― ¡Yunho! ―
Grité mientras veía con absoluto terror cuando el Riki corrió hacia Yunho con
su espada en alto.
Yunho se volvió rápidamente pero tenía poco tiempo para actuar.
Sin tiempo ni para levantar los brazos cuando la espada le cortó, entonces él
estaba en el suelo y todo a su alrededor era sangre y caos antes de que la
imagen parpadeara y la nube desapareció.
Grité enronquecido, enfocando mi magia en la creación de una
nueva nube, viendo la lava gotear en las sabanas, iluminando mi cama en llamas.
Pero no había nadie que contestara en el otro lado, ninguna conexión que
alcanzar.
Los guardias y ayudantes corrieron a mi habitación. Algunos de
ellos trataron de apagar las llamas, pero yo todavía estaba probando, gritando
el nombre de mi marido incluso cuando el cuarto se quemaba a mí alrededor y las
paredes se pelaban en escamas con la fuerza de mi magia.
Las personas que me rodeaban insistían, haciendo todo lo posible
para que no sufriera ningún daño. Vi a un portador de la magia y yo estaba
sobre la cama, ni siquiera sentía las quemaduras en la piel mientras agarraba
su brazo.
― ¡Moldea una nube! ― Grité. ― ¡Contacta al Rey! ― Le grité.
El hombre lo intentó. Lanzó una después de otra, el sudor le
goteaba en la frente y miré como cada una de ellas comenzaba y a continuación
se separaban.
― ¡No! ― Mi
voz se quebró cuando yo cerré mi puño contra el suelo.
Entonces Changmin estaba allí, tirando de mí contra su pecho,
incluso mientras luchaba.
― Mi Rey, tiene que calmarse ― susurró en voz alta solo para que lo escuchara a pesar de mis
gritos implacables y sollozos.
― ¡No! ―
Grité de nuevo, y sé que lo quemé con mi magia, pero él todavía se aferraba, no
permitiéndome estancarme y llorar mi miseria e incredulidad.
― Va a tirar el castillo abajo en sus hijos, mi Rey. Necesita
calmarse. Piense en sus bebés.
Sollocé más fuerte, pensando en los pequeños y cómo yo era ahora
todo lo que tenían. Me volví en los brazos de Changmin y grité mi dolor,
dejando que la magia se calmara y mi angustia se filtrara al interior donde
pertenecía.
Yo no era nada sin Yunho. Él era mi Rey, mi amor, mi fuerza.
¿Cómo se supone que debía simplemente continuar, preocuparme del
reino en lugar de la herida sangrante en mi corazón? Y mis hijos, que nunca
llegarían a conocer a su padre. Lloré contra Changmin justo cuando supe que
tendría que levantarme, serenarme y jugar el juego político que despreciaba.
Con el tiempo, sin la presencia de la razón para saber cuánto de
lo que ya había pasado, me alejé de Changmin y me levante. Miré el caos que
había creado y no podía encontrar en mí la preocupación. En su lugar, me di
cuenta de los rostros expectantes de los que habían visto quebrarme, quien
había arreglado mi lío y quienes todavía estaban a la espera de que les diga lo
que estaba mal.
― Nunca repetirán lo que han visto esta noche. No quiero oír susurros
entre ustedes mismos, secretos compartidos con sus cónyuges o cuentos que dirán
a sus hijos. Lo que vieron fue el dolor de un marido por el amor de su vida ― Mi voz vaciló, amenazando con romperse
una vez más.
Vi cuando comprendieron mis palabras, conectando el significado
real, pero no tenía ni el tiempo ni la paciencia para su dolor. Mi propio dolor
era una carga.
― Vi como un guerrero Riki corto directamente al Rey Yunho, pero sin poder
entrar en contacto con ellos, no puedo confirmar su muerte. Van a guardar
silencio y continuar como si esta noche no hubiera sucedido ― les dije cuando comencé a encerrar a
mis inestables emociones innecesarias.
Volviéndome hacia el portador de la magia, le miré directamente
a los ojos y le hable con una voz más indiferente.
― Vas a ir a buscar a otros portadores de la magia y será tu misión
ponerte en contacto con la frontera en los próximos dos días. Si no recibo una
confirmación de la muerte o la supervivencia de mi marido en el momento del
informe programado, voy a salir y lo buscaré a él o a su cuerpo.
» Changmin, por favor
envíame un curandero y asegúrate de que mis hijos están bien. Gracias ― Le di unas palmaditas en su hombro y encontré al jefe de los
guardias con mi mirada.
El hombre era tranquilo y sereno, estaba quieto y esperando
órdenes. Yo respetaba su estoicismo ya que la mayoría de los hombres tendrían
más para mostrar que una expresión pétrea con el conocimiento de la muerte de
su Rey.
― Te necesito para despertar a los concejales y dirigirlos a la sala
de reuniones. Informe que se comuniquen con el consejo Kari. Tan pronto como
termine con el curandero, me reuniré con ellos.
El hombre asintió y con las palabras: ― Sí, mi Rey ―. Se marchó.
Miré el resto de las caras. ― Salven lo que se pueda del cuarto y encuéntrenme otra habitación
cerca de mis hijos. No volveré aquí a no ser que mi Rey este vivo.
Con eso, esperé a que los curanderos vinieran. Cuando me
llevaron a una habitación diferente para atender mis heridas, poco a poco cerré
mi mente al dolor y comencé a planear mis acciones futuras. Las quemaduras
ayudaron a concentrarme cuando estaba demasiado aturdido para expresar en
realidad mi dolor. Los curanderos me trataron y vendaron las heridas que
tendrían tiempo para sanar y que sin duda dejarían cicatriz. Presté poca
atención y eventualmente ignore sus consejos y preocupaciones.
Me senté en el trono, mis brazos aún vendados. Con una apoyé mi
barbilla mientras deje la otra colgar del asidero. No me preocupé por la
impresión que les estaba dando. En su lugar, pensaba en la manera en que Siwon
había sabido algo estuvo mal el día anterior y la inocente pregunta que me
hizo.
― Todavía nos amas incluso si te hacemos sentir triste, ¿verdad, papá?
Lloré en su hombro mientras lo sostenía lo más cerca que pude.
Había despedido a todos los curanderos, los portadores de la magia y soldados
que nos rodeaban. En cambio, había pasado la tarde con mis hijos, diciéndoles
lo mucho que significaban para mí y tranquilizando sus pequeñas preocupaciones.
Los necesitaba cerca a pesar de que su aspecto me recordaba a Yunho.
Ahora, casi languidecía ahí, tanto los consejos Rising Sun como
Kari esperaba conmigo en silencio. Todos sabían lo que había pasado. Eran
conscientes de que ningún portador de la magia había logrado llegar a la
frontera y el destino de Yunho seguía siendo desconocido. La hora acordada cuando
Yunho normalmente hablaba conmigo había llegado y finalmente pasado, pero
todavía me senté en silencio, echando humo lentamente y odiando la impotencia
que sentía.
No podía llevar a mis hijos a la batalla de nuevo, no a la
matanza de la que había visto detrás de Yunho hace dos días. También era irresponsable
de mi parte simplemente dejar el trono desocupado con mis herederos con apenas
la edad suficiente para comprender la realidad. Pero mis alternativas
disminuían y la rabia dentro de mí hervía a fuego lento. Yo sabía que con Yunho
tan fortificado como parecía ser no había manera que ninguno de nosotros
cruzara la barrera de protección sin que alguien desde el interior que nos
guiara. Tal vez podría lanzar mi propia magia contra ella y esperar que alguien
contestará el golpe. Negué con la cabeza a mí mismo.
― ¿Qué vamos a hacer, mi Rey? ―, Uno de los concejales finalmente preguntó.
La noche cayó sobre nosotros y el resto de los habitantes del
castillo ya se habían ido para su descanso.
― No lo sé muy bien, ¿verdad? ― Le espeté
a él.
― Tal vez podríamos enviar soldados a la barrera y ver si pueden
recibir alguna noticia ― Shindong añadió a
través de la nube.
Sólo incitó mi temperamento aún más, incluso cuando era
consciente de que no estaba informado.
― Ya tengo tres unidades a que esperan allí para ayudarles y enviar
noticias tan pronto como se levante la barrera o la crucen. Los envié justo
después de nuestra última reunión. No es que sirviera ― Suspiré.
― Tal vez el Rey está vivo y va a comunicarse tan pronto como su salud
mejore. Sólo tenemos que esperar ― habló otro Rising Sun.
Esas palabras fueron demasiado. Salté del trono con los puños
apretados y la ira evidente en cada parte de mi cuerpo.
― ¿Quiere hablar de política y reacción exagerada?― Miré directo hacia él. ― ¿Qué crees que el pueblo va a decir una vez que se enteren de que
les hemos estado ocultando la muerte de su Rey? ¿Qué crees que va a pasar con
nuestra nación si esa barrera solamente contiene más que cadáveres y un puñado
de portadores de la magia que guardan su distancia del vasto ejército Riki a la
espera de entrar en nuestro territorio? O si están heridos a la espera de que
enviemos suficientes soldados para defenderlos una vez que se retire la
barrera. Mi ira no es una exageración. Tengo derecho a ella. Vi a mi marido ser
apuñalado hace dos noches y me dejó con todo este lío en mis hombros ―. Sentí las lágrimas amenazando con caer y en un momento de
dolor donde me permití sentir la agonía de la pérdida una vez más, me aparté de
ellos y grité: ― ¡Alguien contácteme con Riki!
― Mi Rey, no hay necesidad de ser impetuoso. Hablemos acerca de su
decisión primero, crear la estrategia más adecuada― dijo Shindong rápidamente, tratando de calmarme.
― Voy a exigir negociaciones. Esa es nuestra mejor opción y algo que
sólo puedo hacer ahora ― le dije con calma ya que encontré mi camino de regreso al
trono y conseguí una mano en mis lágrimas.
Una voz más sosegada había decidido participar.
― ¿Hablara del Rey?
― Sí. Y esa es nuestra mejor estrategia. En este punto, no puedo ser
más serio. Es posible que no estén de acuerdo con mis decisiones, pero si
fallo, el reino estará en tus manos hasta que mis hijos tengan la edad
suficiente para hacerse cargo.
Si Changmin hubiera estado allí, probablemente me habría dicho
que pensara en mis bebés, que era lo Yunho hubiera querido. Pero yo ya había
pensado en mis hijos, y ya era hora de poner fin a la guerra de una manera u
otra.
Juntando toda mi ira, me permití recordar a Yunho caer, la
ruptura de la conexión y la incertidumbre de su destino. Pensé en Ull y Ura, el
dolor de esa pérdida, y por el tiempo que se estableció la nube, irradiaba
calor de cada parte de mi cuerpo.
Mi enojo me estaba consumiendo que apenas oí al Riki hablando en
el otro lado. Vi su sonrisa satisfecha y el acero de sus ojos que me
permitieron saber que no estaba dispuesto incluso a darnos una pequeña
esperanza. Ahí fue que con rabia alcancé al portador de la magia, agarré su
encanto y lo hice mío. No era algo que me hubieran enseñado que fuera posible,
y sin embargo, al sentir la presencia de la magia llegar a través del vasto
espacio entre nosotros, lo empujé aún más, obligándolo a hacer mi oferta. A
medida que la resistencia se rompió, vi el fuego derramándose alrededor del
Riki, retorciéndose como si tratara de alcanzar su propia carne.
Con una voz que apenas parecía la mía, hablé.
― Va a llamar a su regente, me presentara como el Rey Jung Jaejoong
del Rising Sun Unido, línea real Ceelorie del Kari Unido, así que me ayuda, o le
quemare hasta hacerlo cenizas dónde está de pie.
El hombre desaparecido de la vista de la nube, pero todavía
tenía un sentido de él y me di cuenta de que era un consejero del Rey.
― ¿Cuál es el significado de esto? ― Un imponente Riki masculino llenó la nube, la cara escamosa
mostrando un ceño feroz, sus palabras estiradas y ásperas.
― Hasta ahora nos ha negado la posibilidad de negociar ― gruñí a través de mis dientes. ― Un enfoque irrazonable de un
Rey―. Vi su expresión haciéndose aún más hostil, pero lo desestime.
― Ahora es el momento
para mi propio enfoque irrazonable― Sonreí
locamente, sintiendo la malicia y la inestabilidad tanto en mi mente y mi
magia.
― No hay nada que hacer. Debemos luchar hasta el final y el que
gane... ― hizo una
pausa como si estuviera buscando la palabra correcta, ― consigue el botín. Mi pasado
me ha mostrado que no ningún otro camino ― el Rey me gruñó.
― Siempre hay una manera, si los responsables están dispuestos a
hablar ante el derramamiento de sangre ―, le dije
un poco con calma a pesar de sentir todo lo contrario.
El Rey hizo un gesto con la mano descartándome.
― Eres solo un crío y no tienes idea de lo que hablas. Mi decisión se
sostiene.
Entonces todo se desató en torno a él y yo era vagamente
consciente de los gritos. Cogí las llamas lamiendo detrás de él y sonreí de
nuevo.
― Eso puede ser cierto, pero hace dos noches he visto como mi marido
fue reducido por uno de sus hombres. Todavía estoy inseguro de su destino y el
dolor me está causando estragos en mi magia. No me importa más lo que le pasa a
tu pueblo o cómo resolvemos esto e incluso poco me importa hasta mi propia
vida. Mis reinos sobrevivirán con mis herederos y buenos hombres dispuestos a
guiarlos hasta que sean mayores de edad. Así que me gustaría recuperar el
cuerpo de mi marido y para eso necesito que esta guerra llegue a su fin.
El Rey estaba siendo tan compuesto como estaba antes, a pesar
del infierno a su alrededor pero vi el pánico creciente en sus ojos.
― Estoy terriblemente triste por su desgracia, pero estos son los
colores de la guerra.
Siseé y me paré, mi rabia apenas permitiéndome pensar.
― Sus palabras no significan nada para mí. Son sus acciones las que
muestran qué clase de hombre es usted. Hasta ahora ha sido solamente una
tontería y no tengo más paciencia para usted. Ya sea que usted tendrá que
cumplir para las negociaciones pacíficas o voy a quemar a su reino hasta la
tierra ― incluso si
me mata.
El Rey Riki mostró los dientes y flexionó sus puños con garras.
― Usted me ofende, joven Rey…
Lo interrumpí de nuevo cuando yo grite.
― ¡Las negociaciones o la muerte! ¿Cuál será?
La nube tenía que haber estado goteando lava de nuevo porque lo
vi estremecerse y retroceder y dar pasos a la derecha de una llama creciente.
Otro varón estaba allí de inmediato, tratando de apagar las túnicas quemándose
del Rey, pero el Rey sólo tenía ojos para mí.
― Lo podría hacer también ― susurró en voz baja mientras me miraba. ― Muy bien. Vamos a negociar.
En la frontera, mañana con la última luz.
Asentí y luego rápidamente deseche la nube y me desplomé en mi
trono. Los ayudantes estaban allí al instante, secándome el sudor de la piel,
diciéndome que calmara mi respiración y cogiera mi magia porque me herviría
vivo.
Pero yo sólo podía ver a los concejales que todavía me estaban
viendo, no sólo con temor, sino con miedo. Era más que lo que sus ojos
percibían. Era de repente peligroso. Sin embargo, mi objetivo se había
cumplido. Vería a mi marido o su cuerpo al día siguiente, incluso si tuviera
que rasgar a través de la barrera para llegar a él. Negociare a través de otra
guerra, sólo después de que descanse un poco, por un momento, entonces no supe
nada más.
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Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Que poderoso es Jae con su magia, que ha hecho temblar hasta el más necio e insufrible rey.
ResponderEliminarGracias!!!
Zaaaaz Te lo buscaste Riki¡¡¡ Diriá que a los Riki "Se les apareció el chamuco"jajaj pero no aplica puesto que mi Bello Jae es un Dios. Mucho cuidadito con hacerlo enojar señores, literal, Su rey está que quema jajaja. Tengo una duda...Que no habrá Yoosu??? No se sabe nada de mi pequeño Junsu desde que casi lo casan a la fuerza.
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