Junsu continuó sosteniendo la mano de Yoochun mientras lo guiaba
escaleras arriba hacia su habitación. Antes de que alcanzaran el final de las
escaleras Junsu escuchó a su madre gritar — Susu deja la puerta abierta por favor, emparejado o no, todavía
estás viviendo bajo mis reglas.
Junsu se rió, tan agradecido por algo que lo hizo sentir como si
fuera solamente un chico con otro chico, saliendo juntos, no un Canis Lupus, no
un compañero, sólo adolecentes.
—Está bien, mamá —gritó Junsu en respuesta.
Yoochun aparentemente pudo sentir su alivio y eso lo hizo sentirse
triste porque estaba provocando que la vida de él cambiara tan drásticamente y
tenía que convertirse en algo tan diferente a lo que alguna vez conoció. Quería
que él fuese feliz, que se sintiera a salvo, cuidado y amado por él. Mientras
entraban en su habitación, Junsu dejó ir la mano de Yoochun y se alejó, poniendo
algo de distancia entre ellos. Necesitaba espacio, estaba comenzando a sentirse
un poco claustrofóbico.
—Te puedes sentar en esa silla o en el asiento de la ventana —dijo señalando ambos lugares, de
repente se sintió muy nervioso, estar en su habitación a solas con él se sentía
muy íntimo, pero no podía negar que estaba muy aliviado de que cualquiera que
fuese la cosa que él tenía que decirle no iba a ser escuchada por todos los demás
que estaban abajo.
— Entonces, ¿cuál es la otra cosa que marca a la pareja como compañero?
Estoy asumiendo que tiene que ver con los ritos de sangre, ¿verdad? —le preguntó Junsu.
—Tienes razón; tiene que ver con el rito de sangre. El motivo por el
cual quería hablar contigo a solas es porque en la ceremonia esa es la única
parte que se hace en privado —explicó Yoochun.
—Wow, wow, wow, retrocede ahí. Pensé que habías dicho que en la
ceremonia no había cosas para tomar a la ligera —dijo Junsu un poco desesperado.
— Luna, te voy a exponer esto claramente. No habrán mentiras, medias
verdades, o irse por los arbustos. Voy a decirlo francamente —le dijo Yoochun firmemente.
Junsu trató, de verdad lo intentó, pero no pudo contener la risa.
—Nae maeum, ¿podrías por favor compartir conmigo qué es lo que
encuentras tan gracioso? —le preguntó Yoochun pacientemente.
— Se le dice “irse por las ramas”, oh príncipe de los lobos, no irse
por los arbustos —le
dijo, todavía riéndose incluso cuando intentaba no hacerlo.
—Oh, bueno mi error, entonces ya no habrá más irse por las ramas.
Vamos a llamarlo por lo que es, así que si te pones rojo voy a tratar con todas
mis fuerzas de no encontrarlo adorable.
—Está bien, escúpelo —respondió Junsu, irritado por su sermón. Se instaló en su cama,
las piernas en estilo indio, la espalda derecha y sus manos en su regazo.
Estaba tratando desesperadamente no estar ansioso pero no estaba teniendo mucho
éxito. Finalmente Yoochun empezó a explicar lo de los ritos de sangre, y él
tenía razón, lo que le dijo hizo que se sonrojara tanto que sintió calor en su
cara.
—Lo que te dije es cierto respecto a la ceremonia de vinculación,
nosotros no tenemos que consumarlo, o hacer el amor, como prefieras llamarlo,
con el fin de estar completamente vinculados. Sin embargo sí tenemos que
intercambiar sangre.
Junsu se encogió al escuchar eso — Eso es realmente asqueroso, te das cuenta de que no puedes hacerlo.
Quiero decir, eso seguramente no puede ser bueno para una persona.
Yoochun le dirigió una mirada de “no he
terminado” lo
que hizo que él dejara de hablar.
—No hay manera elocuente de decir esto. Es lo que es. Te marcaré y
tomaré tu sangre mordiéndote —Yoochun hizo una pausa esperando su reacción. Él no lo
decepcionó.
— ¿QUE TÚ ME VAS A HACER QUÉ? —gritó Junsu,
tomado completamente fuera de guardia por su revelación. «Quiero decir» pensó para sí mismo, «cuando él dijo que teníamos
que intercambiar sangre, yo estaba pensando en una pinchadura de dedos, un poco
de vergüenza porque yo tendría que chupar su dedo y viceversa, pero morderme,
eso estaba en toda una nueva categoría de vergüenza.»
Yoochun caminó hacia su cama y se arrodilló frente a él. Ubicó
sus manos sobre las suyas, y él instantáneamente sintió la tranquilidad
fluyendo a través de él. Cerró sus ojos y se empapó de ello, aceptando el
alivio que él le estaba dando. Cuando abrió los ojos estaba mirando fijamente
unos brillantes ojos negros profundos y misteriosos — ¿Cómo hiciste eso? —le preguntó él.
—Para los lobos el tacto es una cosa muy poderosa. Les proporciona
alivio y tranquilidad, también es así con un Canis Lupus, y al igual que otras
cosas es incluso más potente entre compañeros. Tú necesitabas mi alivio y no
podía hacer nada más que dártelo. Cuando tú necesitas algo eso me llama, puedo
sentirlo, mi lobo puede sentirlo, y estamos obligados hacer lo que podamos para
proporcionártelo.
Junsu trató de no pensar sobre eso, pero llámenlo loco, cosa que
a este punto estaba obligado a ser, pudo imaginarse a sí mismo deseando una
barra de helado Snickers en mitad de la noche mientras una violenta tormenta de
truenos causaba estragos afuera; aquí llega Yoochun llamando a su ventana,
totalmente mojado con un Snickers en su mano. Eso podría ser algo práctico.
Yoochun había captado todo su pequeño sueño-de-ojos-abiertos y
se rió entre dientes —Tú verdaderamente piensas en las cosas más raras, lo sabes ¿verdad? —le preguntó Yoochun.
—Mantengámonos enfocados, chico lobo. ¿Morderme exactamente en dónde?
Puesto que esto tiene que hacerse en privado estoy un poco receloso sobre la
respuesta —le dijo.
—Relájate, Luna, no te morderé en ningún lugar que un día te pueda
gustar —dijo Yoochun.
Junsu sabía que él solamente estaba tratando de conseguir una reacción de él y
por más que lo enfadara funcionó como un hechizo.
— Frena ese pensamiento justo ahí. No habrá discusión de futuros “gustar” y “no gustar” de nuestra posible relación física algún día, ¿entiendes?
—le dijo Junsu con resolución.
—Te complaceré por ahora —le dijo Yoochun con una sonrisa — Siguiendo adelante amor, te morderé en el cuello. Te aseguro Luna,
soy un hombre lobo pero al menos no soy un vampiro, mi mordida no durará tanto
como para dejarte sin sangre, dura lo suficiente para tomar suficiente sangre
para tragar y dejar mi marca en ti.
Junsu estuvo en silencio por un rato, tomó una profunda
inhalación y exhaló lentamente, y dijo — No preguntaré siquiera sobre el comentario del vampiro, solamente
dejaré que eso resbale sin mayor cosa que un ondeo o un vistazo. Lo que haré es
darle mi atención a toda esa cosa de dejarme una marca mordiéndome. Entendí eso
de que cuando me muerdas tendrás mi sangre en tu boca y bla, bla; pero, ¿cómo
vas a dejar una marca en mí? —Junsu Susu con una sorprendente compostura respecto a todo
el asunto.
— En realidad no estoy seguro de cómo dejaré una marca en ti. Creo que
es solamente parte de toda la cosa sobrenatural del vínculo. La marca que
dejaré es el símbolo visual que estás emparejado — Él explicó — La advertencia final para
los otros machos de que estás vinculado es el olor.
— ¿Apestaré? Por favor dime que no voy a apestar, porque yo no apesto,
¿okey? —le imploró Junsu.
—No Luna, no apestarás. Para los otros Canis Lupus olerás como yo,
porque habrás tomado mi sangre, y yo oleré como tú cuando haya tomado tu
sangre. Una vez que hayamos consumado nuestra unión los olores se habrán
intensificado extremadamente —explicó Yoochun.
—Justo acabas de tirar la última pelota curva ahí, ¿verdad? Bueno, no
tengas muchas esperanzas porque no la batearé —dijo Junsu altivamente— Entonces, toda esta cosa de morder se hace en privado, ¿por qué? —preguntó él.
— ¿Te gustaría que te mordiera el cuello frente a tu mamá? —argumentó Yoochun.
—Punto para ti. Tienes razón, no hay manera de que esa boca tuya se
acerque a mi cuello enfrente de nadie, ni de mi mamá y especialmente no de tus
padres —dijo Junsu. «Oh, mierda» pensó, «tengo que conocer a sus padres».
Sintió pánico ante ese pensamiento pero no sabía por qué. No había estado
nervioso cuando conoció a los padres de Trent. Escuchó gruñir a Yoochun
mientras él captaba el pensamiento de Trent pasando a través de su mente.
—Oh, ya cállate tú súper-posesivo, real dolor coreano en el
proverbial trasero. No es que esté pensando sobre él mordiéndome el cuello —dijo Junsu sarcásticamente. Una vez más,
no podía evitarlo; se volvía sarcástico cuando se estaba nervioso. Yoochun se
levantó y se sentó su lado de sobre la cama. Él se inclinó más cerca de él y le
apartó el cabello del cuello revelando las marcas sobre sus hombros y cuello. Yoochun
recorrió las marcas con sus dedos y dejó escapar un gruñido bajo. Junsu tembló
ante su toque y descubrió que no podía mantener su respiración uniforme, en
realidad sentía como que podría desmayarse en cualquier momento. Lo que vino
después casi selló su destino.
Yoochun se acercó aún más y susurró en su oído — Espero que no estuvieras
pensando en él mordiendo tu cuello. Te aseguro que una vez que lo haga yo,
nunca vas a tener la necesidad de pensar en otro —Y luego él con cuidado colocó sus labios
sobre su cuello. Junsu no trató de suprimir el pequeño gemido que salió de sus
labios apretadamente cerrados. Pero naturalmente Yoochun no podía dejar las
cosas como estaban. Después de que le besó el cuello, él estaba separando sus
labios mientras jugueteaba y también cuidadosamente pellizcaba su cuello con
sus dientes.
Junsu saltó y volteó para mirarlo sin aliento, poniendo sus manos
en alto como si pudiera protegerse de él. Le dijo —Yo, um —Sacudió
su cabeza y frotó su rostro con ambas manos mientras luchaba por conseguir que
sus pensamientos y palabras cooperaran con su boca — Ahora entiendo por qué esa
parte se hace en privado, gracias por la demostración.
Yoochun le sonrió perversamente —Puedo demostrártelo otra vez, está probado que es más probable que
las personas recuerden las cosas cuando las hacen tres veces.
—Buen intento Don Juan, pero se trata de que las personas recuerdan
cuando se le dicen las cosas tres veces, no cuando hacen las cosas tres veces —contestó él.
—Podríamos probar la teoría para ver si se aplica a las acciones
también, estoy a favor de un estudio científico —bromeó Yoochun.
—Bueno, pues estás sin suerte porque yo apesto en ciencias y por lo
tanto no la disfruto —dijo
él como un hecho.
Yoochun de nuevo se inclinó hacia adelante y esta vez Susu se
alejó, pero esto no lo detuvo, él solo sonrió y se inclinó más cerca.
—Entonces lo que intentas decirme, mi jag-eun hwajae (pequeño
fuego), ¿es qué
no disfrutaste mi demostración? Porque si no lo hiciste, entonces no lo hice
correctamente y me sentiré obligado a intentarlo de nuevo.
Cerrando sus ojos Junsu inmediatamente pensó en una pared
escudando su mente y entonces pensó en un plan; la evasión no está funcionando,
hora de pasar al plan B, si no puedes vencerlos, únete a ellos. «Solamente déjame ver si
puedo darte una cucharada de tu propia medicina y eso tal vez lo sacará de su
juego y luego podré dar marcha atrás. Tú sabes cómo Jae te llamaría, ¿verdad? » Se preguntó a sí mismo. «Sí, sip soy una gallina de
mierda, eso es lo que soy.»
Con su plan de ataque decidido, Junsu dejó de alejarse y comenzó
a acercarse a él. Esto de verdad lo confundió y lo hizo retroceder un poco.
Animado por su pequeña victoria, se volvió un poco más audaz y deslizó su
cuerpo más cerca del suyo. La frente de Yoochun se arrugó y él podía decir que
él se preguntaba que estaba pasando, pero él no se movió, solamente se sentó
muy quieto. Junsu decidió el ángulo en el que estaba actualmente era del todo
malo para su esquema así que se levantó sobre sus rodillas y caminó alrededor
hasta que estuvo directamente detrás de él. Estaba sentado sobre sus piernas
con sus pies detrás de él. Colocó sus manos sobre sus hombros y acercó su
rostro hasta que su boca estuvo justo al lado del oído izquierdo de él.
Yoochun se estremeció y esto hizo que él sonriera. «Toma eso tú pequeño canalla
seductor» pensó para sí mismo. Dejó que su
respiración estuviera sobre su oreja mientras le decía:
— ¿Cómo te gustaría hacerlo chico lobo?
Yoochun se inclinó hacia adelante para alejarse de su boca y él
pudo ver la subida y caída de su espalda; él estaba respirando rápidamente. Se
encontró bastante intrigado por su comportamiento; no podía recordar algún
momento en el cual Trent haya respondido a él así… oops, había dejado caer la
pared durante ese pensamiento.
Yoochun se levantó tan abruptamente que Junsu se cayó hacia delante
y tuvo que atajarse con las manos para evitar caer de bruces. Miró hacia arriba
y vio a Yoochun caminando rápidamente de un lado a otro por su habitación y en
obvia agitación.
—Yoochun, lo siento, no era mi intención que escucharas eso. No
estaba tratando de pensar sobre la parte física de mi relación con Trent,
estaba apenas comparando tus reacciones… — Junsu trató de explicar esperando calmar al lobo que actualmente
hacía un agujero en su alfombra con sus pasos frenéticos.
—Junsu no estás ayudando —le dijo con un gruñido— Me doy cuenta que no entiendes la intensidad de mis sentimientos por
ti, pero no puedo cambiar mi modo de ser. En la naturaleza, los lobos se
emparejan de por vida, y un lobo macho mataría a cualquiera que intente tomar a
su compañero. Es lo mismo con mi especie. Entiendo que este Trent —Yoochun dijo su nombre en obvia
repugnancia— fue parte de tu vida y no puedes cambiar eso, y no es que no me
guste él como persona. Es que sólo estoy celoso del obvio cariño que sentías y
sigues sintiendo por él. No me gusta el hecho que eras íntimo con él, cuando
ése es exclusivamente mi derecho —Yoochun cerró los ojos y respiró lenta y profundamente, y se
presionó los dedos en el puente de la nariz.
Cuando levantó la mirada hacia Junsu él pudo ver la lucha interna
que estaba teniendo, él quería honorarlo y darle el espacio que él necesitaba
porque no creció con los de su especie y él no podía esperar que él sólo
aceptara sus maneras sin compromiso. Pero su lobo no veía las cosas del mismo
modo. Él pensaba en absolutos. Junsu es su compañero, le pertenece a él y a
ningún otro, sus pensamientos deberían ser solamente para él, y debería
entregarse a él completamente tal como él se entregaba a él completamente.
Junsu se levantó de la cama y caminó hacia Yoochun. Esta vez no
estaba tratando de vencerlo en su propio juego, no estaba tratando de
seducirlo, sólo quería tranquilizarlo. En ese momento se dio cuenta que quería
ser suyo y quería desesperadamente que él fuese suyo y de nadie más. Puso los
brazos alrededor de su cintura y descansó su cabeza en el pecho de él. Yoochun
respondió a su pensamiento no expresado — Soy únicamente tuyo, nae dal. Fui tuyo desde mi primer aliento y seré
tuyo hasta el último.
Junsu cerró los ojos mientras las lágrimas rodaban lentamente
por sus mejillas. Lo haló para acercarlo más a él mientras las manos de él le
frotaban la espalda y él besaba la parte superior de su cabeza. Cuando se echó
hacia atrás para mirarlo, sacó sus manos de su espalda y suavemente sostuvo
su rostro. Entonces, él hizo la cosa más dulce que Junsu alguna vez experimentó.
Yoochun besó su frente, besó sus ojos, besó sus mejillas y su
nariz, besó su barbilla y, cuando él pensó que no podría esperar más tiempo, él
besó sus labios. Era suave y lento y dulce. Junsu dejó escapar un suave gemido y
esto hizo gruñir a Yoochun. Él aumentó la presión de sus labios sobre los suyos
y el beso se volvió mucho más apasionado.
Finalmente Yoochun se alejó y apoyó su frente sobre la suya.
Para alivio de Junsu, al igual que él, él estaba sin aliento, y le tomó un
momento recobrar la compostura.
— Creo que es tiempo de decir buenas noches amor, o mis buenas
intenciones de mantener tu virtud hasta que estemos unidos podrían simplemente
pasar a un segundo plano gracias a mis hormonas —dijo honestamente y absolutamente sin
vergüenza por su obvio deseo por él.
Junsu le sonrió. No quería que él se fuera, no quería estar
separado de él ni siquiera por un minuto, pero sabía que su mamá nunca dejaría
a Yoochun pasar la noche, sin importar si era su compañero o no.
— Leeteuk se está quedando aquí para darle a ti y a tu madre
protección. Si en algún momento te sientes inseguro me llamarás. Me doy cuenta
que tu mamá no está completamente cómoda con tú y yo estando emparejados, pero
necesito que entiendas, tu seguridad viene primero y no voy a dejarte sin protección
sólo para complacer a tu madre. ¿Entiendes eso? —le preguntó Yoochun con seriedad. Junsu sabía que su mamá querría que él estuviera a salvo incluso si eso significaba
que Yoochun estuviera en su casa todos los días y esa idea le cayó bien.
— ¿Siempre eres así de mandón? —le preguntó Junsu, ignorando pregunta.
—Cuando se trata de tu protección, sí, conservo el derecho de ser
mandón —respondió Yoochun.
Lo abrazó estrechamente una vez más y luego lo dejó ir. Junsu inmediatamente se
sintió solo sin su toque; eso lo sorprendió porque se sintió cercano a las
lágrimas ante la idea de él yéndose.
«¡Demonios, Susu!» pensó para sí mismo. «Contrólate, él sólo va a
estar al cruzar la calle.»
—Esto es parte del vínculo, amor. Es difícil para los compañeros
estar separados por mucho tiempo y no poder compartir sus pensamientos. El alma
de un compañero no está completa sin la del otro y los compañeros necesitan esa
cercanía, la ansían —le explicó él.
—Entonces que se supone que debo hacer mientras estamos separados,
quiero decir, demonios Yoochun todavía no te has ido y estoy triste ante la
simple idea de que te vayas —le dijo desesperadamente.
Yoochun colocó su mano en el cuello de Junsu, en el mismo punto en
donde sus labios estuvieron antes —Vendré en el instante que me lo pidas. Si tengo que dormir en el
piso justo afuera de tu puerta, lo haré si es lo que necesitas —Luego Yoochun dijo la única cosa que Junsu no esperaba oír— Te amo, nae dal. Fui hecho
para amarte, para protegerte, y proveer para ti. Nunca dudes en decirme o
pedirme lo que necesites.
Junsu se puso de puntilla y besó a Yoochun firmemente en los
labios. Se apartó rápidamente y dijo —Mejor te vas ahora, antes de que te ruegue que te quedes —Lo giró hacia la puerta de su habitación y lo empujó hacia
afuera.
No quería verlo alejarse de él, tan tonto como sonaba; en vez de
usar palabras le mandó una imagen desde su mente. Era de él sosteniéndolo
cerca; él inclinaba su cabeza a un lado como hacen los lobos para mostrar
sumisión, y como una pareja haría por su compañero para realizar los ritos de
sangre. No tenía ni la más remota idea de donde había venido ese pensamiento,
tal vez era su subconsciente dejándole saber que se sometería a la ceremonia de
los ritos de sangre «Eso es nuevo para mí » se dijo así
mismo.
En su mente él oyó a Yoochun gruñir en respuesta de ese
pensamiento y todo lo que dijo fue, «Pronto, mi amor, pronto.»
Junsu tembló ante sus palabras. «Oh que bueno» respondió él sarcásticamente. Oye, ¿qué más podía esperar de él?
El sarcasmo era su especialidad. Junsu fue hacia su ventana y se sentó en el
asiento mirando hacia la calle. Estaba esperando ver a Yoochun salir de su
casa, así podía observarlo caminar hacia el otro lado de la calle. Sip, él
estaba mal. Vio a Leeteuk caminar hacia afuera y a Yoochun detrás. Leeteuk
abrazó a Yoochun otra vez. «Caramba realmente son un manojo de tocones, ¿verdad?» pensó él. Luego ellos hablaron por unos minutos. Cuando
finalmente se separaron, Leeteuk se colocó delante de Yoochun, puso su mano
sobre su corazón, se inclinó ligeramente, y giró su cabeza para exponer su
cuello. La única respuesta de Yoochun para reconocer la obvia sumisión de Leeteuk
fue una cabeceada brusca. Entonces Leeteuk dio la vuelta y regresó a la casa de Junsu.
Antes de seguir su camino hacia la casa de los Henry, Yoochun se
dio vuelta y miro hacia la ventana de Junsu. Al principio Junsu quiso esconderse
muy lejos, avergonzado de ser atrapado mirándolo... otra vez. Entonces pensó, «¡Qué demonios! ¿Cuán
seguido puedo anhelar a Coreanos ardientes?»
«Espero que no
desees a ningún otro. Coreanos, calientes, o lo que sea… Luna, ¿qué se supone que
significa eso?» Yoochun
le envió su pensamiento.
«Realmente vas a
tener que invertir en un buen diccionario y uno de sinónimos, ¿lo sabes verdad?» respondió Junsu.
Observó mientras él le soplaba un beso y no pudo evitar pensar
cuánto habría preferido que sus labios estuviesen en el extremo receptor de ese
beso en vez de su mano. Sintió comezón en el cuello ante la idea de sus labios
y estaba diciéndose a sí mismo que se controlara cuando se dio cuenta de que Yoochun
no le había dicho algo. Junsu abrió su ventana y se asomó.
—Yoochun, convenientemente has olvidado decirme cómo voy a tomar tu
sangre —le dijo Junsu.
—No lo he olvidado, pensé que sería obvio amor —Yoochun le dijo— Vas a devolverme la mordida —Yoochun le hizo un guiño y sonrió, luego siguió su camino hacia
la casa de los Henry.
—Si tú no lo quieres morder, yo lo haré.
Junsu se giró para ver a Changmin y a Jae parados en la entrada
de su habitación. Changmin levantó su mano derecha la cual sostenía una taza — ¿Chocolate caliente? —preguntó.
—Más vale que lo creas —Fue lo todo lo que Junsu dijo.
>>> ♥
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Yoochun sonreía para sus adentros mientras caminaba por la calle
hacia la casa de los Henry. No había olvidado decirle a Junsu que tendría que morderlo;
sólo había estado esperando el momento adecuado porque había aprendido
rápidamente que su Luna era impredecible. No sabía si él iba a estar contento
por conseguir vengarse de él por morderle o si la idea de tener que morderlo
con fuerza suficiente como para extraerle sangre sería el último empujón para
llevarlo al borde. Para su alivio, él no había enloquecido... todavía.
Simplemente parecía confundido, él supuso que eso calaría en poco tiempo y él
se pondría en contacto con él más tarde esta noche.
Yoochun alcanzó la cocina y luego en mitad de las escaleras se
encontró con Brian — ¿Cómo estuvo la cita? —preguntó Brian moviendo las cejas.
—Estuvo bien, Junsu es un chico maravilloso —respondió Yoochun.
— ¿Así que vas a salir con él otra vez?
—Espero que sí, no se lo pedí esta noche, ya sabes, no quería parecer
obsesionado o algo así —le dijo Yoochun y se rió para sus adentros. Sabía que estaba
más allá de la obsesión, pero de nuevo no era sólo un chico que le gustaba, él
era más que un flechazo, por lo que honestamente estaba siendo bastante
razonable acerca de la situación en general. «Sip, sigue diciéndote eso» pensó Yoochun.
— Oh, has recibido una llamada mientras estabas fuera —le dijo Brian.
— ¿Una llamada telefónica? ¿Era de mis padres? —preguntó Yoochun.
—No, fue de Seongjae, el vendedor del concesionario. Pidió que lo
llamaras esta noche, que era muy importante. Escribí su número y lo pegue con cinta
adhesiva en tu puerta.
—Está bien, gracias —respondió Yoochun distraídamente mientras siguió subiendo las
escaleras pasando a Brian.
—Te veré por la mañana —le dijo Brian.
—Sí, nos vemos —Fue todo lo que dijo Yoochun.
Cuando Yoochun llegó a su habitación, vio la nota que Brian
había pegado en la puerta. La arrancó y abrió la puerta y luego la cerró detrás
de él.
Por un momento se quedó mirando la hoja de papel, no muy seguro
de si debía llamar primero a su Alfa, o devolver la llamada a Seongjae. Decidió
que debía llamar a Seongjae en primer lugar porque entonces podría decirle a su
padre respecto a decirle todo a Junsu y lo de haber hablado con Seongjae. Cogió
el teléfono y marcó el número que Brian había escrito en el papel. Lo escuchó
sonar cuatro veces cuando alguien finalmente respondió.
—Hola —dijo
la voz.
— Llamo para hablar con Seongjae, por favor —dijo cortésmente Yoochun.
—Espera por favor —le dijo la voz a Yoochun. Yoochun esperó durante varios minutos
antes de que otra voz se oyera en la línea. Estaba tratando de no pensar en
todos los escenarios que podrían presentarse al final de todo dadas las
circunstancias y lamentablemente cada uno no era mejor que el otro.
— ¿Es el cachorro de Corea? —preguntó una voz profunda.
—Si por el cachorro que quiere decir que el príncipe coreano de los
Canis Lupus, entonces estás en lo correcto —respondió Yoochun ya queriendo gruñir— ¿Con quién tengo el placer
de hablar? —preguntó Yoochun.
— Mi nombre es Jeong Jihoon conocido como Rain, soy el Alfa de la
manada de Coldspring. Estoy llamando para averiguar por qué todavía está en mi
territorio cuando no ha sido autorizado para estar aquí. No sólo eso, sino ¿por
qué se está quedando al otro lado de la calle donde vive el joven que he
reclamado como mío? —pregunto
Rain con su voz comenzando a convertirse en un largo rugido mientras hablaba.
A Yoochun comenzaron a brillarle los ojos, sintió que sus
colmillos se alargaban y tuvo que cerrar los ojos para conseguir calmarse. Este
perro callejero se había atrevido a reclamar a Junsu como suyo, si él se
acercaba a su compañero iba a rasgar su garganta. Una vez que él estuvo
tranquilo y fue capaz de hablar, respondió —No hay registro de su manada, por lo tanto no tengo que pedir
permiso para estar aquí. En cuanto al joven al que usted se refiere, a menos
que pueda probar que de hecho es su compañero no tiene ningún derecho sobre él.
Yoochun escuchó un gruñido bajo en el otro extremo del teléfono.
Esperó a que Rain respondiera y por un momento pensó que el otro lobo ya no
estaba allí, pero entonces lo oyó hablar — ¿Está tratando de decir que puede demostrar que él es su compañero? —preguntó Rain.
—Ne (sí) —Fue
todo lo que Yoochun dijo en respuesta.
Entonces oyó a Rain decir una cosa Yoochun había tenido la
esperanza de poder evitar.
—Entonces te desafío por la ceremonia de vinculación. Sabes cómo
funciona esto, ¿correcto? Aunque lo sepas, permíteme refrescarte la memoria.
Incluso si él lleva tus marcas, no está unido a ti y por lo tanto tengo derecho
a desafiarte por una ceremonia de vinculación. Si gano, esto por supuesto
significa que mueres, entonces tomaré al chico como compañero y será vinculado
a mí. Si tú ganas, bueno el resultado es obvio —explicó Rain.
Yoochun respiró hondo. Su Alfa iba a estar furioso. Junsu iba a
estar aún más furioso cuando se enterara de que tenía que ir a Corea. En
realidad así no era como Yoochun había esperado comenzar su último año en la
escuela secundaria. Yoochun tenía que comprar algo de tiempo a fin de conseguir
que Junsu y su madre se fueran del país, lo que significaba que él tendría que
ir sin él. No le gustaba la idea, pero haría todo lo que pudiera para mantener
seguro a su compañero.
—No puedo hacer nada más que aceptar, sin embargo tengo el derecho de
solicitar que mi Alfa esté presente en el desafío para asegurar una lucha
justa, y como está en Corea, le tomará dos días para llegar hasta aquí —le dijo Yoochun.
—Conozco las reglas, puedes llamar a tu Alfa para que venga y sea testigo,
sin embargo durante esos dos días Junsu — Rain hizo una pausa cuando escuchó a Yoochun chasquear los
dientes y gruñir, pero luego continuó sin demostrar de forma alguna que se
había dado cuenta de la reacción de Yoochun — estará bajo arresto domiciliario, sólo en caso de que estuvieras
planeando tratar de sacarlo de contrabando mientras estamos a la espera de tu
Alfa. Tendré a dos guardias en su casa y no se te permitirá verlo durante este
tiempo —explicó Rain.
Yoochun estaba perdiendo rápidamente el control de su compostura
y Jeong Jihoon (Rain) finalmente lo empujó sobre el borde cuando le dijo a Yoochun
que iba a pasar por la casa de Junsu al día siguiente para expresarle sus
intenciones. Las uñas de Yoochun comenzaron a crecer afiladas y su rostro
estaba comenzando a perder su forma humana mientras el lobo trataba de empujar
para salir. Su compañero estaba en peligro, otro macho estaba tratando de
alejarlo de él, y él quería sangre.
«Yoochun, ¿estás
bien? ¿Qué pasa? Algo está mal, así que no intentes decirme que no es así
porque voy a patearte el trasero si me mientes después de todo eso de “no habrá medias verdades ni mentiras y
bla, bla, bla”, así que escúpelo.» Yoochun escuchó a Junsu en sus pensamientos y eso calmó al lobo
de inmediato. Yoochun se dio cuenta en ese momento lo precioso que era tener un
compañero, ya que solo él podía domar a su lobo.
«No voy a
decirte que nada está mal Luna, pero no puedo decirte lo que es en este
momento. Por favor, confía en mí. Dame unos minutos y te lo explicaré» le dijo Yoochun con sinceridad. Sabía que
iba a tener que decírselo, sobre todo porque este Rain iba a estar pasando por
su casa. Por lo menos Leeteuk estaba allí y lo protegería con su vida, él será
su reina un día, debe ser valorado por encima de su vida.
«Está bien,
cinco minutos. Luego te quiero en mi puerta para hablar conmigo cara a cara» exigió Junsu.
«Ahí estaré» respondió Yoochun.
Yoochun no se había dado cuenta de que Rain le estaba haciendo
una pregunta puesto que se había distraído por los pensamientos de su compañero.
— ¿Entiendes los términos que se han fijado para ti en relación con el
desafío de la ceremonia de vinculación?
—Lo hago —Fue
todo lo Yoochun dijo.
—Entonces espero una llamada telefónica en el momento en que su Alfa
esté aquí. Mis lobos estarán en la casa de él en una hora. Tienes hasta
entonces para verlo. Te advierto que no dejes que mis lobos te vean tocándolo.
Como bien sabes, mientras el desafío esté en pie, no puedes intentar vincularte
con él o perderás —Luego
la línea se cortó.
Yoochun iba y venía alrededor su habitación haciendo retroceder
al lobo, las uñas volvieron a su longitud normal, sus caninos retrocedieron, y
cuando se miró en el espejo vio que, aunque su rostro había vuelto a la
normalidad, sus ojos todavía brillaban de un helado color azul. «Bueno» pensó para sí mismo, «creo que eso es lo mejor
que puedo hacer.» Sintió que su lobo se
revolvía como si estuviese diciéndole que tenía suerte de que todo lo que
quedaba del cambio de fase era que sus ojos sólo seguían brillando.
Yoochun nunca antes había sentido a su lobo enfadado. Él y su
lobo estaban de acuerdo en que la idea de este Alfa en cualquier lugar cerca de
su compañero era exasperante. Yoochun no estaba seguro de cómo se las iba a
arreglar para no ir allá y destrozar a Rain. Miró el reloj y se dio cuenta de
que habían pasado cuatro minutos desde que había oído a Junsu y porque no lo
empujaría más allá para marchar a través de la calle si él no se presentaba,
decidió que era mejor ir allí.
Por razones de conveniencia y para evitar molestar a Brian y
Sara, Yoochun decidió tomar la ventana. Dos pisos podrían haber sido un desafío
para un ser humano pero para un lobo, saltar es su segunda naturaleza. Saltó al
suelo, y luego echó a correr por la calle hasta la puerta Junsu. Cuando llegó
allí él ya estaba de pie en el porche con un albornoz envuelto a su alrededor,
dando golpecitos con el pie, y con una mirada que haría que incluso un Alfa TVXQ
se detuviera en seco. Se veía adorable.
— ¿Qué demonios fue eso? ¿Tienes como hábito saltar de estructuras de
dos pisos? ¿Estabas pensando, “Oye la puerta de entrada es una forma tan típica
de dejar un lugar que por qué no mezclar un poco, ya sabes a través de algunos
yuuujuuu y en lugar de eso caer por la ventana”? — dijo Junsu sarcásticamente mientras
trataba de recuperar el aliento de su pequeña despotricada.
—Cálmate Luna, no me caí. Salté, saltar es como una segunda
naturaleza para mí y lo elegí porque no quería molestar a Brian o a Sara. ¿Cómo
estás? —explicó Yoochun
y luego le preguntó.
— ¿Cómo crees que estoy? —preguntó
con sarcasmo — Aquí estoy sentado, bebiendo mi chocolate caliente, explicándole a
mis dos mejores amigos que tengo que morder a cierto chico, sabes lo habitual y
BAM — Junsu aplaudió para enfatizar sus palabras— Casi soy derribado por una
ola de emoción o algo —terminó
sonando menos agresivo y más cansado de lo que había estado cuando había
comenzado.
Yoochun tomó su mano en la suya, se la llevó a los labios y la
besó suavemente. Lo sintió y lo vio estremecerse en respuesta. Odiaba estarle
causando angustia y odiaba saber que estaba a punto de empeorar. Miró su reloj
y se dio cuenta de que sólo le quedaban cuarenta y cinco minutos antes de que Rain
y sus lobos llegaran.
—Amor, necesito que busques a tu mamá, yo voy a buscar a Leeteuk —le dijo Yoochun.
— ¿Por qué? ¿Qué sucede Yoochun? —preguntó
Junsu, con su rostro mostrando su evidente preocupación.
—Vamos a entrar y conseguir que todos se reúnan y voy a explicarlo.
Trae a Jae y Changmin también, por favor —dijo Yoochun mientras lo guiaba a la casa.
—Leeteuk está en la habitación al final del pasillo por la cocina —le dijo Junsu. A Yoochun le gustó que
hubiera distancia entre el otro lobo y su compañero, pero a la parte lógica de
su cerebro que aún no estaba afectada por su vena posesiva, le preocupaba que
fuera demasiado lejos para que él fuese capaz de protegerlo eficazmente.
Yoochun se dirigió hacia la habitación de Leeteuk mientras Junsu
se dirigía hacia las escaleras para traer a sus amigos y a su madre.
Antes de que Yoochun pudiera incluso doblar la esquina para ir
por el pasillo hacia la habitación de Leeteuk, su guardia ya estaba allí. Leeteuk
expuso su cuello en sumisión a su príncipe y le preguntó — ¿Has llamado a tu padre?
—Todavía no, quiero hablar con Junsu y su madre primero y hacerles
saber lo que está pasando. El lobo que dice ser el Alfa de este territorio está
enviando rojos hacia acá para vigilar la casa de Junsu. No creo que él sea
consciente de que estás aquí, y necesitamos mantenerlo de esa manera —le dijo Yoochun.
Yoochun y Leeteuk hicieron su camino de regreso a la sala y
vieron que los chicos y Hani estaban sentados juntos en el sofá. Yoochun quería
tener Junsu sentado junto a él pero renunció a la idea, sabiendo que él tenía
que estar cerca de la gente en la que más confiaba.
«Confío en ti Yoochun» Yoochun oyó el pensamiento de Junsu en su
mente y mientras lo decía él se levantó y fue con él. Le tomó la mano y la
condujo al sofá de dos plazas, donde se sentaron juntos. Ese pequeño acto hizo
que el corazón de Yoochun se hinchara de amor por su compañero.
Hani parecía un poco triste cuando miró a su hijo sentado al
lado de Yoochun pero rápidamente se lo quitó de encima — Yoochun, dinos por favor — Fue todo lo que Hani dijo.
—Hay una manada de TVXQ aquí en Coldspring y el Alfa, Jeong Jihoon,
me ha contactado. Él está reclamando a Junsu como su compañero —Yoochun no pudo evitar el gruñido que
salió mientras decía esta última parte.
— ¡Y un infierno que lo soy! —Gritó Junsu
bruscamente poniéndose de pie — Ni siquiera sé quién es ese chiflado… — miró a su mamá— ¿Lo conozco? —le preguntó sonando
menos confiado.
—No Susu — respondió
Hani— Yo tampoco lo
conozco. Yoochun ¿lo has visto?
—No, no lo conozco en persona — Se volvió hacia Junsu — Lo conocerás muy pronto, Nae ma-eum (mi corazón), planea venir aquí mañana
para decírtelo él mismo.
— ¿Quién demonios se cree este tipo que es? Él no puede simplemente
traer su peludo culo a la casa de Susu y si cree que puede, obviamente ha
subestimado mi habilidad para volverme todo kung fu con su pellejo —despotricó Jae.
Yoochun le sonrió, apreciando su lealtad hacia su compañero.
— ¿Estarás conmigo? —le preguntó Junsu, sonando como si ya supiera la respuesta.
—No amor, no seré capaz de hacerlo. Jihoon me ha retado para una
ceremonia de vinculación. Así que no puedo estar contigo hasta después de la
pelea. A él se le permitirá verte una sola vez para darte a conocer sus
intenciones y luego tampoco tendrá permitido verte — explicó Yoochun a su compañero.
— ¿Qué quieres decir que te desafió para una ceremonia de vinculación?
¿Qué pelea? —preguntó
Junsu incrédulamente.
Yoochun le tomó la mano y tiró de él a su lado en el sofá de dos
plazas.
— Debido a que no estamos vinculados, cualquier macho tiene el derecho
de retarme para ser tu compañero, incluso si no son tus verdaderos compañeros.
No tengo otra opción excepto aceptar el desafío. Lo que esto significa Junsu,
es que Jihoon y yo vamos a luchar en
nuestras formas de lobo, el que quede de pie será su compañero.
—Cuando dices “el que quede de pie” te refieres al que quede vivo ¿no? —le preguntó él.
—Si amor, la lucha es a muerte —respondió.
Junsu se sentó en silencio durante unos momentos. Tenía la
cabeza hacia abajo de modo que él no podía ver lo que sus ojos le dirían.
«¿Estás bien?» preguntó Yoochun a través de sus
pensamientos mientras le ponía la mano bajo la barbilla y empujaba su rostro
hacia arriba para mirarlo.
—No Yoochun, definitivamente no estoy bien. Estoy enloqueciendo en
este momento si debes saberlo. La idea de vincularme o lo que sea, contigo era
una locura. La idea de vincularme con un total desconocido, un desconocido que
resulta ser un werewolf que está molesto contigo, está más allá de mi capacidad
de ser razonable —le
dijo Junsu.
—Yo secundo esa moción —dijo Changmin.
—Yo la tercero —intervino Jae.
—No se puede tercerear algo idiota, sólo tienes que decir Aye, para
demostrar que estás de acuerdo —le dijo Changmin.
Jae sólo le sacó la lengua a Changmin e ignoró su comentario.
— ¡No vas a estar vinculado a nadie más que a mí! —gruñó él.
—Seh, seh golpéate el pecho si lo necesitas mientras estás en eso
Tarzán —dijo Junsu
sarcásticamente.
— He solicitado que mi Alfa esté presente en la pelea, le tomará dos
días llegar. Iba a intentar y tener a Leeteuk pasando de contrabando a tu madre
y a ti fuera del país pero Jihoon lo sospechó y puso tu casa bajo vigilancia
por sus lobos. Sin embargo, no es consciente de que Leeteuk se queda aquí, así
que es para nuestro beneficio. Si pierdo...
— ¡NO vas a perder! —dijo Junsu con firmeza.
Yoochun continuó como si él no hubiese hablado — Leeteuk los pondrá a salvo
a ti y tu madre. Tienes que prometerme Luna que vas a ir con él y dejar que mi
manada te mantenga a salvo.
—No haré tal promesa porque nada y quiero decir absolutamente nada te
va a pasar. Si recibes tanto como un rasguño en tu hermoso rostro voy a patear
tu peludo cu… —Antes
de que Junsu pudiera terminar Yoochun tenía la boca sobre la suya, besándolo
con firmeza.
— ¡Finalmente, consigo algo de acción! —exclamó Jae.
Cuando Yoochun finalmente se apartó de Junsu él parecía un poco aturdido.
Sin embargo se recuperó rápidamente —Simplemente me besaste —dijo, con
sus palabras llenas de confusión.
—Lo hice, amor —respondió Yoochun con una sonrisa maliciosa.
— ¡En frente de mi mamá! —dijo Junsu claramente avergonzado.
—Y de Leeteuk y tus amigos también —señaló Yoochun sonando presumido.
—No seas un bastardo sabelotodo —le dijo Junsu.
Yoochun se levantó y miró su reloj y se dio cuenta de que sólo
le quedaban diez minutos con su compañero. Le enfurecía tener que obedecer las
reglas del desafío pero si no lo hacía podría terminar por tener que renunciar
y perderlo. La idea hizo que su corazón doliera. Lo levantó del asiento y otra
vez, sin preocuparse de su público, lo besó como si esa pudiera ser la última
vez. Sostuvo su rostro tiernamente y trató de memorizar sus facciones, cuán
suave era su piel. Se apartó bruscamente y se alejó, abrumado con emociones tan
fuertes que no sabía qué hacer. Quería aplastar algo; quería sangre, la sangre
de la persona que se atrevió a alejarlo de su pareja. Respiraba con dificultad y
sus ojos estaban brillando cuando Junsu habló.
— ¡Me besaste de nuevo! —dijo
pisoteando fuerte como un niño— Las demostraciones públicas de afecto es una gran cosa en tu manada,
porque eso podría ser un problema —continuó
pero se detuvo tan pronto como Yoochun se volvió hacia él y vio sus ojos.
Continuara
\\(^_^)//...
Niñ@s un comentario no
les cuesta nada….
Gracias…
Cada vez se está poniendo interesante esta historia ahora yo quiero saber cuales son la pareja de Jaejoong y la de Changmin a y yo quiero que hani se quede con Leetuk
ResponderEliminares desesperante por lo que esta pasando el Yoosu pero estoy segura que Yoochun sera el ganador por que si pierde es capas de matar a el otro lobo Junsu por lastimar a su Yoochun y los muchachos Jae y Min también lo atacarían por defender a Yoochun así es que no puede perder por que son mas de el lado bueno ya quiero a Yunho en la historia
ResponderEliminarGracias
Adoro que Chunnie se enrede con los dichos jajaj es tan mono. Diooois se besarooin otra vez por tu madre Junsu de qué te quejas si te fascinan los besos de mi Yoochun¡¡¡Lancerdad es que me preocupa esa pregunta que Chunnie respondió sin haberla escuchado si quiera. Dios que terrible Rain esta actuando como truan y lo peor es que es uno de mis consentidos(¡.¡) Chunnie no puedes perdeeer. Mmm me encanta la idea de Un TeukHaní pero Ella no es una Canis y Leeteuk... supongo que está en espera de su mitad.
ResponderEliminarYoochun mas te vale ganar, porque si recibes un solo rasguño te las verás con un Junsu enojado. Que tonto es Junsu 'me besaste y enfrente de mi mamá', jajaja me dan ganas de darle un zape, no ve que el otro se va a pelear a muerte por él.
ResponderEliminarGracias!!!