener la daga
de su cinturón, se había cortado la palma en sus apuros y con ojos llenos de
terror vio como el príncipe utilizaba la luz para curar la herida que se había
hecho.
Confundido y
aterrado levantó la mirada para encontrarse con la mirada seria del muchacho.
― Dile a tu gente que no vuelvan a tratar de
dañar a mi umma. Nueve hombres no es algo difícil para mí hyung, tampoco una
legión de ellos… mantén eso en mente. ¿Ok?
En cuanto soltó el
agarre que tenía sobre el lobo, este salió corriendo torpemente en dirección de
los bosques por donde había venido, mirando de vez en cuando sobre su hombro
para comprobar que los príncipes no se había arrepentido de dejarlo vivir y
habían decido ir por él. Moonbin se enderezó de donde se había acuclillado y
tomó la canasta de duraznos que había dejado en el suelo en cuanto había
llegado. Mirando a su alrededor notó los arbustos arruinados por los lobos y
miró a Jaejoong.
― Umma… ¿se puede arreglar eso? – preguntó el príncipe frunciendo el ceño
mientras su hermano mayor tomaba la canasta de fresas que había traído consigo.
― Claro que sí, Bin… - respondió Jae utilizando su propia
magia para devolver el estado intacto y sano a los arbustos arruinados.
― Umma… no deberías haberte alejado tanto – lo reprendió Changmin con seriedad.
Jaejoong suspiró e
hizo una especie de visera sobre sus ojos con una mano para protegerlos del sol
mientras miraba hacia arriba para poder mirar a su hijo a la cara.
― Lo sé, Min. No me di cuenta de que tan lejos
estaba. Solo háganme el favor de no
decirle a su padre lo que pasó aquí.
― Umma… - empezó a quejarse su hijo mayor ya que no le gustaba para nada
mentirle a su padre.
― Solo lo preocuparía. No es la primera vez que
esto pasa y cuando eso sucedió tu padre casi se vuelve loco. No quiero que se
preocupe. Por favor, Min. Por mí.
Después de unos
momentos el príncipe suspiró y asintió reluctante, y también lo hizo su hermano
menor.
>>>♥<<<
En cuanto Jaejoong
cruzó el rellano de la puerta, se encontró inmediatamente en los brazos de su
esposo. Yunho no perdió tiempo en quitarle la canasta de fresas que había
insistido en cargar y besarlo como si se hubiera ido por un año y no solo una
hora y media. Jaejoong devolvió el beso de lo más gustoso, mientras el vampiro
apoyaba la palma de su mano sobre la pancita del rubio.
― Dios, odio cuando salen afuera…
Con la mano aún
apoyada sobre sus hijos no nacidos, utilizó la otra para atraer a sus hijos
mayores para darles un abrazo a ambos.
― ¿Todo bien? – preguntó el
vampiro a sus hijos
― Si – respondió Moonbin en lugar de su hyung – todo bajo control…
Por suerte, antes
de que Yunho pudiera hacerle alguna pregunta a Changmin, una hermosa niña de
cabellos largos de apenas unos cuatro años bajó las escaleras dando saltitos,
seguida de cerca de su abuela.
― Umma! Oppa-deul! Volvieron! – exclamó contenta, antes de estrellarse contra
el vientre hinchado de Jaejoong.
La niña pasó de
brazos en brazos, hasta acabar en los de su padre. Tironeando del tutu rosa que
traía puesto, sonrió felizmente a sus hermanos.
― ¿Me veo bonita? Yoojung-noona me pintó con
sus pinturitas de la cara – comentó feliz y orgullosa, mostrándoles sus rosados
labios.
― Claro que sí, florecilla. – respondió Jaejoong arreglándole el cabello
alborotado.
― Appa dijo lo mismo – comentó ella sonriendo.
― Trajeron la fruta – dijo Jihye levantando la canasta de Jae
del suelo – que bueno, porque la comida está casi lista.
Ahora solo queda preparar el postre.
― Sip, estoy en ello – contestó Jae besando suavemente a su
esposo antes de dirigirse hacia la cocina con su madre política.
Un par de mucamas
que habían estado esperando a un lado, se acercaron para tomar las canastas que
los príncipes habían cargado y se las llevaron hacia la cocina donde Jaejoong y
Jihye con la ayuda de los cocineros estaban preparando la comida.
Yunho por su parte
guió a sus hijos mayores y a su niña hacia el despacho donde el príncipe dragón
esperaba para charlar con ellos acerca de una invasión a su territorio que
querían resolver de la manera más pacifica posible con su ayuda. Esa clase de
problemas eran cosa del pasado para el rey vampiro, pero no habían cambiado
para el resto de las criaturas, ni siquiera para las criaturas tan poderosas
como los dragones.
Horas más tarde,
una mucama vino a avisarles que la comida estaba servida y que su familia lo
estaba esperando en la mesa. Los hombres se levantaron y siguieron a Seowoo, la
princesita de la casa, que corría contenta en dirección del comedor.
― Yunho – llamó Seunghyun - ¿Tu esposo sigue cocinando sin nada de carne?
Yunho sonrió ante
la cara de congoja del príncipe dragón. Era bien sabido que su clase disfrutaba
mucho de la carne y no tanto de los vegetales.
― Sip, y no esperes que eso cambie en el
futuro. Jaejoong jamás tocará la carne…
― ¿Es que no lo extrañas? Comer un buen pedazo
de carne bien cocida…
― A veces, sí. Pero Jaejoong prometió que cada
vez que lo extrañara me recompensaría con su cuerpo, así que me manejo – contestó el vampiro
con una sonrisa pícara pegada en el rostro.
― Ahora veo por qué tienes más niños que los
conejos… - comento Seunghyun
cuando llegaron al comedor que estaba repleto.
En la mesa estaban
su esposo, su madre, sus dos hijos mayores y sus otros seis hijos ya sentados.
Tal vez era mucho, pero el vampiro amaba enormemente a cada uno de ellos. Los
primeros dos habían sido Jung Changmin y Jung Moonbin, sus mellizos. Después
habían tenido una niña, Jung Eunjung la más hermosa mujercita que había pisado
la tierra, sin contar a sus hermanas por supuesto. Después habían venido un par
de gemelos, Jung Taemin y Jung Jongin. Les seguía Jung Myungsoo, único de sus
hijos varones que había nacido solo. Después había venido otra niña, Jung
Yoojung y finalmente Jung Seowoo, la más pequeña de todos. Eso hacía un total
de ocho hijos, sin contar al par de gemelos que Jaejoong estaba esperando. Para
ellos ya tenían nombres también Jung Seoeun y Jung Seojun. Todos y cada uno de
sus hijos tenían sus propias habilidades especiales, pero también sus puntos
débiles provenientes de la mescla de las dos razas de sus padres. Algunos
podían salir bajo las luz del sol, otros no la soportaban por mucho rato,
además de muchas otras cosas que eran especiales para cada uno de ellos. La
gente del pueblo les había inventado un nombre a la nueva raza que sus hijos habían
creado, Salpiros. Yunho no sabía si le agradaba la definición o no.
El castaño los
saludó a todos y fue a sentarse junto a Jae, mientras que Seunghyun se sentaba
en el otro único asiento vació junto a Jihye. Jaejoong había desarrollado un
interés muy grande por la cocina vegetariana, y utilizaba todas las técnicas
que había aprendido para hacer deliciosas comidas todos los días. Pero a medida
que los integrantes de la casa habían aumentado, había tenido que empezar a aceptar
ayuda de los cocineros del castillo.
La comida estaba
deliciosa como siempre y transcurrió como todas las otras, en un caos de voces
y charlas diferentes.
― Appa – lo llamó Eunjung – Yoojung, Seowoo y yo queremos nuevos
vestidos…
― Está bien, llamaré a Sooyeon para que venga a
verlas…
― No, Appa… - interrumpió Yoojung – Queremos ir a comprarlos a una tienda. Nos
gustan los que Sooyeon-unnie hace para nosotras, pero queremos variar los
estilos un poco.
Yunho miró a
Jaejoong, quien se encogió de hombros por toda respuesta mientras seguía
comiendo tranquilamente.
― Está bien. Pero su umma no puede ir. No
quiero que este caminando por horas, se va a cansar. Iré con ustedes…
Las tres lo
miraron sorprendidas, y se giraron a mirar a su abuela.
― La abuela puede venir con nosotros, appa. No
te preocupes.
― No, está bien. Iré, no tengo ningún asunto
esta tarde.
Las chicas
parecieron resignarse a ir con Yunho de compras y siguieron comiendo sin decir
más nada. Yunho levantó la mirada y encontró que alguien faltaba. Si, faltaba
alguien más en la enorme mesa del comedor.
― Bin… ¿Dónde está Eunwoo? – preguntó el vampiro refiriéndose al esposo de su segundo hijo.
― Fue a ver a su madre por un par de horas, volverá
cuando anochezca – respondió el muchacho.
Moonbin había
encontrado su compañero de vida cuando apenas había pasado la mayoría de edad,
en un salcor que también acababa de llegar a la mayoría de edad. Moonbin había
conseguido lo que nadie había conseguido antes, un salcor virgen como
compañero. Eunwoo había ido al claro de los salcor adultos por primera vez a
tomar su energía de vida, cuando se había topado con Moonbin y lo habían sabido
al instante. Desde entonces ambos estaban pegados todo el tiempo y el muchacho
había ido a vivir al castillo, pero con esporádicos viajes para ver a su
familia.
La comida fue
seguida de un postre que consistía en tartas de fruta y fruta fresca cortada y
servida en varios platos. Seunghyun podía extrañar la carne, pero el resto de
la familia estaba más que feliz y acostumbrados con lo que comían. Ninguno de
sus hijos había probado la carne si quiera, por lo que ninguno de ellos la
extrañaba.
>>>♥<<<
Horas más tarde,
después de que Seunghyun había vuelto a su territorio, Chaerin, Ji sub y
Yoochun y Junsu llegaron al castillo a visitar a Jae. Yoochun y Junsu habían
decidido volver al claro, una vez que estuvieron seguros que Jaejoong estaba a
salvo donde estaba. Yunho y Jaejoong extrañaban al par, pero no los habían
detenido cuando habían tomado la decisión de volver. Después de todo, ellos
eran criaturas de la naturaleza y no era para nada raro que extrañaran su
antigua forma de vida. De todas formas, casi todas las noches, el par pasaba a
visitarlosa ellos y a sus sobrinos.
Yunho los saludó
con un beso en los labios a todos, pero casi al mismo tiempo se tuvo que
despedir ya que sus hijas lo estaban esperando para salir a comprar. Junsu le
aseguró que seguirían allí cuando el volviera y Jaejoong lo besó tiernamente en
los labios como despedida.
― No pierdas la paciencia con ellas y deja que
se prueben lo que quieran probarse… ok?
― Ok – respondió el vampiro con una sonrisa.
Jaejoong lo
observó encaminarse hacía donde las niñas lo esperaban y sonrió feliz cuando el
vampiro tomó en brazos a Seowoo antes de salir seguido de cerca de unos
guardias liderados por Siwon.
Jae volvió para
sentarse con sus padres, su suegra y el Yoosu acariciando distraídamente la
mancha negra en su brazo. Con cada uno de sus embarazos una nueva marca
aparecía. Todas eran diferentes y aparecían en diferentes partes de su cuerpo.
La que tenía en la parte interna de la muñeca había sido la última en aparecer,
la que le pertenecía a los gemelos en su vientre. Eran dos hojas en forma de corazón
como las que tenía su madre.
Sonriendo ante el
solo pensamiento de Yunho haciendo compras de ropa de mujer, Jae se concentró
en la conversación que supuestamente estaba manteniendo con su familia.
FIN
Nota de
la autora: Bueno, llegó el
final. Siento que me quedaron muchas cosas por decir, pero no lo quise alargar
más. Ultimamente vi muy poco interes en los capitulos que estuve subiendo, así
que me disculpo si eso sucedio. Me tomo casi dos años pero lo hice! Muchos
besos y aca les dejo la lista de los bebes del Yunjae en orden. BYE!
Changmin y Moonbin
Eunjung
Taemin y Jongin
Myungsoo
Yoojung
Seowoo
Seoeun y Seojun
DEMASIADOSSSSSSS
AHHH jajaja
Finalmente Eunwoo,
el esposo de Moonbin
Y pues bueno. Se termino esta bella historia.
ResponderEliminarLa verdad que la disfrute mucho, es una historia fuera de lo común.
Me alegra de que el YunJae haya terminado con una gran camanda como familia. ^_^
y si que Jae recompensa va a Yunho seguido por no comer carne y el le daba hijos nuevos y se llenaron de ellos XD
ResponderEliminarme encanto esta historia
Gracias por compartirla
Pero que hermoso final todos felices *.* que gran poder el de changmin y Moonbin . desintegrar y curar o.o jae y yunho tuvieron muchos hijitos <3 hermosisimo. Ame la adp. Gracias amiguis por adaptar y compartir.
ResponderEliminar8 hijos!!!!! -Shock- y Jae sigue esperando bebes. Omg! Jajajajaja Jae tiene a sus bebes para q lo cuiden y ademas a su esposito. La pequeñita es una ternura. Todo muy lindo Yoleth <3 me encanto de principio a fin <3 Muchas gracias!
ResponderEliminarWoooo ya termino:) no se que me sorprendió mas, los lobos malos o que Jaejoong haya tenido tantos hijos!!! Que bárbaro! Gracias por compartir, una linda historia y súper romántica :)
ResponderEliminarMe encantó cuantos niños pobre Jae siempre embarazado....gracias por compartir
ResponderEliminarDe nada, es un placer compartir estas historias que a muchas nos encantan. Gracias pór los comentarios,.
EliminarUn abrazo ^o^
Muy hermoso y fantástico final, me fascinó, tantos hijos que llenan de vida y amor ese hogar formado por el YunJae.
ResponderEliminarGracias!!!
Lo ame lo adore me fascino todo estuvo muy bn me encantaron los personajes la trama la historia las criaturas todo ^^
ResponderEliminarOtra de las mejores historias que he leído !!
<3
Tengo que decirlo. CHANGMIN ES EL MAS GUAPO DE LA DESENDENCIA YUNJAE JAJAJA. OMG qué madre no estaría orgullosa de semejante hijo? Realmente fue un salto tremendo del alumbramiento en el claro hasta la feliz familia con Diez hermosos hijos. Yo me quedo con ganas de todo eso que la autora reservó en el tintero.(¡.¡)
ResponderEliminarGracias estuvo muy bonita la historia ya tenía ganas de algo nuevo en yunjae y genial que incluyeras a astro y los demás grupos , gracias por subir esta historia
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