El Acuerdo. Cap 8

Yunho se encuentra parado frente al espejo de cuerpo completo que los soldados cargaron dentro de su casa por orden de Sooyeon. Yunho se mira por todos los ángulos y se siente… producido. No puede dejar de pensar que tal vez debería estar usando algo mucho más simple, así vestido se siente como uno de los nobles estirados que tanto detesta.

- Se ve completamente de acuerdo a su rango, su alteza – comenta Sooyeon al ver las muecas que hace el moreno.

- Me siento un pomposo hijo de puta… sin intención de ofender… - agrega Yunho girándose hacia la rubia modista.

Sooyeon se ríe ante el comentario del primer rey vampiro sin sangre de noble en las venas. La verdad es que el vampiro moreno se ve… deseable. Vestir al antiguo rey no había sido divertido, porque el vampiro era barrigón, bajito y con una personalidad machista y detestable. Pero al rey actual…

Mientras Sooyeon veía al alto moreno de brazos fuertes, no pudo reprimir un estremecimiento de deseo. El vampiro vestía pantalones de cuero, una camisa sin mangas, botas hasta las rodillas y una enorme capa roja con el escudo del rey bordado en la espalda en dorado. Se veía poderoso y sexy con esos extraños ojos verdes resaltándolo todo, aunque aún no tenía su corona…

- Jaejoong… ¿estás listo? – preguntó Yunho finalmente rindiéndose a usar lo que le dieron para vestir.

Traje de Yunho

Jaejoong había entrado al baño a cambiarse a pedido del vampiro. Yunho no quería que Sooyeon viera a Jaejoong desnudo y él le pidió que se volteara cuando le tocó el turno de cambiar su pantalón.

- Creo que si… aunque no soy bueno con las ropas, Yunnie. Lo sabes.- llegó la voz del salcor desde el pequeño cuarto de baño

- Sal. Déjame verte… - pidió Yunho

La puerta del baño se abre lentamente y Jaejoong aparece en el rellano de la puerta tratando de arreglar la enorme piedra que sostiene su ropa. Yunho recorre al rubio con la mirada de arriba abajo. Jaejoong está vestido mayormente de rojo. Pantalones rojos, camisa roja, una botas hasta el tobillo y sobre su camisa una especie de chaleco largo negro que sostenía con alguna clase de collar negro, que también estaba bordado en la espalda con el escudo de los salcor.

Traje de Jaejoong

Antes de que Jaejoong pudiera levantar la vista para mirar a Yunho, el vampiro ya lo tiene entre sus brazos y sus labios se acercan a los suyos. Jaejoong gimotea sorprendido contra los labios de su vampiro y le pasa los brazos por el cuello para pegarse más a él. El salcor no tenía idea de que a Yunho lo excitaban las ropas. Tal vez tendría que usarlas más seguido…

Sooyeon observa sintiéndose completamente olvidada, como el vampiro literalmente devora los labios del salcor, empujándolo con su cuerpo contra la pared. El salcor se deja hacer, gimiendo su contento ante la reacción de su vampiro. Cuando Sooyeon observa que comienzan a tironear de sus ropas para quitárselas, ella decide que esto no va a terminar en un beso y comienza a carraspear cada vez más fuerte, pero al ver que es completamente ignorada se acerca y apoya una mano sobre el hombro del moreno.

- Su alteza, no puede…

Yunho se gira y le ruje a la vampiresa rubia desnudando sus colmillos de forma amenazante, mientras sus ojos verdes brillan amenazantes. Su cuerpo entero se tensa y su posición es defensiva, decidido a cubrir al rubio de la mirada de la vampiresa.

- Lo siento muchísimo, su alteza. Por favor discúlpeme. – pide Sooyeon agachando la cabeza, tratando de apaciguar al moreno.

La mirada de Yunho se aclara y ve como la pequeña rubia tiembla de miedo. Sinceramente no pensó en su reacción cuando la rubia lo tocó, solo pensó que no quería que ella viera a Jaejoong… Yunho respira profundamente sintiéndose como un gusano, cierra los ojos con fuerza tratando de aclarar su mente. Poner todos esos sentimientos instintivos bajo control es difícil, pero el vampiro los controla eventualmente.

- No… yo lo siento, Sooyeon. Yo… sí, estoy raro. Trataré de evitar que esto suceda de nuevo.

Sooyeon asintió y sonrió cálidamente. Yunho se giró para mirar al muchacho rubio entre sus brazos. Jaejoong está mirándolo fijamente con una sonrisa suave antes de levantar la mano para acariciar la mandíbula del vampiro, como tratando de decirle sin palabras que no se preocupe. Yunho se inclina y deposita un beso firme en los labios rojos del muchacho, antes de separarse definitivamente. El vampiro soporta que Sooyeon arregle su ropa y la de Jaejoong también, solo porque el salcor no le quitaba la mirada de encima al moreno. Al parecer a Jaejoong si le gustaba lo que estaba vistiendo, porque no dejaba de tocar el material.

En cuanto Sooyeon salió de la habitación para avisar que ellos estaban listos, Jaejoong se acerca de inmediato a Yunho y lo abraza. Yunho sostiene al salcor cerca, enterrando el rostro en su suave cabello rubio.

- Yunho… ¿No podemos quedarnos aquí? – pregunta el rubio fregando su rostro contra el pecho del vampiro

- ¿Por qué? ¿Hay algo mal con el lugar al que vamos ahora?

- Si… allí no tendrás tiempo para mí… - murmura el rubio en un susurro, que Yunho no habría oído de no ser vampiro.

Yunho levanta el rostro de Jaejoong para mirarlo a los ojos y sonríe enseñando sus colmillos.

- Eso no pasará. ¿Sabes por qué? – pregunta y cuando Jaejoong niega, él sonríe más ampliamente – porque me los comeré sino dejan que tengamos tiempo…

Jaejoong devuelve la sonrisa del vampiro con una propia, antes de abrazarlo firmemente. Yunho piensa en su relación con Jaejoong y en lo que la sonrisa del rubio le hace y la verdad es que aún sigue confundido por lo que siente. Jaejoong es inteligente, parlanchín, cariñoso y jodidamente hermoso pero… algo no termina de caer donde debería. Yunho siente una gran necesidad por Jaejoong, una posesividad que lo asusta y le gusta Jaejoong. Le gusta estar con él y todo, pero… es raro. No está el sentimiento de estar enamorado, y justo ese mismo día tiene que casarse con el muchacho. De cierta forma no se siente correcto, pero por otro lado se siente como justo lo que tiene que hacer… Yunho suspira y abraza al muchacho más firmemente contra sí. Solo espera no lastimar a Jaejoong y que este no se haya confundido al elegirlo a él.

En ese momento Siwon entra en la habitación y baja la mirada inmediatamente al verlos abrazados.

- Sus majestades… estamos listos para marchar en cuanto ustedes lo estén

Yunho baja la mirada a Jaejoong y lo cuestiona levantando una ceja. Jaejoong suspira y asiente lentamente.

Siwon los conduce fuera de la casa donde hay un antiguo y elegante carruaje negro tirado por enormes caballos de guerra esperando por ellos. Antes de que alguien pueda detenerlo, Jaejoong se acerca a los caballos dispuesto a acariciarlos. Los soldados se alarman y tratan de prevenirlo de la reacción violenta de los caballos, pero el salcor los ignora y comienza a acariciar el cuello de los animales. Los caballos no parecen molestos en lo absoluto y se dejan hacer, mordisqueando el cabello del rubio de vez en cuando, quien ríe encantado.

Yunho no puede evitar sonreír ante las vistas, pero Siwon le recuerda en susurros que prácticamente el pueblo entero está esperando en el templo de los dioses y Yunho suspirando estira su mano en dirección a Jaejoong pidiéndole silenciosamente que vuelva. El salcor lo hace y junto con Yunho suben al carruaje. Como el carruaje va relativamente lento, Siwon camina a su lado sin mayores problemas.

- Su alteza, una vez que el sacerdote los case, lo siguiente será coronarlos rey e… Iirie de nuestra gente. Después el sacerdote le preguntará cual será nuestro dios patrono. Una vez que eso esté hecho solo quedará que salude al pueblo para después instalarse en el palacio.

- Gracias, Siwon…

Siwon se adelanta para caminar junto a los otros soldados. Jaejoong se gira para mirar a Yunho.

- ¿A que dios vas a elegir como patrono, Yunnie? – pregunta el salcor

- Los reyes anteriores eligieron a Ares. Siempre se elige al mismo…

Jaejoong frunce el rostro, haciendo mala cara.

- No me gusta ese dios. Lo respeto como a todos los dioses, pero… todo lo que trae es guerra. Vive para eso, y entre tú y yo no siempre gana. Además los salcor que han estado con él, dicen que no es amable al tomarlos.

Yunho frunce el ceño y se gira a mirar a Jaejoong.

- ¿Los dioses los buscan para acostarse con ustedes? – pregunta Yunho sorprendido y algo molesto.

- Sip. Somos criaturas que necesitan sexo para vivir, y la mayoría de ellos son infieles. Sobre todo Zeus, es el que más nos busca.

- Tú… ¿has estado con alguno de ellos? – pregunta Yunho tratando de suprimir su tono molesto.

Jaejoong sonríe y niega con la cabeza antes de levantarse para sentarse en el regazo del vampiro.

- Soy muy joven, tengo veintiún años. El tiempo de los dioses no es el mismo que el nuestro. Bajan cada cien o cincuenta años, cuando se acuerdan o tienen ganas. Yo jamás vi a uno de cerca…

Yunho abraza a Jaejoong y por primera vez piensa en los dioses. Es cierto lo que el muchacho dijo de Ares. Ese dios solo trae guerra y no ganó todas las batallas en las que se involucró, ya que él está más preocupado por matar y el odio que rodea el campo de batalla. Tal vez si Yunho decide cambiar al dios patrono, la constante guerra de su pueblo se detendrá. Él siempre ha favorecido a Hefesto, pero ese dios no parece adecuado ahora que su trabajo es otro.

- Jaejoong… ¿quién crees que debería ser el dios patrón? – pregunta Yunho acariciando la espalda del rubio distraídamente.

- Pues… considerando lo que ustedes encuentran importante, creo que Atenea sería la mejor opción.

Yunho reflexiona sobre eso y está de acuerdo con el rubio. Atenea es la diosa de la inteligencia y de la táctica en la guerra. Nadie mejor que ella. El moreno sonríe de lado. Rey nuevo, nuevas reglas.

En cuanto llegan al templo, el carruaje se detiene y Siwon se acerca para abrir la puerta. Yunho se siente malditamente nervioso, porque con las puertas del templo abiertas como están, puede ver un mar de gente dentro. Un mar de gente que espera que él sea el gobernante que necesitan para vivir dignamente y con el menor peligro posible. Jaejoong aprieta su mano y eso hace que Yunho baje para enfrentar a la gente. Jaejoong baja con ayuda de Yunho y ambos se quedan parados allí, esperando a que la guardia se acomode delante de ellos. Siwon les da la señal y comienzan a caminar hacia el templo. Yunho siente miles de ojos sobre sí mismo y muchos murmullos sorprendidos acerca de sus ojos. Hace lo mejor que puede para ignorarlos a todos, porque de otra forma no sabe si podrá hacer esto correctamente. Jaejoong camina a su lado, sintiéndose intimidado también, pero por una razón completamente diferente. Todos los vampiros en la sala parecen mirarlo como si él fuera el plato principal de la fiesta. Parecieran estar esperando el momento para saltarle a la yugular.

En cuanto llegan delante del sacerdote los soldados están apostados a los costados del altar, y el consejo real está acomodado en primera fila, con sus capas rojas destacando entre el gentío. Yunho y Jaejoong intercambian reverencias respetuosas con el sacerdote y terminan de subir el altar. Jaejoong básicamente hace todo lo que Yunho hace, porque no tiene ni idea que es toda esta cosa de casarse.

- ¿Prometen que estarán juntos para siempre, delante de todos los presentes y de los dioses que los están mirando?

- Si… - responde Yunho

- Pues claro… - dice Jaejoong y provoca una sonrisa contenida en el vampiro moreno junto a él.

Jonghyun se acerca y les entrega los anillos de oro que hizo para ellos. Jaejoong observa como Yunho los toma y coloca uno en su dedo. Jaejoong toma el otro imitando a Yunho y se lo coloca al vampiro. Yunho se inclina y deposita un suave beso en sus labios, antes de separarse. Jaejoong no está del todo contento con el beso pequeño que le dio el vampiro, pero por ahora decide no refunfuñar.

- Ahora procederemos con la ceremonia de coronación, si es que nadie se opone – anuncia el sacerdote.

- Yo me opongo. – dice uno de los nobles acercándose hacia Yunho y Jaejoong. La guardia se pone alerta y se cierran para no dejarlo avanzar.

El sacerdote parece sorprendido, pero Yunho parece como si fuera algo que estaba esperando que sucediera.

- Habla y dinos la razón – pide el sacerdote al vampiro de aspecto refinado.

- Yo le diré la razón. Es la razón que todos están pensando pero que nadie quiere decir. Ese tipo no tiene lo que hace falta para ser nuestro rey. No es nada más que un muerto de hambre ignorante que tuvo la suerte de que el salcor lo eligiera. ¿Es que no lo ven? Nuestros ancestros buscaron poseer un salcor durante generaciones y ahora que por fin tenemos uno, ustedes quieren que solo ese bastardo se beneficie de él. Yo digo que pongan al salcor a alimentarnos a todos y que un rey digno se siente en el trono…

Las voces de todo el pueblo se alzan produciendo un lio de padre y señor mío. Pero Yunho no quita la mirada del bastardo que se atrevió a hablar de Jaejoong como si fuera un objeto. Como si el único valor que tuviera fuera su sangre. Lo único que lo mantuvo quieto fue la mano de Jaejoong en su brazo en un firme apretón. El consejo y la guardia comienzan a moverse tratando de acallar las voces del pueblo y de mantener a los nobles en su lugar. El bastardo que se atrevió a hablar hace un intento de acercarse a ellos aprovechando que la guardia está distraída y Yunho simplemente pierde el norte. El rugido que sale de sus labios hace su garganta arder y consigue lo que la guardia y el consejo no consiguieron, mantener a todos callados y quietos. Yunho tiene un segundo de satisfacción al ver al bastardo tropezar con sus propios pies.

- Quiero tu nombre… - murmura Yunho en un tono bajo, amenazante y ronco.

El tipo parece estar jodidamente incomodo, pero se recompone y vuelve a su pose de egocéntrico y confiado bastardo.

- Lee Minho… ¿Por qué? – pregunta en tono arrogante

- Lee Minho… - murmura Yunho asintiendo – quiero que tú y todos aquí me escuchen bien. Me importa una mierda lo que tú creas o dejes de creer. ¿Tú no crees que yo sea digno de ser rey? Perfecto. Si todo el mundo en esta sala vota y deciden que no soy el que merece ser rey, no lo seré. Me largo de aquí y ustedes pueden decidir quién quieren que los gobierne. – Yunho bajo del altar y se acercó lentamente al vampiro noble que retrocede la misma cantidad de pasos que Yunho avanza – Pero si tú te atreves… tan solo te atreves a sugerir, que Jaejoong sea usado como una cosa para tu beneficio, te arrancaré la garganta y dejaré tu cuerpo para que lo termine el sol…

El silencio en el templo es absoluto. El noble se estremece involuntariamente pero levanta el rostro, tratando de mirar a Yunho con desdén. Yunho se giró a mirar al resto de los vampiros presentes y tomo aire un par de veces para hablar sin el odio cargado en su voz.

- Yo no elegí esto. Yo no decidí ser el rey, sino que me tocó por el arreglo que los salcor hicieron con el consejo. Si ustedes deciden que no me quieren en el trono, yo lo aceptaré porque no es mi derecho de nacimiento. Pero ni se les ocurra por un solo segundo pensar que en cuanto yo me valla, Jaejoong quedará a disposición de ustedes. Él es la pareja que los dioses escogieron para mí, y…

- ¿Oíste eso muchacho?… Eres quien los dioses escogieron para él. No el que él quiere… - la boca de Lee Minho vuelve a soltarse y Yunho se gira, listo para partirle la cara al idiota, cuando la voz de Jaejoong lo detiene.

- Lo sé… - dice Jaejoong y Yunho se gira para mirarlo sorprendido. Jaejoong le sonríe cálidamente – Sé que no me amas Yunho… es imposible amar a alguien en tan solo una semana. No soy idiota.

Yunho se siente completamente fuera de su elemento y solo puede abrir y cerrar la boca como un idiota tratando de buscar las palabras para disculparse con Jaejoong, para decirle que el no quiso decir lo que dijo o como lo dijo... 

- Lo que tú sientes es el vínculo que te une a mí. El vínculo que te hace querer protegerme y ser posesivo. Y la atracción física que todo el mundo siente por un salcor. Sé que por ahora es tremendamente fuerte porque es muy reciente y tu clase no está acostumbrado a ello. Pero cuando pase, cuando te acostumbres y puedas manejarlo, entonces yo te enseñaré a amarme.

Todo el enojo que Yunho sentía se esfuma y solo puede sentirse fascinado por Jaejoong. Por esa hermosa criatura que está destinado a estar junto a él y que lo entiende más de lo que Yunho se entiende a sí mismo. Yunho se aleja del noble idiota, quitándolo de su mente por completo y volviendo a pararse junto a Jaejoong, quien le sonríe de esa forma tan cálida. Yunho lo mira unos momentos, antes de dirigirse a la gente en la sala.

- Quiero que los que no me consideren digno de ser el rey, levanten la mano. No sientan miedo, porque no les haré absolutamente nada.

Lentamente las manos de los nobles se alzan pero, para la sorpresa de Yunho, ningún otro ciudadano levanta la mano, ni siquiera las miradas amenazantes que los nobles les dirigen, logran que los vampiros levanten la mano. Yunho sonríe y se inclina delante de la gente.

- Les agradezco por la confianza. Haré lo mejor que pueda, tienen mi palabra.

Los vampiros aplauden a Yunho mientras este sonríe, sintiéndose humilde ante el apoyo de su gente, un apoyo que nunca creyó iba a tener. Cuando finalmente se hace silencio de nuevo, Yunho se gira hacia Siwon.

- Siwon… hazme el favor de mostrarle la salida a Lee Minho y al resto de los nobles que prefieran no estar presentes para la coronación.

Las voces indignadas de los nobles se elevan, mientras Siwon y la guardia se encargan de sacar los culos pomposos de los vampiros del templo y Yunho y Jaejoong se giran hacia el sacerdote, pidiéndole que continúe.

Las coronas son presentadas, la de Jaejoong siento una muy simple y muy liviana, hecha con pequeñas hojas de oro, con aún más pequeñas flores con diamantes aquí y allá. Mientras que la de Yunho era una cosa monstruosa, llena de picos puntiagudos y con rubíes en la base. El sacerdote les hace jurar que harán todo lo posible para ser dignos del puesto que los dioses les han concedido y luego procede a colocar las coronas sobre sus cabezas.

- Saluden a su alteza real Jung Yunho, primero de su clase. Rey de los vampiros y de las tierras del sur de Corea y el norte de Japón. Y a su alteza real, Jung Jaejoong Iirie de los vampiros.

Los aplausos respetuosos del consejo y la guardia, se unen al vitoreo de la gente. El sacerdote espera a que el bullicio se calme un poco, antes de volver a hablar.

- Su alteza, ¿Quién será nuestro dios patrón a partir de ahora y a lo largo de su reinado?

- Atenea… Atenea será nuestra diosa patrona  - responde Yunho dejando a todos boquiabiertos.

Los miembros más antiguos del concejo parecen a punto de perder los ojos por abrirlos tanto. Al parecer Yunho tiene que prepararse para una pelea con el consejo ahora. Bueno… nadie puede decir que no es un día interesante.

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