Mientras
pensaba en las palabras que podrían decidir el futuro de Changmin, Jaejoong
sabía que debía de estar dando la imagen de un pez fuera del agua. Sentía que
sus piernas iban a ceder y cómo el color que tenía desaparecía de su cara bajo
la atenta mirada de Yunho.
― Arriba ― dijo Yunho ― No podemos hablar aquí.
― Claro que podemos hablar aquí ― contestó
Jae sintiendo el pánico inminente ― No nos
llevará más de un par de minutos.
No
quería que se acercara al bebé. Puede que quisiera ver de cerca al fruto de su
semilla, y nadie que viese a aquel niño tan encantador podría no enamorarse al
instante de él, ni siquiera alguien tan despiadado como Jung Yunho.