S.O.R Cap. 3 Tú amor es mi droga

Sentí que alguien subía a la cama conmigo y empecé a gritar con toda la fuerza de mis pulmones. Me hizo volver a esa noche.

—Soy solo yo, relájate —dijo Junsu— He oído lo que pasó. Pensé que te gustaría verlo. ¿Por qué no has venido a buscarme?

Me senté y miré a mi alarma, eran un poco más de las dos de la mañana.

—Sólo quería irme. ¿Por qué le dijiste que era yo?

—Jae, él sabía que eras tú sin que yo se lo dijese. Le acabé de confirmar lo que ya sabía. No te enfades conmigo —declaró.

—No estoy enojado —mentí.

—Sí, lo estás. Así que ese es Yunho, ¿eh? —Él levantó la ceja.

—Sí —dije secamente, sentándome y frotándome los ojos.

—Es guapo, quiero decir realmente muy guapo. —Hasta yo podía admitir que se veía increíble— Pensé que te gustaría saber que dejó el club justo después de que tú lo hiciste.

—Es una lástima para él, su amigo, obviamente, gastó un dineral —dije con acritud.

—Deja de actuar como una perra, estás obviamente molesto por esto. Habla conmigo. —Él hizo un mohín.

—Sólo quiero volver a dormir. ¿No podemos hablar por la mañana? —me quejé.

—Bien, pero vamos a hablar de esto. Como si estuviera escrito en nuestro acuerdo de compañeros o algo así. —Esperé hasta que él cerró la puerta antes de volver a acostarme.

Puse mi cabeza en la almohada y cerré los ojos. Por desgracia, me pasé el resto de la noche dando vueltas.

>>>♥<<<

La mañana del domingo llegó con mi despertador sonando con Your Love Is My Drug de Ke$ha.

«Oh alegría...»

Apreté el botón de la alarma, pero se mantuvo sonando a todo volumen a través del pésimo altavoz. Arrojé el reloj por la habitación para hacer que se detuviera. Me senté y me arrastré fuera de la cama. Me fui a sentar en mi escritorio para poder trabajar en mi tesis un poco más. Abrí mi ordenador portátil, pero mi mente no estaba en esto hoy.

Estaba en un lugar, Jung Yunho... mi droga. Frustrado, cerré la tapa hacia abajo. Necesito café.

Resoplé el camino hacia la cocina para prepararme una taza, sólo para descubrir que ya no teníamos. Podría decir que hoy no iba a ser mi día. Regresé a mi dormitorio a vestirme para una carrera a Starbucks. Me puse la primera ropa que pude encontrar, un par de capris de yoga y una sudadera con capucha. Me puse mis botas y agarré mi teléfono. Salí a la calzada y me dirigí por las tres manzanas al Starbucks. Me paré en la cola durante unos diez minutos antes de pedir mi Venti Bold. Me dirigí de nuevo a casa con un estado de ánimo un poco mejor.

Afortunadamente, Junsu estaba todavía durmiendo y probablemente dormiría hasta la tarde. Por lo menos podía evitar la inquisición por un par de horas más. Bebí mi café y finalmente hice algunos progresos en mi tesis. Oí mi teléfono sonar así que lo agarré y miré la pantalla. Era de un número 212 que no reconocí.

«Jae. ¿Podemos almorzar hoy? Por favor. Tengo que hablar contigo.»

Le envió un mensaje de vuelta.

« ¿Quién es?»

Hubo una respuesta casi inmediata.

«Soy Yunho. Por favor, Jae, sé que no quieres hablar conmigo, pero YO NECESITO hablar contigo. »

Ugh. Por qué no puede simplemente dejarme en paz.

«Estás comprometido. ¿Cómo se siente tu novio acerca de mandarme mensajes? ¿Cómo conseguiste este número de todos modos? »

«Le pagué a Junsu para que me lo diera. Han pasado tantas cosas y realmente necesito hablar contigo. Por favor, es sólo un almuerzo. »

Maldita seas Junsu. Por mucho que me sentía mal, la idea de volver a verlo me hacía sentir tanto dolor y felicidad. El hecho de que quería verlo me asustó.

«Está bien. Cuándo. Dónde. ¿A qué hora? »

Esperé una respuesta, pero nunca llegó. Volví a trabajar en mi tesis y mi frustración fue realmente llevándome fuera de mi juego, de nuevo.

Escuché que llamaban a la puerta y ya que Junsu estaba durmiendo me aparté del ordenador y fui a responder. Ahí estaba Yunho sujetando una bolsa de comida para llevar con un par de pantalones vaqueros lavados demasiadas veces, un suéter gris ajustado y zapatillas negras.

—Hola, Jae. —Yo estaba furioso porque hubiera aparecido aquí sin ser invitado, y sin avisar. Quería encontrarme con él en algún sitio neutral— ¿Puedo entrar?

—No. —Empecé a cerrar la puerta en su cara. Él extendió su mano para detenerme— ¿Desde cuándo recurres al acoso, Yunho? —dije, molesto.

—Desde que tiene que ver contigo. —Estaba serio. Yo sabía cuándo estaba siendo serio porque sus cejas se fruncían siempre.

—Ja-ja, eres gracioso. En serio, tengo mucho trabajo que necesito hacer y me estás distrayendo —dije con irritación.

— ¿Quién te ha hecho rabiar?

—Escucha, Yunho, he tenido dos raciones de perras horribles esta mañana. El mismísimo Satán no se metería conmigo ahora mismo. Ahora, ¿por qué estás aquí?

—Te lo he dicho. Tengo que hablar contigo.

—Pues habla.

— ¿Si no me vas a dejar entrar podemos al menos ir a mi coche a sentarnos o algo? —Apreté los puños y a regañadientes abrí la puerta permitiéndole pasar. Él sonrió, mostrando su hoyuelo. Idiota.

Le hice gestos para que se sentara en el sofá de dos plazas mientras yo tomaba el asiento frente a él. Puso la bolsa de comida para llevar en la mesita del café y pasó sus dedos por su cabello.

—Está bien, tienes lo que querías. Ahora empieza a hablar, realmente tengo mucho trabajo que hacer hoy.

— ¿En qué estás trabajando que sea tan importante?

—Mi tesis.

— ¿Sobre qué es?

—Yunho —dije con firmeza.

—Está bien, lo siento. Um. —Estaba jugando ausentemente con un cordón de su suéter— Sólo quiero saber lo que pasó después de que te fuiste. Juro que intenté ponerme en contacto contigo. Sólo preguntale a tu madre.

Me estremecí.

—No puedo —dije agitado.

—Fue un malentendido. Él estaba obviamente intentando alejarte de mí. Sabía que no le gustaba exactamente, pero no pensé que le gustara nadie. —Él estaba desanimado.

—Bueno ahora que hemos aclarado eso puedes irte. No cambia nada. Además, vas a casarte. —Vi como su rostro se ensombrecía.

—Se suponía que íbamos a ser nosotros. —Ni siquiera intentó disimular su dolor. Me llevó de vuelta a casi diez años atrás y me enfadó aún más.

—Obviamente lo quieres lo suficiente para haber puesto un anillo en su dedo. ¿Te resulta familiar? —Le estaba recordando el anillo que me había dado lleno de promesas vacías.

—Jae, he dicho que lo siento. Por favor… —suplicó.

—Está bien, ¿quieres la verdad, Yunho? ¿Quieres la jodida verdad? ¡Aquí está la verdad! ¡Me dejaste embarazado! Yo tenía mucho miedo. Sentí que me habías abandonado. Mi madre lo descubrió y me dio una paliza. Perdí el bebé. ¡¿Estás jodidamente feliz ahora?! —Estaba furioso. Cuando finalmente le miré parecía desesperado y tenía lágrimas en los ojos.

—Jae, no tenía ni idea y eso nunca me haría feliz. ¿Por qué no llamaste a casa de mis padres? Habría venido por ti, te dije eso antes de que te fueras. —Extendió la mano hacia mí y yo se la aparté.

Vi que Junsu abría la puerta de su dormitorio y la cerraba rápidamente. Él sabía lo que había pasado.

—Es el pasado. Soy más fuerte ahora. Puedo cuidar de mí mismo. Ya no necesito que me cuides, Yunho. No necesito que nadie me cuide.

— ¿Así que ser un stripper es cuidar de ti mismo? —gritó.

—Paga las facturas. También significa que tengo el control. Resulta que me gusta lo que hago —le grité.

—El Jae que conocía tampoco necesitaba a nadie, pero me gustaba que me necesitara a mí —dijo tristemente.

—Yunho, tienes que irte. Vete a casa con tu prometido. Espero que tengas una buena vida, pero no quiero verte más. —Caminé hacia mi habitación cerrando la puerta detrás de mí. Me deslicé hacia abajo por la puerta y rompí a llorar.

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Continuara \\(^_^)//...

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