S.O.R. Cap. 7 Mantén tus manos fuera de mi chico

 

— El peor día de todos! —me quejé con Junsu.

—Oh, ¿peor que la vez que te hicieron detenerte y el policía dijo “papeles” y tú dijiste “tijeras, gané” y él ni siquiera se rió?

—Incluso peor que eso. Estaba tan agotado pensando en todas las cosas con Yunho durante todo el día, que ni siquiera pude concentrarme en clase, luego me tropecé con Hyunjoong en mi camino al estacionamiento.

—Oh mierda. ¿Cómo estuvo eso?

—Nada bien. Él todavía no está tomándolo bien.

—Todos estamos bien hasta el día en que no lo estamos.

«Famosas últimas palabras…»

—Este es mi último semestre, Junsu, no lo puedo estropear.

—Lo sé cariño, lo lograrás. ¿Hyunjoong no intentó nada, o sí? ¡Porque me volveré totalmente loco con él de nuevo!

Kim Hyunjoong fue mi último novio. Terminamos las cosas hace unos dos meses, pero él sigue encontrando formas de convenientemente chocar conmigo. Él era un estudiante de pre-medicina que iba a ir a ortopedia. Era atractivo y tenía un sentido del humor decente. Pero no teníamos esa chispa entre nosotros. Él se volvió un poco psicópata cuando terminé. Yo no vi el sentido en seguir arrastrándolo, pero él obviamente sentía lo contrario y lo hizo saber.

—No, pero sigue tratando de convencerme de que le dé otra oportunidad. Su humillación fue patética.

—Oh Dios. —Él se rió.

Terminé de aplicarme mi maquillaje y até mis distintivos tacones de aguja negros. Estábamos apegándonos a Something In Your Mouth de Nickelback para nuestra primera canción y a Porn Star Dancing para la segunda. Paseé por el escenario después de que Eunhyuk nos anunció y observé que en el centro y frente de mi parte del escenario se sentaba Yunho. En lugar de estar enojado, estaba ligeramente halagado, y decidí darle algo por su dinero. Sacudí lo que mamá no me dio y trabajé en el tubo como un profesional. Me colgué de cabeza y me deslicé hacia abajo, manteniendo mis ojos fijos en Yunho todo el tiempo. Con mi espalda hacia la multitud desaté mi top y lo tiré por encima de mi hombro. Hice mi último paseo por el escenario y recogí mi dinero. Yunho puso una nota en mis bragas y para el momento en que nuestros ocho minutos terminaron estaba ansioso por salir del escenario y leerlo. Me puse mis vaqueros ajustados y mi camiseta, y desdoblé la nota.

«¡Encuéntrame para una bebida, chico sexy!»

Rápidamente me quité mi maquillaje y miré hacia Junsu. Él estaba leyendo Cincuenta sombras de Grey, por quinta vez.

—Junsu, ¿de verdad estás leyendo eso de nuevo? —bromeé.

—Un chico puede soñar, ¿no? Mi nuevo plan de vida es entrar en todas las oficinas de un jefe ejecutivo hasta que encuentre a un Christian Grey. — Él suspiró dramáticamente.

—Buen plan, pero si lo encuentras, acuérdate de tu mejor amigo. Me voy a encontrar con Yunho en el bar, ¿quieres venir?

—Quizás en un rato, estoy esperando a Wonbin. —Me guiñó un ojo.

—Está bien, entonces te veré en casa. —Recogí mi bolso y lo puse contra la puerta trasera antes de dirigirme hacia el bar. No conseguí dar dos pasos en el club antes de que Yunho me agarrara por atrás.

—Yunho —chillé.

— ¿Quién es Yunho? —Giré y me di cuenta de que no era Yunho, era

Hyunjoong.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Hyunjoong?

—Vine a verte, ¿qué más estaría haciendo? —dijo con aire de suficiencia.

—Me acabas de ver más temprano. Creí haberte dicho que no te quería ver más.

—No respondiste mi pregunta. ¿Quién es Yunho?

—Ese soy yo. —El Yunho de verdad apareció detrás de mí esta vez. Envolvió un brazo protectoramente a mí alrededor y le ofreció su otra mano a Hyunjoong. Me encogí para estar lo más cerca posible de él. Hyunjoong lo estaba evaluando, como si fuera una competencia. Yunho seguía en su traje y parecía que hubiera acabado de salir de una pasarela. Hyunjoong estaba usando una camisa polo, pantalón caqui y unos mocasines marrones, luciendo como el arrogante idiota que era.

—Hyunjoong —dijo, sacudiendo su mano— ¿Y tú eres?

—Jung Yunho. Jae es mi prometido, ¿no es cierto, Boo? — Asentí, demasiado impactado para decir nada.

—No veo un anillo. —Él miró hacia mi mano.

—Está en la joyería para que ajusten el tamaño —dijo Yunho sin vacilar.

—No dijiste que te habías comprometido cuanto te vi más temprano. —Genial, él estaba buscando pelea. Sentí a Yunho tensarse.

—De hecho, por eso esta mañana te dije que no quería verte más. Hyunjoong, ahora estoy con Yunho. Tienes que continuar con tu vida. —Él se acercó a mí.

—Mantén tus manos fuera de mi chico o tú y yo vamos a tener problemas —espetó Yunho.

—Jae —imploró.

—Hyunjoong tienes que irte o voy a tener que llamar a Kangin y serás escoltado afuera.

—Bien. Me iré, pero verás que me perteneces. —Se giró y alejó, y yo suspiré aliviado. Yunho me guió al bar y pedimos nuestras bebidas.

— ¿Qué fue eso? —preguntó Yunho confundido.

—Eso era Hyunjoong, mi ex.

—Oh. ¿Hay muchos de esos de los que voy a tener que defenderte? —bromeó.

—Él no piensa que se terminó, como puedes ver. Lo he dejado en claro en más de una ocasión. Se terminó hace unos cuantos meses, pero él es persistente.

—Si te da algún otro problema házmelo saber. Yoochun y yo nos haremos cargo de eso y él no te molestará nunca más.

—Yunho —dije con seriedad mientras él sonreía una sonrisa juvenil— Gracias por salvarme de esa forma. ¿Qué haces apareciéndote aquí de todas formas?

—Te extrañé. No pude dejar de pensar en ti todo el día.

—Yo también. —Él pareció calmado. Me moví fuera de mi silla y me subí en su regazo. Me incliné y lo besé largo y profundo hasta que apareció Junsu y aclaró su garganta. Me retiré.

—Llévenlo al armario de almacenamiento.

— ¿Qué tal si en vez de eso, te llevo a casa conmigo? Mi chofer está a la vuelta de la manzana —susurró en mi oído. Sentí que todo mi cuerpo se calentaba con anticipación. Asentí. Sacó su teléfono y le dijo al chofer que lo viniera a recoger. Él dijo que por lo general contrataba un chofer durante la semana así no tenía que preocuparse por el tráfico o por estacionarse.

—Cuídate —dijo Junsu tras nosotros, pero ya estábamos a medio camino de la puerta. Lo presioné contra la pared de ladrillo del club y empecé a besarlo de nuevo. Él lucía tan sexy en su traje.

Tan pronto como llegó el auto y el chofer abrió la puerta, lo froté a través de la tela del traje, haciendo que la mirada en sus ojos se volviera salvaje. Sabía que iba a ser caliente. Cuando nos detuvimos enfrente de su edificio, diez minutos después, me colocó estratégicamente en frente de él para bloquear su ahora muy prominente erección, sin tener en cuenta la mía, aunque la ropa lo disimulaba mejor. Una vez dentro de su apartamento me presionó contra la pared y reclamó mi boca, desabotonando mis pantalones y empujándolos a mis pies. Él estaba prácticamente jadeando.

— ¿No vamos a llegar a la cama, no? —bromeé, deslizando la chaqueta de sus hombros.

—Ni lo sueñes. —Me levantó y envolvió mis piernas alrededor de su cintura mientras lentamente se hundía en mí. Enterré mis uñas en su espalda mientras él aceleraba el ritmo. Estaba disfrutando la sobrecarga de placer. Bajé la mirada observando cómo se deslizaba dentro y fuera, y sentí mi cuerpo apretarse, sabía que él también lo había sentido.

—Vamos Boo —susurró. Grité su nombre.

Sin romper nuestra conexión, nos movió de forma que mi espalda estaba en el sofá donde continuó con su actividad hasta que ambos estuvimos sentados. Eché un vistazo sobre su hombro y lucía como si un tornado hubiese pasado por aquí. Entré en un ataque de risa.

— ¿Qué es tan gracioso?

—Nosotros. Somos como un tornado. Creo que mi camisa está colgando de tu lámpara.

—Se ve bien ahí. Creo que la dejaré. —Sonrió, besándome— ¿Puedes quedarte esta noche? Por favor.

—Esta noche no. Tengo un largo día mañana, pero te veré en la cena, ¿está bien?

—No me lo perdería. Tengo una reunión a primera hora de la mañana para discutir unas cosas con Sungwon, pero el resto de mi día está bastante despejado. Al menos no tengo que ir al juzgado.

— ¿Está todo bien? En el trabajo, quiero decir. —Estaba preocupado de que romper su compromiso con el hijo del jefe pudiera causar problemas con su trabajo.

 

—No estoy seguro. No creo que haya nada de qué preocuparse, pero Karam es su pequeño niño, así que no estoy seguro. No tiene importancia, de cualquier modo. —Me estaba sosteniendo como si su siguiente respiración dependiera de ello — Estoy esperando que esta sea nuestra segunda oportunidad, Jae. Pensé que nunca te volvería a ver. No importa lo que pase, siempre y cuando te tenga, nada más importa. Además, sabes que realmente no necesito el dinero. — Eso era verdad. Su abuelo falleció cuando tenía dieciséis años, dejándole una muy considerable herencia. Sería suficiente para durarle el resto de su vida y un poco más.

—Lo sé, pero tu sueño era ser abogado y no quiero que también pierdas eso, especialmente por mi culpa.

—No preocupes a tu pequeña y linda cabeza.

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