miércoles, 13 de enero de 2016

El Acuerdo. Cap 17





Yunho comenzó a preocuparse después de cinco minutos enteros en los que su esposo no dejó de llorar. Jaejoong simplemente se aferraba a la camiseta de su vampiro y lloraba como si alguien le hubiera quitado lo que más quería. Lo único que mantenía al rey de los vampiros más o menos cuerdo era el hecho de que Junsu y Yoochun no parecían preocupados por lo que sea que le estaba sucediendo a Jaejoong, así que no podía ser algo malo.



Dos minutos más tarde, su madre bajo las imponentes escaleras que conducían al salón principal con una expresión preocupada en el rostro. Con pasos ligeros se acercó al par que seguían abrazados.


 - ¿Qué sucede, Yunho? ¿Joongie está bien? – preguntó la vampiresa con  el ceño fruncido.


 - No tengo idea, Umma. Jaejoong no me dice y aquel par tampoco –  respondió Yunho señalando con un gesto de la cabeza hacia donde el  YooSu se había sentado, en uno de los mullidos sillones.


Yunho no pudo soportar más la preocupación y finalmente comenzó a separar a Jaejoong de su cuerpo para poder mirarlo a la cara. Tuvo que luchar un poco con el salcor, pero finalmente logró separarlo lo suficiente para poder verle el rostro a su hermoso rubio. Sus enormes ojos grises estaban rojos y aún inundado por las lágrimas. El vampiro limpió las lágrimas con sus pulgares y vio como otra vez Jaejoong parecía llorar con más fuerza.


 - Jae… me estás asustando. Háblame. ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? – le  preguntó a su rubio no dejando que esconda su rostro una vez más.


 - Yun… Yun… ho… - Yunho habría sonreído por lo lindo que se veía su  rubio hablando entre hipidos, pero su preocupación por lo que fuera  que lo estaba haciendo llorar era más grande. – mi… espalda…


Yunho frunció el ceño y tocó casi sin pensar las delicadas alas tatuadas en la piel del rubio.


 - ¿Quién te hizo esto? ¿Te duele? Jae, no entiendo nada… Creí que  saliste para tomar sol…


 - Aniyo… Yun… ho… ho… agi… agi… - contestó Jaejoong antes de volver a  forzar su entrada en los brazos de Yunho.


 - ¿Agi? – murmuró el vampiro confundido. Yunho había estado trabajando  con los tres salcor, tratando de aprender mejor su lenguaje, pero  aún tenía dificultades.


Junsu pareció compadecerse al fin del pobre vampiro y se enderezó en el sofá sonriéndole a Yunho.

  
- Agi es bebé, Hyung. – respondió Junsu risueño.


El silencio fue completo en la sala principal, roto solamente por los sollozos del hermoso rubio. Los engranajes del cerebro de Yunho parecían tener muy poco aceite, porque las ideas estaban tardando mucho más de lo normal en conectar. Agi… bebé. Jaejoong… Agi. Jaejoong… be… bebé. Cuando finalmente su cerebro logró conectar las dos ideas juntas, su madre gritó estridentemente detrás de él, dando saltitos en el lugar como niña chiquita. Junsu y Yoochun comenzaron a reír ante la reacción de la mujer. El único que parecía hecho de sal era Yunho, que no parecía poder salir de su estupor. Un… bebé…


El hermoso rubio siguió llorando en los brazos de su vampiro, que inconscientemente parecía estar aferrando a su esposo con más fuerza que antes. La madre de Yunho se unió al abrazo del par y también lo hicieron los dos salcor, pero ni el vampiro, ni su esposo lo notaron. Después de unos momentos, la conciencia de Yunho pareció volver y tomando a Jae en brazos lo llevó hacia el sofá más cercano, donde se sentó con su salcor en el regazo.


Jaejoong dejo de ocultarse y permitió que su esposo tomara su rostro entre sus grandes y cálidas manos. Su llanto se había transformado en hipidos lastimeros, pero sus ojos seguían inundados de lágrimas que no habían sido derramadas.


 - ¿Jaejoong… tú… bebé? – Yunho no parecía estar en condiciones de  formar una oración coherente para hacer la pregunta más grande de su  vida.


El rubio estudió el rostro de su esposo unos momentos, no muy seguro de cuál sería la reacción de su vampiro. Jaejoong estaba increíblemente feliz con lo que le estaba sucediendo, pero su esposo no había mostrado señales de estar molesto ni contento. Lentamente, el rubio asintió, respondiendo la pregunta del castaño.


Yunho solo parpadeó durante unos segundos antes de atraer a Jae contra su cuerpo para aferrarlo firmemente. Jaejoong no sabía cómo tomar esta reacción, si como algo positivo o negativo.


 - Yunho… - llamó el rubio


 - Jaejoong… tú… ¿No lo quieres? ¿Por eso lloras? ¿Por eso estas  triste? – preguntó el vampiro aferrando al pálido muchacho contra su  pecho.


Jaejoong comenzó a revolverse, tratando de aflojar el agarre que Yunho mantenía sobre él para poder mirar a su marido a la cara, pero Yunho no parecía dispuesto a dejarlo ir.


 - ¡Claro que no! Lloro porque soy muy feliz…


Yunho aflojó el agarre en su esposo solo entonces para poder mirarlo a cara. Sosteniendo el rostro bañado en lágrimas de su rubio, el vampiro pudo leer felicidad en sus ojos. Jaejoong estaba llorando porque estaba feliz, no porque estuviera sintiéndose miserable.


Yunho sonrió tanto en ese momento que podía sentir como los músculos de su rostro protestaban.


 - Te amo, Jaejoong…


La declaración del vampiro solo logró que más lágrimas se derramaran por el rostro de porcelana. Jaejoong sentía tanta felicidad, tanto amor y tanto alivio que no sabía cómo expresarlo todo más que con lágrimas.


 - Y yo a ti, Yunho…


Sin poder dejar de sonreír, el vampiro procedió a quitarle el aliento a su rubio de un beso lleno de felicidad. Junsu y Yoochun se sonreían de oreja a oreja, mientras que la madre de Yunho comenzaba a derramar lágrimas propias.


Después de unos minutos, Yunho se separó de su esposo y sonrió apoyando su frente contra la de él. Ninguno de los dos decía nada, y eso de alguna forma estaba perfectamente bien para ambos. Como si estuvieran comunicándose sin palabras. Como si ambos estuvieran tratando de llegar a términos con todo lo que la repentina noticia les había hecho sentir.


Finalmente el vampiro se separó y acomodó el cabello de su rubio con cariño, detrás de sus perfectas orejas.


 - Jae… ¿Qué con los tatuajes? – preguntó el vampiro bajando la mano  inconscientemente para recorrer lentamente el contorno de las alas  en la espalda marfileña.


 - Esa es la forma en la que nos enteramos cuando viene un bebé.  Aparecen marcas negras en nuestra piel, con alguna forma en  particular. Mi madre tiene nueve hojas en forma de corazón a lo  largo del interior de su brazo derecho – explicó Jaejoong fregándose  los ojos y la nariz de una forma que al rey le pareció adorable.


 - ¿Entonces eso significa que tú te llenarás de alas? – preguntó Yunho  acariciando las caderas de Jaejoong.


El rubio se recostó suavemente sobre el pecho desnudo de su vampiro, suspirando contento al encontrarse en los brazos de su Yunho. Los brazos fuertes del moreno se enredaron en su cintura al instante, atrayéndolo contra su pecho con un suspiro de satisfacción.


 - Puede ser… No sé cómo lucirá… - contestó el rubio finalmente,  sonriendo simplemente ante la idea de más bebés. Muchos bebés que  llenarían ese enorme lugar que Jaejoong llamaba hogar.


 - Hermoso… un hermoso ángel… - murmuró Yunho contra el cabello rubio.


 - Awwww – Junsu murmuró subiéndose al regazo de su Chunnie para  recibir amor también.


Junsu y Yoochun habían decidido esperar un poco más antes de tener niños, no porque no tuvieran suficiente amor el uno por el otro, todo lo contrario. El par quería estar juntos todo el tiempo, sin tener que regalarle un solo minuto a nadie más. Además, ambos eran muy jóvenes, los salcor no solían encontrar a sus parejas tan temprano en la vida, Junsu y Yoochun habían sido una sorpresa para todos. Al menos hasta Jaejoong. Como siempre, el rubio tenía que hacer todo diferente del resto, así que no solo había encontrado a su destinado siendo joven, sino que dicho destinado era de otra raza y ahora iba a tener un niño a solo meses de haberse casado.


Junsu observó, como la madre de Yunho desaparecía, solo para volver seguida de Jinki y una horda de mucamas de rostros risueños, cargando copas y comida. Yunho levantó la mirada brevemente cuando todos comenzaron a felicitarlos a ambos por la buena noticia, pero él no respondió nada, simplemente asintiendo una sola vez en su dirección. La verdad no es que tratara de ser rudo o descortés, sino que los instintos protectores asesinos habían aparecido de nuevo ahora que sabía que su esposo tenía a su hijo creciendo en su interior. El rey vampiro casi se había olvidado lo difícil que era mantener la compostura en ese estado cuando su esposo estaba tan cerca de tanta gente, así que el impulso de gruñir y amenazar lo había tomado por sorpresa. Aceptó la copa que Jinki le ofrecía, mordiéndose los labios para no enseñarle los colmillos al pobre vampiro por acercarse. Una vez que todos brindaron a su salud, Yunho tomó de un solo trago el contenido de la copa antes de dejarla sobre la pequeña mesa de la sala y levantarse con su esposo en brazos. Todo el mundo lo miró sorprendido, pero a Yunho no le importó. Tenía que sacar a Jaejoong de la sala.


 - Yunho… ¿Dónde vas? – preguntó su madre mirándolo con confusión en  los ojos.


 - Quiero… estas a solas con Jaejoong, Umma… lo siento… -  inmediatamente el rey vampiro se giró hacia Jinki – Por favor  cuéntale las noticias al consejo y diles que no quiero que me molesten…


Yunho se fue sin esperar respuesta directo hacia las escaleras, cubiertas de madre selva, que lo conducían a la habitación que compartía con su salcor. Este por su parte estaba tan contento en los brazos de su vampiro, que simplemente se aferraba a él y lo dejaba hacer lo que quisiera. Yunho… su Yunho le había dado un bebé y eso era todo lo que el rubio pensaba.


En cuanto llegaron a la habitación, Yunho se aseguró de que la puerta estuviera propiamente cerrada antes de dejar a Jae en el centro de la cama y recostarse junto a él. Sintiéndose más relajado sabiendo que estaban los dos solos, Yunho acarició suavemente el rostro de Jaejoong y simplemente lo miró a los ojos. El par solo podía yacer allí y mirarse a los ojos como si se estuvieran viendo por primera vez.


 - Jae… ¿Cómo… Tu dijiste… no me dijiste que querías tener un… bebé… -  murmuró finalmente el moreno después de un rato.


Jaejoong se sonrojó un poco y se movió hasta que quedó pegado contra el pecho de su vampiro. No quería que Yunho lo mirara cuando se estaba siento extrañamente… tímido.


 - No es un deseo que se exprese en voz alta… el de tener un bebé. Umma  dice que… cuando estás con tu compañero y tú muy en el fondo sientes  el deseo de tener un trocito de él y de ti juntos es cuando sucede.  Es…  bueno… es amor, mucho, mucho amor el que se siente y supongo  que solo quieres… pues… más. – El rubio suspira profundamente y  despega el rostro del torso desnudo de su vampiro para mirarlo a los ojos – Creo que no me expliqué ¿verdad?


Yunho sonrió juguetón y afirmó el agarre que mantenía sobre la cintura de Jae.


 - Pues… Yo entendí que me amaste tanto que tu corazón explotó y de  allí salió el bebé…  ¿Verdad?


Jaejoong se carcajeó con ganas.


 - Pero tú también ayudaste un poquito…


 - ¡Solo un poquito! – exclamó el moreno fingiendo estar ofendido.


 - Si, solo un poquito chiquito – reafirmó el rubio sonriendo ampliamente


 - No me digas… - murmuró Yunho con tono amenazante – porque yo  recuerdo haber ayudado mucho… - comentó con un tono seductor antes  de bajar el rostro para capturar los labios de Jaejoong en un beso.


El salcor se aferró firmemente a los amplios hombros del vampiro, pero luego una de sus manos resbaló lentamente para enredarse en sus cabellos oscuros. Yunho continuó un camino de besos por el rostro de Jaejoong, hasta que este comenzó a reír simplemente por sentirse tan feliz.


 - Tienes que decirme, si es que tienes otras necesidades ahora. Yo  solo sé de los embarazos de mi raza… y aun así no se tanto al  respecto. – le comentó Yunho sosteniéndose con sus brazos sobre Jae.


Jaejoong sonrió y acarició con su pulgar los labios hinchados de su esposo.


 - Yo no sé mucho tampoco, pero sé que a veces voy a necesitarte más  que de costumbre, esposo mío. Y no te preocupes por tu alimentación,  porque mi cuerpo se cura y no me hace daño que tomes tu sustento de mí.


Yunho mordió el pulgar de esposo lo suficiente para hacer que sangrara y bebió lentamente del pequeño reguero de sangre sin quitar la mirada de esos ojos grises que había aprendido a querer en tan poco tiempo. Jae jadeó al sentir los pequeños tirones de succión del vampiro combinado con su mirada fija que parecía estar atravesándolo. Jaejoong le había comentado a Junsu mientras se asoleaban la extraña fascinación que sentía con los colmillos de Yunho. A Jae le gustaba ser la fuente de alimento y de vida de su esposo. Le gustaba saber que era él quien le daba su fuerza y todos los poderes sobrenaturales que tenía. Pero lo más raro era que la sensación cuando alimentaba a su esposo también era placentera. Era cierto que la mordida dolía un poco, pero cuando Yunho comenzaba a succionar su sangre, Jaejoong se sentía… genial. Junsu lo había llamado loco y masoquista y ambos habían reído. Yoochun le había dicho que tal vez se debía a que Yunho bebía de él principalmente mientras tenían sexo. Pero justo como en ese momento, había veces que Yunho se alimentaba de él sin que el sexo estuviera involucrado. Tal vez si estaba loco…


Yunho continúo bebiendo unos minutos más, sin estar consciente de lo que su esposo estaba pensando. Después de unos momentos comenzó a lamer lentamente el pulgar, para que la herida cicatrizara y sonrió.


 - Me alegro de no tener que dejarlo… no hay nadie tan delicioso como  tú, Jaejoongie.


 - Por supuesto que no – afirmó el rubio abrazándolo y atrayéndolo para  que dejara que su peso cayera sobre él.


Yunho sonrió y se acomodó cómodamente sobre su pálido esposo. De repente un montón de nervios comenzaron a atormentarlo. Era como si solo en ese momento hubiera caído en cuenta de que iba a ser padre. De que un niño o niña iba a depender de él para criarlo y amarlo y darle todo lo que necesitaba. Una criatura que sería un hibrido… un hibrido que no tenían ni idea de cómo cuidar o de las necesidades que tenía. El primero de su clase. Tal vez más poderoso que ninguno o tal vez simplemente una criatura sedienta de sangre y de sexo. Yunho se quitó ese pensamiento de la cabeza tan pronto como se le ocurrió. No pensaría de esa forma de su hijo.


 - Jae… quiero que vallamos con tu madre. Tenemos que decirle lo del  bebé y también me gustaría hablar con ese oráculo de ustedes. Tal  vez ella pueda decirnos algo respecto del bebé y lo que necesitamos  para cuidarlo…


 - Si, hagamos eso…


 - Jae… y si… si no logro cuidarlo… si lo daño por no saber… si… -  Jaejoong acalló las siguientes palabras con sus labios.


 - Lo haremos bien. Tú y yo…




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Continuara \\(^_^)//...
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Gracias…

6 comentarios :

  1. Un bebe!!! Awwww fruto de su amor y pasion xD . Jae es tan tierno, enserio q me dan ganas de comermelo. Gracias! Gracias!

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  2. Algo sospeche y lo confirme kyaaaa un hermoso bebé viene en camino <3 felicidad total

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  3. Ya lo sospechaba,tendran un bebe por eso Jae estaba llorando de felicidad

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  4. lo savia un bebe hermoso pechocho de ese par de hermosos genial me encanto el capitulo
    Gracias

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  5. Que hermoso un bebé YunJae, ahora me preocupo mas por lo que traman los demonios contra Yunho por medio de Jae.

    Gracias!!!

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  6. Oh Que hermoooso¡¡¡ un bebé aaaaahh me imaginaba que era eso o que era la señal de que su Yunho ya lo amaba al infinito y más allá😍😍 y Dabaaan doble regalo para Jae. Yunho no lo había ducho pero la feliz noticia le trajo a Jae ese "Te amo" que sé había esperado tanto. Aaayyy Yunho cositaaa¡¡¡ esta asustado de no ser un buen padre, es lógico que tenga esos temores. Lo malo aquí es que esos demonios van a atentar en contra de la felíz familia. NOOOO ORACULO PREVENLOS POR FAVOR.😢😢😢

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