A Hani le encantaba vivir en el rancho. Le encantaba estar con los perros, con los caballos y con las vacas, le encantaba hacer correr a las gallinas, le encantaba buscar a los gatitos que había escondido su umma, le encantaba la gente que vivía por allí y que la quería un montón.
Lo único que le daba un poco de miedo era
el abuelo, que estaba siempre sentado en su mecedora y le gruñía. Umma decía
que era su manera de reírse, pero Hani no estaba tan segura. El abuelo le recordaba al oso del cuento que papá le
había leído y, siempre que iba a la habitación del bebé, no le quedaba más
remedio que pasar por dónde estaba el abuelo.
¡El bebé!
Sabía que se suponía que tenía que
quererlo, pero todavía no las tenía todas consigo. Había intentado hablar con
él, pero no decía mucho. Desde luego, no hablaba como él porque ella era una
chica grande que la próxima semana cumpliría dos años.
Papá y mamá le habían dicho que iba a
tener una maravillosa fiesta de cumpleaños.
Llevaba viviendo en el rancho desde que
había nacido el bebé, con papá y con umma. Al principio, los llamaba Jaejoong y
Yunho, pero aquellos nombres eran difíciles. Ella prefería llamarlos papá y mamá.
—Bebé bueno, bebé bueno —dijo Hani
tocándole la tripita a su hermano.
—Ten cuidado, no le hagas daño, no le des fuerte —le dijo su umma retirándole la mano.
Hani lo miró dolida. No le estaba dando
fuerte. No le quería hacer daño.
—Los bebés son muy delicados —le explicó
su umma abrazándola— Tenemos que tener mucho cuidado para no hacerle daño porque es muy
fácil hacérselo aunque no sea ésa nuestra intención.
Hani asintió. Lo entendía. Los bebés eran
muy especiales y había que cuidarlos bien. Sin embargo, ¿su umma quería más al
bebé que a ella? No le dio tiempo
de contestarse a aquella pregunta porque papá la levantó por los aires y
comenzó a besarla.
— ¡Gorila, gorila! —exclamó Hani.
— ¿Quieres besos de gorila? —sonrió papá.
Hani gritó encantada.
—Muy bien —dijo papá besándola por las
mejillas y por el cuello con la lengua. Aquello hizo que Hani se riera a
carcajadas.
—Shh, que el bebé está dormido —los
reprendió umma.
Papá la dejó en el suelo y Hani frunció
el ceño. Así estaban todo el día, diciendo que no había que despertar al bebé
que, por otra parte, se pasaba el día entero durmiendo.
Qué aburrido.
Papá estaba besando a umma y umma estaba
besando a papá, lo que llenaba a Hani de felicidad.
—Soy el hombre más feliz del mundo
—comentó papá, por lo visto tan feliz como ella— Bendito el día en el que casi me matas con aquella orquídea.
—Desde luego —rió umma — Gracias a aquel día, tenemos
un matrimonio, una hija y un hijo.
—Jung Yunho VII —dijo papá con orgullo
y satisfacción mirando al bebé—
Lo hemos
hecho muy bien.
Papá y umma eran felices. Maravilloso. Hani
tenía la vaga sensación de que echaba a alguien de menos. Umma le hablaba
constantemente de Junsu, su primera umma, que se había ido al cielo porque Dios
lo necesitaba allí, a su lado.
Hani se estaba aburriendo. Le pareció oír
maullar a la gata, así que salió de la habitación del bebé y se dirigió al
recibidor. Al cruzar frente a la habitación del abuelo, aguantó la respiración
con la intención de pasar a toda velocidad, pero, entonces, vio algo que la
maravilló.
Allí, en una estantería al lado del
abuelo, había una caja con una piruleta roja. Le encantaban aquellos caramelos,
pero hacía mucho tiempo que no los comía porque umma decía que no eran buenos
para los dientes.
Hani se moría por tener aquel caramelo a
pesar de que la empresa era delicada porque el abuelo podría despertase en
cualquier momento. Sin embargo, decidió arriesgarse y, así, en un abrir y
cerrar de ojos, entró en la habitación y volvió a salir con la piruleta en la
mano.
A continuación, se dirigió a la
habitación de su hermano. Papá y umma ya se habían ido. Hani le quitó el papel
al caramelo, se asomó a la cuna del bebé y se lo dio.
— ¡No! —gritó alguien a sus espaldas. Hani se giró asustada.
Era Ana, una de las empleadas de
servicio.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué gritaba tanto?
¿Y por qué la estaba retirando de la cuna como si hubiera hecho algo malo?
Al instante, aparecieron papá y umma.
Papá la tomó en brazos y le explicó que el bebé era muy pequeño para comer
caramelos.
De repente, Hani sintió unas tremendas
ganas de llorar.
—No te preocupes, pequeña, no pasa nada —la consoló papá besándola.
—Se me ha ocurrido una idea —dijo umma rebuscando
en una bolsa— Mira — añadió mostrándole un
chupete rojo— Es el chupete de Yunnie. De ahora en adelante, tú te vas a encargar
de guardarlo y de ponérselo cuando yo te lo diga. ¿Qué te parece?
Hani asintió, muy orgullosa.
—La próxima semana es tu fiesta de cumpleaños y te prometo que entonces
tendrás todas las piruletas de fresa que quieras —le dijo papá.
Jaejoong volvió a asentir, le pasó los
brazos por el cuello y lo abrazó. Ahora, era una niña grande. Estaba
aprendiendo muchas cosas y eso estaba bien porque su hermanito iba a tener que
aprender mucho de ella.
—Te queremos mucho, Hani —le dijo
papá.
Hani asintió. Ya lo sabía. Ella también
los quería mucho. Incluso al bebé.
>>> ♥ <<<
FIN >>> ♥ <<<
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Muy lindo.
ResponderEliminarFeliz fin de año nos vemos el año que biene jeje.
Me encantan tus historias.
Me gustó el final... Gracias x darnos estos fics q personalmente amo...Sigue así x favor
ResponderEliminarFeliz año nuevo
Estuvo bueno aunque me quede con un mal sabor de boca por que fallecio Junsu yo hubiera querido que el estuviera con Yoonchu y fueran felices los cuatros aunque es bueno que Jaejoong le hable de Junsu ya que es su verdadera umma gracias Poleth por este final estuvo muy bonito como todo lo que tu haces y Feliz Navidad aunque atrasado y que tengas un Prospero Año Nuevo y que Dios te bendiga y te colme de bendiciones
ResponderEliminarHermoso final para una familia feliz y preciosa.
ResponderEliminarGracias!!!
me encanto la historia muy felices todos con su nueva familia aun que me saco un poquito de onda Jae por como trataba al principio a Hani con el bebe de el yo creía que la iba hacer a un lado por que ya tenia a su propio bebe pero no todo era por que la niña no fuera ruda con el bebe por que el es muy delicado y frágil por ser pequeño y como la niña entristece pues dije no ya no la quiere pero si la querían y mucho ahora son muy felices los cuatro y Yunho es un papa amoroso con Hani y su bebe
ResponderEliminarGracias muy bonita
Que lindo *.* me gusto mucho ^^ gracias por adaptarla y compartirla con nosotras amiga :)
ResponderEliminarHERMOSO ME ENCANTO..........MUCHAS GRACIAS
ResponderEliminartu historia es muy linda te felicito
ResponderEliminarAyyy que bonito final
ResponderEliminarQue bueno que yh lo entendió todo
Y jj tan feliz
Felicidades
Gracias
Que hermoso final, hermosa historia, y hermoso que Jae mantuviera el refuerdo de Junsu en su hija. Ahora si que Yunho es feliz y todo por una planta que no tiene voluntad pero si un efecto cupido retardado jajaja
ResponderEliminarCómo siempre yo por tu blog,no me canso de leerlos . Te extraño Poleht vuelve con tus hermosas historias.
ResponderEliminarLinda historia estoy fecinada leyendo tus bellas historias
ResponderEliminarE encantó esta historia, estuvo lindisima y tierna.
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