Junsu murió en paz un lunes por la
mañana. Jaejoong estuvo a su lado. No lloró. Ya había llorado suficiente en las
semanas previas y quería estar sereno para acompañar a su amigo en aquellos
momentos y para estar con Hani.
Por suerte, la niña no parecía darse
cuenta del cambio. Hacía semanas que no veía a su umma excepto en las rápidas
visitas en el hospital al principio y luego, una vez en casa, desde la puerta y
siempre dormido.
Se había acostumbrado a vivir con Jaejoong
y con Nadine, la niñera que había contratado Yunho, así que no le extrañó que Jaejoong
recogiera sus cosas y se la llevara a su casa.
El entierro fue el jueves y fue una
ceremonia muy íntima porque Junsu no tenía muchos amigos.
JiHye fue y Jaejoong se lo agradeció
profundamente. El que no pudo estar fue Yunho porque, aunque voló de noche, su
vuelo se retrasó y no llegó a tiempo.
Cuando, una vez finalizada la misa, Jaejoong
lo vio aparecer, todo el dolor que había estado conteniendo se desbordó. Yunho
corrió a su lado y, entre sus brazos, Jaejoong dio rienda suelta a las
lágrimas. Jaejoong recuperó el control en el trayecto de vuelta a casa de Yunho.
Para entonces, una vez en la puerta, fue capaz de contarle a su marido cómo
habían sido los últimos días de vida de su amigo.
Yunho escuchó atento mientras abría la
puerta. A continuación, entraron en casa y, tras unos segundos de silencio en
el recibidor, los grititos de júbilo de Hani les dieron la bienvenida.
— ¿Qué demonios...? —dijo Yunho
girándose asombrado hacia Jaejoong.
Jaejoong tomó a la niña en brazos y la
abrazó con fuerza. Había decidido no llevarla al entierro y la había dejado en
casa con Nadine.
—Hola, cariño —la saludó— ¿Te has portado bien
mientras hemos estado fuera?
—Se ha portado de maravilla —contestó
la niñera acercándose a ellos— ¿Ha tenido un buen viaje, señor Jung?
Yunho estaba tan estupefacto al haberse
encontrado a la niña en su casa que no contestó inmediatamente. Jaejoong se
mordió el labio. Ojalá se lo pudiera haber dicho antes, pero ya no había nada
que hacer.
Yunho le contestó algo a la niñera
educadamente, pero sin apartar la mirada de Jaejoong. Era obvio que quería
respuestas. Jaejoong estaba a punto de dejar a Hani en el suelo cuando la niña
se lanzó hacia Yunho.
— ¡Papá! —lo llamó echándole los
brazos.
Entre Jaejoong y Nadine consiguieron
controlarla y la niñera se la llevó. Jaejoong se reunió con Yunho en el salón. Yunho
estaba esperándolo muy serio.
— ¿Qué hace Hani aquí? —le
preguntó. Jaejoong suspiró.
—Me hubiera gustado habértelo dicho de otra manera, pero, ya que no
ha habido tiempo, te voy a exponer los hechos tal y como son.
—Muy bien.
—Hani se va a quedar con nosotros
—anunció Jaejoong con mucha tranquilidad.
Yunho se quedó mirándolo como si le hubiera
pegado un bofetón.
—Ya sé que no te gusta tenerla cerca, pero estoy seguro de que ese
sentimiento se irá disipando si dejas que...
—No —lo interrumpió Yunho
negando con la cabeza— Es imposible. Lo siento, Jaejoong, no puede vivir con nosotros. No
puedo soportarlo.
Jaejoong tomó aire.
—Yunho, deberías intentar superarlo.
— ¿Superar qué? ¿Cómo supera uno que su vida quede destrozada? ¿Cómo
superas perder un hijo?
—Yunho, esta niña nos necesita. Tal vez, ayudando a esta niña superes
la ausencia de la hija que perdiste.
—No, basta —insistió Yunho apretando
los dientes.
—Sé que perder a tu hija tuvo que ser horrible, pero la vida continúa
y no puedes pagarlo con otra niña.
Yunho frunció el ceño.
—No lo estoy pagando con Hani. Lo único que digo es que no puedo
hacerlo. No puedo vivir en la misma casa que ella. No puedo. ¿Junsu no tenía
ningún familiar que se pueda hacer cargo de la niña?
Jaejoong sacudió la cabeza, incapaz de
creer lo que estaba escuchando.
—Venga, Jaejoong, seguro que hay alguien. Todo el mundo tiene algún
familiar.
—Yo no. Sólo te tengo a ti.
Había dicho aquellas palabras en voz baja
y, por lo visto, Yunho no las había oído porque no reaccionó.
— ¿Y pretendes hacerme creer que Junsu tampoco tenía a nadie? Es
imposible que estuviera completamente solo en el mundo.
—Tiene una madrastra, pero no sé dónde está y, además, la odiaba.
Decía que era un diablo. Llevaban años sin hablarse.
—Aun así, sigue siendo de su familia... ― Jaejoong lo miró a los ojos.
—Esa mujer dejó que los Servicios Sociales se hicieran cargo de Junsu.
Prefirió que se lo llevaran a hacerse cargo de él cuando murió su padre. ¿Por qué
iba a querer hacerse cargo de su hija?
— ¿Y una pareja que quiera adoptarla? —Propuso Yunho— Hani es una niña preciosa, seguro que no tiene problema para
encontrar a una familia que la quiera.
Jaejoong apretó los dientes.
—Ya tiene a alguien que la quiere. Yo.
—Oh, Jaejoong —se quejó Yunho.
Jaejoong sentía unas terribles ganas de
llorar, pero no iba a hacerlo.
—Estamos hablando de Hani, de mi Hani.
— ¿Tu Hani?
—Sí. La semana pasada, Junsu dejó estipulado por escrito y ante
notario que soy su tutor legal. La voy a adoptar.
Yunho lo miró con frialdad.
— ¿Por qué no me lo habías dicho?
—Porque no estabas aquí —contestó Jaejoong
mirándolo atentamente— Te lo voy a decir muy claro, Yunho. Mi responsabilidad para con Hani
va mucho más allá del compromiso que tengo contigo. No la puedo abandonar y no
voy a hacerlo —le aseguró con vehemencia— No tiene a nadie —insistió— Si eso significa que nuestra relación se tiene que acabar, se
acabará porque no estoy dispuesto a separarla de mi lado.
Yunho se dio cuenta de lo que le estaba
pidiendo y se preguntó si podría vivir sin él. Sí, seguro que sí, podría
encontrar a otro joven o mujer, seguro que no era tan difícil.
Y, de repente, la verdad lo sacudió con
toda su fuerza. No, no podría vivir sin Jaejoong, no se podía imaginar su vida
sin él, lo necesitaba cerca, la posibilidad de perderlo lo volvía loco. Si
quería mantenerlo a su lado, iba a tener que hacer un gran esfuerzo. ¿Sería
capaz? Yunho tomó aire e intentó pensar las cosas con calma.
Hani era una niña maravillosa y no era
culpa suya que lo hiciera reaccionar así. Tal vez... no, era imposible, no
podría hacerlo. Seguro que había
alguien que pudiera hacerse cargo de la niña, tenía que tener un familiar en
algún lugar. Yunho decidió ponerse en contacto con el detective de la empresa a
la mañana siguiente. Mientras tanto, tenía que hacer lo que fuese para que Jaejoong
no se fuera.
—Podemos intentarlo, ver qué pasa —dijo
con dificultad. Jaejoong lo miró esperanzado.
—Eso quiere decir que quieres que me quede —comentó.
—Por supuesto que quiero que te quedes —contestó Yunho emocionado.
—Menos mal —suspiró Jaejoong comenzando
a relajarse— Me alegro mucho porque... porque tengo que estar aquí después de
Navidad sea como sea —sonrió— Para esas fechas nacerá
nuestro hijo.
— ¿Cómo? — exclamó Yunho sintiendo
que la habitación le daba vueltas—
¿Estás embarazado?
—Sí —contestó Jaejoong con
lágrimas en los ojos.
—Jaejoong —dijo Yunho tomándolo entre
sus brazos y llenándolo de besos— Ah, Jaejoong, soy el hombre más feliz del mundo.
Y, en aquellos momentos, era cierto que
lo era.
Entre ellos se estableció una cómoda
rutina.
Yunho y Jaejoong desayunaban juntos todas
las mañanas. Luego, Yunho se iba al despacho y Jaejoong se quedaba con Hani,
dándole de desayunar y jugando con ella hasta que también se iba a trabajar.
Por la tarde, hacía recados e iba a la compra. A continuación, se iba a casa
para estar con la niña durante el resto de la tarde.
Normalmente, Yunho llegaba tarde, cuando Hani
ya estaba acostada. Jaejoong suponía que lo hacía adrede, que así le resultaba
más fácil. A él le habría gustado que Yunho se implicara más, que hiciera un
esfuerzo por conocer a la pequeña, pero, de momento, decidió dejarlo pasar y no
presionarlo.
El temor de que Yunho no le hiciera caso
ahora que ya estaba embarazado se demostró injustificado. Su relación iba cada
vez mejor. Hasta el punto de que una persona que no los conociera de nada
pensaría que estaban enamorados. Donde mejor se entendían, era en la cama.
Lejos de perder el interés, ahora que estaba embarazado, Yunho parecía más
interesado que nunca en su cuerpo.
El embarazo iba bien.
Yunho insistió en acompañarlo a la
primera visita al médico, donde escuchó de boca del propio doctor que Jaejoong
estaba en excelente forma y que todo iba fenomenal. Aquella tarde, al habérsela
tomado libre y no haber ido al despacho, llegaron antes a casa, justo a tiempo
de dar de cenar a Hani.
La niña estaba sentada en su trona y Jaejoong
estaba limpiando un juguete en el fregadero cuando Yunho entró en la
habitación.
— ¡Qué horror! —exclamó.
— ¿Qué pasa? —se asustó Jaejoong.
—Ha tirado toda la comida encima de la alfombra blanca —contestó Yunho señalando la alfombra— La ha destrozado.
Jaejoong se fijó en la alfombra, que
tenía toda la pinta de ser realmente cara, y miró a Hani, que estaba sonriendo
tan contenta. En ese momento, la niña tomó un poco de puré de patata con la
cuchara y lo lanzó por el aire. El puré de patata fue a darle a Yunho en la
nariz.
Yunho se giró hacia Jaejoong.
—Está bien, creo que ha llegado el momento de deshacernos de esta
alfombra —anunció Jaejoong.
— ¿Cómo? —se extrañó Yunho.
— ¿Te crees que Hani va a ser el único bebé que tire comida encima de
la alfombra? Las alfombras blancas y los niños no son compatibles.
—Pero...
—Espera y verás —insistió Jaejoong— Este chiquitín se va a cargar
la casa — añadió señalándose la tripa— Vamos a tener que retirar un
montón de cosas.
— ¿De mi casa?
— ¿No lo hiciste cuando nació...?
Había estado a punto de pronunciar el
nombre de Lisa, algo que nunca había hecho. De repente, se le ocurrió que no
hacerlo era completamente malsano. Aquella niña había existido, había sido una
persona de verdad y merecía que hablaran de ella con toda naturalidad.
Lo que hacía su padre, aquello de no
hablar jamás de ella, era como negar su existencia. Seguro que Yunho tenía
recuerdos maravillosos de la pequeña. ¿Por qué no compartirlos?
—Seguro que, cuando Lisa empezó a andar, tuvisteis que hacer un
montón de arreglos —dijo deliberadamente.
Yunho lo miró sorprendido. Era la primera
vez que Jaejoong pronunciaba el nombre de su hija. Se quedó mirándolo unos
segundos y, a continuación, sin decir nada, se
fue.
Jaejoong pensó que, tal vez, se había
equivocado, pero sabía que algo tenía que hacer para conseguir que Yunho
superara aquella situación.
Al día siguiente, por la noche, lo
intentó de nuevo. Yunho y él estaban sentados en el sofá, charlando
tranquilamente antes de irse a la cama, cuando Jaejoong decidió sacar el tema.
—Creo que deberíamos poner una fotografía de Jan y de Lisa en el
salón.
— ¿Qué dices? —exclamó Yunho.
—Yunho, fueron una parte de tu vida, no puedes hacer como que jamás
existieron.
—Pienso en ellas todos los días, créeme —contestó Yunho a la defensiva.
—Sí, pero lo haces de una manera horrible. Piensas en sus muertes y
en lo mal que lo has pasado sin ellas. Deberías pensar también en los buenos
momentos. Tal vez, si ponemos fotos suyas...
—No entiendes nada.
Jaejoong ignoró aquel comentario.
—Quiero que nuestros hijos sepan quiénes eran y que siguen siendo
importantes en nuestras vidas.
—Solamente son importantes para mí.
—Te equivocas. Forman parte de quién eres y eso es importante para mí
también.
—Entonces, ¿también ponemos una fotografía de Ralph?
—No, Ralph no fue importante realmente para nadie más que para su umma — sonrió Jaejoong— La verdad es que yo creo que para mí era más importante su umma que
él.
Aquello le recordó que tenía que ir a
visitar a Marge pues hacía dos semanas que no la veía y quería decirle que
estaba embarazado.
A Yunho no le había parecido bien que
pusieran fotografías de Jan y de Lisa, pero Jaejoong estaba convencido de que
terminaría cediendo porque todo aquello era por su bien.
De momento, prefirió no insistir.
La noche siguiente lo intentó de otra
manera.
— ¿Podríamos comprar otro escáner para el ordenador? —Le preguntó— El que tenemos no es muy bueno, pero sé que hay algunos nuevos que
escanean fotografías de maravilla.
— ¿Qué quieres escanear?
—He encontrado un cajón lleno de fotografías de... de Jan y de Lisa,
y me gustaría escanear algunas, copiarlas para...
— ¿Cómo? —exclamó Yunho como si se
hubiera vuelto loco.
—Sí, quiero hacer un álbum con la historia de tu familia y ellas
forman parte, no las quiero dejar en el olvido.
A Yunho no le hizo ninguna gracia la
idea, pero no comentó nada más y, al día siguiente, Jaejoong encontró un
escáner nuevo en el vestíbulo.
Durante días, habiéndose instalado en la
habitación que había junto a la cocina, fue sacando tiempo para ir trabajando
en el proyecto. En un par de ocasiones, Yunho se quedó mirándolo desde la
puerta, en silencio.
Un día, encontró una fotografía preciosa
de Jan y de Lisa y decidió enmarcarla y ponerla en la entrada.
Cuando Yunho llegó a casa aquella noche
fue lo primero que vio al entrar.
— ¿Qué demonios es esto?
—A mí me parece que está muy claro
—contestó Jaejoong intentando mantener la calma a pesar de que el corazón le
latía aceleradamente.
—Si quiero una fotografía así en la entrada de casa, la pongo yo —dijo Yunho tomando la fotografía.
—No es sólo para ti. También es para mí y para nuestro hijo. Si no
quieres verla, pasa por el otro lado del vestíbulo.
—Jaejoong, ¿qué demonios estás haciendo?
—Estoy intentando ayudarte a normalizar tus sentimientos. No puedes
dejar que las heridas duren para siempre.
— ¿Y qué derecho tienes tú a decidir cómo tengo que curar yo mis
heridas? ― Jaejoong tomó aire y se enfrentó a él
con valentía.
—Para mí, ninguno, pero tengo todo el derecho del mundo en nombre del
hijo que vamos a tener.
Yunho lo miró pensativo.
—No. A lo mejor, eso me lo podrás decir cuando el niño haya nacido,
pero ahora no —insistió llevándose la
fotografía— Lo siento mucho, Jaejoong, pero la respuesta sigue siendo «no».
Mientras se alejaba, Jaejoong se fijó en
que miraba la fotografía y se dijo que, aunque hubiera perdido aquella batalla,
todavía podía ganar la guerra.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Yunho no tiene que ser tan malo con Hani solo por que le recuerde a Lisa ella lo adora y hasta papa le sise y el que quiere mandarla fuera de sus vidas y Jae haciendo hasta lo imposible por regresar la tranquilidad de Yunho poniendo sus recuerdos a flote espero que si logre sacarlo de ese hoyo en el que se encuentra
ResponderEliminarGracias
Ojala que no encuentre ningun familiar de hani por que Jaejoong no se lo perdonara nunca ya que el contrato a un detective para que localice a un familuar por que no aparecio Yoonchu es una pena que se halla myerto Junsu no es justo gracias por el capitulo espero el siguiente
ResponderEliminarQUE DOLOR MAS GRANDE ,POBRE JUNSU Y POBRE HANY ,ESPERO QUE YUNHO CAMBIE SU ACTITUD YA QUE SOLO LA A TRAER MUCHO DOLOR PARA ELLOS........POLEHT QUIERO DESEARTE MUY FELICES FIESTAS EN COMPANIA DE TUS SERES QUERIDOS Y QUE EL AÑO QUE VIENE NOS ENCUENTRE JUNTAS Y ASÍ LEER TUS HERMOSAS HISTORIAS MUCHAS GRACIAS.....FELICIDADES
ResponderEliminarJunsu murió, que triste vida de Hani si Yunho sigue en la misma actitud, querer que se vaya con cualquiera que tenga un lazo con ella es inhumano, pero Jae noblo permitirá estoy segura, antes se va él con sus bebés.
ResponderEliminarFeliz Navidad, que todos tus deseos sean cumplidos y mucha prosperidad y amor para este nuevo año.
Gracias!!!
Hola Poleht;
ResponderEliminarPerdóname por todo lo tiempo que no comentó (ya había años -_-).
Aun sigo su blog y estoy mucho grata por usted no desistir.Muchas gracias!
Esta mensaje es para desear que su fin de año sea muy hermoso y alegre y que 2017 sea bendito por Dios para usted y todos los sus entes cariños ^_^.
Un abrazo y matta ne.
Hanajima-san.
Jaejoong es admirable, otra persona estaria feliz de no encontrar fotos recuerdos de la otra persona que amo su pareja en el pasado pero jae piensa muy bien y lo hace por el bien de yunho para que supere ese trauma. Me dio mucha tristeza la muerte de Junsu :'(
ResponderEliminarAmiga quoero desearte felices fiestas 🎄🎊🎁🎶🎅❄💜🎆🎉🍸⛄ y feliz shinki aniversario ya 13 años desde el surgimiento del mejor grupo de mis 5 grandes amores. **
Junsu se fue, no puedo creer que no lo haya logrado😢😢 pobre Jae, debio soltarle a Yunho que él solo tenia a Junsu en el mundo pero ese hombre terco prefiere sufrir y jalarlo a él en el camino. Venga Jae tienes mucho a tu favor. Se hace tonto solo, si no queria para que caranbas le compró el multifuncional??? Veee no puede vivir sin tí flaquitoooo¡¡¡
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