sábado, 10 de diciembre de 2016

Blood Rites. Cap 2



Yoochun había pasado la mañana sin hacer absolutamente nada más que conversar periódicamente con Junsu. Combatir verbalmente con él era una de sus cosas favoritas. Nadie le permitiría ayudar a preparar la ceremonia, con su padre diciendo que Yoochun tenía que aprovechar este momento para prepararse para su Luna, y para esta noche. Con toda honestidad, Yoochun estaba tratando de no pensar en ello, o al menos una parte de ello: los Ritos de Sangre. Sabía que Junsu estaba nervioso acerca de ello y él también. Le había preguntado a su padre lo que tenía que hacer y todo lo que había dicho era que el instinto se haría cargo y la magia del lazo de compañeros ayudaría. Tan nervioso como estaba por la cercanía de realizar los Ritos de Sangre, su lobo gruñó ante la idea de ellos marcando el cuello de Junsu para que todos los Canis Lupis lo vieran. Se dio cuenta que su lobo estaba inquieto, deseoso de terminar la unión. Yoochun decidió que tenía que dejar salir al lobo por un tiempo, dejarlo agotar un poco de su energía.


Salió por la puerta de atrás y se quedó en el porche de la casa de huéspedes en la propiedad que sus padres alquilaban. Toda la propiedad era de unas 85 hectáreas de bosques, sin miradas indiscretas alrededor. Yoochun se quitó la ropa y sintió el cambio verterse sobre su piel, reestructurándolo por dentro y por fuera, y en unos momentos donde un hombre había estado de pie ahora estaba un gran lobo negro. A pesar de que era un Lobo TVXQ, su capa gris terminaba en negro, el efecto haciéndolo lucir casi de un sólido negro a menos que su piel se frotara del lado contrario. El lobo sacudió todo su cuerpo como si estuviera mojado y tratara de expulsar el agua de su abrigo. Puso su nariz en el aire y, respirando hondo, se llenó los pulmones del aroma de flores silvestres floreciendo, hierba recién cortada y tierra húmeda de la lluvia reciente y, finalmente, dejó escapar un largo aullido. Yoochun oyó el chasquido de una ramita a su izquierda y su aullido se interrumpió cuando él volteó rápidamente la cabeza en la dirección del ruido. Vio un conejo huir y sólo así la persecución había comenzado. Salió disparado como una bala, con sus ojos pegados a la presa que zigzagueó dentro y fuera de los arbustos, alrededor de los árboles y sobre troncos caídos. Yoochun estiró las piernas y apretó el paso, el lobo disfrutando de la caza, el aire fluyendo a través de su pelaje ondeando cada hebra. Mientras Yoochun perseguía a su presa, se dio cuenta que esta caza se sentía diferente a las demás. Él se sintió completo, el vacío constante que estaba en cada macho sin pareja había sido llenado. Debido a eso, el lobo era capaz de concentrarse más minuciosamente en la caza, sus pensamientos ya no dividiéndose entre el hombre y el lobo. Si se sentía tan bien sólo por encontrar a su pareja, ¿cuánto mejor se sentirá una vez que el vínculo estuviera completo, y una vez que se consumara su emparejamiento?

Yoochun se lanzó por última vez, empujando su largo cuerpo al límite con sus patas traseras y dejando caer sus mandíbulas primero en la parte superior de su presa, rompiéndole la espalda al instante. El lobo disfrutó de los despojos de la caza, y una vez que estuvo lleno encontró un lugar soleado, la hierba cálida por los rayos del sol, y se acostó, rodando de costado. Sintiendo la calidez del aire ondular su pelaje, la mente de Yoochun se extendió hacia Junsu sin tener la intención de hacerlo. Era como si su alma necesitara sentir su otra mitad y si pasaba mucho tiempo sin ese contacto, se volvería despojado e inquieto.  No le dijo nada; sólo se deslizó en sus pensamientos, disfrutando de estar con él, incluso si no lo podía tocar físicamente.

Una vez que el lobo estuvo contento de que su compañero estuviera a salvo, se levantó, se sacudió la hierba y la suciedad, y comenzó la carrera de regreso a la casa de huéspedes. Necesitaría una ducha después de su carrera y aún tenía que escribir sus votos. Estaba realmente luchando con qué decirle a Junsu; sabía lo que sentía, pero no podía encontrar las palabras adecuadas para decírselo.

Después de una ducha y sentarse a mirar un trozo de papel en blanco, tratando en vano de poner sus sentimientos en palabras, Yoochun decidió tomar un descanso. Mientras estaba acostado en la cama, todo lo que podía pensar era en cierto ardiente pelirrojo y que esta noche iba a ser toda suyo. Realmente había estado esperando que Junsu estuviera dispuesto a incorporar los votos de la boda humana a la ceremonia de unión, pero no estaba preparado para eso. Le había explicado que su unión era permanente, a diferencia de un matrimonio humano, pero la idea de estar casado a los 17 años parecía ponerlo nervioso, por lo que él esperaría. Yoochun estaba aprendiendo rápidamente que la espera realmente apestaba.

«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para esto.» Yoochun oyó la voz de Junsu en su mente. Sonrió por su jugetona alegría, la cual era una de las cosas que a su lobo le gustaba de él: jugaba, algo que incluso los lobos en su hábitat natural hacían como parte de la danza de emparejamiento.

«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te veré pronto» le dijo mientras se imaginaba acariciando su suave rostro. Le envió esa sensación también y lo sintió estremecerse en respuesta. Eso le hizo sonreír aún más grande.

Viendo la hora en su teléfono, 12:15, Yoochun se levantó, decidiendo que era hora de vestirse en el momento en que oyó que llamaban a la puerta principal.

Está abierto —dijo en voz alta.

Heechul, el eomma de Yoochun entró por la puerta.

Te he traído los votos que van a decir durante la ceremonia, y quería preguntarte si ya habías conseguido una ofrenda para Junsu.

En realidad le conseguí dos cosas. La primera es un  libro autografiado que me dijo que amaba cuando era niño, pero del que no tenía una copia. Espero que eso le demuestre que lo escucho cuando habla y que las cosas que él siente que son importantes para él son importantes para mí. El segundo creo que debería mostrártelo.

Yoochun salió de la sala y regresó al dormitorio, volviendo con una pequeña caja negra.

Yoochun, ¿eso es lo que creo que es? —preguntó Heechul.

que él no está listo para pasar por el ritual del matrimonio humano. He tratado de explicarle que la unión es más permanente que el matrimonio, pero aun así él quiere esperar. A través de la ceremonia de unión tendrá mi marca, mi esencia, y eso le dirá a todo Canis Lupis que está emparejada, pero los machos humanos no lo reconocerán. Ellos, sin embargo, reconocerán un anillo de compromiso —explicó Yoochun.

Heechul estaba sacudiendo la cabeza cuando dijo:

Bárbaros, todos ustedes. Posesivos, mandones y exagerados lobos. — Yoochun sabía que le estaba tomando el pelo porque él estaba sonriendo de oreja a oreja— Bueno, déjame verlo.

Yoochun abrió la pequeña caja negra para mostrar a su eomma el anillo que había elegido para poner en el dedo del único hombre que completaría su alma. El anillo consistía de una ancha banda de platino, y grabado en todo el camino alrededor del mismo estaba en coreano las palabras: “Wanlyo, jeoldae, bulbyeon, modu.” (Completo, absoluto, inamovible, todo.), y en el centro había un muy raro diamante rojo, en un corte marquesina.

Yoochun, es hermoso. Reconozco la banda como la que te di para que te aferraras hasta que conocieras a tu pareja, pero, ¿de dónde sacaste la piedra? —le preguntó su eomma.

El día que hablé con Abeoji y me dijo que Leeteuk iba a venir, llamé a Leeteuk y le pedí que buscara en las bóvedas de la mansión de la manada una piedra roja para la banda. Pensé que con el enorme tamaño de la bóveda y los siglos de cosas acumuladas seguramente podría encontrar una. Sabía que la ceremonia de unión se llevaría a cabo antes de lo previsto inicialmente y quería que el anillo estuviera  listo. El día que Leeteuk llevó a Hani a su librería hizo una parada en una joyería, mientras Hani estaba trabajando, y pidió que colocaran la piedra. La quería roja por dos razones. Una, es que él es mi jag-eun hwajae, con tanta personalidad, toda en un paquete tan pequeño; y dos, será un recuerdo de este día en el que ambos derramamos sangre para unir nuestras almas entre sí.

Yoochun de repente se dejó caer sobre el sofá, su cara acunada en sus manos.

Eomma, ¿cómo es posible amar a alguien con tanta intensidad, tanto que a veces se siente que va a hacer que tu corazón explote porque no puedes contenerlo? —Yoochun miró a su eomma, con los ojos fruncidos, su boca apretada.

Heechul se sentó a su lado en el sofá, devolviendo la caja negra, llevando su mano libre en la suya.

No sé si hay alguna manera de explicar o entender realmente la unión entre compañeros. No es humano; está más allá del reino de la razón y hace que sea difícil de creer que es siquiera posible. Sé que no lo has conocido por mucho tiempo, que ambos son jóvenes, pero se complementarán más rápido de lo que imaginas. Se convertirá en tu mejor amigo y te convertirás en el de él. Incluso ahora sé que lo sientes, que nadie en este mundo alguna vez te querrá como él lo hará. Han nacido para amarse y ese amor crecerá más fuerte a medida que pase el tiempo. —Heechul limpió una lágrima de su mejilla mientras miraba al rostro que había visto crecer desde un bebé a un fuerte macho Alfa.

¿Qué pasa si no lo hago feliz? —La voz de Yoochun surgió muy suave, mezclada con miedo y preocupación.

Oh, Yoochun. —Heechul empezó a envolver sus brazos alrededor de su único hijo, acercándolo— Vas a hacerlo feliz. También lo harás enojar, ponerse triste y molesto, probablemente un poco claustrofóbico a veces, pero lo harás feliz. Tu lobo intervendrá cuando tu lado humano se pase de la raya. El lobo sólo ve en blanco y negro, lo único que entiende es que él es tu pareja, que debes amarlo, protegerlo, proveer para él, jugar con él y satisfacerlo. Tu lado humano va a llenar el vacío de emociones que el lobo no entiende. Te hará un mejor Alfa, un mejor hombre. Vas a darle lo que ningún otro hombre jamás podrá: la otra mitad de su alma.

Heechul se levantó para irse, pero antes le entregó un pedazo de papel.

Estos son tus votos, puedes añadirle algo, pero la primera parte debes decirla, para que se solidifique la unión. —Entonces se volvió para irse.

Yoochun se puso de pie, y antes de que su eomma pudiera salir por la puerta, dijo:

Eomma, mi Alfa, gracias. —Y volvió la cabeza, dejando al descubierto su cuello.

Heechul miró a Yoochun a los ojos y sostuvo su mirada mientras le decía:

Te quiero hijo. —Y se dio la vuelta y salió por la puerta, cerrándola detrás de él.

Yoochun desdobló el papel y con manos temblorosas leyó:

En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañero, para preguntarte si me completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi interior, poniendo orden en el caos, llevando luz a donde sólo ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento?

Después de que Yoochun lo leyera sería el turno de Junsu contestar con su respuesta y sus votos. Una vez que leyeran los votos formales, si así lo deseaban podían recitar sus propios votos. Hasta hace unos momentos antes, Yoochun no había estado seguro de qué decir, pero su eomma había solucionado eso. Todo lo que su eomma le había dicho era lo que estaba sintiendo. Yoochun tomó una pluma, se sentó, y rápidamente escribió las palabras que se vertían de su corazón a su compañero.

Comprobando su teléfono, vio que sólo quedaban quince minutos hasta que tuviera que estar en el jardín donde la ceremonia se llevaría a cabo. Agarró el traje colgado en la puerta de su dormitorio, se desnudó más rápido de lo que creía posible, y estaba deslizándose en su chaqueta cuando de repente oyó un grito en su mente. Él cayó al suelo por la fuerza de las emociones que vinieron con ese grito. Sentía confusión, dolor, y sobre todo miedo, todo consumido por el miedo.

«¡JUNSU!» Yoochun envió el pensamiento a través de su  vínculo. «¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?»

Yoochun esperó su respuesta, pero las palabras no llegaron, sólo el miedo y el dolor. Él estaba asustado y herido. Yoochun salió disparado a través de la casa y por la puerta principal, y casi chocó con su padre.

Algo está mal, puedo sentirlo en el vínculo de la manada. ¿Qué está pasando? —preguntó Siwon.

Escuché a Junsu gritar y sentí su miedo y dolor, y ahora no puedo conseguir que me responda —respondió Yoochun.

¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él?

Me dijo alrededor de las 12:15 que se dirigían hacia nosotros. Sonaba bien, en ningún peligro —respondió Yoochun. No podía dejar de mirar a su alrededor, esperando en cualquier momento ser emboscados, pero por qué, no tenía ni idea. Siwon estaba a medio camino de vuelta a la casa principal antes de que Yoochun siquiera se diera cuenta que se había alejado. Corriendo para alcanzarlo, oyó a su padre por teléfono con Yunho.

Pon los vehículos en marcha y prepara a la manada. Shindong y Donghae juntos, Leeteuk y tú juntos, yo tendré a Heechul y Yoochun. Quiero que cada vehículo tome una ruta diferente hacia la casa de Hani. Mantengan sus teléfonos encendidos, estén preparados para cualquier cosa. No sabemos si tuvieron sólo un accidente o si éste es el acto de un enemigo. —Siwon no esperó una respuesta antes de colgar. Justo al llegar a la puerta de la casa, el eomma de Yoochun salió vestido con unos pantalones cargos negros, una camiseta negra ajustada, y botas de combate, su atuendo de lucha. Tiró a Yoochun una pistola y luego se volvió hacia su compañero.

¿Estamos listos? —le preguntó.

Sí, vamos. Tú conduces, Naui, por si acaso tenemos que enfrentarnos a alguien. Yoochun, sigue tratando de ponerte en contacto con tu pareja. ¿Tienes su número de teléfono celular?

No, nunca se lo pedí porque siempre hemos hablado a través de nuestros pensamientos —dijo Yoochun con frustración, metiendo el arma en la pretina de la parte trasera de sus pantalones— Espera, puedo llamar a los Henry y ver si saben algo.

Brian contestó al segundo timbrazo.

¿Hola?

Brian, es Yoochun. ¿Has visto a Hani y a los chicos irse hoy? —habló Yoochun en tono cortante, controlándose por un hilo.

No, Yoochun, no los vi salir. ¿Hay algún problema?

No lo sé, pero creo que algo pudo haberles ocurrido. Si tienes noticias de ellos, por favor llámame enseguida. —Yoochun colgó antes de que Brian pudiera responder. Sus manos temblaban cuando puso el teléfono en el asiento de al lado. Cerró los ojos y se concentró lo más fuerte que pudo en Junsu, en su rostro, el sonido de su voz, el color de su cabello, cada detalle que se le ocurría y extendió con un empuje su poder.

«Junsu, dime dónde estás.» Nada. «Luna, por favor, respóndeme, si no puedes con palabras, dame algo, un sentimiento, una imagen en tu mente, algo que me diga que todavía estás conmigo.» Yoochun estaba cada vez más desesperado a medida que pasaba más tiempo sin escuchar una respuesta de él.

Apoyó la cabeza en el respaldo, la frustración amenazando con derramarse en forma de un enorme lobo negro. Yoochun sólo quería algo, aunque fuera sólo un recuerdo de lo último que él vio. A medida que se acercaban a la ciudad, Yoochun pidió al lobo usar su audición superior y oyó el débil sonido de las sirenas.

Abeoji, ¿oyes eso?

Sí, suena como si viniera del centro —respondió Siwon.

La librería de Hani está en el centro —dijo Yoochun a su eomma.

¿Estaban planeando ir allí de camino a nuestro hogar? —preguntó su eomma.

No que yo sepa, pero todavía no he sido capaz de comunicarme con él. Cuando me hizo saber que estaban en camino no mencionó pasar por la librería—les dijo Yoochun a sus padres.

El rostro de Siwon parecía sombrío cuando dijo:

Si no puedes comunicarte con él, lo más probable es que signifique que está inconsciente.

Al pensar en su pareja tan impotente, Yoochun luchó por controlar a su lobo, y su padre, al darse cuenta que estaba a punto de perderlo, se volvió hacia él y puso su mano sobre su hombro y soltó un gruñido.

El lobo de Yoochun se sometió de mala gana, pero sólo apenas, por la presencia de su Alfa. Finalmente dieron vuelta en la esquina y se encontraron en la calle de la librería de Hani. Mientras conducían delante de él no vieron ninguna señal del vehículo de Hani, pero podían oír sirenas adelante. Mientras más avanzaban comenzaron a ver humo y luego llamas de color naranja fulgurando alrededor de una camioneta que yacía boca abajo en la cuneta. Tan pronto como Yoochun vio el fuego, y antes de que su madre pudiera detener el auto, salió por la puerta corriendo a la velocidad del lobo, sin importarle que llamara la atención, sin importarle si la gente se daba cuenta que no había forma de que un ser humano pudiera correr tan rápido. Al acercarse al vehículo, vio cuatro figuras en la cuneta cerca de la carretera, tan lejos de los restos en llamas como podían llegar sin estar en el camino. Cuatro figuras, dos sentadas y dos acostadas, sin hacer ningún movimiento. El lobo de Yoochun se empujó hacia adelante, con los ojos volviéndose azul lobo, sus dientes cada vez más largos, mientras luchaba para mantener su forma, corriendo hasta su compañero inconsciente.



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El teléfono de Hani sonó a medida que tomaban el giro a la calle en la vía de servicio y se dirigían hacia la finca que los padres de Yoochun estaban alquilando. Ella respondió sin mirar quién era.

Habla Hani.

Hani, soy Jeff, de la tienda —oyó decir a su empleado y se dio cuenta que su voz sonaba nerviosa.

Jeff, ¿está todo bien? Pareces un poco tenso —dijo Hani

Bueno, hay un pequeño problema. Tenemos un cliente furioso exigiendo verte, diciendo algo acerca de ser estafado. No va a entrar en detalles, pero está realmente enfadado y no sabía si debía llamar a la policía o qué hacer, así que te llamé a ti.

Si no ha hecho daño a nadie, no llames a la policía, no hay necesidad de molestarlos con esto sí puedo solucionarlo yendo hasta allí y hablando con el hombre. Dame cinco minutos y voy —dijo Hani a Jeff.

Hani colgó el teléfono y tomó el primer giro que la llevaría a su librería.

Mamá, ¿qué pasa? ¿Está todo bien en la tienda?

No estoy muy segura. Era Jeff, él es uno de mis gerentes asistentes y dice que hay un cliente furioso exigiendo verme. Jeff parecía muy preocupado por él, así que creo que tengo que pasar por allá, pero voy a hacerlo rápido.

No es gran cosa, el hombre lobo puede esperar unos minutos. No voy a decirle que nos vamos a demorar, vamos a hacerlo sudar un poco cuando yo no aparezca exactamente a la 1 —dijo Junsu con una sonrisa pícara.

No creo que a ti y Jae deban permitírseles pasar más el tiempo juntos, Junsu, está comenzando a cambiarte y no puedo controlar más que una bruja malvada a la vez —dijo Changmin con sarcasmo.

Jae puso los ojos en blanco.

No hay nada malo en hacer al hombre sudar un poco. Quiero decir, vamos, él fingió su muerte y casi llevó a nuestro pequeño y dulce Junsu a la locura. Todo vale en el amor y la guerra, nene.

Bueno, eso es cierto —admitió Changmin.

Se detuvieron en la acera frente a la librería y las cuatro salieron del auto. Hacía demasiado calor para sentarse en el auto incluso con el aire encendido, y además, Junsu no quería a su madre enfrentándose a un lunático por su cuenta. Una vez en la tienda, Hani comenzó a mirar alrededor, esperando ver, o al menos escuchar, a este supuesto cliente furioso, pero no había nada. Todo el mundo en la tienda estaba tranquilo, hojeando a través de la misma, algunos hablando en voz baja entre sí. Se acercó a uno de los empleados y le preguntó dónde estaba Jeff.

Me dijo que tenía que salir, algo sobre una situación de emergencia — respondió la empleada llamada Lisa.

«Eso es raro» pensó Hani.

Bueno, ¿qué pasó con el cliente que estaba tan molesto? —preguntó Hani.

¿Qué cliente? No ha habido ningún cliente molesto esta mañana.

Aunque Junsu se había dado cuenta que no había estado percibiendo las emociones últimamente, pudo sentir que algo no estaba bien.

Mamá, en realidad no me está gustando lo que estoy sintiendo de toda esta situación. Vámonos, ¿de acuerdo? —le dijo Junsu a su madre.

Sí, estoy de acuerdo, Susu. Estoy percibiendo una mala vibra —agregó Jae.

Hani se sentía de la misma manera, algo estaba mal. Tenían que irse, pero no se sentía cómoda dejando la tienda abierta. Se volvió hacia Lisa y le dijo que les dijera educadamente a los clientes que se había producido una situación de emergencia y que la tienda tenía que cerrar, y luego le pidió que cerrara con llave.

A medida que todos regresaban al auto, Junsu no pudo detener el escalofrío que le recorrió el cuerpo. Estaba bloqueando sus pensamientos de Yoochun e incluso tratando de bloquear sus propias emociones porque sabía que si él pensaba que estaba incluso en el más mínimo peligro, o que incluso había un potencial peligro, él vendría volando al rescate y él no sentía que la situación lo requiriera.

Cuando Hani comenzó a alejarse de la acera, Junsu le preguntó:

Entonces, mamá, ¿qué te parece que fue todo eso?

No estoy muy segura. Jeff siempre ha parecido honesto. No entiendo por qué iba a mentir acerca de un cliente furioso —respondió Hani.

Tal vez es uno de esos empleados descontentos que se les vuelan los tapones de la cabeza porque no consiguió ese aumento que quería. O tal vez tiene uno de esos problemas donde alucinas y ves cosas que no existen. O tal vez es un drogadicto, de modo que está alucinando y viendo cosas que no existen, o hmphmm… —Antes de que Jae pudiera continuar, Changmin colocó una mano sobre la boca de Jae.

Realmente tenemos que trabajar en todo ese asunto de cerebro y filtro en la boca, Jae —dijo Changmin con aire taciturno.

Hmm hmm hmmas —gruñó Jae en torno a la mano de Changmin.

Sí, sí, sabemos que sólo decías —tradujo Junsu por él.

Bueno, sea como sea que se les volaron los tapones de la cabeza, como Jae tan elocuentemente dijo, eso sólo se convirtió en el menor de sus problemas teniendo en cuenta que me mintió y luego se fue en medio de su turno. —Hani se pellizcó el puente de la nariz. Era en momentos como estos que ser dueño de su propio negocio parecía la menos brillante de todas sus brillantes ideas.

Junsu estaba mirando a su madre, viendo el cansancio filtrarse en ella como el agua buscando una grieta en su base cuando escuchó a Jae silbar.

Echen un vistazo a esa deliciosa cosa.

De repente, Junsu escuchó una gran explosión. El auto comenzó a desviarse. Hani tiró del volante hacia la derecha para compensarlo, pero era demasiado fuerte. La camioneta comenzó a girar y a medida que caían a la cuneta a un lado de la carretera, el auto comenzó a rodar. Una y otra vez rodó como un barril por una colina hasta que finalmente llegó a una parada brusca, aterrizando boca abajo con las ruedas en el aire. Junsu estaba gritando, demonios, todos estaban gritando. Pudo sentir la puerta del lado del pasajero aplastarse contra su costado, el lado del tablero frontal se estrelló contra su pierna y sintió el crujido estremecedor de un hueso dispararse por su pierna y el cinturón de seguridad era como una soga en su cuello.

Estaba tan confundido que no entendía lo que había sucedido. Por último, los giros se detuvieron y cuando el auto se detuvo discordante, Junsu sintió que su cabeza golpeó el vidrio de la ventana de su lado y luego todo se quedó en silencio.

Por unos momentos todo estuvo extrañamente tranquilo, excepto por el rápido ascenso del crepitar del fuego en el aire, el humo elevándose como un faro declarando el lugar de un accidente a todos en su alrededor. Finalmente Changmin gimió y comenzó a tratar de moverse. Movió sus piernas, experimentando, para asegurarse de que seguía intacto.

¿Todo el mundo está bien? —Él fue quien habló primero.

Si por bien te refieres a que mis oídos están resonando en mi cabeza, si mi pierna está toda raspada como el infierno, el cinturón de seguridad hizo una herida en mi cuello y nuestro apestoso auto acaba de hacer giros como en el tango a un lado de una zanja, entonces sí, Changmin, estamos bien —respondió Jae.

Cuando Jae no escuchó a Junsu responder con un sarcástico comentario, supo que algo andaba mal.

Junsu, ¿estás con nosotros? —preguntó Jae. Seguía sin haber respuesta. Luego Changmin habló.

Señora Kim, ¿está bien?

Me golpeé la cabeza muy fuerte, pero por lo demás estoy bien — respondió Hani. Miró a Junsu en el asiento del acompañante y vio que él estaba inconsciente, muy pálido y con sangre corriendo por su rostro. Hani respiró hondo y soltó el aire lentamente mientras se estiraba, con la mano temblorosa, para comprobar su pulso y, aunque podía sentir que había, no creía que fuera tan fuerte como debería ser.

Justo en ese momento todos saltaron cuando un ruidoso sonido de explosión surgió, llamando su atención sobre la parte delantera del auto. El motor estaba en llamas y el fuego parecía hacerse cada vez más caliente y más alto.

Bien, pues estoy pensando que eso no es una buena cosa —dijo Jae, con la voz temblorosa a pesar de su decisión de no perder la calma.

Jae, tengo que decir que tu capacidad de observación me sorprende — dijo Changmin con sequedad.

Maldición, chicos, ninguno de ustedes está ayudando con las observaciones tan inteligentes como un asno —gruñó Hani, lo cual era completamente inadecuado para ella— Lo siento, eso estuvo fuera de lugar — les dijo.

Está bien, señora Kim. No muchos manejamos bien el asunto de ser quemados vivos, es un poco traumático —dijo Jae, tratando de aligerar el ambiente— Bueno, esto es lo que vamos a hacer. —Jae comenzó a hacerse cargo, dándose cuenta de que Hani estaba entrando en shock y Changmin estaba, bueno, siendo Changmin— Señora Kim, necesito que usted se quite su cinturón de seguridad y se suba al asiento de atrás para salir por ese lado porque el fuego va a evitar que se arrastre por el frente. Changmin, también tienes que quitarte el cinturón de seguridad y tienes que impulsarte por la ventana. Voy a arrastrarme hacia el frente junto a Junsu y ayudar a conseguir girarlo para que así podamos deslizarlo hasta fuera por su ventana. Changmin, necesito rodees el auto y tires de él desde el exterior.

Pero ¿qué hay del fuego? Nos vamos a quemar. ¿Cómo vamos a deslizarlo? ¿Qué pasa si su cuello está roto? Se supone que no debes mover a alguien que podría tener una lesión en la columna. ¿Qué…? ¡OHHHH, SANTA MIERDA! ¿Qué fue eso, vaca psicópata? —gritó Changmin mientras colocaba una mano en la mejilla que Jae había abofeteado.

¡CONCÉNTRATE, HOMBRE! Haz lo que te digo. ¡No podemos preocuparnos por su columna ya que no importará si se quema hasta morir, maldición! —gritó Jae, sacando a Changmin de su ataque de pánico.

Está bien, está bien. Estoy bien. Sólo necesitaba un minuto para enloquecer, pero estoy bien ahora —dijo Changmin a medida que comenzaba a salir por la ventana del lado del pasajero. Hani también estaba abriéndose paso hacia el asiento trasero para salir por la ventana. No dijo nada, se movía en piloto automático, entumecida por el shock. Una vez que Changmin y Hani habían logrado salir y Changmin estaba rodeando la parte trasera de la camioneta, Jae comenzó a subir a la parte delantera del vehículo.

Junsu, nene, ¿estás conmigo? —preguntó Jae suavemente, empujando a un lado el cabello caído de Junsu en su cara. Junsu no respondió— Está bien, pichoncito, esto es lo que va a pasar. —Jae estaba hablando con Junsu como si estuviera consciente, porque era la única forma en que podría no caerse a pedazos. No podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que su amigo valiente yaciera inerte, sin ninguna chispa de alegría— Voy a agarrarte por las axilas y girarte para que tus piernas queden frente a la ventanilla del copiloto, entonces Changmin va a agarrar tus piernas y me va a ayudar a arrastrar tu trasero fuera de esta camioneta regiamente jodida. ¿Me oyes, Junsu? Tienes que estar bien, tienes que estarlo porque alguien tiene que discutir conmigo y decirme cuando estoy siendo un pervertido. Junsu, Yoochun se volverá loco sin ti y ambos sabemos cuánto daño puede hacer un hombre lobo absolutamente demente. — Jae siguió hablando en voz alta a Junsu, a medida que comenzaba a estirarse hasta él, deslizando su mano derecha detrás de su espalda y debajo de su axila derecha. Luego deslizó su brazo izquierdo debajo de la axila izquierda de Junsu y, apoyándose de espaldas contra el lado del asiento del conductor para ganar impulso, se levantó y empezó a girar el cuerpo de Junsu— Mierda, tu pequeña figura es un fraude, colega. ¿Has oído eso, Junsu? Yo, básicamente, acabo de llamarte culo gordo, ¡así que despierta y grítame ya! —No hubo nada más que el silencio en respuesta al monólogo de Jae.

Changmin estaba tratando de acercarse lo suficiente para agarrar las piernas de Junsu pero las llamas del motor seguían saltando. Changmin sintió casi como si estuvieran vivas y determinadas a mantener a sus amigos atrapados en la tumba ardiente.

Jae, ¿qué hago? Las llamas nos van a quemar a todos si intentamos sacarlo —gritó Changmin por encima de las llamas rugientes.

Jae estaba devanando su cerebro en busca de ideas, sabiendo que el tiempo se estaba acabando.

Oye, Changmin, ¿hay agua en algún lugar de la zanja? —preguntó Jae, recordando que recientemente había llovido. Observó como Changmin echó a correr. Cuando Changmin corrió, Jae dejó temporalmente de lado su carga y se quitó la camisa. Menos mal que hoy había decidido ir con un top deportivo. A continuación, lo más suavemente que pudo, que no fue mucho pero mierda, el auto estaba en llamas, sacó la chaqueta de Junsu.

Changmin estaba de vuelta, sin aliento.

Sí, hay agua. —Él se inclinó, con las manos en las rodillas, jadeando con todo el humo girando a su alrededor. Jae echó la camisa y la chaqueta de Junsu a Changmin.

Quítate la camisa, toma esto y mójalo todo, luego ponte de nuevo tu camisa y entonces arrójame esto de vuelta. Vamos a cubrir el cuerpo de Junsu para protegerlo tanto como sea posible mientras lo sacamos.

¿Qué hay de ti? —preguntó Changmin preocupado.

¡MALDICIÓN CHANGMIN, SÓLO HAZLO! —Jae odiaba  gritarle, pero tenía que mantenerlo enfocado, también estaba empezando a darse cuenta de que maldecía muchísimo más cuando estaba bajo presión. «Bueno, podría ser peor» pensó Jae.

Changmin regresó, escurriendo la camisa. Arrojó la chaqueta y la camisa a Jae e hizo todo lo posible para cubrir a Junsu. Pensó que su cara y estómago, donde había órganos vitales, sería lo más importante, lo cual dejaba los brazos de Junsu parcialmente cubiertos y sus piernas totalmente al descubierto ya que su pantalón se había rasgado, pero no podía evitarlo.

Jae, una vez más, colocó los brazos por debajo de las axilas de Junsu y lo levantó. Changmin agarró las piernas de Junsu y a la cuenta de tres, Changmin tiró y Jae empujó. Con una fuerza que ni podrían haber soñado alguna vez, sacaron el cuerpo inerte de Junsu a través de la ventana. Jae vio las llamas saltar hacia adelante y abrasar las piernas de Junsu. Pensó que esto despertaría a su amigo, pero Junsu no se movió. Finalmente, la parte superior del cuerpo de Junsu estaba pasando a través de la ventana, lo cual puso a Jae directamente en la línea de fuego, literalmente. Jae sintió las llamas en su piel desnuda y no pudo evitar el grito que se forzó desde sus pulmones. Las llamas golpeando su piel se comportaban como un látigo cortante haciéndolo seguir adelante en movimiento.

Empujó con todas sus fuerzas, lanzándose hacia adelante, pero justo antes de que pudiera sacarlo a él y a Junsu lo suficientemente lejos de la camioneta en llamas, hubo una enorme explosión, un destello de luz, dolor punzante y luego Jae no vio nada más.

Changmin gritó cuando el motor explotó; el olor de la gasolina impregnó el aire. De repente sintió que parte del cuerpo de Junsu se deslizaba y se dio cuenta que la explosión había empujado a Jae hacia adelante y sobre su estómago. Sus dos amigos estaban inconscientes y tirados en el suelo junto a un vehículo en llamas.

¡SEÑORA KIM! —gritó Changmin. Al no obtener una respuesta se volvió, en busca de la madre de Junsu. Finalmente la vio a través de la bruma de humo que salía del vehículo en llamas, sentada y mirando a las llamas, su rostro  tan  blanco  como  una  pared  blanca  recién  pintada— ¡HANI! ¡LEVÁNTATE Y TRAE TU TRASERO HASTA AQUÍ Y AYÚDAME! —La urgencia y la desesperación en la voz de Changmin sacó a Hani de su estado de shock y ella empezó a correr, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo.

Agarra los brazos de Jae, dale la vuelta sobre su espalda y empieza a tirar tan rápido como puedas. No te preocupes por su piel, se curará. Tenemos que sacarlos lo más lejos posible de ese vehículo en caso de que estalle de nuevo. — Hani saltó a la acción, finalmente, dándose cuenta de la seriedad de la situación y controlándose.

Está bien, está bien, vamos a hacer esto —dijo Changmin mientras agarraba a Jae, lo giraba sobre su espalda y comenzaba a tirar y caminar hacia atrás tan rápido como pudo.

Hani agarró a Junsu por los brazos y comenzó a arrastrarlo también hacia atrás lejos de las llamas. Cuando por fin habían llegado a buena distancia, cayeron al lado de las dos siluetas inconscientes. Changmin de inmediato comprobó si Jae estaba respirando. Lo estaba, pero sonaba forzado. Ambos chicos estaban severamente quemados, pero estaban vivos, y en ese momento eso era todo lo que importaba.

Changmin oyó las sirenas a todo volumen y pensó que alguien que había visto el humo debió haber llamado al 911. Las sirenas parecían muy cercanas, pero eso no fue lo que vio primero. De pronto, en medio del humo, Changmin vio una silueta corriendo hacia ellos, moviéndose más rápido de lo que creía posible. Yoochun vino a detenerse bruscamente frente al inmóvil Junsu boca abajo. Él se arrodilló a su lado y, respirando hondo, dejó escapar un aullido lastimero de tristeza y furia.


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5 comentarios :

  1. Que maldito el que hizo eso no se dio cuenta que Junsu y Jaejoong se pueden estar muriendo solo por querer quitarle a Yoonchu su pareja en ves de jugar sucio debió de enfrentarse a una pelea como lo hizo Rain el otro lobo cuando el papá de Junsu sepa la verdad ahí si la va ha pagar bueno creo que eso se verá más adelante por ahora veremos que hará Yoonchu como reacionara al ver a Junsu herido y cuando se entere lo que realmente paso que irá a hacer esta muy emocionante el capítulo esperare con ansias el siguiente capítulo

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  2. Por que estaban a punto de vincularse, 😭😭😭😭😭😭

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  3. esto si que es raro quien los quiere lastimar serán los de la manada de su padre o los que perdieron a su alfa por que Yoochun les gano a Junsu solo espero que no le pase nada a Jae ni a Junsu
    Gracias

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  4. Oh por Diooos Nooooo¡¡¡¡ que ruin es ese tipejo. Nunca se detuvo a pensar en que Junsu No iba solo. No puedo creer que por evitar la unión de una pareja por destino y naturaleza se pertenecen haya puesto en semejante peligro no solo a Junsu sino la vida de tres personas amadas por él. Este cap me puso las fibras a mil. Mi amado Yolchun tan asustado y lleno de amor para dar y expresar termino sufriendo por su delfin. Ame la parte Umma e Hijo porque fue un cuadro precioso. Espere mucho esta actu y me da un gusto enorme que sean varios casp y todos cargados se cosas muy interesantes que manera de manejar el control de la emoción en Jae salvando a Junsu. Realmente te sacaste un 10a+.

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  5. Jae tomando las riendas de ka situación, no sólo salvaron s Jynsu, sino a Min y Hani también, pero esa segunda explosión le hizo daño a Jae también, pero se salvaron también, ojala no sea tan grave.

    Gracias!!!

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