El rancho estaba completamente decorado
para una boda. Su boda. Jaejoong estaba anonadado.
—No me lo puedo creer. ¡Mira cómo está todo!
Había cestas llenas de flores por todas
partes. Alguien había colocado flores blancas a ambos lados del camino que
conducía hasta la casa. Había rosas por todas partes, en floreros, en cuencos y
en macetas.
Una vez dentro, Jaejoong comprobó que la
decoración era todavía más bonita.
— ¡Rosa, qué bonito está todo! —exclamó Jaejoong
al ver al ama de llaves.
—Por supuesto, estamos de boda —contestó
Rosa encogiéndose de hombros. En aquel momento, apareció JiHye.
—Ven, corre, vamos a mi habitación, que te quiero enseñar una cosa —le dijo su futura cuñada.
Jaejoong la siguió escaleras arriba,
cargando con la maleta en la que llevaba el traje de chaqueta blanco y los
accesorios que tenía para vestirse para la ceremonia. Sin embargo, en cuanto
hubo puesto un pie en la habitación de JiHye, supo que no lo iba necesitar.
Allí, ante sus ojos, había un precioso vestido
de novia, el vestido de novia más bonito que Jaejoong había visto jamás.
— ¡Es precioso! —Exclamó sinceramente— ¿De dónde ha salido? —añadió acercándose, pero sin atreverse a tocarlo.
JiHye sonrió.
—Es mío.
Jaejoong se giró hacia ella.
— ¿Estás casada?
—No, al final las cosas no salieron como yo había planeado —contestó JiHye entristeciéndose por unos segundos— Creo que te va a quedar un
poco grande, pero va a venir una modista a darte un par de puntadas, así que
póntelo y vamos a ver qué podemos hacer.
Durante una hora, Jaejoong se dedicó a
ponerse y a quitarse el vestido mientras la modista se lo arreglaba. Lo cierto
era que estaba muy aliviado. Al final, iba a poder llevar un vestido de novia de
verdad, a pesar de ser hombre siempre soño casandose de novia. Las cosas estaban empezando a salir bien y se sentía muy dichoso.
Se sentía tan cómodo que se atrevió a
pedirle algo muy personal a JiHye.
—Háblame de la mujer de Yunho —le dijo
mientras su futura cuñada le hacía tirabuzones y le colocaba perlas por todo el
pelo.
—Querrás decir su primera mujer —lo
corrigió JiHye con una sonrisa— Jan era como un colibrí, pequeña, bonita e inquieta. No paraba,
siempre tenía algo que decir o que hacer. Se conocieron en la universidad y se
casaron en cuanto mi hermano terminó la carrera.
Jaejoong asintió, contento de poderse
formar una imagen en la cabeza de la mujer con la que Yunho había compartido
momentos importantes de su vida.
—Así que no tuvieron a su hija hasta transcurridos varios años —comentó.
—Efectivamente —contestó JiHye— Yo no creo que mi cuñada
quisiera tener hijos. Estaba demasiado ocupada con sus cosas. Sin embargo, al
final, cedió y cumplió.
JiHye no se dio cuenta de que Jaejoong se
había sorprendido por sus palabras porque, por lo que ya sabía, a Yunho le
encantaban los niños. Aquello le hizo suponer que aquel asunto habría causado
problemas en la pareja.
—Tenían sus más y sus menos, pero Yunho la adoraba. Cuando murió,
quedó destrozado. Perder a Lisa, su querida hijita, casi lo mató. Pasaron
muchos meses hasta que pudo hablar de ello. Yo creía que no se iba a volver a
casar nunca — confesó JiHye— Durante mucho tiempo no pudo
ver fotografías de ninguna de ellas. Al final, logré convencerlo para que
pusiera una en su despacho, pero ya te habrás dado cuenta de dónde la tiene
colocada, en la estantería que hay detrás de la mesa y bien alta, un lugar al
que nunca mira.
— ¿Y por qué la puso?
—Como tributo. Yo lo acompañé el día en el que la colocó. Le dije que
no podía fingir que no habían existido nunca porque ellas se merecían más y
estuvo de acuerdo.
Jaejoong sintió que se le saltaban las
lágrimas.
— ¿Qué te parece que tu hermano y yo nos vayamos a casar, JiHye? ― JiHye se quedó pensativa unos
instantes.
—Voy a ser sincera contigo, Jaejoong. Al principio, no me hizo
ninguna gracia, pero, ahora que te conozco un poco, he cambiado de opinión.
Jaejoong sonrió a aquella mujer que
estaba a punto de convertirse en su cuñada.
—Me alegro.
Definitivamente, las cosas se le habían
ido de las manos y Yunho no estaba contento porque a él le gustaba tenerlo todo
bajo control.
>>> ♥ <<<
— ¿Por qué me tengo que poner este traje tan ridículo? —le dijo a Will, que estaba tumbado en su cama, riéndose ante
el enfado de su amigo.
—Porque le vas a dar a ese chico una boda como Dios manda.
— ¿Quién te ha dicho eso? —dijo Yunho
girándose hacia su amigo.
—Tu hermana —sonrió
Will.
—Ah.
Su hermana, que era mayor que él, era la
única persona de la que Yunho aceptaba órdenes. Yunho se pasó los dedos por el
pelo de manera distraída. A lo mejor, al final, Jaejoong y él tendrían que
considerar la opción de irse de la fiesta sin que nadie los viera.
—Se suponía que esta boda no iba a ser así.
—Eso ya lo sabemos todos, pero no pasa nada. Déjate llevar.
—Si me dejo llevar, a lo mejor me ahogo —murmuró Yunho.
—No, hombre no. No te preocupes, estaremos a tu lado para ayudarte en
todo lo que necesites. Al fin y al cabo, ¿para qué están la familia y los
amigos?
Will tenía razón, pero, precisamente por
la familia y los amigos, porque no habían querido defraudarlos, Jaejoong y él
se encontraban en aquella situación.
—Nunca habría pensado que te iba a ver tan nervioso —comentó su amigo.
—No estoy nervioso —contestó Yunho.
— ¿Cómo qué no? —Sonrió Will poniéndose
en pie y desabrochándose la camisa— Yo también me voy a vestir porque tengo que ir bien vestido para ser
tu testigo, ¿verdad? Como si no tuviera mejores cosas que hacer esta mañana — bromeó.
—Ya supongo —murmuró Yunho vistiéndose
también.
—Por lo menos, nosotros no tenemos que ir a la peluquería —bromeó Will— Claro que a ti, después de cómo te has estado tocando el pelo, a lo
mejor no te vendría mal que te dieran un golpe de peine.
—Si te atreves a acercarte a mí con un peluquero, suspendo la boda — respondió Yunho.
Will se encogió de hombros.
—No he dicho nada. El pelo alborotado siempre te ha quedado muy bien. ―Yunho se quedó escuchando.
—Hay alguien tocando el piano en la planta de abajo —comentó.
—Sí, han traído a un pianista y, por lo que me han dicho, también va
a venir una señora que canta —contestó Will.
—Esto parece una boda de verdad.
Su amigo le dio una palmada en el hombro.
—Muy bien, veo que ya te has dado cuenta. Es una boda de verdad.
Yunho estaba nervioso. Todo aquello
estaba siendo muy diferente a como él lo había imaginado. ¿Cómo hacía uno que
su matrimonio fuera única y exclusivamente de conveniencia casándose con
pianista y flores y todo? ¿Cómo era posible que todo se les hubiera ido de las
manos de aquella manera?
Jaejoong había tenido razón la noche
anterior cuando había dicho que todo aquello era demasiado, pero ya era
demasiado tarde para echarse atrás.
Al bajar las escaleras unos minutos
después, Yunho se encontró con Junsu. Había mandado un coche a recogerlo y se
alegraba mucho de que hubiera ido. Sin embargo, cuando vio a su hija, aquella
niña que le recordaba tanto a Lisa, tuvo que agarrarse a la barandilla para no
caerse. ¿Qué demonios hacía Hani allí? ¿Por qué se le había ocurrido a su umma
traerla a la boda? Yunho sabía que era irracional, pero no pudo reaccionar de
otra manera. Al ver a la niña, no pudo controlar sus emociones. El dolor se
apoderó de él con una intensidad casi insoportable.
No podía casarse con Jaejoong con una
niña exactamente igual que su hija mirándolo. Normalmente, era un hombre lógico
y pragmático que no dejaba que sus emociones se mezclaran en su vida, pero en
aquellos momentos estaba dejando que sus sentimientos lo controlaran.
Rápidamente, buscó a Rosa y le señaló a
la hija de Junsu.
—Por favor, que alguien se haga cargo de la niña durante la ceremonia —le indicó.
—Sin problema —sonrió él ama de
llaves.
— ¿Qué pasa? —le preguntó JiHye a su
hermano al ver que Rosa bajaba las escaleras a toda velocidad en dirección a la
niña.
Yunho desvió la mirada.
—Es la hija de Junsu —le dijo a
su hermana— Se me ha ocurrido que se lo pasará mejor jugando con Rosa que
aguantando la ceremonia.
Su hermana frunció el ceño.
— ¿Te ha pedido su umma que te encargues de ella?
—No, pero...—contestó Yunho tragando
saliva— Mi-rala.
Es exactamente igual que Lisa, ¿no te das cuenta? No puedo casarme con ella
delante. No puedo.
— Yunho, no es para tanto...—contestó su
hermana mirando a la niña.
Pero Yunho estaba subiendo las escaleras
de nuevo, ignorando su comentario.
Yunho no podía explicar lo que le
sucedía, pero, siempre que veía a Hani, le parecía que veía a Lisa mirándolo
con tristeza y reproche, y no podía soportarlo.
Por fin, llegó el momento de que
comenzara la ceremonia.
Habían colocado sillas en el jardín,
formando un pasillo central. Yunho avanzó por él detrás de Will y se colocaron
junto al altar. El rancho estaba lleno de gente y Yunho se preocupó ante la
posibilidad de que Jaejoong se sintiera intimidado.
— ¿Has puesto un anuncio en el periódico o qué? —le preguntó Will mirando a su alrededor.
—No, yo no he hecho nada —murmuró Yunho.
A continuación, miró a su abuelo, que
estaba sentado en la primera fila. Al verlo sonriente y satisfecho, se sintió
mejor.
Entonces, el pianista comenzó a tocar Here comes the bride y apareció Junsu,
muy digno y feliz. Detrás de él, iba Jaejoong, tan hermoso que Yunho sintió que
la respiración no le llegaba a los pulmones.
Al ver que lo miraba y sonreía, se sintió
inmensamente aliviado. Todo iba a salir bien. La ceremonia iba a ir bien y
aquella misma noche se iban a poner manos a la obra para concebir un precioso
bebé.
Lo cierto era que Yunho se moría de ganas
de que llegara aquel momento.
—Hola —murmuró Jaejoong al llegar
a su lado
—Hola, guapo —contestó Yunho.
— ¿Nos casamos? —Sonrió Jaejoong
—Vamos allá —contestó Yunho.
Magia.
Era la única palabra que se le ocurría a Jaejoong.
Magia, magia de verdad, magia maravillosa.
Había creído que se iba a sentir incómodo
en una habitación llena de gente a la que no conocía de nada. Las únicas
personas a las que conocía eran Junsu, Hani, Yunho y su hermana.
Sin embargo, fue más que suficiente
porque todos los demás se comportaron como si lo conocieran de toda la vida.
Era el centro de atención y de las preguntas, jamás se había sentido así de bien.
Todo el mundo estaba encantado por él y
por Yunho, pensando que iniciaban juntos la andadura hacia la felicidad total.
Aquello había hecho que, al principio, Jaejoong se sintiera mal, fingiendo que
aquél era un matrimonio normal cuando ellos dos sabían que era por
conveniencia.
Sin embargo, ¿de qué serviría
explicárselo a la gente? No lo iban a entender. Además, Jaejoong estaba
empezando a dejarse llevar e incluso estaba empezando a sentirse como si fuera
un matrimonio por amor.
Cada vez que miraba a Yunho, reaccionaba
estremeciéndose por dentro ante lo guapo que lo veía de esmoquin.
¿Empezaría así el amor?
« ¡Esto
no es amor, tonto! Lo que te pasa es que estás deseando que llegue la noche de
bodas», se dijo.
Tal vez. No merecía la pena negarse que,
cada vez que pensaba en aquella noche, sentía que el corazón le daba un vuelco.
¿Y qué? Sí, lo cierto era que estaba
deseando quedarse a solas con él. Estaba nervioso, pero por un buen motivo.
Y, de repente, Junsu agarró el ramo de
novia, el ponche de champán se terminó, los sandwiches desaparecieron, la tarta
voló y llegó el momento de irse.
Jaejoong y Yunho se despidieron de todos
los presentes, dándoles las gracias por haber ido. Los invitados se despidieron
de ellos con buenas palabras y risas.
Jaejoong oyó que habían atado cosas a la
parte trasera del coche de Yunho y vio que se pasaban bolsitas de arroz de unos
a otros.
Aquello era una locura. Era una boda de
verdad.
Jaejoong nunca había pensado que algo así
le fuera a suceder a él. Se giró hacia Yunho.
—Un beso y nos podremos ir —le dijo su marido.
Jaejoong asintió, feliz. Yunho se inclinó
hacia él y sus labios se tocaron. Jaejoong suspiró.
Magia.
Y, entonces, de repente, todo saltó por
los aires.
Alguien gritó, la gente se giró
confundida. ¿Qué estaba ocurriendo?
—Que alguien llame a una ambulancia
—gritó alguien— Rápido. Junsu se ha desmayado
— ¿Junsu? —se asustó Jaejoong.
Para cuando consiguió abrirse paso entre
la gente, su amigo ya estaba sentado y alguien le estaba acercando un vaso de
agua a los labios.
—Estoy bien —dijo Junsu intentando
sonreír— Es sólo
que... —añadió con voz trémula antes de volver a
perder el conocimiento.
Evidentemente, no estaba bien en
absoluto. Jaejoong lo pasó fatal hasta que llegó la ambulancia que había de
llevarlos al hospital.
—Tengo que ir con él —le dijo a Yunho—
Lo siento mucho,
pero...
—Por supuesto, ve con él.
—Te llamo desde el hospital.
—Muy bien.
Yunho se quedó observando cómo Jaejoong
se subía vestido de novia a la parte trasera de la ambulancia y se dio cuenta
de que no iba a haber noche de bodas, pero no importaba porque lo único
esencial en aquellos momentos era la salud de Junsu
Eso y...
— ¿Dónde está la niña? —le preguntó a JiHye— Espero que no haya visto nada de esto.
—No, no te preocupes, está durmiendo en mi cama. ―Yunho asintió y tomó aire.
—Supongo que tendremos que buscar a alguien para cuidarla.
—Sí, luego. De momento, puede quedarse conmigo —contestó su hermana.
— ¿Estás segura?
—Sí, completamente segura. Es adorable. Yo me haré cargo de ella
hasta que sepamos algo de su umma.
Yunho asintió y se quedó mirando la
carretera que conducía fuera del rancho, aquella carretera por la que había
desaparecido Jaejoong, y se preguntó cuánto tiempo pasaría hasta que volviera a
tenerlo entre sus brazos.
>>> ♥ <<<
Hacía una semana que se había casado,
pero todavía no tenía esposo.
A Junsu le habían dado el alta en el
hospital, pero no estaba bien, así que Jaejoong se había quedado en su casa
cuidándolo y Yunho llevaba la mayor parte de la semana solo.
Así que allí estaba, sentado en su casa,
a oscuras, con una copa de bourbon con agua en la mano, pensando en todo lo que
había sucedido.
Se había casado con Jaejoong, pero
realmente todavía no eran maridos? porque todavía no había podido hacerlo suyo,
algo que lo estaba volviendo loco.
Lo veía todos los días porque se pasaba
por el hospital o por casa de Junsu para echar una mano. Había contratado a
varias enfermeras y a una niñera profesional para ayudar en el momento en el
que Junsu había salido del hospital.
A pesar de todo, Jaejoong había decidido
quedarse con Junsu y con la niña y a Yunho le había parecido bien porque,
aunque Hani contaba con una niñera para ella sola, entendía que Jaejoong se
sintiera obligado a estar cerca de la pequeña para que no sufriera.
Por supuesto, Yunho quería que Jaejoong
volviera a casa con él, pero no había dicho nada. No le había resultado fácil,
pero había preferido morderse la lengua.
Lo que le estaba sucediendo a Junsu era
trágico. El cáncer con el que llevaba luchando más de un año se le había
reproducido. Los médicos estaban considerando la posibilidad de someterlo a
quimioterapia y radiación.
Eran momentos difíciles y Jaejoong quería
ayudar a su amigo. Yunho lo entendía perfectamente. De hecho, aquel rasgo de su
personalidad, considerado y compasivo, era uno de los que más le gustaban de él.
Lo cierto era que, cuanto más lo conocía,
más le parecía que el umma de sus futuros hijos era un joven maravilloso.
De alguna manera, sin embargo, era todo
lo contrario a su primera mujer. Jan había sido una mujer puro fuego y pasión,
llena de vida y de risa y de cambios de humor repentinos. Yunho la quería
apasionadamente y la echaba muchísimo de menos, así que prefería no pensar en ella.
Precisamente por eso, había elegido a un
joven, un hombre completamente diferente. Jaejoong.
Mientras que Jan se dejaba llevar por los
impulsos, Jaejoong era más frío, aplicaba la lógica y mantenía las distancias
hasta que estaba seguro de lo que estaba haciendo. Yunho apreciaba cada día más
aquella habilidad.
Según le había dicho, se iba a ir a vivir
con él al día siguiente y, aunque lo deseaba fervientemente, Yunho estaba
preocupado ya que, al haber estado separados una semana entera, se había creado
entre ellos un patrón equivocado.
Debían romperlo. No estaba seguro de cómo
hacerlo y no quería parecer un hombre de las cavernas, pero estaba convencido
de que tenía que hacer algo.
Tenía una sensación extraña en la boca
del estómago cada vez que pensaba en que, aunque viviera con él, si Jaejoong
seguía preocupado por su amigo, lo más seguro era que no le apeteciera ponerse
a fabricar bebés.
Yunho le había prometido no presionarlo
hasta que estuviera preparado y las circunstancias se habían vuelto en su
contra. Tenía que encontrar la manera de devolverle a Jaejoong la alegría.
Tenía que pensar en algo nuevo. Yunho se quedó pensativo durante un rato y, de
pronto, se le ocurrió una idea.
Tras pensar un poco más, decidió que era
fantástica, así que descolgó el teléfono y marcó el número del aeropuerto.
Se iban a ir de luna de miel.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
triste lo que le pasa a Junsu pero ya esta un poco mejor así es que Jae regresa a los brazos de tu Yunho y enpiecen a fabricar bebes que el ya esta desesperado por no tenerte aparte de que lo a abandonado mucho a el pobre y si que lo lleve de luna de miel y que le de todo su amor por que es entonces que se dará cuenta Yunho como Jae que su boda si que fue real tanto como sus entregas lo serán y después de ello ni pensaran en nadie mas que en ellos y los bebes que hagan con mucho amor
ResponderEliminarGracias me encanta la historia
Ojala que a Junsu no le pase nada y que se pueda curar y que aparezca Yoonchu como su pareja para que Jae se pueda ir de luna de miel con Yunho y puedan tener todos los hijos que quiera gracias por el capítulo esta interesante espero el siguiente con ansias
ResponderEliminarYa pude ponerme al dia con esta adp. Yunho se ha empezado a enamorar de jae pero aun no se da cuenta, Jae se ganara su amor con el tiempo. Que gran tristeza lo de Junsu, no quiero que muera :'( gracias por compartir amiga
ResponderEliminarESPERO QUE NO LE PASE NADA A JUNSU , SU NIÑA LO NECESITA ,ESTA DESGRACIA SIRVE PARA QUE YUNHO CONOZCA A JAE Y COMIENCE A QUERERLO .....GRACIAS POR COMPARTIR
ResponderEliminarOjala Junsu se recupere y le erradiquen ya el cáncer, pues su niña lo necesita. Yunho esta impaciente, pues ya desea tener á Jae en sus brazos, aunque ponga el pretexto que es por tener un bebé.
ResponderEliminarGracias!!!
Nooo, Pobre delfín, no puede ser que su condición empeore, debe recupersrse por Jae y su niña. Bueno... Yunho si que está que se le cuesen las habas por tener a Jae jajaja no se da cuenta que lo extraña y que quiere tanto de su atención por que lo ama y teme perder lo que no sabe que ta consiguó. ADEMÁS JUNSU NO PUEDE MORIR, él es el proximo al altar el ramo lo dijo.
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