Traje blanco con encajes y promesas. ¿Qué
imágenes acudían a la cabeza pensando en aquellas palabras? Obviamente, el
sueño de cualquier chico. A Jaejoong siempre le habían encantado las bodas y,
cuanto más encaje blanco, mejor. Sin embargo, su primer enlace no le había
gustado demasiado porque había sido sombrío y rápido, bastante raro, y ahora se
estaba empezando a preguntar por qué le parecía que su segunda boda podría
resultar igual.
Iba a estar casado dos veces y ninguna de
las veces de manera tradicional. Bueno, quizá fuera que, al final, no estaba de
Dios que él fuera un chico tradicional. Por lo que le había contado Yunho, que
se había encargado de todo lo relativo a la ceremonia, Jaejoong sospechaba que
aquella boda iba a ser tan corta y poco romántica como la primera, una
ceremonia pragmática en una oficina gubernamental con dos testigos. Vamos, como
ir a recoger el carné de conducir.
Lo cierto era que Jaejoong temía el
momento como quien teme ir al dentista, sabiendo que era un trámite por el que
tenía que pasar para seguir adelante con su
vida. Había empezado aquella semana su nuevo trabajo y le estaba
gustando mucho. Incluso le gustaba ver a Yunho de vez en cuando por allí. Sus
compañeros de trabajo se habían quedado alucinados al ver su anillo de
compromiso, pero de momento había conseguido mantener el nombre del prometido
en secreto. Desde luego, cuando les contara que se iba a casar con el jefe se
iba a montar un buen revuelo.
Yunho lo había invitado a cenar varias
veces durante aquella semana y su hermana había ido con ellos. JiHye había
resultado ser alta y delgada y tan guapa como su hermano.
— ¿Tu abuelo va a venir a la boda? —le había preguntado Jaejoong a Yunho.
—No, aunque la cabeza le va de maravilla, físicamente no está en su
mejor momento. Podríamos ir a verlo.
Y así había sido. Al día siguiente, Yunho
lo había llevado a casa de Jung Yunho IV, que vivía a media ahora de la ciudad,
en un rancho que era de la familia desde hacía más de ciento cincuenta años.
El abuelo de Yunho resultó ser un hombre
de edad, digno y elegante que, al principio, aterrorizó a Jaejoong pues lo miró
de arriba abajo y lo interrogó sin piedad. Sin embargo, transcurridos unos
minutos, se mostró mucho más amable y, cuando Yunho le dijo que le iba a
enseñar a su prometido el rancho, lo abrazó y le dio su bendición.
—Me cae bien —comentó Jaejoong mientras salían de la casa— Tú serás así cuando tengas
ochenta años, más o menos, ¿no? Eres la sexta generación de Jung Yunho y se
supone que yo tengo que producir la séptima, ¿verdad?
—Así es —contestó Yunho— ¿Te estás arrepintiendo?
Jaejoong miró a su alrededor, fijándose
en la maravillosa casa, en el precioso paisaje del rancho y en el hombre que
tenía ante sí.
No, claro que no se estaba arrepintiendo
de su decisión. Iba a tener una vida que todo el mundo envidiaría. Sólo el
tiempo diría si aquello se convertiría en un sueño o en una pesadilla.
Debía arriesgarse.
—No sé lo que pasará, pero estoy dispuesto a intentarlo —sonrió.
—Me alegro.
Jaejoong había elegido aquel día
pantalones blancos, una delicada blusa azul cielo y un pañuelo blanco al
cuello, intentando parecer de campo, pero, sin duda, Yunho se llevaba la palma
pues sus botas eran de vaquero de verdad, llevaba unos pantalones vaqueros desgastados
con un cinturón de cuero de enorme hebilla de plata y camisa abierta y remangada. Desde luego, era la imagen
perfecta de aquellos vaqueros con los que soñaban muchos jóvenes y a Jaejoong lo
tenía anonadado.
Yunho le presentó a Misty, el golden retriever
del rancho, una perra encantadora y juguetona. A continuación, le presentó
también a Rosa Cortez, la mujer que se encargaba de limpiar y cocinar en casa
de su abuelo «desde siempre».
Yunho llevó a Jaejoong a los establos,
donde Jaejoong tocó un caballo por primera vez en su vida.
— ¡Qué grandes son! —gritó,
alucinado y un poco nervioso— En las películas, parecen más pequeños.
—No me puedo creer que nunca hayas montado a caballo —contestó Yunho— Tendremos que remediar eso. Mira, la vieja Bessie, que es esa yegua
de ahí, te irá muy bien. Es un encanto.
Jaejoong se acercó a la yegua y la
acarició. Efectivamente, tenía pinta de ser un encanto, pero Jaejoong no tenía
ninguna intención de montarla.
—Me gusta tener los pies en la tierra —objetó. Yunho se rió.
—Sí, pero cuando te hayas subido en un caballo, no te vas a querer
bajar nunca. Es como volar.
Jaejoong no insistió, pero tenía muy
claro que no tenía ninguna intención de subirse a un caballo. Aun así, mientras
recorría las cuadras, se aseguró de llamar a todos los caballos que había y de
acariciar a todos los que se dejaron.
Al salir de las cuadras, encontraron a un
grupo de vaqueros trabajando. Al acercarse, Jaejoong vio que se estaban
ocupando de marcar a las reses y arrugó la nariz. No estaba muy seguro de que
aquello le fuera a gustar. Miró a Yunho, pensando en sugerirle que volvieran a
la casa, pero entonces se fijó en que él estaba mirando en otra dirección y, al
seguir sus ojos, vio que estaba mirando a un vaquero alto y guapo que iba hacia ellos.
—Hola —saludó Yunho tocándose el
sombrero.
—Hola —contestó el otro tocándose
el sombrero también.
Aunque el saludo había sido frío, Jaejoong
se dio cuenta de que aquellos dos hombres eran muy amigos. En California, se
habrían abrazado y en Francia se habrían besado en la mejilla, pero estaban en
Texas y allí las cosas eran diferentes.
—Jaejoong, te presento a Will Jamison. ― Jaejoong sonrió.
—Encantado de conocerte, Jaejoong — dijo
Will.
—Will es el capataz del rancho. Antes de él, lo fue su padre —lo informó Yunho— Somos amigos desde hace mucho tiempo.
—Mucho tiempo —añadió Will— A veces, me pregunto si no
nos cambiarían al nacer. A lo mejor, debería ser yo el que condujera el coche
espectacular y tú el que estuviera aquí trabajando todo el día entre el polvo.
—No le hagas caso, Jaejoong —le dijo Yunho—
Está intentando
darte pena — añadió con una sonrisa— Si intentas hacer que este hombre
se ponga un traje y una corbata durante sólo un día, volverá corriendo al
rancho como alma que lleva el diablo.
—Nos criamos juntos —le informó
Will con amabilidad mientras acariciaba a Misty— Eramos inseparables hasta que éste lo fastidió todo yéndose a la
ciudad para convertirse en un hombre de negocios.
—Eh, que lo hice porque un hombre tiene que trabajar para ganarse la
vida. ― Will se rió.
— ¿A eso que haces tú lo llamas trabajar? —Se burló— Te voy a dar yo a ti que trabajar —añadió
tomando una cuerda— A ver si todavía te acuerdas de algo.
Yunho aceptó la cuerda.
—A ver si atrapas a una de las pequeñas y la marcas —lo retó Will.
—Hace años que no hago esto —contestó Yunho
comenzando a mover la cuerda.
—Claro, lo que pasa es que no te quieres estropear la manicura,
¿verdad? Anda, trae acá, que estás hecho un señorito.
—Apártate, vaquero —le
advirtió Yunho en tono de broma— Ahora verás. ― A continuación, fue
hacia el ganado. Will sonrió y le guiñó el ojo a Jaejoong.
—Ven aquí —le dijo guiándolo detrás de
la valla por seguridad— Ya verás.
Yunho lo hizo muy bien. Will le fue
explicando a Jaejoong lo que estaba haciendo en cada momento. Cuando Yunho hizo
caer al suelo a una de las reses y le ató las patas, Jaejoong hizo una mueca de
disgusto y se mordió el labio y, cuando Yunho la marcó con el hierro al rojo
vivo, tuvo que cerrar los ojos.
— ¿Eres de Texas? —le preguntó Will con
escepticismo.
—Sí, soy de Texas —contestó Jaejoong
echándose el pelo hacia atrás y levantando el mentón con mucha dignidad— Nacido y criado en Texas.
—En Dallas, supongo —dijo el
capataz sacudiendo la cabeza.
—Sí, soy de la ciudad —admitió Jaejoong—
Sin embargo, por
lo visto mi padre fue campeón de varios rodeos —añadió, hablando de algo de lo que jamás había hablado.
Will lo miró alucinado.
— ¿De verdad? ¿Cómo se llamaba? ― Jaejoong
se encogió de hombros.
—Nunca me lo dijo. Mi madre me lo dijo una vez y lo escribí en algún
lugar.
Supongo que, si algún día lo necesitara
para algo, lo encontraría.
—Entiendo —contestó Will— Fue una de esas situaciones
de «si te he visto no me acuerdo»,
¿no?
—Lo has pillado al vuelo.
A continuación, se quedaron en silencio
durante unos segundos, observando a Yunho, que estaba haciendo un gran
esfuerzo. ¿Quién le iba a decir a Jaejoong que se iba a casar con un vaquero?
Aquello lo hizo sonreír.
Cuando la pobre ternera se puso en pie a
toda velocidad y salió huyendo de allí para alejarse de aquellos locos, Will se
giró hacia él de nuevo.
—He oído que Yunho y tú os vais a casar —comentó.
—Efectivamente.
—Te aseguro que no podrías casarte con un hombre mejor. Te hará estar
orgulloso de él. No lo dudes.
Jaejoong percibió la sinceridad de sus
palabras y la vio en sus ojos.
—Supongo que tienes razón. ― Will
asintió.
—Vamos a tener que enseñarte a montar a caballo y a ser un joven de
rancho.
Jaejoong intentó sonreír.
— ¿Es imprescindible?
—Por supuesto. Vas a ser un Jung. Tienes que sentirte a gusto en el rancho
y saber cómo funcionan las cosas por aquí.
No era aquello lo que Jaejoong había
pensado.
— ¿Jan sabía hacer las tareas del rancho? —preguntó preocupado.
¿Por qué demonios pensaba tan a menudo en
la primera mujer de Yunho?
—No, la verdad es que no sabía —contestó
Will en absoluto molesto por la pregunta— Y, si quieres mi opinión, debería haberse esforzado un poco más. Tú pareces más inteligente. Supongo que
entenderás que los compromisos se deben hacer en todos los aspectos de la vida,
incluso si estamos hablando de marcar al ganado. No puede ganar siempre uno de
los dos miembros de la pareja. Tienes que desarrollar tu intuición para saber
cuándo tienes que ceder y cuándo te tienes que mantener firme. Exactamente
igual que Yunho acaba de hacer ahora mismo con la ternera.
En aquel momento, Yunho llamó a su amigo
y Will fue hacia él. Jaejoong se quedó dónde estaba, reflexionando sobre lo que
le acababa de decir Will. Jamás habría pensado que un vaquero le iba a dar una
lección de vida, pero eso era exactamente lo que acababa de hacer Will Jamison.
A Jaejoong le había gustado aquel hombre y le agradecía el consejo.
Seguramente, sería un gran aliado en el futuro.
Yunho se reunió con él con la ropa sucia,
pero encantado.
—Todavía soy capaz de marcar una ternera —proclamó orgulloso— Lo cierto es que podría volver a hacerme cargo del rancho y seguro
que iría mucho mejor de lo que va ahora —bromeó.
Por supuesto, aquello hizo que Will
contestara y se quedaron charlando un rato. A continuación, Yunho le pasó el
brazo por los hombros a Jaejoong para volver a casa. Mientras lo hacía, seguía
hablando con su amigo. Cuando Jaejoong se dio la vuelta, pilló a Will con los
pulgares en alto, haciéndole una señal inequívoca a Yunho de que le gustaba el
joven que había elegido para casarse.
Aquello hizo que Jaejoong se sintiera muy
bien.
Una vez en casa de nuevo, Yunho se duchó
y Jaejoong lo esperó.
—Rosa dice que la comida estará dentro de media hora —anunció a Yunho al salir de la
ducha.
— ¿Y qué hacemos hasta entonces? ― Yunho
se quedó pensativo.
—Ven, te voy a enseñar mi habitación —contestó con una mirada lujuriosa que era pura broma.
Continuara \\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no les cuesta nada….
Gracias…
Parece ser que Jaejoong tiene dos aliados en el rancho y parece que está enamorado de Yunho y ojala que Yunho también se enamore de Jae porque si no los dos van a sufrir quiero que aparezca la pareja de Junsu
ResponderEliminarOjala yunho se enamore de jae con el tiempo pasara gracias por el cap
ResponderEliminarJae esta enamorado de Yunho y ara todo lo que este en sus manos para tener lo feliz y estoy segura que el ara que Yunho ya no recuerde tanto a su esposa y querrá estar siempre con el por que el lo ara mucho mas feliz de lo que fue en el pasado y al parecer Jae es mejor recibido por su familia y amigos que su mujer pues creo ella no se esforzó ni el mínimo por hacer o relacionarse con las cosas del rancho que es lo que a Yunho le gusta mas pero Jae si que lo ara y eso terminara por conquistar a Yunho
ResponderEliminarGracias
Esta hermoso yun vas haber q en menos de lo q piensas ya vas a estar enamorado de jae gracias x el cap xfaaa actualiza pronto gracias
ResponderEliminarHermoso capitulo, ya se siente el amor entre el yunjae .....gracias
ResponderEliminarEl amor existe entre los dos, la atracción y deseo los llevará a reconocer lo que niegan por los recuerdos de sus matrimonios.
ResponderEliminarGracias!!!
El amor esta en el aire¡¡¡ oh que hermosooo¡¡¡ bueno creo que todo va muy bien porque ambos estan poniendo de su parte para que ese "Contrato" no les amargue la vida y como ambos se aman sin que ellos mismos sean concientes de eso es más lindo. Ese Will me agrada, pensé que tenía un poco de envidia sobre Yunho pero nop se lee amable😊😊😊
ResponderEliminar